César Vidal's Blog, page 71
August 12, 2016
Where Could I Go But to the Lord
Y, para colmo, Ciudadanos quiere que firme un acuerdo que podría sacar de la política a buena parte de la plana mayor del PP en unos meses, es decir, cuando comiencen los grandes casos de corrupción relacionados con este partido a desfilar por los tribunales. De la corrupción relacionada con el PSOE o con el nacionalismo catalán, debe señalarse que, de manera llamativa, las causas parecen estar durmiendo en los tribunales el sueño eterno. ¡Ah! Y seguimos sin sentencia de la infanta Cristina… No será porque la Agencia tributaria no la haya ayudado. Y para colmo, hace unos días, Montoro y de Guindos tuvieron una agarrada a cuenta de las cifras del crecimiento. De Guindos no quiere hacer más el ridículo en Bruselas e insistió en dar una cifra optimista, pero sin excesos. Montoro, por el contrario, quería volver a lanzar una cifra inverosímil porque la tristísima realidad es que, otro año más, las cifras no le van a salir. Lógico porque sigue vaciando los bolsillos de los contribuyentes para pagar las fiestas naa baratas del nacionalismo catalán.
A este lado del Atlántico, tampoco es que estén las cosas para lanzar cohetes. En Nicaragua, la mujer de Daniel Ortega ha conseguido lo que no logró Evita Perón, ir en el ticket electoral con su marido. En Venezuela, se retrasa el referéndum revocatorio. En Cuba, los disidentes están peor que antes de la visita de Obama. En Brasil, da miedo salir a la calle y hay que preguntarse que dio Lula al COI para que se prestara a lo que estamos contemplando. Ya en Estados Unidos, los candidatos presidenciales se acusan, a través de persona intermedia, eso sí, de ser un agente secreto al servicio de Putin o una receptora y dispensadora de dinero yihadista. Y la cosa está caldeada. Ayer fui a ingresar un cheque en el banco y el que estaba antes que yo en la fila me reconoció de los debates de televisión y me preguntó por quién iba a votar. Antes de que pudiera abrir la boca, me señaló con gesto afirmativo que él lo haría por Trump porque Hillary estaba “manchada”.
Ante situaciones así – y otras mucho peores - caben tres opciones. Una es la del avestruz. Cerremos los ojos y nada nos pasará.
La segunda opción es cerrar los ojos, pero en el sentido de no querer ver lo que sucede y seguir apoyando lo que no son sino edificios que se tambalean. Como la conducta anterior la entiendo, pero no puedo compartirla. Es más la simple idea de confiar determinados listas en las que van ciertos sujetos no me tienta lo más mínimo.
La tercera opción es preguntarse a dónde ir y aquí entra la canción de esta semana porque la verdad es que sólo podemos acudir con garantías a Jesús. A Jesús que no a alguna peculiar institución que pretende representarlo en régimen de monopolio y que ha aprovechado esa afirmación para acostarse con todo poder fáctico que se le ha puesto al alcance o, como me decía el director de un centro local de COPE, “el problema de… - y aquí daba el nombre de un cardenal – es que le gusta mucho acostarse con los políticos”. Por supuesto, la afirmación – rigurosamente exacta – no se refería a la vida privada del cardenal sino a sus coqueteos duros y continuos con el poder. Cuando hablo de Jesús hablo de Jesús, no de los que usurpan su nombre y su lugar.
Creo que nadie debería llamarse a engaño: en este mundo sólo se puede acudir a Jesús y eso es lo que expresa esta canción. Es una canción de alegría porque reconoce que en esta vida hay muchas circunstancias extraordinarias que nos proporcionan felicidad, pero también hay otras menos gratas e incluso dolorosas. La tentación, la maldad, la hipocresía, la corrupción, la inseguridad, el temor pueden asediarnos, pero de ellos sólo nos librará Jesús el mesías-siervo. Si no ha hecho la prueba, hágala. No quedará defraudado.
He escogido dos versiones de esta maravillosa canción. La primera es de Elvis Presley y - ¿hay que decirlo? – resulta espléndida. La segunda – con subtítulos en inglés – es de la Gaither Vocal Band. Excelente. Disfruten de la canción, pero, sobre todo, mediten en su mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está Elvis
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Y aquí la GVC y un grupo de amigos extraordinario
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August 11, 2016
Washington, amado Washington (II): el museo de Historia natural (II)
La exposición es extraordinaria y las reconstrucciones de homínidos resultan especialmente llamativas. El gran problema es que, primero, al ver ciertas reconstrucciones resulta imposible creer que “aquello” fuera ni siquiera lejanamente humano. Desde luego, no parece que lo fuera más que un orangután o un chimpancé. A decir verdad, cuando se observan sus cráneos se aprecia una cercanía mayor entre ellos que entre nuestros presuntos antepasados y el hombre. En segundo lugar, ahora sabemos gracias al ADN que los supuestos antepasados de nuestra especie fueron, en ocasiones, coetáneos. El Neanderthal no sólo no fue anterior al Cromagnon. Fue contemporáneo y además se cruzó con él. De hecho, si nos sometieran a un examen de ADN muy posiblemente descubriríamos que tenemos en nuestro código genético huellas de ambos. En otras palabras, no parece que haya existido un árbol sino más bien una mesa de banquete en la que estuvieron sentados a la vez los que, verdaderamente, fueron seres humanos. En algún momento, aquella gente que era más veces víctima de los depredadores que cazadores – por lo menos cuando había ciertos animales cerca – experimentaron ese salto extraordinario que conocemos convencionalmente como Neolítico. Pero ya antes el ser humano tenía creencias religiosas y que estaba seguro de la realidad de lo sobrenatural no se puede discutir.
En los restos del paleolítico que han llegado hasta nosotros tenemos testimonios de la existencia de chamanes, de ritos mágicos e incluso de enterramientos que dejan de manifiesto la esperanza de nacer tras esta vida. Igual que el feto adopta una posición para nacer en este mundo, el cadáver era colocado en la misma para nacer más allá.
En ese sentido, es un gran acierto en este museo que junto a la antropología se encuentren vitrinas dedicadas a Egipto y las momias. Recientemente, un converso español al islam que ha escrito varios libros interesantes sobre su nueva religión ha señalado que casi todo lo que aparece en la predicación de Mahoma estaba en el Antiguo Egipto. No hay que conocer mucho el islam para darse cuenta de que no es así ni de lejos, pero sí es verdad que los egipcios creían en el más allá y se dieron mucho trabajo para garantizarse esa existencia de ultratumba. La momia, a fin de cuentas, era la garantía de que el espíritu no estaría sufriendo desencarnado sino que continuaría su existencia. No sólo los seres humanos. Los halcones que recordaban al dios Horus; los gatos que daban morada a la diosa Bastet; el divino buey Apis… todos fueron momificados en homenaje a la esperanza en otra vida. Incluso dioses que originalmente eran de escasa relevancia como Osiris – quizá un personaje real – adquirieron una importancia inmensa al relacionarse con el juicio de los difuntos.
Por supuesto, los mortales siempre han deseado tener ayudas en ese tránsito hacia el más allá y, como decía el catalán del chiste, “pagando, eh, pagando”. Los egipcios utilizaron ushebtis y fórmulas mágicas contenidas en el denominado Libro de los muertos; griegos y romanos pagaron a los sacerdotes por los sacrificios que ofrecían a sus dioses; los católicos compraron bulas de indulgencias a una institución simoniaca que, de esa manera, sufragaba los escandalosos lujos – como la construcción del palacio - de su monarca… en todos los casos, aparece una clara diferencia con las enseñanzas de la Biblia. Y es que el sepulcro de Jesús quedó vacío – a diferencia de los de sacerdotes y papas – nunca cobró por lo que hacía y, desde luego, su ofrecimiento de salvación fue de gracia porque el coste de la vida eterna lo puso él al derramar su sangre en la cruz. Recorriendo estas salas la necesidad de pervivencia del ser humano más allá del umbral de la muerte resulta indiscutible. También lo es la manera en que ha repetido, con ligeras variantes, su deambular por un equivocado camino que no lleva a la vida eterna.
CONTINUARÁ
August 10, 2016
Washington, amado Washington (I): el museo de Historia natural (I)
La Institución Smithsoniana es verdaderamente extraordinaria. Por muchas razones. La primera, su origen. Un científico británico llamado Smithson, a pesar de no haber visitado nunca Estados Unidos, decidió en su testamento que si su sobrino y heredero James Hungerford moría sin descendencia, todos sus bienes pasarían a la gran nación americana para crear una institución destinada a “aumentar y difundir el conocimiento”. En 1836, el congreso de los Estados Unidos aceptó el legado y el resultado – insisto en ello – sólo puede calificarse de portentoso. De la Smithsoniana dependen el museo del indio americano – que visité en un viaje anterior – el castillo, el museo nacional del aire y del espacio, el museo nacional de Historia americana, la Galería Freer de arte, la galería Arthur M. Sackler, el museo nacional de arte africano, el parque zoológico nacional, la galería nacional del retrato y otra media docena de instituciones como el museo de Historia natural del que deseo hablar oír.
Hay que reconocer que la herencia ha dado muchísimo de si lo que, dicho sea de paso, no puede decirse de no pocos nobles y monarcas. También es verdad que, seguramente, el británico amaba mucho más a Estados Unidos de lo que otros han amado a España. O quizá es que en España no sienten tanto interés por la cultura. De hecho, recuerdo que cuando hace tres años deseé donar mi biblioteca y mi archivo a alguna institución oficial no hubo modo ni manera. Pero no nos desviemos y volvamos al museo nacional de Historia natural.
Con una superficie de más de hectárea y media, el museo – que es de entrada gratuita - se concentra en un edificio de corte clásico y líneas elegantes, es decir, grande, hermoso y canónico, es decir, washingtoniano. Las colecciones que alberga son, sin duda, sobrecogedoras por sus dimensiones. Fósiles, insectos o momias se almacenan en cifras que podrían causar vértigo. Pero a eso hay que añadir todo lo que se ofrece a los niños – la posibilidad de tocar fósiles o cráneos de primates, por ejemplo – a los que se desea atraer hacia el saber desde los primeros años. Por supuesto, para turistas, estudiantes o visitantes interesados, el museo es una sucesión continua de fascinantes salas. Desplazarse en medio del pabellón dedicado al mar donde lo mismo se puede uno pasear bajo una ballena que contemplar el esqueleto de un pez espada en una vitrina; contemplar las plantas y las mariposas en sucesiones infinitas de formas y colores; detenerse ante los innumerables animales de una sala de mamíferos en la que da la sensación de que el leopardo va a saltar sobre nuestra cabeza; las leonas van a despedazar un búfalo ante nuestros ojos o un vampiro fijado a un ser humano intenta imitar a Montoro… todo eso no tiene precio. Incluso resulta inevitable sentirse pequeño, me atrevería a decir insignificante, frente al oso y, especialmente, ante el elefante africano que se yergue majestuoso en la rotonda a la que da nombre.
Mientras escribo estas líneas, los detalles que recuerdo se me amontonan como diapositivas rezumantes de cromatismo. Los esqueletos impresionantes de las tortugas, los no menos llamativos de las serpientes – sí, por si algunos no lo saben las serpientes son vertebrados – las jirafas y los primates, el león y el oso hormiguero y tantos otros seres me llevan a pensar de manera automática en mi pequeñez, en la grandiosidad del diseño de la vida y en la imposibilidad de abarcar la Mente superior que lo puso en funcionamiento. Al pasar por un par de exposiciones cuyo tema es Asia y África respectivamente, la belleza de las criaturas y de la creación en la que viven hay momentos en que casi me deja sin respiración. Ahora voy a dirigirme a las salas de antropología, pero de eso… de eso les hablaré en la próxima entrega.
El agente ruso
En apariencia, en ella se enfrentan alguien al que, muy inexactamente, se denomina populista, con una persona de dilatada trayectoria política. En teoría, el primero no debería ni siquiera haber alcanzado la nominación y, sin embargo, disfruta de un respaldo popular que lleva a pensar que el pugilato durará hasta el último día. En el juego de golpes y contragolpes, Michael J. Morell, un experimentado e importantísimo antiguo cargo de la CIA, ha saltado a la palestra afirmando, nada más y nada menos, que Donald Trump es un agente ruso. Morell, por supuesto, ha manifestado a la vez su apoyo a Hillary que – eso es cierto – ha desarrollado una política anti-rusa feroz. Llamar espía ruso a alguien en Estados Unidos carece de parangón en la vida española. Incluso los que tienen un historial franquista, han podido hacer carrera política en la izquierda o los nacionalismos o dirigir medios sin el menor problema siempre que hayan mostrado su fe de conversos. A decir verdad, el pasado franquista, familiar siquiera, va de Anguita a Cebrián pasando por Griñán, Chaves, Samaranch, Fernández de la Vega y Mayor Zaragoza, por sólo citar a unos cuantos. También es justo decir que con los pasados de Inquisición y autos de fe que ha sufrido España no debería sorprender.
En Estados Unidos, gracias a Dios, la Inquisición nunca funcionó y, por ejemplo,el que ha espiado para el extranjero queda estigmatizado de por vida. Yendo, pues, al fondo de la cuestión: ¿es Trump un agente de Putin? La verdad es que cuesta muchísimo creerlo. Especialmente, cuando no ha aparecido ni una acusación al respecto – no digamos una sola prueba – con anterioridad. El único punto, bien escaso, que daría una apariencia de verosimilitud a la acusación contra Trump en esta peculiar campaña está en el hecho de que el papel de halcón no lo representan ambos candidatos o, de manera especial, el republicano, sino todo lo contrario.
Trump es opuesto a la globalización y considera que América debe colocarse por encima de los intereses de ciertas élites que no sólo modelan en escasa medida la política exterior de los Estados Unidos sino también la del resto del mundo. Hace dos días, mientras me encontraba en la sala de espera del aeropuerto de Washington, tuve ocasión de escuchar cómo afirmaba que no era globalista sino americano.
Igualmente, Trump cuestiona la utilidad de perpetuar una organización como la NATO concebida para mantener un equilibrio en Europa contra la URSS, pero que no está dando precisamente muestras de eficacia en su lucha contra el terrorismo. Finalmente – y esto escuece profundamente a determinados lobbies como el armamentístico – no ve razón para que los contribuyentes americanos paguen una factura militar que, en todo caso, debería descargarse más proporcionalmente sobre los hombros de los aliados. Es obvio que de una visión semejante difícilmente habrían derivado acciones tan discutibles como el apoyo al golpe que dieron los nacionalistas ucranianos en 2014 y mucho menos las sanciones impuestas a Rusia, pero de ahí a concluir que Trump es un espía ruso media un verdadero abismo. Tal y como van las cosas, prepárense a escuchar estos días que Hillary Clinton lleva recibiendo dinero islámico y financiando yihadistas desde hace décadas.
August 9, 2016
El boquete turco
En un Oriente próximo sumido en el desorden, Erdogan creyó ver – y no era difícil que lo pensara – una zona de fácil expansión. Que, en un momento dado, Erdogan mantuvo amistades peligrosas con ISIS no parece que pueda discutirse a día de hoy. Que además ha sabido aprovechar la crisis de los refugiados para obtener concesiones de la Unión Europea no tiene vuelta de hoja. Que además intentó aprovechar la pertenencia a la NATO para golpear a Rusia, la única potencia que, durante mucho tiempo, machacó en exclusiva a ISIS, es irrefutable. Incluso es innegable que empeoró las relaciones con Israel únicamente para poder presentarse como un paladín del islam. Sin embargo, no todo lo ha ido saliendo bien a Erdogan. Primero, la NATO se negó a respaldar la agresión turca contra Rusia. Una cosa es tener un cuchillo apuntado a la garganta de Rusia y así justificar injustificables presupuestos militares y otra, bien distinta, entrar en una guerra abierta. Luego las informaciones que mostraban su relación con ISIS se fue convirtiendo en imposible de ocultar. Sin embargo, Erdogan se negó a mantenerse en la posición de mero peón y, en los últimos meses, ha comenzado a dar pasos llamativos. Primero, se reconcilió con la Rusia con la que había soñado en enfrentarse respaldado por la NATO; luego, volvió a abrazarse con Israel. Erdogan seguía actuando políticamente con una independencia llamativa y entonces vino el golpe.
A día de hoy, los medios, las instituciones e incluso una sección importante de la sociedad de Turquía lo atribuyen a la acción directa de Estados Unidos. Según esta versión, la Casa Blanca habría deseado librarse de un político molesto y para ello habría recurrido al instrumento habitual en este tipo de operaciones, es decir, a las Fuerzas armadas del país, previamente instruidas. Por añadidura, la cabeza visible del golpe triunfante habría sido un exiliado en Estados Unidos.
Sin embargo, de ser cierta esta versión, como en tantas ocasiones anteriores, el golpe habría fracasado. El exceso de confianza, el menosprecio del peso real de Erdogan, la simple incompetencia habrían provocado un fracaso clamoroso, fracaso que, por añadidura, está siendo aprovechado por el presidente turco para llevar a cabo una purga que coloca en sus manos todo el poder Si esta tesis – difundida cada vez por más medios y confirmada, siquiera indirectamente, por algún general norteamericano – se corresponde con la verdad resulta casi baladí. La realidad es que Erdogan la está utilizando para dar un viraje en su política exterior hasta ahora encaminada a aprovechar su papel en la NATO y a entrar en la Unión Europea. De momento, el objetivo fundamental es restañar las heridas con Israel, mirar hacia Oriente y llevarse a las mil maravillas con la Rusia a la que agredió injustificadamente hace unos meses y que, por cierto, ha recibido en los últimos tiempos la visita de diputados franceses que han expresado su voluntad de no seguir apoyando a los corruptos nacionalistas ucranianos. ¡¡¡Como estarán las cosas que incluso un ministro turco ha aparecido en público reconiendo que dio la orden de derribar al avión ruso sin razón alguna!!! La política es así aunque algunos parece que no aprenden nunca. La realidad, sin embargo, es que los errores en política internacional siempre salen caros y el no haber sabido aquilatar lo que significa Erdogan no iba a ser una excepción. De momento, en el Mediterráneo oriental se ha abierto un boquete de no pequeñas dimensiones. Por pura torpeza. Por evitable torpeza.
August 8, 2016
Corría el año… Ricardo Corazón de León
De hecho, prefería utilizar el francés de sus antepasados normandos – ojo, que cualquiera acabará diciendo que Ricardo escribía en catalán porque esta lengua ibérica no pasa de ser un dialecto del provenzal - tuvo coqueteos con el mundo de la homosexualidad lo que se tradujo en alguna excomunión y fracasó en la tercera cruzada aunque no dudó incluso en incurrir en canibalismo. Pero, una cosa es la Historia y otra la leyenda y, como decía John Ford, en el oeste la leyenda se convierte en Historia. Quizá el mejor legado de Ricardo fuera que dejó el reino debilitado y los barones pudieron arrancar a su hermano Juan la Magna Charta, base de las libertades inglesas. No deja de ser curioso que en Castilla avanzaron mucho más las libertades políticas, pero nunca acabaron rematando ese curso como en Inglaterra. Las razones nos llevarían muy lejos de Ricardo Corazón de León. De momento, disfruten de esta emisión de Corría el año… God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
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August 7, 2016
Las otras Epístolas universales y los Sinópticos (II)
LAS FUENTES ESCRITAS (IX):
FUENTES CRISTIANAS (VII):
Las otras Epístolas universales y los Sinópticos (II):
Del resto de las cartas universales, cabe señalar los siguientes aspectos en cuanto a su valor como fuentes históricas para el estudio del judeo-cristianismo en el Israel del siglo I.
Las dos cartas atribuidas a Pedro[1] pertenecen a un trasfondo judeo-cristiano indudable. La primera es admitida de manera prácticamente unánime como escrito petrino; en cuanto a la segunda, es objeto de controversia si efectivamente se debe también a Pedro o es un escrito pseudoepigráfico. En cualquiera de los dos casos, resulta importante solventar temas de tan difícil solución como su relación con la carta de Judas o su conexión verdadera —de no haber sido escrita por Pedro— con el apóstol al que se le atribuye. Por tanto, el hecho de que sus destinatarios, los motivos de su redacción, su problemática y su entorno no estén relacionados con los judeo-cristianos afincados en Israel excusa el que nos detengamos en su estudio de modo especial. Para el estudio del judeo-cristianismo en el Israel del siglo I son sólo como fuentes de segundo orden.
Es importante, sin embargo, señalar las coincidencias existentes entre el Apocalipsis —al que hemos datado antes de la destrucción del Templo— la segunda carta de Pedro y Judas. Todos ellos son escritos judeo-cristianos ciertamente, pero además comparten unas inquietudes, una forma de expresarlas y una manera de abordarlas que no pueden ser definidas como mera casualidad y que deben ser atribuidas a la pertenencia de una escuela de pensamiento similar —judeo-cristiana, eso es indudable— que había salido ya de la tierra de Israel, pero que, trasplantada al ámbito gentil de Asia Menor, no terminaba de enraizar en el mismo, encontrándolo además plagado de peligros para los conversos a la fe.
Por citar sólo algunos ejemplos, podemos indicar que en estos tres escritos —por contraposición a otros del Nuevo Testamento— los falsos maestros son acusados del error de Balaam (Jds. 11, 2; Pe. 2, 15; Ap. 2, 14); se denuncia la tentación de inmoralidad (2 Pe. 2, 14-18; 3, 17; Ap. 2, 20); se hace referencia a la contaminación de la ropa (Jds. 8; 2 Pe. 1, 2 y ss.; Ap. 2, 17, 24); los falsos maestros son retratados como pretendiendo ser pastores y apóstoles (Jds. 11 y ss.; Ap. 2, 2); se realiza un llamado a recordar la enseñanza de los verdaderos apóstoles (Jds. 17; 2 Pe. 1, 12; 3, 1 y ss.; Ap. 3, 3) a los que se considera fundamento de la comunidad cristiana (Jds. 3; Ap. 21, 14); el Día de Cristo es asimilado a la estrella de la mañana (2 Pe. 1, 19; Ap. 2, 28); se insiste en la desaparición de los cielos y de la tierra actuales (2 Pe. 3, 10; Ap. 6, 14; 16, 20; 20, 11) para ser reemplazados por otros nuevos (2 Pe. 3, 13; Ap. 21, 1); los ángeles caídos son descritos en una situación de encadenamiento en el infierno (Jds. 6; 2 Pe. 2, 4; Ap. 20, 1-3, 7); y quizá hay señales de milenarismo (2 Pe. 3, 8; Ap. 20, 2-7). Todos estos aspectos, sin duda, revisten un notable interés.
Finalmente resulta obligado examinar, siquiera brevemente, el valor que los Sinópticos pueden tener para historiar el judeo-cristianismo del siglo I en Israel. La utilización de los mismos en este sentido ha partido de la base de que en su visión se reflejaban elementos de la historia de las comunidades donde nacieron. Se acepte o no tal punto de vista —y resulta un tanto difícil no reconocer que, al menos ocasionalmente, se ha abusado de la especulación en tomo al mismo— lo cierto es que sólo Juan, al que ya nos hemos referido, puede pretender con cierta probabilidad haberse forjado en un medio judeo-cristiano en Israel.
Marcos[1] —que, muy posiblemente, recoge la predicación petrina— es un evangelio dirigido fundamentalmente a los gentiles y, casi con toda seguridad, forjado en un medio gentil que pudo ser Roma o, menos probablemente, Alejandría. Escrito con casi absoluta certeza antes del año 70 d. J.C., no puede ser considerado como una fuente para el estudio de lo que era el judeo-cristianismo en el Israel del siglo I.
Mateo[1] recoge, indudablemente, una lectura judeo-cristiana de la vida y la enseñanza de Jesús. Incluso resulta admisible la posibilidad de que en él se ponga de manifiesto un intento de contener un creciente abandono del judaismo por parte de los judeo-cristianos o un crecimiento considerable de los gentiles en las filas del cristianismo que desequilibraría numéricamente a sus primeros seguidores. Su datación suele situarse en alguna fecha en torno al 80 d. J.C., aunque existen argumentos de consideración para pensar que pudo escribirse antes de la destrucción del Templo en el año 70 d. J.C.[1] Con todo, Mateo no fue redactado en Palestina y no nos permite por ello acercarnos a lo que fue el judeo-cristianismo afincado en ese terreno, salvo de manera muy indirecta, sino más bien a un judeo-cristianismo de la Diáspora.
Por lo que se refiere a Lucas,[1] su redacción —como ya se desprende del apartado dedicado a los Hechos—, debería fijarse, a nuestro juicio, con anterioridad al 62 d. J.C. y su autor tiene que ser identificado, como posibilidad más convincente, con el personaje cuyo nombre lleva. Con todo, dados sus destinatarios (en buena medida, gentiles), su lugar de redacción (también en medio gentil), su autor (el único gentil del Nuevo Testamento) y su visión específica (de apertura a los gentiles), resulta imposible encuadrarlo en el judeo-cristianismo del siglo I en Israel, aunque pueda haber derivado parte de sus fuentes del seno del mismo. Sin duda, muchos de sus materiales pueden pertenecer a ese contexto, pero la obra, como tal, ni lejanamente puede considerarse un escrito judeo-cristiano.
[1]
Durante más de un siglo este apelativo ha sido utilizado para referirse a un conjunto de algo más de doscientos dichos[1] atribuidos a Jesús, utilizados en los Evangelios de Mateo y Lucas pero no en el de Marcos. Originalmente, bautizado como «Quelle» por H. J. Holtzmann en 1861, en 1890 J. Weiss apocoparía el nombre dejándolo en «Q», una designación que haría fortuna. En el curso del siglo, Q ha sido uno de los elementos básicos para estudiar el origen de los Evangelios, aunque el contenido dado a la fuente ha resultado muchas veces confuso ya que lo mismo se le ha identificado con las tradiciones no marcanas comunes a Lucas y a Mateo, que con un ciclo de tradición oral del cristianismo primitivo, que con un documento escrito —la postura mayoritaria en los últimos investigadores— de redacción muy primitiva y desaparecido tras escribirse Mateo y Lucas. En el caso de estos autores, suele considerarse de forma casi generalizada que Lucas ha conservado el orden original de Q y por ello citan esta fuente con el número de capítulo y versículo de Lucas.
De haber existido como fuente escrita[1] —un extremo del que el autor de estas líneas no está ni mucho menos tan seguro como hace década y media cuando fue el primer estudioso de lengua española que la reconstruyó — resultaría de una enorme importancia no sólo en la medida en que nos permitiría acceder a un estadio muy primitivo de transmisión de las enseñanzas de Jesús, sino, sobre todo en relación con nuestro estudio, porque nos descubriría una visión de Jesús (judeo-cristiana y situada en Israel) anterior a los Evangelios canónicos, en la que éste aparece contemplado, por ejemplo, como la Sabiduría de Dios o en la que se vislumbra una fuerte esperanza de su regreso como Hijo del Hombre. No es menos importante, como señaló D. R. Catchpole en 1992,[1] el hecho de que Q incluya llamados específicos a Israel, fundamentalmente relacionados con la Parusía. Nos encontraríamos, pues, ante una fuente de primerísimo orden para el estudio del judeo-cristianismo en el Israel del siglo I d. de C.[1].
CONTINUARÁ
August 5, 2016
Go Tell It on the Mountains
Años después ya tuve posibilidad de oírla en versión original. Comprobé entonces que se trataba de una composición sencilla y profunda a la vez. Era una invitación alegre y gozosa para decir en todas partes que Jesús había nacido. Yo he escogido para que la escuchen una versión casi acariciadora de Dolly Parton.
Para ser sincero, no se me ocurre anuncio más oportuno, necesario y bello. Porque no se trata sólo de una canción alegre sino de una manifestación serena de esperanza. El mundo puede yacer en una situación deplorable. Las perspectivas pueden dibujarse desalentadoras. El panorama puede resultar deprimente. Pero aquel que conoce a Jesús no debe dejarse anegar por esa situación. Por el contrario, tiene que sentir que más que nunca su deber es subirse a la montaña más alta y gritar que todavía queda esperanza y futuro por que el mesías ya vino. Así es para todo el que decida aceptarlo semejante regalo con fe. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está Dolly Parton
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Jesús el judío
He escogido para esta semana un programa especial de hace años que se emitió por LDTV antes de que se hundiera económicamente y dejara de contar con emisiones que eran, ciertamente, de interés. Eso, como otras circunstancias, pertenecen al pasado y no tiene sentido pensar mucho en ello. Hubo trabajos entonces que sólo puedo calificar como buenos – éste es uno de ellos – y que deben ser recuperados. Lo que vino después también es pasado e Historia. Desde luego, los que estuvimos ante las cámaras entonces nunca pudimos imaginar lo que sería de nosotros no tanto tiempo después. Disfrútenlo. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!!
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August 4, 2016
¿Fin del curso político?
En España, da la sensación de que se va a sufrir un largo y cálido verano no de balcones y azoteas sino de zahúrdas y pasillos. Que al final se saque algo en claro no es evidente. Más bien hay días que parecen indicar que habrá terceras elecciones por la sencilla razón de que nada desplazará del poder a un Rajoy amedrentado por el panorama judicial que puede caer sobre su partido – y sobre él – a partir del otoño. Llevamos años contemplando signos de descomposición del régimen, pero cuesta creer que lo peor no esté por venir.
En Estados Unidos, desconocen las vacaciones al estilo español, pero además van a trabajar enormemente sumergidos en una campaña electoralmente especialmente sucia.
De ambos temas, estuve departiendo amigablemente con Pedro Tarquis y aquí les dejo varios enlaces de la entrevista. Espero que, al menos, los entretenga. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
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