Hugo García Michel's Blog, page 260

May 4, 2014

Dallas Buyers Club

No sé cómo le pusieron en México (por salud mental, ya trato de de evitar los títulos normalmente idiotas que quién sabe quiénes le ponen a las películas extranjeras), pero Dallas Buyers Club de Jean-Marc Vallée me parece una gran película. La historia de un macho tejano, homofóbico y machista, que durante los pasados años ochenta queda infectado de VIH y su lucha en contra de la enfermedad, en contra de los primeros tratamientos para combatirla y, sobre todo, en contra de los criminales intereses económicos de las grandes empresas farmacéuticas me resultó muy convincente.
  Con un excepcional cuadro de actores secundarios que incluye a Griffin Dune, Steve Zahn, Dallas Roberts, Denis O'Hare y Jennifer Garner, el gran duelo actoral se da entre los magníficos y estelares Matthew McConaughey y Jared Letto. El primero, como el desconcertado y luego lúcido Ron Woodroof y el segundo, como el sensacional travesti Rayon.
  El filme es duro, seco, con una narrativa que en momentos parecería casi documental, y está basado en una historia real, la de Woodroof y su tentativa por distribuir medicamentos realmente efectivos contra el SIDA y la manera como la industria farmacéutica lo aplasta por ver amenazadas sus ganancias.
  Una cinta muy recomendable en verdad.
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Published on May 04, 2014 20:00

May 3, 2014

Nuestros inevitables políticos

A menudo veo, leo y escucho quejas acerca de nuestra clase política. Sobre todo en las redes sociales, son constantes los reclamos en contra de los politicastros que nos tocaron en suerte. La gente se enoja mucho por esa causa. Yo mismo caí en ello alguna vez, aunque hace tiempo que preferí cambiar mi manera de ver el asunto y contemplarlo de manera más realista y, digamos, más filosóficamente cínica.
  Con lo anterior quiero decir que he llegado a la conclusión de que todo lo que asociamos con la política real (no la ideal que nos enseñaban en las clases de civismo, cuando había clases de civismo), es decir, corruptelas, traiciones, intrigas, manipulación, deshonestidad, hipocresía y un largo etcétera; todo eso es y ha sido, a lo largo de dos siglos, parte sustancial e intrínseca de los hombres que hacen política en nuestro país.
  Aceptémoslo: el zoon politikon mexicanus se ha comportado de ese modo desde el siglo XIX, sin importar su pertenencia a las facciones liberales o conservadoras. Congresistas y funcionarios de aquellas épocas eran igualitos a los del siglo XX y lo que va del XXI. ¿Suena conformista decirlo? Yo lo llamaría realista. Tan sencillo como que el poder corrompe por necesidad. Aquí y en todo el mundo, hoy y en todo tiempo (recomiendo de nuevo ver la serie House of Cards de Netflix, una implacable lección crítica pero verdadera sobre lo que es la política en la práctica y no en la dorada teoría de los libros de texto en las universidades).
  No seamos ingenuos. Los políticos jamás van a cambiar. Sean del partido que sean. ¿Ha desaparecido la corrupción en el DF desde que lo gobierna el PRD? ¿Cambió el país para bien durante los doce años que lo gobernó el PAN? La respuesta es obvia. Quien entra a la política se contamina de ella, porque ingresa a un mundo lleno de complicidades, compromisos y componendas. Así fue, así es y así será.
  ¿Qué hacer entonces? ¿Una revolución? ¿Para que lleguen nuevos políticos igual de corruptos y manipuladores? Yo recomendaría observar las cosas con cierta dosis de sentido del humor, a fin de no hacer corajes inútiles, de no amargarse. Pero sé que soy un cínico.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).
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Published on May 03, 2014 20:00

May 2, 2014

La dama de San Vicente

Annie Clark es el nombre de una mujer nacida en 1982, en Tulsa, Oklahoma. Quizás a simple vista su apelativo no diga mucho. Sin embargo, cuando vemos lo que ha logrado hacer en apenas siete años, no podemos más que asombrarnos y admirar el talento de una de las artistas más dotadas que ha dado el rock de este nuevo siglo.
  Tal vez, señalaba, su nombre diga poco a la mayoría, pero si lo traducimos al de su proyecto, St. Vincent, las cosas se vuelven más claras y podemos entender lo que representa su propuesta, misma que a lo largo de cinco discos nos ha otorgado un sonido tan propio, tan singular, tan original, como es difícil encontrar desde hace mucho. St. Vincent (es decir, Annie Clark) encontró algo nuevo al combinar al rock pop con elementos avant-garde y guitarras que se acercan tanto al progresivo como al heavy metal, en una amalgama que parecería improbable y que ella ha vuelto posible gracias a sus capacidades como compositora e intérprete.
  Guitarrista desde los doce años y más tarde estudiante de la Berklee School of Music que dejaría en 2004, Clark formó parte de ese proyecto musical  multitudinario que es The Polyphonic Spree, al que abandonó en 2006 para integrarse al grupo de Sufjan Stevens. Ese mismo año, grabó un EP propio, en el que en lugar de usar su nombre adoptó el singular seudónimo de St. Vincent, en honor a una de sus abuelas y al hospital de Nueva York en donde falleció el poeta Dylan Thomas.
  En 2007, decidió convertirse en solista y firmó para la disquera Beggars Banquet para producir su primer álbum, el magnífico Marry Me. Su música era extraña e inasible y parecía claro que su propuesta estaba destinada a permanecer dentro del circuito del rock alternativo. Algo sucedió sin embargo dos años después, cuando se mudó al legendario sello británico 4AD y produjo su segundo opus, el sensacional Actor que le valió múltiples críticas elogiosas y le permitió dar el salto del underground a las grandes ligas. No era para menos, Actor es un trabajo grandioso, quizá su mejor obra hasta el momento, con esa fascinante mezcla que hace entre el rock pop más melodioso y celestial y los acordes secos y distorsionados de su guitarra, todo ello coronado con su hermosa voz, a la vez dulce y maliciosa, tierna e irónica. Esta grandiosidad se veía replicada en sus conciertos que comenzaron a tornarse en un culto para sus cada vez más numerosos seguidores.
  La súbita fama de St. Vincent, hizo que Annie Clark empezara a ser invitada para participar en discos de otros. Fue el caso de grupos como The New Pornographers y The Mountain Goats. Era claro que debería haber un tercer disco y éste fue otra maravilla: Strange Mercy (4AD, 2011). Este nuevo larga duración profundizó el estilo de la artista, al presentar canciones que en las letras y la música hacían más claras sus contradicciones y yuxtaposiciones. Las letras eran de pronto tan bondadosas como crueles, tan celebratorias de la verdad como de la mentira, en tanto la música volvía a ser impecablemente melódica pero revestida con arreglos en los que los instrumentos de viento y de cuerda construían atmósferas delicadas que eran destrozadas por esa guitarra suya, tan salvaje como una sierra eléctrica o un taladro asesino.
  Una vuelta de tuerca en la carrera de Annie Clark se produjo al año siguiente, cuando conoció al antiguo líder de los Talking Heads, ese extraño y genial personaje que es David Byrne, y juntos decidieron grabar un disco. La resultante fue Love This Giant (4AD, 2012), una placa asombrosa, llena de ritmos vertiginosos, metales de estruendo y las voces de los dos talentosos personajes en una estrambótica conjunción.
  La huella de esa experiencia quedaría marcada en Clark, quien este año acaba de sacar el homónimo St. Vincent (4AD, 2014), en el que su estilo característico está presente, pero con reminiscencias claras, en varias piezas, de lo que aprendió con Byrne. He aquí un trabajo impecable, esplendoroso, a la altura de su discografía. Dicen algunos críticos que se trata de su álbum más inclinado al pop. No lo sé de cierto, pero a mi modo de ver esto sería lo de menos, ya que la calidad artística de Clark está por encima de cualquier clasificación genérica.
  Annie Clark, la dama de San Vicente. Una de las creadoras musicales (y esto incluye a hombres y mujeres) más importantes en lo que va del siglo.

(Publicado este mes en la revista Nexos No. 437)
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Published on May 02, 2014 13:54

May 1, 2014

De gira

Vi en Mubi una estupenda película francesa: Tournée, dirigida por Mathieu Amalric en 2010. Amalric es también guionista y actor principal de la cinta. Su personaje es el de un empresario teatral que lleva de los Estados Unidos a Francia un espectáculo de new burlesque, para realizar una gira (una tournée) por diferentes ciudades del país galo, con la idea de culminar en París.
  Casi como si se tratara de un documental, el filme nos lleva por los entretelones de la compañía artística, cuyas estrellas son cinco o seis mujeres estadounidenses ya veteranas, en su mayor parte pasadas de años y de carnes, pero con un encanto y una cachondería sin iguales. Las relaciones que se van dando, los problemas personales de cada uno de los integrantes de la troupé (en especial de Joachim Zand, el personaje interpretado por Amalric), los ensayos, las presentaciones, todo está tratado con gran elegancia y buen gusto, sin caer jamás en lo grotesco.
  Una estupenda cinta, más que recomendable.
  Búsquenla.
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Published on May 01, 2014 21:30

April 30, 2014

Aura

Mi querida y joven amiga Aura Lowy vino a cenar y la pasamos muy bien. Es una mujer no sólo muy linda, sino muy inteligente, talentosa y llena de iniciativa. Pienso que con el tiempo hará cosas muy importantes dentro de los medios de comunicación y que puede llegar muy lejos. Ya le dije que en lo que esté de mi parte, yo la apoyo. Una gran persona sin duda.
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Published on April 30, 2014 21:30

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Hugo García Michel
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