César Vidal's Blog, page 34

August 23, 2017

La píldora roja

La película Matrix nos familiarizó con la idea de una realidad virtual de la que sería posible salir mediante el consumo de una simple píldora.


Lamentablemente, ese recurso es sólo fruto de la imaginación porque si algo parecido a una pastilla se proporciona a los ciudadanos no es para despertarlos sino para mantenerlos totalmente ovejunizados. El documental que les traigo hoy va referido al inmenso engaño que significa la ideología de género y, más en concreto, el feminismo, pero, sobre todo, a los infinitos dramas e injusticias que ocasiona.



Hablar de las mentiras del feminismo y de la ideología de género exige ahora mismo en nuestras sociedades tanto valor como referirse al terrorismo islámico. A decir verdad, la educación, los medios, las legislaciones, los políticos llevan décadas arrodillándose frente a esa ideología y, lamentablemente, todo parece indicar que el camino dista mucho de haber alcanzado la meta. Creo que este documental arroja no poca luz sobre la realidad y no sobre la propaganda del feminismo y el rosario infinito de tragedias que ocasiona en medio de una sociedad a la que está corroyendo hasta los cimientos. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!



www.youtube.com/embed/nnIJN3QQEs0

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Published on August 23, 2017 23:14

El tesoro de Sierra Madre

Posiblemente, nunca llegué a saberse quién fue el personaje que se ocultó durante años bajo el pseudónimo de B. Traven. Sin embargo, hay que reconocer que fue un narrador excepcional y que, como muy pocos, logró reproducir la realidad de un México que salía de la revolución y que se preguntaba qué sería de su futuro.

Sin duda, la novela más conocida – aunque, posiblemente, no la mejor - de Traven sea El tesoro de Sierra Madre. La causa, como en tantos casos, se encuentra en la versión cinematográfica de 1947 que dirigió el extraordinario John Huston y protagonizó el no menos notable Humphrey Bogart. Si otras novelas de Traven se acercaban a la codicia, a la política, a la opresión y al deseo de supervivencia, El tesoro… logró reunir todo en una extraordinaria novela de aventuras que, de entrada, puede entretener, pero que debería llevar a reflexionar más a fondo sobre la condición humana.



El argumento es sencillo. Tres norteamericanos desposeídos y ubicados al otro lado de la frontera del Río Bravo deciden intentar salir de su miseria buscando oro en la Sierra Madre. La peripecia irá dejando de manifiesto lo más hondo e íntimo de la condición humana. La amistad, el deseo de supervivencia, el peligro, la avaricia, la alteración de la personalidad frente a las presiones de la vida son sólo algunos de los aspectos que aparecen en una novela magistral que dio lugar a la que se considera una de las cien mejores películas de la Historia del cine. Insisto: pueden leer el libro o ver la película como una simple historia de aventuras y los entretendrá, pero, a poco que piensen, verán que hay mucho más como, por otra parte, suele suceder con los libros de Traven, uno de los pocos novelistas que considero verdaderamente notable.



Hubiera deseado poder brindarles un video de la película, pero no he dado con él. Sí les acompaño un enlace a un documental sobre el rodaje. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Y aquí está el video





www.youtube.com/watch?v=-8vxfHCZQNE

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Published on August 23, 2017 00:00

August 22, 2017

Grande Nati

Conocí a Nati Mistral de la manera más inesperada. Un día, a la oficina del programa que dirigía en la radio me llegó una grabación suya con un tarjetón diciendo que me escuchaba todos los días. Me crucé con ella poco después en los pasillos y fui yo quien le confesé una admiración nada fingida. Con todo, tardé años en poder entrevistarla a mi gusto.

Era inteligente, aguda, recia. No mucho antes de morir, advirtió a los hombres de que no debían escuchar a las feministas porque, literalmente, los estaban “amariconando”. Y es que Nati era así, capaz de contarle las verdades del barquero al lucero del alba sin que le importara un pimiento lo que pudieran pensar los demás. Yo la admiraba con devoción desde que, siendo niño, la escuché recitar como nadie el Si de Kipling. Bordaba con su dicción insuperable aquellos versos y cuando te había puesto un nudo en la garganta con el “serás hombre, hijo mío” arrancaba a cantar El sueño imposible y te arrastraba a un universo sublime de grandeza que muy pocos intérpretes consiguen abrir. Se cuenta que Fraga le dijo una vez que era capaz de teñir de erotismo hasta el Cara al sol. No me sorprendería porque con más de ochenta años tenía un temple y un tronío, el de la mujer de bandera, que ahora no es posible encontrar ni buscando con un guía indio y un plano. Y es que Nati era grande y en el curso de una conversación lo mismo te entonaba un pasodoble que te cincelaba una poesía como si naciera de sus entrañas y de sus labios. Al final de aquella entrevista que nunca podré olvidar me atreví a preguntarle en qué andaba y me contestó con el mismo salero que si soltara una copla que estaba esperando a la Muerte porque ya había hecho de todo. La Parca ha tardado unos años, gracias a Dios, en venir a visitarla. Me temo que, como con tantos grandes engendrados y nacidos en la piel de toro, no abundarán ni los recuerdos más que merecidos ni los homenajes más que justificados. A mi, sin embargo, me parece que la estoy viendo y que sus ojos negros siguen siendo brillantes y poderosos como siempre. Gracias por todo lo que nos diste, Nati, tu que eras grande de verdad. Descansa para siempre en paz.



http://www.dailymotion.com/video/xsfk5t

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Published on August 22, 2017 00:03

August 20, 2017

Vergüenza

La noticia del atentado de Barcelona me sorprendió mientras concluía un viaje por varias ciudades de México. Me llegó a través de distintos amigos y me sentí como golpeado contra una puerta. Primero, quedé aturdido y después experimenté un dolor que se agudizaba a medida que transcurrían los minutos y se sumaban los cadáveres. Sobre ese dolor, inmediatamente, se superpuso una insoportable sensación de vergüenza.

De repente, sentí vergüenza por no haber denunciado más que los nacionalistas catalanes prefirieran abrir las puertas a los inmigrantes musulmanes antes que a los hispanoamericanos ya que estos últimos estaban contaminados por el pecado de hablar español. Sentí vergüenza por no haber difundido más el informe del departamento de estado norteamericano al que solo yo me referí en los medios españoles y que señalaba que Cataluña se había convertido en la cantera de reclutamiento de terroristas islámicos en el Mediterráneo y constituía un peligro internacional. Sentí vergüenza por no haber protestado más cuando la izquierda podemita alzó la bandera del Welcome refugees y animó a que “la resistencia árabe” se extendiera por Europa. Sentí vergüenza por no haberme enfurecido más cuando la Comunidad de Madrid ha seguido otorgando las ayudas económicas por alquiler de manera mayoritaria a musulmanes foráneos en lugar de a ciudadanos españoles. Sentí vergüenza por no haber insistido más a la hora de denunciar que Montoro practica una miserable política de latrocinio público que empobrece a los españoles para, entre otras finalidades, dar de comer a los terroristas que acaban con sus vidas aunque es dudoso que nunca amenacen la del ministro de Hacienda y la de su pasivo e indigno jefe. Sentí vergüenza por no haber gritado más a los cuatro vientos que resulta una conducta intolerable que se siga subvencionando con el dinero que se arranca a los contribuyentes a las familias de la gente venida del norte de África mientras los ciudadanos españoles siguen soportando casi un veinte por ciento de desempleo. Sentí vergüenza por no haber denunciado con más energía un descontrol migratorio en la Unión Europea que amenaza con aniquilar Europa en el plazo de una generación. Sentí vergüenza por no haber apoyado con mayor energía a dirigentes como Putin u Orban que aman de corazón a sus respectivas naciones y que no están dispuestos bajo ningún concepto a permitir que perezcan, como ya anunció Qadafi, anegadas por los vientres de las musulmanas. Sentí vergüenza por no haber denunciado todavía más a esas ONGs que viven de los más diversos gobiernos y que recogen a los que invaden nuestras tierras en las mismas aguas de África. Sentí vergüenza por no haber descrito más veces la red de intereses clientelares pagada con el dinero de todos que se dedica a difundir esa palabra-mordaza-sambenito que es islamofobia porque hay que sentir fobia, según ellas, a todo lo que odian, pero no se puede experimentar hacia los fenómenos que nos darán la puntilla como civilización. Sentí vergüenza por no haber apuntado más al silencio de los medios antes tantos y tantos hechos porque no es políticamente correcto decir la verdad revelando que un terrorista islámico es un asesino y no un loco y que, a fin de cuentas, esos medios están más atentos a conservar la publicidad y buena parte de los que trabajan en ellos a mantener el puesto de trabajo como sea. Y - ¿cómo no? – sentí vergüenza de no haber vapuleado más a los políticos que afirman que no tienen miedo porque, para qué nos vamos a engañar, con sus rentas aseguradas por el expolio fiscal de las clases medias, con sus guardaespaldas y sus saqueos del presupuestos jamás podrán sentir el miedo que atenaza a los ciudadanos de no poder pagar su vivienda, de no poder llegar a fin de mes, de no poder cuidar de sus hijos o de no poder sencillamente pasear por la calle porque los terroristas musulmanes acechan en cualquier rincón. Sentí vergüenza de todo eso y de muchas más cosas, pero me prometí no volver a sentirla jamás.

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Published on August 20, 2017 23:14

August 19, 2017

Pablo, el judío de Tarso (XXXVI)

El segundo viaje misionero (XII): Éfeso (II): La obra en Éfeso y el choque con el negocio de la religión


Aquella combinación de espíritu de sacrificio, de entrega y de inteligencia no dejó de dar fruto. Durante los casi tres años que Pablo pasó en la ciudad, dirigió la evangelización no sólo en Éfeso sino también en toda la provincia de Asia. A esas alturas, el apóstol contaba con un equipo de colaboradores de especial valía. Por ejemplo, uno de ellos llamado Epafras se ocupó de expandir el mensaje por las ciudades frigias de Colosas, Laodicea y Hierápolis, situadas en el valle del Licus (Colosenses 1, 7; 2, 1; 4, 12 ss). La fuente lucana indica que, fruto de esa labor trienal es que “todos los residentes de Asia, tanto judíos como griegos, escucharan la palabra del Señor” (Hechos 19, 10). Desde luego, su influencia resultó extraordinaria porque la presencia del cristianismo se mantuvo incólume en la zona hasta 1923. En esa fecha, tuvo lugar el intercambio de poblaciones entre Grecia y Turquía y el territorio fue islamizado.



A todo lo anterior debe añadirse otra característica muy especial de Éfeso. A su carácter abiertamente pagano e incluso al culto a la diosa virgen – que tenía paralelos en otros lugares del Mediterráneo - la ciudad unía el estar especialmente contaminada por la afición a las ciencias ocultas. Los autores antiguos nos han transmitido repetidamente la noticia de cómo los documentos que contenían conjuros y fórmulas mágicas recibían el nombre de Ephesia grammata (escritos efesios).



En medio de ese ambiente, Lucas relata cómo “Dios realizaba notables prodigios por mano de Pablo: 12 De tal manera que aun se colocaban sobre los enfermos los delantales y los pañuelos que había llevado y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían” (Hechos 19, 11-12). Lo cierto es que la realización de prodigios por parte de misioneros cristianos en zonas del mundo y épocas donde abunda el ocultismo es un fenómeno muy repetido a lo largo de la Historia y el caso de Pablo no resultó excepcional. Sin embargo, llama la atención que semejantes acciones no fueran impulsadas por el apóstol sino por gente que lo conocía.



Hasta qué punto Pablo debía ser conocido en la zona y vinculado con el mundo de lo prodigioso se desprende de una historia recogida en la fuente lucana. La misma va referida a unos exorcistas ambulantes. Era éste un tipo común en la zona y de la misma manera que hoy podemos ver en los periódicos los anuncios de personas que prometen deshacer hechizos o adivinar el futuro, no era extraña en Éfeso la existencia de personas que vivían del ocultismo y de, supuestamente, ayudar a aquellos que padecían la presión de espíritus inmundos. Como sucede también hoy, estos personajes no dejaban de cosechar fracasos estrepitosos. El texto es el siguiente:





13 Y algunos judíos, exorcistas itinerantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malignos, diciendo: Os conjuro por Jesús, al que Pablo predica. 14 Había siete hijos de un judío llamado Sceva, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Y respondiendo el espíritu maligno, dijo: A Jesús conozco y sé quién es Pablo: pero vosotros ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu maligno, saltando sobre ellos, y dominándolos pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Y esto resultó notorio a todos, tanto judíos como griegos, los que habitaban en Efeso: y el temor los sobrecogió y fue ensalzado el nombre del Señor Jesús.



(Hechos 19, 13-17)



Del relato hay que deducir que, al cabo de un tiempo, el nombre del Jesús predicado por Pablo era considerado por los practicantes del ocultismo como un personaje de suficiente relieve como para invocarle en el curso de sus acciones. Resulta obvio que en ese conocimiento de Jesús debió de tener que ver la labor del apóstol. Sin embargo, Jesús no era una de las fuerzas demoníacas que podían movilizar a su antojo aquellos que se dedicaban a las ciencias ocultas. El episodio de Steva concluyó de mala manera para los que lo habían iniciado. Para ellos sí que no para Pablo. Desde su nacimiento, el cristianismo había marcado una clara línea de separación con no pocos de los comportamientos de la sociedad en que se encontraba. Ahora, una de las cosas que quedaría claramente de manifiesto sería que abrazar la fe en Jesús y practicar alguna forma de ocultismo resultaban radicalmente incompatibles. La fuente lucana es contundente al respecto:





18 Y muchos de los que habían creído, acudían a reconocer y dar cuenta de sus hechos. 19 Asimismo muchos de los que habían practicado artes ocultas, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y calculado su valor, descubrieron que era de cincuenta mil piezas de plata. 20 Así crecía poderosamente la palabra del Señor, y prevalecía.



(Hechos 19, 18-20)



El pasaje, a pesar de su brevedad, constituye un paradigma de las consecuencias del proceso de conversión en el seno de una comunidad cristiana. El individuo aceptaba, por supuesto, algunas nociones teológicas claves como podía ser la identificación de Jesús con el mesías o el Señor; la salvación regalada por Dios por pura gracia y recibida a través de la fe en el mesías; la creencia en la resurrección de los muertos al final de los tiempos, etc. Pero ese paso iba seguido inmediatamente por otro, el de abandonar las prácticas cotidianas que chocaban con los principios éticos de la nueva fe. En este caso concreto, la oposición entre el ocultismo y el cristianismo se tradujo en el rechazo absoluto de la vida anterior. Los libros eran caros en la época de Pablo y cuando estaban relacionados con artes ocultas su precio se disparaba. A pesar de todo, los conversos decidieron deshacerse de ellos quemándolos, un gesto bien claro de rechazo de todo lo anterior. Lo que significaba esa nueva vida y la manera en que podía ocasionar choques con la cultura dominante queda aún más de manifiesto en otro de los episodios relacionados con la estancia de Pablo en Éfeso y transmitido por la fuente lucana.



Los hechos tuvieron lugar precisamente cuando Pablo tenía diseñada su estrategia misionera posterior. A esas alturas, pensaba recorrer Macedonia y Acaya, pasar una vez más por Jerusalén y, finalmente, coronar uno de sus viejos sueños, la visita a Roma. Con la finalidad de preparar el camino había enviado a Timoteo y a Erasto a Macedonia (Hechos 19, 21-22). Y entonces estalló el conflicto que la fuente lucana denomina “un alboroto no pequeño acerca del Camino” (Hechos 19, 23). Los hechos aparecen narrados de la manera siguiente:





24 Porque un platero llamado Demetrio, que fabricaba templetes de plata de Artemis, proporcionaba a los artífices no poca ganancia; 25 los reunió con los obreros del oficio y, dijo: Varones, sabéis que de este oficio derivan nuestras ganancias; 26 y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda la provincia de Asia, ha persuadido a mucha gente para que crean que no son dioses los que se hacen con las manos. 27 Y no solamente existe peligro de que este negocio quede desprestigiado, sino también de que el templo de la gran diosa Artemis sea estimado en nada, y comience a ser destruída su majestad, que es honrada por toda la provincia de Asia y por todo el mundo. 28 Al oír ídas estas cosas, se llenaron de ira, y lanzaron alaridos diciendo: ¡Grande es Artemis de los efesios! 29 Y estalló un tumulto en la ciudad; y todos a una se precipitaron al teatro, arrastrando a Gayo y a Aristarco, que eran macedonios y compañeros de Pablo. 30 y, aunque Pablo deseaba presentarse ante el pueblo, los discípulos no le dejaron. 31 También algunos de los funcionarios principales de la provincia de Asia, que eran amigos suyos, le enviaron comunicación rogándole que no se presentase en el teatro. 32 Y unos gritaban una cosa y otros gritaban otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. 33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, tras pedir silencio con la mano, quería dar explicaciones al pueblo. 34 pero cuando se dieron cuenta de que era judío, se levantó un clamor de todos, que gritaron durante casi dos horas: ¡Grande es Artemis de los efesios! 35 Entonces el escribano, cuando logró apaciguar a la gente, dijo: Efesios ¿y qué hombre hay que no sepa que la ciudad de los efesios custodia a la gran diosa Diana y a la imagen venida del cielo? 36 por lo tanto, dado que esto no se puede discutir, lo más conveniente es que os apacigüéis, y que no hagais nada de manera temeraria; 37 ya que habéis traído a estos hombres, sin que sean sacrílegos ni blasfemen contra vuestra diosa. 38 De manera que si Demetrio y los artesanos que están con él tienen demanda contra alguno, se celebran audiencias y hay procónsules, para que puedan acusarse los unos a los otros. 39 Y si queréis alguna otra cosa, que se decida en legítima asamblea. 40 Porque existe el peligro de que seamos acusados de sedición por lo sucedido hoy, ya que no existe ninguna causa por la cual podamos explicar este tumulto. Y, tras decir esto, disolvió la asamblea.



(Hechos 19, 24-40)





Entre los puntos de fricción entre las comunidades cristianas y la sociedad pagana se encontraba obviamente el del culto a otras divinidades. Por supuesto, se trataba de una cuestión claramente religiosa, pero no estaba ausente otro tipo de intereses. El avance de una fe que no rendía culto a los dioses ni – siguiendo la tradición judía – a las imágenes chocaba obviamente con el fecundo negocio de los imagineros. Si la comunidad se mantenía en buena medida encerrada sobre si misma – como era el caso de los judíos – esas posibilidades de choque quedaban limitadas. Si, por el contrario, como sucedía con los cristianos, las comunidades no sólo no se replegaban sobre si mismas sino que además expandían su mensaje, se convertía en casi inevitable. En el caso de Éfeso, el estallido vino motivado por el imaginero Demetrio que se daba cuenta del impacto que podía tener sobre su negocio el aumento de una fe que rechazaba el culto a los dioses y a las imágenes.



De manera comprensible, la multitud identificó el problema con los judíos y no resulta extraño que uno de los miembros de esa comunidad, Alejandro, intentara explicar todo. Su intención, con certeza, era disociar a los judíos de la predicación de aquel judío que afirmaba que había llegado el mesías judío. Sospechaba – no sin razón – que la ira de los efesios podía caer sobre los judíos y deseaba apuntar como un objeto más adecuado a los cristianos. Semejante comportamiento puede parecernos ahora políticamente incorrecto, pero tenía una enorme coherencia. Los judíos compartían con los cristianos la repugnancia por la idolatría y el politeísmo, pero no estaban dispuestos a crearse problemas en Éfeso. La experiencia les decía que no era difícil que se produjera alguna explosión de cólera antisemita de las que no eran tan raras en Asia



Por su parte, Pablo también tenía la pretensión de hablar a la multitud, una actitud de la que le disuadieron amigos influyentes que, con seguridad, percibían el peligro en mayor medida que el apóstol. Al final, prevaleció la tendencia a la ley y el orden propia de los territorios administrados por Roma. El razonamiento del funcionario difícilmente pudo ser más claro. Había tribunales y procónsules que se ocupaban de administrar justicia, de manera que si alguien consideraba que se le dañaba en sus derechos legales lo que debía hacer era recurrir a las instituciones. Actuar de manera diferente implicaba un riesgo de ser juzgados culpables del delito de sedición, un cargo que Roma reprimía con especial dureza. Por otro lado, ¿quién podía creer que una tradición tan asentada como la de la diosa Artemis iba a ser eliminada por un personaje como Pablo? La asamblea se disolvió pacíficamente. El apóstol tampoco permanecería mucho tiempo en la ciudad.



CONTINUARÁ



Ateneo, Deipnosofistas, XII, 548 c; Plutarco, Charlas de sobremesa, VII, 5, 706e; Clemente de Alejandría, Stromateis, V, 242, 45, 2.





Una colección en K. Preisendanz, Papyri Graecae Magicae I-II, Leipzig, 1928-31.








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Published on August 19, 2017 23:14

August 18, 2017

Dios está aquí

Debían ser los años ochenta y yo estaba en un lugar de la selva colombiana adonde me habían invitado a dar unas conferencias relacionadas con la Biblia. Al llegar a una iglesia, la congregación comenzó a entonar una canción cuyo autor yo conocía personalmente.


Se trataba de una de las composiciones más hermosas, profundas y dulces que he escuchado nunca. Su título es Dios está aquí y recoge la experiencia de la cercanía de Dios, de un Dios que no es distante sino que se encuentra cercano, más cercano incluso que lo parece cerca, de un Dios al que se puede sentir porque es mucho más real que lo que se pueda considerar real. Pocas veces se habrá expresado tanto de manera más sencillas.



Sé que hay una verdadera legión de ladrones y farsantes que se han atribuido con una desvergüenza absoluta la composición de esta magnífica pieza. Deberían estar en la cárcel y, en cualquier caso, no me cabe duda de que un día responderán ante Dios por robar que es como se llama el quedarse con algo que es de otro. La realidad es que su verdadero autor era un joven de Zaragoza llamado Javier Gacías y que, con seguridad, no ha obtenido mucho dinero con la composición. Incluso a veces he pensado que incluso ha debido salir perdiendo con ella y me he preguntado cómo se sentirá al ver cómo han destrozado su obra cambiándole la letra o alterando el hermoso equilibrio musical que él escribió hace ya tanto tiempo. Por ejemplo, la canción dice que “la mañana se levanta”, pero algún analfaburro que no sabía gramática decidió cambiarla por “la mañana se levanta el sol”. Así, como quien no quiere la cosa. Es lo malo de copiar, que no siempre se copia bien y muchas veces se estropea el original. Sin embargo, a pesar de todo, con esta composición cercana, bella, delicada estoy convencido de que ha ayudado e impulsado a millares de personas a elevar sus oraciones a Dios, a confiarse a El y a sentir que El está cerca hablándonos y esperando que lo escuchemos.



Les incluyo una versión reciente del propio Javier Gacías – ya no tan joven – acompañado a la guitarra por su hermano Cuco, una de esas personas a las que espero encontrarme a la otra orilla tocando ese instrumento en alabanza a Dios; otra de Carla Moser y un más que recomendable Make-of con el autor. Espero que las disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Aquí está Javier Gacías



www.youtube.com/watch?v=hjjr43zAY0s





… y aquí Carla Moser



www.youtube.com/watch?v=Yy6pg4aOiEo





Y no se pierdan este Making of



www.youtube.com/watch?v=kwRZothPt8w



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Published on August 18, 2017 23:12

August 17, 2017

Escuchen a la juez Alaya

Hace ya mucho tiempo, comencé a decir en el programa La Voz que la nueva legislación anti-corrupción debería denominarse, en realidad, la Ley Rajoy de corrupción porque lo que pretendía era evitar que se persiguiera a los corruptos, especialmente, a los grandes.


A semejante afirmación – que he repetido hasta la saciedad – no me movía ningún tipo de animosidad sino un simple conocimiento jurídico. El texto – basta leerlo – es ideal para garantizar la impunidad de los canallas que llevan décadas viviendo a costa de saquear el presupuesto. De algunos sólo, claro está, porque otros encima pueden acabar siendo ministros de Hacienda o desempeñar algún otro cargo y dedicarse a desvalijar a los contribuyentes de manera supuestamente legal. Hace apenas unos días y de manera casual encontré en internet una conferencia de la juez Alaya donde asume mis puntos de vista sobre la normativa supuestamente anti-corrupción de Rajoy y no porque sea oyente de La Voz (al menos, hasta donde yo sé) sino que porque está en posesión de un notable conocimiento jurídico. Les recomiendo que la vean en estos días. Lo que dice no puede estar más claro. Sé que algunos lo llaman democracia, pero, en realidad, es un reparto de la riqueza nacional como si se tratara de una tarta de cumpleaños sólo que, como siempre, la pagan no ellos sino el contribuyente.



Y ésta es la conferencia de la juez Alaya



www.youtube.com/watch?v=yPdOA6V7BZ4

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Published on August 17, 2017 23:11

August 16, 2017

Robolución (II)

Señalaba en mi último artículo que los medios están tan focalizados en las acciones deplorables de Maduro que pasan por alto las responsabilidades enormes de los partidos históricos y de la oposición en el triunfo de Chávez y en sus repetidos éxitos electorales. Durante años no sorprende que así fuera.

Chávez logró reducir en un porcentaje espectacular la pobreza. Cuestión aparte es que no tuviera la menor idea de economía, permitiera el surgimiento de una nueva corrupción rampante – la robolución– y colocara a Venezuela en una situación de extraordinaria fragilidad económica. Todos los días se escuchan voces pidiendo nuevas sanciones internacionales y se pasa por alto que Venezuela ya recibió un golpe económico de extraordinaria relevancia cuando Obama pactó con el rey de Arabia Saudí la bajada artificial del precio del crudo. Esa medida – que, como tantas otras, llamó poco la atención a pesar de su inmensa relevancia – condenó a la quiebra a medio plazo a Venezuela. Chávez fue incapaz de diversificar la economía y siguió fiando todo su programa en el mantenimiento del precio del petróleo y en su utilización para obtener complicidades en el exterior y apoyos en el interior. En el momento en que Obama pactó con los saudíes el desplome de los precios al chavismo sólo podía esperarle la ruina porque más del noventa por cien de las exportaciones venezolanas son puro petróleo. Digámoslo claramente: si los dirigentes chavistas hubieran sido gentes honradas y competentes, Venezuela hubiera pasado angustias mortales para salir adelante frente a una bajada artificial del precio del crudo. Como, por desgracia, el chavismo es un paradigma de la corrupción política incluyendo sectores dedicados al narcotráfico y además se caracteriza por esa suma de dislates económicos tan comunes en el socialismo, el resultado ha sido devastador. La tormenta preparada por la administración norteamericana anterior fue de tonos apocalípticos, pero es que, por añadidura, a bordo de la nave del gobierno venezolano, se encuentra una tripulación mezcla del más tonto del barrio y el más ladrón del pueblo. Y aquí entra en juego un factor que no oigo mencionar a la oposición y que resulta esencial. En octubre, vencerán billones de dólares de la deuda venezolana y Maduro no tiene a día de hoy cómo pagarla. En otras palabras, salvo que Goldman Sachs acuda de nuevo en su ayuda o que se produzca un milagro, Venezuela entrará en suspensión de pagos – el terrible default - y Maduro tendrá que irse. Por una sencilla razón. El sistema chavista se ha mantenido en el poder creando la clientela pública mayor del globo. El cincuenta por ciento de su población activa son empleados públicos. Mientras han cobrado su salario, mayoritariamente, han obedecido las consignas. ¿Cómo no hacerlo si además la oposición, de llegar al poder, podría represaliarlos? Todo cambiará si no pueden cobrar y Maduro se enfrentará con una presión insoportable. Precisamente por ello, cuando la robolución chavista podría tener los días contados sería obligado que aquellos que pretenden acabar con ella articularan un plan viable de futuro más allá de paralizar el tráfico, anunciaran si van a mantener la burla constitucional forjada por Chávez o a iniciar un proceso que establezca una legislación verdaderamente democrática y analizaran la realidad en lugar de exigir una más que improbable intervención de Estados Unidos, un golpe militar o la suma de muertes de jovencitos con más corazón que cabeza y más patriotismo que prudencia. Todos ellos fenómenos que, hasta el día de hoy, son susceptibles de traducirse más en sangre que en éxito.

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Published on August 16, 2017 23:11

August 15, 2017

El Banquete

Leí, por primera vez, El banquete en griego. Aquel año, en clase, habían decidido que nos dedicáramos a traducir a Platón y así lo hicimos algunos - ciertamente, no todos - porque, con la pésima calidad de la enseñanza dispensada, la mayoría no sabía por dónde hincarle el diente al texto.


Es lo que ha tenido siempre la UNED que, de manera despiadadamente darwiniana, excluye a los que no son aptos para la supervivencia. Con lo que había traducido yo en las incomparables y siempre recordadas clases del padre Arce en San Antón, El banquete me pareció un juego de niños que podía leer de corrido casi como si estuviera escrito en español. Pero no es ésa la cuestión. Lo que verdaderamente me abrumó en aquella obra fue los distintos enfoques que Platón sabía recopilar en relación con el amor. En aquel banquete en el que los atenienses, según tenían por costumbre, se emborrachaban para luego entregarse a las conversaciones filosóficas, había defensores de la práctica de la homosexualidad bien es verdad que poco o nada parecidas a las tesis del lobby gay; se daban cita los que consideraban que el amor era una divinidad, incluso la mejor de ellas e incluso comparecían los que estaban dispuestos a aceptar cualquier papanatada con tal de que estuviera bien dicha. La diferencia en esta obra la marca - ¿podía resultar de otra manera? – Sócrates. El feo y ocurrente filósofo afirma que el amor es una fuerza superior a los hombres, pero no, ni mucho menos, un dios. Además no se deja arrastrar por la busca del placer, sino por el deseo de transmitir todo lo bueno a los demás. Así, cuando el perverso Alcibíades – una especie de Oscar Wilde ateniense, pero con más talento e indudables ribetes políticos y militares – había intentado acostarse con Sócrates, había cosechado un doloroso fracaso porque el filósofo ni creía ni aceptaba ese tipo de relaciones. Sólo es amor aquello que comunica la virtud al ser amado. Lo demás no pasa de ser un deseo que no tarda en agotarse en si mismo o – quizá peor – una muestra de estupidez o una manifestación de egoísmo. A estas alturas de la vida, no puedo dejar de ver a Sócrates y a su discípulo Platón como personajes superados. Sin embargo, aún disfruto de la fascinación del método de razonamiento socrático copiado de su madre comadrona y me deleito en su griego que, en las traducciones, veo tan mal entendido por gente que, quizá, ni siquiera se ha acercado al original y se ha valido de alguna versión en lengua extranjera. En cuanto al amor… el género humano tuvo que esperar a Jesús y Pablo de Tarso para encontrar una definición del amor que superara la que Platón había dado en El banquete. No creo que ninguno de los tres, sin embargo, haya recibido la atención que merecen. Por ejemplo, por parte de aquellos profesores de la facultad que tanto dejaron que desear…

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Published on August 15, 2017 23:00

August 14, 2017

Robolución (I)

Los terribles acontecimientos de Venezuela ocupan un espacio más que justificado en los medios. Con todo, en no pocas ocasiones, la parcialidad es tal que se pasan por alto factores de notable importancia. No deja de ser una circunstancia llamativa porque, sin considerarlos, difícilmente se puede diagnosticar de manera correcta donde está en estos momentos y hacia donde puede ir Venezuela.


La primera cuestión es el reparto de responsabilidades. Cualquiera que crea ciertas afirmaciones repetidas una y otra vez diría que Venezuela era una paradisiaca nación hasta que llegó Hugo Chávez y se hizo con el poder con la ayuda de Fidel Castro. La realidad es muy diferente. En primer lugar, en esa república que se presenta con tonos idílicos, más del cincuenta por cien de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y la causa fundamental era la inmensa corrupción y latrocinio protagonizados por los partidos clásicos de derecha e izquierda. Si Chávez llegó al poder no fue por un movimiento magistral de una supuesta varita mágica de La Habana sino porque lo votaron mayoritariamente millones de venezolanos hartos de la inmundicia de décadas. A decir verdad, el gran mérito táctico del difunto gorila rojo fue captar el potencial derivado de la hartura ciudadana ante un sistema más que erosionado. Que el remedio ha sido peor que la enfermedad tiene poca discusión, pero que se pase por alto ese aspecto y que, por añadidura, los partidos que abrieron con su conducta el camino a Chávez pretendan marcar la transición a la democracia no deja de provocarme perplejidad. Al parecer, todavía no han asimilado que Chávez ganó una elección presidencial con una extraordinaria mayoría y, desde luego, sin votos cubanos o que la horrorosa constitución chavista fue aprobada también por los votantes venezolanos. Quizá en estos años todos han experimentado una profunda catarsis moral, pero, sinceramente, me basta examinar lo que han dicho sus dirigentes hace cuatro días para sentir una inquietud difícil de soportar. Desearía poder decir que esa oposición a la que se incensa comprensiblemente es un modelo de políticos honrados, contrarios a pactar con el chavismo y preocupados, sobre todo, por los problemas reales de los venezolanos. Sin duda, hay gente así, pero en no pocos casos, el deseo de ser presidente, la ocultación de los problemas tras la consigna de derribar a Maduro o la búsqueda de pactos que les permitan apoderarse de cuotas de poder local parece que preocupan a muchos dirigentes de la oposición más que una evaluación realista de la pavorosa situación que padece Venezuela o del trazado de un plan de futuro realista e inteligente. Da la sensación de que más que acabar con el mal, muchos pretenden prolongar la situación que existía antes de Chávez y que acabó desembocando en la actual robolución. La desaparición del chavismo sería una magnífica noticia para la democracia y para los que creemos en la causa de la libertad. Precisamente por ello, no soy optimista en cuanto a la acción de colectivos que carecen de unidad, de estrategia, de táctica – más allá de seguir provocando cortes de carreteras y de lanzar a jovencitos a pecho descubierto contra los sicarios de Maduro – y que lo mismo defienden – con otro nombre - un golpe de estado como el que fracasó el pasado fin de semana que sentarse a negociar o a repartir las raciones del poder en unas elecciones locales. No es una buena perspectiva. Con todo, Maduro puede y debe caer, pero de eso hablaré el próximo día.

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Published on August 14, 2017 23:53

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César Vidal
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