Andrea Tomé's Blog, page 13
June 20, 2018
Cómo saber si un proyecto es el adecuado | Writing Wednesdays
[image error]
Muchas veces me preguntan en mi Curious Cat qué hacer con esos proyectos que parece que nunca podemos arrancar o cómo saber si X proyecto es el que debemos llevar adelante. Creo que la razón de ser de muchos de estos problemas es la procrastinación, uno de los demonios que más me acechan a la hora de escribir.
La procrastinación ataca especialmente a las personas como yo: perfeccionistas, con mentalidades de o todo o nada y muy altos estándares para con su propio trabajo. La procrastinación es otra palabra para el miedo. Procrastinamos cuando un proyecto nos parece demasiado complejo o cuando nos da la sensación de que nuestras habilidades no son suficientes para el trabajo a realizar. Procrastinamos para no tener que enfrentarnos a la dolorosa realidad de los escritores: tu manuscrito nunca va a ser tan espléndido como la idea que está en tu cabeza. Y aprender que eso está bien y que podemos trabajar con ese manuscrito hasta conseguir una buena novela es una curva de aprendizaje.
¿Cómo saber que no debes abandonar una novela a medias? Si te da miedo escribirla y si no puedes dejar de pensar en ella debes terminarla. Esto, naturalmente, es mucho más fácil decirlo que hacerlo.
¿Cómo dar jaque mate a la procrastinación y simplemente trabajar en ese proyecto? Bueno, para empezar…
Asegúrate de que es el momento apropiado para escribir esa novela. A lo mejor ese proyecto tan terrible te parece terrible en primer lugar por su complejidad, y a lo mejor resulta que ahora mismo estás trabajando en un proyecto de fin de grado o has empezado un nuevo trabajo o estás lidiando con problemas familiares y no tienes el tiempo y la concentración necesarios para ese proyecto en particular. Está bien. Respira. Tendrás todo el tiempo del mundo para perfilar esta novela; mientras tanto, puedes trabajar en los esquemas del argumento o quizá atacar otro proyecto más sencillo hasta que tus circunstancias cambien y puedas dedicarte al 100% a ese otro proyecto más complicado.
Date un tiempo. Si tienes algo con lo que trabajar, ya sean esquemas o una idea general en tu cabeza, a lo mejor estaría bien tomarte unos días libres para separar tu mente de a novela. Trata de ser estricto con este tiempo para no caer en la tentación de seguir procrastinando hasta la eternidad. Por ejemplo, otórgate dos semanas de vacaciones y luego empieza a escribir sí o sí.
Olvídate de contar palabras o ponerte metas muy estrictas. Aunque contar palabras, hacer maratones de escritura o planear nuevos hábitos pueden motivar mucho, a veces cuando te sientes bloqueado pueden pulsar el botón de perfeccionismo y resultar ser fatales. Simplemente trata de escribir con tanta frecuencia como te sea posible y tanto como te sientas cómodo cada día. Quizá te parezca que vayas a avanzar con más lentitud, pero también evitarás un bloqueo más grande cuando, inevitablemente, no logres alcanzar los objetivos tan ambiciosos que te has propuesto.
Empieza a relacionar cosas con tu proyecto. Esto es algo que hago yo para motivarme y, sorprendentemente, con el tiempo acabas engañando a tu subconsciente. Cada vez que te sientes a escribir ese proyecto prepárate un té especial o escucha un disco en concreto o enciende una vela aromática. Por ejemplo, mientras escribía El valle oscuro me aficioné al té verde con sakura y siempre ponía Atlas de Sleeping at last cuando me ponía a trabajar en Desayuno en Júpiter. Con el tiempo tu cerebro empezará a relacionar esas pequeñas cosas con “tenemos que poner mentalidad de escribir”, y te sentirás mucho más centrado en el trabajo.
Prueba nuevas alternativas. Este es quizá el punto más importante. No intentes logar nuevos resultados utilizando métodos que ya han fallado. Volvemos al principio: si tienes miedo de empezar pero no puedes dejar de pensar en la novela, escríbela. No caigas en la tentación de pensar que esta no es una buena novela solo porque tus intentos anteriores hayan fallado; ten fe en tu idea y en lo que quieres contar con esta historia y dale vueltas al argumento y a los personajes hasta que acabes logrando un producto del que puedas sentirte orgulloso.
Utiliza tu idea inicial para motivarte, no como algo sagrado. Pensar en la primera chispa de la que surgió tu novela funciona porque te recuerda que tienes algo que contar. Sin embargo, no es preciso ser fiel a esa primera idea porque no es un regalo del cielo. Piensa en esa idea como en una semilla o como en los ingredientes de una receta; tu trabajo va a cambiarla y para bien, para hacer crecer algo bueno y complejo.
June 18, 2018
Leah on the offbeat, Becky Albertalli | Lunes de lecturas
[image error]
Estos últimos meses, conscientemente, he intentado leer más libros sáficos por ninguna razón en especial otra que el hecho de que me apetecía descubrir romances entre mujeres.
Hace cosa de un mes, además, fui al cine a ver Love, Simon, la adaptación de Simon vs the Homo sapiens agenda, la novela anterior de Becky. Love, Simon me pareció entrañable, dulce, honesta e inteligente de la mejor manera en la que solo las manifestaciones culturales dirigidas a adolescentes pueden serlo. Supe enseguida que quería leer un libro de Becky, y puesto que Leah on the offbeat, que trata la bisexualidad femenina, acaba de salir a la venta, no me lo pensé demasiado.
Tengo que admitir que me habría gustado que este libro me hubiese convencido más de lo que lo ha hecho. Aunque la bisexualidad, como la homosexualidad en Simon, es tratada de manera muy real y natural, y aunque la novela además toca temas muy importantes que no se representan lo suficiente, como los microrracismos o crecer con menos medios que tus compañeros, narrativa y estilísticamente se me ha quedado floja. El argumento principal tarda demasiado en empezar, mientras que Becky se centra en diálogos superfluos que en la mayoría de los casos no llegan a ninguna parte. La evolución de los personajes no ha terminado de convencerme tampoco; los cambios no son graduales, sino que ocurren de repente y a veces sin argumentar por qué. Además, aunque resulta muy sencillo simpatizar con Leah en lo tocante a su sexualidad y a sus problemas económicos, hay otras ocasiones en las que se comporta de manera irascible sin motivo y es complicado no irritarse con ella. La prosa, plana y absolutamente repleta de referencias a la cultura pop que pueden alienar al lector, tampoco ayuda.
En definitiva, esta es una novela que, aunque me ha decepcionado, recomendaría por su representación de la sexualidad y por su sentido del humor. Si hubiese estado organizada de otra manera y si hubiese contado con una pluma más perfilada, la segunda novela del simonverse habría resultado mucho más atractiva.
June 1, 2018
Pequeña lista de autores nacionales que no perderte en la FLM
[image error]
¡Hola a todos y a todas desde el aeropuerto de Stansted! Estoy a una hora de embarcar y he pensado que podría aprovechar la ocasión para dejaros a algunos de mis autores favoritos que también estarán firmando en la Feria del Libro de Madrid.
Clara Cortés
Empiezo con ella porque va a estar firmando mañana de 12 a 14 y de 19 a 20 en la caseta de Plataforma Neo 287. También dará una charla conmigo e Iria G. Parente (moderada por Mar Donadieu del canal Unicornios y monstruos) de 17 a 18. Finalmente, firmará el viernes 8 de 18 a 19:30 en la caseta 94 y de 19:30 a 21 en la caseta 44.
Daniel Ojeda
Dani estará firmando HOY de 19 a 21 en la caseta de Kirikú y la bruja. También el sábado de 19 a 21 en la caseta de Turuletas y el domingo de 17 a 19 en la caseta de Sonrisas de papel.
Alba Quintas
Alba firmará HOY de 19:30 a 21:30 en la caseta 85, el domingo de 12 a 15 en la caseta 135, el viernes 8 de 20 a 21:30 en la caseta 113 y el sábado 9 de 12 a 15 en la caseta 135 y de 19 a 21 en la caseta 42.
Laura Tárraga
Laura presenta HOY su libro El imperio del sueño a las 18 en la Biblioteca Eugenio Trías. También firmará hoy de 19:30 a 21:30 en la caseta 135, mañana de 13 a 15 en la caseta 42 y de 18 a 20 en la caseta 135 y el domingo de 12 a 14 en la caseta 85 y de 17 a 19 en la caseta 135.
Victoria Álvarez
Victoria firma HOY de 20 a 21:30 en la caseta 113, mañana de 13 a 16 en la caseta 85 y de 18 a 20 en la caseta 108 y el domingo de 12 a 14 en la caseta 80 y de 17 a 19 en la caseta 177.
Iria G. Parente y Selene M. Pascual
Firmarán HOY de 19:30 a 21:30 en la caseta 42, mañana de 12 a 15 en la 135 y de 18 a 20 en la 85 y el domingo de 12 a 14 en la 108 y de 18 a 19 en la 87.
Chris Pueyo
Chris firmará HOY de 19 a 21 en la caseta 229.
Haizea M. Zubieta
Haizea firmará HOY a las 18:30 en la caseta 87. Además el sábado a las 11:30 participará en una mesa redonda sobre mujeres en la literatura en la capa central de la feria.
May 30, 2018
Lo que me hizo mejorar como escritora | Writing Wednesdays
[image error]
En el año entre mis dieciséis y mis diecisiete, creo, di el gran salto que me separó entre ser una escritora mediocre y una escritora decente.
Siempre había escrito, incluso antes de saber escribir, cuando obligaba a mi familia a escuchar las historias que me inventaba. Ese gran salto que me hizo mejorar se debe, estoy segura, a cuatro cosas:
Aventurarme a leer libros distintos. Hasta los trece años, más o menos, leía casi exclusivamente fantasía y terror. A partir de entonces empecé a incluir más géneros en mis lecturas; la histórica primero y la romántica y la contemporánea después, y a partir de los quince empecé a incluir más clásicos y más literatura adulta también. ¿Mis favoritos entonces? Sin destino de Kertesz, Tokio Blues de Murakami, El guardián entre el centeno de Salinger, Autobiography of a face de Grealy, La niña que iba en hipopótamo a la escuela de Ogawa y Rebeldes de Hinton. Naturalmente no hay géneros mejores que otros, pero sí ayuda mucho a la carrera de cualquier escritor ser lo más omnívoro posible y aventurarse en distintos géneros y distintas concepciones del relato.
Tomarme la escritura más en serio. A partir de los quince empecé a escribir un poquito cada día o casi cada día. Sé que lo digo siempre, pero si quieres ser escritor es hora de que empieces a tomarte la escritura como un trabajo más. Ser autónomo significa que tú eres tu propio jefe y, por tanto, la persona que se encarga de todo o casi todo. Tienes derecho a descansar y tomarte vacaciones, pero recuerda que las novelas no se escriben solas y el estilo no se perfila de un día a otro. La inspiración llega trabajando.
Compartir lo que escribo con los demás. Soy una persona introvertida y privada por naturaleza y suelo guardarme los manuscritos no corregidos con mucho celo (ahí también entra en cuestión lo perfeccionista e insegura que soy). Pero a los catorce, durante un curso de tres semanas en Ramsgate, Inglaterra, me di cuenta de lo valioso que es compartir tus borradores con los demás. En ese curso conocí, por primera vez en mi vida, a otra gente a la que le apasionaba tanto leer y escribir como a mí, y eso me animó primero a enseñar lo que escribía a otras personas y después a animarme a escribir a cuatro manos con una compañera. El resultado de nuestra colaboración fue un manga basado en una historia original mía, Halo, e ilustrado por mi amiga (aquí tenéis su página en Facebook).[image error][image error]
Interioriza el feedback que te den. A los dieciséis me presenté por primera vez al concurso Jordi Sierra i Fabra para escritores menores de dieciocho años. Lo más maravilloso del concurso (cuyo premio es ver tu obra publicada con SM) fue la carta que me enviaron un par de semanas después del fallo, una carta en la que el jurado te daba puntos como en una competición deportiva y explicaba el por qué de su decisión. Ese primer año mis notas fueron bastante bajas, lo que me entristeció al principio pero enseguida me motivó para convertirme en una mejor escritora. Le hice caso a las anotaciones del jurado (la más importante era que debía focalizar mejor mis historias) y me preparé mucho para el siguiente premio, decidiendo qué historia merecía la pena contar y documentándome y planificando la novela al máximo. Gracias a ello pasé de haber recibido una puntuación baja a quedar finalista en el Jordi y en el concurso de Plataforma Neo en el mismo año. De esos dos mini éxitos (y de la llamada de Jordi después de conocer el veredicto del jurado) también aprendí y seguí trabajando hasta que, al año siguiente, pasé de ser finalista a ganar el premio Plataforma Neo y ver Corazón de mariposa publicado.
May 23, 2018
Cómo corrijo las novelas | Writing Wednesdays
[image error]
Algo que muchos escritores detestan pero que yo personalmente adoro es el proceso de edición de una novela. Quizá sea debido a mi vena más perfeccionista, pero hay algo en el hecho de poder corregir un proyecto, de saber que un borrador no es definitivo, que resulta en cierto modo relajante.
Hay tantos modos de corregir una novela como escritores, por lo que en esta entrada no voy a repasar todos los métodos sino a centrarme en uno: el que utilizo yo. En siete pasos. Porque el siete es un número mágico y los que seguís este blog probablemente ya os hayáis dado cuenta de mi afición por las listas.
Corrige mientras escribes. Este primer paso es un poco peligroso porque corres el riesgo de estar constantemente corriendo en lugar de escribiendo. Lo que funciona para mí es retroceder cada cierto tiempo (normalmente cada cuatro o cinco capítulos, y aquí debéis tener en cuenta que mis capítulos suelen ser cortos y que una novela mía puede tener tranquilamente entre treinta y cincuenta capítulos) para releer y corregir las cosas que me chirrían o de las que no estoy segura. Aunque intento ser minuciosa, también procuro no dedicar demasiado tiempo a esta primera corrección. Si me quedo atascada en una palabra muy general y no se me ocurre una más específica, marco esa palabra en rojo para acordarme de trabajar más en ella cuando el borrador esté terminado y empiece la primera corrección detallada.
Para a mitad de la novela para reevaluar lo que has escrito. Al llegar más o menos al punto intermedio del manuscrito paro, releo todo lo que he escrito hasta ahora y, con la escaleta y los esquemas al lado, busco agujeros e inconsistencias en la trama. Aquí me dijo sobre todo en el ritmo, en la fluidez, en la caracterización y evolución de los personajes y en la verosimilitud de la historia. Si noto que la documentación no es suficiente, también es ahora cuando le dedico más tiempo.
Segunda relectura llegado el climax de la novela. En el climax, casi al final, me paro y releo otra vez todo lo que he escrito, nuevamente sopesando el ritmo, los personajes, la documentación y la verosimilitud. Principalmente lo que quiero aquí es asegurarme de que tiene sentido que el climax ocurra en este momento, y para que este sea más potente elimino o añado escenas.
Periodo de reposo. Una vez termino de escribir el manuscrito lo dejo reposar durante un par de semanas para salirme de la historia y tener la mente más clara una vez me ponga de nuevo a trabajar en él.
Primera corrección. O lo que en inglés llamaríamos light proofreading. Aquí lo que pretendo es corregir el estilo más que la historia, a no ser que repare en algún vacío argumentativo bastante gordo. El propósito es acabar con un borrador lo más “limpio” posible antes de empezar a corregir la trama en sí.
Segunda corrección. Esta corrección demanda una lectura aún más detallada. Aquí intentaré corregir todos los aspectos de la historia en sí que no acaban de convencerme o que me parecen inverosímiles. También compruebo que el estilo es lo más pulcro posible.
Hora de enviar el manuscrito a los lectores beta. Una vez que consigues un borrador lo más perfecto posible es el momento de compartir tu novela con los lectores beta. Como suele decirse, cuatro ojos ven más que dos, y los beta podrán reparar en inconsistencias e incluso errores ortográficos y gramaticales que a ti se te han pasado.
May 18, 2018
10 cosas que adoro leer en las novelas
[image error]
No soy la mayor lectora de fanfiction del mundo, pero a veces me gustaría que las novelas tuviesen etiquetas tan extensivas como los fanfics. Y no me refiero solo a trigger warnings (que ya implementan autores como Beatriz Esteban, lo cual me parece una iniciativa magnífica de la que más autores y editoriales deberían hacer uso) sino literalmente a etiquetas de tropes que pueden o pueden no tener relevancia en la trama pero que adoro leer. Mi top ten en ningún orden en particular, de hecho, sería:
Diálogos con errores gramaticales y palabras mal utilizadas. Porque en la vida real los diálogos son improvisados y, seamos sinceros, con regularidad cometemos fallos en los que no caeríamos escribiendo. Y eso está bien. Y es natural. Y al leerlo me resulta muchísimo más fácil creerme la historia.
Amistades que tienen razón de ser y que no están ahí solo porque resultaría extraño que el personaje principal no tuviese amigos. Aunque la trama principal gire en torno a algo completamente distinto, para mí es esencial que los personajes principales tengan relaciones de amistad y que estas relaciones evolucionen a lo largo de la historia con la misma profundidad que una relación amorosa, por ejemplo. Mi ejemplo favorito de relaciones de amistad bien desarrolladas son los capítulos de Anatomía de Grey, especialmente aquellos escritos por Shonda Rhimes; en ellos podemos apreciar el choque de distintas personalidades pero también la evolución (lenta y realista) de las amistades y cómo una amistad que acaba también puede romperte el corazón. Dentro de la literatura, dos autoras que a mi parecer representan la amistad muy bien son Maggie Stiefvater (especialmente en la saga The Raven Cycle) y Steph Bowe (tanto en La chica del lago como en Night swimming).
Los padres que se comportan como padres. Cuando leo juvenil, especialmente ahora que soy adulta (o intento de), me gusta que los padres sean realistas: que impongan normas (aunque estas signifiquen que lo tengas más difícil para implementar la trama que tienes en mente), que se preocupen por sus hijos, que castiguen a sus hijos (con razón y no solo para añadir drama a la trama), que tengan vida y hobbies más allá de sus hijos…
Similarmente, que los adolescentes se comporten como adolescentes. Este es el mayor motivo por el que no me gustan los libros de John Green. No quiero leer a un adolescente que suene como una persona de sesenta años particularmente pretenciosa. Estudié literatura en la universidad y, creedme, nadie en mi facultad hablaba utilizando el tipo de lenguaje que encontrábamos en los libros que teníamos que leer. Y no éramos adolescentes, por cierto. Quiero que los adolescentes de los libros hablen como adolescentes, pero también que hagan cosas de adolescentes como estudiar, causar drama sin sentido en sus amistades, hacer activismo político, tomar malas decisiones…
Las relaciones amorosas que se cuecen a fuego lento. Me gusta llamar a las cosas por su nombre y si la relación principal de una novela surge debido a la lujuria (que está muy bien) no hace falta venderla como una historia de amor. Todos conocemos a parejas que se toman las cosas sorprendentemente rápido, pero por regla general las relaciones llevan su tiempo incluso cuando los sentimientos llevan tiempo ahí. Quiero que los libros que leo reflejen eso.
Personajes queer que se relacionan con más personajes queer. Las personas que pertenecen al colectivo LGBT suelen relacionarse las unas con las otras. Aunque su grupo principal de amigos esté constituido en su mayoría por personas cishet, lo más probable es que tengan más amigos queer. Además, así se evita el tokenism de incluir a un personaje del colectivo en tu novela solo para otorgarte minipuntos de aliado.
Diversidad religiosa. Me gusta que mis libros incluyan el mayor número de puntos de vista posible en general, pero si hay algo que echo de menos es la diversidad religiosa. La religión es un elemento más o menos importante en la vida de muchas personas, y me parece valioso que se trate en las novelas, especialmente cuando la religión a representar es una de la que no se habla demasiado en las manifestaciones culturales.
Sentido del humor. Y me refiero a sentido del humor bueno, del que te hace reír y al que consideras inteligente sea cual sea el argumento del libro. A mí, personalmente, William S. Burroughs, J.D. Salinger y J.K. Rowling nunca me fallan.
Describir la moda de los personajes cuando tiene sentido hacerlo. Describir la ropa de los personajes porque sí me parece un no gigante en la escritura porque ni añade a la caracterización (generalmente) ni hace avanzar la trama ni, seamos sinceros, interesa mucho a los lectores (generalmente). Pero cuando tiene razón de ser (por ejemplo, si la moda es el trabajo o el hobby del personaje) y cuando el escritor sabe de lo que habla me parece una delicia. Algunos de mis ejemplos favoritos son Lola y el chico de al lado de Stephanie Perkins, P.S. I still love you de Jenny Han y The time-traveling fashionista de Bianca Turetsky.
Cuando los personajes sienten pasión por algo. Y no me refiero solo a la motivación que impulsa la trama, sino a pasión por sus hobbies aunque estos no tengan la mayor relevancia. Quiero sentir que los personajes son personas y que se mueven por algo.
May 14, 2018
Pages for you, Sylvia Brownrigg | Lunes de lecturas
[image error]
Hay varios libros que considero bien escritos, y que recomendaría a todos aquellos que se quieren dedicar a la escritura que los lean; solo hay unos cuantos, sin embargo, que considero realmente magistrales.
A Sylvia Brownrigg la elevo a la categoría de grandes autores como Joan Didion, Lucy Grealy, Carol Ann Duffy o Donna Tartt. Su prosa es auténticamente delicada y honesta, y su manejo de las técnicas estilísticas convierten cada página de Pages for you una lección para cualquier escritor.
Pages for you nos introduce a Flannery, una universitaria de primer año, y a Anne, su profesora de crítica de veintiocho años. Desde que se conocen fortuitamente en un diner, Flannery y Anne continuarán encontrándose en todos los sentidos en los que una persona puede encontrar a otra. Donde Flannery es ingenua, alegre e idealista, Anne es seca, orgullosa e inalcanzable. La relación entre ambas es una de balance de poderes, de autodescubrimiento y de seducción; es una relación realista y muy humana, llena de vulnerabilidades y miedo pero también de fuerza y de aprendizaje.
Aunque hay cierto desequilibrio en el argumento de esta novela (podemos dividirla en dos partes muy claras, la primera de ellas resultando mucho más fuerte que la segunda, donde ciertos aspectos de la trama empiezan a flaquear), el estilo tan cuidado y vívido de Sylvia, junto con la terrible dulzura de Flannery y el dulce terror de Anne, convierten a esta novela sáfica en un clásico moderno que todos, especialmente aquellos que amamos la literatura en lengua inglesa, deberíamos leer alguna vez en nuestras vidas.
Desde luego, Pages for her, la secuela de Pages for you publicada el año pasado, ya se encuentra en la lista de libros que leeré en el futuro.
May 9, 2018
Mind maps para escritores | Writing Wednesdays
[image error]
Cada persona tiene una manera distinta de aprender. Yo, por mi parte, soy una estudiante visual. Antes de embarcarme en cualquier proyecto necesito tener ante mí esquemas, mapas y gráficos que me ayuden a visualizar el problema desde una perspectiva más completa. Y con la escritura no es distinto.
Uno de los ejercicios que más me motivan para empezar un proyecto es crear mind maps. Es decir, un dossier (físico o digital) que contenga todas las cosas que me han inspirado para empezar a trabajar en ese proyecto. En vuestro mind map podéis añadir todos los elementos que queráis y que os resulten necesarios junto con una breve explicación de por qué eso os ha inspirado y qué aspecto de la novela han influenciado. Lo que yo suelo incluir, por poner un ejemplo, es:
Los libros similares al que yo voy a escribir (siempre anoto en qué sentido son similares al mío pero también qué es lo que hace que mi proyecto se diferencie de ellos). Las categorías que utilizo para clasificarlos son las siguientes: diálogo, atmósfera, tono, temas, técnicas estilísticas, personajes, estilo, imágenes y simbolismo.
Las películas y series que tienen una técnica o una atmósfera similares a las de mi novela (aquí me fijo mucho en la fotografía, el ritmo, el foco de la cámara, las paletas de color…). Por ejemplo, estos tres fotogramas de The Pacific me sirvieron de inspiración para escribir la tercera parte de El valle oscuro.



Moodboards de personajes. Suelo hacerlos de los personajes principales y también de los secundarios que más peso tendrán en la trama. Este paso todavía no incluye biografía de los personajes ni ningún dato, solo visuales que me ayudan a mantener el tono. Por ejemplo, este que hice de Judith del #ProyectoLuna.
[image error]
Ficha corta de personaje. Intento mantenerla de una carilla de largo como máximo. Los elementos que incluyo son las características principales del personaje, su MBTI, su eneagrama, su casa de Hogwarts (es una tontería pero ayuda muchísimo a establecer el foco del personaje), su signo del zodiaco (de nuevo, parece una tontería pero te ofrece una serie de rasgos y una manera de actuar, por lo que es una buena manera de empezar la caracterización) y su alineación moral, junto con una imagen que me recuerde al personaje. Por ejemplo, esta es la ficha de Andy de el #ProyectoLuna.
[image error]
Arte que os haya inspirado en la novela o en sus personajes. Yo, personalmente, siempre siento ganas de escribir cada vez que veo el trabajo de mi amiga Henna Faunway. Estas dos piezas, por ejemplo, me ayudaron con la caracterización de Harlon y Saul de Desayuno en Júpiter, respectivamente.


Canciones que os recuerden a vuestra novela. Yo nunca lo hago, pero podéis crear toda una lista de reproducción si queréis.
Como he dicho, las posibilidades son infinitas y podéis añadir todos los elementos que queráis a vuestros mind maps. Recordad que su propósito es motivaros para continuar y recordaros por qué empezasteis a escribir esta novela en particular.
¡Mucha suerte con todos vuestros proyectos!
May 2, 2018
Más consejos de becaria | Writing Wednesdays
[image error]
Los que me seguís en las redes sociales ya estáis al tanto de que hace algo más de una semana que estoy de prácticas en Sheil Land Associates, una agencia literaria londinense. La mayor parte del tiempo lo paso en la oficina grande del ático, maquetando ebooks, diseñando portadas en InDesign y llevando la cuenta de la agencia en Kindle (sobre todo esto puedo escribir otra entrada, si os interesa). A veces, cuando me necesitan, también leo y evalúo manuscritos. Por eso hoy os dejo con cinco consejos de becaria más para que vuestras propuestas editoriales sean tomadas en cuenta.
No comparéis vuestra obra con la más popular de su género. Está muy bien que hagáis referencia en vuestra carta de presentación a otras novelas dentro de vuestro mismo género: esto demuestra al editor que sois conscientes del mercado y de las posibilidades de vuestra novela en el mismo. Sin embargo, comparar vuestro manuscrito con el libro más popular no os beneficiará, en primer lugar porque os hará parecer pretenciosos, en segundo lugar porque no dice nada de vuestro conocimiento del mercado (incluso la gente que no lee ha oído hablar de Harry Potter o La chica del tren) y en tercer lugar porque los best-sellers son la excepción, no la norma.
Sabed qué género estáis escribiendo. Parecerá una tontería pero asegurar que vuestra novela pertenece a un género en vuestra carta de presentación y que luego resulte que pertenece a otro muy distinto hará ver al editor que no tenéis demasiada idea de la industria a la que queréis entrar. Lamentablemente el mercado editorial está muy saturado y cualquier detalle puede ayudaros o condenaros.
No tengáis miedo a no ser originales. Muchas veces he tenido que decir que no a manuscritos cuya originalidad era su único punto a favor, mientras que les he dado el visto bueno a novelas que tratan un tema bastante trillado en literatura pero desde un punto de vista innovador o con una calidad impresionante. Ya se ha escrito sobre casi todo y una buena pluma y una buena estructura narrativa siempre son bienvenidos en el mercado editorial. Además, en su afán por ser lo más originales posibles, muchos autores acaban escribiendo obras inverosímiles que impiden que el lector se identifique con ellas.
Cuidado con los saltos entre los puntos de vista. Los que me leéis ya sabéis que siento debilidad por las novelas escritas desde varios puntos de vista; creo que esta es una técnica que da mucha dimensión a una obra y que permite al lector considerar otras posibilidades y simpatizar con una variedad de personajes. Sin embargo, es preciso tener cuidado. Primero, si utilizáis varios puntos de vista en primera persona tenéis que haceros cargo de que cada narrador posea un tono
único y acorde a su personalidad y sus experiencias (si escribís desde varios puntos de vista en tercera persona también sería positivo que cada focalizador tuviese un tono propio, pero en este caso no hacerlo es más permisible). Además, escribáis en la persona que escribáis, es preciso que tengáis cuidado con el ritmo; demasiados cambios de punto de vista demasiado rápido solo conseguirán desconcertar y confundir al lector; excepto en casos muy puntuales (como efecto dramático, por ejemplo), intentad mantener un solo punto de vista durante al menos una página antes de cambiar de perspectiva.
Documentaos bien. Especialmente si escribís histórica (la semana pasada escribí sobre ello) o sobre temas médicos. Es apabullante la cantidad de manuscritos que recibimos que están plagados de errores factuales o anacronismos que podrían haber sido corregidos con tan solo un poco de documentación. Si vuestra novela contiene datos erróneos o improbables solo para crear conflicto (como esos personajes que despiertan de repente de un coma y, para más inri, sin secuelas) lo que conseguiréis será parecer vagos.
Aquí os dejo esta semana. Mientras tanto, no dejéis de escribir, de leer y de leer sobre escribir.
April 30, 2018
The right thing to do at the time, Dov Zeller | Lunes de lecturas
[image error]
The right thing to do at the time es el retelling queer y judío de Orgullo y prejuicio que nos merecemos.
Dov Zeller, con sus observaciones agudas y su sentido del humor espléndido, nos sumerge de lleno en las vidas de Ari (un chico trans que toca el piano e intenta navegar en el mundo de los adultos) e Itche (el mejor amigo de Ari, el nervioso, inseguro, amable y sarcástico Itche) en Nueva York. Ambos pertenecen a dos familias judías de clase media, ambos se enfrentan a su soltería y ambos se sienten muy, muy perdidos. A lo largo de esta novela seguiremos a Itche en su intento por conquistar a la famosa actriz Talia Weisbaum, a Ari irritándose ante la snob Helen y a ambos tratando de proteger su amistad frente a todo.
Con sus diálogos ágiles y realistas, sus reflexiones inteligentes y su magnífica ambientación, esta novela conquistará por partes iguales a los lectores de Jane Austen (que sonreirán al encontrar a Lizzie Bennett en Ari y a Jane en Itche), a aquellos que buscan una lectura new adult genderqueer y a los amantes del humor ácido y los personajes con un buen sentido de la ironía.
Esta no es una obra que devorar con prisas. Su ritmo es lento, permitiendo que conozcamos a la perfección a protagonistas y secundarios por igual, e invitándonos a bucear en las fiestas y el encanto mágico de Nueva York.
Una novela imprescindible para los millennials.