César Vidal's Blog, page 33

September 2, 2017

Pablo, el judío de Tarso (XXXVIII)

El segundo viaje misionero (XIV): las cartas a los Corintio(I): Una correspondencia incompleta

Sin ningún género de dudas, las comunidades con las que Pablo mantuvo una correspondencia más numerosa y, a la vez, más apasionada fueron las que estaban asentadas en la ciudad griega de Corinto. Aunque en el Nuevo Testamento, aparecen dos cartas dirigidas a estas iglesias, no es menos cierto que sabemos que el apóstol les envió más misivas a las que incluso se refiere en sus escritos. El hecho de que una parte de esa correspondencia se haya perdido, ha provocado diversas especulaciones sobre su contenido e incluso sobre su posible supervivencia en el seno de las cartas que nos han llegado. Con todo, puede reconstruirse con bastante probabilidad la secuencia de las cartas.



Primero, hubo una carta previa a nuestra I de Corintios a la que se refiere el propio Pablo . En esta misiva, el apóstol habría hecho un especial énfasis en la necesidad de que los cristianos se mantuvieran distanciados de la inmoralidad que reinaba en Corinto. Esa temática concreta ha llevado a algunos autores a identificar esa carta con 2 Corintios 6, 14-7, 1, pero la verdad es que los argumentos a favor de esa hipótesis distan mucho de ser concluyentes. Lo más lógico parece ser concluir que esa carta – la denominada carta previa - se perdió.



La segunda carta a los corintios – nuestra primera – se debió a una serie de cuestiones que podemos reconstruir a partir de las diferentes fuentes. Por un lado, los creyentes de la casa de Cloe le informaron de que existían divisiones entre los miembros de las comunidades (I Corintios 1, 11). Esta información fue confirmada por Esteban, Fortunato y Acaico cuando le visitaron en Éfeso (I Corintios 16, 17). A todo ello se añadió una carta de los creyentes corintios en que le consultaban sobre algunos temas, tal y como señala el mismo Pablo (I Corintios 7, 1). La necesidad de responder a las dudas que le planteaban y la inquietud pastoral por las divisiones en el seno de la comunidad acabaron impulsando a Pablo a escribir una carta – la I de Corintios – que fue llevada personalmente por Timoteo (I Corintios 4, 17).



En contra de lo que hubiera sido de desear, la carta no sólo no consiguió sus objetivos sino que además la situación empeoró. Ese deterioro de la situación impulsó a Pablo a realizar una segunda visita a Corinto – la primera aparece descrita en Hechos 18, 1-17 – de la que no tenemos datos directos. Lo único que sabemos es que se produjo porque el apóstol se refiere a una tercera visita (2 Corintios 13, 1-2) que, obviamente, tuvo que ser precedida por una segunda.



Ni siquiera la visita de Pablo sirvió para tranquilizar los ánimos. Por el contrario, las discrepancias aún se agudizaron más y el apóstol se vio obligado a enviar una nueva carta especialmente dura. Por lo que comenta Pablo en 2 Corintios 2, 4 y 7,8 debió ser muy severa y, esta vez, el emisario fue Tito (2 Corintios 2, 13; 7, 13). Algunos estudiosos han identificado esta carta con los capítulos 10 al 13 de 2 Corintios, pero no pasa de ser una mera especulación sin base documental. Lo más seguro es que esa carta se haya perdido.



La dureza de la carta y la enorme preocupación por los corintios impidieron a Pablo esperar hasta que regresara Tito con la respuesta, de manera que decidió ponerse en camino para salirle al encuentro (2 Corintios 2, 13; 7, 5, 13). Coincidieron así en algún lugar de Macedonia donde Pablo, con enorme alivio, fue informado por su colaborador de que todo se había solucionado. Aquella buena noticia calmó a Pablo que entonces escribió – posiblemente en Filipos – una última misiva a la que se suele denominar la carta de la reconciliación. Se trata, obviamente, de nuestra 2 Corintios, aunque los que consideran que los capítulos 10-13 de esa carta son la carta dura, sostienen que esta última misiva estaba formada únicamente por los capítulos del 1 al 9. Dado que, en nuestra opinión, las cartas primera y segunda a los corintios son textos completos en si mismos escritos y recibidos precisamente en ese orden, será así como los analizaremos sucintamente en las próximas entregas.



CONTINUARÁ





I Corintios 5, 9.

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Published on September 02, 2017 23:51

September 1, 2017

Thou Art Worthy

El libro del Apocalipsis en su capítulo 4 permite atisbar lo que significa estar cerca del trono de Dios. En su último versículo, el 11, incluso señala que Dios es digno de recibir la honra, la gloria y la alabanza porque es el Creador.


Sin duda, hay muchos que jamás aceptarán Su obra de salvación. No menos despreciarán Sus enseñanzas como guía para la vida. Sin embargo, el desprecio hacia Su redención o Su guía de vida no afecta al hecho de que es el Creador y de que Su voluntad estuvo no sólo en el inicio del universo sino en la preservación de éste por miles y miles y más miles de años. Dios es digno que cualquier criatura le rinda la gloria y el honor porque es el Creador.



La canción que traigo hoy recoge de manera sencilla y, a la vez, hermosa ese texto del Apocalipsis. Hubo un tiempo, un tiempo muy lejano en que todos los domingos – y algunos días entre semana - enseñaba la Biblia en el seno de una diminuta comunidad de creyentes. Recuerdo que, en aquel entonces, este himno era uno de mis preferidos. Constituía a mi juicio una modesta pero sentida confesión de fe en el que es digno de todo. Les incluyo dos versiones de este himno. La primera – clásica – se parece bastante, aunque sea en inglés, a aquella que yo entonaba en aquellos años en que yo creía que eran posibles muchas cosas que otros se negaban a ver y que, quizá por eso mismo, no llegaron a convertirse en realidad. La segunda es en español.



Espero que la disfruten porque su letra se entona en el cielo. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Aquí tienen una versión clásica en inglés



www.youtube.com/watch?v=oJy1yd4f_jg





Esta es una versión de Joel Ruano en español



www.youtube.com/watch?v=rLcVQUtveJo

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Published on September 01, 2017 23:49

El radicalismo islámico en Hispanoamérica

La semana pasada tuve el honor de participar en un Foro sobre el radicalismo islámico en Hispanoamérica que convocó el Instituto interamericano para la democracia.

Les incluyo mi intervención que continuó después en el coloquio. Espero que la disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!



www.youtube.com/watch?v=0JefV2uqNE8&t=392s





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Published on September 01, 2017 00:25

August 30, 2017

Viaje a México (III): Monterrey

Nada más terminar mi última exposición en Chapala, comienzo a despedirme de los presentes. En ese momento, llega otro grupo. Estoy a punto de salir cuando uno de ellos se me acerca y me pregunta si soy César Vidal, el escritor español.

Se lo confirmo. Inmediatamente, comienza a lamentar no haber estado los dos días antes. Sabía que iba a ir a Chapala un conferenciante llamado César Vidal, pero había pensado que era sólo alguien con mi nombre porque no podía creer que yo fuera hasta allí.



Me cuenta también que tiene más de treinta libros míos, pero que, en concreto, El talón de Aquiles lo ha regalado por varias docenas a personas que ocupan puestos de relevancia en la política. No lo dice por halagarme porque, efectivamente, se conoce mis libros. Puede hablar de su contenido con conocimiento de causa. En ese momento, llama a una mujer que se encuentra cerca y le dice: “¡Es César Vidal!”. A la mujer se le ilumina el rostro y exclama: “¡César Vidal!”. Me confirma lo que su esposo me ha dicho. Han dedicado muchas horas a leer – y disfrutar – mis libros. Cuando me pregunta adonde me dirijo y le digo que a Monterrey, lo lamenta porque él es precisamente de allí y se habría quedado muy a gusto en la ciudad de saber que me dirigía a ella. Con todo, antes de despedirnos, acordamos que sí, que iré a Monterrey a dar conferencias. Como me ha dicho tan amable persona – se llama Héctor – hay conexión directa con Miami por avión lo que facilita mucho las cosas.



Esta vez, en Monterrey – nuevo vuelo en nueva compañía mexicana – me espera Richard. Aunque norteamericano de origen, lleva décadas en México y conoce magníficamente el país. Me contará las leyendas sobre una colonización judía del lugar – me temo que totalmente apócrifas – pero, sobre todo, me mostrará la ciudad. Que es próspera, incluso muy próspera, en algunas zonas no admite discusión. Basta verlo. La inversión extranjera ha sido colosal y el desempleo ha descendido a algo más del tres por ciento. Incluso, dada la economía sumergida, puede ser que todavía sea menor. Sin embargo, junto con esa prosperidad, abundan las referencias a la violencia. Los asesinatos, los secuestros, las luchas entre bandas de narcos, los asesinados a los que se cuelga de los puentes llevan siendo desde hace muchos años parte de la realidad cotidiana de Monterrey. Los crímenes convierten la vida en dramática o simplemente pasan a ser una molestia que no se percibe según la época. En cualquier caso, resulta obvio que lo que podría ser un presente de prosperidad es un presente de prosperidad inquieta e inestable.



Esa tarde, pronuncio una conferencia sobre el legado de la Reforma – tanto espiritual como cultural – y, una vez más, tengo que enfrentarme con nuestra cultura común. En la Europa de la Reforma quedó consagrada desde un principio la supremacía de la ley; en la de la Contrarreforma, la de ciertas personas e instituciones. Fue una disyuntiva que quedó más que de manifiesto en el enfrentamiento epistolar entre el cardenal Sadoletto y Calvino. Mientras que el prelado insistía en que la supremacía correspondía a la institución – el papa, pero también el rey o el emperador – Calvino se remitía a la Biblia para señalar que la supremacía le correspondía a la ley y que, por lo tanto, si el papa, el rey o quien fuera no se sometía a ella su actividad era ilegítima. La gran tragedia de México – heredada de la Contrarreforma – fue que nunca ha conocido la supremacía de la ley. En algunos casos, el vacío de legalidad es tan grande que el crimen ocupa su lugar para evitar el desplome social. Es el caso de las diferentes mafias que actúan en Italia desde hace siglos y, por supuesto, de los cárteles criminales en Hispanoamérica. Por supuesto, en no pocos casos tienen conexiones con el poder, pero esos políticos, jueces, incluso policías, rara vez – si es que alguna - rendirán cuentas ante la justicia en las naciones de herencia contrarreformista. Richard y yo hablamos sobre el tema y difícilmente podríamos estar más de acuerdo.



La recepción de mi conferencia es excelente. Estoy ahora doblemente convencido de que regresaré porque también Richard me ha hablado de que desearía que impartiera nuevas conferencias en el futuro. No voy a hacer noche en Monterrey. Me trasladan en automóvil a la siguiente etapa de mi viaje. Sin embargo, algo me dice que volveré pronto.





CONTINUARÁ

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Published on August 30, 2017 23:58

August 29, 2017

La dictadura perfecta

No estoy en absoluto seguro de que la política en México sea más corrupta que en España – quizá sí puede ser más violenta – pero es verdad que la visión crítica de la misma está más extendida.

Quizá porque llevan décadas de ventaja en cuestiones como las elecciones, la existencia de los partidos o el papel de los medios en la política llegan a un grado de sinceridad que en España está limitado a la gente de la calle, pero que es impensable en el cine u otras obras de ficción. La dictadura perfecta es una descripción magnífica de la política y los medios en México. Como se indica al inicio, lo que se contempla no es pura coincidencia sino que, por el contrario, tiene claros paralelos con la vida real. La ambición de los políticos, la alianza con los medios, la manipulación de la realidad para que la consuma la gente distrayéndola de lo que sucede son circunstancias no eventuales sino continuas en la vida española. La Dictadura perfecta relata magníficamente esa realidad , pero doy fe de que lo que cuenta no es, lamentablemente, algo circunscrito a México sino que tiene mil y un paralelos en la vida española. Aún más podría poner nombre y apellido a las situaciones de engaño colectivo. Prefiero, sin embargo, que vean esta película extraordinaria y ya lo saben cualquier parecido con la realidad… no es pura coincidencia.





Aquí está el enlace de la película.







www.youtube.com/watch?v=TtwCPFqLeHE

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Published on August 29, 2017 23:46

Viaje a México (II): Chapala

Salgo del DF por avión en dirección a Guadalajara. Al aeropuerto me acompaña Julio que, en el camino, me comenta cómo toma ese vuelo con frecuencia ya que es de Sinaloa. Es escuchar la palabra Sinaloa e inmediatamente en la conversación aparece El Chapo Guzmán.

Lo que me relata es un reflejo de lo que ha sucedido en otras partes del mundo con algunos narcotraficantes. El Chapo ha aprovechado el vacío de poder estatal para establecer un feudo personal. En su territorio, la gente disfruta de calma, de tranquilidad e incluso es objeto de muestras de generosidad del Chapo de la misma manera que, en su día, Pablo Escobar construía viviendas sociales e incluso disfrutaba del favor de sacerdotes populares. De hecho, la inseguridad sólo se dispara cuando miembros de una banda rival intentan invadir la zona controlada por el Chapo. Por si todo lo anterior fuera poco, la madre del Chapo es evangélica y es conocida por la manera generosa en que atiende a los necesitados. Al parecer, nunca pidió dinero a su hijo y el que éste la enviaba era canalizado hacia los menesterosos.



¿Por qué cayó el Chapo? Sin duda, porque era un poderoso criminal y llamaba la atención, pero muchos opinan que, fundamentalmente, porque en las alturas alguien decidió favorecer a un cártel rival. No tanto como para no permitir su fuga de prisión… Sea como fuere, la realidad que queda de manifiesto es inquietante. El estado no satisface muchas necesidades de los ciudadanos y, como sucedió con la mafia originalmente, no la ley, pero sí el orden es proporcionado por el crimen organizado. Ante esa situación, que luego miles de vidas se vean deshechas por la droga no es algo que pese en su ánimo.



Me hubiera gustado visitar Guadalajara, pero sólo alcanzo a ver su aeropuerto donde José Curiel me espera para llevarme a Chapala. En las cercanías de esta bella localidad, increíblemente pintoresca, casi como de juguete, hay un lugar de reuniones donde por dos días tendré las conferencias. El primero, impartiré una exposición a unos estudiantes de teología; luego, mañana y tarde, vendrán dos exposiciones sobre la herencia de la Reforma en el ámbito teológico y socio-cultural. Al siguiente y último día, las dos exposiciones versarán de nuevo sobre otros aspectos de la herencia socio-cultural y sobre cómo recuperar hoy el mensaje de la Reforma. La gente me agradece de manera muy cálida mi presencia e insiste en que han recibido mucho. Soy yo el que ha recibido de ellos escuchando sus historias. Entre los presentes, hay desde un hombre enamorado del homeschooling, que se ha dedicado a él desde hace años y que ahora está pensando en abrir una universidad a otro que comenzó a evangelizar en zonas de las montañas donde los indígenas no hablan español y siguen practicando la hechicería. Son varias las congregaciones establecidas por este personaje más que notable que me invita a acompañarlo en uno de sus viajes evangelizadores y, sin embargo, ¿quién podría pensarlo en alguien tan sencillo en su apariencia? Porque ésa es una de las características de la gente que ha acudido a escuchar mis conferencias. Es gente profundamente amante de la Biblia y, quizá por ello, deseosa de cambiar para mejor la sociedad que los rodea. En ocasiones, su área es la educación; en otras, el alcanzar a los indios en cuyas tierras no sólo se levantan iglesias sino que crecen frutales desconocidos previamente por ellos y, en otras, defensores de la vida que están impulsando iniciativas populares contrarias al aborto.



La experiencia resulta gratísima porque a todo lo anterior se suma el lugar, en las cercanías de un lago, que es extraordinariamente hermoso. Ajijí, la población cercana – a la que me llevan a cenar la primera noche – es de un colorista tipismo que se mete suavemente por las pupilas. Como en otros lugares de Centro-américa, los colores que a nosotros nos parecen chillones resultan aquí armoniosos. Los restaurantes poseen una belleza antigua que rara vez se puede encontrar en Europa y que es imposible en Estados Unidos. Sólo hay un inconveniente: a las ocho cierran la cocina. No deja de ser llamativo teniendo en cuenta que a esa hora con un poco de suerte la abren en España.



Departo con José Curiel – que ha organizado magníficamente estas jornadas y buena parte del viaje posterior – y con su familia. Al final de la jornada, sucede algo imprevisto. Las calles no están asfaltadas sino encrespadamente empedradas y mientras camino por ellas noto algo raro en mi zapato izquierdo. Al llegar a mi habitación descubro que se ha roto la suela horizontalmente justo donde se une el tacón con el resto del zapato. Me digo que es un buen zapato y que aguantará hasta el final del viaje. Así tiene que ser porque no llevo otros.





CONTINUARÁ

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Published on August 29, 2017 00:27

August 27, 2017

Cuando el cuco se apodera del nido

De todos es conocido que los cucos son aves parasitarias. Dejan su huevo en un nido ajeno y así otros se encargan de criarlo. En el caso de la Península Ibérica, los cucos llegan desde África donde han pasado el invierno.

Ya en el mes de mayo, la hembra del cuco pone sus huevos mientras vigila cómo las otras especies construyen sus nidos. En esta época se las suele ver, a pesar de lo timoratas que son, observando encaramadas a alturas como las de los postes o las piedras grandes. Una vez que las otras aves han realizado la puesta de huevos, la hembra del cuco espera a que el que los incuba se ausente. Entonces, cae sobre el nido ajeno y, tras comerse o arrojar fuera algunos huevos, pone uno suyo. Cuando el adulto de la otra especie regresa, no percibe lo sucedido y así continua empollando el huevo del cuco. Gracias a este ingenioso a la par que inquietante sistema, la hembra del cuco coloca en torno a una docena de huevos propios en diferentes nidos siempre ajenos. La acción del cuco puede parecer cómica – en inglés, por ejemplo, se designa con ese nombre al que en España se denomina cornudo – pero resulta inquietante cuando se traslada a posibles paralelos en el terreno de los seres humanos y, más concretamente, en el de los gastos previstos en el presupuesto. Permitásenos que demos algunos ejemplos.



Esta primavera pasada, la Comunidad de Madrid publicó un listado de 64 páginas donde se detallaban los nombres de las personas que recibirían ayudas públicas para alquileres. De manera bien llamativa, apenas aparecían apellidos españoles en el listado. Así, por ejemplo, entre los diez primeros sólo había dos – aunque podían no pertenecer a españoles - pero ya entre los diez segundos no había uno solo. Entre los diez terceros, aparecía sólo una persona con apellidos españoles y otra con apellidos rumanos. Del 31 al 40 sólo aparecía otra persona con nombre español. Esta más que llamativa desproporción - que continuaba a lo largo de las 64 páginas del informe - resultaba total y desproporcionadamente favorable a personas de apellidos árabes. De hecho, en torno al 90 por ciento de los receptores de ayudas públicas para los alquileres eran musulmanes. Las ayudas, en ocasiones, superaban los dos mil euros, pero, en términos generales, las más numerosas se encontraban en cifras situadas por encima de los 1.500 euros. De manera bien significativa, los apellidos hispanos, a pesar de ser muy pocos, en bastantes casos se encontraban entre los que recibían ayudas menores. En su momento, VOX publicó en su página de Facebook este documento donde se establecía sin sombra de duda que la Comunidad de Madrid concedía la aplastante mayoría de las ayudas de alquiler no a madrileños o incluso a españoles sino a musulmanes seguidos a bastante distancia por otros inmigrantes. El resultado fue que Facebook bloqueó durante el puente de Todos los Santos la página de VOX y advirtió a sus administradores de su cierre definitivo si no retiraban el post. La realidad, sin embargo, era que el documento había sido difundido por la propia Comunidad de Madrid a través de un enlace. Por mucho que se deseara silenciar, lo cierto es que la gente venida de África, como los cucos, habían expulsado de las ayudas para el nido familiar a la gente de la tierra.



Lamentablemente, el caso de la CCAA de Madrid no es un caso aislado. Así, una ONG musulmana, a través de una página en Facebook titulada “Restituir la Santidad en el Al-Andalus” realizó hace unos meses un llamamiento a los musulmanes de todo el mundo para que se establecieran en ciudades concretas de España. Así en la página de Facebook podía leerse: “Medio millón de musulmanes se ha acomodado en Catalunya. En Barcelona, específicamente, las medidas municipales promueven la incorporación de la comunidad musulmana en la sociedad barcelonesa”. El texto señalaba también: “Vestir hijab, orar en la mezquita, contar con menús halal, son parte del día a día de Barcelona. Por eso les recomendamos establecerse en Barcelona”. Finalmente, concluía: “Convenientemente la municipalidad está trabajando para habilitar 31.000 viviendas desocupadas para ponerlas en alquiler social. Hermanos, regresen a Al Andalus nosotros estamos pendiente de todo y los ayudaremos con cualquier duda que tengan”. En las citadas páginas, también se daban consejos sobre cómo conseguir el visado y permisos de trabajo en España. Igualmente, se hacía referencia al derecho histórico de la nacionalidad, y se afirmaba textualmente: “nuestros hermanos, expulsados, podrán volver a España en su derecho histórico”. También se añadía: “Nos hemos establecido en nuestro país, a trabajar a favor de nuestros hermanos, para que ellos también, al igual que nosotros, puedan reclamar su derecho de retorno”. La página aseguraba igualmente que Al-Ándalus “es el mejor lugar para los musulmanes hoy en día, especialmente para el que quiera un nuevo comienzo y el que aspira a realizarse. Al-Ándalus tiene un patrimonio islámico magnifico. Y así como en el pasado, también hoy en día es un símbolo de convivencia, tolerancia y armonía”. La organización islámica sostenía además que España es suya afirmando: “nuestros antepasados nacieron aquí y nuestros hijos nacerán aquí, este es nuestro país de igual manera como es vuestro. Por eso pedimos la cooperación de las autoridades municipales”. Una vez más con la ayuda de instancias oficiales, las “aves” naturales se veían desplazadas de sus nidos por los cucos venidos de África. Empero no se trata únicamente del tema de la vivienda.



Algunos datos añadidos pueden ampliar nuestro panorama. Por ejemplo, según varios estudios, en Cataluña, la comunidad islámica procedente de Marruecos vive en el 80% de las ayudas sociales. La cantidad mensual media percibida de fondos públicos es de 600 euros por persona. Siete mil de los perceptores de esa ayuda ni siquiera vivirían en Cataluña sino en Marruecos a donde se les envía el dinero.



Cataluña – triste escenario de unos recientes atentados islamistas - no es una excepción. De hecho, en la Comunidad Valenciana, también con abundante población musulmana, basta con llevar empadronado un año en cualquier municipio de la región para cobrar una paga de 532 euros. Si además se trata de un matrimonio con hijos, la paga percibida se eleva a 775 euros. A esas subvenciones se pueden sumar otras relacionadas con el alquiler de 250 euros mensuales.



La situación no es mejor en las Vascongadas. Recientemente, saltó a los medios la noticia de que un integrista islámico condenado a 3 años y medio de prisión cobraba la Renta de Garantía de Ingresos, 625 euros más 250 euros de alquiler de vivienda. Esos 875 euros mensuales los siguió cobrando desde su detención hasta su ingreso en prisión. Por hacer el cuento corto, debe señalarse que, en España, cien mil extranjeros cobran pensión no contributiva. En otras palabras, los españoles les pagan un retiro después de no haber contribuido ni cotizado jamás. Por añadidura, los hijos de extranjeros, aunque se encuentren en situación ilegal, tienen preferencia sobre los españoles a la hora de percibir becas de comedor, plazas en una escuela infantil y, por supuesto, sanidad gratis, una circunstancia que causa la ira más que comprensible de los españoles afectados. Por supuesto, debe hacerse hincapié en que todos los ejemplos referidos tienen que ver con las ayudas oficiales pagadas con el dinero que Montoro y otros como él sacan a los españoles de los bolsillos. No incluyen así las recibidas de instancias como Cáritas, el Ejército de salvación, la Misión urbana evangélica y otras semejantes que proporcionan comida, ropa y otros enseres a los extranjeros.



Todos estos hechos ya son de notable gravedad, pero a ellos hay que de añadir dos factores más que resultan ciertamente inquietantes. El primero es que no sólo los extranjeros – y muy especialmente los musulmanes – son preferidos a los españoles sino que, por añadidura, esos privilegios reales han incluido e incluyen a terroristas en España y en otras naciones de la Unión Europea. De nuevo, los datos son sobrecogedores.



Durante el mes de noviembre de 2015, se cometieron sendos atentados terroristas en París (Francia) y Bruselas (Bélgica). Cinco de los terroristas que participaron en los mismos habían estado recibiendo subsidios públicos de diferentes administraciones locales belgas, cuyas cuantías totales habrían sido superiores a los 51.000 euros. Las subvenciones recibidas superarían así el presupuesto aproximado que, según los investigadores, fue necesario para perpetrar los atentados terroristas y que habría ascendido a una cuantía de unos 30.000 euros para el de París y de unos 3.000 euros para el de Bruselas. De hecho, sólo el terrorista islámico Salah Abdeslam habría recibido de las cuentas públicas belgas unos 21.000 euros. Para esa fecha, los servicios estatales habían comprobado cómo no menos de 215 terroristas islámicos belgas habían recibido las denominadas Rentas de Integración Social (RIS) mientras estaban combatiendo en las filas del Estado Islámico o el antiguo Frente Al Nusra en Irak y Siria. Por desgracia, España había dejado de ser la única nación europea que pagaba a sus terroristas. La diferencia estaba en que a las franquicias de ETA había sumado a los terroristas islámicos. Así, entre los terroristas islámicos detenidos en España se encontró que el marroquí Saib Lachhab, antiguo combatiente en Siria contra Assad, estaba cobrando al mes 625 euros de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) del Gobierno vasco y 250 euros más como complemento de vivienda. Al menos, ha habido otros cuatro casos similares de terroristas islámicos detenidos en las Vascongadas. Fue el caso de Samir Mahdjoub, un argelino de 44 años arrestado por la Guardia Civil en Bilbao y miembro de ISIS que estaba cobrando 650 euros de RGI vasca y un complemento de 250 euros de ayuda al alquiler; el de Redouan Bensbih, un marroquí de 26 años que murió en Siria en marzo de 2014 combatiendo contra el gobierno de Assad mientras percibía 836 euros mensuales de la Renta de Garantía de Ingresos vasca - en este caso además, como no hubo notificación oficial del fallecimiento el Servicio vasco de Empleo (Lanbide) siguió ingresando el subsidio en su cuenta bancaria después de muerto – el de Ahmed Bourguerba, argelino residente en Bilbao que fue detenido por la policía autónoma vasca en julio de 2015, que cobraba 625 euros más otros 250 euros complementarios para el alquiler de una vivienda y que no dejó de percibir las ayudas mientras estaba en prisión provisional o el de Mehdi Kacem, detenido por la Policía Nacional en San Sebastián y que cobraba 800 euros al mes de la Renta de Garantía de Ingresos.



No es ningún consuelo, ciertamente, pero en el Reino Unido también se han destinado ayudas sociales que han subvencionado al terrorismo islámico que combate en Siria contra Assad y en Irak; en Austria, también los terroristas islámicos han recibido subvenciones públicas; en Alemania, ya en 2014, al menos el veinte por ciento de los 450 terroristas islámicos que habían ido a luchar junto al Estado Islámico en Irak y en Siria contra el gobierno de Assad habían estado cobrando ayudas públicas de diferentes gobiernos; en Dinamarca, ya en 2014, de los 115 daneses que habían viajado a Irak o a Siria para combatir contra Assad, al menos 28 habían recibido ayudas públicas antes del viaje o, incluso, las habían seguido cobrando durante su estancia en estos países y en Suecia, uno de los países con mayor número de terroristas islámicos por habitante, algunos ayuntamientos han ofrecido la entrega de casa y prestaciones sociales a aquellos terroristas que dejen las filas del Estado islámico en Siria, Irak o el Sahel africano y regresen a Suecia.



Ciertamente, es doloroso decirlo, pero no sólo el hecho de ser musulmán de origen extranjero sitúa a una persona por delante de los españoles de a pie a la hora de percibir ayudas públicas sino que incluso esas ayudas públicas han ido a parar en no pocos casos a terroristas que pretendían destruir a la sociedad que los subvencionaba.



El segundo factor al que debemos referirnos obligadamente para contar con un panorama más amplio es el demográfico. Para que una cultura se mantenga por más de 25 años debe tener una tasa de fertilidad de 2.1 hijos por familia. Ninguna cultura ha revertido ese proceso por debajo del 1.9 y con 1.3 es imposible la reversión. De hecho, tarde o temprano, con esas cifras, esa cultura está condenada a extinguirse. Actualmente, la tasa de fertilidad es de 1.8 en Francia, de 1.6 en Gran Bretaña, de 1.3 en Grecia, Alemania e Italia y de 1.1 en España. La media de la UE es de 1.38, es decir, todo indica que no puede ser revertida y que está encaminada a desaparecer. Ese fenómeno está llamado a producirse de manera acelerada en las próximas décadas a través de la inmigración islámica, una inmigración subvencionada e incluso estimulada por la acción de las instituciones. En Francia, la media de fertilidad de una familia musulmana es de 8.1 y el 30 por ciento de los jóvenes de menos de 20 años son musulmanes. En 30 años, posiblemente menos, Francia puede ser una nación musulmana. En Holanda, el 50 por ciento de los recién nacidos son musulmanes. En menos de 15 años, la mitad de su población será musulmana. En Bélgica, el 50 por cien de los recién nacidos es musulmán. Para 2030, aún sin la entrada de Turquía en la UE, el número de musulmanes en Europa puede acercarse a los cien millones. De hecho, la población islámica de la UE está creciendo en más de un uno por ciento por década. Por añadidura, los musulmanes son la población más joven de Europa con una edad media de 32 años, frente a los cuarenta de la UE. En el caso de España, el número de musulmanes censados supera los dos millones, la mitad de ellos en Cataluña. De ellos, unos ochocientos mil tienen ya pasaporte español. De entre toda la población inmigrante, los más fecundos son los de Nigeria (19%), Marruecos (18%) y China y Argelia (16%). Por añadidura, todos los hijos de marroquíes nacidos en España pasan automáticamente a ser españoles, porque Marruecos no les reconoce la nacionalidad. En paralelo, los españoles tienen un crecimiento demográfico negativo en el que ha incidido no poco la pérdida de varios millones de vidas gracias a fenómenos como el aborto, la ideología de género y la desintegración de la familia. Europa, la Europa de las libertades y las conquistas sociales que conocemos, puede desaparecer y lo hará gracias a una masiva inmigración islámica que además es alentada por las medidas tomadas desde la cumbre.



Por supuesto, no hace falta decir que los autores de este artículo sostienen sin la menor sombra de duda que los extranjeros que llegan a un país deben ser tratados con decencia y dignidad y que resulta absolutamente intolerable que por el hecho de ser extranjeros sean objeto de malos tratos o de conductas donde se lesione su dignidad. De manera semejante, es más que deseable que el mecanismo de inmigración funcione adecuadamente para bien tanto de los inmigrantes como de la nación que los acoge. Sin embargo, esos principios son una cosa y la situación que sufre España desde principios de este siglo es otra muy diferente. Los sucesivos gobiernos de todo signo, regionales y centrales, no han actuado en favor del bien común y de los intereses nacionales sino que, por el contrario, se han sometido a los dictados de lo políticamente correcto permitiendo que se creara una situación intolerable y con consecuencias futuras que se dibujan como pavorosas. Esa situación además ha venido impulsada por distintos colectivos que han visto en ese panorama una vía de promoción personal. Los frutos de semejante actitud no pueden resultar más evidentes.



Los españoles no tienen asegurada su pensión a pesar de haber contribuido durante décadas, pero decenas de miles de extranjeros la perciben sin haber cotizado un solo día.



Los españoles no tienen asegurado que sus hijos recibirán beca de comedor, pero los hijos de los extranjeros la reciben de manera mayoritaria.



Los españoles no tienen la menor seguridad de recibir una atención sanitaria digna a pesar de pagarla, pero centenares de miles de extranjeros pasan las fronteras para recibirla de manera gratuita lo mismo si entran en Ceuta y Melilla que si vienen del otro lado del mar.



Los españoles no consiguen acceder a una vivienda digna acosados por los bancos, pero las ayudas de vivienda van a parar de manera aplastantemente mayoritaria a extranjeros que no pocas veces son ilegales.



Los españoles no paran de pagar unos impuestos injustos y desorbitados para no percibir apenas servicios, pero los extranjeros perciben esos servicios sin haber contribuido muchas veces al más mínimo mantenimiento.



Dentro de esos millones de extranjeros, destacan de manera especial los musulmanes que albergan en su seno organizaciones terroristas – no puede decirse de ningún otro colectivo cosa parecida – y que, en un porcentaje considerable, aspira a la aplicación en España de la shariah, un corpus jurídico que incluye, entre otras normas, las penas físicas por robo, la poligamia, el matrimonio con niñas – el propio profeta Mahoma se casó con una consumando el matrimonio – la consideración de que el testimonio de la mujer vale la mitad que el de un hombre o la reducción de su parte de la herencia a la mitad de la que corresponde a un varón. Llegar a esa situación es mucho más fácil a corto plazo de lo que pueda parecer a primera vista. Nuestras autoridades nacionales, autonómicas y municipales pueden haber olvidado a la familia y burlarse incluso del crecimiento demográfico, pero favorecen con sus medidas, no pocas veces costosas, el incremento del asentamiento de poblaciones musulmanas en España mediante la subvención de su vivienda, de su forma de vida o de su crecimiento familiar sin que ni siquiera los atentados terroristas hayan revertido lo más mínimo semejante rumbo. Puede que algunos consideren que semejante circunstancia es deseable y que nuestro enfoque es alarmista. En realidad, nos hemos limitado a mencionar algunos botones de muestra relacionados con las maneras en que los habitantes del nido de la milenaria piel de toro están labrando el camino para ser expulsados, como si fueran aves ingenuas engañadas por los cucos, de su hábitat natural, un hábitat que será ocupado por el islam.





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Published on August 27, 2017 23:31

August 26, 2017

Pablo, el judío de Tarso (XXXVII): El segundo viaje misionero (XIII): Macedonia y Acaya

La fuente lucana es muy sucinta a la hora de narrarnos lo que sucedió después del tumulto en Éfeso. Supuestamente, Pablo se despidió de los discípulos y marchó hacia Macedonia (Hechos 20, 1).


La información, sin duda, es correcta, pero pasa por alto episodios que desconocemos, que tuvieron una notable carga dramática y que tan sólo podemos intuir. Por ejemplo, en I Corintios 15, 32, Pablo afirma “haber combatido con fieras en Éfeso”. La afirmación, sin duda, es metafórica, pero va referida a alguna situación de enorme dificultad que desconocemos y que no se puede identificar sin más con el episodio de Demetrio. De manera semejante, en II Corintios 1, 8-10, hace referencia a un peligro sufrido en la provincia de Asia que pudo resultar letal y del que llegó a creer que no podría escapar. Los intentos de explicar este episodio como alguna enfermedad grave no carecen de ingenio, pero también hay que señalar que carecen de base sólida. Lo mismo podemos decir de las referencias paulinas a “las conjuras de los judíos” (Hechos 20, 19) o a la mención de Aristarco en Colosenses 4, 10 como “un compañero de prisión”. Algunos autores han considerado que Pablo llegó a estar encarcelado en Éfeso y que en esa época precisamente habría que situar las denominadas epístolas de la cautividad a las que nos referiremos más adelante . Sin embargo, una vez más hay que consignar que no pasan de ser especulaciones. Lo que sabemos de cierto es que la estancia de Pablo en Éfeso duró cerca de tres años, que estuvo vinculada a enormes sacrificios, que tuvo una considerable repercusión en toda la provincia de Asia – una repercusión que llegó hasta inicios del s. XX – que se enfrentó con una oposición judía, que incluyó momentos de enorme dificultad que incluyeron detenciones y peligro de muerte y que concluyó tras un tumulto ocasionado por los imagineros de Éfeso. Ir más allá de esas conclusiones significa adentrarse en el peligroso terreno de la especulación.



Sí sabemos – como ya indicamos antes – que, al final de la estancia en Éfeso, Pablo tenía trazado un plan (Hechos 19, 21) que culminaba con su llegada a Roma. La capital del imperio, sin embargo, no iba a ser el final de sus actividades misioneras, sino el punto de partida para alcanzar España (Romanos 15, 23 ss). Semejante continuación posee una lógica aplastante porque España constituía el extremo occidental del imperio, alcanzado ese punto Pablo habría cubierto todo el mundo civilizado de un extremo a otro. Revela también hasta qué punto la mente organizadora del apóstol era verdaderamente excepcional. Tesalónica servía de base para irradiar el mensaje cristiano hacia Macedonia, Corinto cumplía el mismo papel en relación con Acaya y Éfeso, respecto a la provincia de Asia. Además, Asia era el punto de origen ideal para nuevos misioneros cristianos que alcanzaran la Galia Narbonense en la medida en que desde hacía siglos los griegos de Jonia mantenían contacto con esta parte del Mediterráneo . Por su parte, el norte de África ya estaba siendo alcanzado con el mensaje del Evangelio por otros misioneros. Por lo tanto, alcanzada España todo el orbe romano habría escuchado la predicación de la salvación mediante la fe en Jesús. Es muy posible que el tumulto desencadenado por Demetrio tuviera como consecuencia directa la de adelantar esos proyectos, pero, desde luego, no los creó.



La fuente lucana es muy sucinta a la hora de referirse al paso de tres meses por Macedonia y Acaya (Hechos 20, 3), pero podemos trazar con bastante certeza el itinerario de Pablo en este período. Según la fuente lucana, “2 tras andar por aquellas partes, y tras exhortarlos con abundantes palabras, vino a Grecia. 3Y después de haber estado allí tres meses, y teniendo intención navegar a Siria, los judíos se conjuraron contra él, de manera que decidió regresar por Macedonia” (Hechos 20, 2-3). En torno a la primavera del año 55, por lo tanto, Pablo debió visitar Corinto y, posteriormente, enviar la “carta severa” por mano de su discípulo Tito. En el verano, Pablo podría haber sufrido un peligro mortal en Asia al que nos hemos referido, pero cuya naturaleza exacta desconocemos, y abandonado Éfeso. A finales de esa estación se encontraba en Troas. Según la fuente lucana, “4 Y le acompañaron hasta Asia Sopater de Berea, y los tesalonicenses, Aristarco y Segundo; y Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. 5 Estos, adelantándose, nos esperaron en Troas. 6 Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y nos reunimos con ellos en Troas al cabo de cinco días. Allí, estuvimos siete días” (Hechos 20: 2-6).



La mayor parte del grupo salió desde Cencreas en el momento adecuado cuando el Egeo se hallaba abierto a la navegación después del verano. Pablo, sin embargo, quizá advertido de que podía existir algún complot contra su vida en el barco, cambió de planes y se dirigió al norte, hacia Filipos. Encontró un barco en Neápolis, el puerto de Filipos, con destino a Troas. Allí embarcó Pablo con Lucas “después de los días de los panes sin levadura” (Hechos 20, 6). El año 57, la fiesta de los panes sin levadura cayó durante la semana del 7 al 14 de abril. La intención de Pablo era estar en Jerusalén para la fiesta de Pentecostés que ese año tenía que comenzar durante la última semana de mayo. Naturalmente, para que se cumpliera su propósito dependía de encontrar barcos que partieran en la fecha adecuada.



Al cabo de cinco días, llegaron a Troas. Ocho años antes había llevado a cabo ese viaje en tan sólo dos días (Hechos 16, 11 ss). Es muy posible que la tardanza ahora se debiera a los vientos contrarios. En Troas se encontraron con el resto del grupo, que había navegado desde Cencreas, y ya los estaba esperando. Se quedaron en Troas una semana, muy posiblemente a la espera de una nave que pudiera llevarlos en la dirección que deseaban. En esta ciudad se encontraba una pequeña comunidad cristiana que, muy posiblemente, fue fundada por Pablo uno o dos años antes durante un episodio de evangelización que quedó interrumpido (2 Corintios 2, 12 ss).



Precisamente en Troas se produjo un episodio notable que la fuente lucana narra con cierto detalle. El texto tiene su interés entre otras cosas porque nos proporciona datos notables sobre lo que era la vida cúltica de la iglesia primitiva. De entrada, el pasaje pone de manifiesto que, apenas a unas décadas de la muerte de Jesús, los cristianos no-judíos ya no se reunían en sábado, sino el “primer día de la semana”, es decir, el domingo. Es muy posible que esa costumbre fuera incluso iniciada por los judeo-cristianos que deseaban tener un día de reunión especial aparte del destinado al culto en la sinagoga. En cualquier caso, este cambio fue admitido con enorme rapidez, contaba con respaldo de los propios apóstoles y haría fortuna. A día de hoy, sólo alguna secta milenarista mantiene que los cristianos deben tener su día de reunión en sábado. Las reuniones no se celebraban en lugares de culto específicos, sino en la vivienda de alguno de los creyentes. El contenido de las reuniones, por otra parte, parece también obvio. Se celebraba la Cena del Señor y había también una predicación. Tendremos ocasión de ver que también se producían otros elementos, pero no aparecen referidos en este pasaje. En el episodio de Troas, que tuvo lugar durante una de esas reuniones dominicales, Pablo se alargó en su predicación (Hechos 20, 7). La consecuencia fue que uno de los presentes, un muchacho llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, se durmió y cayó desde un tercer piso. El resultado fue que murió. Inmediatamente, Pablo abandonó su predicación, examinó al muchacho y señaló que no debían tener temor porque todavía albergaba el alma en el cuerpo. Acto seguido, Pablo subió, celebró la Cena del Señor con los presentes y continuó departiendo con ellos hasta el alba en que se marchó. Efectivamente, Eutico sobrevivió y se reunió con los presentes (Hechos 20, 7-12).



Al día siguiente, zarpó la nave que debía llevar a Pablo y a sus acompañantes, pero, una vez más, el apóstol prefirió hacer el camino por tierra cruzando la península hasta Assos (Behramkale). Ignoramos las razones de esa decisión. Quizá deseaba prolongar la estancia en Troas para asegurarse de que Eutico no sufría ninguna secuela de la caída y sabía que llegaría a tiempo de subir al barco en Assos, ya que éste tendría que bordear el Cabo Lectum (Bababurun). Pablo calculó bien el tiempo. En Assos subió a bordo y la embarcación continuó su camino hasta Mitilene, en la costa oriental de la isla de Lesbos. Desde allí siguieron navegando para echar el ancla al día siguiente frente a Quíos. Allí debieron detenerse para negociar el paso del canal entre Quíos y Anatolia y al día siguiente llegaron a Samos. Un día después se encontraban en Mileto, en la costa sur del golfo de Latmia, en la desembocadura del Meandro (Hechos 20, 13-15).



La nave tenía que permanecer en Mileto algún tiempo y Pablo aprovechó la estancia para enviar un mensaje urgente a Éfeso, que se halla a unos cincuenta kilómetros de distancia, para que acudieran los ancianos (presbíteros) de las comunidades cristianas a reunirse con él. Era implanteable la posibilidad inversa en la medida en que el barco podía zarpar de Mileto antes de que Pablo regresara de Éfeso y el apóstol “se había propuesto dejar de lado Éfeso, para no detenerse en Asia: porque tenía prisa por celebrar Pentecostés, si fuera posible, en Jerusalén” (Hechos 16, 16).



En Mileto, debía existir igualmente una comunidad cristiana aunque no sabemos el momento de su fundación. Lo más posible es que fuera fruto de la irradiación del ministerio de Pablo en Éfeso que alcanzó al conjunto de la provincia de Asia (Hechos 19, 10). También entra dentro de lo verosímil que comenzara con la predicación del Evangelio a los judíos, ya que la ciudad contaba con una sinagoga en la que había incluso asientos destinados a los “temerosos de Dios” o gentiles cercanos a la Torah de Moisés, pero no convertidos del todo al judaísmo .



Los ancianos de Éfeso llegaron efectivamente a Mileto antes de que Pablo embarcara. A esas alturas, como ya vimos, Lucas se encontraba nuevamente con Pablo por lo que el sumario del encuentro que encontramos en Hechos es el de un testigo ocular. El relato, desde luego, resulta profundamente entrañable:





17 Y enviando recado desde Mileto a Éfeso, convocó a los ancianos de la iglesia. 18 Y cuando llegaron donde se encontraba, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado con vosotros todo el tiempo desde el primer día que entré en Asia, 19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y en las pruebas que me han sobrevenido por las asechanzas de los judíos: 20 cómo no he dejado de anunciaros y enseñaros nada que fuese útil, tanto en público como por las casas, 21 dando testimonio tanto a los judíos como a los gentiles de que deben arrepentirse para con Dios, y de que han de tener fe en nuestro Señor Jesucristo. 22 Y ahora, mirad, encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que me ha de acontecer allí: 23 pero el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. 24 pero no me preocupo por nada, ni estimo mi vida como algo precioso; con tal de que pueda acabar mi carrera con alegría, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. 25 Y ahora, mirad, sé que ninguno de todos vosotros, a los que he ido predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. 26 Por tanto, yo os testifico en el día de hoy de que estoy limpio de la sangre de todos: 27 Porque no he rehuído anunciaros todo el consejo de Dios. 28 Por tanto tened cuidado de vosotros y de todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por supervisores, para apacentar la iglesia de Dios que compró con su propia su sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán entre vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño; 30 Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para hacerse con discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos de que, durante tres años, de noche y de día, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia: que puede edificar y daros herencia con todos los santificados. 33 No he codiciado la plata, el oro, o el vestido de nadie. 34 Por el contrario, vosotros sabéis que lo que necesitaba tanto yo como los que están conmigo, lo han proporcionado estas manos. 35 En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los débiles y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Hay más dicha en dar que en recibir. 36 Y, tras decir estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37 Entonces todos se pusieron a llorar y, echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38 dolidos en gran manera por las palabras que había dicho, que no habían de ver más su rostro. Y le acompañaron hasta la nave.



(Hechos 20, 17-38)





Este texto constituye el único discurso de Pablo recogido por la fuente lucana en el que los destinatarios son, precisamente, otros cristianos. Quizá por ello no deba extrañar que sea la predicación de los Hechos más parecida a las epístolas de Pablo. En él encontramos una recapitulación de la actividad del apóstol. Durante tres años, su tarea de evangelización se había sostenido sobre su propio trabajo, un trabajo suficiente para mantenerse él y su equipo. Desde luego, para él la religión no había sido ni lejanamente un negocio. Por el contrario, su misión – lejos de hacer fortuna – había sido la de anunciar a la gente un mensaje que se centraba en dos polos, el primero, el arrepentimiento ante Dios y, el segundo, la fe en Jesús para obtener la salvación. Ése era el resumen de su vida y ése era el ejemplo que dejaba tras de si a los ancianos de cada comunidad. A esas alturas, todavía los responsables de cada iglesia debían su puesto a un impulso que podríamos denominar pneumático o carismático. Era el Espíritu (pneuma) el que los había nombrado - y no un complicado sistema jerárquico – y su misión era fundamentalmente pastoral, la de cuidar por aquellas personas por las que el propio Dios encarnado había derramado su sangre. Lamentablemente, Pablo era consciente de que aquella situación no iba a durar mucho. Después de su marcha, surgirían personas que, en lugar de atender a las ovejas, desearían devorarlas como si fueran lobos e incluso algunos se desviarían de la enseñanza recibida del apóstol. Por lo que a él se refería deseaba recordarles aquellas palabras de Jesús – por cierto, no recogidas en los Evangelios – que afirman que existe más felicidad en dar que en recibir.



No cabe duda de que el mensaje de Pablo debió causar una enorme impresión a los oyentes. No se trataba sólo de que el apóstol les anunciaba que aquella sería la última vez que los vería. Por añadidura, les anunciaba la corrupción del cristianismo que habían visto en él en un plazo brevísimo. Algunos de los allí presentes incluso no tardarían en convertirlo en motivo de negocio y en pervertir, llegado el caso, sus enseñanzas. El hecho de que la afirmación se dirigiera a gente de Éfeso – la ciudad que se había alborotado por una falsa enseñanza para proteger sus ganancias religiosas – no deja, desde luego, de entrañar una sobrecogedora ironía.



Sin embargo, nada de aquello iba a detener la voluntad de Pablo de descender a Jerusalén. Su deseo ahora era volver a estrechar lazos con la primera comunidad judeo-cristiana antes de dirigirse a Roma, y de allí a España para terminar de cubrir todo el orbe con la predicación de Jesús. De hecho, en las distintas comunidades donde se había detenido había recibido avisos del Espíritu Santo – posiblemente a través de profecías o de manifestaciones de glosolalia - en el sentido de que sería detenido si persistía en viajar a la ciudad donde Jesús había sido crucificado. Sin embargo, ni siquiera esos anuncios podían disuadir a Pablo de sus intenciones. Era consciente de cuál era su misión y no la iba a interrumpir ante la posibilidad de ser detenido por enésima vez. Efectivamente, llegaría a Jerusalén, pero antes de ocuparnos de esa cuestión debemos detenernos en un grupo de escritos redactados por Pablo en esa época y que tendrían una relevancia extraordinaria no sólo en la Historia del cristianismo, sino, en términos generales, de Occidente.



CONTINUARÁ



C. H. Dodd, “The Mind of Paul; I” en New Testament Studies, Manchester, 1953, p. 68.





G. S. Duncan, St. Paul´s Ephesian Ministry, Londres, 1929, es la exposición clásica, aunque no la primera. Al respecto, véase también H. Lisco, Vincula Sanctorum, Berlín, 1900; W. Michaelis, Die Gefangenschaft des Paulus in Ephesus, Gütersloh, 1925 e Idem, Einleitung in das Neue Testament, Berna, 1946, pp. 205 ss; M. Dibelius, Paul, Londres, 1953, p. 81.





Así fue por otra parte. Eusebio (Historia eclesiástica V, 1, 1 ss) señala como las iglesias de Lyon y Viena en las Galias habían sido fundadas por cristianos procedentes de Asia y Frigia.





Sobre las cartas a los Corintios, véase más adelante pp. .





A. Deissmann, Light from the Ancient East, Londres, 1927, pp. 451 ss.





Sobre la glosolalia, véase más adelante pp. .








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Published on August 26, 2017 23:27

Somebody was praying’ for me

Si hay algo de lo que no tengo la menor duda es de que Dios me ha salvado de infinidad de peligros a lo largo de mi vida. En algunos casos, lo supe desde el primer momento porque había orado por ello, porque el peligro era manifiesto y porque vi cómo se disipaba.

Sin embargo, el paso de los años me ha ido mostrando cómo muchas de esas situaciones no llegué a conocerlas hasta mucho tiempo después para quedarme maravillado de la manera en que el Señor me protegía sin que yo siquiera imaginara la situación en que me había encontrado. Mi experiencia al respecto ha sido tan clara que tengo la absoluta seguridad de que, cuando llegue a la otra orilla, descubriré que todavía existieron muchas ocasiones que yo nunca conocí. La clave de esa situación no pocas veces está en que alguien oraba por mi en esos momentos.



Lo último que se me ocurriría menospreciar es el inmenso poder de la oración. Estoy absolutamente convencido de que el Diablo y sus huestes demoníacas sienten un escalofrío desasosegante cada vez que alguien abre su corazón ante Dios. Fue el mismo Jesús (Mateo 6: 5-8) el que señaló que la oración no era la repetición de fórmulas, ni el exhibicionismo en el culto, ni los aspavientos ni las liturgias. La oración es, fundamentalmente, dirigirse a Dios – a Dios, no a criatura alguna - en lo secreto y en la convicción confiada de que El conoce mejor que nosotros lo que es bueno (Mateo 6: 8). Aquellos que pidan, recibirán; aquellos que buscan, encontrarán y aquellos que llaman contemplarán cómo se les abre (Mateo 7: 7) porque Dios actúa mucho mejor que el mejor de los seres humanos.



La canción que quiero compartir hoy recoge todos estos extremos: la posibilidad de acudir a Dios, la seguridad de que escuchará al que se dirija a El en oración y la certeza de que muchas veces hemos salido de las peores situaciones porque alguien estaba orando por nosotros. Sólo conozco la versión que les acompaño del gran Charlie Daniels. Espero que la disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Y aquí está Charlie Daniels





www.youtube.com/watch?v=XBlA_n5xetA

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Published on August 26, 2017 02:02

August 24, 2017

Viaje a México (I): DF

Hacía más de veinte años que no viajaba a México. La última vez fui invitado por varias instituciones judías para dar algunas exposiciones sobre el Holocausto; esta, mi viaje estuvo relacionado con distintas conferencias sobre el Quinto centenario de la Reforma y también la ideología de género.


Como sucede con tantas cosas para muchos españoles sigue siendo el país de los mariachis, de la pobreza inmensa, del narcotráfico y de las playas donde quizá han ido a pasar la luna de miel como en Cancún. La realidad es muy diferente. México es, desde casi cualquier punto de vista, una nación extraordinaria. Extraordinaria es su riqueza – primer productor mundial de plata, potencia petrolera y verdadero imán para la inversión extranjera – extraordinario es su crecimiento demográfico – más de 120 millones de habitantes – extraordinaria es su variedad lingüística – unas 287 lenguas indígenas además del español – extraordinaria su Historia – algunas de sus culturas han sido de las más importantes de la Humanidad – extraordinario su peso internacional – es el país hispanoparlante más poblado y, posiblemente, el más rico – y extraordinaria su problemática que va más allá del narcotráfico. Por supuesto, hay españoles que siguen empeñados en mirar a México y a los mexicanos por encima del hombro y en pensar que fue tierra conquistada en el pasado. Es una reacción tan estúpida y soberbia como la de no pocos norteamericanos que piensan que los mexicanos no desean otra cosa en este mundo que irse a vivir al norte del río Grande. La verdad es que, desde hace años, el número de mexicanos en Estados Unidos no ha dejado de decrecer. De hecho, son millones los que han regresado a su país dada la reactivación de la economía. Dicho sea de paso, si el NAFTA ha beneficiado a México no es menos cierto que ha rendido aún mayores ventajas a Estados Unidos. A decir verdad, si el NAFTA desapareciera, Estados Unidos perdería ocho millones de empleos, es decir, más que los aniquilados por la crisis de 2008.



Mi paso por el DF me permitió reencontrarme con una ciudad de 24 millones de habitantes – sí, más que Shanghai – que, en algunos lugares, parece que hormiguea gente y que rezuma lugares de interés por los que merece la pena detenerse y pasear. Sin embargo, por encima de todo, es una muestra viva de la manera en que el legado hispano-católico ha constituido un pesado lastre para el desarrollo de México. El gran legado de España fue la lengua española que une a México con las otras repúblicas de Hispanoamérica; la gran maldición fue la cosmovisión de la Contrarreforma que a España la aniquiló como imperio viable sumiéndola en males que se han extendido por medio milenios y que no ha tenido consecuencias mejores sino más palpables a este lado del Atlántico. Los datos al respecto son demoledores y tuve ocasión de exponerlos en las cuatro exposiciones sobre el tema que impartí en el DF.



Déjenme darles un par de ejemplos. En 1536, se fundó la primera escuela obligatoria y pública de la Historia. Fue en la protestante Ginebra y la razón es que resulta imposible ser protestante y analfabeto. En 1547, en la Confesión escocesa – una declaración de fe protestante – se establecía la apertura de escuelas en todos los medios rurales y urbanos. El efecto de la Reforma protestante en la educación fue fulminante. Al siglo siguiente, los cuáqueros presentaban una tasa de alfabetización del cien por cien tanto en hombres como mujeres. Entre los peregrinos varones del Mayflower, en torno al ochenta por ciento estaban alfabetizados mientras que las mujeres se acercaban a una tasa del setenta por ciento. España tuvo la inmensa desgracia de perseguir la Reforma y de convertirse en la espada de la Contrarreforma y aunque se pretenda negar, lo cierto es que la iglesia católica nunca tuvo deseos de educar al conjunto del pueblo. Por el contrario, el dominio educativo sobre las élites y la perpetuación de la ignorancia de las masas fue siempre una base más que relevante de su poder. La entrada de las clases medias en la Historia amplió el espectro educativo de la iglesia católica, pero los datos son demoledores. Cuando en 1810, México se declaró independiente, el noventa por ciento de su población no sabía leer ni escribir. No era culpa del poder regio – en España la proporción era la misma – sino de la inspiración eclesial del imperio.



Remontar esa desventaja en comparación con los países donde triunfó la Reforma no fue fácil. Hasta el siglo XIX, no se aprobaron leyes educativas en los países católicos como España o México y entonces lo fue con la iglesia católica en contra y debido a la acción de liberales y masones. Con una mayoría sociológica controlada desde los púlpitos esos esfuerzos educativos, generalmente, no avanzaron mucho hasta bien entrado el siglo XX. Cuando en 1910, México celebró su centenario, el analfabetismo rondaba el ochenta por ciento. Todavía en 1970, más del veinticinco por ciento de los mexicanos no sabía leer ni escribir. A día de hoy, la cifra de analfabetos está por encima del cinco por ciento aunque algunas fuentes aseguran que ese dato es optimista. En España, el despegue educativo tuvo lugar ya en los años sesenta del siglo XX, pero yo mismo me encontré no pocas veces a gente que no sabía leer y escribir en los años setenta e incluso enseñé a algunos adultos a hacerlo en los ochenta. En los años noventa, todavía aparecían en España focos de analfabetismo y, de manera bien reveladora, los últimos irreductibles, los gitanos, fueron alfabetizados por la iglesia evangélica Filadelfia en una hazaña educativa tan importante como desconocida. Tan vergonzosos hechos tienen lógica. ¿Acaso no conquistó Perú un analfabeto? ¿Acaso no ha habido santos canonizados como Fray Escoba que no sabían leer ni escribir?



El desastre educativo derivado de la Contrarreforma parió el retraso científico. Los datos al respecto son demoledores. No sólo es que la revolución científica de la que todavía nos beneficiamos deriva directamente de la Reforma como han señalado Kuhn, Whitehead o Schaeffer. John Hulley, un economista del Banco Mundial, realizó un estudio sobre los Premios Nobel de ciencias de 1901 a 1990 y encontró que el ochenta y seis por ciento fueron obtenidos por protestantes o judíos (veintidós por ciento en este último caso). El catorce por ciento restante eran hindúes, ateos, algún católico… No debería sorprender que sólo tres hispanos hayan obtenido un premio Nobel de ciencias – dos españoles – porque es otra de las nefastas cargas que nos dejó la Contrarreforma. Sí, un español inventó la fregona y otro, al parecer, el chupachups. Tampoco faltan en México las gentes de ingenio, pero hay un abismo. Y, sin embargo, basta recorrer el DF para darse cuenta de que no falta la gente inquieta culturalmente. Las librerías abundan, los teatros no faltan e incluso cerca de Bellas Artes existe algo parecido a la madrileña Cuesta de Moyano aunque más prolongada y con más variedad. En un par de puestos venden películas en lugar de libros y me encuentro con una grata sorpresa. Aunque mi guía – un extraordinario chico de Sinaloa que se llama Julio y que estudia para ser misionero – me asegura que son piratas, la realidad es que van en cajas como las de los comercios. Pero no acaba ahí todo. Los títulos no son el último estreno como nos tienen acostumbrados en España los manteros sino clásicos de todas las épocas. Me quedo pasmado al ver que, junto a mucho cine español, también hay películas inglesas, alemanas, francesas… Hollywood tiene su lugar como no podía ser menos, pero también Kurosawa, Truffaut, Zhang Yimou o Bergmann. De la manera más inesperada, puedo hacerme con películas que he buscado durante años y que estaban simplemente descatalogadas.



Sí, el mexicano es inquieto, vivaz, movido, nada más lejos de esa imagen de holgazán empedernido que tanto se ha prodigado, pero, como el español, tuvo la desgracia de no conocer hasta hace muy poco la Biblia que recuperó la Reforma y verse, por el contrario, sumergido en la superstición y la ignorancia y en los manejos por contar con el poder de la iglesia católica y la masonería. No sorprenden muchos momentos trágicos de su Historia. Por el contrario, admira que haya realizado tantas hazañas con esa carga a las espaldas. Y por si alguien desea seguirse sintiendo superior que sepa que México tiene una tasa de desempleo del 3,5 por ciento – casi seis veces inferior a la de España – y no pocos analistas creen que todavía es inferior dada la economía sumergida, pero de ésa y otras cosas seguiremos hablando en los próximos días.



CONTINUARÁ

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Published on August 24, 2017 23:16

César Vidal's Blog

César Vidal
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