César Vidal's Blog, page 45

May 7, 2017

Pablo, el judío de Tarso (XXII):  El concilio de Jerusalén (I): las circunstancias [1]

Las primeras consecuencias de aquel escrito no se hicieron esperar. En torno al año 49, es decir apenas unos meses después de la redacción de la carta a los Gálatas, la cuestión de la relación entre los gentiles y la ley volvió a plantearse en Antioquía.

Algunos judeo-cristianos de Palestina sintieron una preocupación tan honda por el problema como para desplazarse hasta Antioquía e intentar imponer lo que consideraban que serñia una solución óptima para el problema. Al parecer, los mencionados judeo-cristianos eran de origen fariseo (Hch 15, 5) y cabe al menos la posibilidad de que aún siguieran formando parte de alguna hermandad de esta secta.



De acuerdo con la fuente lucana, la insistencia del partido de la circuncisión en favor de su postura terminó por crear tal malestar en la comunidad antioquena que ésta optó por enviar una delegación a Jerusalén - en la que Pablo y Bernabé parecen haber tenido un papel relevante - para solventar el conflicto. Lo que allí se decidió resultaría esencial en el desarrollo posterior del judeo-cristianismo, en particular, y del cristianismo, en general.



El denominado concilio de Jerusalén es un suceso al que la fuente lucana dota de una significación absolutamente esencial, similar a la que otorga a la visita de Pedro a la casa de Cornelio y a la conversión de Pablo. Sustancialmente coincidimos con ese punto de vista. El mismo aparece descrito como una reunión de apóstoles sin determinar cuantos de ellos estaban presentes y citando sólo alguno de los nombres - y ancianos de la comunidad jerosilimitana cuya finalidad era zanjar de manera definitiva la cuestión de los términos en que un gentil podía ser admitido en el seno de la comunidad (lo que implicaba una referencia al tema de la circuncisión), así como el grado de contacto social que podía existir entre judeo-cristianos y gentil-cristianos. De acuerdo a la fuente lucana, el concilio fue precedido por un informe de Pablo y Bernabé acerca de la misión entre los gentiles en Chipre y Asia Menor, aunque ninguno de los dos pudo participar de manera activa en la reunión subsiguiente.



La fuente - o fuentes - reflejada en el libro de los Hechos parece dotada de una notable claridad y precisión a la hora de describir el evento y, de hecho, los problemas de comprensión surgen sólo cuando se pretende identificar lo narrado en Hechos con lo relatado por Pablo en Gál 2, 1-10, donde se habla de un encuentro de éste y Bernabé con los tres pilares de la iglesia jerosilimitana: Santiago, Pedro y Juan. Sin embargo, de una lectura simple de las fuentes se desprende con facilidad que los sucesos recogidos en Gál 2, 1-10 y Hechos 15 son dos acontecimientos distintos e independientes. Las razones para esta interpretación pueden resumirse de la siguiente manera:





a) El tema de discusión. Mientras que en Gál 2, 1-10 el objeto del encuentro fue la delimitación de zonas de misión - Pablo y Bernabé entre los gentiles, Pedro entre los judíos - y parece dudoso que se llegara a hablar de la circuncisión . El episodio relatado en Hechos 15 relata, por el contrario, una reunión relacionada de manera casi exclusiva con este tema y en la que no se abordó la discusión sobre la adscripción de competencias en la misión.





b) Los protagonistas. Mientras que en Gál 2, 1-10 se nos habla de una reunión privada (Gál 2, 2) en la que habrían estado sólo Pablo y Bernabé, por un lado, y los dirigentes jerosilimitanos por otro; en Hch 15 nos hallamos con una conferencia pública (Hch 15, 12 y 22) en la que ni Pablo ni Bernabé participaron de manera directa.





c) El momento. Por último, como ya vimos, Pablo menciona en Gálatas 1 y 2 varias visitas a Jerusalén que excluyen la posibilidad de que los dos relatos se refieran al mismo episodio. La primera visita fue tres años después de su conversión y corresponde con el episodio narrado en Hch 9, 26-30. En el curso de la misma estuvo con Pedro quince días (Gál 1, 18-19), pero no vio a ningun otro apóstol salvo a Santiago, “el hermano del Señor”. La segunda visita – que se produjo catorce años después acompañado de Bernabé y Tito (Gál 2, 1 ss). Corresponde, como ya señalamos en un capítulo anterior, al relato recogido en Hch 11, 30 y es en el curso de la misma cuando se produjo una división del área de misión, pero, en absoluto, se nos menciona nada similar a lo narrado en Hch 15.





d) La conclusión. Mientras que el episodio de Gálatas no hace referencia a ninguna solución dispositiva final, el de Hch 15 sí contiene la misma - como veremos más adelante - y ésta se halla bien atestiguada históricamente por otras fuentes como el Apocalipsis (2, 14 y 20), Tertuliano (Apologia IX, 13) y Eusebio (HE, V, 1, 26). No parece que el mismo fuera ya entendido correctamente por los mencionados Padres - por ejemplo, en relación con los mandatos del pacto con Noé - pero la referencia al mismo indica que venía de antiguo y que su origen tenía la suficiente autoridad como para que no se considerara abrogado. Razones muy similares, sin duda, debieron llevar al autor de Hechos a recogerlo en su texto, lo suficiente como para atribuirle un origen muy antiguo y, dada su aparente ambigüedad, apostólico. Tales notas encajan perfectamente con la aceptación de un concilio como el descrito en Hch 15, pero son imposibles de admitir si pensamos que la entrevista de Gálatas y Hch 15 se refieren al mismo episodio.





De las enormes diferencias entre los dos episodios algunos han desprendido o que la fuente lucana recoge el mismo suceso, pero lo narra peor – lo que como hemos visto es imposible dadas las enormes diferencias entre los dos y la imposibilidad de armonizarlas - o que el episodio de Hechos 15 es falso y, en realidad, sólo aconteció lo narrado en Gálatas 2, 1 ss - lo que colisiona con la universalidad de aceptación de los mandatos de Hechos 15 que describiremos más adelante en este capítulo. Lo cierto es que ambos puntos de vista parecen partir de una presuposición bien discutible - o la falsedad del relato lucano o la necesidad de identificar éste con lo mencionado en Gálatas, una fuente paulina escrita antes del episodio de Hechos 15 - que ni es cuidadosa en la crítica de fuentes ni les hace justicia, porque éstas resultan armónicas. De hecho, Pablo coincide totalmente con la fuente lucana en todas las visitas realizadas a Jerusalén con anterioridad a la mencionada en Hechos 15. Esta última, sin embargo, no es mencionada en Gálatas porque todavía no había tenido lugar. Tal circunstancia cronológica explica asimismo que el episodio sobre la comunión con los gentiles – disputa con Pedro, etc . Otra tercera opción es la de admitir que ambos episodios son distintos, pero que la entrevista de Gálatas tuvo lugar en privado inmediatamente antes de la reunión pública de Hechos 15 . Precisamente por ello, la carta a los Gálatas reconoce la tensión con Pedro - pese a los frutos de la entrevista recogida en Hechos 11 – y no menciona el concilio de Jerusalén, sino que recurre a la elaboración teológica para abogar en favor de la justificación por la fe, que excluye la idea de una salvación por obras y exime a los gentiles de la circuncisión.



Con posterioridad a la redacción de Gálatas, el problema no sólo no se solventó sino que incluso se agudizó con la visita de los jerosilimitanos partidarios de la circuncisión (Hch 15, 5). Tal episodio obligó, finalmente, a pedir ayuda a Jerusalén en la resolución del conflicto y fruto de ello es precisamente el concilio que tuvo lugar en esta ciudad.





CONTINUARÁ



Sobre este episodio, véase: H. Lietzmann, “Der Sinn des Aposteldekretes und seine Textwandlung” en ”Amicitiae Corolla presented to J. R. Harris”, ed. H. G. Wood, Londres, 1933, pgs. 203 ª1; K. Lake, “The Apostolic Council of Jerusalem” en ”Beginnings”, I, 5, Londres, 1933, pgs. 195-212; M.



Dibelius, “The Apostolic Council” en ”Studies in the Acts of the Apostles”, Londres, 1955, pgs. 93-111; B. Reicke, “Der geschichtliche Hintergrund des Apostelkonzils und der Antiocheia-Episode”, en Studia Paulina in honorem J. de Zwaan, ed. J. N. Sevenster y W. C. van Unnik, Haarlem, 1953, pgs. 172-87; E. Haenchen, “Quellenanalyse und Komposi­tionsanalyse in Act 15” en Judentum, Urchristentum, Kirche: Festschrift für J. Jeremias, ed. W. Eltester, Berlín, 1964, pgs. 153-64; M. Simon, “The Apostolic Decree and its Setting in the Ancient Church” en ”Bulletin of John Rylands Library”, Manchester, 52, 1969-70, pgs. 437-60; G. Zuntz, “An Analysis of the Report about the Apostolic Council” in ”Opuscula Selecta”, Manchester, 1972, pgs. 216-49; T. Holtz, “Die Bedeutung des Apostelkonzils für Paulus”, en ”Novum Testamentum”, 16, 1974, pgs. 110-48; D. R. Catchpole, “Paul, James and the Apostolic Decree” en ”New Testament Studies”, 23, 1976-7, pgs. 428-44; E. Bammel, “Der Text von Apostelgeschichte 15” en ”Les Actes des Apotres, Bibliotheca Ephemeridum Theologicarum Lovaniensium”, 48, ed. J. Cremer, Gembloux-Lovaina, 1979, pgs. 439-46; A. Strobel, “Das Aposteldekret als Folge des Antiochenischen Streites” en ”Kontinuitat und einheit: Festschrift für F. Mussner”, ed. P.G. Müller y W. Stenger, Friburgo, 1981, pgs. 81-104; R. Kiefer, ”Foi et justification a Antioche. Interpretation d’un conflit”, París, 1982; C. K. Barrett, “Apostles in Council and in Conflict” en ”Freedom and Obligation”, Londres, 1985, pgs. 91-108; P. J. Achtemeier, ”The Quest for Unity in the New Testament Church”, Filadelfia, 1987; R. Aguirre, ”La iglesia de Antioquía de Siria”, Bilbao, 1988, pgs. 33 ss.





Según F. F. Bruce, ”The Acts of the Apostles”, Grand Rapids, 1990, pg. 282



En el mismo sentido, ver: T. W. Manson, ”Studies in the Gospels and Epistles”, Manchester, 1962, pgs. 175-6; B. Orchard, “A New Solution of the Galatians Problem” en ”Bulletin of John Rylands library”, 28, 1944, pgs. 154-74; Idem, “The Ellipsis between Galatians 2, 3 y 2,4” en ”Biblica”, 54, 1973, pgs. 469-81; M. Hengel, Acts and the History of



Earliest Christianity, Filadelfia, 1980, p. 117.



Se han propuesto otras alternativas a las de esta secuencia cronológica y así algunos han



fechado la discusión de Gálatas 2, 11-14 antes de la conferencia de 2, 1-10, ver: T. Zahn, Der Brief des Paulus an die Galater, Leipzig, 1922, p. 110; H. M. Feret, Pierre et Paul á Antioche et á Jérusalem, París, 1955; J. Munck, Paul and the Salvation of Mankind, Londres, 1959, pgs. 100-3. W. L. Knox considera, por el contrario, que la controversia de Antioquía entre Pedro y Pablo es anterior al primer viaje misionero de éste y que, de hecho, fue causa del mismo, ver: The Acts of the Apostles, Cambridge, 1948, p. 49. La tesis plantea enormes problemas como sería el del enfrentamiento de un Pablo desconocido con un Pedro de enorme relevancia.





En ese sentido: J. B. Lightfoot, St. Paul’s Epistle to the Galatians, Londres, 1865, pgs. 125-6; H. N. Ridderbos, The Epistle of Paul to the Churches of Galatia, Grand Rapids, 1953, pgs. 78-82. Tal posibilidad choca con la seria objeción de que de haber sido así Pablo hubiera utilizado tal argumento al escribir a los gálatas, ver: F. F. Bruce, The Acts of the Apostles, Nueva York, 1990, pg. 283.

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Published on May 07, 2017 02:12

May 6, 2017

Ein feste Burg ist unser Gott

Que el papa haya formulado contra una la bula de excomunión con lo que implicaba de condena a ser arrojado a las llamas y que, al mismo tiempo, el político más importante de la época te haya proscrito con la misma intención que el sumo pontífice no es, desde luego, una suerte envidiable.

A juzgar por precedentes como el de Jan Huss, cuando sucede algo semejante el disidente acaba siendo siempre carne de hoguera y su cuerpo termina reducido a pavesas. En esa situación se encontró también Lutero cuando a la condena de un papa llamado León X – personaje de vida no precisamente ejemplar – se sumó la de Carlos I de España y V de Alemania. Lutero había señalado que comparecería ante la Dieta imperial aunque hubiera demonios en todos los tejados. Quizá no fue así, pero, al término de la Dieta, su vida no valía un comino. Justo entonces, inspirándose en un salmo, escribió un himno que se convertiría por sus propios méritos en un himno de la Reforma. Se trata del famoso Castillo fuerte es nuestro Dios.



Siempre ha sido uno de mis himnos preferidos porque expresa una realidad incontestable. Las contrariedades pueden sumarse; los enemigos, acumularse; las dificultades, multiplicarse. Sí todo eso puede suceder y aún más, pero Dios es un castillo fuerte contra el que se estrellan todos los adversarios e incluso si, en algún momento, pereciéramos, como todo perece en este mundo, Su Reino queda.



En distintas ocasiones, he oído hablar de grandes hombres. Se puede coincidir o no con los que están en el listado de cada uno, pero yo me quedo no con los que otros consideran grandes sino con los que se confían en el Dios grande, inmensa, indescriptible, grandiosamente grande, que es una fortaleza inexpugnable para los que se acogen a El con fe. En esta semana, en especial, lo he vivido así. Por enésima vez, he comprobado que no hay que actuar jamás de acuerdo con el temor o el interés sino conforme a lo que se considera justo, con serenidad y con fe, y que hay que hacerlo así confiando de todo corazón en que Dios es el castillo fuerte por excelencia. El resultado es una paz, una alegría y un sosiego que no puedo describir con palabras, pero que he vivido con mucha fuerza en los últimos días.



De este bello himno les incluyo hoy cuatro versiones. La primera en su lengua original, el alemán; la segunda, coral y en inglés; la tercera, en español y la cuarta, coral y orquestal, en inglés con subtítulos. Deseo que las disfruten, pero, sobre todo, anhelo que esa experiencia de Dios como castillo fuerte se convierta en su realidad cotidiana. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!



Ésta es la versión en lengua original.



www.youtube.com/watch?v=rOm1_ta4rGI



Una versión coral en inglés interpretada en el castillo donde Lutero se ocultó para no ser ejecutado por el papa o el emperador



www.youtube.com/watch?v=DBVYzrCpYdA



Ésta es la versión coral en español



www.youtube.com/watch?v=qjRYw42iKhw



Y aquí está la versión coral y orquesta en inglés con subtítulos en español





www.youtube.com/watch?v=MMEe-0xPiR8

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Published on May 06, 2017 03:00

May 4, 2017

Elecciones en Francia

Los visitantes de este muro tendrán que disculparme este viernes por suspender el estudio bíblico. Hay elecciones en Francia y no he querido retrasar esta entrevista a una fecha posterior. Para no pocos, sonará extraño lo que digo y más cuando los medios de comunicación españoles están empeñados en desinformar empeñados, por ejemplo, en decir que Macron es Albert Rivera o que Marine Le Pen es de ultraderecha. Espero que me disculpen esta licencia y que también les resulte de utilidad el contenido de la entrevista. Dios mediante, la semana que viene continuaremos con nuestro estudio de los Evangelios. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!

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Published on May 04, 2017 23:45

Cien días con B plus

Fue F. D. Roosevelt el que acuñó el término de los cien días como período de tiempo para juzgar la labor presidencial. Trump ya los ha pasado y resulta obligado examinarlos. El diagnóstico es variopinto.

Los primeros días fueron vertiginosos mientras Trump comenzaba a golpear a lobbies privilegiados como el ambientalista, el gay o el abortista intentando contentar a los electores cansados de las castas subvencionadas. Fueron jornadas de entusiasmo entre sus votantes que sufrieron un parón doloroso cuando Trump no consiguió desmantelar el Obamacare en medio de noticias continuas sobre las relaciones del presidente y de su equipo con la Rusia de Putin. De ese impasse – y de las referencias machaconas a Rusia – ha terminado saliendo Trump gracias a varias decapitaciones, un más que discutible bombardeo en Siria y unas maniobras militares en las cercanías de Corea que sólo Dios sabe en qué acabarán. Sobre este trasfondo desigual, Trump ha dado pasos que pueden marcar enormemente la Historia de los próximos años.



El primero ha sido una configuración del Tribunal supremo que, previsiblemente, no realizará una jurisprudencia creativa sino que, por el contrario, respetará de manera escrupulosa la constitución. Esa batalla - en la que el partido demócrata lanzó al asador toda la carne – se ha saldado con una victoria de Trump en una cuestión que había impulsado a no pocos norteamericanos a votar en su favor.



El segundo – a ello me referí en un editorial la semana pasada - es la configuración de una reforma fiscal que puede traducirse en la mayor bajada de impuestos para las empresas y las clases medias de toda la Historia de Estados Unidos. La medida implicaría un relanzamiento de la economía verdaderamente espectacular, bien distinto de otras experiencias de gobiernos, como el español, que han subido impuestos y que, tras decir durante años que ya se había salido de la crisis, ahora anuncian que ese final se encuentra en el futuro.





El gran enigma, tras cien días, sigue siendo si Trump logrará que el resto del planeta no complique su plan de acción – fundamentalmente de política interior - o, por el contrario, como sucedió con la Gran sociedad de Johnson, los conflictos internacionales arruinarán un proyecto susceptible de inyectar prosperidad a los Estados Unidos como, quizá, no se ha vivido desde los años setenta. De momento, lo logrado, lo frustrado y lo posible, pero envuelto en interrogantes, permite dar a Trump una calificación que, siguiendo la metodología norteamericana, sería de B plus.

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Published on May 04, 2017 00:45

May 2, 2017

Alí Babá y los cuarenta ladrones

Era yo todavía muy joven y ejercía aún la abogacía - hará un cuarto de siglo – cuando uno de los hermanos Ybarra me contó una historia peculiar. Durante la guerra civil, uno de sus compañeros de la aviación solía regresar en camino a la base leyendo un libro en árabe. Sorprendido por aquella persistente afición, Ybarra acabó preguntándole de qué obra se trataba.

Su camarada de armas le respondió: “El mejor libro que se ha escrito nunca. La historia de Alí Babá y los cuarenta ladrones”. Debo reconocer que la afirmación me parece un tanto excesiva – algo semejante le parecía a Ybarra, todo hay que decirlo - pero, en contra de lo que puedan pensar algunos, los que hemos tenido acceso a la lectura de Alí Babá en árabe sabemos que se trata de un libro auténticamente excepcional. Por supuesto, como casi todo el mundo, las primeras noticias que tuve del peculiar relato se remontan a mi infancia – supongo que en torno a los cinco o seis si es que no antes – y, por supuesto, la historia me pareció subyugante. Que una banda de ladrones pueda ocultar el producto de sus exacciones en una montaña que se abre gracias a unas palabras mágicas no deja de ser fascinante incluso en un mundo de cuentas numeradas en refugios fiscales. Sin embargo, Alí Babá y los cuarenta ladrones es mucho más que un cuento mágico o una historia de aventuras. En realidad, se trata de una novela de media extensión en la que uno de los hilos fundamentales lo constituye – como en el caso de Aladino – la práctica de la magia negra y el conocimiento oculto que sólo algunos poseen y que siempre es peligroso utilizar. De hecho, originalmente, Alí Babá no formaba parte del conjunto de Las Mil y una noches, una obra de origen persa que acabó siendo trasplantada a la cultura árabe gracias en buena medida a las conquistas islámicas. Por el contrario, todo parece indicar que Alí Babá sí tiene un origen meramente árabe, pero conectado de manera directa con tradiciones mágicas de Oriente Medio. A los que hayan viajado por Egipto o Siria en profundidad no les resultará extraña la idea de que los genios malignos se refugian en las cañerías y hay que ahuyentarlo vertiendo en ellas agua hirviendo o de que ciertas enfermedades tienen que ver directamente con la acción de espíritus inmundas. Igualmente, en las páginas de esta maravillosa novela se hallan presentes temas como el mal uso que se puede hacer de las riquezas, el peligro de recurrir a lo oculto cuando apenas se es un aficionado, la prudencia de mantenerse al margen de determinadas conductas y el riesgo que sigue latente aunque se hayan abandonado. Son más que numerosos los paralelos con otras tradiciones ocultas. Así, quien lee Alí Babá no dedica su tiempo a un cuento de niños sino a una historia no poco sofisticada y que, bien entendida, nada tiene que envidiar a los relatos más escalofriantes de Edgar Allan Poe o de Lovecraft.

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Published on May 02, 2017 23:53

Los silencios sobre Arabia Saudí

Desde hace décadas, la opinión pública internacional está sometida a una auténtica catarata de mentiras y ocultaciones sobre Oriente Medio. Ni que decir tiene que esas falsedades tienen como finalidad justificar lo injustificable y enarbolar una bandera de defensa de la democracia que no se corresponde con la realidad. Uno de los casos más obvios – y escandalosos – es el de Arabia Saudí.

Arabia Saudí es un estado artificial fruto de la codicia británica. Ya antes del estallido de la Primera guerra mundial, Gran Bretaña había captado la importancia del petróleo y había comenzado a hincar el diente a pedazos de territorios en Irán y en el Golfo pérsico valiéndose de sus tropas indias. Cuando se inició la Gran guerra y de manera inmediata, las fuerzas indias del imperio británico se lanzaron sobre aquellas tierras con la intención de apoderarse de los pozos de petróleo. No me voy a detener en el despedazamiento de Oriente Medio que pactaron Sykes y Picot, es decir Gran Bretaña y Francia, antes de que acabara el conflicto. De aquel descuartizamiento saldría lo mismo la traición a las promesas formuladas a los árabes que la promesa de crear “un hogar nacional judío” en Palestina. También emergió Arabia Saudí.



A decir verdad, los reyes de Arabia deberían haber sido los hashemíes, pero, al final, Gran Bretaña decidió que éstos acabarán siendo reyes de Jordania y en la península arábiga sentaron a Ibn Saud, un jefe tribal al que consideraron sumiso a los intereses británicos. De ahí el nombre del país que se llamaba la Arabia de Saud, algo tan disparatado como si el nombre de España no fuera España sino España borbónica.



La casa de Saud fue desde entonces un fiel instrumento del imperialismo británico. Lo mismo si el imperio desgajaba Kuwait de Irak que se dedicaba a dar golpes de estado en la zona o se repartía con la URSS – sí, con la URSS – Irán, la Arabia de Saud siempre se plegó a esos intereses. Gran Bretaña nunca se ha retirado del todo de la zona incluso tras el proceso de descolonización, pero la primera potencia mundial pasó a ser Estados Unidos que ha heredado su política en esta parte del mundo. Con una diferencia. Los británicos defendían el imperialismo – la carga del hombre blanco que dijo Kipling – y sus efectos supuestamente benéficos, pero no se les ocurrió legitimar sus acciones apelando a la democracia. Traían el ferrocarril, el telégrafo o las carreteras, pero no pretendieron que llevaban las urnas bajo el brazo. Estados Unidos – y es lógico que lo hiciera – sí apeló a los procesos democratizadores y a la seguridad nacional siquiera porque resulta muy difícil justificar a día de hoy una invasión apelando sólo a la sed de petróleo. El problema es que esas afirmaciones han introducido una ley del embudo internacional que si en Occidente se desconoce en general, en Oriente se considera una cínica manifestación de hipocresía.



Para ser ecuánimes, hay que señalar que los juicios de sucesivos gobiernos de Estados Unidos sobre Irak e Irán han podido estar plagados de mentiras, pero también contienen dosis generosas de verdad. La dictadura de Saddam Hussein era espantosa y no lo es menos la de los ayatollahs iraníes. Sin embargo, lo que causa la mayor indignación a las naciones cercanas es que peor que ambas es el régimen de Arabia Saudí del que sólo se profieren bondades porque sigue siendo un fiel lacayo de proyectos de control de materias primas de dudosa moralidad, como mínimo. En otras palabras, no es que las dictaduras sean malas y la democracia buena – a pesar de que es así – sino que las dictaduras son buenas o malas según se pliegan a ciertos planes. En el caso de Arabia Saudí se suman otras circunstancias ciertamente chocantes.



Quince de las 19 personas presuntamente implicadas en los atentados del 11 de septiembre procedían de Arabia Saudí y sabemos que recibieron respaldo de instancias oficiales saudíes. Sin embargo, no se emprendió acción alguna contra Arabia Saudí. Por el contrario, se invadió Afganistán – que nada tuvo que ver con los atentados y que, supuestamente, proporcionaba refugio a Bin Laden – e Irak que no tuvo la menor relación con el 11-S. Como además Bin Ladin no fue secuestrado y juzgado – como, por ejemplo, hizo el Mossad israelí con Eichmann, oculto en Argentina – nunca se aclararán estos extremos, sin duda, graves. No sólo eso. Tanto Bush como Obama impidieron que las víctimas del 11-S pudieran iniciar un procedimiento legal contra Arabia Saudí. De hecho, tal posibilidad no se ha convertido en real hasta hace unas semanas.



Seguramente, pasarán años hasta que tengamos todos los datos que puedan explicar ese trato de favor hacia la teocracia saudí que, por cierto, respalda a la mayoría de los grupos terroristas islámicos que actúan en todo el mundo. A fin de cuentas, su versión del islam convierte a la de los ayatollahs en una visión ilustrada. Pero incluso pasando por alto ese respaldo, no deja de ser llamativo el silencio de las potencias democráticas frente a Arabia Saudí. Hoy quiero dejarles este documental sobre Arabia Saudí. Contiene sólo botones de muestras sobre ese reino que continuamente se nos presenta como moderado. Que cada uno saque sus conclusiones. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





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Published on May 02, 2017 00:26

April 30, 2017

Junqueras y la ERC visitan Miami

Me cuentan que esta semana, Junqueras, miembro destacado del gobierno de Cataluña y factótum de la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se va a pasar por estas tierras. Se mire como se mire, se trata de una pésima noticia para los que amamos la libertad y los derechos humanos.


La ERC ha sido históricamente un partido de golpistas. En 1934, la ERC se alzó contra el gobierno legítimo de la Segunda república española lo que para intelectuales como Salvador de Madariaga quitó a la izquierda la menor sombra de legitimidad para condenar la sublevación de Franco dos años más tarde. No era poco decir para alguien como Madariaga que no sólo fue un liberal europeo histórico sino también un antifranquista exiliado.



Peor fue la actuación de la ERC durante la guerra civil. La ERC controló el gobierno catalán en comandita con los comunistas y estableció una red de centros de detención, tortura y asesinato conocidos popularmente como checas. Si espantosas fueron las checas de Madrid a las que dediqué un libro del mismo nombre, aún más sobrecogedoras resultaron las de Barcelona. En ellas, los agentes de Stalin asesoraron a los nacionalistas catalanes y a los comunistas sobre formas de tortura hasta entonces novedosas y capaces de helar la sangre porque en ellas se realizaron experimentos sobre las mejores maneras de quebrar el cuerpo y el alma de los detenidos. Si alguno recuerda el final de la novela 1984, debería saber que la tortura que acaba aniquilando a su desdichado protagonista se practicó en estas checas, como, seguramente sabía, un George Orwell que estuvo a punto de perder la vida en Barcelona. En esos años, la ERC secuestró, robó, torturó y fusiló con una profusión sobrecogedora. De manera bien significativa, aquel gobierno de la ERC presidido por Lluis Companys ejecutó en Cataluña a más personas durante los tres años escasos de la contienda fratricida que la dictadura de Franco en la misma región a lo largo de casi cuatro décadas.



Como era de esperar, la ERC vio perdonadas sus atrocidades ya en la época de Franco a los treinta años del final de la contienda cuando se consideraron prescritos los crímenes de la guerra civil. Luego, durante la Transición, la ERC enarboló la bandera de la lucha contra el franquismo y brindó su respaldo al grupo terrorista catalán Terra Lliure. Su cuota de poder iría aumentando con el paso del tiempo hasta el punto de comenzar a gobernar Cataluña en coalición con los socialistas a inicios de siglo. De manera bien significativa, en aquella época la ERC llegó a un acuerdo con la organización terrorista ETA para que no cometiera atentados en Cataluña.



A día de hoy, la ERC no sólo propugna la independencia de Cataluña sino que ha contribuido junto a otras fuerzas nacionalistas a tener un impacto en la economía de Cataluña verdaderamente devastador. Cuando los nacionalistas llegaron al poder en esta hermosa región española, la misma se encontraba a la cabeza de España. Ahora es la séptima región amén de la más endeudada y de contar con un bono público que las agencias internacionales de calificación consideran situado dos escalones por debajo del bono basura, algo así, como el bono excremento. No puede ser de otra manera dada la corrupción que implantaron. Esta misma semana, ha ingresado en prisión el hijo mayor de Jordi Pujol, presidente de Cataluña durante casi un cuarto de siglo. La noticia es sorprendente, pero porque la administración de justicia ha tardado en dar ese paso casi un lustro a pesar de saber que la familia Pujol – definida por el juez como organización para delinquir – ha trasladado más de tres mil millones de euros a Centroamérica fruto de la corrupción ejercida desde el poder.



Con ese panorama de corrupción y radicalismo político, no puede sorprender que las empresas huyan desde hace años de Cataluña. No es, desde luego, porque esta región no viva y sobreviva a costa del resto de España. Su aporte al producto interior bruto español es de un 17 por ciento. Sin embargo, es la región en la que se gasta más dinero público en infraestructuras, la que se lleva el sesenta - ¡sí, sesenta! – por ciento del FLA, el fondo de ayuda económica para las diecisiete regiones españolas, y la que tiene un déficit tan escandaloso que se calcula que no alcanzará cifras razonables antes del año 2050.



Añadan ustedes que esa misma región mereció hace apenas un lustro un documento expreso del Departamento de estado de Estados Unidos en el que señalaba que era motivo de honda preocupación no sólo por su inmensa corrupción conectada con redes del crimen internacional sino también por que en ella se reclutaba a la mayoría de los terroristas islámicos de Europa. La razón de esta última circunstancia era inquietantemente lógica. Impulsados por su odio al español y su deseo de sustituirlo por el catalán – la lengua madre de unos tres millones de personas – los nacionalistas catalanes habían preferido abrir las puertas de la región a gentes procedentes del norte de África que no sabían español a franquearlas a inmigrantes procedentes de Hispanoamérica que padecían la horrible mancha de conocer la inmortal lengua de Cervantes.



Tampoco puede sorprender que las amistades internacionales de la ERC no sean mejores. Si en 2008, la ERC utilizaba la televisión de Evo Morales para atacar a España, a inicios de este mes de abril, la ERC, en alianza con los comunistas de Podemos, impidió que el congreso español condenara las atroces violaciones de derechos humanos perpetradas por Maduro en Venezuela. Esta semana, ERC y Podemos volvieron a repetir la jugada ya en el senado. También hace apenas unas horas, un documental sobre Maduro lo muestra fotografiándose con varios nacionalistas catalanes que enarbolan su bandera. Podría seguir acumulando ejemplos, pero baste recordar que, el 19 de abril de este mismo año, sin embargo, la ERC impulsaba en el ayuntamiento de Barcelona una declaración que denominaba a la ciudad catalana “libre del apartheid” de Israel e instaba a boicotear la compra de productos de esta democracia medio-oriental. Sin duda, se trata de ejemplos bien significativos de dónde tiene el corazón la ERC.



Ahora Junqueras, el capo de la ERC, viene a Miami en busca de apoyos. Para aceptar recibirlo, habrá que odiar mucho la causa de la libertad o ser un absoluto estúpido a la hora de realizar inversiones.

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Published on April 30, 2017 23:45

Pablo, el judio de Tarso(XXI): El Evangelio segun Pablo: La epistola a los Galatas (IV): La carta

De lo desarrollado hasta ese momento por Pablo en la carta dirigida a los gálatas además se desprendía otra consecuencia no carente de relevancia. A los ojos de Dios el linaje de Abraham no son aquellos que tienen una relación física o genealógica con este patriarca sino los que han creído en el mesías, su descendencia. En otras palabras, la condición de judío no es física, nacional o racial sino espiritual :



Ya no hay judío ni griego ; no hay esclavo ni libre ; no hay varón ni mujer ; porque todos vosotros sois uno en Jesús el mesías y sois del mesías, sois realmente linaje de Abraham y herederos de acuerdo con la promesa” (3, 28-29)





Semejantes palabras, sin duda, podían ser interpretadas de manera muy ofensiva por los judíos de la época de Pablo ya que separaban de Israel a un número considerable de judíos y por añadidura concedía tal consideración a gentiles de origen pagano. Con todo, no era, en absoluto, original. Como ya vimos está claramente contenida en la enseñanza de Jesús y cuenta además con precedentes en los profetas judíos. Fue Juan el Bautista y no Pablo el que señaló que sólo aquellos que se volvían a Dios eran hijos de Abraham y no todos sus descendientes ya que Dios podía levantar hijos de Abraham hasta de las piedras (Lucas 3, 8-9 y par). De la misma manera, Isaías, posiblemente el profeta más importante del Antiguo Testamento, consideró que los judíos contemporáneos que se negaban a volverse a Dios no eran tales judíos sino miembros de Sodoma y Gomorra (Isaías 1, 10). En todos los casos, la perspectiva era palpable : sean cuales sean los condicionamientos nacionales, Israel, el pueblo espiritual de Dios, está formado por los que se comportan como Israel no por los que pertenecen genéticamente a él.



Hasta aquí el razonamiento de Pablo puede ser calificado de impecable, pero, obviamente, surgía un problema que, en el fondo, resultaba esencial para la vida de la comunidad cristiana. Si los gentiles convertidos no iban a guardar la ley mosaica, ¿qué principios morales debían regir su vida ? La respuesta de Pablo resulta de una enorme importancia al señalar que los cristianos debían vivir no como esclavos sino como hijos de Dios, no de acuerdo a rudimentos legales del pasado sino según el impulso del Espíritu Santo :





Ya que sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama : ¡Abba, Padre ! De manera que ya no eres un esclavo, sino un hijo, y puesto que eres un hijo también eres un heredero de Dios por medio del mesías. Ciertamente, en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses, pero ahora que conoceis a Dios, o más bien, que Dios os conoce ¿cómo es posible que os volvais a los rudimentos frágiles y pobres ? ¿cómo es posible que deseís volver a convertiros en esclavos ? Guardáis días, meses, tiempos y años. Me temo por vosotros que haya trabajado en vano en medio vuestro” (4, 8-11)





Ciertamente, se podía alegar que los judíos - que seguían guardando la ley mosaica - eran los descendientes directos, carnales de Abraham, pero, como ya ha indicado antes Pablo, esa circunstancia es mucho menos importante que la de la promesa de Dios. En realidad, se trataba de una especie de repetición del pasado, cuando Abraham quiso por sus propios medios forzar el cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho de darle un hijo y con esa finalidad mantuvo relaciones con la esclava Agar. En aquel entonces Dios insistió en que sus propósitos se cumplirían no por las obras de Abraham - en este caso, tener un hijo de Agar - sino mediante su propia promesa que cristalizó en el hijo que Sara, la esposa de Abraham, le dio. Ahora, buena parte de los judíos pretendía obtener la salvación mediante su esfuerzo como antaño había hecho Abraham juntándose a su esclava. Sin embargo, al igual que en el pasado, el camino no vendría por el propio esfuerzo personal sino por la sumisión a la promesa de Dios. Igual que el hijo de Agar, la esclava, fue rechazado por Dios en favor de Isaac, el hijo de Sara, ahora eran hijos de Abraham no los procedentes de la carne (los judíos) sino los que se apegan a la promesa de Dios (los cristianos fueran judíos o gentiles). Éstos además se deberían caracterizar por una vivencia ética de libertad - pero no de libertinaje - que, por sus propias características, debía superar la normativa de la ley mosaica :





Por lo tanto, permaneced firmes en la libertad con que el mesías nos liberó y no os sujetéis de nuevo al yugo de la esclavitud… del mesías os desligasteis los que os justificáis por la ley, de la gracia habéis caído… porque en el mesías Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor sino la fe que actúa mediante el amor… porque vosotros, hermanos, fuisteis llamados a la libertad sólo que no debéis usar la libertad como excusa para la carne, sino que debéis serviros los unos a los otros por amor ya que toda la ley se cumple en esta sola frase : Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (5, 1, 6, 13-4)





Lo que caracteriza, pues, fundamentalmente al creyente es el hecho no de que se haya visto liberado de la ley mosaica y caiga en una especie de indeterminación ética, sino, por el contrario, que ahora, como hijo de Dios y descendiente de Abraham, se somete al Espíritu Santo. Esto tiene como consecuencia su repulsa ante las obras de la carne y su caracterización por los frutos del Espíritu :





Por lo tanto digo : Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne porque el deseo de la carne es contrario al Espíritu y el del Espíritu es contrario al de la carne… Sin embargo, si sois guiados por el Espíritu no os encontráis bajo la ley. Las obras de la carne son evidentes : adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, disensiones, envidias, iras, contiendas, enfrentamientos, herejías, celos, homicidios, borracheras, orgías y cosas similares a éstas, sobre las que os amonesto, como ya he dicho con anterioridad, que los que las practican no heredarán el reino de Dios. Pero el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, gobierno de uno mismo. Contra estas cosas no existe ley” (5, 16-23)





Sin duda, el modelo ético de Pablo era más difícil que el de cumplir la ley en la medida en que implicaba no tanto ceñirse a un código moral como incorporar una serie de principios éticos coronados por el del amor al prójimo. Que se trataba de una concepción inspirada en la de Jesús resulta innegable, pero que de ella se derivaba una enorme dificultad práctica también resulta imposible de negar. Precisamente por ello Pablo insiste en la necesidad de someterse a esa nueva vida del Espíritu sin desanimarse por los posibles contratiempos y de comprender que lo importante en Jesús es transformarse en una nueva criatura :





No os engañéis. De Dios nadie se burla porque todo lo que el hombre siembra, lo segará. Porque el que siembra para su carne, segará corrupción de la carne, pero el que siembra para el Espíritu, segará vida eterna del Espíritu. Por lo tanto, no nos cansemos de hacer el bien, porque llegado el tiempo segaremos si no hemos desfallecido… en Jesús el mesías no tienen ningún valor ni la circuncisión ni la incircuncisión, sino una nueva creación” (6, 7-9, 15)





Como ya hemos indicado, las tesis de Pablo - la salvación es por la fe sin las obras de la ley, los cristianos gentiles no están sometidos a esta última, los verdaderos descendientes de Abraham son los de la fe en la promesa y entre ellos no podía existir discriminación por ser gentiles, esclavos o mujeres, y la ética debe fundamentarse no en un código sino en la guía del Espíritu Santo - no eran, en absoluto, originales. De hecho, encontramos precedentes suyos en la enseñanza de Jesús y de los judeo-cristianos e incluso en el Antiguo Testamento. Sin embargo, su sistematización y, especialmente, la manera clara y contundente como las exponía Pablo iban a hacer fortuna, a proporcionarles una enorme difusión e incluso a provocar que - muy erróneamente - se adscribieran a él como creador. La carta a los Gálatas iba a tener una repercusión verdaderamente extraordinaria en la Historia de las religiones y, en términos generales, de la Humanidad.



CONTINUARÁ

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Published on April 30, 2017 00:42

April 29, 2017

Where Could I Go But To The Lord

A lo largo de nuestra existencia no son pocas las veces en que el ser humano no sabe adónde ir. Su vida de familia, su matrimonio, su trabajo y, especialmente, su existencia como un ser humano pleno penden de un hilo y lo peor no eso. Lo auténticamente trágico es que no se percibe en el horizonte a quien dirigirse.

Ese es el tema de esta canción. ¿A quién acudimos en una situación así? La respuesta es más que clara: ¡acude al Señor!. Les incluyo una versión de la canción interpretada por Elvis Presley, pero tampoco una en español que he cantado en infinidad de ocasiones desde mi conversión y que, en este caso, es interpretada por Jaime Murrell. Creo en el mensaje de la canción de manera total y absoluta: puedo acudir a Jesús porque sé que me salvó y que ha transformado mi alma. Si no sabe a quién ir… vaya al Señor. Le habla la voz de la experiencia porque El nunca falla y siempre es fiel. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!



Esta es la versión de Elvis Presley



https://www.youtube.com/watch?v=J_s23-_uK4w



Y ésta, en español, la de Jaime Murrell



www.youtube.com/watch?v=CKARdIcPshU

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Published on April 29, 2017 00:31

April 28, 2017

Los Evangelios (IV): La fecha de redacción de los evangelios (IV): Marcos y Mateo

En los estudios anteriores he señalado como Lucas es un evangelio con toda seguridad anterior al año 62 d. de C. – más posiblemente redactado en la década de los 50 – y Juan encaja a la perfección con una cronología situada en los años 40-50 del siglo I.

En cuanto a Marcos 32 suele ser un evangelio al que, convencionalmente, se ubica como el primero y escrito en algún momento de la década de los sesenta. El argumento fundamental – y más que débil – para considerarlo el primero es que se trata del más breve.



Marcos, muy posiblemente, recoge la predicación petrina, una circunstancia que traté de manera novelada en mi libro El testamento del pescador. Se trata de un evangelio dirigido fundamentalmente a los gentiles – lo que descarta que fuera el primero - y, casi con toda seguridad, se forjó en un medio gentil que pudo ser Roma o, menos probablemente, Alejandría. Como ya indicamos, se suele admitir de manera poco menos que unánime que fue escrito con casi absoluta certeza antes del año 70 d. C.



¿Qué sucede con Mateo? La datación, a mi juicio, debe ubicarse en los años 40-50. El papiro Thiede que contiene un fragmento de esta obra paleográficamente debe datarse en los años 40 – quizá incluso antes – y resulta muy posible que fuera uno de los materiales que usara Lucas para escribir su evangelio. Los primeros cristianos estaban convencidos de manera mayoritaria de que había sido el primer evangelio y no resulta nada imposible. Va dirigido a los judíos – algo lógico en un texto muy antiguo – desarrolla los episodios con mucha más brevedad que Marcos o Lucas – lo que es bien significativo – y, muy posiblemente, pudo ser el primer texto completo precedido o no por alguna colección de dichos de Jesús como sostenían algunos de los primeros autores cristianos.



De lo señalado, pese a lo sucinto de la exposición, deberíamos desprender que la redacción de los Evangelios que aparecen en el Nuevo Testamento tendríamos que situarla con anterioridad al 70 d. C. No solo su propia evidencia interna obliga a pensar en esa posibilidad, sino que el único argumento existente para datarlos con posterioridad a la destrucción del Templo (la profecía sobre la misma pronunciada por Jesús, interpretada como vaticinium ex eventu) no sólo carece de la consistencia que aparenta tener, sino que además ese mismo anuncio ya aparecería en la fuente Q –si es que existió - redactada, con toda seguridad, antes del 70 d. C. Se trata, por lo tanto, de fuentes muy antiguas, muy cercanas a los hechos relatados en ellas y derivados de testigos oculares. En su estudio concreto, entraremos ya la semana que viene.



CONTINUARÁ





31 J. L. Martyn, The Gospel of John in Christian History, Nueva York, 1979



(una primera fase redaccional por judeocristianos palestinos entre antes del 66 d. C. y los años ochenta; un periodo medio a finales de los ochenta, y un periodo final posterior a los ochenta); M. E. Boismard, L’Évangile de Jean, París, 1977 (una primera redacción en el cincuenta, quizá por Juan, el hijo de Zebedeo; una segunda en el 60-65, por un judeocristiano de Palestina, quizá Juan el Presbítero, al que se refiere Papías; una tercera redacción en torno al 90 d. C., por un judeocristiano palestino emigrado a Éfeso; redacción definitiva en Éfeso por un miembro de la escuela joánica, a inicios del siglo II); W. Langbrandtner, Weltferner Gott oder Gott der Liebe. Die Ketzerstreit in der johanneischen Kirche, Fráncfort, 1977 (redacción inicial no antes del 80 d. C., en el seno de una comunidad que no es anterior al 66 d. C. La redacción final se situaría hacia el 100 d. C.); R. E. Brown, The Community of the Beloved Disciple, Nueva York, 1979, Cuadros de síntesis (la comunidad joánica se origina en Palestina a mediados de los cincuenta y desarrolla una «cristología alta» de pre-existencia del Hijo que lleva a conflictos con otros judíos. Este periodo concluirá a finales de los años ochenta, redactándose el Evangelio hacia el año 90 d. C.).





32 Sobre este Evangelio, con bibliografía y discusión de las diversas posturas, véanse: V. Taylor, The Gospel of Mark, Nueva York, 1966; H. Anderson, The Gospel of Mark, 1981; E. Best, Mark: The Gospel as Story, Filadelfia, 1983; L. Hurtado, Mark, Peabody, 1983; M. Hengel, Studies in the Gospel of Mark, Minneápolis, 1985; D. Lahrmann, Das Markusevangelium, Tubinga, 1987; R. A. Guelich, Mark 1-8: 26, Waco, 1989; J. D. Kingsbury, Conflict in Mark, Minneápolis, 1989.

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Published on April 28, 2017 00:04

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César Vidal
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