Andrea Tomé's Blog, page 9
January 25, 2019
FAQ de La luna en la puerta
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¡Hola un viernes más! Quedan tres semanas para que La luna en la puerta salga a la venta y mi ansiedad ha alcanzado niveles estratosféricos hoy voy a contestar a algunas de las preguntas más frecuentes que me habéis ido haciendo en Twitter, Instagram y CuriousCat desde que anuncié la publicación de la novela.
¿Preparados? Un, dos, tres…
♡ LOS BÁSICOS ♡
¿Qué temas trata La luna en la puerta?
Como ya comenté en la entrada de la semana pasada, los dos temas principales de la novela son el suicidio y el arte como salvación. Pero además también exploro la realidad de los barrios marginales, la masculinidad tóxica, las relaciones familiares y la amistad.
¿Es juvenil? ¿A qué género pertenece La luna en la puerta?
Sí, al igual que el resto de mis novelas, La luna en la puerta es juvenil (como siempre digo: escribo para adolescentes y para adultos que no se avergüenzan de leer libros para adolescentes

January 23, 2019
Hazte estas 3 preguntas antes de enviar tu manuscrito a una editorial | Writing Wednesdays
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Hoy he tenido mi primera clase de periodismo, lo que me ha hecho sentir un 40% Rory Gilmore, un 40% la Andrea de dieciocho años (cuya mayor ambición era convertirse en corresponsal de guerra) y un 20% una patata somnolienta (porque me había quedado hasta tarde viendo episodios de Yuri!!! On Ice). El caso es que mi profesora nos introdujo las tres grandes preguntas que debes hacerte antes de mandar tu pitch a un periódico o una revista, y me di cuenta de que, inconscientemente, eran las mismas que yo siempre (o, al menos, desde que me tomo la escritura en serio) me había hecho antes de mandar mis novelas a una editorial o a un concurso literario.
Creo que, a fin de cuentas, cuando los desnudas por completo, el periodismo y la ficción tienen un par de cosas en común: estás contando una historia sobre un tema en el que has decidido ahondar porque algo en él te acecha y quieres asegurarte de que la manera en la que cuentas esa historia sea la más efectiva para captar la atención de tu audiencia.
Solo tres preguntas, muy fáciles de recordar (todas empiezan con un “por qué“), pero que os ayudarán a enfocar vuestras novelas y, si las mandáis a una editorial, a redactar una carta de presentación mucho más persuasiva.
Por qué ahora. No estoy diciendo que debas escribir ese género que vende tanto o que tengas que parir un refrito de todas esas historias que, de algún modo u otro, se hacen best-sellers (por favor, no hagas nada de eso; a no ser que tengas la velocidad de Ken Follett, lo más probable es que la moda pase para cuando termines la novela y acabarás con un manuscrito que no te apasiona sobre un tema que ya no le interesa a demasiada gente). Lo que quiero decir con “por qué ahora” es: todas las ideas surgen de una fuente de inspiración (sé que odias esa palabra, pero sé paciente conmigo), que normalmente es un tema, una problemática o un asunto que te interesa. En muchas ocasiones es algo que está pasando ahora mismo a nivel social o algo que te está ocurriendo a ti o que les está ocurriendo a las personas que te preocupan.
Esto no se trata de escribir sobre ese tema candente, sino de reflexionar sobre cómo la novela que ya quieres escribir puede relacionarse con lo que está pasando en el mundo. Se trata, básicamente, de explicarle a la persona que va a leer tu carta de presentación y los primeros capítulos de tu novela por qué debería importarle tu novela en primer lugar. Y, creedme, siendo creativos podéis relacionar casi cualquier tema con algo que esté pasando ahora mismo y dar razones de por qué tiene sentido publicar una novela como la tuya ahora mismo.
Por qué a ellos. La regla de oro a la hora de mandar tu novela a una editorial es documentarse sobre la editorial. En serio os digo, desde mi experiencia personal como becaria en editoriales y agencias literarias, que casi la mitad de las personas que mandan sus manuscritos no se han pasado ni cinco minutos en la web de la editorial. Seamos directos: no importa mucho que seas el próximo Terry Pratchett, una editorial de romántica muy difícilmente va a publicar tu novela de fantasía épica de la misma manera que no puedes esperar que una editorial que publica exclusivamente terror adulto vaya a hacerte una oferta por tu middle grade de aventuras.
Demuéstrale a los editores que has hecho los deberes y explícales por qué les estás mandando tu novela a ellos específicamente. Síguelos en las redes sociales y observa a qué autores nacionales publican y qué novelas extranjeras van a traducir; estudia no solo qué géneros publican, sino también qué tipo de tramas en particular parecen interesarles más. La mejor estrategia es mandar tu manuscrito a solo un puñado de editoriales a las que tu novela les viene como un guante en lugar de simplemente mandar el manuscrito indiscriminadamente.
Y, por favor, ¡aseguraos de que el periodo de recepción de manuscritos está abierto! Podéis encontrar esta información en la web de la editorial (normalmente en las páginas de “contacto” o “sobre nosotros”), pero si no veis nada por el estilo siempre podéis escribirles a su correo o en sus redes sociales.
Por qué tú. Siempre hay un motivo por el cuál decides escribir una historia, y esto está un poco relacionado con la primera pregunta. Bajo cualquier circunstancia: tú eres la persona mejor capacitada para escribir tu novela. Vale, sí, hay escritores con más talento que tú o más experiencia que tú, pero ellos no sienten esa inquietud que tú sientes hacia tu trama en particular, ellos no conocen la psicología de tus personajes como tú, ellos no tienen tu punto de vista… pregúntate por qué has querido escribir esa historia.
Yo siempre recomiendo hablar de vosotros en las cartas de presentación o incluso mandar una pequeña biografía junto con el dossier que prepararéis para la editorial, y muchos autores se preocupan porque no saben qué poner, porque no tienen experiencia… ¡Y es mucho más sencillo que todo eso! No es necesario haber ganado concursos de relato corto o haber sido publicados en revistas o tener un blog o un canal de youtube o miles de seguidores en las redes sociales (aunque, naturalmente, todo eso ayuda). Basta con demostrar que estás capacitado para escribir esa historia. ¿Cómo? A lo mejor uno de los temas de la novela os ha tocado personalmente, o a lo mejor la novela ha nacido de una de vuestras pasiones (¡Sed específicos! ¿Cuánto tiempo hace que os interesa X? ¿Habéis hecho algo relacionado con ello antes?). También podéis explicar la labor de documentación que habéis realizado, o si habéis hecho algún trabajo de investigación para escribir la novela (esto es especialmente valioso si escribís histórica). ¡Cualquier cosa! Recordad siempre que las cartas de presentación están ahí para introducirle tu novela al editor y hacer que se quede con ganas de más y para persuadirlo de que sería una gran apuesta.
Recordad que lo más importante a la hora de contestar a estas preguntas es la confianza en vosotros mismos y en vuestra escritura. Sé que este es un tema complicado y que muchos autores tenemos muchos problemas con la confianza en nosotros mismos y con el síndrome del impostor, pero intentad pensar siempre que estáis vendiendo la novela de vuestro mejor amigo o de vuestro escritor favorito y no la vuestra.
Y, si ya tenéis una novela lista, aquí os dejo un par de editoriales con periodos de recepción abiertos:
Ediciones Dorna (Terror, Ci-fi, Fantasía). Del 23 al 30 de enero.
Onyx Editorial (Fantasía, Ci-Fi, Terror, Suspense, Romántica, Ficción Histórica, Relatos). Periodo de recepción abierto durante un mes y medio (aprox.).
Nocturna Ediciones (Adulto y Juvenil: primordialmente Contemporánea, Fantasía y Ci-Fi).
Plataforma Neo (Juvenil y New Adult: primordialmente Contemporánea y Romántica). Si tienes entre 14 y 30 años, hasta el 27 de enero también puedes mandar tu novela al premio literario La Caixa/Plataforma Neo.
Ediciones Kiwi (Comedia, Crimen, Histórica, Juvenil, ChickLit, Contemporánea, Erótica, Histórica, New Adult). Además, hasta el 30 de enero podéis mandar vuestra novela a su VI Premio de Novela Romántica.
January 21, 2019
Presas, Beatriz Esteban| Lunes de lecturas
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Título: Presas
Autora: Beatriz Esteban
Editorial: Nocturna
Páginas: 472
El mundo es una escala de grises, pero siempre lo vemos en blanco y negro. El blanco de quien es inocente y se acerca a la prisión con miedo a convertirse en una víctima. El negro que inunda las celdas de aislamiento. Y el gris que envuelve el lugar, plagado de matices.
Un día me dijeron: «Leire, no vayas a la cárcel, hay gente peligrosa». Y les sorprendió cuando contesté: «Y fuera también».
Ambientada en una cárcel, Presas narra la realidad de una prisión desde dos puntos de vista opuestos: el de Leire, que accede como voluntaria, y el de Azahara, encerrada por un crimen terrible. Sin embargo, por muy distintas que sean sus perspectivas, pronto ambas descubrirán que unos barrotes no son la única forma de convertir a las personas en presas.
Tuve el honor de leer Presas en verano del 2017, como beta reader, cuando todavía era conocido como #ProyectoPreso. Ya había tenido la oportunidad de maravillarme del enorme talento de Bea con su primera novela, Seré frágil, que pronto se convirtió en uno de mis testimonios sobre la anorexia (aunque no está basado en la experiencia personal de la autora, ojo) predilectos.
Admiro muchísimo a Bea, como persona primero y como autora después, por diversos motivos, y todos ellos han quedado plasmados en su tercera novela tras Seré frágil y Aunque llueva fuego: la humanidad, la sensibilidad, la justicia, todas pintadas con esa prosa tan correcta, tan delicada, que un minuto te pone los pelos de punta y al siguiente parece querer cortarte la piel.
No quiero desvelar más de la trama que lo que Nocturna ha adelantando en su sinopsis. Esta es, sin duda, una novela a la que atacar con la mente abierta, sin prejuzgar a las protagonistas (esta es una historia principalmente femenina), y dejándonos llevar por el mensaje principal: aunque con tendencia veamos el mundo en blanco y negro, en realidad todo y todos estamos formados por una escala de grises que revela realmente la condición humana.
Hace unas semanas estaba hablando con mi amigo Alex, que también vive en Tottenham, sobre las cárceles y su función; sobre cómo, en lugar de cumplir su cometido de reinsertar a la gente en la sociedad, únicamente separan a los presos de un entorno “normal” y los encierran en una cámara en la que resulta imposible ver más allá de su propia condición de presos, en una cámara que les roba su libertad, su humanidad y hasta su esperanza. En ese momento me habría encantado que Alex ya supiese hablar español, porque necesitaba que leyese esta novela y sabía que iba a adorarla enseguida.
En realidad, llevo años esperando a que el mayor número de personas posible lea esta novela. Me parece tan, tan importante, y creo firmemente que la literatura juvenil (que cualquier literatura, honestamente) necesitaba un libro que hablase con tanta sinceridad y sin tapujos sobre la cárcel. Sobre el tipo de personas que acaban en las cárceles y por qué. Sobre el aislamiento, la rabia, y también, inevitablemente, la sororidad de las cárceles femeninas.
Y Bea me parece la persona idónea para escribir sobre todo esto, no sólo por su maravilloso talento como escritora, sino también por su experiencia como voluntaria en una cárcel de mujeres. Desde la primera página puedes darte cuenta de la gran labor de documentación, a través de la experiencia y la reflexión, que la autora ha llevado a cabo. Gracias a Presas aprendí muchísimas cosas sobre la cárcel que desconocía por completo, y Bea me abrió los ojos a unas realidades que me eran ajenas.
Otro aspecto a destacar de esta novela es la caracterización tan cuidada de los personajes. Todas las mujeres que componen esta historia cuentan con una backstory apasionante que enriquece muchísimo la trama principal de Presas. Y todas crecen. Todas evolucionan a lo largo de la lectura, y lloras con ellas, y sueñas con ellas, y te dejas llevar por todos sus sentimientos a lo largo de la segunda páginas.
Y, sobre todo, Bea no sanitiza la realidad de la cárcel. Agradecí tanto que Bea decidiese no mostrar a las presas como santas o como absolutas inocentes sino que las caracterizase en base a su humanidad, negándose a borrar todo aquello que las empujó a prisión pero mostrándonos también toda la luz dentro de ellas, pese a todo.
Aunque el hilo conductor de Presas son definitivamente sus personajes (las relaciones entre ellas, los conflictos entre ellas, sus deseos y sus miedos), Bea tiene también la habilidad de acongojar al lector con sus giros de trama y su manejo del ritmo (tan delicado a veces y tan frenético cuando hace falta serlo) y de los momentos climáticos.
Presas es, sin lugar a dudas, una novela muy redonda de una de las mejores autoras del género, y no puedo esperar a que todos la tengáis ya entre las manos.
January 19, 2019
Por qué escribí La luna en la puerta
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Esta semana La luna en la puerta fue enviada a imprenta y, dentro de exactamente un mes, llegará a las librerías. No sé cómo me siento al respecto. No creo que pueda describir las ganas inmensas que tengo de que tengáis este libro y de que conozcáis a estos personajes (la Dream Gang siempre estará en mi corazón ♡), pero tampoco puedo eludir la ansiedad pre-publicación. Aunque es algo que siempre me da problemas, en este caso es distinto; es más aguda, quizás. ¿Por qué? Por varios motivos.
Es mi primera novela con Planeta, y cambiar de editorial siempre es un proceso un poco estresante (¿Trabajaré bien con este editor? ¿Notarán mis lectores el cambio? ¿Sufrirá mi audiencia a costa del salto de editorial a editorial?).
En muchos sentidos (la narración, el estilo, los recursos) es una novela muy distinta a todas las que he publicado hasta ahora.
El tema principal: el suicidio.
Ya había hablado muy íntimamente de la salud mental en Corazón de mariposa, pero creo que no era consciente de lo que suponía publicar una novela como esa. Tenía diecinueve años. Era mi primera novela.
Hay muchas cosas que haría de manera distinta ahora, pero al mismo tiempo no cambiaría nada porque esa es la novela que escribí (casi podríamos decir que escupí) en el momento idóneo, a los diecisiete años y en lo más profundo de la enfermedad.
Sin embargo, publicar Corazón de mariposa me enseñó muchas cosas de lo que implica escribir sobre la salud mental, de los riesgos implícitos al realizar el retrato de un trastorno mental, de la responsabilidad que tienes con tus lectores y con la problemática que estás representando. Una de las primeras cosas que el maravilloso Dani Ojeda me dijo es que mucha gente iba a juzgarme por escoger hablar de la anorexia en primera persona, y no se equivocaba. En los meses posteriores a la publicación de la novela me llegaron comentarios de gente que me decía que estaba capitalizando la enfermedad, que intentaba mostrar la anorexia como un logro o que incluso me estaba inventando un diagnóstico porque mi cuerpo no entraba dentro de la imagen que se tiene de una persona que ha sufrido un trastorno de la alimentación restrictivo (cuando el libro salió a la venta yo llevaba dos años en recuperación y estaba luchando contra el síndrome de realimentación, por lo que estos comentarios me resultaron especialmente dañinos).
Con todo, publicar Corazón de mariposa me hizo crecer mucho y me enseñó mucho sobre cómo representar la salud mental correctamente en la cultura. Corazón de mariposa me animó a formarme más sobre salud mental y a escribir sobre ello en varias revistas, pero también me hizo ver la responsabilidad que tengo como autora y el impacto que mis obras pueden tener en los lectores.
He cambiado de opinión sobre muchas cosas desde que publiqué Corazón de mariposa y, como he dicho, si la escribiese hoy lo haría todo de una manera muy diferente. Esa fue, quizá, mi primera motivación a la hora de escribir La luna en la puerta. Quería que la salud mental dejase de ser esa quimera y quería volver a tratar uno de los temas que más me apasionan y sobre los cuales creo que no se hace el suficiente activismo. Sin embargo, había varias cosas que tenía claras:
No quería hablar del suicidio en primera persona. Creo que las novelas que tratan la salud mental desde una primerísima persona tienen su lugar, pero también son un arma de doble filo y yo quería minimizar los riesgos y que el mayor número de personas pudiese leer La luna en la puerta sin sentir angustia o ansiedad debido al tema.
Nunca describiría una escena de un suicidio. En primer lugar, porque me parece innecesario y, sinceramente, bastante morboso. En segundo lugar, porque representar de cualquier modo los métodos de un suicidio está ligado a mayores casos de copycats (aunque aborrezco este término en este contexto) que podrían llegar a tomar las mismas acciones que el personaje.
No ahondaría en los pensamientos más oscuros de Saulo. Nuevamente, creo que las novelas que ahondan en las enfermedades mentales desde un primerísimo plano tienen su lugar, pero yo no quería que La luna en la puerta fuese eso.
Lucharía contra los estigmas alrededor del suicidio. Una de las cosas que más odio de la representación del suicidio en la cultura es que, con frecuencia, se suele dirigir la culpa hacia la víctima. Directa o indirectamente, se culpa a la víctima de sus propias acciones y de la repercusión que estas, inevitablemente, tendrán en sus seres queridos.
Mostraría que el suicidio es un tema muy complejo en el que confluyen varias problemáticas, pero que la salud mental es una parte clave. Otra cosa que me gustaría que dejase de pasar en las representaciones del suicidio es la invisibilización del papel que la salud mental juega en él. La vasta mayoría de los casos de suicidio nacen de un trastorno mental no tratado o no tratado correctamente. Negar esta realidad, desde mi punto de vista, solo aumenta el estigma.
Mantendría el foco en los supervivientes al suicidio de un ser querido. Esto me parecía importante. No siempre se enseña lo que ocurre tras el suicidio y, cuando se hace, suele ser de un modo bastante aleccionador que, de nuevo, hace recaer la culpa sobre la víctima (una especie de cautionary tale: si te suicidas, esto es lo que le pasará a tu familia y a tus amigos).
Me centraría más en la vida y no tanto en la muerte. Una víctima de suicidio es mucho, mucho más que el modo en el que acabó su vida o los sucesos que lo llevaron a ello. Ante todo, yo quería mostrar a Saulo como una persona, no como un número en una estadística o un símbolo.
Hacía tiempo que quería tratar el suicidio y el arte como salvación, pero, debido a esa responsabilidad de la que hablaba, esta fue una novela que me llevó años preparar. Quería tener claro que estaba preparada para hablar de ello y hablar de ello bien, y ante todo quería saber que podría hacerle justicia al tema y a todo lo que representa. Y estoy orgullosa de mi trabajo.
El suicidio es algo que me ha tocado de cerca y que le ha tocado de cerca a gente a la que quiero, y aunque quizá nunca esté preparada para hablar a fondo sobre ello, sí diré que ver una misma problemática desde los dos puntos de vista ayuda muchísimo a entender qué estamos haciendo mal como sociedad. No es fácil saber que alguien a quien quieres está planteándose o se ha planteado acabar con su vida; no es fácil ser consciente de su sufrimiento y no es fácil sentirse impotente. En ciertos modos, la relación con esa persona cambia; algo en la comunicación es distinto, y si tú mismo has pasado por algo así sabes lo difícil que es para ellos aceptar que su vida tiene sentido, que estás agradecido de que estén aquí contigo, que las cosas pueden cambiar a mejor.
Ante todo, supongo, creo que quería lanzar el siguiente mensaje: es crucial que le recordemos a aquellos a quienes queremos que estamos agradecidos por su presencia en nuestras vidas. Es crucial que hagamos todo lo posible por que sientan que su existencia es algo positivo, por que ellos mismos se sientan agradecidos de estar vivos. Es cierto que a veces no sabemos leer los síntomas de una depresión; muchas veces estamos distraídos o cansados y no nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor y con la gente a la que queremos. Con La luna en la puerta quería recordar la importancia de estar presentes aquí y ahora y de comprobar cómo se sienten las personas que nos importan. Al mismo tiempo, quiero que quede claro que el suicidio no es culpa de nadie. No hay culpables en el suicidio, solo víctimas.
Creo que he hecho un buen trabajo al respecto. Quizá haya sido la novela que más me ha costado escribir y quizá nunca vaya a estar preparada al 100% para que vea la luz, pero me siento orgullosa y dentro de poco será solo vuestra.
¿Si tuviera que describirla solo con un par de palabras? Esperanza y supervivencia. Es una novela sobre la esperanza y sobre la supervivencia, y no puedo esperar a que conozcáis a Judith, a Chaim, a Saulo y a todos los demás.
January 16, 2019
Kill your darlings es el mejor consejo de escritura que podrías recibir | Writing Wednesdays
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Kill Your Darlings, además de una tremendísma película basada en los beatniks, es también uno de los consejos de escritura más famosos a la par que menos escuchados. Además, resulta que se trata de una de las filosofías que intento seguir, sí o sí, con mi proceso de escritura.
¿Pero en qué consiste el kill your darlings? Básicamente, en desnudar una novela hasta dejarla únicamente con sus componentes necesarios. Es decir, que si esa frase inspirada que ha hecho que se te pongan los pelos de punta y que te ha recordado por qué sigues haciendo esto ralentiza la trama, lo siento pero es hora de coger las tijeras y deshacerte de ella.
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¡Pero adoro esa frase! ¡Es la prueba definitiva de mi talento como escritor! Tranqui. Deshacerte de esa frase en particular en ese contexto en particular no significa realizar un ritual chungo que resulte en borrarla para siempre de la faz de la Tierra. De hecho, puedes hacer muchas cosas con esa frase desterrada…
Utilizarla en esa misma novela, pero en otro lugar. Es posible que ese diálogo tan inteligente que has escrito sobre un poco en una escena de acción, pero quizá funcione en otra parte del manuscrito. Quizá tenga su propósito, después de todo. Mantén la máxima de Kurt Vonnegut: “una frase debe cumplir uno de dos propósitos: revelar al personaje o avanzar la trama”. Si tu frase todavía cumple su propósito pero empeora la calidad general de la novela, plantéate si puede ser reciclada en otro lugar de la narración.
Utilízala en otra novela. Algunas de las descripciones de las batallas más crudas de El valle oscuro las escribí en 2015 y para otro proyecto que acabé descartando. No tengas miedo de hacer lo mismo. Esa descripción que tanto adoras puede estar de más en un proyecto X pero resultar idónea para el clímax de un proyecto Y.
Guárdala con intenciones de reciclarla. Tienes una frase magnífica y la fe suficiente en ella; sabes que algún día encontrará su lugar en uno de tus futuros proyectos.
Guárdala para tu autoestima. Seamos sinceros: la mayoría de las grandes reflexiones en la literatura son innecesarias. No me echéis a los leones. Generalmente me irrita muchísimo cuando un autor me coge de la mano y pretende guiarme hacia la reflexión que él pretende. Un buen libro te hace pensar, no piensa por ti, y del mismo modo, la intención de la obra debería quedar clara a través del conflicto y de las acciones sin recurrir a que los personajes se pongan a filosofar.
Pero, bueno, sí, te escucho. Es de noche, vas por tu quinta bebida cafeinada del día y acabas de escribir LA MADRE de todas las reflexiones filosóficas del mundo. Kant, al lado de tu protagonista, un aficionado. ¿Y ahora qué? Han pasado unos meses y estás corrigiendo tu manuscrito. Esa reflexión sigue ahí, tan brillante como la primera vez, pero te das cuenta (y esto es algo inevitable) de que su presencia está de más; quizá es un momento out of character o quizá, simplemente, resulta un engorro para la trama. Estás reparando, además, en que muy posiblemente se trate de una frase genial que no tenga cabida en ninguno de tus textos. ¿Y ahora qué? Ahora la guardas. ¿Para qué? Para tu autoestima. Algunas de las mejores frases que he escrito jamás están guardadas en una carpeta de mi portátil, y las releo a veces para recordarme: eh, yo escribí eso; yo pude escribir eso y podré escribir algo así otra vez. La autoestima en la escritura te llevará muy lejos. No la desprecies.
Claro que a veces esos darlings que debes matar son algo bastante más complejo que una descripción o un diálogo. A veces son escenas enteras o capítulos o incluso personajes. ¿Qué hacer con ellos? Reitero lo que quizá ya sea evidente: creo, y mucho, en el reciclaje en la escritura. Desayuno en Júpiter, de hecho, nació a base de juntar unos personajes sin trama con varias tramas sin personajes.
Las novelas patchwork, como las llamo yo, pueden ser auténticas maravillas si te lo montas bien y si trabajas la estructura.
Kill Your Darlings suena mucho menos intimidatorio cuando sabes que no los estás matando, realmente. Cuando sabes que siempre puedes resucitarlos para otra ocasión.
¿Y cómo? Organizando todos esos darlings que no han tenido cabida en proyectos anteriores.
Hay varios métodos para hacer esto, y probablemente aquel con el que deis por vosotros mismos sea el más adecuado para vosotros, pero voy a compartir el mío de todos modos. Para la inspiración. O por si os pica la curiosidad.
Primero los organizo temáticamente. No tanto en base al género de la novela al que pertenecieron una vez, sino en base a la atmósfera que pretenden capturar.
Una vez estas primeras categorías están definidas, los organizo en base a lo que son: personajes por un lado, capítulos por otro, descripciones, diálogos… subcarpetas para todo porque soy una aficionada a la organización.
Nombro los documentos de Word con el mayor detalle posible. Intento describir el contenido lo mejor posible. Como es algo que tú has escrito, a veces “lo mejor posible” son simplemente unas cuantas pinceladas que te ayudarán a refrescar la memoria.
Releo esos documentos de cuando en cuando y marco aquellos fragmentos en particular que más me convencen. Yo suelo hacerlo en negrita, pero cualquier otro método funcionaría igual de bien. El propósito es recordarme a mí misma que partes son las que veo más “utilizables” para futuros proyectos.
Si ya tengo proyectos en los que creo que esos darlings podrían funcionar, los marco con distintos colores. Un color por cada proyecto y, si ya tengo claro en qué parte de la trama podría meter a esos darlings, lo marco con una nota.
Y ya está, tu propia colección de darlings esperando pacientemente a que llegue su turno. Pueden pasar meses o años (algunas de las mejores cosas que he escrito son del 2015 y sé que tarde o temprano llegará su momento), pero tú tienes fe en ellos y eso es lo importante. Y si luego resulta que no tienen cabida en ninguna parte, recuerda: son buenos para tu autoestima. Para escribir, a veces, es necesario respetarte a ti mismo como autor, y para eso precisamente están ahí, muchas veces, los darlings que has matado.
January 14, 2019
De Seúl al cielo, Silvia Aliaga y Tatiana Marco | Lunes de lecturas
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Título:
De Seúl al cielo
Autoras: Silvia Aliaga y Tatiana Marco
Ilustradora: Inma Moya
Editorial: Nocturna
Páginas: 608
Precio: 17 EUR
Dicen que las personas destinadas a conocerse están unidas por un hilo rojo.
Paula es una bailarina española recién llegada a Seúl con un sueño roto: la ciudad no es como se esperaba y la persona a la que más ansiaba ver la ha traicionado.
Cris es una joven británica con una única misión: devolver un colgante a una estrella del K-pop que se cruzó con ella en Inglaterra, el culpable de que todo empezara a ir mal… Pero debe hacerlo pronto, porque el problema que les oculta a su amigo Dani y a su nuevo compañero de trabajo, Minwoo, está a punto de estallar.
Jay es esa estrella, miembro del grupo R*E*X, donde tanto él como Hyunsoo, Alex y Young despiertan el entusiasmo de millones de seguidores. Lo que muy pocos saben es que las cosas no van bien entre sus miembros y un secreto amenaza con destruir todo por lo que han luchado.
Cuando los caminos de estos desconocidos se entrelacen, sus vidas cambiarán para siempre.
Y el hilo rojo del destino puede enredarse, pero nunca romperse.
De Seúl al cielo es la primera novela española que profundiza en el arrollador fenómeno mundial del K-pop, una montaña rusa tremendamente adictiva sobre la fama, la amistad y la pasión por la música.
De la cultura coreana adoro un par de cosas: la comida (es posible o no es posible que haya sobrevivido algunas semanas con una dieta formada en su 50% de kimchi), la belleza (las sheet masks son mi nueva obsesión y no me avergüenzo), la moda (¿De qué otra manera podría haberme hecho con una sudadera de Sailor Moon parodiando el logo de Starbucks, me pregunto mientras me termino mi cereal latte en el propio Starbucks?). De lo que no sabía nada, en cambio, era del K-Pop, la música pop coreana que se ha convertido en un fenómeno de masas online y offline.
Bueno, miento, sí sabía un par de cosas. Que no importa cuáles sean tus gustos, en tu TL de Twitter y tu dashboard de Tumblr siempre acabarás viendo al menos un gif de un grupo de K-Pop; que la estética de los grupos de K-Pop es, de hecho, excelente; que las seguidoras del K-Pop (utilizo el femenino porque la mayoría son mujeres) saben ser 100% dedicadas y 100% críticas con los grupos.
No sabía muy bien a qué enfrentarme con De Seúl al cielo (y admito que la longitud del libro, tan larga para tratarse de contemporánea, me daba un poco de miedo), pero me alegro de decir que Silvia y Tatiana me han sorprendido muy gratamente y que han conseguido despertar mi interés por la música pop coreana.
De Seúl al cielo es una novela coral que combina la tercera persona con la primera de las anotaciones de Cris, la camarera inglesa con una enfermedad terminal, en su cuaderno verde. He de decir que esta narración, aunque otorga una vista panorámica que enriquece muchísimo la historia, me confundió mucho al principio y me veía volviendo cada dos por tres al principio del capítulo para recordar quién narraba. Este es uno de los pocos puntos negativos que le he visto a la novela, junto con unos diálogos que se me hicieron forzados y excesivamente cargados y que me arrojaban de la trama.
Lo que más me gustaría destacar de De Seúl al cielo es la maestría de Silvia y de Tatiana a la hora de tejer una trama repleta de giros de guión y cliffhangers de esos que te obligan a pasar la página sí o sí. La lectura de esta novela, de hecho, me ha recordado mucho al estilo narrativo de los dramas asiáticos precisamente por esa agilidad, unida a un sentido del humor agudo y a unos sentimientos siempre a flor de piel, que hace que las más de seiscientas páginas que componen De Seúl al cielo no se hagan pesadas en ningún momento.
También he de decir que, como lectora, soy bastante neutral y que resulta difícil arrancar en mí sentimientos fuertes. De Seúl al cielo, sin embargo, ha conseguido algo que no recuerdo que ningún otro libro haya hecho: ha hecho que se me encoja el corazón como si lo que estuviese leyendo le estuviese ocurriendo a gente real cercana a mí y no a un grupo de personajes.
Estos personajes están muy bien construidos y podemos ser testigos de su evolución a lo largo de la novela. Aunque el reparto de personajes es bastante amplio (y al principio me preocupaba mucho liarme con todos los miembros de R*E*X), sus características están tan bien definidas que resulta sencillo diferenciarlos con tan solo un par de frases o con una descripción rápida de la acción. Estos son personajes muy humanos y dinámicos, y especialmente adoré el hincapié que las autoras hacen sobre la amistad entre ellos. Un poquito más me costó creerme la subtrama amorosa, que aunque me sorprendió me pareció también que podría haber estado más trabajada.
La ambientación en Corea está muy bien trabajada. Resulta evidente el trabajazo de documentación que Tatiana y Silvia han realizado, y como lectora pude aprender muchísimo sobre la cultura coreana de un modo muy natural; las autoras enriquecen la lectura con curiosidades sobre Corea que nunca resultan forzadas. Además, la pasión que ambas sienten por el K-Pop es palpable y muy, muy contagiosa.
Esta pasión y este conocimiento tan extensivo del mundo del K-Pop, además, las empuja a tocar ciertos temas muy relevantes, como la salud mental y los derechos LGBT, desde el prisma de la cultura coreana de una manera muy orgánica que enriquece la novela sin robarle protagonismo a la trama principal.
En definitiva, esta ha sido una excelente introducción de Silvia y de Tatiana al panorama literario nacional y yo, por lo menos, tengo muchas, muchas ganas de leer sus próximas novelas.
January 11, 2019
25 curiosidades de La luna en la puerta
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¡Quedan un mes y nueve días para que mi próxima novela salga a la venta! ¿Estoy entrando en crisis? Estoy entrando en crisis.
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Para celebrar que La luna en la puerta está, literalmente, a la vuelta de la esquina (es posible que hoy haya recibido el PDF de la maqueta que irá a imprenta
January 9, 2019
Kaizen, el método de productividad japonés que me está ayudando a retomar la escritura | Writing Wednesdays
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Como los lectores habituales ya sabréis, en noviembre participé en el NaNoWriMo, el reto que te insta a escribir 50k palabras en un mes. Llevaba varios años participando y, aunque había ganado el reto en el pasado, las dos últimas convocatorias había fallado estrepitosamente. En 2018, y aunque me tomé una semana entera libre, acabé aplicándome y, aunque el manuscrito seguía inacabado, llegué a las 50k.
Uno de mis propósitos del año nuevo era terminar dos novelas. Uno de los propósitos fallidos. En primavera terminé un proyecto que acabó convirtiéndose en La luna en la puerta, pero eso fue todo. En noviembre logré avanzar muchísimo el #ProyectoOro y me planteé muy seriamente terminarlo en diciembre, pero en la oficina tuve trabajo hasta arriba y eso, unido al ámbito personal, me dejó con un burnout bastante importante.
Ahora es un nuevo mes. Ahora es un nuevo año y estoy recuperándome y reorganizando mi vida, y eso incluye retomar el hábito de escritura.
He hablado muchas veces del perfeccionismo y de cómo este nos hace tropezar y nos impide alcanzar lo que nos proponemos. Un método que últimamente me está ayudando mucho a mejorar y a no preocuparme tanto por mi rendimiento es el método kaizen.
Kaizen es un término japonés que significa “cambio a mejor”, con la connotación de que este es un cambio continuo. Aunque el kaizen como método de productividad se desarrolló en un ámbito empresarial, también puede implementarse a cualquier trabajo autónomo, como es en este caso la escritura. ¿Cómo?
Identifica tus áreas problemáticas. Si, como yo, te enfrentas a un bloqueo, pregúntate qué es lo que te está frenando. ¿Es el miedo el fracaso? ¿Tus altas expectativas? Quizá aquello a lo que te enfrentas sea algo más tangible, como la falta de tiempo, o un área de la escritura muy específica, como la caracterización o los diálogos. Intenta reconocer la raíz de los problemas.
Escribe tu meta. Esta meta debe estar en relación directa con tu área problemática. Por lo tanto, si lo que te impide avanzar es el miedo al fracaso, tu meta podría ser ganar confianza en ti mismo como escritor o sentirte más cómodo escribiendo de un tirón sin revisar constantemente. Si tu problema es la falta de tiempo, tu meta podría ser aprender a utilizar el tiempo del que sí dispones de manera más inteligente (recordad que descansar no es opcional sino algo crucial para vuestra salud física y mental). Y si tu área a mejorar es la caracterización, tu meta podría ser trabajar más en las fichas de personajes. Trata de ser lo más específico posible.
Hazte preguntas. Ahora que ya sabes cuáles son tus áreas a mejorar y cuál es tu meta, empieza a preguntarte por qué esas dificultades están ahí en primer lugar. ¿Tu miedo al fracaso es debido a un círculo vicioso de procrastinación del que no puedes salir? Tus expectativas tan altas podrían deberse a una visión errónea del proceso de escritura que no te permite acabar con un borrador terribles (y muchas novelas de cabecera empezaron siendo borradores terribles). Trata de hacerte, al menos, cinco preguntas. ¿Por qué fallan mis diálogos? ¿Por qué, aunque los he perfilado al máximo, estos personajes me siguen pareciendo bidimensionales? ¿Por qué ciertas tareas, como contestar emails o escribir la primera fase de la página en blanco, me ocupan tanto tiempo?
Planea cómo mejorar. Reserva un par de horas, siéntate y haz una lluvia de ideas. Ya has identificado algunos de los porqués detrás de tu mayor problema, así que ahora es el momento de trabajar por resolverlos. Si lo que falla es tu habilidad (por ejemplo, los diálogos se te pueden dar fatal), piensa en cuánto tiempo tienes disponible (realísticamente) y si la mejor solución para ti podría ser practicar más mediante ejercicios de escritura o estudiar la técnica mediante cursos online o blogs de escritura como este. Si el problema es el método que estabas utilizando (quizá pasas demasiado tiempo revisando y muy poco escribiendo y así, claro, tus proyectos no avanzan), intenta encontrar otra manera de trabajar que podría ser más productiva. Si el problema es el ambiente (a lo mejor tu casa es demasiado ruidosa o la habitación en la que escribes demasiado oscura para que te sientas concentrado y motivado), trata de encontrar una solución al respecto: ¿Hay algún otro lugar en el que puedas escribir? ¿O quizá otro momento del día?
Ponte a ello y lleva un diario de tu progreso. Ahora que ya sabes en qué fallas y ahora que ya tienes un plan para mejorar, ponte manos a la obra e implementa todos estos cambios. ¿Por qué un diario de progreso? Lo más importante del método kaizen es que te pone en una zona de mejoras constantes, por lo que es importante tener un lugar en el que vayas apuntando todo lo que haces bien y lo que haces mal.
Revisa ese progreso. Una vez a la semana o al mes deberías tomar tu diario y estudiar en qué áreas estás mejorando y en cuáles te has estancado. A lo mejor los nuevos métodos que has implementado no están funcionando como deseabas, o a lo mejor al solucionar un área problemática te has dado cuenta de que hay otros aspectos que te están frenando. Está bien. No olvides la clave: mejora continua.
Respira hondo. Es natural que quieras ver resultados lo más rápido posible, pero recuerda siempre que hay métodos ilimitados de trabajo y maneras ilimitadas de ver las cosas. Lo más importante es mejorar poquito a poquito. Puede que haya semanas o meses de estancamiento o incluso semanas o meses en los que te parezca que estás empeorando porque las soluciones que has implementado no han sido las correctas, pero no desesperes. El kaizen es, ante todo, una filosofía basada en trabajar de manera más inteligente, no más duro, y a veces cambiar nuestra manera de funcionar resulta complicado. Piensa siempre en tu meta final y no dudes nunca de que eres capaz de alcanzarla.
January 7, 2019
Lolita, Vladimir Nabokov | Lunes de lecturas
[image error]Ciertas obras maestras resultan un arma de doble filo dependiendo de quién afirme que se cuentan entre sus favoritas. Por lo general (quizá un efecto secundario de haber estudiado literatura en la universidad) desconfío de los hombres que aseguran que El club de la lucha o La naranja mecánica son sus libros favoritos, a no ser que muestren indicios de comprender que estas obras se tratan de deconstrucciones y de que los hechos narrados en ellas no están ahí para ser glorificados. Están ahí porque están ahí. Porque ocurre. Porque la violencia es una parte más de nuestras vidas, e ignorarla soluciona muy poco.
Esta desconfianza no nace de un lugar de esnobismo, creo. Simplemente, ciertas obras que tratan de denunciar ciertos temas acaban romantizándose precisamente debido a aquello que intentaban combatir. Lolita, de Vladimir Nabokov, es una de ellas.
La glorificación alrededor de la obra maestra de Nabokov es tan profunda que Instagram ha eliminado el hashtag nymphet (la palabra con la que Humbert Humbert, el protagonista, describe a las niñas de entre 9 y 12 años hacia las que se siente sexualmente atraído). Nymphet es, además, una palabra utilizada por una comunidad bastante numerosa de adolescentes y mujeres jóvenes que se toman fotografías sugerentes con ropa y lencería inspiradas por las adaptaciones cinematográficas de Lolita. La variante nymphette, que Instagram todavía no ha vetado, nos devuelve más de cien mil fotografías de usuarias que ven a Dolores Haze como a un modelo a seguir y no como a una víctima.
He estudiado a Nabokov en la universidad y siempre he sabido que sus intenciones a la hora de escribir Lolita eran las de exponer la pedofilia, no las de defenderla. En varias entrevistas, de hecho, Nabokov califica directamente a Humbert Humbert de monstruo. Acerca del nombre repetitivo, el autor comenta que es “a hateful name for a hateful person“. En una entrevista para el Paris Review añade: “Humbert Humbert is a vain and cruel wretch who manages to appear “touching””.
A pesar de conocer la intención del autor, el romanticismo injusto alrededor de la novela me frenó a la hora de tomarla. Hasta ahora. Y me alegro muchísimo de haberlo hecho.
Lo primero a destacar de Lolita (o de cualquier obra de Nabokov) es el lirismo de la prosa. Nabokov tiene un estilo muy preciso y muy poético en el que abundan las metáforas, los monólogos internos, los simbolismos y las referencias culturales. Un estilo que, quizá, no sea para todos (a mí personalmente me fascina) pero que está muy justificado en el caso de Lolita. Humbert, el narrador, es un hombre de clase privilegiada que ha recibido unos estudios también privilegiados además de contar con una experiencia internacional que explica los diversos términos franceses esparcidos por la obra. Para más inri, su carácter snob, altanero y ególatra defiende también el uso de un estilo tan recargado e introspectivo.
Hablando de Humbert, una de las características más interesantes de su narración es el hecho de que esta no es fiable. En numerosos puntos a lo largo de la novela se implica que Humbert no nos está contando la verdad o que solo lo está haciendo a medias; esto es particularmente palpable cuando describe las circunstancias de la muerte de la señora Haze y, sobre cuando, cuando describe el comportamiento de Lolita hacia él.
La novela, a través de los ojos de Humbert, revela la realidad de la pedofilia tal cual es. Puede adivinarse la figura del autor con la fría indiferencia de un etnólogo. Lolita no es una novela moral ni tampoco una novela que coja de la mano a sus lectores y les trate de indicar qué conclusión sacar. Lolita describe una realidad terrible y aberrante, sí, pero todos los juicios son responsabilidad del lector. Esto es quizá lo que haga de este libro una obra maestra: Humbert Humbert es una personalidad repugnante, pero Nabokov no hace uso de clichés ni de elementos caricaturescos para que lo odiemos; lo hacemos, simplemente, debido a su comportamiento. Tampoco hay excusas hacia la pedofilia de Humbert (sí hay una explicación un tanto freudiana de por qué se siente atraído hacia las niñas, pero esta explicación nunca lo justifica) ni se trata de victimizar a Dolores Haze mediante recursos melodramáticos. Dolores Haze es una víctima debido a sus circunstancias no debido a su carácter. De hecho, Nabokov se cuida mucho de no presentarla dulce, inocente y sumisa; Dolores es inteligente, con una lengua muy mordaz, y trata a Humbert con condescencia adolescente en más de una ocasión.
La novela, asimismo, carece de ganadores. Humbert, Dolores, la señora Haze… todos son figuras trágicas que reciben finales violentos no como castigo sino, simplemente, como una especie de desenlace inevitable de sus circunstancias.
Lolita es, sin duda, una novela imperdible con un trasfondo psicológico innegable, un retrato fiel y sin pelos de la lengua de la pederastia narrado con una de las prosas más características y estilísticamente perfectas del siglo XX.
January 6, 2019
Recap del 2018, propósitos literarios para el 2019 y el futuro del blog
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¡Hola a todos y felices Reyes! Espero que hayáis pasado un día magnífico a rebosar de roscón y regalos (a algunos por lo menos sé que Sus Majestades os han dejado mis libros ♡). Yo vuelvo de mis vacaciones con una vista atrás al 2018 y con la lista de propósitos literarios que me he marcado para el 2019…