Hugo García Michel's Blog, page 245
October 1, 2014
El legado de JJ Cale
La reciente aparición del álbum The Breeze (An Appreciation of JJ Cale) (Surfdog Records/Universal, 2014) de Eric Clapton & Friends es uno de los acontecimientos musicales del año. No sólo por la calidad del disco y de quienes participan en él (Clapton reunió a una pléyade de artistas de primerísimo orden que incluye a Mark Knopfler, Tom Petty, Willie Nelson, John Mayer, Don White y Christine Lakeland), sino por lo que JJ Cale significó como músico, como compositor y, muy especialmente, como guitarrista creador de un estilo singularísimo de tocar su instrumento.Nacido el 5 de diciembre de 1938 en Oklahoma City y fallecido el 26 de julio de 2013 en San Diego, California, John Weldon Cale fue uno de los músicos y compositores estadounidenses más finos del siglo pasado. Con el nombre artístico de JJ Cale, logró crear lo que se conoció como el sonido Tulsa, basado en el folk, el country y el blues, pero con un toque personalísimo, lleno de sutileza, en la manera de ejecutar la guitarra. Difícil de definir en palabras, ese sonido resulta sin embargo inconfundible cuando se le escucha y fue una gran influencia en muchísimos guitarristas posteriores, notoriamente en el propio Clapton y, sobre todo, en el líder de los Dire Straits, Mark Knopfler.
De hecho, como Cale permaneció muchos años en un discreto ostracismo y fue ignorado por lo que se conoce como el mainstream, cuando a finales de los años ochenta surgieron los Dire Straits, muchos nos sorprendimos por la “originalidad” de su música, sin sospechar que en realidad era prácticamente una calca de lo que JJ Cale llevaba haciendo desde principios de esa misma década. No acuso con ello a Knopfler y sus compañeros de plagiarios, pero sí es cierto que no fueron muy expresivos a la hora de revelar cuáles eran sus influencias esenciales y sobre todo la hoy tan evidente influencia principal.
Habrá que decir, sin embargo, que tampoco JJ Cale se mostró particularmente preocupado por eso y pronto se hizo amigo de sus discípulos. Después de todo, ahí estaba su obra, contenida en una veintena de álbumes sin desperdicio, entre los cuales habría que destacar maravillas como Naturally (su disco debut de 1971), Troubadour (una joya de 1976), Grasshopper (1982, otra belleza) y sus esplendorosas placas finales: To Tulsa and Back (2004), The Road to Escondido (2006, al lado de Eric Clapton) y Roll On (su testamento de 2009).
La discografía como solista del propio Clapton estuvo marcada desde un principio por JJ Cale. Desde su plato debut, el homónimo Eric Clapton de 1970, en el que venía la hoy famosa composición de Cale “After Midnight”, el guitarrista británico inició una relación con su maestro norteamericano, relación que se mantendría hasta la muerte del segundo, el año pasado, y que hoy se muestra con la aparición del ya mencionado The Breeze (An Appreciation of JJ Cale), editado en julio pasado.
Como señalé al inicio de este artículo, el buen Eric convocó a varios de sus amigos para la grabación del disco y los resultados no pudieron ser mejores. Estamos frente a un más que merecido tributo a la obra de Cale, con una impecable colección de algunas de sus más notables composiciones.
Clapton no trata de robar cámara y da el suficiente espacio a sus colegas para que cada uno de ellos luzca su voz y/o su guitarra. El ex Cream y ex Derek and the Dominos se reserva tan sólo tres canciones: “Call Me the Breeze”, “Cajun Moon” y “Since You Said Goodbye”, para después dejar que los demás tengan la misma participación. Esto lo vemos (y por supuesto lo escuchamos) en cortes como “Rock and Roll Records”, “I Got the Same Old Blues” y “The Old Man and Me” con Tom Petty; “Someday” y “Train to Nowhere” con Mark Knopfler; “Songbird” y “Starbound” con Willie Nelson; “Lies” y “Don’t Wait” con John Mayer… y así. De resaltar es la presencia de Don White, nativo de Oklahoma como Cale y quien tiene una voz muy similar a la de éste, algo que podemos oír en “Sensitive Kind” o “I’ll Be There (If You Want Me)”.
Dieciséis son en total los temas que conforman el disco y hay que hacer notar que se evitó caer en el facilismo y el lugar común, al no incluir las más célebres canciones de JJ Cale, es decir, “After Midnight” y, sobre todo, la conocidísima “Cocaine” que Eric Clapton convirtiera en un clásico en su gran álbum Slowhand de 1977.
(Publicado este mes en la revista Nexos No. 442)
Published on October 01, 2014 21:55
September 30, 2014
Alt-J y el triángulo perfecto
A fines de 2012, comenté en un artículo publicado en la revista Nexos que, a raíz de la aparición de su disco debut, An Awesome Wave, Alt-J era una propuesta de la cual podíamos esperar mucho en adelante. Dos años han pasado desde entonces y es ahora que este proyecto surgido en Leeds, Inglaterra, reaparece con su segundo álbum, This Is All Yours (Atlantic, 2014), tan sorprendentemente bueno como su antecesor.Más allá del culto hipster que algunos le profesan, Alt-J (cuyo nombre se debe a que en algunas computadoras Mac, al apretar las teclas Alt y J, aparece un triángulo equilátero) tiene una propuesta tan ecléctica como inasible. Hay algo de rock alternativo en su música que lo mismo puede remitir a Foals o a Fleet Foxes, pero también hay mucho de electrónica y de coqueteos con el rock progresivo y el post rock, aunque de pronto pueden desconcertar con un inesperado rock-funk, un tema folkie, sonidos a la Peter Gabriel o hasta guiños del mejor pop.
Formado en 2008 por cuatro estudiantes de Arte de la Universidad de Leeds, el cuarteto se reinventa en este This Is All Yours, mediante la elaborada y cerebral construcción de una catorcena de composiciones (si incluimos al bonus track “Lovely Day”) sin fisuras que van de la polifonía vocal de “Intro” al minimalismo folk de “Arrival in Nara” y los oscuros cantos cuasi góticos de “Nara” y “Leaving Nara”. El misticismo en apariencia solemne se rompe, se rasga, con la vital y súbitamente roquera “Left Hand Free”(que remite a The Beta Band) o la al mismo tiempo progresiva y pastoral “Choice Kingdom”. Hay joyas como “Hunger of the Pine” y “Bloodflood Part II” que recuerdan a These New Puritans, “Warm Foothills” (dulcemente juguetona en el intercambio entre la voz masculina y la femenina), “The Gospel of John Hurt” (inquietante y levemente ominosa) y “Pusher” (austera, triste, pero de enorme belleza acústica).
Dos discos en dos años. Dos discos que muestran una propuesta a la vez inteligente y sensible. Alt-J tiene mucho que dar y mucho que decir. Esperemos con interés su tercer trabajo.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on September 30, 2014 18:30
September 29, 2014
La mujer sentada
Sergio Magaña.Con la reseña de esta narración, inicio la revisión periódica de diversos cuentos, escritos por autores de todas las épocas y todas las latitudes.Escrito por Sergio Magaña en 1947 y publicado en la espléndida revista El cuento que dirigía Edmundo Valadés, "La mujer sentada" es una narración corta con una fuerza tremebunda y una violencia aterradora. Crítica soterrada a los usos y costumbres de la población rural de mediados del siglo pasado, cuenta la historia de Ana Juárez, una jovencita de dieciséis años a quien su padre prácticamente ha negociado para que se case con el cacique del lugar, un tal Andrés Cuesca.
Ella ha aceptado a regañadientes y ha dejado que los preparativos de la boda no se detengan, a pesar del asco que le da tener que entregarse y ser la esposa de aquel dueño de vidas y haciendas. En el pueblo todos hablan de la boda de Ana y don Andrés. Sólo que en la víspera de la ceremonia, la casi niña se ve con Marciano Reyes, su novio de la misma edad, y a partir de ese encuentro, la situación cambia y ella se niega a contraer matrimonio, al confesar lo inconfesable. El castigo que recibe por parte de su propio padre y de quien iba a ser su marido quita el aliento por el horror que conlleva y que lógicamente no revelaré, a fin de que busquen y lean el cuento.
Escrito con un lenguaje casi rulfiano, lleno de austeridad, frases cortas, metáforas exactas y diálogos creíbles y auténticos, "La mujer sentada" es alta literatura y su atmósfera campirana y pueblerina envuelve al lector y lo fascina, a la vez que lo lleva a rebelarse contra el destino de la infortunada muchacha.
Un cuento ejemplar, en todos los sentidos del término. A pesar del mal sabor que deja su implacable final.
Published on September 29, 2014 20:00
September 28, 2014
42
Buena película del realizador estadounidense Brian Helgeland sobre Jackie Robinson, el primer jugador negro en las ligas mayores. Filmada en 2013, la cinta es muy entretenida y está muy bien producida y si bien no va más allá de otros filmes biográficos, si retrata de manera fiel lo que era el clima de racismo en los Estados Unidos de la postguerra y en el medio del beisbol profesional.42 (el título se debe a que ese era el número que portaba Robinson como jugador de los entonces Dodgers de Brooklyn) narra la historia del legendario primera base y gran bateador desde su infancia hasta sus momentos de gloria. El papel del beisbolista corre a cargo de Chadwick Boseman, quien lo hace muy bien, aunque la actuación más memorable es la de Harrison Ford como Branch Rickey, el dueño de los Dodgers, quien contra viento y marea sostuvo a Robinson y desafió a todo el establishment del deporte norteamericano.
Hay escenas muy buenas, como aquella en la que el manager de los Philis de Filadelfia, un tal Ben Chapman (interpretado estupendamente por Alan Tudyk), muestra toda su estulticia racista al lanzar puyas agresivísimas a Robinson cuando esté se encuentra en su turno al bat, palabras que en esta época de corrección política le habrían acarreado la expulsión inmediata de las ligas mayores, pero que a finales de los años cuarenta del siglo pasado retrataban lo que pensaban muchos whities y por ello gozaba de la más grande impunidad.
Quizás en manos de un director como Spike Lee, 42 habría sido mucho mejor. Sin embargo, se deja ver y sus resultados son buenos. Bastante recomendable a mi modo de ver.
Published on September 28, 2014 20:00
September 27, 2014
A Tuta máquina
Que anda a salto de mata. Que se oculta en el monte y duerme en escondrijos, temeroso de ser capturado. Que deambula por las noches a lo largo de veredas y caminos de la inhóspita serranía. Que le están pisando los talones y que en cualquier momento lo atrapan. Todo eso se dice y más. No obstante, Servando Gómez Martínez, más conocido por su sobrenombre de La Tuta, se la pasa dando señales en contrario.Porque como que no checa eso de que el líder de los Caballeros Templarios esté en franca huida y al mismo tiempo sigan apareciendo esos reveladores y simpáticos videos en los que se le ve muy quitado de la pena, reunido con una serie de personajes de la política, el empresariado y los medios de comunicación del estado de Michoacán, quienes lo miran no como a un criminal o un hombre aterrador, sino como a una especie de padrino benefactor y dador de favores, como máxima autoridad de la región y como un líder político del tipo de aquellos antiguos caciques post revolucionarios al estilo de Saturnino Cedillo o Gonzalo N. Santos, quienes eran dueños de vidas y haciendas, de regiones enteras en donde determinaban todo lo que se movía y lo que no se movía.
Como personaje literario o cinematográfico, la Tuta da para mucho. Al contrario de otros capos del crimen organizado, estamos ante una personalidad mucho más compleja e interesante que, no sé, el Señor de los Cielos o la Reina del Sur y ellos ya tienen libros y hasta telenovelas sobre su vida.
¿Cómo se las ingenió el hombre para reunirse con tantos michoacanos notables (uso la palabra notables con todas las reservas del caso) y grabarlos a todos en video, de tal manera que pudiera tenerlos en un puño? Para un escritor o un guionista, es una pregunta fascinante.
Claro que lo que sucede con Michoacán y con la Tuta no es un caso de ficción y, en ese sentido, la legalidad está en juego, una legalidad que, sin embargo, en aquella entidad parece, desde hace ya bastante tiempo, asunto relativo y poco tomado en cuenta. Es por eso que allá las cosas van –y quién sabe por cuánto tiempo más– a Tuta máquina.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
Published on September 27, 2014 18:23
September 26, 2014
Ayelén
Anoche recibí la impactante y terrible noticia de que mi amiga Ayelén Hernández había fallecido de un infarto, a sus tempranos cuarenta y tres años de edad. Tenía ya algunos años de no verla, pero la sorpresa me dejó helado. La conocí a fines de los noventa o principios de este siglo, cuando era la encargada de prensa de Sum Records (aunque tengo la idea de que la había conocido antes, en Warner o en alguna disquera trasnacional, pero no estoy seguro). Muy buena persona, amable y simpática, vino a mi casa más de una vez y bebimos vino en un par de ocasiones. Gracias a ella, le vendimos varios anuncios de la Mosca a Sum, anuncios que nos pagaban con discos.De unos años para acá, era la manager de Paté de Fua y en ese tiempo llegamos a platicar dos o tres veces por facebook. No sé si padecía alguna enfermedad o si el ataque al corazón fue algo que ella y sus allegados no esperaban. Muy triste que una mujer tan afable y trabajadora, además de todavía joven, muera de ese modo. Descansa en paz, querida Ayelén.
Published on September 26, 2014 20:49
September 25, 2014
Chelas personificadas
Ahora que la Coca Cola sacó sus latas de refrescos con nombres de personas (hasta yo tengo la mía), el sentido del humor produce ocurrencias (y fotografías) como esta.
Published on September 25, 2014 16:30
September 24, 2014
Seminario sobre revistas de rock
Hoy se celebró la cuarta sesión del seminario sobre revistas de rock que organizaron David Cortés y Alejandro González en el Multiforo Alicia. Me tocó participar al lado del propio David (quien estuvo como antiguo editor de la revista Pulse! de Tower Records) y de Benjamín Salcedo (de Rolling Stone México). Yo, claro, iba por parte de La Mosca en la Pared.Lleno total y todo muy bien y muy entretenido. Público participativo y en buen plan. Cada uno habló y luego vino la parte de preguntas y respuestas que resultó bastante divertida.
Cuando llegué, me encontré a Letto en la fila y la metí como mi acompañante. Saludé a varios conocidos y al terminar, como a las diez y media, acompañé a Letto a que tomara el trolebús y luego me regresé en metrobús (que a esas horas pasa casi cada media hora). Fue un retorno muy tardado, pero todo bien a fin de cuentas.
Published on September 24, 2014 21:30
September 23, 2014
Robert Plant y el rugido incesante
Para muchos es una de las leyendas vivientes del rock. Para otros, una verdadera deidad. Visto desde un plano más terrenal, se trata de una de las voces más características y reconocibles del género, después de casi medio siglo de carrera ininterrumpida.Robert Plant ataca de nuevo, luego de cuatro años de ausencia discográfica, y lo hace con su onceavo opus como solista, un trabajo magnífico al lado de su muy británica agrupación, The Sensational Space Shifters, con la que había grabado los estupendos Dreamland (2002) y Mighty Rearrenger (2005).
lullaby and… The Ceaseless Roar (Nonesuch) es un álbum con el cual el ex cantante de Led Zeppelin retorna a sus raíces inglesas, luego de pasar algún tiempo en los Estados Unidos, donde grabó discos tan buenos como Raising Sand (2007, al lado de la gran Alison Krauss) y Band of Joy (2010).
En el caso de este lullaby and… The Ceaseless Roar (así, con minúscula inicial), Plant recurre a diversos estilos musicales para dar forma a la oncena de composiciones que lo constituyen. Desde el folk inglés y estadounidense hasta la música de fuentes arábigas de Medio Oriente y el norte de África, sin dejar de lado al rock puro y al blues, el plato transcurre con placidez para llevar a nuestros oídos piezas tan buenas y diversas como la inicial y percusiva “Little Maggie”, la luminosa y emotiva “Rainbow”, las sensuales y envolventes “Pocketful of Golden” y “Embrace Another Fall”, la rocanrolera y tomwaitsiana “Turn It Up”, la dulce y nostálgica “A Stolen Kiss”, la repiquetante y de guitarras byrdianas “Somebody There”, la juguetona y folkie “Poor Howard”, la soulera y arabesca “House of Love”, la intensa y blueserona “Up on the Hollow Hill (Understanding Arthur)” o la vertiginosa y cíclicamente concluyente “Arbaden (Maggie’s Babby”.
Misterioso y reflexivo, intenso y sabio, lullaby and… The Ceaseless Roar es una honda meditación sobre el paso (aunque no el peso) de los años y en eso se emparienta con la obra más reciente de autores como Bob Dylan o Leonard Cohen.
Una obra maestra de Robert Plant.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio", en la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on September 23, 2014 21:37
September 22, 2014
El secreto de The Gaslight Anthem
Uno de los secretos mejor guardados del rock estadounidense actual es The Gaslight Anthem. Potente y melódico, nostálgico y actual, poderoso y al mismo tiempo sutil, este cuarteto de Nueva Jersey ha heredado mucho del sonido de su paisano más insigne, “El Jefe” Bruce Springsteen, pero ha logrado desarrollar un estilo propio que ha ido evolucionando de manera positiva a lo largo de cinco álbumes en estudio, el más reciente de los cuales, Get Hurt, acaba de aparecer hace unas semanas.Editado por Island/Universal, el disco viene a coronar la trayectoria de tan sólo siete años del grupo, cuyo primer opus, Sink or Swim, apareció de manera independiente en 2007. Poco después vino The ’59 Sound (2008), para la pequeña disquera Side One Dummy, misma con la que en 2010 salió el que quizá sea su mejor trabajo discográfico: American Slang, una verdadera joya del rock más gozoso. En 2012, Mercury le produjo el estupendo Handwritten y este mes de agosto de 2014 tenemos a nuestra disposición Get Hurt.
El flamante larga duración contiene doce temas musicalmente variados, en los que la agrupación recorre los varios estilos de los que suele abrevar, aunque hay gratas sorpresas, como el stoner rock del tema abridor, “Stay Vicious”, bastante insólito en su repertorio, porque ha sido del rock puro, del folk eléctrico y del alt country (eso que ahora suele llamarse americana) de donde The Gaslight Anthem ha tomado sus influencias para fundirlas y crear su característico sonido que si bien no es absolutamente original (podríamos emparentarlo con diversas bandas de los años setenta del pasado siglo –desde Foreigner hasta Cheap Trick– o con propuestas actuales como la de The Hold Steady, por ejemplo), sí posee un halo de originalidad distintiva, lo cual destaca en otras composiciones del álbum, como las excelentes “Stray Paper”, “Helter Skeleton”, “Underneath the Ground”, “Break Your Heart” o la homónima “Get Hurt”.
The Gaslight Anthem está conformado por Brian Fallon (voz principal y guitarra), Alex Rosamilia (guitarra), Alex Levine (bajo) y Benny Horowitz (batería). Su fama, fuera de los Estados Unidos, no es mucha, pero vale la pena escucharlo. Nadie saldrá defraudado después de hacerlo.
(Publicado originalmente en la sección de música de Cultura Nexos)
Published on September 22, 2014 15:54
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