César Vidal's Blog, page 28

October 22, 2017

Hartos

Desde hace unas semanas, asistimos al espectáculo reconfortante de manifestaciones patrióticas y cívicas en toda España. La razón de su éxito colosal es que… estamos hartos.


Sí, estamos hartos de que los nacionalistas catalanes lleven décadas persiguiendo el español; de que no cumplan las resoluciones judiciales; de que financien a entidades que odian a España como la ANC u Omnium con el dinero que Montoro y los anteriores a él han sacado de nuestros bolsillos; de tener que pagar su astronómica deuda pública y su déficit escandaloso; de que saqueen el patrimonio nacional expoliando el archivo de Salamanca, llevándose el de la Corona de Aragón y no devolviendo las obras de arte de las parroquias aragonesas; de que falseen premios y certámenes para conseguir premios que nunca merecieron e impedir que se los lleven los que debieron recibirlos; de que veten, chantajeen y sobornen; de que extiendan a lo largo y a lo ancho su imperialismo aldeano; de que intenten imponer su lengua – hermoso dialecto del provenzal – en regiones donde jamás se habló; de que, continuamente, nos estén perdonando la vida con el “no nos entendéis” cuando la realidad es que los comprendemos mucho más de lo que desearían; de que opriman a los catalanes que quieren ser también españoles; de que fracturen familias y sociedades por pura ambición; de que hayan convertido Cataluña – según datos de la Fiscalía general del estado - en la región más corrupta de España; de que hayan despreciado a los hispanos y abierto las puertas de par en par a la inmigración musulmana sólo porque no habla español; de que se hayan hundido millares de empresas por la insoportable presión fiscal destinada, entre otros chollos, a mantener sus embajadas en el extranjero destinadas a colocar amigos y lanzar lodo sobre España; de que hayan mostrado siempre tanta comprensión hacia ETA a pesar de los asesinados en Cataluña; de que hayan falseado ridículamente la Historia para pretender ser lo que nunca han sido como ya señaló Américo Castro; de que hayan utilizado la educación y los medios como métodos de adoctrinamiento goebbelsiano; de que cada nuevo privilegio pagado por el resto de España se considere insuficiente y mero acicate para expoliar más; de que griten “Espanya ens roba!” cuando es la pobre España la que paga con sudor y sangre sus atropellos y depredaciones; de que nos llamen fascistas ellos tan parecidos al nazismo. Estamos hartos.

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Published on October 22, 2017 23:30

October 21, 2017

Pablo, el judío de Tarso (XLV)

EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO (XXI):

la carta a los Romanos, el Evangelio según Pablo (II): la salvación a través de la fe


Si el hombre no puede salvarse por sus propias obras, por sus propios méritos, por sus propias acciones; si la ley de Dios, lejos de salvarlo, sólo le muestra que es incluso más culpable de lo que cree, ¿cómo puede salvarse de la justa condenación de Dios? La respuesta de Pablo hunde sus raíces en los textos del Antiguo Testamento que hacen referencia a la muerte de un ser inocente en pago por los pecados de los culpables, en las profecías sobre un mesías que morirá en expiación por las culpas del género humano (Isaías 53) y en la propia predicación de Jesús que se ha presentado como ese mesías-siervo que entregará su vida en rescate por muchos (Marcos 10, 45). No es original, por lo tanto, aunque sí extraordinariamente bien expuesta. Dios – que no puede ser justo y, a la vez, declarar justo a alguien que es pecador e injusto – ha enviado a alguien para morir en expiación por las faltas del género humano. Esa obra llevada a cabo por el mesías Jesús no puede ser ni pagada ni adquirida ni merecida. Tan sólo cabe aceptarla a través de la fe o rechazarla. Aquellos que la aceptan a través de la fe son aquellos a los que Dios declara justos, a los que justifica, no porque sean buenos sino porque han aceptado la expiación que Jesús llevó a cabo en la cruz. De esa manera, Dios puede ser justo y, al mismo tiempo, justificar al que no lo es. De esa manera también queda claro que la salvación es un regalo de Dios, un resultado de su gracia y no de las obras o del esfuerzo humano:





21 Pero ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas, 22 la justicia de Dios por la fe en Jesús el mesías, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia; 23 por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios; 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia a través de la redención que hay en el mesías Jesús; 25 al cual Dios ha colocado como propiciación a través de la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, pasando por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la finalidad de manifestar su justicia en este tiempo, para ser justo, y, a la vez, el que justifica al que tiene fe en Jesús. 27 ¿Dónde queda, por lo tanto, el orgullo? Se ve excluído. ¿Por qué ley? ¿por las obras? No, sino por la de la fe. 28 Así que llegamos a la conclusión de que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.



(Romanos 3, 21-28)





El argumento de Pablo no resulta novedoso y, en realidad, ya lo vimos expuesto al examinar la carta a los gálatas. Sin embargo, es obvio que en la dirigida a los romanos lo desarrolla, lo argumenta, lo fortalece todavía más. En realidad, da la sensación de que dialoga con un adversario invisible que le plantea distintas objeciones a las que responde de manera sólida. Por ejemplo, se puede plantear si todo lo que Pablo sostiene no choca con las Escrituras del Antiguo Testamento en las que la Torah tiene un papel central. La respuesta de Dios es que precisamente en la propia Torah ya se enseña que la salvación no es por obras, sino por gracia, a través de la fe. El caso de Abraham, el padre de los creyentes, o el del rey David son una buena muestra de ello:





1 ¿QUÉ, pues, diremos que halló Abraham nuestro padre según la carne? 2 Por que si Abraham fue justificado por la obras, tiene de qué gloriarse; aunque no para con Dios, 3 pero ¿qué dice la Escritura? Y creyó Abraham a Dios, y le fue computado como justicia. 4 Sin embargo al que hace obras, no se le cuenta el salario como gracia, sino como una deuda. 5 pero al que no realiza obras, sino que cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia. 6 También David dice que es bienaventurado el hombre al que Dios atribuye justicia sin obras, 7al afirmar: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el hombre al que el Señor no imputó pecado. 9 ¿Esta bienaventuranza es en la circuncisión o también en la incircuncisión? porque decimos que a Abraham fué contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo pues le fue contada? ¿en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia por la fe que tuvo en la incircuncisión: para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, para que también a ellos les sea contado por justicia; 12Y padre de la circuncisión, no sólamente para los que son de la circuncisión, sino también para los que siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. 13 Porque la promesa no le fue dada a Abraham por la ley ni tampoco a su descendencia, que sería heredero del mundo, sino que le fue dada por la justicia de la fe… 16 Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme para toda descendencia, no sólamente para el que es de la ley, sino también para el que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.



(Romanos 4, 1-16)





Precisamente, el inicio del capítulo 5 constituye un resumen de toda la exposición del camino de salvación expuesto por Pablo:





1 JUSTIFICADOS, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesús el mesías: 2 por el cual también tenemos entrada mediante la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.



(Romanos 5, 1-2)





Pero para Pablo no basta con señalar la fe como la vía por la que el hombre al final recibe la salvación de Dios, es declarado justo por Dios, es justificado. Además quiere dejar claramente de manifiesto que el origen de esa circunstancia es el amor de Dios, un amor que no merece el género humano porque fue derramado sobre él cuando estaba caracterizado por la enemistad con Dios:





5 Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. 6 Porque el mesías, cuando aún éramos débiles, a su tiempo, murió por los impíos. 7 Es cierto que ya es raro que alguien muera por una persona que sea justa. Sin embargo, es posible que alguien se atreva a morir por alguien bueno. 8 pero Dios deja de manifiesto su amor para con nosotros, porque siendo aún pecadores, el mesías murió por nosotros. 9 Por lo tanto, justificados ahora en su sangre, con mucha más razón seremos salvados por él de la ira. 10 porque si cuando eramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, mucho más ahora que ya estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.



(Romanos 5, 5-10)





Sobre ese conjunto de circunstancias claramente establecido por Pablo – el que Dios nos ha amado sin motivo, el que ha enviado a su Hijo a morir por el género humano y el que la salvación es un regalo divino que se recibe no por méritos propios sino a través de la fe – viene a sustentarse el modelo ético del cristianismo al que se referirá a continuación. Se trata, por lo tanto, de una peculiar ética porque no arranca del deseo de garantizar o adquirir la salvación, sino de la gratitud que brota de haber recibido ya esa salvación de manera inmerecida. Para Pablo (vid: Efesios 2, 8-10), las buenas obras no se realizan para obtener la salvación, sino, precisamente, porque ya se ha obtenido.



CONTINUARÁ

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Published on October 21, 2017 23:55

October 20, 2017

Come Thou Fount Of Every Blessing

Una de las figuras más hermosas que aparecen en la Biblia para expresar la relación entre Dios y el género humano es la del agua para los sedientos. En Isaías 44: 3, Dios promete que derramará aguas sobre el sequedal y ríos sobre la tierra árida en claro simbolismo del Espíritu Santo que haría descender sobre Su pueblo.


Jesús repitió esa misma enseñanza al afirmar que había llegado la época en que se cumpliría esa profecía veterotestamentaria. Precisamente, en el último y gran día de la fiesta en que la gente contemplaba el agua, “Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7: 37-9).



El texto resulta especialmente hermoso no sólo por lo que tiene de cumplimiento sino, especialmente, de realidad práctica. Nuestra existencia – nos demos o no cuenta de ello – es un terreno seco y árido que necesita del agua de vida que sólo puede dar Dios para sobrevivir. Aquel que acuda a Dios, que reconozca sus pecados, que se deje lavar por la sangre de Jesús, que reciba el agua del Espíritu podrá iniciar una vida tan distinta y renovada que sentirá como, de su interior, surgen, poderosos y limpios, manantiales de agua viva. Nada hay que se parezca a ello



Esta canción, escrita en el siglo XVIII, se refiere a esa realidad, la realidad de mantener una relación con Dios de la que emanan la salvación, cualquier tipo de bendición en que pueda pensarse y, finalmente, una relación que se prolongará a lo largo de toda la eternidad. He escogido tres versiones para ustedes. La primera es coral, como inicialmente, la pensó el compositor. La segunda es de Chris Rice. La última, finalmente, es en español. Espero que las disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Ésta es la versión coral



www.youtube.com/watch?v=fqa9JqRPwVo





Esta versión es de Chris Rice



www.youtube.com/watch?v=ax_NMWLEb6U&nohtml5=False





Y ésta es una versión es español



www.youtube.com/watch?v=i00lzJ6rZ9E

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Published on October 20, 2017 23:53

October 19, 2017

El atraco

Pasan cosas en este mundo… El otro día, un amigo regresó a su casa y se encontró con que un grupo de atracadores había reventado la puerta y estaba desvalijando el domicilio. Para colmo de horrores, uno de ellos estaba encima de su mujer - a la que tapaba la boca – en una posición que dejaba poco lugar a dudas sobre lo que estaba pasando.


Mi amigo podría haber telefoneado a la policía o incluso haber pedido ayuda a los vecinos porque, aunque hay gente que no lo aprecia mucho, sin embargo, la idea de que cualquier facineroso entre en la urbanización o pueda ir violando a sus esposas e hijas les pone los pelos de punta. Pero mi amigo pensó que cualquiera de esas dos opciones no era deseable y, con la mayor corrección, preguntó a los delincuentes sobre la naturaleza exacta de sus acciones. Parece ser que los maleantes no se lo tomaron muy bien porque uno le espetó: “¿Y a ti qué te parece, caraculo? (sic) mientras que otro le dijo algo así como “Si te parece lo hablamos”. Al escuchar lo del diálogo, mi amigo se sintió aliviado. Mientras uno de los maleantes continuaba silenciando a su mujer – que seguía debajo – y otro metía los candelabros de plata en un saco, el que parecía el jefe le dijo: “Si te portas bien, lila, podemos hablarlo todo”. Aquí fue cuando mi amigo decidió echarle valor y le dijo: “Mire usted, le doy cinco minutos para que me explique lo que están haciendo y si no es lo que deben, para que se vayan de esta casa”. A esas alturas, los hijos de mi amigo habían aparecido en el umbral y al ver lo que pasaba con su madre comenzaron a lanzar voces de alarma. En unos minutos, varios vecinos habían llegado atraídos por los alaridos y anunciaron que iban a llamar a las fuerzas del orden e incluso se prestaron a intervenir, pero mi amigo no se lo consintió. “Mire usted”, insistió, “les exijo firmemente que me aclaren lo que están haciendo”. Se lo aclararon. La casa quedó como un hospital robado, uno de los atracadores descargó el vientre encima de la cama de matrimonio seguramente como recuerdo cariñoso de su paso por la vivienda de mi amigo y la pobre esposa ha quedado embarazada. Menos mal que estas cosas no suceden en España.

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Published on October 19, 2017 23:30

October 18, 2017

Guatemala (IV): La Reforma y su legado de libertad

El jueves posterior a la visita a Antigua y a la presentación de El águila y el quetzal en la librería Sophos fue un día muy especial. A decir verdad, no sé si fue el más especial de toda mi grata estancia en Guatemala.


Por la mañana, tuve una entrevista en la radio; después un almuerzo coloquio con el club Rotario sobre el tema Lo que América se juega en Venezuela, a continuación una clase sobre cine israelí con los alumnos de la Escuela de cine – extraordinaria hora en que pude descubrirles un cine poco conocido, pero repleto de películas sugestivas que, en ocasiones, son muy criticadas por los lobbies judíos precisamente por su carácter realista – y a continuación vino una nueva entrevista. Pero el plato fuerte fue la conferencia que dicté en el Auditorio JBG de la Marroquín sobre el tema La Reforma y la libertad.



La asistencia era con reserva y eran precisas entradas previas. Más de una hora antes ya había comenzado a llegar gente, el lleno fue absoluto, el coloquio posterior se extendió animadamente durante una hora y, para remate, vino seguido por una multitudinaria firma de varios de mis libros. Las filas de lectores que esperaron pacientemente a que les dedicara mis libros resultaron conmovedoras y me recordaron tiempos anteriores en España. Al día siguiente, Eva Meléndez, la secretaria de Lasquetty – un verdadero prodigio de competencia a la que yo pondría a dar un master sobre cómo ser una secretaria perfecta – me informó de que esa noche me convertí en el invitado de la Marroquín que había firmado más libros a lo largo de la Historia. Era un motivo añadido de alegría, pero, con todo, debo recalcar que lo más interesante fue la exposición sobre la Reforma.



La Reforma implicó una inmensa inyección de libertad en un mundo caracterizado por el despotismo.



Frente a la esclavitud de tradiciones humanas no pocas veces derivadas del paganismo, la Reforma afirmó la libertad de regresar a la Biblia – “Sola Scriptura” - y, traduciéndola, la puso a la altura del pueblo común al que se le había hurtado durante más de un milenio.



Frente a la esclavitud de infinidad de prácticas procedentes del paganismo que habían desplazado a Cristo del centro del cristianismo, la Reforma afirmó “Solo Christo” y volvió a otorgar la libertad de que el cristianismo volviera a ser Cristo.



Frente a la esclavitud de ritos y ceremonias – de nuevo, el origen pagano no era raro – que insistían en que la salvación podía merecerse, ganarse, incluso comprarse mediante mecanismos como las bulas de indulgencias, la Reforma devolvió al pueblo el Evangelio de la “Sola gratia” que pone de manifiesto que la salvación es un don gratuito e inmerecido del amor de Dios que sólo puede recibirse a través de la fe.



Pero además la Reforma implicó la recuperación de una serie de valores bíblicos que implicaron la libertad de la ignorancia, de la pobreza, del despotismo y de la corrupción. Lo primero vino cuando ya en 1536 la Reforma creó la primera escuela obligatoria y pública de la Historia. Cierto, se puede ser católico, analfabeto y santo – como fray Escoba – pero no protestante y analfabeto. Que a día de hoy la aplastante mayoría de las cincuenta primeras universidades estén en naciones de sociología protestante es bien significativo. Sí, los españoles pudieron fundar la universidad de Lima – donde no se enseñaba el método científico porque Bacon era un hereje protestante – pero las primeras de América siguen siendo las fundadas por los puritanos: Harvard, Yale y Princeton. Mientras la América hispana sigue sufriendo hoy índices de analfabetismo vergonzosos – Cuba es una de las pocas excepciones – y sus universidades, como las españolas, siguen fuera del elenco de las más importantes, la Reforma marcaba una diferencia. Por eso no sorprende que la Revolución científica surgiera y floreciera en el mundo de la Reforma y estuviera ausente del de la Contrarreforma. Algunos datos son sobrecogedores. De 1901 a 1990, el 86 por ciento de los premios Nobel de ciencias fueron a parar a protestantes – 64 por ciento – y judíos – 22 por ciento. De manera bien llamativa, los judíos incluso obtuvieron esos Premios Nobel en países de sociología protestante, pero no católica. El mundo hispano es una buena muestra de esa plaga, auténtica maldición, que fue la Contrarreforma. Sólo cuenta con tres premios Nobel de ciencias – dos españoles, pero uno, Severo Ochoa, cuando llevaba años viviendo en Estados Unidos – frente a la aplastante hegemonía protestante. La Reforma fue una inyección de libertad de la ignorancia, esa que, en no escasa medida, sigue caracterizando a las naciones católicas dramáticamente.



También implicó la libertad de la pobreza. La Reforma recuperó la cultura bíblica del trabajo y la creación de una cultura financiera. El pobre Carlos III en 1783 intentó privar de su carácter deshonroso al trabajo, pero – me temo – no lo consiguió. De hecho, en España las madres siguen deseando para sus hijos “un trabajo donde no se trabaje” y la situación no es mejor en Hispanoamérica. Para el imperio español – que se desangró al servicio de un papado tan traidor como el obispado catalán – fue una desgracia no contar con esa cultura financiera aunque dispusiera de los metales preciosos de las Indias. El cardenal - ¡sí, cardenal! – Richelieu fue más inteligente que el rey de España y, de hecho, utilizó a banqueros protestantes. Seguramente, sus tropas no eran tan aguerridas como los Tercios, pero sus financieros eran mucho mejores y venció a España en la criminal y estúpida guerra de los Treinta años.



La Reforma también implicó la libertad del despotismo. Desde el principio, convencidos los protestantes de que los seres humanos tienden al mal, la idea de la supremacía de la ley y de la separación de poderes avanzaron a pasos agigantados. En el mundo de la Contrarreforma sucedió todo lo contrario. De entrada, se partía de la base de que el déspota que dominaba las conciencias con la hoguera y la tortura – el papa – era bueno. Lo mismo sucedía con reyes y emperadores. Así, cuando España se precipitaba en su ruina a mediados del siglo XVII al servicio de la traidora Santa Sede, los ingleses puritanos decapitaban a un rey despótico llamado Carlos I. De esa visión netamente protestante surgieron la libertad de las democracias y la constitución de Estados Unidos; de la visión despótica de la Contrarreforma han surgido a uno y otro lado del Atlántico déspotas de todo tipo que la gente aclama como redentores. Pinochet y Castro, Torrijos y Chávez, Morales y Perón, Franco y el Che son muestras diversas a la izquierda y a la derecha de esa creencia en el déspota providencial.



Finalmente, la Reforma también implicó la libertad de esos pecados veniales que son la mentira y el hurto. No nos gusta reconocerlo, pero las culturas católicas son increíblemente corruptas porque el hurto es un pecado venial que sólo molesta cuando alguien roba un dólar más que nosotros o somos la víctima y la mentira es considerado siempre como una faltilla. La prueba es que seguimos votando a los mismos corruptos y embusteros vez tras vez. Hay que ir a naciones de sociología protestante para encontrar carreras políticas destruidas por la mentira o ministros que dimiten por haber pagado un pañuelo con fondos de un ministerio. La diferencia, a fin de cuentas, reside en que mientras que hay gente común que roba toallas en el hotel, alcohol y algodón en un hospital o papel en una oficina, también existen políticos que echan manos de lo que tienen a mano que es el presupuesto. Y que no me digan que exagero. Personalmente, tuve que cerrar con llave mi despacho en COPE cuando vi que me robaban descaradamente – digo yo que se confesarían después – y en Es.Radio vi vez tras vez como había empleados que robaban el almuerzo a sus compañeros de trabajo. ¿Puede sorprender que un Pujol cualquiera que ha lavado el cerebro a casi toda una sociedad convirtiéndola en una de las más estúpidas y fanáticas del mundo tenga sólo entre Panamá y Belize más de tres mil millones de euros? Confieso que a mi no me sorprende y más cuando conozco el origen católico de su ideología y lo bien que se llevaba con los obispos.



La Reforma implicó una inmensa transfusión de libertad en un mundo esclavizado por la superstición, la crueldad, la barbarie, la represión, la ignorancia, el analfabetismo y el despotismo. A decir verdad, causa maravilla que lo pudiera hacer tan pronto y con tan pocas sombras cuando emergía de un universo de espesas tinieblas.



La gente que escuchó la conferencia lo comprendió a la perfección y las preguntas que se fueron sumando durante una hora permitieron entrar en otros aspectos como el arte, la música y un largo etcétera. Quedarme luego otra hora firmando y ver como se iban acabando los libros a un ritmo vertiginoso – por no contar el rostro de entusiasmo de la librera – constituyó un inmenso placer añadido.



Todavía al día siguiente, tuve otras dos conferencias más, pero no cabe duda de que habíamos tocado techo con esta exposición.



El paso por la Marro ha sido una oportunidad extraordinaria de encontrarse con una profesionalidad de primerísimo nivel, con una búsqueda de la excelencia académica de primerísima clase y con una competencia que sólo puedo calificar como perfecta. Me he referido antes a Eva Meléndez, la secretaria de Lasquetty, y es obligadamente justo que vuelva a hablar de ella. A lo largo de mi vida, he conocido secretarias de todo tipo. Incluso recientemente me he topado con una totalmente indecente que, tras no arreglar un problema con un billete de avión, tuvo la falta de vergüenza de enviarme, poco antes de salir de su despacho, el número de la agencia de viajes para que yo resolviera el embolado. El parecido entre una buena secretaria, incluso una discreta, y semejante cabestro es el mismo que, en términos de belleza, el que existe entre una Venus y Quasimodo, el jorobado de Nôtre Dame. La secretaria de Lasquetty es un más que sobresaliente modelo de profesionalidad, eficacia y amabilidad. Confieso que si tuviera dinero para costearme una secretaria, intentaría traérmela a los Estados Unidos y quitársela a Lasquetty. Esa mujer es además una especie de paradigma del viaje a Guatemala. La buena educación, la exquisita cortesía, el trato adecuado, la agenda bien pensada, la excelente elección de temas, la organización impecable y el magnífico ámbito académico es lo que contemplé en la Marro durante esos días. En resumen, lo que se supone que hay que encontrar no sólo en una universidad que busca la excelencia sino en cualquier operativo adecuado. Por cierto, nada más llegar a Miami, recibí una nota preguntándose si aceptaría formar parte del consejo asesor para las tesis doctorales de la Marroquín. ¿Qué piensan ustedes que respondí?



(FIN DE LA SERIE)

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Published on October 18, 2017 23:30

October 17, 2017

El cianuro ¿solo o con leche?

Habitualmente, suelo dedicar este espacio a películas o libros que son de contenido relacionado con el mundo de lo trascendente, de lo filosófico, de lo histórico o de lo clásicamente literario. Tal y como está el panorama, esta semana me he permitido optar por una comedia. La escribió Juan José Alonso Millán y se estrenó el 7 de junio de 1963 en el teatro Beatriz de Madrid. La obra gira en torno al plan de Adela y de su hija Laura de acabar con el abuelo que ya es un nonagenario.


Para ello, van a recurrir al envenenamiento. Sin embargo, la situación se va a complicar porque por la casa aparece Enrique, el nieto y médico de profesión, y su amante, una mujer casada que acaba de abandonar a su esposo. Lo que surge a continuación es una comedia disparatada, pero que, en su inmenso disparate, resulta verosímil y, sobre todo, constituye una elegante crítica de no pocos aspectos de la época.



He visto esta comedia en no pocas ocasiones y siempre consigue arrancarme no sólo sonrisas sino incluso carcajadas. Lo hace además sin recurrir a la grosería, a la ordinariez o al insulto. Por el contrario, minuto a minuto, demuestra una extraordinaria capacidad para la imaginación, el juego de palabras y la ironía. Les incluyo el video de una de las versiones escenificadas en su día en aquel maravilloso programa que era Estudio 1. ¡Qué época aquella en que el primer actor era Francisco Morán, la primera actriz era extraordinaria además de guapísima y los secundarios resultaban sublimes! Hoy sería más que difícil montar un reparto semejante.



Espero que disfruten la comedia y pasen un buen rato. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!



Y aquí está la comedia



www.youtube.com/watch?v=NOZbXC5M_Bg&list=PL66VyKv7w_OCk3wyygXmhqvd2bwEjMcfY

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Published on October 17, 2017 23:14

October 16, 2017

Guatemala (III):  Antigua (II)

Me quedé ayer a punto de hablarles de uno de los lugares de visita obligatoria en Antigua que es la Casa Popenoe. Situada en la esquina suroeste de la 1a avenida Sur y la 5a calle Oriente, originalmente fue una residencia que comenzó a construirse en 1762 por orden de Venancia López, la esposa del escribano real Andrés Guerra.


La casa se alzó sobre dos inmuebles que ya existían y que habían sido elevados a mediados del siglo XVII por el sacerdote Juan de Torres. Tampoco el clérigo construía de nuevo porque ambos edificios descansaban sobre lo que había sido otra casa de la segunda mitad del siglo XVI. Como sucedió con el resto de los edificios de Antigua, fue abandonada tras el terremoto y la orden de traslado y, como pasó también con otros lugares, fue víctima de los okupas. Si ha llegado hasta nuestros días como un hermoso lugar para visitar se debe a dos instancias: Frederick Wilson Popenoe y la Marro.



Empecemos por Popenoe. En 1930, compró la casa – que era conocida como la casa del capuchino por un ciprés capuchino que todavía está en el patio principal - a precio de saldo a Ciriaco Peralta. Inicialmente, las tareas de acondicionamiento y reconstrucción resultaron ingentes siquiera por el mal uso continuado de siglos y también por el deseo de Popenoe de conservar el aliento colonial y no estropear el edificio con aportaciones modernas. En 1932, falleció Dorothy, la primera esposa de Popenoe, pero las obras avanzaron extraordinariamente con un Popenoe retirado a vivir a Guatemala y casado con Helen Barsaloux. El resultado no fue sólo la constitución de una residencia colonial semejante en casi todo a la que habían disfrutado los españoles durante generaciones sino también la recuperación de un legado artístico. Por ejemplo, Helen se empeñó en decorar las estancias con imágenes que iba salvando de distintas iglesias. No era el uso español, pero reunió un patrimonio – incluidos otros objetos de culto – más que notable. No sólo eso. Incluso las soluciones arquitectónicas por las que optaron los Popenoe para elementos como las ventanas a pesar de no ser las originales españolas acabaron siendo copiadas en la ciudad y forman ya parte del paisaje urbano.



Popenoe – como es ley de vida – falleció, pero su legado no pereció con él. Hace diez años, una hija suya, Marion, en nombre de la familia, donó la casa a la Marro y eso la catapultó hacia la permanencia y el disfrute de la comunidad. La Casa Popenoe es un verdadero museo en el que se puede contemplar desde los palomares construidos para poder violar la orden de no criar ganado, conseguir proteínas y permanecer en Antigua hasta una sucesión más que notable de objetos del período colonial. Todo ello sumado a la voluntad de un hombre de reconstruir ese pasado dejando excluida la electricidad o el aire acondicionado, pero aceptando una concesión indispensable para su mujer: un cuarto de baño moderno. Casi sorprende que mientras se recorren las habitaciones o se pasea por el jardín no aparezca de repente un fraile o un escribano de la época de la Colonia y nos salude con gesto adusto.



La Casa Popenoe es el paso previo para detenernos – Lasquetty es el tipo de guía que cualquiera desearía para cualquier lugar del mundo desde Noruega hasta la Antártida – en dos lugares especialmente placenteros. Uno es una tienda de cacao donde se puede comprender ya nada más entrar lo que significó la cultura del cacao – el Kakau de los mayas - a la que nosotros apenas nos asomamos a través de las tabletas de chocolate, pero que constituye un cosmos de texturas, sabores y fragancias. El otro es la Casa del jade.



Reconozco mi debilidad por el jade. Igualmente he de reconocer que descubro lo ignorante que soy, a pesar de mi afición, al pasar por este lugar. El establecimiento no es muy grande, pero resultan extraordinarios el gusto y la sabiduría con que se ha levantado. No sólo se trata de la explicación magnífica de las distintas clases de jade - ¿sabían ustedes, por ejemplo, que existe un jade morado? – sino del viaje al mundo de los mayas que lo acompaña. No puedo aquí detenerme en una detallada exposición de lo que fue el mundo maya, uno de mis hobbies más acariciados. Baste aquí decir que su desarrollo histórico fue desde unos dos mil años antes de Cristo hasta el siglo XVI en que la Conquista española le puso fin. En otras palabras, en términos de extensión cronológica, su importancia no cede ante Roma – a decir verdad, casi la duplica – ni tampoco ante Grecia, Mesopotamia o incluso Egipto cuyas pirámides desafió con otras no menos impresionantes. Los mayas tuvieron un sistema de escritura desarrollado – algo poco común en la América precolombina – y destacaron en áreas del saber como las bellas artes, las matemáticas o la astronomía. Desde el sureste de México – más o menos a la altura del Yucatán – hasta El Salvador pasando por Guatemala, Belice y buena parte de Honduras, los mayas constituyeron una de las explosiones culturales más geniales de la Historia. Es una pena que una bestia frailuna llamado Landa destruyera sus códices porque apenas podemos imaginar la riqueza cultural a la que hubiéramos podido acceder.



En la Casa del jade, descendemos ciertamente al inframundo y nos encontramos, entre otras delicias estéticas, con grandes personajes como Pakal el grande, señor de Palenque. El guía del museo – personaje entendido – se burla de los que ven en su tumba una nave espacial – necedad repetida hasta la saciedad en programas de ínfima calidad – por la sencilla razón de que el supuesto vehículo es sólo el árbol de la ceiba y el maya, en realidad, está no viajando por el espacio sino descendiendo al inframundo. Le sorprenden los comentarios que le hago sobre la cultura maya y enseguida entablamos conversación sobre elementos que a mi personalmente me entusiasman. En algún momento, siento el temor de que Lasquetty pueda sentirse aburrido por nuestra conversación, pero o por su exquisita cortesía o porque los mayas lo han enganchado también da la sensación de no sentirse molesto. El lugar – no insisto en ello bastante – resulta de visita obligada. Incluso las piezas de jade que se venden allí, aparte de no ser accesibles en otras partes del mundo, resultan más que asequibles. De buena gana, me habría quedado hablando con el guía horas enteras, pero no es posible.



Aún me quedará por ver la confluencia de volcanes en Antigua. Por cierto, nota para doña Sagrario Fernández Prieto: en estos volcanes se inspiró Saint Exupéry para su obra El principito. De hecho, la descripción que hace de los volcanes que había en el pequeño planeta es exactamente la que corresponde a esta prodigiosa población. Al final, en no pocas ocasiones, todo está más interrelacionado de lo que pensamos.



El viaje a Antigua se verá coronado por un excelente almuerzo – Lasquetty se ha adaptado a la gastronomía guatemalteca de una manera que parece nacido al pie de un volcán de Antigua – y un regreso en automóvil en el que compartimos experiencias y anécdotas de la vieja España. En Guatemala, me espera la presentación – más que grata y seguida de firma de libros – en la librería Sophos. Es sin duda, la coronación de una jornada imposible de borrar de mi memoria. En ella se han conjugado virtudes que aprecio de manera especial y cuya lamentable ausencia me parece un signo indiscutible de falta de civilización: la hospitalidad, la educación, la excelente conversación, la gentileza hacia los invitados, el arte, la Historia y el descubrimiento de nuevas manifestaciones culturales. Cuando nos encontramos ante esas conductas, sin duda, disfrutamos de la verdadera cultura y del auténtico progreso; cuando están ausentes se trata de una muestra indiscutible de que nos hallamos en medio de bárbaros, de seres ineducados, cuya presencia uno desearía lejana. Una vez más: ¡Gracias Javier! ¡Gracias Marro!



CONTINUARÁ

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Published on October 16, 2017 23:12

October 15, 2017

Guatemala (II): Antigua (I)

Hablaba el viernes de la semana pasada de la Hispanidad y es más que adecuado que me refiera hoy al viaje que realicé a la ciudad de Antigua en compañía de Lasquetty. Tanto el lunes como el martes, mis actividades habían sido quizá numerosas, pero, desde luego, muy placenteras. La Marro supo centrarse en tres temas muy concretos.


En primer lugar, en el Quinto centenario de la Reforma, pero vinculado a los aspectos de libertad y desarrollo económico; en segundo lugar, mi libro El águila y el quetzal donde analizo la evolución histórica de Guatemala y, finalmente, la manera en que la situación actual de Venezuela influye a Hispanoamérica. Los tres temas eran para mi más que cercanos y resultó un placer exponerlos. Así, el lunes, dediqué al tema venezolano una exposición para alumnos de Estudios políticos y relaciones internacionales; el martes, di una conferencia a alumnos de Liberal Arts sobre El águila y el quetzal y el martes, tuve una exposición para pastores sobre Libertad religiosa y progreso económico también en la Marroquín. Al mismo tiempo, durante esos dos días, pasé por varias entrevistas de radio y televisión y establecí contactos con el Instituto Fe y libertad. En todos y cada uno de los casos, la Marro brilló por una excelente preparación y, sobre todo, por su nivel académico. Sus profesores podían aparecer por clase con ropa informal – no con coleta como Pablo Iglesias, eso no… ¡por Dios! – pero el nivel académico era impresionante. La posibilidad de exponer con total libertad, la flexibilidad de los curricula, la insistencia en mantenerse cerca de la actualidad intelectual, la formación de un espíritu crítico entre los alumnos, el interés de éstos por desmenuzar aún más los temas expuestos fueron sólo algunas de las características de esos dos primeros días que resultaron más que gratos.



El tercer día de mi estancia en Guatemala iba a concluir con la presentación de mi libro El águila y el quetzal en la librería Sophos, la mejor de la ciudad, pero antes vino precedida por un viaje a Antigua.



Semejante episodio constituyó un gesto de elegante hospitalidad por que el vicerrector de la universidad se prestó personalmente a acompañarme a este enclave que, desde hace años, he querido conocer. De entrada, les adelanto que Antigua es un destino obligatorio no sólo en Guatemala sino en todo el continente de la misma manera que lo es, por ejemplo, Cuzco o México DF. Antigua fue conocida durante la época de la colonia como «Santiago de los Caballeros de Guatemala», y fue la capital de la Capitanía General de Guatemala entre 1541 y 1776. En este año, un terremoto sacudió la ciudad – la tercera vez en ese siglo – y las autoridades españolas consideraron que la ciudad debía ser trasladada a Nueva Guatemala de la Asunción. De esa manera, mataron varios pájaros de un tiro porque no sólo trasladaron la capital a un lugar más moderno y, por supuesto, seguro sino que además aprovecharon para debilitar a las órdenes religiosas de las que – con no poca razón – desconfiaban. Se pensaba que el que tuvieran que mudarse de edificios muestra de su poder a otros más pequeños les daría una lección acerca de quién mandaba en las Indias. ¡Pobrecitos!



La verdad es que la gente se resistió a abandonar Antigua y recurrieron a los expedientes más peculiares para lograrlo. ¿Que no se construía? Ocupaban lo abandonado. ¿Qué no se podía criar ganado? Se construían palomares clandestinos. En 1821, tras la independencia, Antigua recuperó la categoría de ciudad. Aún pasaría tiempo hasta que volviera a ser habitada formalmente, pero, a día de hoy, resulta un lugar delicioso en el que se puede regresar al pasado colonial. Permítanme darles algunos ejemplos aunque no tengo ánimo de ser exhaustivo.



Cuando se pasea por Antigua, no pocas veces le asalta a uno la sensación de estar transitando por enclaves de la Mancha o Andalucía. Si al doblar una esquina, hubiera aparecido don Quijote o Plinio, confieso que no me hubiera sorprendido lo más mínimo. Como en tantos lugares, allí está España, pero coloreada con los vivos tonos cromáticos de las Indias. La misma estructura de la ciudad podría uno encontrarla en Chinchón o en Tomelloso. Pero eso es sólo el principio.



Sentarse en el lugar donde se estableció la primera imprenta de Centroamérica en 1660 – fue la tercera colonia española con esa bendición – ante el ayuntamiento erigido en 1743 – o pasear por las ruinas de la gran iglesia de los jesuitas castigada por el terremoto no tiene, sinceramente, precio. Es regresar a un pasado donde, cuando menos se espera, uno se da de bruces con una placa recordando al extraordinario y admirado Bernal Díaz del Castillo, el audaz soldado que relató como nadie la conquista de Centroamérica por Hernán Cortés. Me repele bastante que cada vez que se habla de la Conquista se insista en los tópicos de la leyenda negra o de la leyenda rosada, ambas con ciertos elementos de verdad, pero, esencialmente, falsas. Mi consejo siempre es que se lea a los historiadores de Indias para ver lo que ellos mismos relataron. Pues bien si hay que empezar por un historiador de Indias lo ideal es o Colón o Bernal Díaz del Castillo, pero la segunda lectura es mucho más sabrosa. Ahí se perciben a la perfección las luces y las sombras de esta gigantesca epopeya y de manera muy especial la extraordinaria gesta de gentes en apariencia comunes, pero capaces de arrostrar peligros sin cuento por codicia, amor a la aventura o sentido del honor.



También en este terreno la Marroquín ha realizado aportes más que notables. Basta ver al respecto su restauración del lienzo Quauhquechollan que reproduce uno de los episodios menos conocidos, pero sustancioso, de la Conquista, episodio en el que los españoles – como franceses e ingleses – supieron lograr la alianza de tribus indígenas para batir a otras. La visita a ese museo resulta, desde luego, visita obligada, pero es un paso previo a uno de los puntos del trayecto absolutamente ineludible. Me refiero a la Casa Popenoe. Pero de ello, junto con otras cosas sabrosas y dignas de relatar, hablaré mañana.



CONTINUARÁ

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Published on October 15, 2017 23:30

Pablo, el judío de Tarso (XLIV)

EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO (XX): la carta a los Romanos, el Evangelio según Pablo (I): La Humanidad culpable

Sin ningún género de dudas, el escrito más importante que saldría nunca de la pluma de Pablo es la carta o epístola a los Romanos. A diferencia de la mayoría de sus textos, esta carta no pretende responder a situaciones circunstanciales que se han planteado en iglesias fundadas por él. Tampoco pretende atender necesidades de carácter pastoral. Por el contrario, se encuentra dirigida a unos hermanos en la fe que sólo le conocían de oídas y a los que deseaba ofrecer un resumen sistemático de su predicación. En ese sentido, más que ninguna otra de sus obras, la dirigida a los Romanos merece el nombre del Evangelio según Pablo y también más que ninguna otra recoge la mayor parte de su cosmovisión de forma sistemática y completa. No debe, por lo tanto, extrañar que la carta a los Romanos tuviera un papel esencial en la conversión de personajes de tan espectacular trayectoria como Agustín de Hipona, Martín Lutero o John Wesley.



Como es común en el género epistolar, Pablo comienza este escrito presentándose y haciendo referencia al afecto que siente hacia los destinatarios de la carta (Romanos 1, 1-7), para, acto seguido, indicar que su deseo es viajar hasta esa ciudad y poder compartir con los fieles algún don espiritual (Romanos 1, 10-11). Como señala a continuación, “muchas veces me he propuesto ir a vosotros” (Romanos 1, 13), pero siempre se había encontrado con un obstáculo que se lo había impedido. Ahora había llegado el momento “anunciar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma”, un evangelio del que no se avergonzaba (Romanos 1, 15-16). ¿En qué consistía ese Evangelio, esa buena noticia? Pablo lo dice con obvia elocuencia:





“el evangelio… es poder de Dios para salvación para todo aquel que cree; para el judío, en primer lugar, pero también para el griego. 17 Porque en él la justicia de Dios se manifiesta de fe en fe; como está escrito: pero el justo vivirá por la fe.



(Romanos 1, 16b-17)





El resumen que Pablo hace de su predicación no puede ser más claro. La justicia de Dios no se manifiesta por obras o méritos personales, sino por la fe y su consecuencia lógica es que el justo vivirá por la fe. La afirmación la conocemos ya por otras conclusiones similares de Pablo que aparecen, por ejemplo, en la carta a los Gálatas. Sin embargo, en Romanos, Pablo desarrolla de manera más amplia las bases de su afirmación. En primer lugar, va a dejar sentado el estado de culpabilidad universal del género humano. Se trata de una descripción que el apóstol realiza por partes iniciándola por los gentiles, por los paganos, por los que no pertenecen al pueblo de Israel del que él mismo sí formaba parte. De los gentiles puede afirmar lo siguiente:





18 Porque es manifiesta la ira de Dios del cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que detienen la verdad con la injusticia: 19 Porque lo que de Dios se conoce, a ellos es manifiesto; porque Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas que de él son invisibles, su eterno poder y su deidad, se perciben desde la creación del mundo, pudiendo entenderse a partir de las cosas creadas; de manera que no tienen excusa: 21Porque a pesar de haber conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; por el contrario, se enredaron en vanos discursos, y su corazón necio se entenebreció. 22 Asegurando que eran sabios, se convirtieron en necios: 23 cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen que representaba a un hombre corruptible, y aves, y animales de cuatro patas, y reptiles serpientes. 24 Por eso, Dios los entregó a la inmundicia, a las ansias de sus corazones, de tal manera que contaminaron sus cuerpos entre sí mismos: 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y sirviendo a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el natural uso del cuerpo por el que es contrario a la naturaleza: 27 Y de la misma manera, también los hombres, abandonando el uso natural de las mujeres, se encendieron en pasiones concupiscencias los unos con los otros, realizando cosas vergonzosas hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la paga adecuada a su extravío. 28 Y como no se dignaron reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, que los lleva a hacer indecencias, 29 rebosando de toda iniquidad, de fornicación, de maldad, de avaricia, de perversidad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de maldades, desobedientes a los padres, 31 ignorantes, desleales, sin afecto natural, despiadados: 32 éstos, aún sabiendo de sobra el juicio de Dios - que los que practican estas cosas merecen la muerte - no sólo las hacen, sino que además respaldan a los que las hacen”.



(Romanos 1, 18-31)



La descripción que Pablo hace del mundo pagano en el texto previo coincide, en líneas generales, con otros juicios expresados por autores judíos de la Antigüedad y, en menor medida, con filósofos paganos. La línea argumental resulta de especial nitidez, desde luego. De entrada, a juicio de Pablo, la raíz de la degeneración moral del mundo pagano arranca de su negativa a reconocer el papel de Dios en la vida de los seres humanos. Que Dios existe es algo que se desprende de la misma creación, pero el ser humano ha preferido sustituirlo por el culto a las criaturas. Ha entrado así en un proceso de declive en el que, de manera bien significativa, las prácticas homosexuales constituyen un paradigma de perversión en la medida en que significan cometer actos contrarios a lo que la propia Naturaleza dispone. El volverse de espaldas a Dios tiene como consecuencia primera el rechazo de unas normas morales lo que deriva en prácticas pecaminosas que van de la fornicación a la deslealtad pasando por el homicidio, la mentira o la murmuración. Sin embargo, el proceso de deterioro moral no concluye ahí. Da un paso más allá cuando los que hacen el mal, no se limitan a quebrantar la ley de Dios sino que además se complacen en que otros sigan su camino perverso. Se trata del estadio en el que el adúltero, el ladrón, el desobediente a los padres o el que practica la homosexualidad no sólo deja de considerar que sus prácticas son malas sino que incluso invita a otros a imitarle y obtiene con ello un placer especial.



Sin embargo, Pablo no era tan ingenuo como para pensar que el veredicto de culpa pesaba únicamente sobre los paganos. Por el contrario, estaba convencido de que, ante Dios, también los judíos, el pueblo que había recibido la Torah de Dios, era culpable. Al respecto, sus palabras no pueden ser más claras:





17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y descansas en la Torah y presumes de Dios, 18 Y conoces su voluntad, y apruebas lo mejor, instruído por la Torah 19 y confías que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20 maestro de los que no saben, educador de niños, que tienes en la Torah la formulación de la ciencia y de la verdad. 21 Tú pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? ¿Tú, que predicas que no se ha de hurtar, hurtas? 22 ¿Tú, que dices que no se ha de cometer adulterio, cometes adulterio? ¿Tú, que abominas los ídolos, robas templos? 23 ¿Tú, que te jactas de la Torah, con infracción de la Torah deshonras a Dios? 24 Porque el nombre de Dios es blasfemado por vuestra culpa entre los gentiles, tal y como está escrito. 25porque la circuncisión en realidad tiene utilidad si guardas la Torah, pero si la desobedeces tu circuncisión se convierte en incircuncisión.



(Romanos 2, 17-25)





La conclusión a la que llegaba Pablo difícilmente podía ser refutada. Los gentiles podían no conocer la Torah dada por Dios a Moisés, pero eran culpables en la medida en que desobedecían la ley natural que conocían e incluso podían llegar a un proceso de descomposición moral en el que no sólo no se oponían al mal, sino que se complacían en él e incluso impulsaban a otros a entregarse a quebrantar la ley natural. Los gentiles, por lo tanto, eran culpables. En el caso de los judíos, su punto de partida era superior siquiera porque habían recibido la Torah, pero su culpa era, como mínimo, semejante. También los judíos quebrantaban la Torah. El veredicto era obvio:





9 ... ya hemos acusado a judíos y a gentiles, de que todos están debajo de pecado. 10 Como está escrito: No hay justo, ni siquiera uno.



(Romanos 3, 9-10)





El hecho de que, a fin de cuentas, todos los hombres son pecadores y, en mayor o menor medida, han quebrantado la ley natural o la Torah parece que admite poca discusión. Sin embargo, históricamente no han faltado las interpretaciones teológicas que afirman que esa culpabilidad podría quedar equilibrada o compensada mediante el cumplimiento, aunque sea parcial, de la ley de Dios. En otras palabras, es cierto que todos somos culpables, pero podríamos salvarnos mediante la obediencia, aunque no sea del todo completa y perfecta, a la ley divina. La objeción parece haber estado presente en la mente de Pablo porque la refuta de manera contundente al afirmar que la ley no puede salvar:





19 Porque sabemos que todo lo que la ley dice, se lo dice a los que están bajo la ley lo dice, para que toda boca se tape, y todo el mundo se reconozca culpable ante Dios: 20Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.



(Romanos 3, 19-20)





Una vez más, Pablo refuta con una lógica contundente a la posible objeción. La ley no puede salvar, porque, en realidad, lo único que deja de manifiesto es que todo el género humano es culpable. De alguna manera, la ley es como un termómetro que muestra la fiebre que tiene un paciente, pero que no puede hacer nada para curarlo. Cuando un ser humano es colocado sobre la vara de medir de la ley lo que se descubre es que es culpable ante Dios en mayor o menor medida. La ley incluso puede mostrarle hasta qué punto es pecador, pero nada más. Pero, más allá de las obras propias, de la ley de Dios, de los méritos personales que en nada compensan los pecados propios, ¿existe algún camino de salvación? La respuesta de Pablo va a ser afirmativa.



CONTINUARÁ

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Published on October 15, 2017 00:56

October 14, 2017

Just as I am

El paganismo en sus más diversas manifestaciones era una religión de mérito. La salvación y el favor de la divinidad eran obtenidos gracias a ritos que, no pocas veces, incluían ceremoniales de purificación.

El ser humano se limpiaba a través de las ceremonias y sólo entonces se acercaba al dios a la espera de su reacción positiva. Esa visión – insistamos en ello, netamente pagana – ha pasado a no pocas concepciones teológicas que se presentan como cristianas. Que se presentan como tales, pero que, en realidad, no lo son.



El mensaje de Jesús insiste en que todos somos pecadores y en que Dios nos llama a ir a Su lado no porque somos buenos sino porque no lo somos. Como señaló lúcida y sensatamente, son los enfermos los que necesitan médico y no los sanos (Mateo 9: 12). A decir verdad, todos estamos más que enfermos y necesitamos acudir a Dios, pero los enfermos de autojustificación no sólo no lo ven así sino que desprecian el ofrecimiento de gracia que Dios hace. Creen ser lo suficientemente buenos, lo bastante ajustados a ciertos ritos como para considerar que han ganado con sus obras algo que las obras jamás pueden dar.



Los relatos de Jesús dejan de manifiesto lo falso y dañino de esa posición. No es el fariseo que iba más allá en su conducta de las obras de la Torah el que fue justificado sino el pobre publicano que sabía que era un pecador y acudía confiado no en sus méritos sino en el amor de Dios (Lucas 18: 9 ss). A Dios nadie le puede ofrecer nada. De hecho, la salvación es un regalo gratuito e inmerecido como muestras las parábolas de Lucas 15. Como señala Pablo, somos salvados por la gracia de Dios a través de la fe y no por obras (Efesios 2: 8-9). Entrar en el Reino, en el banquete, en las bodas no es fruto de nuestros méritos sino del amor de Dios que se manifestó de manera suprema en la cruz.



Ese mismo concepto se expresa en esta canción. Dios recibe a la gente no sobre la base del sistema ritual, ceremonial, sacramental de una religión. Lo hace de manera gratuita, amorosa e inmerecida tal y como enseñó Jesús. Dios nos amó no porque fuéramos buenos sino a pesar de que no lo somos. Basta leer el capítulo quinto de la carta a los Romanos para verlo y, a la vez, para darse cuenta de la poca relación que tienen con el mensaje del Evangelio algunas concepciones teológicas que se presentan como cristianas.



Tal como soy, como somos, como son, Dios abre los brazos al hombre y lo hace hasta el extremo de que sus manos se vieran clavadas en una cruz. Ofrece perdón, amor y nueva vida. Querido amigo, querida amiga, si aún no has aceptado el llamamiento de Jesús para ser recibido por Dios, me atrevo a invitarte a que lo hagas hoy mismo. Te recibirá tal como eres.



Les dejo con varias versiones de esta hermosa canción. La primera es entonada de manera clásica por Alan Jackson; la segunda es otra magnífica del extraordinario programa de los Gaither; la tercera es instrumental y la última es en español. Disfrútenlas pensando en su mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Esta es la versión de Alan Jackson



www.youtube.com/watch?v=G9oSB3elWY4





Esta es la de los Gaither



www.youtube.com/watch?v=2yG1OmRBlwY





Aquí va una hermosa y sencilla versión instrumental



www.youtube.com/watch?v=qp_Pdn5vCds



Esta es una versión en español



www.youtube.com/watch?v=zhf5TyLyBps





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Published on October 14, 2017 01:12

César Vidal's Blog

César Vidal
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