Andrea Tomé's Blog, page 15
January 17, 2018
5 poetas de spoken word que debes escuchar
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Spoken word es el híbrido entre el rap más activista y subversivo y la poesía libre de toda vida. Es, más o menos, lo que ocurriría si Allen Ginsberg y Tupac tuviesen un hijo. También es, coincidentemente, una de mis obsesiones.
Adoro lo honesta que es la spoken word, lo cruda, lo real, lo desgarradoramente transparente que es. Estoy convencida de que es el micrófono que la Generación Z y los millennials utilizamos para despertar a la sociedad que nos oprime. Últimamente escucho spoken word antes de sentarme a escribir. Llamadlo canalización de la rabia, si queréis, aunque para mí siempre será más parecido a perderse en un museo de palabras.
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Savannah Brown, creo, fue la primera poeta de spoken word que escuché. O tal vez la primera que me sorprendió. Sav empezó a hacerse conocida hace unos años, después de que su spoken word What guys look for in girls se volviese viral. Sav escribe sobre la salud mental (ella sufrió anorexia, como relata en otro de sus poemas, Skinny girls bleed flowers), crisis creativas y muchos otros temas. Lo que me atrae de su escritura son las metáforas tan coloridas que usa y por no sentir miedo del factor shock. En 2016 publicó su primer libro de poemas, Graffiti. Podéis seguirle la pista a Sav en su canal de YouTube.
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Dottie James quizá sea mi poeta de spoken word favorita. Adoro la magia que hace con las palabras, su sensibilidad y el modo en el que sus poemas son extrema dulzura en un verso y rabia incontrolada en el siguiente. Con una fotografía y edición impecables, Dottie habla sin tapujos de la depresión (como en su poema Happy), los cánones de belleza (Unfortunately beautiful) y la identidad (Who am I?). Podéis seguir a Dottie en su canal de YouTube.
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Blythe Baird mostró la cara más honesta y cruda de los TCA con su poema When the fat girl gets skinny. Blythe también escribe sobre feminismo (She doesn’t need to see the menu) y trauma (For the rapists who call themselves feminist). Blythe Baird es activa en YouTube.
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Lionheart probablemente sea uno de los poetas con más futuro de nuestra generación. En Pretty Hurts analiza la superficialidad y las injusticias de nuestra sociedad. Lo que separa a Lionheart del resto es su magistral combinación de su spoken word con covers de artistas actuales; así conseguimos obras tan directas como Tweet all about it y All of me. Podéis seguir a Lionheart en su canal de YouTube.
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ClickForTaz es una de las poetas de spoken word más activas en las redes sociales. Se hizo viral gracias a sus poemas sobre la depresión, como I’m not okay). Taz también escribe sobre imagen corporal (I’m ugly) y relaciones (When you love the wrong person). Taz también da conferencias y documenta su vida a través de su canal de YouTube.
January 13, 2018
Cómo ser más productivo en 2018 | Consejos para escritores
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Si hay algo por lo que admiro a mi yo del 2015 es por su disciplina. Y esto, viniendo de una persona que ha tenido una relación muy tóxica con la disciplina y el perfeccionismo, es decir mucho. Disciplina no es quemarte para producir tu mejor trabajo, porque en el momento en el que tocas el burnout point ya eres incapaz de producir tu mejor trabajo; disciplina es conocer tus límites y aprovecharlos al máximo, sabiendo diferenciar entre las excusas y la necesidad genuina de descansar.
Mi yo del 2015 escribía absolutamente todos los días, aunque fuese un párrafo, y alcanzar ese nivel de productividad es uno de mis propósitos de año nuevo desde entonces. Llevo un par de años en los que compagino meses de bloqueo creativo con meses de productividad altísima, y aquí tenéis algunos de mis consejos para convertir ese desequilibrio en productividad sana e inspiradora en lugar de en un régimen de auto-odio que conseguirá que detestéis vuestro trabajo.
1. Fake it til you make it. Una de las cosas más maravillosas y, al mismo tiempo, peligrosas de ser escritor es que puedes trabajar en cualquier sitio y bajo cualquier circunstancia. ¿En pijama y en la cama? Un sueño hecho realidad, pero a muchos (yo incluida) nos arrastra a acabar en Twitter, Tumblr e Instagram en lugar de trabajar. Mi regla de oro antes de empezar una sesión de escritura es fingir que estoy en un ambiente de oficina real. Tomarme la escritura como un trabajo es muy importante para mí, de modo que intento escribir en el escritorio siempre, con suficiente visibilidad, acceso a Internet limitado, y vestida y arreglada como si estuviese en un puesto de trabajo normal. Parecerá una tontería, pero obra milagros a la hora de discernir el tiempo de relax del tiempo de trabajo.
2. Prepara tu propio horario. Algunos escritores (por ejemplo, Stephen King) creen que lo ideal es trabajar siempre el mismo número de horas y siempre en la misma franja de tiempo. Yo, y creo que muchos universitarios estarán de acuerdo conmigo, creo que no es necesario ser tan estricto. En otras palabras: lo importante no es escribir todos los días de ocho a doce, por ejemplo, sino reservar un hueco para escribir todos los días. Lo ideal, en mi experiencia, es un mínimo de una hora, pero también puede funcionar con treinta minutos (menos ya me parece terreno arriesgado). Esto está relacionado con el primer punto: si quieres ser escritor es preciso que te tomes la escritura como un trabajo, de modo que reserva un par de horas para estar completamente focalizado en tu novela.
3. Las apps pueden ser tus amigas. Momentum es mi app para Chrome (también está disponible para otros navegadores) preferida para ponerme en el mindset productivo. Puedes configurar Momentum como tu pantalla principal en el navegador, de modo que cada vez que abras Internet o una nueva pestaña te encontrarás con una imagen de un lugar del mundo, una cita inspiradora (estos dos elementos cambian todos los días), una lista de tareas y tu foco del día (el mío, lo habéis adivinado, suele ser la escritura). Otra de mis apps por excelencia es Evernote, un sistema de libretas electrónicas que podéis utilizar en vuestro ordenador, smartphone o tablet y que también podéis compartir con quien queráis para editarlo juntos. Evernote es donde guardo la inspiración y la planificación de mis novelas, y también donde me pongo recordatorios para hacer ciertas tareas.
4. Pero recurre al modo avión de tu móvil. Antes de ponerme a escribir me aseguro de que mi móvil está en modo avión para que no me molesten las notificaciones y para no caer en la tentación de entrar en Twitter o responder a un par de WhatsApps. La conexión a Internet de mi portátil suelo respetarla para escuchar música en Spotify y por si me entra alguna duda de última hora con la documentación o necesito googlear una referencia rápido. Para evitar tentaciones suelo dejar abiertas las pestañas que probablemente utilizaré: Momentum, Evernote, la RAE (por los galicismos que siempre se me escapan) y un traductor (bilingual kid problems). Si aún así consideráis que la posibilidad de tener Internet es demasiado arriesgado, podéis recurrir a un bloqueador de páginas web y restringir el acceso, por ejemplo, a las redes sociales mientras estáis trabajando.
5. Evita levantarte y romper el momentum. Antes de ponerme a trabajar me aseguro de tener a mano: agua y una bebida caliente, snacks (generalmente fruta o barritas de cereales porque no me gusta mucho comer mientras escribo), mi agenda, mi libreta de tomar notas, bolis, pañuelos y una capa más de ropa por si me entra el frío. Evidentemente, tú puedes personalizar tu kit de escritura, así que piensa en las cosas que sueles necesitar mientras escribes para evitar levantarte a buscarlas y perder la concentración.
6. Aprovecha las horas muertas. Aunque ya hayas reservado tu huequito de escritura, este es un salvavidas para los días más caóticos, y es especialmente crucial para los que estudiamos o trabajamos (¡O ambas cosas!). Si tienes un viaje en transporte urbano de por medio o una hora libre, aprovecha la ocasión para ponerte al día con la escritura. En mi experiencia, la presión de saber que solo tienes unos minutejos agudiza la creatividad y estas suelen ser algunas de mis sesiones más interesantes y productivas.
7. Júntate con gente creativa. Cuando me siento un poco estancada me encanta tener citas de escritura con mis amigos escritores. A veces todo lo que necesitas es una cafetería chula y una persona con la que sufrir las inseguridades del escritor para darle caña a tu manuscrito.
8. No te olvides de consumir manifestaciones culturales. Para mí no hay duda, cuantos más libros leo y cuántas más películas veo y cuántos más museos visito, más inspirada estoy para trabajar en mi propia creatividad. Pocas cosas me motivan tanto como consumir las obras de arte que han producido otros antes que yo, así que asegúrate de no descuidar tus horas de lectura por tus horas de escritura. Como siempre, el aprendizaje pasivo y el aprendizaje activo van mano a mano; no puedes crecer como escritor sin echarle un vistazo antes al mundo que te rodea.
9. Asegúrate de que tu espacio de trabajo está ordenado. Cuanto peor está mi salud mental, más desordenado está mi espacio de trabajo y menos productiva soy. La clave está en dar pequeños pasos. Está bien si no tienes la motivación o energía de hacerle un remake a toda tu casa o tu habitación, pero trata al menos de ordenar tu mesa de trabajo antes de sentarte a escribir. A mí, desde luego, tener una mesa ordenada me ayuda también a ordenar mi mente y a tener las cosas claras.
10. Descansa. Es crucial, pero muchas veces se nos olvida. Aprende cómo funciona tu cuerpo y descansa acordemente. A algunos escritores les ayuda el método 20/5 (trabaja durante veinte minutos seguidos y descansa cinco), mientras que otros preferimos trabajar muchas horas seguidas y después tener un descanso más largo. Estudia tu propio cuerpo y no te sientas mal por descansar. Trabajar hasta quemarte, como he dicho, no es la solución. Cuídate y tu cerebro te lo agradecerá.
January 9, 2018
Algunos de los blogs que sigo
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Como lectora, como escritora y como futura editora creo que las redes sociales son una de nuestras herramientas más poderosas para comunicar y estar al día en el mundo literario. Aunque confieso que puedo pasarme horas dando like a fotos de bookstagram o viendo vídeos en booktube, he de admitir que los blogs de toda la vida siguen siendo mi plataforma favorita para mantenerme conectada con la actualidad editorial. Hay algo ciertamente relajante en leer las entradas de un blog, y estos son solo algunos de los muchos que sigo.
Empiezo con el blog de una de las compañeras de profesión a la que más admiro, tanto profesional como personalmente. Aunque nunca se lo haya dicho, lo cierto es que Bea ha sido una de las personas que me ha inspirado para animarme a abrir este blog de una vez por todas (¿¿¿Cómo pude haber tardado tanto???).
En su página, Bea publica reflexiones sensibles e inteligentes sobre el oficio de la escritura, así como entradas sobre salud mental imprescindibles.
Este blog, recomendado por una compañera de clase, es posiblemente uno de los más completos en el mundo literario y editorial. Jane no solo escribe sus propias entradas sobre libros y edición, sino que además cuenta con numerosos colaboradores de diversos aspectos del mundo editorial (desde escritores a editores) para compartir su punto de vista. Si quieres estar al día de lo que se cuece en la industria o si quieres perfeccionar tu novela (¡O ambos!), Jane es tu chica.
Tal vez el blog literario más adictivo que he encontrado hasta la fecha. En él no solo podréis encontrar reseñas, sino también debates literarios sobre temas muy candentes, ayuda para blogueros, tests de personalidad literarios (¿Veis a lo que me refería cuando dije que es adictivo?), entrevistas a blogueros y un meme semanal de preguntas sobre clásicos literarios (Lo dicho: ADICTIVO).
Con un diseño maravillosamente atractivo y limpio y una fotografía inmejorable, Two book thieves es el blog más estéticamente atrayente que os traigo. Lejos de ser solo una cara bonita, Two book thieves os conquistará con sus reseñas amenas y detalladas y con sus entradas de estilo de vida. Además podréis encontrar entrevistas, unboxings, tags y blog tours.
Este blog es una joya. Su autora, Cristin, reseña libros (pero también películas y series) desde un punto de vista psicológico (ella es graduada en psicología). Un blog magnífico para haceros pensar sobre las manifestaciones culturales que consumimos y cómo las enfermedades y los trastornos mentales son representados en ellas (algunos con más mérito que otros). También podéis echarle un vistazo a otros de los proyectos de Cristin ajenos al blog y centrados en la discapacidad.
El primer blog de escritura que me fascinó. El estilo literario de Gabriella, sea en ficción o en formato blog, es tan exquisito que solo por él deberías seguirla. Pero no solo eso. Sus consejos de escritura me parecen de los más aplicables que he leído, y la verdad es que sigo volviendo a su blog y a entradas que ya he leído al menos cinco veces más una y otra vez. Blog imprescindible para cualquier escritor, novel o profesional.
Y el primer blog literario que seguí, allá por el 2011 cuando todavía se llamaba Hey! Teenager of the year.
Además de ser autora juvenil (ha publicado Girl saves boy, publicado como La chica del lago en España, y los todavía inéditos en nuestro país All this could end y una de mis lecturas favoritas del 2017, Night swimming), Steph tiene el mérito de ser una de las primeras blogueras literarias de Australia en volverse realmente grande (de hecho, consiguió publicar su primer libro a los 16 años gracias a la blogosfera). Steph es divertida e inteligente, y en su blog podréis seguir no solo su camino como escritora, sino también leer sus reseñas literarias y otras entradas sobre literatura y su experiencia siendo educada en casa en lugar de asistir al instituto.
January 5, 2018
La importancia de los silencios en la escritura
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Hoy me preguntaron en mi curiouscat que describiese mi estilo de escritura actual y al responder mencioné, entre otras cosas, el subtexto. A partir de ahí me llegó otra pregunta pidiéndome que lo explicase, y lo hice a rasgos muy generales, por lo que quiero explayarme más aquí.
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Silencios. Son extremadamente valiosos, y con toda probabilidad el mayor exponente de su poder sea Ernest Hemingway con su relato Hills like white elephants, en el que el sujeto del conflicto no es mencionado ni falta que hace para que el lector lo interprete. No voy a engañaros, es difícil escribirlos. La clave, como siempre, reside en conocer bien a nuestros personajes, y esto en escritura se traduce por conocer sus deseos y sus miedos; por despellejarlos emocionalmente, por ponerlo de alguna manera.
El subtexto es la materia que crea una buena escena. Una vez conoces los deseos, frustraciones, secretos y miedos de tus personajes como te conoces a ti mismo y una vez se los hayas mostrado también al lector, puedes jugar con ellos. Dejadme que os repita algo importante antes de continuar: es preciso que les hayáis dado a los lectores las claves para interpretar los silencios. Si cuentas en vez de mostrar y si los deseos y miedos de vuestros personajes no quedan claros luego no vengáis diciendo que vuestros lectores no saben interpretar silencios; lo que no saben es ser adivinos, porque una cosa es escribir vacíos textuales y otra muy distinta omitir información y pretender que los lectores interpreten el texto de la manera que tú quieres.
Dicho esto, aquí os dejo una lista de algunas de las muchas maneras con las que podéis jugar con los silencios y el subtexto.
1.El simbolismo. Quien me haya leído sabrá que ADORO el simbolismo. Aquí cada autor es diferente; a mí, personalmente, me encanta hacer malabares con simbolismos bíblicos y artísticos. Una manera de conferir información sin escribirla textualmente es con imágenes a las que los lectores puedan atribuir in significado. Esta manera, de hecho, es muy prominente en el cine, de modo que si sois escritores visuales como yo probablemente os decantaréis mucho por ella. ¿Un ejemplo? La muerte de Enjolras y Grantaire en Los Miserables.
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La imagen no solo evoca a La Pietà, sino que además define a Enjolras como líder y a Grantaire como el que lo admira. Y LA COSA VA A MÁS. Se pierde en las traducciones, pero en el original francés se dice que Grantaire, al morir, cayó como golpeado por un coup de foudre, un eufemismo que se refiere al enamoramiento (como el flechazo en español). ¡Bum, subtexto homoerótico!
2.Jugando con lo que el personaje no sabe pero el lector sí. En uno de mis libros favoritos, Sin destino, del que a estas alturas probablemente esteis cansados de oírme hablar, el protagonista-narrador, un chico de catorce años, es enviado a un campo de concentración. Puesto que él tiene catorce años y ha crecido en la Hungría anexionada y, por tanto, inculcado en la superioridad de los alemanes, no considera su situación como tan terrible y muestra un optimismo sorprendente para los lectores que conocen la realidad de la Shoah y que pueden adelantarse a lo que va a ocurrir a continuación. Ejemplo: esta descripción de Auschwitz.
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3.Mediante el lenguaje corporal de nuestros personajes. De nuevo, podemos ver esto en muchas películas. Si nuestros personajes dicen una cosa pero su lenguaje corporal expresa otra, los lectores sabrán captar que están mintiendo y por una buena razón. Ejemplo de Summer 1943, una de las historias que escribí para mi clase de escritura creativa en Kingston:
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Ninguno de los dos personajes dice nada, pero juzgando su lenguaje corporal podemos determinar que:
a) La presencia del hermano incomoda a Marion.
b) El hermano no solo es consciente de ello sino que además disfruta de la situación.
4.Mediante los diálogos. Lo que dicen los personajes (y cómo lo dicen) es tan importante como lo que no dicen, excepto porque quizá lo que no dicen sea, de hecho, más importante. ¿Os acordáis de Hills like white elephants? A lo largo del relato vemos a la protagonista femenina decirle a su pareja que las colinas parecen elefantes blancos, y también vemos a su pareja cambiando de tema para hablar del alcohol. Los problemas de comunicación entre ellos son latentes desde el primer párrafo, y no hace falta leer mucho para caer en la cuenta de que, además, probablemente hay algo de lo que los personajes no quieren hablar. Tanta conversación sobre temas superfluos (dos conversaciones unidireccionales y superpuestas, de hecho) no puede ser normal. Después, como un golpe, nos encontramos con esto:
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No es necesario escribir la palabra aborto para saber que los personajes están discutiendo sobre ello. Y no hace falta explicarle al lector con pelos y señales los problemas de esta pareja porque pueden sacarse perfectamente de la conversación: ninguno de los dos entiende al otro (de hecho, cada uno saca las conclusiones que le sale del higo) y, para colmo de males, el hombre trata a la mujer como si fuera una cría.
5.Mediante un unreliable narrator. Y aquí, amigos míos, el maestro es J.D. Salinger con Holden Caulfield en El guardián entre el centeno. Para empezar, a los pocos capítulos el propio Holden nos dice que es “the most terrific liar you ever saw in your life”, lo cual, bueno, no inspira mucha confianza, qué quieres que te diga. Para más inri, a lo largo del texto somos testigos de lo mucho que exagera Holden y de las inconsistencias en el relato que nos está contando. Aquí lo que no nos cuenta Holden es lo que nos ayudará a caracterizarlo y a partir sus mentiras y exageraciones podremos descubrir lo inmaduro e inseguro que Holden es en realidad.
6.Mediante lo que los personajes sí te dicen pero no te explican. Porque las verdades duelen, a veces lo que los personajes sueltan de corrida y sin darle mucha importante dice mucho más sobre ellos y su situación que los episodios que sí se toman el tiempo de detallar. Por ejemplo, el párrafo introductorio de The loneliness of the long-distance runner, de Alan Sillitoe.
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Running had always been made much of in our family, especially running away from the police. Y en una frase caracterizas a un personaje y le cuentas al lector todo lo que tiene que saber sobre su background.
7.Mediante las extended metaphors. Adoro las metáforas y lo sabéis. Las buenas metáforas. Las metáforas que te hacen temblar y te transmiten toda la información que el autor se calla. Las extended metaphors son un paso más allá, una metáfora que sigue y sigue y que conduce al lector a lo que es verdaderamente importante. Otro de los relatos de mi clase de escritura creativa, Lazarus, empieza y termina con una extended metaphor.
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El relato comienza con una mujer húngara (país predominantemente católico) a la que intentan dominar mediante la doctrina (o, para ser más precisos, una interpretación incorrecta de la doctrina).
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Y termina con esa misma mujer cogiendo el elemento con el que la atacaban (la religión) y reapropiándolo para defenderse.
Como veis, hay varios métodos mediante los cuales hacer uso de los vacíos textuales. Los que os he expuesto aquí son solo la punta del iceberg, de modo que no tengáis miedo de experimentar con vuestra propia escritura. Ante todo recordad la regla de oro: es preciso darle a vuestros lectores la información suficiente sobre el contexto y los personajes para que puedan leer los vacíos correctamente.


December 7, 2017
La maravilla de las clases de escritura creativa
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Voy a confesaros una cosa por la que odio a mi yo de diecisiete años: tengo un pasado bochornoso como snob literaria. Los snobs literarios, para los que tengáis la fortuna de no haber conocido nunca a uno, son básicamente ese tipo de personas irritantes que te juzgan por los libros que lees, que tienen ideas inamovibles de lo que es buena literatura y lo que no, y que defienden ideas ridículas como que el talento es básicamente innato y, si no lo tienes, quizá deberías ir a plantar judías o algo. Por casualidades de la vida, los snobs literarios también son uno de mis tipos de personas menos favoritos. Y yo, cuando empecé a tomarme la escritura en serio y como un trabajo en lugar de como un hobby más, fui uno de ellos.
Además de haber tardado muchísimo en descubrir libros magníficos, ser una snob literaria me privó de haber participado en una clase de escritura creativa. Por supuesto, mi yo de diecisiete años estaba convencida de que la escritura es algo que no se puede aprender y que solo aquellos que realmente apestan como escritores estarían dispuestos a ir a una. Oh, que estúpida, condescendiente e ingenua era.
Mi primera experiencia con la escritura en un ámbito, digamos, académico fue a los diecinueve años, cuando ya era autora profesional y, gracias a Dios, una snob literaria retirada. Esa primera experiencia también resultó ser mi primera vez como moderadora, y no alumna, de un taller literario. Qué magnífica y estresante manera de tirarse a la piscina. Esto fue en junio de 2014, en la librería Cronopios de Santiago, y os aseguro que me pasé horas frente a mi bloc de notas preguntándome qué demonios iba yo a enseñarles de escritura a un grupo de adolescentes. Al final, como siempre ocurre conmigo, ese primer paso fueron los personajes o, para ser más precisos, cómo construir una historia a partir de sus personajes. Y fue maravilloso. Y, aunque yo era la moderadora, pude aprender mucho de mis alumnas (no me sorprendió que fueran todas chicas) y de la manera en la que leían y escribían. También pude ver en ellas a mi yo que aprovechaba las clases en la ESO para escribir de estrangis, y en aquel momento solo pude pensar que ojalá ella, también, le hubiese dado una oportunidad a eso de los talleres literarios.
En algún punto entre mis diecinueve y mis veintidós años también empecé a leer libros (y blogs) sobre escritura, de entre los cuales quiero destacar Bird by bird de Anne Lamott, On writing de Stephen King y Gabriella literaria.
Finalmente, es ahora a los veintitrés que he participado como alumna en mi primera clase de escritura creativa. Oh, qué experiencia tan fabulosa, creativa y enriquecedora. Hay algo sobre el hecho de meter a cinco o diez escritores en una clase con el único propósito de compartir historias e impresiones que es terriblemente motivador. El halo de competitividad, quizá, pero también el irreprochable amor por la literatura y ese espíritu de desear que los demás tengan éxito porque llega un momento en el que sus historias son también las tuyas y no puedes esperar a que el mundo las escuche.
Las clases de escritura creativa, he aprendido, no solo te enseñan a escribir (que, como todo, es algo que puede aprenderse y es algo que tienes que trabajar para avanzar en tu carrera), sino también a leer. Por supuesto, todos los que leemos por placer (y, tras graduarme en literatura inglesa, al fin puedo decir que, mayormente, solo leo por placer) tenemos el privilegio de elegir los géneros que vamos a añadir a nuestra librería, y hay algunos que nunca tocarías con un palo, muchas gracias. Pues bien, para empezar, si formas parte de una clase de escritura creativa ya no tienes ese privilegio. Puesto que esperas que el resto de tus compañeros lean lo que tienes que aportar, tú también debes esforzarte al máximo en reseñar los trabajos de los demás. Y, dejadme que os diga, hay una variedad infinita de historias más allá de tu zona de confort. Personalmente, he redescubierto el género de superhéroes adolescentes, como atestigua este hilo de Twitter:
Estoy leyendo los relatos de mi clase de escritura creativa y uno de ellos es de fantasía urbana.
— punkjolras (@andreatome_) October 19, 2017
También he descubierto autores maravillosos que, cuando sean publicados (y tengo toda mi fe puesta en ello), tendré la oportunidad de enarbolar sus libros y gritar que yo los leí primero.
Otro elemento interesantísimo que saco de las clases de escritura creativa es la disparidad entre las lecturas que hacen los hombres y las que hacen las mujeres, especialmente cuando se trata de temas de interés feminista. Como acostumbro, lo conté en su momento en otro hilo de Twitter:
Os voy a contar una de las cosas más desquiciantes (pero no sorprendentes) que han pasado en mi clase de escritura creativa. Haceos un té o algo, que abro hilo.
— punkjolras (@andreatome_) November 9, 2017
En último lugar, y tal vez el más especial, mi creencia de que las mentes creativas afines se atraen entre ellas solo se ha afianzado. Hace un par de semanas, al que considero el mejor escritor, y con diferencia, de la clase, me envió un email preguntándome si quería que siguiésemos dándonos feedback el próximo semestre (por desgracia, nuestra clase termina este mes). ¿Y qué dije yo? Que sí, por supuesto. Chúpate esa, Andrea de 17 años.
¿Como nota final? Mete a un puñado de escritores y a un puñado de futuros editores en un pub y descubrirás por qué Hemingway escribía borracho y editaba sobrio.


December 1, 2017
Consejos para enviar manuscritos de una becaria que trabaja leyéndolos
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Como algunos ya sabréis, soy becaria en una editorial. Esta, de hecho, es mi tercera semana trabajando para John Blake Publishing, y entre mis muchas tareas se encuentra la de leer los manuscritos no solicitados. A grandes rasgos, mi responsabilidad es decidir qué manuscritos poseen la calidad suficiente como para pasárselos a los editores y que les echen un vistazo. Y, creedme, pasan muchos manuscritos por nuestras manos, por lo que debemos ser absolutamente estrictos con los parámetros de calidad. ¿Cómo evitar que tu obra acabe en la basura? No te preocupes, te cubro las espaldas. Aquí tenéis cinco detalles que hacen que pierda inmediatamente el interés en vuestra novela:
Faltas de ortografía. Seamos sinceros, una coma mal puesta o un fallito puntual no van a condenaros, pero si las faltas son repetitivas, lo siento. Los correctors de estilo no son baratos y, por lo general, cobran bien por horas bien por palabras. Si no puedes molestarte en corregir tus faltas, nosotros tampoco.
Paja. A veces esto es algo más difícil de evitar, pero si después de cinco páginas no sé qué me intentas contar pierdo el interés. También, si cada par de párrafos desvías mi atención de la obra para hacer un comentario que no viene a cuento, lo único con lo que vas a encontrarte es con un bostezo.
Frases interminables. Hay escritores que dominan las comas y pueden crear frases tan maravillosas como interminables (lease: Imre Kertész, J.D. Salinger o Virginia Woolf). La mayoría de los meros mortales no poseemos ese don, así que lo major será que juegues seguro y hagas las paces con el punto y aparte y con el punto y seguido. No muerden. Además, evitarás que el becario de turno tenga que releer tus frases para entenderlas y, por consiguiente, acabe odiándote a muerte. Aquí también vamos a incluír detalles innecesarios que entorpecen la fluidez de la prosa. Recordad que estáis intentando contar algo, así que no perdáis de vista el foco.
Comentarios graciosos que no lo son tanto. Mirad, me encanta el humor. De hecho, soy muy parcial ante el humor y adoro libros que sé que son malísimos solo porque me han hecho reír hasta llorar. Pero lo que muchos olvidan es que el humor es un arte y, por tanto, es preciso dominarlo para que tenga, bueno, para que tenga su gracia. Los comentarios graciosillos (o, para que nos entendamos, los cuñadismos) que no vienen a nada y que, de hecho, tienen más o menos tanta gracia como una cabeza de repollo no os van a ayudar. Estáis intentando comunicar algo, no hacienda un concurso de ver cuál de los primos es más cazurro en la cena de Navidad). Por supuesto, si vuestro humor es intolerante (y se leen muchas machistadas), eso aparecerá como un punto negativo en el informe, y os aseguro que muy pocos editores estarán impresionados de que aún no hayáis superado los años 60.
Prosa plana. Seamos sinceros, menos es más. Si utilizáis “dijo” en lugar de “ironizó” o “masculló” o “barbotó”, lo más seguro es que estéis a salvo. Ahora, si tras pasar páginas y páginas vuestra prosa no me transmite nada en absoluto, si en ninguno momento he encontrado nada que la haga resaltar sobre el resto de manuscritos de la montaña, vale, entonces habéis entrado en terreno peligroso. Vuestra prosa no solo se alimenta de las palabras que utilizáis, sino también de vuestro tono y de los recursos estilísticos de los que hacéis uso.
Y esto es, básicamente, todo. Como siempre, hay excepciones que confirman la regla. Y, por favor, no nos echéis a los becarios a los leones. Somos criaturas estresadas que solo funcionamos bajo cantidades industriales de cafeína.


November 21, 2017
Recomendaciones literarias para el #BlackFriday
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Os voy a ser sincera: cuando el Black Friday empezó a ser “algo” en España, lo recibí con un arqueamiento de cejas y un bostezo. ¿En serio? Soy la primera que adora unas buenas rebajas, pero…
a) La perspectiva de que esas rebajas duren UN SOLO DÍA en el que manadas de gente podrían venderte al diablo por una camiseta que no querrían tocar con un palo si no tuviese la etiqueta de descuento me hace sentir como si acabase de tomar algo en mal estado.
b) ¿¿¿Acción de Gracias es una fiesta innecesaria que edulcora la historia y además, por razones lógicas, está limitada a EEUU???
Naturalmente, mis prejuicios desaparecen cuando hablamos de libros. Y compras online. Sin gente ansiosa que lleva todo el otoño preparándose para hacer acopio de las mejores ofertas. Y libros y compras online es precisamente lo que La Casa del Libro promete. Así que aquí os traigo cinco libros perfectos para leer estas fiestas. ¿Preparados?
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1. Harry Potter y el prisionero de Azkaban (edición ilustrada), J.K. Rowling
Harry Potter para mí significa Navidad. No me preguntéis por qué. No sé por qué. Pero el hecho es que nada me gusta más cuando llega el frío que prepararme una taza de chocolate caliente (últimamente me he aficionado al de jengibre y os digo que CAMBIA VIDAS), envolverme en una manta y perderme por los pasadizos de Hogwarts. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con el último libro ilustrado de la saga Harry Potter?
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2. Animales fantásticos y dónde encontrarlos (edición ilustrada), J.K. Rowling
Naturalmente, no podía mencionar a Harry Potter sin incluir también esta maravillosa edición de Animales fantásticos y dónde encontrarlos (coincidentemente, mi libro extra de la saga favorito). Además, desde que han salido las imágenes promocionales de la segunda película de Animales estoy que me muerdo las uñas esperando que llegue a las pantallas del cine.
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3. El diario de Ana Frank (la novela gráfica), Ari Folman y David Polonsky
El diario de Ana Frank es otra de las novelas a las que vuelvo, una y otra vez, cuando diciembre se acerca. Hay algo especial en los libros que lees en tu infancia y te marcan, y hay algo especial en las navidades (que siempre te marcan de niño) y en leer los libros de tu infancia durante las fiestas. Y, desde el momento en el que me enteré que la novela gráfica basada en el diario de Ana se publicaría, supe que tenía que ser mía.
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4. Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, Elena Favilli y Francesca Cavallo.
Para mí las navidades también tienen mucho de quedarte en la cama hasta tarde leyendo cuentos, ¿y qué mejor manera de hacerlo que aprendiendo sobre algunas de las mujeres que marcaron nuestra historia y pavimentaron el camino para todas las demás? De Marie Curie a Jane Austen, pasando por Amela Earhart, Cleopatra o Serena Williams, Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes es el libro que toda mujer debería leer al menos una vez en su vida.
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5. El guardián entre el centeno, J.D. Salinger
A estas alturas no es una sorpresa para nadie que El guardián entre el centeno es uno de mis libros favoritos. Ni, mucho menos, que pocas cosas me gustan más que pasar horas y horas en la pista de hielo (el deporte de invierno por excelencia y lo sabéis). Y, por supuesto, cualquier persona que haya leído El guardián entre el centeno sabrá que hay una escena muy memorable entre Holden Caulfield y Sally Hayes que tiene lugar en una pista de hielo. Cualquier época es buena para releer El guardián entre el centeno, naturalmente, pero su ambientación en un invierno de los años 40 en Nueva York hace que sea particularmente apropiado cogerlo de la estantería cuando se acerca la Navidad.
¿Y vosotros? ¿Vais a aprovecharos de las ofertas del Black Friday? ¿Online? ¿O sois más valientes que yo y os atreveréis a entrar en el caos de las tiendas?


November 19, 2017
Guía hipster de Budapest
[image error]Hay un prejuicio hacia los millennials que hace que sienta como que respiro más rápido, y es la variante casposa del do it for the vine; no me pone nerviosa porque sea incorrecto (Dios nos libre de querer compartir nuestras experiencias sin pasar por el engorro de pagar por revelar un carrete de fotografías que obligaremos a nuestra familia y amigos a ver), sino porque se lo trata como si fuese algo negativo.
Muchas de las cosas que hago me gustan por su estética y no creo que sea algo de lo que debamos avergonzarnos. La estética es, grosso modo, lo que hace que nos emocionemos al escuchar música clásica o al pasear por un museo, y que ciertas manifestaciones no sean consideradas intelectuales no quiere decir que su valor estético sea menos importante.
Cuando viajo, por lo tanto, me gusta recorrer sitios bonitos y compartirlos porque esa es la base de la mayoría de mis interacciones en las redes sociales: compartir cosas que me han hecho sentir algo.
Budapest en general es una ciudad muy instagrammable, pero aún así aquí os dejo algunas de mis cosas favoritas por hacer si por casualidad os encontráis en la capital húngara:
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• Toma un kave (café) en el Bambi eszpresszó.
El Bambi eszpresszó es una cafetería que no solo mantiene la estética del comunismo goulash de los años 60, sino también la actitud. Aquí los camareros no hablan mucho inglés (por lo que agradecerán que dominéis el szia, hola, y el koszi, gracias) y, además, te tratarán con más o menos amabilidad dependiendo de lo bien o mal que les caigas. Siguiendo la exactitud histórica, el menú solo incluye los platos que el racionamiento podría proveer (por suerte esto incluye las variantes más básicas de langos, un plato típico hecho a base de masa frita con diferentes toppings). Los precios son obscenamente bajos, también, y podéis tomaros un espresso doble por unos 250 florines (menos de un euro tras la conversión).
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• Haz un viaje en el funicular.
Este tranvía que sube a la colina del castillo no solo ofrece una oportunidad única, sino además algunas de las vistas más privilegiadas de la zona Pest.
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• Recorre el bastión de los pescadores.
En mi cabeza, el Beauxbatons de Harry Potter se parece mucho al bastión de los pescadores de Budapest. Pocos castillos son tan instagrammables como este coloso blanco que, pese a su aspecto, es relativamente nuevo (fue construido en el siglo XIX).
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• Sácate una fotografía con el buso del castillo.
Estos monstruitos son parte de una antiquísima tradición, el festival de Busójárás, en el que los húngaros se disfrazan de estas criaturas y bailan para asustar al invierno y dar la bienvenida a la primavera (si habéis leído Corazón de mariposa, sabréis que este festival es muy importante para Kenji).
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• Visita la iglesia de San Matías.
Aquí se encuentran las joyas de La Corona húngara y, además, es el lugar en el que se casó la mismísima Emperatriz Sissi.
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• Ve al museo de historia… y descubre cómo era un apartamento de la época comunista.
Lo dicho. Los húngaros tienen una relación… peculiar con el comunismo goulash y, como estaréis apreciando, no se cortan a la hora de parodiarlo y explotarlo.
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• Visita el castillo del conde Dracula, saluda a Bela Lugosi y date un paseo por el parque colindante.
El castillo Vajdahunyad, a sólo un viaje corto en metro del centro de la ciudad, es uno de los edificios más imponentes de Budapest. No solo podéis sentiros como una princesa renacentista, además podéis intentar encontrar a Bela Lugosi o dar un largo paseo por el parque (que, como veis, en otoño es magnífico).
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• Ya que estáis, tocad la pluma de la estatua a los autores anónimos en busca de inspiración.
En los mismos terrenos del Vajdahunyad hay una enorme estatua que, aunque parece la Parca, representa a los autores anónimos del mundo. Lo que no muchos saben es que, según la leyenda, tocar la pluma de la estatua concede inspiración y dones para la escritura.
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• Viaja en la línea 1 del metro.
La línea 1 del metro de Budapest es una de las más antiguas de Europa. Los trenes, como podéis observar, no han sido remodelados y mantienen su aire retro.
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• Prueba flodni (tarta judía de tres pisos) y strudel en Frohlich.
Frohlich, una pequeña cafetería kosher del barrio judío, es casi parada obligada. Toma un trozo de flodni (aunque seguro que querrás más) o un strudel de cereza (¡O ambos, como hice yo!).
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• No dejes de echarle un vistazo al street art de Budapest.
Ya queda estás en el barrio judío, posiblemente el más hipster de la capital húngara, no pierdas la oportunidad de mirar arriba y enamorarte de los graffitis.
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• Visita la sinagoga de la calle Dohány, el museo del judaísmo, el árbol de la vida y la última pieza del muro del gueto.
Esta parte de la visita a Budapest es muy dura y podría resultar demasiado para algunas personas. La sinagoga es la más grande del Europa (y la segunda del mundo) y fue de las primeras en adoptar un estilo más oriental; es una joya arquitectónica, pero en la visita guiada (incluida en la entrada) se habla de las épocas más oscuras de la historia de Hungría con honestidad y crudeza, y comprendo perfectamente que muchos no se vean con las fuerzas de recorrer un lugar así en sus vacaciones.
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• Disfruta de la street food del barrio judío.
Como he dicho, el VII kerulet es uno de los más hipsters de Budapest. En sus callejuelas podréis encontrar varios puestos de comida callejera, además de ruin pubs (pubs construidos en lugares que iban a ser demolidos) y escape rooms.
• Cómprate una sudadera en BP shop.
No muy lejos del barrio judío podéis encontrar esta tienda de deportes, muy popular entre los jóvenes húngaros, que hace del nombre de la capital un juego de palabras. En BP tenéis una gran variedad de camisetas, sudaderas, mochilas y muchísimo más con el famoso logo Bdfcknpst.
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• Cómprate un print en Printa.
Printa es una de las diseñadoras húngaras con más personalidad. En su tienda podréis encontrar ropa, juguetes y mapas de la ciudad hechos a mano, aunque mi artículo favorito fueron los prints, como este del tranvía de Budapest que no pude evitar llevarme a casa conmigo.
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• Visita el Parlamento y el Danubio de noche.
La zona que une a Pest con Buda es magnífica se la more como se la mire, pero de noche su magia se multiplica. Pasear por aquí, sencillamente, fue una de las experiencias más especiales de mi viaje.
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• No te olvides de visitar el monumento a los zapatos a orillas del Danubio.
Este monumento se erigió en honor a los judíos asesinados a orillas del Danubio por miembros del partido fascista húngaro. Tras asesinarlos a tiros, los fascistas despojaron a los judíos de sus zapatos (muy valiosos en la época) y después se deshicieron de los cuerpos en el río.
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• Visita la basílica de San Esteban. También de noche.
Porque hay ciertos lugares que es mejor apreciar cuando las luces están encendidas y el cielo es negro como la tinta.
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• Toma langos en el mercado central.
El mercado central es el lugar idóneo para comprar paprika a precios razonables. Tampoco puedes perderte los langos, tanto dulces como salados, para apelar a todos los gustos.
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• No te quedes sin probar el kurtoskalacs.
Estos dulces en forma de chimeneas son MARAVILLOSOS con mayúsculas, y puedes encontrar puestos ambulantes que los venden por menos de 300 florines.
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• Y, para terminar con vuestro peregrinaje gastronómico, tomad goulash y cerveza húngara en Buso Bistro.
O cualquier otra cosa de su menú perfectamente asequible.
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• Relajaos en el cat café.
Porque todos adoran a un buen gatito.
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• Visita la casa del terror.
La Terror háza documenta las atrocidades cometidas por las dos dictaduras que sometieron a Hungría en el siglo XX. Al igual que la sinagoga, no es una atracción apta para todos los públicos.
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• Rinde homenaje a los húngaros ilustres en el cementerio Kerepesi.
Las personas se dividen en dos grupos: las que visitan los cementerios cuando hacen turismo y las que no. Yo, que dios me bendiga, formo parte de la primera categoría, y por lo tanto debía visitar el cementerio Kerepesi y detenerme un momento ante la tumba de Imre Kertesz que, como muchos sabréis, es mi escritor favorito.
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• Visita las estaciones del este y del oeste.
Simplemente porque son magníficas. Miradlas. Mirad cuánto lujo.
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• Probad la dobos torta en el legendario café Gerbeaud.
La dobos torta es la tarta tradicional húngara por excelencia, y sé que es algo especial porque fue capaz de conquistarme a mí, que no soy ninguna fan de las tartas.
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• Tomad el tranvía número 6 hasta la isla Margarita.
La isla Margarita está situada en el Danubio, entre Pest y Buda, y se puede acceder a ella andando sin ninguna dificultad, pero hay algo especial en los tranvías de Budapest…
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• Simplemente, ¡pasea por ciudad!
Vayas adonde vayas, encontrarás maravillas de las que enamorarte.



November 16, 2017
Mi experiencia como becaria en una editorial | día 4
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¡Becaria al teclado una vez más! ¿Veis esos edificios de colores pastel? Pues bien, me gustaría decir que son nuestras oficinas, pero…
Las nuestras son mucho menos alegres.
Y mucho más inglesas.
¿Aunque en el edificio naranja venden un café que es gloria bendita para ir a trabajar? Y, hablando de café, hoy os traigo una lista de las cosas que necesitas llevar a la oficina. Porque vas a estar ahí muchas horas y, si tus jefes son enrollados (y suelen serlo), no les importará que prepares un par de snacks para la jornada laboral (pro tip: porque ellos también llevan los suyos
November 15, 2017
Mi experiencia como becaria en una editorial | días 2 y 3
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¡Hola! ¡Becaria al teclado! Aquí estoy una vez más, considerablemente menos cansada que el lunes (lección número uno: descansas muuuucho mejor la noche de tu primer día que la noche anterior a tu primer día), para actualizaros sobre mi experiencia como becaria para John Blake.
¿Os podéis creer que ya estemos casi a jueves? A mí, desde luego, se me rompe un poquito el corazón al pensar que ya sólo me quedan dos días en la oficina