Hugo García Michel's Blog, page 247

September 10, 2014

La radio en rojo y negro (Programa 0)


Me vino a la cabeza la idea de realizar un proyecto más o menos radiofónico, por medio de podcasts de no más de quince minutos en los cuales pueda dar opiniones, comentarios, información, noticias, etcétera, sobre diferentes temas, pero especialmente sobre música. Este podcast es de prueba y lo hice sobre el tema de la intolerancia a las opiniones, tomando como ejemplo el caso de mis recientes comentarios acerca de la música de Gustavo Cerati y algunas de las reacciones que han provocado. Aún estoy en periodo de pruebas, pues, y pronto elaboraré el programa No. 1. A ver qué les parece esta pequeña emisión de siete minutos.

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Published on September 10, 2014 00:41

September 9, 2014

Pájaros de cuenta

Seis años de ausencia no es poca cosa, pero valdrán la pena si al regreso se trae algo bueno consigo. Es el caso de los Counting Crows, el legendario grupo de San Francisco, California, que lograra una merecida fama en los años noventa, en especial con su álbum debut August and Everything After de 1993, y que desde que sacó el Saturday Nights, Sunday Mornings de 2008 no había vuelto a grabar en estudio. No obstante, he aquí que estos cuervos han retornado con un nuevo plato bajo el brazo y hay que decir que se trata de un plato nutritivo y delicioso.
  Contra lo que se pudiera pensar, a lo largo del más reciente sexenio los Counting Crows no se mantuvieron inactivos. Todo lo contrario: siguieron tocando en giras constantes, fruto de lo cual fue su triada de discos en concierto de 2011, 2012 y 2013. Sin embargo, no se habían decidido a sacar nuevo material y es hasta ahora que regresan y lo hacen a lo grande con Somewhere Under Wonderland (Capitol/Virgin EMI, 2014), un álbum jubiloso, lleno de espléndida música.
  Hay una gran frescura en las nueve canciones que conforman a esta flamante grabación, aparecida apenas la semana pasada. Algún lugar bajo el País de las Maravillas arranca con “Palisades Park”, una larga pieza de ocho minutos en la que se recorren diversos paisajes, en un paseo musical que nos recuerda a la “Foreigner Suite” de Cat Stevens.
  Las ocho piezas restantes son tanto o más buenas que la primera. Así, vamos de la irresistible y paulsimoniana “Earthquake Driver” a la rocanrolerísima “Dislocation” y de la suave y dulce “God of Ocean Tides”, bella y acústicamente folkie, a la contundente “Scarecrow” que en mucho rememora a Neil Young y su Crazy Horse.
  “Elvis Went to Hollywood” es un tema muy a la Counting Crows, con ciertos toques de R.E.M., en tanto que “Cover Up the Sun” es una rápida y estupenda balada country. Cierran el disco la extraordinaria y cuasi rollingstoniana “John Appleseed’s Lament”, con su gran juego de guitarras, y la calma y bellísima “Possibility Days”.
  Un trabajo sobresaliente de estos cuervos de cuenta.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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Published on September 09, 2014 16:45

September 8, 2014

Algo bizarro sobre la palabra bizarro

Soy uno de esos anticuados defensores del idioma español y abomino de los terminajos que suelen contaminarlo. Ahora mismo, flota por ahí un sustantivo horrendo, "remediación", que escucho repetirse en los medios y que no es sino una traslación (y no una traducción) de la palabra inglesa remediation (remedio, arreglo). Algo muy similar acontece con la espantosa expresión "hace sentido", traslación igualmente directa del make sense inglés, cuando en español se dice "tiene sentido". Así pasa con otras muchas palabras (verbos infectos como "mentalizar", "promocionar", "implementar" y un largo etcétera).
  No obstante, existe una palabra que creo debería ser aceptada en la acepción que la utilizan extraoficialmente muchos hablantes de nuestro idioma. Me refiero a "bizarro" que si bien en español significa "bravo, valiente", es muy usado con el significado que se le da en lenguas como el inglés y el francés, es decir, como sinónimo de algo fuera de lo común. Creo que debería ser aprobada por la Real Academia Española, ya que se requiere de una palabra que diga algo más que simplemente "raro" o "extraño". Bizarro posee una fuerza especial y única y pienso que tendría que ser parte de nuestro léxico.
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Published on September 08, 2014 21:11

September 7, 2014

At the zoo

Para Adolfo Cantú, por su gran amor a los mexicanos.
Pues sí, gracias a la devaluación de Mister Peso no pude salir de vacaciones. Había planeado con mis hijos ir a conocer la nueva autopista a Oaxaca y, en una de esas, seguirnos hasta Chiapas (concretamente hasta San Cristobal de las Casas para ver qué onda). Pero hicimos números y nos dimos cuenta de que apenas nos alcanzaba para llegar a San Martín Texmelucan o Río Frío. Así pues, decidimos quedarnos en el DF y visitar el nuevo zoológico de Chapultepec. ¡Craso error!
  Acudimos al feudo de María Elena Hoyos el pasado viernes, con toda la ingenuidad y candidez del universo. “Como todo mundo anda fuera, no creo que haya mucha gente”, les dije a mis chavos. ¿Qué no? ¡Uta, parecía romería! Hicimos una cola enorme para entrar y una vez dentro fue casi imposible ver a los pobres animales que, aparte de estar enjaulados, tienen que soportar las miradas de miles de seres verdaderamente patéticos. Como no logramos observar a las jirafas, los elefantes, los papiones sagrados o los pandas, nos dedicamos a examinar y a clasificar a esa otra fauna: la que deambula por los pasillos como quienes están en su casa y hacen lo que se les viene en gana. He aquí el resultado de nuestra investigación de campo, con la descripción de algunos ejemplares notables:
  El sabio empírico (Opinatus pontificius). Se trata de una bestia vestida de pantalón corto, sandalias y camiseta de rayas horizontales que ante la jaula de los bisontes dice “¡Miren, unos búfalos!”, ante la del guanaco exclama “¡Una llama!” y ante los pecaríes asegura ver jabalíes. Nada tiene de malo equivocarse tan rotundamente, pero esta clase de individuo insiste en confundir a los animales y grita para que todos lo escuchen.
  La enajenada disneyana (Videocentrus asidum). Es madre de siete chamacos que a duras penas logra controlar. A todos los retaca de papas fritas  y chatarras y los ayuda a hacer pipí cuando no hay guardias cerca. Ante la jaula de los leones, grita a su descendencia: “¡Vean, son Simba y Nala!”, lo que significa que ha visto El Rey León hasta la saciedad. Por supuesto, los venados serán “bambis” y los elefantes “dumbos”, etcétera.
  Los vándalos bandosos (Bibisandbotjed vulgaris). De comportamiento impredecible, estos seres suelen ir en grupos de vestir todos igual: mezclilla, tenis, camisetas con leyendas jevimetaleras, peinados seudopunks. Al llegar junto a las jaulas se empujan botados de la risa y empujan a los demás, sin importarles mayor cosa. Avientan cosas para ver a quién le caen en la cabeza. Entre las palabras de su escaso lenguaje sobresalen los términos “chale”, “órale”, “hijo” y “¿ya vistes carnal?”. Ríen con un extraño sonido gutural.
  Los consumidores compulsivos (McDonaldus aferratus). Al zoológico no dejan meter comida, pero adentro hay una jugosa concesión al McDonalds y es ahí donde gran cantidad de ejemplares gustan pasar el tiempo, tomando el sol y devorando hamburguesas, malteadas y demás antojitos mexicanos. Los hábitos de esta rama zoo(i)lógica son muy peculiares a la hora de comer, pues lo hacen de dos bocados y luego se tiran de panza para reposar los alimentos. Un espectáculo conmovedor.

(Publicado en mi columna "Bajo presupuesto" de la sección cultural del diario El Financiero, el viernes 6 de enero de 1995)
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Published on September 07, 2014 16:10

September 6, 2014

Un programa para Sergio


Este es el programa No. 40 de La Mosca en la Radio, trasmitido por la estación de internet TuRadioOnLine. Se lo dediqué a mi hermano, el cineasta Sergio García, quien aparece en la foto con su imagen cheguevarista de los años setenta. A su lado, el también cineasta y en ese entonces superochero (al igual que mi brother) Gabriel Retes. Se transmitió el 19 de octubre de 2011, poco más de un mes después del fallecimiento de Sergio. En el mismo hablo de su vida y obra y cuento distintas anécdotas, además de que programé una muestra de la música que más le gustaba, desde los Beatles y los Rolling Stones hasta Los Teen Tops y las Ultrasónicas, pasando por Elvis Presley, Janis Joplin, El Tri, Canned Heat, Jaime López, Armando Palomas y otros. Para escucharlo, sólo hay que darle clic a la flecha de play en la barrita de abajo. Lo hice con mucho amor.

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Published on September 06, 2014 23:34

El aeropuerto de todos tan temido

Cuando durante el sexenio de Vicente Fox se frustró la posibilidad de construir el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, debido al famoso Atencazo, pareció que la idea quedaría enterrada por los siglos de los siglos… o hasta nuevo aviso.
  Mas he aquí que ha venido ese nuevo aviso y de una manera ciertamente sorpresiva. El presidente de la república anunció con bombo y platillo que sí se levantará ese megaproyecto y que además los terrenos donde estará ya fueron adquiridos y no tendrá por qué haber protestas de los macheteros y anexas (aún no me queda claro si dichos terrenos pertenecen al Distrito Federal o al Edomex).
  No sé si los activistas de Atenco busquen otro motivo para movilizarse, pero en lo que se deciden, ya las redes sociales empezaron a criticar lo del aeropuerto, como si no fuese urgente su construcción, dado que el actual, con todo y sus dos terminales, sencillamente no se da abasto.
  Se dice que por qué no mejor, con los miles de millones que se van a invertir, el gobierno se pone a hacer hospitales y escuelas. Eso suena muy políticamente correcto, pero una cosa no impide la otra. Se necesitan más sanatorios y centros escolares, sí, pero también se requiere una nueva central aérea, a la altura de las que hay en las principales ciudades del mundo.
  Aparte de la evidente belleza arquitectónica, durante los años que dure su construcción se van a generar, por necesidad, decenas de miles de fuentes de trabajo y la derrama económica beneficiará a mucha gente del oriente de la ciudad. ¿Qué también va a beneficiar a los contratistas? Pues sí. ¿Que hará que muchos políticos se levanten el cuello? También.
  El problema de fondo, en realidad, es que esos contratistas y esos políticos no pertenecen al bando de los que ya están empezando a protestar, aunque lo disfracen de preocupación por el bienestar del pueblo, etcétera.
  Por mucho tiempo se temió a la simple idea de retomar el proyecto del AICM, no fuera que aquellos se enojaran. Qué bueno que se haya perdido el miedo y que se actúe con determinación. ¡A volar!

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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Published on September 06, 2014 15:41

September 5, 2014

I Wanna Hold Your Hand

Hay películas que me encantan y que, sin embargo, en su momento fueron sonoros fracasos de público. Es el caso de dos cintas muy relacionadas entre sí: I Wanna Hold Your Hand de Robert Zemeckis (1978) y 1941 de Steven Speilberg (1979). Ambas me resultan divertidísimas y sin embargo, la mayoría de los críticos coinciden en despreciarlas, en especial a la segunda, de la cual escribiré otro día.
  Volví a ver I Wanna Hold Your Hand, después de muchos años, y la disfruté tanto o más que la primera vez. El filme marcó el debut como director de Zemeckis (quien más adelante realizaría la saga de Volver al futuro y varias buenas películas más) y es una obra plena de frescura, ingenio, ironía y magnífico humor. La historia se desarrolla durante los días en que los Beatles visitaron los Estados Unidos por primera ocasión y se centra sobre todo en su actuación en El Show de Ed Sullivan. Sin embargo, la trama sigue en primer plano a un grupo de adolescentes de ambos sexos que mueren por ver a los de Liverpool en persona y hacen todo por lograrlo. Cuatro jovencitas y tres chavos son los principales protagonistas y los líos en que se meten hace que uno la pase de maravilla con ellos.
  Con actuaciones sensacionales como las de Nancy Allen (quien ya tenía veintiocho años en la vida real y no obstante se ve como una teenager), Theresa Saldana, la genial gordita Wendy Jo Sperber, Susan Kendall Newman, Bobby Di Cirico, Marc McLure y el delirante Eddie Deezen (en el papel de un beatlemaniaco realmente maniaco), Quiero estrechar tu mano es una absoluta delicia y tiene momentos verdaderamente antológicos y hasta cachondos (le escena de Pam -Nancy Allen- prácticamente fajándose al bajo de Paul McCartney es inolvidable).
  Producida por Spielberg, la cinta debería ser revalorada y no permanecer, como ahora, prácticamente sumida en el olvido. Yo la gocé muchísimo de nueva cuenta.
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Published on September 05, 2014 20:30

September 4, 2014

Cerati y México (una visión crítica)

La muerte del músico argentino Gustavo Cerati resulta ciertamente lamentable. Aunque desde hacía cuatro años se le mantenía en estado de coma, existía en sus familiares, amigos y seguidores una improbable y casi metafísica esperanza de que despertara y volviera a ser el mismo, algo que resultaba prácticamente imposible y que al final no aconteció. Hoy, jueves 4 de septiembre de 2014, se ha confirmado de manera oficial su deceso.
  En México existe una verdadera adoración por Cerati y su influencia en el llamado rock mexicano fue y sigue siendo aplastante. He aquí algunas reflexiones críticas al respecto.

Si algo trajo Cerati, desde sus épocas con Soda Stereo a mediados de los años ochenta, fue la edulcoración del rock en español, su pasteurización, ese efecto de quitarle sus raíces negras para inyectarlo de un pop rock desprovisto de garra y con una sofisticación glam amanerada y neutra. Ni siquiera fue algo original. Simplemente adoptó (es un decir) al rock pop de The Cure, con un toque del reggae style de The Police, y lo trasladó a las Pampas y el río de La Plata. Soda Stereo y su líder encabezaron un movimiento que pronto se propagó por toda el continente y que en nuestro país tuvo a Caifanes como sus más conspicuos imitadores.
  Con la irrupción de los rockpoperos argentinos -y también de los españoles-, los músicos mexicanos de las clases media y alta adoptaron como suya la propuesta de estos adalides “latinos” y hasta la reivindicaron como una supuesta manera de crear un nuevo rock, opuesto al del imperio anglosajón y basado, decían, en la verdadera idiosincracia iberoamericana. El rock con raíces negras fue considerado como música para nacos (literal) y quedó marginado en las zonas proletarias de las ciudades.
  El movimiento que nació entonces en México, bajo el influjo del pop rock español y argentino (y del pop mexicano timbirichesco), no fue por desgracia algo temporal, sino que llegó para quedarse. La historia del rock fue, más que negada, ignorada. Vinieron así generaciones para las cuales el género no surgió a mediados de los cincuenta del siglo pasado, sino a finales de los ochenta y cuyos progenitores no eran Chuck Berry, Little Richard y ni siquiera Elvis Presley, los Beatles o los Rolling Stones sino Soda Stereo, Nacha Pop, los Hombre G y los Enanitos Verdes. En el mejor de los casos, Robert Smith era el padre verdadero del “nuevo rock” (véase la facha que en ese entonces lucían Gustavo Cerati o Saúl Hernández, por ejemplo).
  ¿Quiere decir todo lo anterior que la música de Cerati –como miembro de Soda Stereo o como solista– no vale la pena? No. Sería un despropósito afirmar semejante cosa. El hombre hizo excelentes composiciones y supo evolucionar para convertirse en un músico serio y respetable (aunque de pronto demasiado solemne). Discos suyos, como Bocanada o Ahí vamos, poseen una gran calidad musical. Incluso este último se acerca en momentos al rock de raíz, aquel que ni por asomo se escuchaba en sus primeros tiempos.
  Sin embargo, otorgarle el estatus de genio siempre me ha parecido un despropósito. No existe en su música una verdadera innovación. La marca de The Cure o de los Beatles está ahí. Cerati no revolucionó al rock y la forma como fue adoptado en nuestro país resultó por completo acrítica y se tradujo al final en un rockcito insustancial, pobre, desenraizado, inculto e infantiloide que, con sus honrosas excepciones, ha dominado al panorama de la música “juvenil” a lo largo de casi tres décadas. Para el mainstream roquero de México, la raíz negra jamás existió y Cerati (o Charly García o Fito Páez o Miguel Mateos) le son más trascendentes que Willie Dixon, Muddy Waters o John Lee Hooker, a quienes muchos no conocen siquiera de nombre.
  Tal vez no sea culpa o responsabilidad suya, de seguro no fue esa su intención, pero la influencia concreta de Gustavo Cerati fue, a mi modo de ver, más empobrecedora que enriquecedora y, lo peor: consiguió generar a una camada de fanáticos que lo idolatran, pero que lo hacen desde una posición histórica y cultural muy endeble, desde una ignorancia supina que confunde al pop más inofensivo con eso que todavía algunos pensamos que es el rock. Lo más paradójico del asunto es que Cerati abrevó siempre del rock anglosajón, ese mismo que sus seguidores más conspicuos abominan.
  Descanse en paz.
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Published on September 04, 2014 15:11

September 3, 2014

Buenos días, Vietnam

Barry Levinson es uno de esos directores a los que los críticos exquisitos suelen denominar como "artesanos". Tal vez lo sea, pero no tengo duda de que es un excelente artesano cinematográfico, según lo prueban algunas cintas suyas como la controvertida Rain Man (1988), la finísima Avalon (1990) y las sensacionales y agridulces comedias Tin Man y Good Morning, Vietnam, ambas de 1987.
  Voví a ver esta última y tengo que decir que ha soportado el paso del tiempo y que sigue siendo un gran filme. Aunque la figura central es Robin Williams (un Williams perfectamente dirigido por Levinson, lo cual le permitió realizar la que tal vez sea la mejor actuación de su vida), Buenos días, Vietnam es mucho más que ese extraordinario personaje llamado Adrian Cronauer.
  La historia está basada en hechos reales. Cronauer existió y durante la guerra de Vietnam fue un disc jockey radiofónico que puso en jaque a las autoridades militares estadounidenses, debido a su estilo desenfadado e irreverente, a su rebeldía y a que en sus programas ponía rock, soul y blues, lo cual encantaba a los soldados que lo escuchaban en el frente de batalla. Robin Williams encarna a la perfección al locutor y lo hace gracias a sus tremendas habilidades para la stand up comedy. Sus monólogos críticos y sardónicos son de antología y no dejan títere con cabeza, ya sea el presidente Lyndon B. Johnson y el vicepresidente Richard Nixon o personajes como el Papa Paulo VI o la Reina de Inglaterra.
  Pero la película es más que eso. Es el contexto de la terrible guerra de Vietnam (hay excenas muy duras, como la del atentado terrorista). Es el resto de los personajes (desde los compañeros de Cronauer, como el estupendo Edward Garlick que interpreta un muy joven Forrest Whitaker, hasta sus enemigos dentro del ejército, en especial el ridículo sargento Dickerson que maneja a su antojo el sensacional Bruno Kirby, sin olvidar a los actores orientales, todos ellos fantásticos, con mención especial para la bellísima actriz tailandesa Chintara Sukapatana, como el amor imposible de Cronauer). Es la perfecta recreación de época y de lugar. Es la fuerza de la realización. Es la estupenda música. En fin.
  Una cinta magnífica que vale la pena volver a ver y que sitúa a Robin Williams como un gran actor, lejos de las exageraciones histriónicas a las que era tan afecto.
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Published on September 03, 2014 17:19

September 2, 2014

Algo de nueva pornografía

Exuberancia sonora. Lujuria armónica. Elegancia melódica. Paredes de sonido que no dejan resquicio a los silencios. Letras herméticas y misteriosas. Sensualidad a raudales. Erotismo musical. Es la pornografía musical, ya no tan nueva, de The New Pornographers y su flamante álbum Brill Bruisers (Matador, 2014).
  Formada en la ciudad de Vancouver, Canadá, en 1996 y liderada por el multiinstrumentista, cantante y compositor A.C. Newman, esta agrupación ha manufacturado un estilo pleno de colorido y brillantez, con una combinación de popsicodelia sesentera, rock alternativo y electrónica que se ha ido perfeccionando a lo largo de los seis discos que ha grabado hasta la fecha.
  Considerado por algunos como un supergrupo, ya que además de Newman también forman parte de él músicos que brillan con luz propia, como Dan Bejar y la gran cantautora de alt-country Neko Case, The New Pornographers se ha mantenido fiel a un estilo a lo largo de casi dos décadas y lo confirma con este Brill Bruisers (algo así como matones geniales), un trabajo espléndido y a la altura de sus mejores obras.
  Luego de un plato tan grandioso como su anterior Together de 2010,  en esta ocasión el septeto nos sorprende con un larga duración aún más grandioso, pero sin caer en la grandilocuencia. Me explico: Newman y compañía saben exactamente en dónde detenerse, hasta dónde llegar, para no caer en excesos huecos y recargados que nada aportan (algo muy común, por ejemplo, en algunos grupos de rock progresivo). Por el contrario, su música siempre se mantiene dentro de estrictos límites llenos de belleza y sin la menor cursilería. Hay en sus canciones mucha sustancia y la forma es parte de esta misma sustancia, valga la paradoja.
  Esto lo podemos ver en canciones tan magníficas como “Champions of Red Wine”, “Fantasy Fools”, “Dancehall Domine”, “Backstairs” o la homónima “Brill Bruisers” con la que abre el álbum.
  Los Nuevos Pornógrafos se mantienen en un muy alto nivel artístico y aunque graben muy de vez en cuándo (o quizá por eso mismo), su música resulta siempre rica, plena, suntuosa.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

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Published on September 02, 2014 18:09

Hugo García Michel's Blog

Hugo García Michel
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