César Vidal's Blog, page 137

November 15, 2014

La Reforma indispensable (XXII): El proceso Lutero (II): Lutero ante Cayetano (III): la conclusion

Al día siguiente, el 14 de octubre, acompañado por Feilitzsch y Ruhel como representantes del Elector, Lutero presentó una exposición detallada sobre la eficacia sacramental y la justificación por la fe.

​El agustino insistió en que el papa podía errar y, de hecho, había errado – una cuestión imposible de negar siquiera por la existencia de papas herejes como Vigilio y Honorio durante la Edad Media - en que sus decretos eran aceptables tan sólo en la medida en que coincidieran con la Biblia; en que los Padres tenían razón al asegurar que un concilio era superior al papa y en que el papa y su Quinto concilio laterano se habían equivocado al abrogar el de Basilea. Por añadidura, la opinión de cualquier cristiano individual, si se basaba en la Biblia y en la razón, podía ser preferible a los decretos papales. Lutero insistió además en que la justificación por la fe era una doctrina bíblica y que sin fe, el sacramento de la penitencia arrastraba al cristiano a la condenación. Finalmente, concluyó que no se podía pedir a nadie que violara su conciencia.



La exposición de Lutero, breve, pero sólida, constituía sin que él pudiera saberlo, una formulación clara de lo que sería la fe de la Reforma. En primer lugar, afirmaba el predominio de la Escritura sobre cualquier otro criterio teológico; en segundo lugar, subrayaba la creencia en la salvación por sola gracia a través de la fe y, en tercer lugar, defendía la afirmación de la libertad de conciencia frente a cualquier entidad sin excluir las autoridades eclesiales.



Las afirmaciones de Lutero sacaron de quicio a Cayetano. Elevó la voz, repitió sus puntos de vista y exigió a Lutero que se retractara amenazándolo con la totalidad de las penas eclesiásticas. El tono mostrado por el cardenal impedía a Lutero responder de manera que también alzó la voz. La respuesta de Cayetano fue gritar más aún y ordenar al agustino que desapareciera de su presencia y que no volviera a aparecer salvo que fuera para retractarse.



La manera en que había concluido el tercer encuentro entre Cayetano y Lutero no había sido precisamente halagüeña y existían razones sobradas para que el agustino temiera por su vida y para que sus amigos y acompañantes se vieran embargados por la consternación. A pesar de todo, el cardenal decidió realizar un último esfuerzo para llevar a buen puerto la misión que le había encomendado el papa. Así, mandó llamar a Staupitz y le ordenó que convenciera a Lutero para que se retractara. A esas alturas, sin embargo, Staupitz tenía una visión de la situación notablemente exacta. Informó, por lo tanto, a Cayetano de que Lutero no cambiaría de opinión a menos que pudieran convencerlo de que estaba equivocado sobre la base de la Biblia.



En apariencia, la situación había llegado a un punto muerto, pero Staupitz no daba todo por perdido. Apoyado por Link suplicó a Lutero que escribiera una carta humilde y respetuosa en la que pidiera perdón por haberse referido al papa de manera indiscreta y en la que se comprometiera a guardar silencio siempre que sus enemigos hicieran lo mismo. El agustino obedeció a sus superiores y además en la misma misiva, señaló que estaba dispuesto a retractarse si así lo ordenaba su vicario general y los argumentos estuvieran basados en las Escrituras y no en la filosofía tomista. Igualmente, suplicaba al cardenal que remitiera todo el asunto al papa para que se examinaran con tiempo suficiente los puntos dudosos y una vez que hablara así la iglesia, se sometería.



El escrito de Lutero – ciertamente, un puente para llegar a un arreglo - fue recibido con un silencio sepulcral. Durante un par de días, Staupitz fue presa de la inquietud temiendo que la suerte de Martín estuviera echada. De hecho, comenzó a recorrer Augsburgo reuniendo fondos para enviar a algún destino en el extranjero a Lutero, por ejemplo, a la universidad de París que destacaba desde hacía tiempo por su posición anti-papal. Al mismo tiempo, Staupitz escribió al elector para informarle de que la suerte de Lutero estaba echada en la medida en que Cayetano amenazaba con arrojarlos a ambos en prisión. Por su parte, había intentado mediar de manera favorable, pero tenía que reconocer que había fracasado en el intento. Sólo le quedaba un paso por dar y lo ejecutó inmediatamente. Liberó a Lutero de sus votos monásticos para facilitarle así la huida y emprendió una apresurada salida de Augsburgo en compañía de Link sin siquiera despedirse del cardenal.



A esas alturas, Staupitz temía que el peso del poder eclesial cayera sobre su antiguo discípulo y sobre él mismo, pero semejante circunstancia no lo había predispuesto en su contra. Por el contrario, en el momento de la despedida, le dijo: “Recuerda que comenzaste todo este asunto en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Con esas palabras, Staupitz venía a resumir el corazón del caso Lutero. Todo lo había iniciado el agustino no para defender sus intereses personales, no para avanzar su posición de poder, no para acumular más riquezas ni tampoco para salvaguardar sus privilegios. Semejantes motivaciones estaban presentes – ¡y de qué manera! – en sus enemigos. Él, por el contrario, había sido movido por el amor al Evangelio de la gracia expresado en la cruz de Cristo y por el amor pastoral hacia Sus ovejas.



CONTINUARÁ



La Reforma indispensable (XXIII): El proceso Lutero (IV): de la fuga a Eck

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Published on November 15, 2014 22:56

November 14, 2014

Just a Closer Walk with Thee

​Algunas personas se preguntan cuál es la finalidad de existencia. ¿Ganar dinero? ¿Llegar a una posición estable? ¿Contemplar cómo su confesión religiosa controla la sociedad? ¿Asistir al triunfo de su equipo preferido? ¿Ver a su partido preferido alcanzar el poder?

No digo que no sean más o menos importantes todas esas metas, pero confieso que ni de lejos me identifico con ellas. Por el contrario, sí me siento muy cercano a esta breve canción góspel que afirma que soy débil, pero que Dios es fuerte y que, precisamente, por eso, lo que deseo cada día es caminar siquiera un poquito más cerca de El. Porque yo soy consciente de mi enorme fragilidad, de que esta vida no es fácil y de que sin El estaría más perdido que un camello en la ópera.



Cuando hablo de cercanía, no me refiero sólo a la comunicación – que la verdad es que resulta excelente y no me puedo quejar de ella – sino a intentar acercarme a diario, aunque sea algo nada más, a la manera en que vivió Jesús. Como dice la canción, “que así sea, que así sea”. Y es que, a fin de cuentas, el verdadero crecimiento de un discípulo de Jesús se ve en si, aunque sea lentamente y con dificultades, su vida va cambiando para asumir el carácter del Maestro. Eso deseo para mi. También para ustedes. Y ahora les dejo con dos versiones de esta deliciosa canción. La primera es del Golden Gate Quartet, un cuarteto extraordinario dedicado durante décadas al Gospel. La segunda es de dos grandes del country: Patsy Cline – que Dios la tenga en Su gloria – y Willie Nelson. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!







Aquí va el Golden Gate Quartet





Y aquí están Patsy Cline y Willie Nelson





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Published on November 14, 2014 22:53

Estudio Bíblico (VI). La Torah (III): Levítico

Si el primer libro de la Torah resulta de lectura relativamente fácil y lo mismo sucede con, al menos, la primera parte de Éxodo, el tercer libro del Pentateuco constituye una obra de acercamiento especialmente arduo.

Como su nombre indica está referido en su mayor parte a disposiciones relacionadas con la tribu de Leví de la que procedían los sacerdotes de Israel. Tras referirse a los holocaustos (Lev 1), el libro describe las ofrendas que pueden ser de paz (Lev 3), por el pecado (Lev 4) y expiatorias (Lev 5). Asimismo indica las disposiciones relativas a los sacrificios (Lev 6-7). Los capítulos 11-15 contienen diversas normativas de carácter médico que abarcan desde el terreno de la dietética (la división entre animales puros e impuros) al de la ginecología y las enfermedades contagiosas. El capítulo 16 cuenta con una especial importancia ya que en él se establece la existencia de un Día anual de expiación durante el cual todos los pecados del pueblo deben ser cargados sobre un animal sin defecto al que se ofrece en sacrificio. Los capítulos 18-20 contienen normas que van desde lo social a la prohibición de conductas sexuales reprobables como el incesto, el adulterio, la homosexualidad o la zoofilia (Lev 18). Los capítulos 21-24 contienen por su parte diversos preceptos en relación con el servicio religioso y el sacerdocio.



El capítulo 25 es, al igual que el 16, uno de los más relevantes de este libro. En él se establece el hecho de que la propiedad de la tierra sólo puede atribuirse a Dios y que por tanto los hombres no pueden nunca pasar de ser sus administradores. Además se estipula que la tierra debe descansar cada siete años y - lo que es más importante - que deben perdonarse las deudas económicas cada cincuenta años y devolverse a sus primeros poseedores la tierra que se hubieran visto obligados a vender en ese plazo de tiempo. Las distintas medidas recogidas en esta legislación del jubileo - el año cincuenta en el que se realiza el perdón y la devolución - resultaban de una enorme importancia en la medida en que no sólo pretendían evitar el agotamiento de la tierra sino, sobre todo, impedir la acumulación perpetua de riqueza y la depauperación de cualquier sector de la sociedad.



Finalmente, los capítulos 26 y 27 están dedicados a advertir acerca de las bendiciones y de las maldiciones derivadas de servir a Dios y a dar algunas disposiciones sobre cosas que le hayan sido consagradas.



Aunque el libro puede parecer, como hemos advertido, de acercamiento difícil contiene, sin embargo, elementos que lo convierten en enormemente interesante. Por ejemplo, nos permite comprender el por qué de la no escasa distancia que media entre la religión de Israel en la Biblia y el judaísmo posterior. Lo que eran normas reservadas a los sacerdotes inicialmente fueron aplicadas por los fariseos, primero, y el Talmud después, al conjunto de Israel lo que explica la extensión y ampliación de distintas conductas y prohibiciones. También Levítico contiene un elemento de extraordinaria trascendencia como es el de que no existe posibilidad de expiación de los pecados sin derramamiento de sangre inocente y sin mancha. Este principio, aceptado sin discusión por el judaísmo hasta el siglo I, entró en terrible crisis al ser destruido el Templo de Jerusalén en el año 70 d. de C., ya que no podían seguir realizándose sacrificios expiatorios. Para los seguidores de Jesús no significó un drama en la medida en que creían que Jesús, el mesías-siervo, había sido el sacrificio expiatorio definitivo, pero al judaísmo lo obligó a buscar una salida teológica a un problema de no escasa envergadura. Por ejemplo, la celebración de Yom Kippur o el día de la Expiación desde hace siglos dista mucho de parecerse a la contenida en la Torah. Finalmente, Levítico contiene normas de carácter social que deberían llevarnos a reflexionar actualmente. Es cierto que algunas de ellas fueron violadas una y otra vez por los gobernantes de Israel y no es menos cierto que algunos de los sabios como Hil.lel idearon medidas no pocas veces alambicadas para quitarles su fuerza, pero el texto de la Torah es claramente explícito.



Para acercarnos a Levítico, vamos a leer:



1. Levítico 16. El Día de la Expiación



2. Levítico 18, 19 y 20. Algunas normas de moral.



3. Levítico 25. Las normas sobre la tierra







El Evangelio de Marcos (IV): la predicación del mesías-siervo (Marcos 1: 14) (II): ¡¡¡¡El Reino se ha acercado!!!!



La semana pasada comenzamos a ver los elementos en los que se basaba esencialmente la predicación de Jesús. El primero era que el tiempo esperado a lo largo de los siglos por el pueblo de Israel había llegado. El segundo no resulta menos relevante: el Reino de los cielos ansiado de manera especial tras los desastres sufridos por Israel después de Salomón había llegado.



Jesús iba a chocar con no pocos problemas a la hora de predicar el Reino porque la idea que tenían sus contemporáneos al respecto – discípulos incluidos – no era igual a la suya. Para ellos, el Reino de Dios implicaría la aparición de un mesías que aplastara a los enemigos de Israel como David había hecho antaño y que fundara un estado judío independiente, seguro y situado por encima de los otros pueblos. Los paralelos a lo largo de la Historia no se le escapan a nadie siquiera porque desde la Edad Media se identificó ese reino con la iglesia y se entendió que ésta tenía derechos temporales ejercidos por su cabeza que no era tanto Cristo como un monarca electivo con sede, por regla general, en Roma. En uno y otro caso, el uso de la fuerza y la legitimación de conductas sobrecogedoras eran aceptados por esa visión peculiar del Reino. Ni que decir tiene que Jesús tenía una visión totalmente distinta del Reino de Dios. Aunque volveremos sobre este tema más veces en el curso de este estudio, ya ahora podemos adelantar que Jesús señaló varias notas del Reino.



1. No es un Reino como los de este mundo y una de las pruebas de ello es que sus discípulos verdaderos no utilizarían la violencia ni siquiera para defender causas supuestamente espirituales (Juan 18: 36). Para los judíos de la época y no digamos los de la revuelta del 66-73 d. de C., las palabras de Jesús eran una locura, pero no cabe engañarse: aquellos que han emprendido cruzadas de cualquier signo creyendo que el derramamiento de sangre implicaba cumplir la voluntad de Dios no tenían la menor idea de la enseñanza de Jesús sobre el Reino. No sólo eso. Cada vez que alguien identifica el Reino con cualquier forma política está traicionando la enseñanza de Jesús.



2. Sí es un Reino por el que hay que orar a diario (Mateo 6: 10). No deja de ser significativo que una de las peticiones – dudo que bien comprendida – del Padrenuestro sea que el Reino (la soberanía de Dios) no sólo sea patente en los cielos sino también en la tierra. Ojo, Jesús no habla de una confesión religiosa, de una organización, de una ideología sino de la soberanía de Dios que nadie discute en las alturas y que, un día, felizmente, nadie discutirá en la tierra.



3. Es un Reino que, junto con su justicia, debe convertirse en el primer objetivo de nuestras vidas (Mateo 6: 33). Es revelador que Jesús señala que es comprensible que los paganos se dejen angustiar por lo material y lo busquen de manera preeminente, pero sus discípulos deben poner en primer lugar, no su prosperidad material, no el cambio político, no la extensión de una iglesia sino la búsqueda del Reino y de su justicia, justicia, por cierto, bien diferente de las justicias humanas.



4. Es un Reino que ya ha llegado (Mateo 12: 28; Lucas 17: 21). A diferencia de la idea del reino de Dios mantenida por judíos y gentiles, el Reino anunciado por Jesús llegó con él. No mediante la fuerza, no mediante la victoria sobre Roma o el islam, sino de manera humilde y compasiva.



5. Es un Reino que es explicado en parábolas. Buena parte de las parábolas de Jesús tienen que ver con el Reino y son bien reveladoras. Por ejemplo, si leemos el capítulo 13 del evangelio de Mateo podemos ver que ese Reino es tan valioso como encontrarse una perla de gran precio, un tesoro en un campo o – diríamos nosotros – un billete de lotería premiado o un maletín con un millón de dólares. Precisamente porque es tan valioso exige de nosotros que nos movamos con la misma rapidez y resolución con que lo haría de tener la fortuna al alcance de la mano. Ese reino tuvo un inicio muy humilde y pequeño, como un grano de mostaza, pero irá creciendo a lo largo de la Historia porque cada vez más personas aceptarán no la sumisión a una religión o a una confesión religiosa sino a la soberanía de Dios predicada por el mesías-siervo. De hecho, sólo al final de la Historia se manifestará en toda su grandeza cuando tenga lugar el Juicio final y su triunfo total.



6. Es un Reino que será predicado a todos antes del final de la Historia (Mateo 24: 14). De hecho, cuando todos hayan podido escuchar las Buenas noticias del Reino es cuando tendrá lugar la consumación de los tiempos.



7. Es un Reino propio de los que se asemejan a niños (Mateo 19: 14). En ese Reino entran ya, ahora, en estos momentos, no los que son simples e ignorantes como niños – que es la interpretación interesada que se ha dado – sino aquellos que, como en la sociedad de Jesús, están dispuestos a servir a todos sin distinción como hacían los niños con el resto de los miembros de la familia y



8. Es un Reino en el que se puede entrar sólo cuando uno piensa que la entrada no se gana, se paga o se consigue por méritos propios sino sólo por regalo de Dios. Por eso, las prostitutas y los publicanos tienen más posibilidad de entrar en el Reino que los escribas y fariseos (Mateo 21: 3) o que los ricos (Lucas 18: 25), porque el auto-suficiente que cree que sus méritos lo llevarán al cielo se cierra la puerta para entrar en un lugar donde el primer requisito es reconocer que se es pecador y que, por méritos propios, nunca se llegará al lado de Dios.



El Reino de los cielos anunciado por Jesús no era – no es - imponer una mentalidad confesional en la sociedad ni tampoco lanzar ejércitos a la recuperación de los denominados Santos Lugares ni permitir a una confesión religiosa regir un país. A decir verdad, todas y cada una de esas conductas son frontalmente opuestas al Reino predicado por Jesús. En realidad, el Reino era – es – una nueva forma de vida que él anunciaba con entusiasmo y que comparaba a unas bodas, a un banquete, a una fiesta. No exageraba. Lo es ciertamente para el que llega a descubrirlo porque se percata de que es un tesoro sin comparación. Pero la predicación de Jesús incluía otros elementos que tendremos ocasión de ver en las próximas semanas.



CONTINUARÁ

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Published on November 14, 2014 02:26

November 12, 2014

Jaime I o la concepción patrimonial del poder

Jaime I de Aragón fue coetáneo del gran Fernando III el Santo. Ambos monarcas compartieron además situaciones que iban más allá de la época. También Jaime I sufrió una infancia difícil que, en su caso, incluyó el rechazo expreso de su padre Pedro II el Católico.

También se enfrentó con intrigas nobiliarias que pretendían convertirlo en una marioneta. También, finalmente, sometió a los nobles logrando la suficiente estabilidad para comenzar sus campañas contra los musulmanes. Mallorca fue reconquistada en 1229 por una expedición de caballeros aragoneses y otra de comerciantes catalanes. Se trató de un episodio enormemente sangriento – la población de Madina Mayurga fue pasada a cuchillo – y delicado políticamente ya que los nobles catalanes intentaron quedarse con el botín. De manera bien significativa, Jaime I la constituyó como otro reino de la Corona de Aragón y no como una extensión de Cataluña. Más exenta de complicaciones fue la conquista de Valencia realizada fundamentalmente por aragoneses. Entre 1232 y 1245, Valencia – ya reconquistada por el Cid, pero perdida tras su muerte - junto con otros territorios levantinos se convirtió en otro reino de la Corona de Aragón. “Para salvar España”, según sus propias palabras, Jaime I ayudó a Castilla a sofocar una revuelta islámica en Murcia, consciente de que ese flanco descubierto a los ataques del islam haría peligrar no pocos de sus logros. Todavía en 1269, encabezó una expedición a Tierra Santa que fracasó a causa de los temporales y le obligó a regresar a tierras de la corona de Aragón. Murió en Alcira, Valencia en 1276. A diferencia de Fernando III, Jaime I tenía un concepto patrimonial – ya arcaico entonces - de los territorios peninsulares y así dividió sus reinos entre sus hijos manteniendo unidos solamente Aragón y Cataluña. Incluso en este caso, Jaime I, por primera vez en la Historia, permitió el establecimiento de cortes diferentes para Aragón y Cataluña y sumó al territorio de ésta el de Lérida que, hasta entonces, había sido aragonés. Malogró así no pocos de sus triunfos ya que la Corona de Aragón se fraccionó en reinos que tardarían generaciones en volverse a reunir.



Próxima semana: Alfonso X el sabio

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Published on November 12, 2014 23:49

November 11, 2014

El aparente triunfo WASP

Hace un par de años, cuando me encontraba cubriendo para este periódico la campaña presidencial en Estados Unidos, escribí como conclusión un artículo donde señalaba que la reelección de Obama había sido la derrota de los WASPS, el término utilizado históricamente para referirse a los “Blancos, anglosajones y protestantes” que han configurado la Historia de Estados Unidos desde sus comienzos.

Había yo tenido acceso a un documento interno del partido republicano – que no pocos de sus afiliados y de sus cargos públicos ignoraban – donde se subrayaba que Romney había decidido no empeñarse en la búsqueda del voto hispano ni del negro y centrarse en el anglosajón. Es obvio que semejante estrategia le deparó una derrota electoral, pero el partido republicano ha persistido en ella. En las recientes elecciones legislativas, más del ochenta por ciento de los negros, más del sesenta y cuatro por ciento de los hispanos, más del cincuenta por ciento de las mujeres y más del cincuenta y cinco por ciento de los menores de treinta y cinco años votaron por los demócratas. Sin embargo, el partido azul no sólo ha perdido la mayoría en el senado sino que ha retrocedido en un congreso ya controlado por los republicanos. Dado que en Estados Unidos – a diferencia de España – el sistema no es parlamentario y existe una estricta separación de poderes, la situación no resulta tan grave para Obama. A decir verdad, para que el senado pudiera amargarle la vida, el partido republicano tendría que controlar un sesenta por ciento de los escaños lo que no sucede. Si estas elecciones tienen realmente relevancia es porque, en apariencia, confirman la tesis WASP que llevó a la derrota a Romney. De acuerdo con la misma, los varones, de más de cuarenta, blancos, anglosajones y protestantes serían el sector de la población determinante para conducir al próximo candidato republicano a la Casa Blanca. Pero ¿realmente es así? De entrada, las legislativas han sido sólo parciales y se han celebrado en estados que mayoritariamente presentan una tendencia republicana. De salida, Obama ha decepcionado a buena parte del electorado – lo peor que se puede hacer en política es ir contra tus propios electores – pero no por ser un extremista sino porque, en contra de lo que claman los republicanos, ha sido considerablemente conservador. Si los republicanos asumen a partir de estos resultados que la victoria presidencial derivará fundamentalmente del empuje de los wasps, es más que posible que el próximo habitante de la Casa Blanca sea otro demócrata.



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Published on November 11, 2014 22:32

November 10, 2014

Grassroot

Hace apenas unas horas el Bank of America ha publicado un informe semi-confidencial sobre la situación política en España. Reconozco que estoy tan de acuerdo con él como si lo hubiera escrito yo mismo.

Sin embargo, no voy a analizar todo su contenido sino sólo una palabra con la que define a Podemos. Se trata del término inglés – más que inglés, americano – grassroot. El término no es de fácil traducción al español ya que sería algo así como “raíces de hierba”, pero viene a significar un movimiento social que arranca, se nutre y crece de bases populares. En si no implica matiz ideológico alguno porque grassroot es también el Tea Party y en algún momento de la Historia se podría haber dicho que lo eran tanto el Ku Klux Klan como el movimiento por los derechos civiles capitaneado por Martin Luther King. Grassroot es, sustancialmente, lo surgido de abajo. La afirmación es importante no tanto por lo que dice de Podemos cuanto por lo que señala de los grandes partidos. Que el PSOE dejó de ser obrero hace años para convertirse en una casta privilegiada donde el arribista se aseguraba la carrera, lamentablemente, no admite discusión. Si el socialismo español ha tenido alguna vez contacto con los trabajadores no ha sido, desde luego, en las últimas tres décadas. No es mejor la situación en el PP. Hace tiempo Alfonso Ussía apuntó en uno de sus siempre extraordinarios artículos a la prepotencia de los nuevos gobernantes. Gente que, literalmente, mendigaba una partícula de atención en la época de ZP, una vez en el poder, corrió a encerrarse en torres de marfil inaccesibles especialmente para su propio electorado. En algún caso, como en una entrevista de cuyos protagonistas no quiero acordarme, algún ministro se atrevió a amenazar nada veladamente a los periodistas con una inspección de Hacienda. En una nación como Estados Unidos, semejante respuesta hubiera desgraciado a cualquier político, aquí sólo provocó que el pavor se pintara en el rostro de los presentes. Lo cierto es que los dos grandes partidos se han distanciado del pueblo - ¿a cuántos senadores y congresistas conoce el lector que hayan visitado recientemente sus circunscripciones? - y este cada vez se siente más airado, más desalentado y más harto. A esas gentes – y, de manera muy especial, a los jóvenes que tienen que soportar una tasa de desempleo notablemente superior al treinta por ciento – se ha acercado un movimiento grassroot llamado Podemos. Avisados quedan los que siguen dormitando en sus poltronas.

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Published on November 10, 2014 22:27

De El Holocausto a La Huída de Al-Ándalus

Hace ya unos meses comenté a los paseantes de este muro que estaba en marcha la publicación de mis libros en formato electrónico. No ha sido fácil, pero, gracias a la ayuda de gente experta como David Morán, puedo anunciar que, Dios mediante, ese proyecto se habrá convertido en realidad el jueves de esta semana. Permítanme contarles cómo va a ser.

​1. La idea principal es que libros ya descatalogados o que son muy difíciles de encontrar en América puedan ser accesibles de manera muy económica. Este jueves, los precios son de 5,50 dólares (4, 5 euros) para El Holocausto; de 4,50 dólares (3, 75 euros) para Ibn Gabirol. El poeta que huyó de Al.Andalus y de 3.50 dólares (2,90 euros) El último ajusticiado. Si además una persona compra los tres a la vez, el precio global será de 12 dólares, es decir, algo menos de 10 euros. Es una decisión que pretende, sobre todo, que gente de poder adquisitivo modesto, como puede ser la de Hispanoamérica, no se vea privada de conseguir libros que lleva buscando años.



2. La regularidad de cada entrega de los libros será mensual. La idea es que cada mes podamos publicar en formato electrónico en torno a cuatro libros que siempre tendrán un precio especial para la compra conjunta.



3. Comenzamos con tres libros muy concretos. El Holocausto es una Historia de la Shoah – la primera completa escrita por un escritor de habla hispana – que no ha dejado de publicarse desde 1995. El libro ha sido actualizado precisamente para esta edición en formato electrónico de manera que las actualizaciones no se encuentran en la edición impresa que está a la venta en España. Por lo tanto, incluso para los que ya tengan el libro en papel, resultará interesante. Los otros dos libros – Ibn Gabirol el poeta que huyó de Al-Ándalus y El último ajusticiado – hace años que están agotados. El primero es una novela sobre uno de los poetas más extraordinarios de la Edad Media hispana, el judío Ibn Gabirol, que tuvo que exiliarse porque molestaba al poder y que falleció muy joven. El segundo es una novela breve sobre Cayetano Ripoll, la última víctima mortal de la Inquisición en España, ejecutado ya bien entrado el siglo XIX por el mero hecho de ser protestante. La elección podía haber sido distinta, sin duda, pero los tres libros me parecen emblemáticos de aspectos que han estado muy presentes en mi actividad como son la Historia del Holocausto y, en general, de los regímenes totalitarios; el estudio de la cultura judía y la libertad de conciencia. Para el próximo mes, estamos trabajando a fin de poder publicar El médico de Sefarad – la primera de mis dos novelas sobre el genial judío Maimónides – El testamento del pescador – que fue el libro de tema espiritual más vendido en 2004 a excepción de la Biblia y por delante de los libros de Juan Pablo II y el Dalai Lama – El libro prohibido – una novela sobre la primera traducción completa del Nuevo Testamento al español – y Checas de Madrid, un trabajo historiográfico que fue un bestseller en su día, que provocó una reacción nada amistosa del estamento progre y que concentró tanto su cólera que no pararon hasta lograr que dejara de publicarse aunque eso ya es otra historia. Dios mediante, en diciembre, estarán a disposición de todos y



4. Los libros los encontrarán en formato electrónico en www.amazon.com Es la mayor distribuidora de Amazon y hemos considerado que sería la ideal sobre todo para gente que vive en el continente americano acostumbrada a utilizarla de manera habitual.



No les entretengo más. Espero que disfruten con la lectura de estos libros. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!! DE EL HOLOCAUSTO A LA HUÍDA DE AL-ÁNDALUS





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Published on November 10, 2014 00:32

November 8, 2014

La Reforma indispensable (XXI): El proceso Lutero (II):  Lutero ante Cayetano (II)

​El 12 de octubre, Lutero fue introducido ante el cardenal. Cayetano no era un hombre carente de virtudes. A su condición de erudito, se sumaba el hecho de que no estaba contaminado por los comportamientos corruptos de no pocos de sus compañeros y de que además se mostraba crítico con el comportamiento de los otros dominicos.

De hecho, Lutero reconocería siempre que se había comportado cortésmente con él. Sin embargo, Cayetano era también un curialista convencido y, bajo ningún concepto, iba a aceptar la idea de discutir los temas en cuestión con Lutero o incluso la de acercarse al problema desde una perspectiva meramente pastoral. Llegados al punto en que se encontraban, la única salida era el reconocimiento total de la autoridad papal y la sumisión absoluta a la misma.



Nada más iniciarse la entrevista, el agustino se disculpó inmediatamente por cualquier temeridad de la que pudiera ser culpable y expresó su disposición a reconsiderar sus opiniones. Cayetano manifestó su agrado al escuchar aquellas palabras e, inmediatamente, planteó a Lutero un ultimátum. De acuerdo con la orden que había recibido del papa, le exigió que se retractara y prometiera que no volvería a plantear cuestiones que perturbaran la paz de la iglesia. Lutero solicitó ver entonces las órdenes del papa, pero Cayetano le indicó que no existía esa posibilidad. El agustino indicó entonces que no había realizado todo el camino desde Wittenberg para que se le dijera que tenía que retractarse y guardar silencio y preguntó cuáles eran sus errores.



Cayetano no tenía la menor intención de entrar en discusiones con el agustino, pero condescendió a darle dos ejemplos. El primero era el punto de vista de Lutero sobre el tesoro de los méritos que aparecía en la Tesis 58 y el segundo, su opinión sobre el sacramento de la penitencia recogida en la Tesis 7. El primero chocaba con la Bula Unigenitus del papa Clemente VI (1343) que afirmaba que Cristo había adquirido para la iglesia un tesoro infinito, al cual la Virgen y los santos habían sumado sus contribuciones, y que había sido entregado a Pedro y a sus sucesores para beneficio de los fieles. La segunda resultaba, a juicio de Cayetano, totalmente novedosa y errónea al exigir la fe para la eficacia de la absolución en el sacramento de la penitencia.



Posiblemente para las personas del s. XXI, las referencias de Cayetano resulten un tanto distantes. Sin embargo, el cardenal había apuntado a dos aspectos esenciales de la crítica llevada a cabo por Lutero al apuntalar la base de las indulgencia y cargar contra la justificación por la fe. Su error estaba en pensar que Lutero, un profesor de Teología bíblica a fin de cuentas, iba a encontrar convincentes unos argumentos basados única y exclusivamente en la autoridad eclesiástica, autoridad, dicho sea de paso, que se había expresado al respecto, tan sólo un siglo y medio antes. La respuesta de Lutero – y no puede sorprender a nadie - fue que la exposición sobre el tesoro de los méritos era una grave distorsión de lo que enseñaba la Biblia.



Al argumento de Lutero, respondió Cayetano señalando que el poder del papa era absoluto e inerrante y que se encontraba por encima tanto de la Escritura como del concilio. Como era de esperar, Lutero se opuso a ese punto de vista – que, dicho sea de paso, a la sazón era discutido y que es dudoso que sostuviera hoy en día algún católico instruido – y citó en apoyo suyo a la universidad de París.



Con todo, fue la segunda cuestión la que provocó una mayor desilusión en Lutero. El cardenal se aferró al punto de vista propio del tomismo en el sentido de afirmar la eficacia de la gracia sacramental e insistió en que tenía base en las Escrituras. La respuesta de Lutero fue sólidamente bíblica y consistió en apuntar a la doctrina de la justificación por la fe tal y como aparecía en las Escrituras. Había enseñado sobre las cartas paulinas a los Romanos y a los Gálatas durante años y, lógicamente, conocía el tema a la perfección. Por eso mismo, haciéndose eco de pasajes como Gálatas 1, 6-9, también pudo insistir en que negar esa doctrina equivalía a negar la obra de Cristo. Como era de esperar, la reunión terminó en un punto muerto.



Al día siguiente, 13 de octubre, Lutero apareció con una declaración escrita. En su redacción, le habían asesorado Staupitz, un notario y cuatro consejeros imperiales. El agustino aseguraba en el documento que ninguna de sus enseñanzas era contraria a la iglesia católica, pero que, si ése fuera el caso, estaba dispuesto a renunciar a ella. Insistía en que su preocupación había sido la verdad y que un proceso como el que se estaba llevando a cabo implicaba que se le escuchara y que aquellos que le acusaban de estar equivocado lo convencieran. Insistía igualmente en que nada de lo que había enseñado era contrario a la escritura, los Padres, las decretales y la sólida razón, y en que creía que su teología era sólida, verdadera y católica. Aceptaba que el cardenal no le permitiera expresarse en un debate abierto contra las críticas que se le habían formulado, pero, en tal caso, estaba dispuesto a responder por escrito a las críticas del cardenal y en dejar que el juicio fuera sometido a las universidades de Basilea, Friburgo, Lovaina o París.



Las instrucciones recibidas por Cayetano no dejaban resquicio para aceptar las peticiones de Lutero y el cardenal volvió a insistir en que debía retractarse de manera incondicional, renunciando a cualquier plan que tuviera. En ese momento, Lutero pidió permiso para poner por escrito sus posiciones porque la batalla de palabras del día anterior no los había llevado a ninguna parte. Cayetano estalló al escuchar la palabra “batalla” y le dijo que no estaba allí para discutir ni llevar a cabo ninguna batalla, sino para amonestarlo y si era posible reconciliarlo con el papa y con la iglesia. De nuevo, la situación había llegado a un punto muerto que salvó la intervención de Staupitz. El superior de Lutero suplicó al cardenal que accediera a recibir una declaración escrita de Lutero. Cayetano era reticente a semejante comportamiento, pero, a la espera de que todo pudiera concluir como esperaba, terminó por acceder.



CONTINUARÁ



La Reforma indispensable (XXII): El proceso Lutero (II): Lutero ante Cayetano (III): la conclusión

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Published on November 08, 2014 23:12

November 7, 2014

Amazing Love!  How Can It Be?

​Me consta que muchas personas han dedicado más de un pensamiento a la idea de por qué Dios tolera que sobre ellas recaiga alguna desdicha. Puedo comprender ese punto de vista, pero, si he de ser sincero, a mi lo que me plantea preguntas es más bien cómo Dios ha podido amarme.

La Biblia es absolutamente clara en el sentido de que nuestras obras no pueden ganarnos la salvación y creo sinceramente que cualquiera que reflexione con un poco de sentido común llega a una conclusión semejante. Pensar que lo que hagamos en esta vida nos compra, adquiere o consigue un lugar al lado de Dios es, en realidad, un punto de vista procedente del paganismo y no de la predicación de Jesús y de sus primeros seguidores. Basta leer la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18: 9-14) para percatarse de que sólo hay posibilidad de salvación para aquel que se acerca a Dios reconociendo su pecado, aceptando a su absoluta incapacidad de salvarse a si mismo y entregándose a su pura gracia. Por el contrario, sólo la separación de Dios espera al religioso que se siente dichoso de su distancia con los que considera pecadores y se jacta de lo que considera sus buenas obras. Por el contrario, para el que verdaderamente ha conocido a Dios porque no cree que puede ganar la salvación sino que sabe que todo es puro regalo la pregunta es ¿cómo es posible? ¿Cómo es posible que Dios, a pesar de mi pecado, me amara? ¿Cómo es posible que se encarnara para morir en mi lugar? ¿Cómo es posible que estuviera dispuesto a pagar el precio de mi salvación dejándose torturar y crucificar? ¿Cómo puede ser posible algo semejante? La única respuesta, a la luz de la Biblia, es que se trata de un amor que excede cualquier raciocinio.



Charles Wesley, extraordinario predicador del Evangelio y magnifico compositor, lo dejó reflejado en una de las canciones más hermosas que conozco, una canción en la que se pregunta: “¡Amor sublime! ¿Cómo puede ser?” Así es de grande el amor de Dios… Disfruten la canción. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





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Published on November 07, 2014 23:00

Estudio Bíblico (V). La Torah (II):  Éxodo

​ El segundo libro de la Torah - Éxodo - comienza donde terminó Génesis. Sin embargo, el punto de arranque no puede ser más tétrico. Tras la desaparición de José se produjo también un cambio dinástico que implicó la caída en desgracia de los israelitas.

Como consecuencia directa, un nuevo faraón decidió controlar el crecimiento demográfico de los israelitas mediante el exterminio de los niños varones a la vez que sometía al resto de la población a servidumbre (Ex 1). Sin embargo, uno de estos niños - al que sus padres depositan cobijado en una cestilla en el Nilo - no sólo se salvó sino que además fue recogido por una hermana del faraón que lo prohijó (Ex 2). Cuando el muchacho, que se llama Moisés, creció, no se identificó con su pueblo de adopción sino que se sintió solidario con el sufrimiento de sus verdaderos correligionarios. Incluso llegó a matar a un egipcio al contemplar como éste maltrataba a dos israelitas. Pero la solución violenta de Moisés no funcionó lo que constituye una lección no poco relevante. De hecho, los propios israelitas se lo censuraron – no parece tampoco que fuera gente muy dispuesta dejarse liberar - y Moisés se vio obligado a huir del país para escapar del faraón (Éx 2). En el exilio, Moisés encontró la ocupación de pastor, contrajo matrimonio con una joven llamada Séfora e incluso tuvo descendencia. Por cierto, ese hijo no habría sido miembro de Israel según la interpretación talmúdica que sigue una línea matrilineal, pero, tal y como aparece en la Biblia, por supuesto que lo era. El hecho de que su hijo se llamara Gerson recordando que era un forastero hace pensar que Moisés añoraba en aquellos años a los suyos aunque no parece que tuviera ninguna esperanza de volver a verlos.



Entonces aconteció un episodio que transtornó su vida y la de Israel. Mientras Moisés se encontraba guardando las ovejas de su suegro, contempló una zarza que ardía, pero que no se consumía. El fenómeno no era sino una manifestación de el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, el Dios que no puede ser representado, que había escuchado el clamor de los israelitas y había decidido liberarlos. Para esa misión había elegido a Moisés, un Moisés cuya reticencia tuvo que vencer y al que reveló que su nombre era Yo soy el que soy por lo que debía anunciar a los israelitas que Yo soy le había enviado a liberarlos (Éx 3). En el cumplimiento de esa misión Moisés contaría con la ayuda de su hermano Aarón que durante ese tiempo había permanecido en Egipto.



Si inicialmente los israelitas se alegraron de aquella noticia, cuando el faraón se negó a dejarlos marchar y además empeoró sus condiciones de vida, su entusiasmo desapareció. El texto señala que “no escucharon a Moisés por su consternación de espíritu y la dura servidumbre” (Éx 6, 9). Sin embargo, la resistencia del faraón tuvo como consecuencia directa el que Egipto se viera azotado por una sucesión ininterrumpida de plagas. Al agua convertida en sangre (Éx 7) sucedieron las ranas ; a éstas, los piojos ; a los piojos, las moscas (Éx 8) ; a las moscas, la mortandad del ganado ; al colapso de la ganadería egipcia, unas úlceras que afectaron a la población y, finalmente, aniquilando las últimas reservas del país y sus postreros deseos de resistir el granizo, la langosta y la oscuridad (Éx 10). El enfrentamiento no sólo había ocasionado terribles costes a Egipto sino que además implicó una ridiculización evidente de su politeísmo en la medida en que cada una de las plagas mostró la impotencia de una o más divinidades egipcias a la hora de cumplir con su misión. Posiblemente, el faraón seguía resistiéndose a aquellas alturas más por razones de prestigio que de verdadera utilidad. Sin embargo, cuando la población egipcia se vio asolada por una nueva plaga que afectó a los primogénitos - pero que no dañó a los israelitas que colocaron la sangre de un cordero sacrificado en el dintel de sus puertas - consintió en dejar salir a Israel (Éx 11-12).



No obstante, una vez que los israelitas se vieron libres el faraón se arrepintió de su decisión. Quizá pensaba que había capitulado cuando estaba a punto de cansar a su adversario o simplemente la idea de la derrota se le hacía insoportable. Fuera como fuese, el caso es que movilizó a sus fuerzas militares y salió en persecución de los israelitas con la intención seguramente de reducirlos o exterminarlos. El faraón logró alcanzarlos a la altura del mar de las Cañas, pero el resultado de la expedición de castigo no pudo resultar más nefasto. Los israelitas comenzaron a cruzar a pie enjuto una extensión que había quedado seca poco antes, pero cuando los egipcios se lanzaron en su persecución se vieron anegados por las aguas (Éx 14).



En los capítulos 16-19, el Éxodo narra el camino de Israel hasta el Sinaí donde Dios iba a entregar a Moisés la ley – la Torah - en virtud de la cual vivirían. Este conjunto de normas aparece recogido en los capítulos del 21 al 23 y contiene los denominados diez mandamientos (Éx 20) consistentes en 1. Tener un solo Dios rindiéndole sólo culto a él, 2. No hacer imágenes ni rendirles culto ; 3. No tomar el nombre de Dios en vano ; 4. Acordarse del día de descanso semanal que debía favorecer incluso a siervos, emigrantes y animales; 5. Honrar al padre y a la madre ; 6. No matar ; 7. No cometer adulterio ; 8. No hurtar ; 9. No levantar falso testimonio y 10. No codiciar ningún bien del prójimo. Asimismo en las disposiciones entregadas por Dios a Moisés se limitó la duración de la esclavitud a un máximo de siete años que debían ser seguidos por una indemnización del antiguo dueño (Éx 21), se incluyeron normas que castigaban los atentados contra la libertad, la vida y la integridad de las personas (Éx 21), se estableció la obligación de restituir en daños y hurtos, se incluyeron una serie de leyes humanitarias que iban desde la prohibición de oprimir a extranjeros o de prestar con interés a la proscripción de brujas o normas de carácter ecológico (Éx 22). Por último, los capítulos del 24-31 señalan las tres fiestas religiosas anuales que deben celebrar los israelitas y la manera en que tenían que fabricarse diversos objetos de culto como el arca del testimonio, la mesa de los panes de la proposición, el candelabro, el tabernáculo, el altar de bronce, etc.



Precisamente mientras Moisés estaba recogiendo la ley de Dios los israelitas decidieron fabricarse un becerro de oro (¿una referencia al buey Apis egipcio o a un animal sobre el que se posaba Dios supuestamente para ser adorado ?) al que rindieron culto (Éx 32). Aquel episodio significó la primera fractura de importancia entre Israel y el Dios que deseaba suscribir un pacto con ellos y fue asimismo ocasión del primer enfrentamiento entre israelitas en el que corrió la sangre.



Los capítulos 33-34 narran como el pacto entre Dios e Israel fue, no obstante, renovado y los 35-40 describen la construcción del tabernáculo con todos sus aditamentos. Al acabar el libro, Israel cuenta con una identidad espiritual, una normativa por la que regirse y sólo espera poseer el suelo en el que se asentara como pueblo.



Como lecturas recomendadas para comenzar a familiarizarse con el libro del Éxodo, podemos ver:



- Éxodo 1. La esclavitud de Israel.



- Éxodo 2. El fracaso y la huida de Moisés.



- Éxodo 3 y 4. El llamamiento de Moisés.



- Éxodo 11 y 12. La última plaga y la liberación de la Pascua



- Éxodo 20: 1-17. Los diez mandamientos



- Éxodo 40: 34-38. La nube guiando a Israel





El Evangelio de Marcos (III): la predicación del mesías-siervo (Marcos 1: 14).



Como ya señalamos la última semana, Marcos parece especialmente apresurado en el relato – más que Lucas o Marcos – y se comporta así porque desea llegar cuanto antes a la predicación de Jesús. ¿Cuál fue el mensaje de Jesús? A pesar de lo relevante de la cuestión si hoy sacáramos un micrófono a la calle es dudoso que hubiera mucha gente que dijera correctamente lo que Jesús enseñaba. Algunos dirían que fuéramos buenos; otros señalarían que hay que obedecer al papa; otros que siguiéramos a sus supuestos representantes; otros insistirían en que frecuentáramos los sacramentos e incluso no faltaría alguno que hablara sobre la revolución. Pero Jesús no predicó nada de eso. A decir verdad el núcleo esencial de su predicación dista bastante de todas y cada una de estas respuestas. Como el tema es de enorme relevante - ¿qué puede serlo más que la enseñanza del mesías-siervo? – dedicaremos a ello varias semanas. Adelantemos que Jesús predicaba tres cosas: 1. Que el tiempo se había cumplido; 2. Que el Reino de Dios se ha acercado; y 3. Que había que convertirse creyendo en la Buena noticia.



La primera afirmación resulta muy relevante porque Jesús estaba afirmando que no había que esperar más al mesías. Ya había llegado. No le faltaban razones para realizar esa afirmación. El patriarca Jacob había anunciado que cuando llegara el Shilo o mesías el cetro no estaría en manos de Judá, la tribu de la que salían los reyes de Israel (Génesis 48: 10). Semejante idea cuenta con paralelos en el judaísmo del Segundo templo. Por ejemplo, la gente de Qumrán abandonó su monasterio a orillas del mar Muerto y regresó a Jerusalén cuando accedió al trono Herodes el Grande. La razón muy posiblemente fue que pensaron que puesto que el cetro regio ya no lo tenía un miembro de la tribu de Judá sino un idumeo el mesías debía andar cerca. Al cabo de unos años regresaron a Qumrán, pero la idea flotaba en el ambiente. Y era lógico que así fuera porque no sólo Jacob sino también Daniel había dejado claro en su profecía de las setentas semanas que el mesías debía aparecer en una fecha situada a inicios del siglo I d. de C.



Jesús salió anunciando eso mismo. El tiempo se ha cumplido. No tiene sentido que el pueblo de Israel espere más porque, tal y como fue profetizado por el patriarca y por el profeta, éste es el tiempo. La afirmación era tremenda y encerraba en si verdades de no escasa relevancia. La primera es que Dios actúa de acuerdo con Sus tiempos. Es cierto que los seres humanos desearíamos que interviniera cuando lo deseamos – y lo hace no pocas veces – pero El es el Señor del tiempo y El interviene cuando así lo estima conveniente. La segunda es que, históricamente, incluso los que han afirmado seguir a Jesús han perdido la noción del tiempo de acuerdo con Dios. Han olvidado lo que significa la llegada del mesías y lo que implica que haya de regresar como señala no sólo la Biblia sino también algunos testimonios rabínicos recogidos en el Talmud. A decir verdad, es común que la gente haya perdido la verdadera noción del tiempo, el tiempo según Dios podríamos decir, y que por ello pierda también la perspectiva adecuada de las cosas. Proyectan su visión hacia las próximas elecciones, el final de curso o las siguientes vacaciones, pero esa visión del tiempo por lógica que pueda ser resulta pobre e inadecuada. Precisamente por ello, Jesús comenzó su predicación con ese anuncio. Cuando se es consciente de que el tiempo ha llegado se comienza a ver todo de manera diferente. Pero hay algo en ese tiempo mucho más importante todavía. De ello hablaremos Dios mediante la semana que viene.



CONTINUARÁ

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Published on November 07, 2014 00:57

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César Vidal
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