Álvaro Bisama's Blog, page 104
August 18, 2017
Sin novedad en el Frente
Al parecer, el progresismo de centro y la izquierda desatada están teniendo problemas, y no solo en Chile. En el último número de la revista The New Yorker, publicación progresista, viene una reseña sobre la conveniencia de las protestas como vías de cambio (“Is There Any Point to Protesting?” de Nathan Heller) en torno a una serie de libros recientes, escépticos de esta manera de hacer política. Sostiene Heller que, aunque un gran número de personas salga a las calles y se manifieste -e.g., contra la guerra en Iraq, los Occupy Wall Street, o la Marcha de las Mujeres de enero 2017- el efecto a la larga resulta poco alentador. ¿“Teatro social” para que los manifestantes se sientan “virtuosos, útiles y en lo correcto”?, se pregunta. En efecto, tres de cuatro republicanos continúan respaldando a Trump, al grueso de su electorado aún no le asaltan dudas, y el personaje, se le abomine o no, sigue siendo presidente.
Si podría discutirse incluso el éxito de movilizaciones emblemáticas como las de derechos civiles y contra la guerra de Vietnam de los años 60; más provechosos habrían sido los canales políticos convencionales que vinieron después. La mera capacidad de convocatoria -hoy día mediante redes sociales que además amplifican expectativas imposibles (“folk politics” a modo de pasatiempo y droga recreacional)- no bastaría; en esa misma línea, el ministro Valdés, refiriéndose a la crítica de las AFP, ha dicho: “no podemos darles el gusto a todos los gritones”. Entre las causas que estarían exacerbando estas apuestas puramente testimoniales y contestatarias se menciona la inflada importancia atribuida a los movimientos sociales por activistas e historiadores de izquierda. En fin, se necesitan menos marchas y más alcaldes, concluye uno de los libros tratados.
¿De ahí que sea válida una opción como la del Frente Amplio?, podría preguntarse uno aterrizando el asunto a nuestra experiencia local. En principio sí, si no fuera que el FA no está dando el ancho. Sus operadores siguen pegados a prácticas y lógicas gastadas que por años hemos visto en nuestras universidades con sus federaciones hidras, voluntarismos maximalistas, pendencias, máquinas y canibalismo cismático. La de ellos nunca ha sido una convivencia pacífica interna; rara vez lo es habiendo sectas que compiten por quién es el más fiel al absoluto que persiguen. La Surda y los Autónomos son maestros de la intriga (cuando es dirigida contra sí mismos, hasta se superan), y a Revolución Democrática se le ha imputado oportunismo y traición en repetidas ocasiones; Bachelet nada menos, con motivos de sobra para cobrarles cuenta, les recordó su filiación materna. Lo de la paternidad sea quizá más turbio; según cómo se haga el análisis de ADN, los del FA descienden o de la Nueva Mayoría o la antigua Concertación.
La entrada Sin novedad en el Frente aparece primero en La Tercera.
Falta de seriedad
Uno puede imaginar la indignación de Bachelet luego del papelón que vivió en una entrevista radial, cuando consultada sobre el impacto en el empleo que puede provocar su proyecto de pensiones, afirmó desconocer el estudio y dudó de la seriedad del mismo. Peor aún, cuando la periodista le dijo que se trataba de un informe preparado por los ministerios de Hacienda y Trabajo, y que estaba publicado ese día en la prensa, se limitó a decir que no tuvo tiempo para leer los diarios. O sea, peor imposible.
Exponer a la Presidenta de esa manera habla, en primer lugar, de lo mal que está funcionado su equipo de asesores, que ni siquiera le advirtieron de la situación antes de la entrevista. Algo que el diputado Andrade calificó como incompetencia de aquellos que se supone deben cuidar a la Mandataria de este tipo de situaciones.
Pero hay un problema mayor. Porque una cosa es no leer el diario y otra es no entender el impacto de las reformas que se impulsan. Y esto parece ser una constante de este gobierno, al que le sobran ideas, pero le falta mucha seriedad y análisis. Y los resultados están a la vista. Pasó con la reforma tributaria, la laboral y la educacional. Ahora con la de pensiones. Todo parece ser improvisado, mal calculado y mal financiado.
Pensemos solo en la gratuidad universal universitaria. A Bachelet le ha costado mucho tiempo entender algo que es bastante obvio: no hay recursos para financiarla. Ahora, ni nunca. Pese a ello, insiste en ella, propone aumentar la cobertura al 60% más pobre y, en el camino, desfinancia el sistema universitario. Para ella, todo eso parece ser secundario. No es lo que números no sean su fuerte. Da la impresión de que no le importan.
En el caso de la reforma de pensiones, la situación se repite. El informe de productividad que acompaña el proyecto, habla de que se podrían perder hasta cerca de 400 mil empleos formales. Un dato no menor, pero que la Presidenta dice desconocer. Y las explicaciones para esto solo empeoran la situación. El ministro de Hacienda dijo que se trata de informes largos, llenos de letras griegas y muy técnicos. La vocera, Paula Narváez, agrega que se trata de hipótesis económicas más bien teóricas.
Bueno, gobernar no se remite a un acto voluntarista. Requiere seriedad y eso pasa por informes largos y técnicos, los que hay que entender, porque eso determina muchas veces las consecuencias de las acciones. Y claro, uno puede criticar mucho a los economistas y sus modelos. Pero, al final, las cifras no mienten. Y los datos son claros. Ayer supimos que el Chile creció el primer semestre un 0,5%, la peor cifra desde el 2009, cuando también Bachelet era presidenta. Supongo que eso sí lo sabrá la Presidenta. Y asumo que su vocera no dirá que es un ejercicio teórico. Se trata más bien de la cifra que resume la acción de un gobierno donde la improvisación llega a niveles que superan cualquier medida que se conozca.
La entrada Falta de seriedad aparece primero en La Tercera.
Clarososcuros de los gobiernos progresistas
La pasada década será recordada por muchos como la “década dorada” de América del Sur. Por primera vez en la historia confluían democracia, crecimiento, reducción de la pobreza, estabilidad macroeconómica e incluso desendeudamiento externo. No era poco para un continente conocido por sus dictaduras, su crecimiento espasmódico, sus desigualdades, sus inflaciones galopantes y sus recurrentes crisis de deuda externa.
La proliferación de gobiernos progresistas se transformó en esos años en la tendencia ampliamente dominante. La ola parecía incontenible. Fueron pocos los países en donde las fuerzas conservadoras pudieron mantenerse en el poder.
Sin el glamour de los primeros años de la revolución cubana, estas experiencias atrajeron, sin embargo, la atención mundial. Luego del colapso del comunismo soviético y la crisis de la social democracia europea, los gobiernos progresistas de América del Sur aparecían, como un punto de referencia en las luchas de la izquierda en el mundo. Con sus respectivas particularidades, Kirchner, Chávez, Vásquez, Mujica, Morales, Correa, Lagos, Bachelet y Lula representaban el sueño ya no de la vieja revolución pero si de una transformación profunda. Todos estos gobiernos, a pesar de sus enormes diferencias, tenían en común la búsqueda de la inclusión social.
En la actualidad, predomina la tendencia opuesta. El triunfo de Macri, el golpe en Brasil, la derrota de Morales en el referéndum, las dificultades de Correa para asegurar su sucesión, la baja adhesión de las reformas de Bachelet han generado un ambiente de fin de reino. La descomposición de la revolución bolivariana y su deriva anti democrática contribuyen poderosamente a la generación de esta percepción.
Está de moda afirmar que se cerró un ciclo. Domina una ofensiva conservadora que busca mostrar que estos gobiernos fueron populistas, ineficientes y corruptos. Hay detrás de esta ofensiva un interés mayor: desacreditar la idea de reformas profundas, de cambio estructural. No se ha buscado propinarles simplemente una derrota electoral. Se busca, algo más, una derrota ideológica, cultural.
Entre la crítica demoledora y la defensa a ultranza es necesaria una reflexión algo más serena. Ese es el objetivo que nos propusimos con la publicación del libro “Claro obscuros de los gobiernos progresistas de América del Sur” (Editorial Catalonia).
Se reúne en el libro un conjunto de reflexiones de un importante grupo de intelectuales de la región. Esos textos tienen en común el reconocimiento del enorme esfuerzo realizado por estos gobiernos en materia de erradicación de la pobreza e inclusión social. Pero, exploran también sus zonas oscuras: la ausencia de transformación productiva, la dependencia malsana de liderazgos que terminan siendo insustituibles, el estancamiento de la integración económica de la región, la corrupción.
En contraposición a la idea de fin de ciclo se asume que la historia no es lineal, que el proceso político está abierto y su desenlace dependerá de manera decisiva de la capacidad de las fuerzas progresistas de asumir críticamente sus limitaciones, errores y excesos. Para que sea creíble la autocrítica tendrá que ser profunda, severa y dolorosa.
La entrada Clarososcuros de los gobiernos progresistas aparece primero en La Tercera.
El foco de la reforma previsional
La idea de aumentar la cotización de cargo del empleador apareció al final del gobierno de Piñera y hubo consenso transversal en torno a avanzar en esa dirección. Este gobierno no pretendía realizar una reforma, pero la realidad de las bajas pensiones se impuso. Dada la gravedad de la situación, debemos celebrar que tengamos un proyecto razonable. La mala comunicación del informe de productividad no invalida esta conclusión.
La oposición critica la propuesta diciendo que resulta incomprensible que no se incremente el Pilar Solidario porque las pensiones básicas son muy bajas. ¡Es evidente que son bajas! Pero, ¿quiere esto decir que nunca más podremos hacer reformas, salvo incrementar el Pilar Solidario? Sería ridículo.
Los sistemas de pensiones deben dar solución a dos problemas relacionados, pero distintos. El primer problema es prevenir la pobreza en la vejez cuya métrica para medir éxito es cuánta población sobre 65 años vive en condiciones de pobreza. El segundo problema es mantener la calidad de vida entre la etapa activa y la pasiva de la vida. Desde la perspectiva de un economista, esto se refiere únicamente a que la persona tenga capacidad financiera para mantener un cierto estándar de consumo. La métrica para evaluar el logro de este objetivo se llama “tasa de reemplazo” que se define como la relación entre la pensión que obtiene la persona como alguna proporción de su ingreso previo al retiro.
La prevención de la pobreza fue el objetivo de la reforma de 2008 y los resultados han sido exitosos. Según la encuesta Casen la pobreza entre los mayores de 65 años se ha reducido de un 16,5% en 2006 a un 6,6% en 2015. El instrumento para mejorar las pensiones más bajas es el Pilar Solidario y si hubiera recursos habría que inyectárselos. ¿De dónde los sacarán Piñera y Guillier? En este último caso no lo sabemos. En el primero sí: reduciendo la extensión de la gratuidad universitaria solo al 50% y apostando a un incremento en el crecimiento (opción que merece legítimamente el calificativo de “apuesta”). Este gobierno ya incrementó el Pilar Solidario cuando aumentó la Pensión Básica Solidaria.
Esta reforma focaliza sus esfuerzos en el segundo objetivo: la mantención del estándar de consumo entre las fases activa y pasiva de la vida. Es una opción justificada porque las tasas de reemplazo son inaceptablemente bajas para el 60% de la población. Por ejemplo, entre el segundo quintil más pobre y el cuarto quintil más rico, las tasas de reemplazo son 55%, 41% y 35% respectivamente. Estos números son bajos porque usualmente se usa como meta un 70%. Este problema requiere urgente solución y es al cual se aboca la reforma.
Algunos plantean que este 5% debiera ir íntegro a la cuenta individual. Esto no resuelve el problema de bajas pensiones actuales. Por ejemplo, si se incrementa a 15% la tasa de cotización a una persona cuya cuenta individual obtiene una rentabilidad real del 4% anual y le faltan 10 años para jubilar, su pensión subiría solo 11,9% al momento del retiro. Para que su pensión subiera un 20%, que es lo que el gobierno propone como aumento hoy, deberá esperar 25 años.
Por el contrario, la propuesta permite incrementar las pensiones dicho 20% hoy. Para la clase media, los 25 años que separan los efectos de la propuesta del gobierno y la de Piñera hacen que la primera sea más eficiente, justa y fiscalmente responsable en términos del incremento de pensiones para el grupo de la población que más lo necesita hoy. Se podría mejorar, pero sería un error dilapidar esta oportunidad.
La entrada El foco de la reforma previsional aparece primero en La Tercera.
Pensiones: coincidencias y discrepancias
Existe bastante coincidencia respecto de la necesidad de mejorar las pensiones de los actuales y futuros jubilados, aumentar el límite imponible, subir la tasa de cotización, incrementar la competencia en el sistema, incorporar obligatoriamente a los independientes, mejorar aspectos del sistema de pensiones solidarias, y varios otros temas más que forman parte del diagnóstico y propuestas de los proyectos de ley. Sin embargo, también existen discrepancias de fondo.
La primera es que desde un punto de vista económico no se justifica la creación del Consejo de Ahorro Colectivo para administrar los nuevos fondos. Las AFP cuentan con las capacidades y las economías de escala para hacerlo bien y a menor costo. Respecto de las comisiones tampoco hay elementos que permitan pensar que cobrarían precios más altos. A lo menos, por los tres puntos porcentuales que irían a la cuenta de cada afiliado el costo sería cero ya que la comisión que cobran es sobre la renta mensual imponible.
Otro aspecto negativo es que este nuevo organismo estatal será un monopolio donde los aportantes estarán cautivos, independientemente de cuán bien o mal les administren sus fondos. A las críticas anteriores se agregan los riesgos políticos asociados a la conformación de la alta dirección del Consejo y a la gestión de las inversiones.
La propuesta de aporte solidario intergeneracional si bien logra el objetivo de mejorar las pensiones actuales, presenta serios problemas de focalización, generando efectos redistributivos y de equidad del todo cuestionables. A modo de ejemplo, una persona que tiene una pensión mensual autofinanciada de $300.000 recibirá un aporte de $60.000 por mes, mientras que quien tiene una pensión de $600.000 recibirá $120.000. Más aún, una persona con una pensión de $1 millón igualmente recibirá un aporte de $120.000. Si a esto agregamos que las personas de mayores rentas en general viven más que las personas de bajos ingresos el esquema propuesto es todavía más regresivo.
Será difícil de explicar también que la mejora en pensiones no se aplique ni a los jubilados del sistema antiguo ni a los beneficiarios de la pensión básica solidaria. Cómo explicar que un adulto mayor pobre, que nunca pudo ahorrar en una cuenta individual, obtenga una pensión básica solidaria mensual de $104.636, mientras que alguien con una pensión de $1 millón obtenga un beneficio de $120.000 por mes.
El bono compensatorio para las mujeres que se jubilen aborda un problema real, y que requiere de una solución, pero no lo hace del todo bien. Al igual que en el caso anterior, presenta falencias ya que aun cuando existe un tope en pesos para el beneficio, éste se extiende a todas las mujeres, independientemente de su nivel de pensión, y del hecho de que las mujeres de rentas más altas tienen mayores oportunidades reales de postergar su edad de jubilación hasta los 65 años.
Para terminar, el cómo financiar los mayores beneficios también es una materia donde se presentan fuertes discrepancias. El proyecto propone que 2 de los 5 puntos porcentuales en que se incrementaría la cotización obligatoria se destinen al financiamiento de un fondo colectivo. Los problemas de esta propuesta son su impacto negativo en el mercado del trabajo, al ser visto como un impuesto al salario, y porque excluye del financiamiento a todas las personas que reciben otras rentas, en particular a las rentas del capital. Desde un punto de vista de eficiencia y equidad, es mucho más conveniente que los nuevos beneficios sean financiados con fondos generales de la nación, que provienen de impuestos que son pagados por todos y no solo por los trabajadores asalariados.
La entrada Pensiones: coincidencias y discrepancias aparece primero en La Tercera.
¿Invadir Venezuela?
El Presidente Trump ha dicho que no descarta una intervención militar en Venezuela. Me imagino que estaba fanfarroneando cuando lo dijo para aumentar la presión sobre Nicolás Maduro. Pero el exabrupto ha provocado una previsible ola de declaraciones condenando la amenaza en América Latina, ha dado a Maduro una pera antiimperialista en dulce y ha complicado la gira del presidente Mike Pence por la región.
La amenaza de intervención militar sólo ayuda a la dictadura chavista y corre el riesgo de debilitar el amplio frente político antichavista que con tanta dificultad (y retraso) se ha conformado en América Latina.
La mejor forma de minar a Maduro desde los Estados Unidos, además de las sanciones diplomáticas, es a través de iniciativas privadas. Hace unos años, 7-Eleven, conocida cadena de tiendas de conveniencia, invocó los derechos humanos como razón para poner fin a su relación con Citgo, la filial de PDVSA, el gigante petrolero, que refina crudo y comercializa combustibles y petroquímicos en Estados Unidos. En algunos estados donde el logotipo de Cigto salta a la vista en las estaciones de servicio, hubo personas que boicotearon la compra de gasolina. Quizá no fue una gran idea porque Citgo no es propietaria de las gasolineras, pero estos son sólo algunos ejemplos de cómo la sociedad civil norteamericana puede actuar sin resucitar los fantasmas del imperialismo.
Citgo, qué importa desde Venezuela el petróleo que refina, es una fuente de divisas. La incompetencia y la corrupción del chavismo han logrado llevar la producción de petróleo muy por debajo de su nivel histórico (se sitúa en poco más de 2 millones de barriles diarios) y gran parte se envía ahora a China e India para devolverles a estos dos países el dinero que han prestado a Caracas. Lo que queda para ser enviado a Estados Unidos (y otros usos) es bastante menos que antes.
La situación es tan grave que los mercados están apostando a que Venezuela, que ha venido honrando su deuda externa a expensas de importaciones vitales como alimentos y medicinas para seguir teniendo acceso al capital y preservar la dictadura, suspenderá pagos. En octubre y noviembre, Maduro tendrá que hacer frente a unos 3,700 millones de dólares en pagos de deuda. Las reservas totales del país se han reducido a unos 10 mil millones de dólares.
La vulnerabilidad financiera de Maduro es algo que los críticos estadounidenses del chavismo podrían utilizar para acelerar el fin de ese régimen. Una forma es que los proveedores y clientes de Citgo se nieguen a hacer negocios con el brazo estadounidense de la dictadura, si es posible. Otra forma es que las víctimas de expropiaciones que no hayan recibido una compensación adecuada por parte de Venezuela, incluidas las petroleras norteamericanas, utilicen los tribunales estadounidenses para reclamar los activos de Citgo. Otra manera, incluso más útil, es negarse a comprar la deuda venezolana. Credit Suisse acaba de anunciar su decisión de prohibir a su departamento de “trading” la compra-venta de dos bonos venezolanos, con vencimientos en 2022 y 2036. Hay aquí un nítido contraste con Goldman Sachs, que a principios de este año desató muchas críticas por la compra de 2,800 millones de dólares de deuda venezolana (los llamados “bonos del hambre”).
Maduro, que ha violado la constitución, destruido las instituciones, encarcelado opositores y alentado a las fuerzas represivas que han matado a cientos de manifestantes, debe salir del poder lo antes posible. Cualquier cosa que puedan hacer otros países a nivel de la sociedad civil para acelerar esa transición será bienvenida por los latinoamericanos. El anacrónico imperialismo yanqui no es una de ellas.
La entrada ¿Invadir Venezuela? aparece primero en La Tercera.
Y de la nada a la nada
Dolora quietud, el noveno libro del poeta Jorge del Río (1955), tiene un encanto poco común: es breve, es conciso, se lee con relativa rapidez, pero al mismo tiempo transmite emociones complejas, plantea observaciones profundas y provoca reacciones intensas. Los poemas en general son cortos, afilados al máximo, y no llevan título, lo que ayuda a darle cierta continuidad de ánimo a la propuesta. Por lo demás, el hablante parece ser siempre el mismo, situación que crea un lazo de intimidad con el lector desde muy temprano, lazo que se ve fortalecido por medio de declaraciones atractivas, partiendo por el epígrafe, que, en rigor, constituye una espléndida invitación a la lectura: “Hay veces en que la vida nos hace sentir su finitud / antes que nuestra propia muerte”.
Dividido en dos partes (“Dolora” y “Quietud”), el poemario rinde honor en la primera de ellas a una invención del poeta español Ramón de Campoamor, las doloras. Según el diccionario, la dolora es una “breve composición poética de espíritu dramático, que encierra una reflexión”. Según Campoamor, las doloras son “una clase de composiciones en las cuales, así como en una semilla van contenidas todas las partes de un árbol, se reuniesen los principales atributos de la poesía lírica, uniendo la ligereza con el sentimiento y la concisión con la importancia filosófica”. Según Del Río, “Sólo en mis doloras gime la sangre / La mía La única propia”.
Del Río no se detiene a explicar lo recién dicho en su libro, no tendría por qué hacerlo, sino que a punta de concisión, sutileza y oficio, consigue darle nuevos lustres a la ocurrencia de Campoamor.
El efecto por supuesto que sorprende: lejos de ventear algún tufillo decimonónico, lejos de sugerir la sujeción a una fórmula establecida o a algún tipo de arcaísmo, las composiciones de la primera parte del libro son sumamente contemporáneas, ágiles en ritmo, sueltas, por lo general mínimas, aunque siempre evocadoras cuando no contundentes.
La introspección es el ejercicio que predomina al principio. Luego de algunas preguntas trascendentes expresadas a través de sucesivas doloras -“Qué de mí habitas / que te enciendo y no te veo”; “Qué de mí rasguñas / que de a poco voy perdiendo la cordura”; “Qué de mi cordura guardo / para mantenerte distraída de mi grito”; “Qué de mí tiembla / cuando afuera truena la arremetida”; “Qué de mí se aquieta / después de una bella casualidad”-, el hablante concluye lo siguiente: “Qué de mí descubro / en estas doloras de mi andanza // Tal vez todo lo solo / Tal vez todo lo triste / Tal vez todo lo intenso / Y mi corazón desmanteladamente enloquecido // Es lo que me habita / Es lo que me rasguña / Es lo que me tiembla / Es lo que me guardo / Es lo que finalmente me aquieta”.
En “Quietud” los poemas son más extensos y dan pie a divagaciones articuladas. Puede que allí también exista cierta disposición abnegada en el hablante, un escepticismo que a veces niega incluso la palabra, aunque ésta, evidentemente, resulta imposible de reprimir. Aquí hasta el silencio ofrece chispazos de elocuencia: “En qué sendero de ese lugar sin estrellas / pudo enredarse su callada voz despierta en la noche / su palabra de orilla ebria / que ya días hace que no la veo entrar en mi templo // Sea bienvenida entonces la mudez de lo desaparecido / la esperada quietud de lo inexistente”.
La presencia del mar es un elemento clave en la poesía de Del Río, al igual que la paradoja que encierra el acto de escribir, el erotismo sugerido, la certeza de la muerte, las condiciones más bien fatales que impone el paso del tiempo y un humor lúgubre: “De verdad dormir es siempre una buena postergación / Y morir la solución”. Pero incluso así, bien lo sabe el hablante, existe lo otro, lo que media entre el primer y el último instante: “Y de la nada a la nada / Y en el intertanto / Vivir como inmortal”.
La entrada Y de la nada a la nada aparece primero en La Tercera.
Yo soy tu fan
Su único pecado fue negarle un autógrafo. Una omisión menor, razonable para alguien continuamente asediada como ella, y que derivó en una pesadillesca persecución de más de tres años a través de las redes sociales. Esta semana se supo que la cantante Denise Rosenthal vivió durante el último tiempo una de las caras más amargas del éxito. Y también evidenció lo complejo que resulta para los músicos hoy en día administrar los mismos espacios donde, en el mejor de los casos, se puede generar un vínculo particularmente virtuoso y directo con sus seguidores.
Resulta que la chica a la que le negó el autógrafo, durante un concierto en San Fernando, se obsesionó con la artista y empezó a amenazarla de muerte a través de múltiples identidades creadas en distintas plataformas virtuales. Más de 50 mensajes amedrentadores enviados por Whatsapp, Facebook e Instagram, contra ella, su familia y hasta su pareja con textos del tipo “mi propósito en esta puta vida es hacerte desaparecer de este mundo de mierda y luego suicidarme”, según quedó registro en la formalización por amenazas contra esta mujer de 25 años llamada Raquel Durán.
Una situación que solo podría generar solidaridad con la víctima, pero que incluso en la divulgación del caso, de acuerdo a lo que se ha sabido en la última semana, ha generado comentarios tan inexplicables como “para qué tan diva, hubieras firmado y te ahorras todo este problema”. Y justo ahí la clave del asunto: la perversa combinación entre el desorden mental y el espacio abierto y disponible para que cualquiera pueda descargar esa rabia y “alcanzar” al destinatario.
El asedio del fan desquiciado le he pasado a muchos en la historia de la música popular. Imposible no pensar en John Lennon o en Selena, asesinados por
“seguidores” que sentían que les debían algo más que un autógrafo, y muchos otros gravemente conminados por adherentes malos de la cabeza como Björk, Britney Spears y Olivia Newton John. Y que sean en su mayoría mujeres tampoco es casual. Cuando la obsesión se declara contra un hombre todavía puede llegar a ser percibido como una suerte de halago, un gesto comprensible para un tipo que genera esas mal llamadas pasiones. Cuando pasa con una mujer se le otorga la importancia esperada para algo que está lejos de ser normal. Pero tan grave como la amenaza es la idea de que alguien pudiera merecerla. Que es algo que viene con la fama, como un costo asumido, como algo con lo que hay que lidiar. Como algo que Denise Rosenthal se hubiera podido evitar de no haberse comportado como una “diva”.
La entrada Yo soy tu fan aparece primero en La Tercera.
Steven Wilson: To the Bone
Bebe Rexha, que lanzó un EP esta semana, es pop. Kesha, que volvió a las pistas con un nuevo álbum tras el juicio a Dr. Luke, es pop. Avicii, el DJ campeón de la EDM que también sacó nuevo material, pop. Música diseñada y envasada como comida rápida para consumo inmediato. Por lo mismo los titulares que celebran este quinto álbum del último prócer del progresivo británico Steven Wilson (49) como su desembarco en el pop, confunden un poco. Permanating, una canción 100% memorable de elegantes guiños retro futuristas alineados con ABBA y ELO, clasifica inapelablemente. Wilson luce soberbio, también desconcertante. El virtuoso de la guitarra, el cerebro tras Porcupine Tree y regalón de las leyendas del prog rock como su mejor alumno, te pone a bailar.
El resto de To the Bone, cierto, saluda al pop, pero conviene precisar. Pop, digamos, como Peter Gabriel en los 80. Lo que ha hecho Wilson contiene el mérito de intentar ampliar la zona de confort, y a la par continúa una tradición del progresivo cuando sus exponentes más exitosos tocan techo en su casilla: saltar hacia audiencias masivas a través de un power pop mediante acrobacias instrumentales encajadas con mayor naturalidad. En ese desafío una banda como Genesis fue insuperable. Wilson va tras lo mismo y por primera vez se retrata en la portada de un disco con su nombre. Quiere ser reconocido.
El principal triunfo del inglés consiste en imprimir en estas canciones una interpretación más fresca y sentida, a distancia saludable de esa ansia de perfección y grandilocuencia que suele acordonar su obra. Los espacios y los acentos junto a cierta cadencia entre funk y soul son patentes desde el inicio en el corte que da nombre al disco. Nowhere now disfruta del aire circulante en la composición, un medio tiempo plagado de hermosas guitarras electrificadas y acústicas, pianos en cascadas, violines y un suave coro cercano al soft rock. Pariah juguetea con un preciso ensamble de sintetizadores viejos y nuevos en un primoroso preludio que prepara el ambiente para la espectacular voz de la cantante israelí Ninet Tayeb, seguida de una explosión de rock sideral con ecos de Radiohead en los 90.
Hacia el final el álbum se repliega en territorios progresivos, en la majestad de los 9 minutos y 20 segundos de Detonation, una suite de arranque electrónico y un remate sorprendente con intersección entre Santana y King Crimson. To the Bone no es un disco inmediato como eventualmente se comprende al pop. No pretende ser pasajero sino que ha sido urdido en detalle para quedarse en el memoria.
La entrada Steven Wilson: To the Bone aparece primero en La Tercera.
Jackson y Mayol: el Frente Amplio pierde la inocencia
Cuando la nueva política se parece tanto a la vieja política, vale la pena preguntarse hasta dónde el purismo principista, esa supuesta superioridad moral autoimpuesta no ha terminado explotándoles en la cara a los líderes de esta pequeña revolución Frente Amplio.
Una semana negra, sin duda y una larga cadena de errores hizo que una simple negociación de cupos en el distrito 10 para competir en las próximas elecciones de diputado, terminara desnudando las incapacidades y carencias de los líderes del Frente Amplio. Todas las coaliciones en esta época a pocos días de vencer el plazo para inscribir sus listas han vivido escenas parecidas, pero en este caso el ingrediente distinto fue la distancia observada entre el discurso público y la realidad lo que puso el foco y la crítica ciudadana en la pelea Jackson-Mayol.
Desde la Revolución Francesa, es que encontramos ejemplos de políticos que abusando de un discurso purista principista a poco andar han caído victimas de sus propias exigencias. Es verdad que a los nuevos movimientos políticos se les exige más en esta materia, pero si se hace es por su propio discurso diferenciador, el mismo que no han sido capaces de sostener en esta su primera negociación parlamentaria.
En el mismo sentido, no mucho mejor le ha ido a Revolución Democrática explicando por qué era inaceptable que Javiera Parada fuera candidata a diputada por su partido al protagonizar un choque bajo la influencia del alcohol, y no aplicará la misma vara para otra militante RD, que si será candidata pese a haber sido condenada hace 15 años por exactamente lo mismo, conducción en estado de ebriedad. En este caso es el doble estándar el criticado, el tener un juicio distinto dependiendo a quien afecta.
Querer aprovechar su potencial electoral en su distrito solo para RD, la posición de Giorgio Jackson es legítima, por lo demás es lo que hacen todos los partido políticos tradicionales, pero porque no fue ese entonces el tono de la discusión, y en cambio se puso el énfasis en descalificar a Alberto Mayol, y emplazarlo por sus conductas como alguien éticamente inaceptable como candidato del frente amplio a diputado en cualquier distrito, esta desproporción en la reacción de Revolución Democrática y el tono de su declaración pública hizo equivocarse incluso a Beatriz Sánchez quien como candidata presidencial del bloque respaldo esta primera declaración, debiendo tener que tomar distancia después. Errores que sin duda fueron aprovechados por Mayol.
Alberto Mayol en dos simples jugadas, ha logrado hacer girar al Frente Amplio entorno a él y sus intereses, consiguiendo de paso empatarse en términos de liderazgo e importancia mediática con Giorgio Jackson, quien ha pagado los costos políticos de esta crisis. Ahora si termina o no con un cupo en el distrito 10 es a estas alturas no es ni de cerca lo más relevante.
Todo nuevo partido o coalición tiene un momento en que por decisión o por error se enfrenta a la RealPolitik, esa que tensiona a los principios y los discursos con la realidad de cómo funcionan las cosas en verdad. El Frente Amplio perdió la inocencia esta semana, y lo hizo delante de los ojos de todos sin pudores, expuestos a través del escrutinio ciudadano de las redes sociales y los medios de comunicación.
La entrada Jackson y Mayol: el Frente Amplio pierde la inocencia aparece primero en La Tercera.
Álvaro Bisama's Blog
- Álvaro Bisama's profile
- 100 followers

