César Vidal's Blog, page 61
November 17, 2016
Los Profetas: Hageo (III): los oráculos tercero y cuarto
Sócrates denominaba a esta técnica mayeútica – algo así como el arte de hacer parir – y afirmaba que la había aprendido de su madre que era comadrona. Sin embargo, antes del genial ateniense, en la Biblia aparece vez tras vez Dios llevando a las respuestas mediante la formulación de preguntas. Basta releer los encuentros con Adán o con Caín para percatarse de que las preguntas de Dios son mucho más elocuentes que las respuestas más alambicadas de los seres humanos. En este caso, la pregunta era sencilla y apelaba al conocimiento de los sacerdotes. ¿Si algo santificado tocaba a algo que no lo era quedaba santificado? Aún más, ¿qué sucedía cuando algo inmundo tocaba algo limpio? La respuesta de los sacerdotes fue clara. En el primer caso, era obvio que lo santificado no transmite esa santidad a nada; en el segundo, es indiscutible que lo inmundo transmite la inmundicia. Por supuesto, a lo largo de la Historia han existido – y existen – sistemas clericales que afirman que pueden transmitir la santidad y que juntarse con lo inmundo tiene una importancia relativa porque los fines son santos. Quemar a un disidente se justificaba con la pureza que, supuestamente, conservaban los fieles; torturar a un sospechoso era una medida legitimada por el terror indispensable que todos debían tener para evitar el mal y los pactos políticos incluso con terroristas o dictadores se explicaban como intentos por asegurar un mundo mejor. Sí, todos conocemos esos razonamientos, pero la realidad es que cuando lo inmundo o lo muerto toca algo transmite su inmundicia (2: 13). Este claro principio espiritual debía ser tenido en cuenta precisamente por los miembros del clero judío porque todos sus sacrificios y sus actividades religiosas eran tan inmundas como un cadáver (2: 14). Esa realidad había que tenerla en cuenta antes de que se acometiera la tarea de reconstruir el templo (2: 15).
Advertencias, desde luego, no les habían faltado. La misma crisis económica que sufrían los judíos tenía hondas raíces espirituales y su explicación no se agotaba con referencias a las circunstancias (2: 16-7). Si no entendían esa verdad iba a ser imposible que hicieran las cosas bien desde el principio. Precisamente por ello, lo que Dios esperaba de los judíos era que reflexionaran, que meditaran en su corazón (2: 18). Aquellas circunstancias espirituales no se iban a resolver mediante el emocionalismo, el entusiasmo o incluso la planificación. Tampoco mediante la constitución de un estado fuerte o una gran potencia militar. La clave estaría en que comprendieran los principios que rigen las acciones de Dios y que los aplicaran a la situación en la que estaban y no en que esperaran una protección casi mágica del clero y de las ceremonias religiosas. Sólo entonces, la gente podría esperar bendición de Dios (2: 19).
Ese mismo mes, Hageo recibirá su último oráculo. El anuncio (2: 21-23) estaría cargado de esperanza. Dios tenía un propósito consistente en restaurar a Judá a través de la persona de Zorobabel y ese propósito no podría venirse abajo por la fuerza de los hombres (2: 22). Sin embargo, no fue así. A decir verdad, aquel pueblo que no quiso meditar en su corazón y que siguió pegado a sus prejuicios religiosos en lugar de sentar buenas bases se privó a si mismo de la bendición de Dios.
Hageo no repetiría sus advertencias porque si bien es cierto que, en ocasiones, el ministerio del profeta dura décadas, no lo es menos que, otras veces, apenas dura unos días o semanas. Cumplida su misión concluye y esa misión puede ser breve en el tiempo como fue el caso de Juan el bautista que anunció la inminente llegada del mesías Jesús. Cuando ese ministerio concluye, el pueblo que ha escuchado los anuncios debe reaccionar. Ante él se ofrece la posibilidad de recibir todo tipo de bendiciones – espirituales y materiales – o de malograrlas aunque no porque Dios lo desee. Ése fue el caso de los contemporáneos de Hageo. No construyeron el templo en las condiciones espirituales adecuadas. Aún peor: no restauraron la vida espiritual que Dios deseaba sino que chapotearon en la inmundicia. Las consecuencias que tendría semejante conducta sobre los judíos serían pavorosas. Sería, sin embargo, absurdo circunscribir el drama a ese Judá regresado de la deportación. Cuando Dios habla a través de un profeta abre ante una sociedad la posibilidad de la bendición o del juicio. La única posibilidad que no existe es la de eludir sus responsabilidades ante el Juez justo.
CONTINUARÁ
La oposición perfecta
Sin embargo, Lenin supo captar que, ocasionalmente, ese partido único era más verosímil si aparecía flanqueado por una oposición. No se trataba de una oposición real, por supuesto, sino de opositores tolerados, de una oposición perfecta. El expediente se utilizó durante la guerra civil rusa en Siberia y, más adelante, Stalin volvió a repetirlo en España también durante un enfrentamiento fratricida. Desde mayo de 1937, era el Partido comunista el verdadero dueño de la España republicana, pero se permitió la existencia de algunos partidos de izquierdas como velo de la pavorosa realidad. El método tuvo su auténtica edad de oro durante el período de la Guerra fría. En algunas naciones de Europa oriental, se erigió un sistema de partido único, pero en otras, como Polonia, se permitió la existencia de otros partidos – católico, agrario… - para dar la impresión de que existía democracia en las denominadas, no por casualidad, democracias populares. Ambos modelos volvieron a repetirse en el continente americano. En Cuba, por supuesto, se implantó una dictadura de partido único que, lamentablemente, persiste hasta la actualidad. Sin embargo, ya en la década de los setenta en Nicaragua, se recurrió a la dictadura con oposición perfecta. Mandar y controlar estaba sólo en manos de los sandinistas, pero se autorizaba la existencia de otros partidos siquiera para que confluyeran a las elecciones a perderlas. Fue ese modelo el elegido por el Foro de sao Paulo para llevar al poder a partidos de izquierdas que liquidaran los sistemas democráticos en Hispanoamérica. En Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, de nuevo en Nicaragua, existiría una oposición, pero su posibilidad de llegar al poder resultaría, en mayor o menor medida, inalcanzable. Tal situación pareció erosionarse cuando, enfrentándose con enormes dificultades, la oposición venezolana logró ganar las elecciones legislativas. El enigma entonces era saber si Maduro acabaría desplazado del poder o, por el contrario, terminaría de forjar una oposición a su gusto. En distintas ocasiones – y con profundo dolor – he repetido que no veía posibilidades de triunfo para la oposición en la medida en que estaba dividida y carecía de una estrategia coherente destinada a acabar con el chavismo. Mi pesimismo se ha acentuado en las últimas jornadas desde que el papa Francisco – perpetuo abogado de los peores dictadores – decidió intervenir en Venezuela sentando en la mesa de negociación a chavistas y oposición. El resultado inmediato ha sido la renovada fragmentación de los opositores y la consolidación de la oposición perfecta para Maduro. Por obediencia al Vaticano, por temor, por corrupción, por interés, por ingenuidad, por estupidez, la oposición ha perdido una más que frágil unidad y se ha plegado en no escasa proporción a un Maduro que recibió la bendición papal justo al día siguiente de que sus matones aporrearan a los miembros de la oposición en la asamblea. Con las excepciones y matices que se quiera – y que concedo gustoso – la oposición venezolana se ha convertido ya en la oposición perfecta.
November 16, 2016
A propósito de Michael
Dotado de un talento extraordinario – sus estudios universitarios en Estados Unidos y Asia han venido facilitados por becas concedidas por méritos personales y no por baremos demagógicos – doy fe de que se trata de alguien sobresalientemente aplicado, meticuloso y entregado a sus estudios. Mientras realiza su posgrado, incluso es requerido por empresas para redactar informes que tratan de temas tan complejos y especializados como la economía china. Y es que Michael habla, lee y escribe con fluidez el chino ya que realizó también estudios universitarios en ese país. El día de mañana, el departamento de estado y otras entidades oficiales estarían encantadas de contar con él y lo mismo sucede ya con empresas transnacionales. Añadan a todo esto detalles como que lo mismo hace surf en la costa de California como que va semanalmente a clase de trapecio. Además Michael sueña con ser profesor en la universdad. La noche de las elecciones, al conocer la derrota de Hillary Clinton, publicó en Facebook un mensaje apesadumbrado porque había votado por ella cargado de ilusión y convencido de que era la mejor opción. En aquellas líneas, no había acritud ni amargura ni resentimiento. Sólo la desilusión lógica. Al cabo de quizá un par de horas Michael colocó un nuevo mensaje en Facebook que decía: “Le deseo la mejor suerte, Mr. Trump. Tengo la sincera esperanza de que se convierta usted en el presidente que este país se merece”. Sus palabras eran sinceras y nobles, me atrevería a decir que incluso dotadas de un punto de grandeza. Porque Michael no forma parte de esas turbas que tanto gustan de presentar los medios donde tras la bandera mexicana y la roja con la hoz y el martillo aparecen sujetos que gritan consignas como “¡Violad a Melania!”. Tampoco pertenece al grupo de los que llevan la camiseta del Che a la vez que intentan aprovecharse de las subvenciones estatales o de incrustarse en el funcionariado. Su pelo cortado a la perfección nunca tomará la forma de una coleta sujeta con gomas. Es un joven que estudia y trabaja, que se esfuerza y se exige – con seguridad demasiado – que lamenta la derrota política y, a la vez, desea que el adversario lo haga bien por el bien de todos. Gente así explica sobradamente por qué Estados Unidos, a diferencia de otros países, es una gran nación.
November 15, 2016
Inseguridad
Por supuesto, pesan mucho la crisis catalana y - bastante menos - Podemos, pero la inmensa mayoría alega la inseguridad jurídica derivada de lo que consideran arbitrariedad de la Agencia tributaria. Una confirmación dolorosa de esa visión se ha producido en las últimas horas de la mano de una sentencia relacionada con un importante abogado español. Hace ya años que la Agencia tributaria decidió exigir a infinidad de profesionales que tributaran por el IRPF y no por el impuesto de sociedades. La pretensión de la AT era contra derecho y contra el sentido común, pero tuvo sus frutos. Abogados, artistas, periodistas, dentistas o arquitectos se aterraron y aceptaron pagar lo que no debían más discutibles recargos y multas. Recientemente, Manuel Pizarro señalaba que en esas acciones incluso se habían dado ajustes de cuentas. Con todo, algunos decidieron resistir en los tribunales. La AT bloqueó sus cuentas, impidió que cobraran el salario, embargó viviendas y, con mala suerte, los incluyó en lista de morosos exponiéndolos al linchamiento público. En algún caso, incluso llevó a los tribunales a los que no se dejaban avasallar acusándolos de delito de fraude. Lógicamente, los tribunales han ido quitando la razón a la AT una y otra vez. Por ejemplo, ya el 11 de mayo de 2010, una sentencia señaló que “No existe infracción del deber cuando los sujetos se amparan en la normativa más favorable para evitar la normativa más gravosa”. El último vencedor en esta guerra entre la seguridad jurídica y la voracidad de la AT ha sido el abogado Pedro Ramón y Cajal. La AT no sólo pretendió cobrar al letrado cambiando el gravamen de las sociedades al de las personas físicas sino que además lo arrastró a los tribunales por fraude fiscal. Al final - ¿podía ser menos? - la administración de justicia ha dado la razón a Cajal y, guiada seguramente por los precedentes judiciales, la misma fiscalía se ha negado rotundamente a respaldar los criterios de la AT. Sin duda, se trata de una victoria del sentido común y del ordenamiento jurídico. Pero ¿cuántas empresas han quebrado, cuántos empleados han sido despedidos, cuántas vidas han sido destruidas y, por añadidura, cuántos han decidido no invertir un céntimo en España por esta inseguridad derivada de la AT?
November 14, 2016
Corría el Año… Mao Zedong
Espero que disfruten este Corría el año… God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí los dejo con Corria el año…
http://www.dailymotion.com/video/xqj8mq_corria-el-ano-la-trayectoria-historica-de-mao-zedong_news
November 13, 2016
Pablo, el judio de Tarso (III): Civis Romanus
Ese nacimiento vino acompañado de dos circunstancias extraordinariamente importantes. La primera aparece recogida en un episodio que nos ha sido transmitido en Hechos 22, 24 ss cuando se nos relata cómo Pablo, ya en la década de los cincuenta, fue detenido en Jerusalén por efectivos romanos:
24 Mandó el tribuno que le llevasen a la fortaleza, y ordenó que fuese interrogado con azotes, a fin de averiguar la causa por la que clamaban así contra él. 25 Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿tenéis por legal azotar a un ciudadano romano sin condena previa? 26 Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo ¿Qué vas a hacer? porque este hombre es romano. 27 El tribuno acudió y le dijo : Dime, ¿eres romano? Y Pablo le respondió: Sí. 28 Y comentó el tribuno: Yo tuve que pagar una gran suma para obtener esta ciudadanía. Entonces Pablo le dijo: Pues yo lo soy de nacimiento. 29 Así que, luego se apartaron de él los que le habían de dar tormento y el tribuno sintió temor, porque siendo ciudadano romano, le había atado.
El hecho de que Pablo hubiera nacido con la condición de ciudadano romano indica que su familia ya poseía la ciudadanía, lo que era un privilegio realmente notable [1]. Inicialmente, la ciudadanía estaba limitada a personas que habían nacido en la ciudad de Roma. El privilegio era de tal relevancia que sólo de manera muy gradual – tanto que duró siglos – se fue concediendo a los habitantes de otros territorios de la península italiana. A medida que Roma fue extendiendo su poder por el Mediterráneo, la ciudadanía se concedió de manera excepcional a algunas personas que no eran romanos de nacimiento, pero que tenían cierta relevancia local. Es significativo que sería un hispano llamado Balbo – uno de los mejores colaboradores de Julio César – el primero que no sólo obtuvo la ciudadanía sino que además pudo entrar en el senado. La familia de Pablo – es obvio – no llegó a esa altura pero en algún momento antes del nacimiento de nuestro personaje debió recibir ese privilegio.
Alegar que se era ciudadano romano falsamente se castigaba con la pena de muerte lo que exigía que se pudiera acreditar de manera fehaciente esa condición. En el caso de personas que adquirían la ciudadanía se les entregaba un certificado [1]. Cuando la ciudadanía se tenía al nacer – como fue el caso de Pablo – la certificación consistía en un díptico donde estaba inscrito el certificado de nacimiento.
Las condiciones para llevar a cabo este trámite quedaron establecidas por la lex Aelia Sentia del año 4 d. de C., y la lex Papia Poppaea promulgada cinco años después. En ambos casos, se trata de textos legales en vigor en una fecha muy cercana al nacimiento de Pablo. Sabemos que el registro tenía que llevarse en el plazo de treinta días a contar desde la fecha de nacimiento y en caso de que éste hubiera tenido lugar en provincias, el trámite consistía en una declaración (professio) realizada ante el gobernador provincial (praeses prouinciae) ante el registro público (tabularium publicum). En la professio, el padre del niño o su representante declaraban que era ciudadano romano siguiendo la fórmula ciuem Romanum esse professus est (declaró que era ciudadano romano) y, acto seguido, se inscribía en el album professionum. A continuación, se entregaba una copia de la inscripción al padre o representante, copia que, de manera habitual, llevaba consigo el ciudadano [1], aunque también se daba el caso de que permaneciera archivado en su casa familiar [1].
Las consecuencias de la ciudadanía no eran de escasa relevancia. El primer texto legal que se refiere a ellas es la Lex Valeria del año 509 a. de C., pero Julio César las había confirmado en virtud de la Lex Iulia de ui publica. No sólo concedía al ciudadano los derechos relacionados con la ocupación de determinados cargos, sino que además le confería el derecho a recibir un juicio justo, la exención de ciertas formas de ejecución especialmente vergonzosas – como la cruz – y la protección frente a una ejecución sumaria. Esas garantías legales no estaban, ni lejanamente, al alcance de los no-ciudadanos.
¿Qué razones pudieron llevar a las autoridades romanas a conceder la ciudadanía a los antepasados de Pablo? Sabemos que no eran judíos asimilados como tendremos ocasión de ver más adelante. La explicación obligada es que su padre, su abuelo o su bisabuelo rindieron servicios notables a Roma. Como se ha señalado ya en alguna ocasión, un procónsul romano que tuviera que llevar a cabo misiones de combate hubiera agradecido contar con la colaboración de una empresa dedicada a fabricar tiendas de campaña [1]. La hipótesis, desde luego, resulta muy verosímil y además explicaría incluso el orgullo de Pablo años después al referirse a su condición de ciudadano romano. A pesar de su condición de provinciana, su familia había obtenido la ciudadanía y lo había hecho gracias a un valioso servicio rendido a Roma. Sin embargo, el gran orgullo de Pablo – la clave para entenderlo de manera cabal – no residía en su condición de romano, sino de judío.
CONTINUARÁ
November 12, 2016
Put your hand in the hand
Sin embargo, para mi – que en su día escribí una versión española de la canción – lo más importante es su mensaje sencillo y, a la vez, vital. El ser humano – por más que se empeñe en lo contrario – no puede dar nada a Dios. Carece de méritos propios que ofrecerle y mucho menos cuenta con ceremoniales, ritos o un listado de acciones que le permitan ganarse el favor de Dios. Le guste o no, todo es juicio o, por el contrario, gracia inmerecida en la relación entre Dios y los hombres. Jesús ofrece su mano a los seres humanos para que depositen la suya a su vez y confíen en él para el presente y el futuro. No les da un mapa – ni siquiera una brújula – para avanzar… pero sí les da la mano. Ahora cada cual ha de decidir si pone la mano en la de Jesús o prefiere seguir caminando por su propia cuenta.
Yo les dejo con tres versiones de la canción – ya percibirán que es una de mis favoritas – la original de Anne Murray, la extraordinaria de Elvis Presley y una del coro de jóvenes de una iglesia evangélica en Colombia. Espero que las disfruten todas. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está Anne Murray
www.youtube.com/watch?v=SY-2XHqKGuw
Elvis que cada año canta mejor
www.youtube.com/watch?v=os2w4S3932g
Una notable versión juvenil hispana
November 11, 2016
Por qué ganó Trump las elecciones
No puedo reproducir todos los programas de radio y televisión en que estoy interviniendo ni tampoco las colaboraciones en prensa. Sí quiero que puedan examinar algunos. Les incluyo mi intervención hace un par de noches en el programa El Espejo de J. M. Cao. Mi interlocutor era de primer nivel y Cao estuvo, como siempre, estupendo. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
http://www.americateve.com/programas/el-espejo-94/emision/el-espejo-110916-176130
http://www.americateve.com/videos/votantes-hispanos-no-fueron-suficientes-clinton-176134
Los Profetas: Hageo (II): el segundo oráculo
Este dato ya resulta de por si notable porque no es precisamente la conducta a la que estamos acostumbrados por parte de dirigentes que se supone son espirituales. Los vemos hacerse fotos con políticos, intentar obtener de ellos beneficios, utilizarlos como peldaños en su ascenso personal y, por supuesto, callar todo lo que se piense que pueda incomodarlos. A lo largo de mi vida, he visto a obispos y cardenales ayudando a jefes de gobierno a pactar con terroristas, a clérigos ordenando la retirada de libros donde se mencionaba negativamente la ideología de género para no impedir el cobro de subvenciones, a autoridades eclesíasticas callando ante el rumbo desastroso de su sociedad alegando que no están para eso sino para representar a sus correligionarios ante el poder, a papas defendiendo a dictadores en lugar de a sus víctimas… De todo he sido testigo con profundo dolor y creciente asco. Hageo no era, desde luego, de esa clase de hombres.
El profeta se dirigió al gobernador y al sumo sacerdote de la misma manera que al resto del pueblo (2: 2). No puso paños calientes, no se mostró dialogante, no intentó obtener algo para él. Por el contrario, apuntó a la realidad. La situación era penosa y no soportaba la comparación con el pasado (2: 3). A decir verdad, aquello se acercaba a nada cuando se contemplaba el presente y lo que otros habían visto tiempo atrás. No servía de nada ocultarlo. Mediaba un abismo y la solución no era mentir ni esconder la verdad. Había que reconocer, primero, la realidad y luego ponerse a trabajar para cambiarla (2. 4). Si aquella gente cobraba ánimo, si trabajaba, si no se dejaba atrapar por el temor, la situación podría ser remontada de una manera radical. Pero además sucedería algo más relevante todavía. La presencia de Dios sería tan evidente que las naciones enviarían sus donativos más preciados al lugar. De hecho, la referencia en el v. 7 al Deseado, según algunas traducciones, en el texto hebreo no va más allá de lo precioso. Entonces la gloria de Dios – del Dios que tiene todo el poder sobre las riquezas - llenaría la casa. El resplandor de la casa sería mayor que el de la anterior y el lugar recibiría paz (2: 9).
Hay toda una filosofía de la Historia en este pasaje. A lo largo de los siglos, no son pocos los que han deseado asegurarse el bienestar y la prosperidad mediante el pacto con el poder. Mediante silencios interesados y mentiras complacientes, han podido obtener incluso no pocos beneficios. En esa conducta, no ha significado un obstáculo ser religioso sino que incluso muchas veces ha constituido un aliciente añadido para la prostitución. El mensaje de Hageo es muy diferente. Hay que decir la verdad sin límites aunque se esté en presencia de los poderosos. No hay que temer las consecuencias de ese acto porque, a fin de cuentas, Dios es el Señor del oro y de la plata. Pero lo que es más importante es que ese testimonio es el que acaba atrayendo a las naciones por encima de lo que se pueda seguir obteniendo mediante cualquier capitulación en los principios. Sólo siendo fiel a esa conducta se puede experimentar la gloria de Dios y sentir paz (2: 9).
CONTINUARÁ
November 10, 2016
OT
Lo creo y no me sorprende. Confieso que no sentí el menor interés por la primera edición de Operación Triunfo. Tiempo para ver concursos televisivos, desde luego, no me sobraba. Sin embargo, no tardé en percatarme de su repercusión al escuchar a mi hija mencionar a Chenoa, a Rosa o a Bisbal como si fuera gente de la familia. Luego hizo acto de presencia mi madre señalándome su encandilamiento con aquellos chicos que cantaban tan bien y eran tan guapos. Manu Tenorio, según su criterio, era como una especie de Paul Newman, pero además con buena voz. Sin embargo, cuando capté a fondo la importancia de OT fue al saber, a través de diversas fuentes, que Jordi Pujol odiaba el concurso. Tenía sus razones y no me refiero a que entre ellas estuviera la envidia odiosa que siempre despiertan en los feos y deformes la juventud y la belleza. No. Lo de Pujol iba más allá que lo que podríamos denominar el complejo de Quasimodo. En realidad – y así me lo confirmaron distintas personas – en aquella competición veía una derrota de sus planes de décadas. Semana tras semana, en la televisión aparecían aquellos jóvenes que se esforzaban a diario, que procedían de los cuatro puntos cardinales de España, que competían limpiamente y sin pensar en tratos preferenciales o hechos diferenciales y que, sin proponérselo, constituían el reverso absoluto de la conducta del nacionalismo catalán. A ellos no los iban a separar por imponer una lengua minoritaria ni tampoco los iban a manipular en la mentira y el odio hacia los otros ni les inocularían un mensaje falso y victimista. Por si fuera poco, no pocos catalanes – votantes de Pujol incluidos – estaban entusiasmados con los chicos de OT. Recuerdo, por ejemplo, como en un viaje a Barcelona la persona que me fue a recoger, catalán de pura cepa con el que solía hablar de Josep Plà, me contó que se había comprado los álbumes de todos porque todos eran estupendos. No he podido dejar de rememorar todo esto ahora porque OT es un espejo de lo que podría ser España y no es precisamente por culpa de gentes como Jordi Pujol. En limpia lid, podrían salir adelante los que tienen talento y unir tras de si en sana admiración a la inmensa mayoría de los españoles. Todos sabemos que, por desgracia, no es así. A esos jóvenes que se esfuerzan y trabajan, como mucho les espera, si tienen la inmensa fortuna de encontrar empleo, ser esquilmados por Montoro para que el dinero vaya a parar a los Pujoles de turno.
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