Fernando Ariel García's Blog, page 12
February 11, 2023
TOP GUN - MAVERICK: REVALIDACIÓN NOSTÁLGICA DE UN IMAGINARIO VETUSTO
Top Gun: Maverick. Director:Joseph Kosinski. Protagonistas: Tom Cruise, Val Kilmer, Miles Teller, Jennifer Connelly, Jon Hamm, Glen Powell, Lewis Pullman, Ed Harris, Mónica Bárbaro, Charles Parnell, Jay Ellis, Danny Ramírez, Greg Davis, Bashir Salahuddin, Manny Jacinto, Raymond Lee, Jake Picking, Jack Schumacher, Kara Wang, Lyliana Wray y Jean Louisa Kelly, entre otros. Guionistas: Ehren Kruger, Eric Warren Singer y Christopher McQuarrie, sobre una historia de Peter Craig y Justin Marks. Basado en personajes y situaciones creados por Jim Cash y Jack Epps Jr. para el film Top Gun (1986). Música: Harold Faltermeyer, Lady Gaga y Hans Zimmer. Tema principal: Hold My Hand, interpretado por Lady Gaga. Productores: Jerry Bruckheimer, Tom Cruise, Christopher McQuarrie, David Ellison. Paramount Pictures / Skydance / TC Productions / Don Simpson - Jerry Bruckheimer Films. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 25 de mayo de 2022.
No recuerdo mucho de la primera Top Gun. Fui a verla al cine específicamente por Tony Scott (1944-2012), hermano menor de Sir Ridley que había parido esa maravilla de El ansia, glamorosa historia de vampiros protagonizada por David Bowie y Catherine Deneuve. Pero Top Gun estaba muy lejos de lo que yo esperaba. Tenía ritmo y un refinado imaginario audiovisual, sí, pero no pasaba de un enganchado de videoclips armado para vender una banda de sonido que todavía sigue sonando en mi memoria. Lo importante, el contenido, me pareció un mamarracho fascistoide, propagandístico y militarista. Una película intragable, llena de clichés y machista, hasta para los cánones de la época.
Casi cuarenta años después, Top Gun: Maverick repite tópicos y características, pero aggiornados a los tiempos que corren. Sigue siendo un mamarracho fascistoide, propagandístico y militarista, pero un poco más inclusivo y autoconsciente de su exacerbada masculinidad tóxica. El que la tiene más larga, por supuesto, es Tom Cruise, que repite personaje y código básico de testosterona senior. Sigue mostrándose como el eterno e irredimible rebelde ante la autoridad, sólo para confirmar lo necesaria que es la autoridad autoritaria a la hora de mantener ordenada a la tropa.
Para salvaguardar la seguridad global, los protagonistas deberán cumplimentar una misión (eufemismo para referirse a una intervención militar ilegal en territorio extranjero y soberano), tan peligrosa como exigente desde lo físico-tecnológico. La excusa perfecta para que se vuelva a contar la misma película de antes, con el agregado de un nuevo conflicto intergeneracional que replica y duplica el original. En el mientras tanto, Tom “Maverick” Cruise lucirá su mejor sonrisa, exorcizará los fantasmas de su pasado, se volverá modelo a seguir para toda una nueva camada de pilotos y se quedará con la chica linda. Todo muy yanqui, todo muy rancio.
Revalidación nostálgica de un imaginario vetusto, Top Gun: Maverick es un tanque hollywoodense hecho con el profesionalismo que requiere un tanque hollywoodense de Tom Cruise. Es efectivo, está bien contado y las escenas de acción capturan permanentemente la atención del ojo. Aun así, el laburo de Joseph Kosinsky está a años luz de la elegancia visual de Scott, básicamente porque el proyecto está pensado para representar a Cruise y no al director de turno. Y musicalmente, a pesar de tener a Lady Gaga en el soundtrack, es muchísimo más pobre y limitada que la primera. En resumen: El mismo panfleto, pero peor filmado.Fernando Ariel García

No recuerdo mucho de la primera Top Gun. Fui a verla al cine específicamente por Tony Scott (1944-2012), hermano menor de Sir Ridley que había parido esa maravilla de El ansia, glamorosa historia de vampiros protagonizada por David Bowie y Catherine Deneuve. Pero Top Gun estaba muy lejos de lo que yo esperaba. Tenía ritmo y un refinado imaginario audiovisual, sí, pero no pasaba de un enganchado de videoclips armado para vender una banda de sonido que todavía sigue sonando en mi memoria. Lo importante, el contenido, me pareció un mamarracho fascistoide, propagandístico y militarista. Una película intragable, llena de clichés y machista, hasta para los cánones de la época.
Casi cuarenta años después, Top Gun: Maverick repite tópicos y características, pero aggiornados a los tiempos que corren. Sigue siendo un mamarracho fascistoide, propagandístico y militarista, pero un poco más inclusivo y autoconsciente de su exacerbada masculinidad tóxica. El que la tiene más larga, por supuesto, es Tom Cruise, que repite personaje y código básico de testosterona senior. Sigue mostrándose como el eterno e irredimible rebelde ante la autoridad, sólo para confirmar lo necesaria que es la autoridad autoritaria a la hora de mantener ordenada a la tropa.
Para salvaguardar la seguridad global, los protagonistas deberán cumplimentar una misión (eufemismo para referirse a una intervención militar ilegal en territorio extranjero y soberano), tan peligrosa como exigente desde lo físico-tecnológico. La excusa perfecta para que se vuelva a contar la misma película de antes, con el agregado de un nuevo conflicto intergeneracional que replica y duplica el original. En el mientras tanto, Tom “Maverick” Cruise lucirá su mejor sonrisa, exorcizará los fantasmas de su pasado, se volverá modelo a seguir para toda una nueva camada de pilotos y se quedará con la chica linda. Todo muy yanqui, todo muy rancio.
Revalidación nostálgica de un imaginario vetusto, Top Gun: Maverick es un tanque hollywoodense hecho con el profesionalismo que requiere un tanque hollywoodense de Tom Cruise. Es efectivo, está bien contado y las escenas de acción capturan permanentemente la atención del ojo. Aun así, el laburo de Joseph Kosinsky está a años luz de la elegancia visual de Scott, básicamente porque el proyecto está pensado para representar a Cruise y no al director de turno. Y musicalmente, a pesar de tener a Lady Gaga en el soundtrack, es muchísimo más pobre y limitada que la primera. En resumen: El mismo panfleto, pero peor filmado.Fernando Ariel García
Published on February 11, 2023 05:42
February 2, 2023
SIN NOVEDAD EN EL FRENTE: HOMBRES Y ESTRUCTURAS
Sin novedad en el frente. Director:Edward Berger. Protagonistas: Felix Kammerer, Albrecht Schuch, Aaron Hilmer, Moritz Klaus, Adrian Grünewald, Edin Hasanovic, Daniel Brühl, Thibault de Montalembert, Devid Striesow, Andreas Döhler y Sebastian Hülk, entre otros. Guionistas:Edward Berger, Ian Stokell y Lesley Paterson, basado en la novela homónima de Erich Maria Remarque (1929). Amusement Park Film /Gunpowder Films / Sliding Down Rainbows Entertainment / Anima Pictures. Alemania / EE.UU. / Reino Unido, 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 28 de octubre de 2022.
Primavera de 1917, en el tercer año de la Primera Guerra Mundial. Una trinchera de tantas, uno de los tantos batallones de soldados anónimos, un ataque de los ¿cuántos? que se llevaban a cabo, otra de esas masacres incomprensibles y demenciales. Cadáveres alemanes mutilados y esparcidos por el territorio acre, ominoso y mugriento. Alguien desnuda a los muertos, les saca sus uniformes rotos y manchados de sangre. Los lavan, los secan y los remiendan. Los empaquetan y los distribuyen para su reutilización por otras miles de futuras osamentas sin nombre ni tumba.
Magistral primera secuencia de Sin novedad en el frente (Im westen nichts neues), hermosa y brutal adaptación de la novela que (a mi modesto entender) mejor representa el sinsentido de la guerra, la deshumanización del ser humano, la naturalización de la violencia criminal ejercida por los oficiales sobre los soldados, la imposibilidad de volver a una vida normal (cualquiera haya sido) después de transitar ese extremo trauma psicológico y físico, capaz de desmembrar en mil pedazos la identidad de una persona.
Cruel y violento, tierno e inocente. Así entendí al apabullante film de Edward Berger, notable en el registro del gran escenario y el detalle intimista. Capaz de retratar y describir la inmoralidad extrema que va del patriotismo inoculado al asesinato premeditado de una nueva generación, ofrendada por nada a la insensible maquinaria bélica. Sin regocijarse con el morbo, pero abrazándose a la bestialidad del combate cuerpo a cuerpo, de la carne lacerada, quemada y aplastada sin piedad ni compasión, la película va elaborando el descenso al infierno que implica reconvertir a un niño con sueños y posibilidades, en un miserable envoltorio de la más barata carne de cañón.
Para serle fiel al mensaje antibelicista del libro de Erich Maria Remarque (que en la Argentina de 1929 tradujo Álvaro Yunque para la Editorial Claridad, dicho sea de paso), la película se permite alguna que otra pequeña traición, que bien podrían haberse evitado. Sobre todo, en el remarcado tono moralizante de algunos de sus pasajes, puestos para explicitar discursivamente aquellas obscenidades que el metraje ya había divulgado, mil veces mejor, sólo con el poder narrativo de sus fantasmagóricas imágenes. La degradación moral a la que el hombre es arrastrado por la guerra tiene detrás, siempre, nombres culpables y estructuras responsables.Fernando Ariel García

Primavera de 1917, en el tercer año de la Primera Guerra Mundial. Una trinchera de tantas, uno de los tantos batallones de soldados anónimos, un ataque de los ¿cuántos? que se llevaban a cabo, otra de esas masacres incomprensibles y demenciales. Cadáveres alemanes mutilados y esparcidos por el territorio acre, ominoso y mugriento. Alguien desnuda a los muertos, les saca sus uniformes rotos y manchados de sangre. Los lavan, los secan y los remiendan. Los empaquetan y los distribuyen para su reutilización por otras miles de futuras osamentas sin nombre ni tumba.
Magistral primera secuencia de Sin novedad en el frente (Im westen nichts neues), hermosa y brutal adaptación de la novela que (a mi modesto entender) mejor representa el sinsentido de la guerra, la deshumanización del ser humano, la naturalización de la violencia criminal ejercida por los oficiales sobre los soldados, la imposibilidad de volver a una vida normal (cualquiera haya sido) después de transitar ese extremo trauma psicológico y físico, capaz de desmembrar en mil pedazos la identidad de una persona.

Cruel y violento, tierno e inocente. Así entendí al apabullante film de Edward Berger, notable en el registro del gran escenario y el detalle intimista. Capaz de retratar y describir la inmoralidad extrema que va del patriotismo inoculado al asesinato premeditado de una nueva generación, ofrendada por nada a la insensible maquinaria bélica. Sin regocijarse con el morbo, pero abrazándose a la bestialidad del combate cuerpo a cuerpo, de la carne lacerada, quemada y aplastada sin piedad ni compasión, la película va elaborando el descenso al infierno que implica reconvertir a un niño con sueños y posibilidades, en un miserable envoltorio de la más barata carne de cañón.
Para serle fiel al mensaje antibelicista del libro de Erich Maria Remarque (que en la Argentina de 1929 tradujo Álvaro Yunque para la Editorial Claridad, dicho sea de paso), la película se permite alguna que otra pequeña traición, que bien podrían haberse evitado. Sobre todo, en el remarcado tono moralizante de algunos de sus pasajes, puestos para explicitar discursivamente aquellas obscenidades que el metraje ya había divulgado, mil veces mejor, sólo con el poder narrativo de sus fantasmagóricas imágenes. La degradación moral a la que el hombre es arrastrado por la guerra tiene detrás, siempre, nombres culpables y estructuras responsables.Fernando Ariel García
Published on February 02, 2023 16:40
January 30, 2023
NADIE: SERIE AMARILLA
Nadie: El misterio de Fu Manchú (Colección Lo mejor de… Nº 4). Guion: Carlos Trillo. Dibujo: Alberto Breccia. Portada: Alberto Breccia. Prólogo y notas: Claudio Díaz, Javier Doeyo. Doedytores. Argentina, agosto de 2020.
De pibe y hasta entrada la adolescencia, una de las cosas que más me gustaba de revolver las polvorientas librerías de viejo, era toparme sorpresivamente con cualquier volumen de la insustituible Serie Amarilla de la Editorial Tor. Se trataba de una colección de bolsillo dedicada a las novelas policiales clásicas, muy mal impresas, en papel de bajísima calidad y con una letra más que diminuta. Pero qué placer me generaba el abrir esas portadas enmarcadas por una guarda amarilla. Entre sus páginas descubrí al Sherlock Holmes de Conan Doyle, al Fantasma de la Opera de Gaston Leroux, al Arsenio Lupin de Maurice Leblanc y, por supuesto, al Fu Manchú de Sax Rohmer.
El mismo asombro, la misma intriga, la misma entrega, volvieron a recorrer mi cuerpo cuando tuve entre las manos este Nadie: El misterio de Fu Manchú, tomo recopilatorio de la serie que Carlos Trillo y Alberto Breccia serializaran en la Tit-Bits de Record entre 1977 y 1978, con el agregado de un final inédito re-escrito por Trillo en 2008 sobre los dibujos modelo ’78 del Viejo. No es una historieta con muchas pretensiones y nunca lo fue, ya que nació como un “respiro comercial entre Daneri y Buscavidas”, según el guionista. Pero si te gusta el pulp como a mí, es un viaje trepidante hacia la aventura internacional, el espionaje, la novela negra y el thriller terrorífico. Una pequeña obra maestra, autoconsciente de su naturaleza episódica y reiterativa. Lo que hoy podríamos definir como metafolletín, con cabos sueltos que no se cierran nunca y que no importa que queden abiertos de par en par.
Nadie es un agente secreto británico, tan secreto que no lo conoce ni el propio Gobierno. 50% Bond y 50% Kojak, responde al jefe de una oficina de contraespionaje, encargándose de los trabajos sucios que son necesarios realizar para mantener las apariencias limpias. Es el mejor entre los mejores, una máquina preparada para hacer lo que haya que hacer sin perder la flema inglesa. Habla el lenguaje de las lealtades y las traiciones, se maneja como pez en el agua en el suburbio londinense y en el escenario internacional. No le tiembla el pulso.
Al igual que su protagonista, la trama es lineal y directa, sin medias tintas ni subterfugios. Va a los bifes desde el principio, cabalgando en ese indefinido interregno temporal que fluctúa entre el final de la noche y el inicio del día, entre los titulares de los diarios y la exageración mítica. Los primeros episodios definen el tono que va a mantener y exprimir la saga: Noctámbulo, oscuro, melancólico, trágico, denso, agridulce. Se habla de cuestiones de seguridad que ponen en riesgo la continuidad del Reino Unido, pero la verdadera amenaza viene dada por la recuperada figura del Fu Manchú literario que leyó Breccia en los viejos libros de la Editorial Tor. Encarnación pura del Mal, que el genio de Trillo mantiene como símbolo del arcaico Peligro Amarillo reconvertido en sinónimo de la Pesadilla Nuclear que se tiende sobre el mundo bipolar de la Guerra Fría. Como corresponde a un pulp desaforado, Nadie deberá derrotar a Fu Manchú si quiere garantizar el futuro de la humanidad y poner a salvo el patrimonio más importante de su propio pasado: El amor de una mujer. Tremendo. Para alcanzar la perfección, a este libro sólo le falta una gurda amarilla en la portada.Fernando Ariel García

De pibe y hasta entrada la adolescencia, una de las cosas que más me gustaba de revolver las polvorientas librerías de viejo, era toparme sorpresivamente con cualquier volumen de la insustituible Serie Amarilla de la Editorial Tor. Se trataba de una colección de bolsillo dedicada a las novelas policiales clásicas, muy mal impresas, en papel de bajísima calidad y con una letra más que diminuta. Pero qué placer me generaba el abrir esas portadas enmarcadas por una guarda amarilla. Entre sus páginas descubrí al Sherlock Holmes de Conan Doyle, al Fantasma de la Opera de Gaston Leroux, al Arsenio Lupin de Maurice Leblanc y, por supuesto, al Fu Manchú de Sax Rohmer.

El mismo asombro, la misma intriga, la misma entrega, volvieron a recorrer mi cuerpo cuando tuve entre las manos este Nadie: El misterio de Fu Manchú, tomo recopilatorio de la serie que Carlos Trillo y Alberto Breccia serializaran en la Tit-Bits de Record entre 1977 y 1978, con el agregado de un final inédito re-escrito por Trillo en 2008 sobre los dibujos modelo ’78 del Viejo. No es una historieta con muchas pretensiones y nunca lo fue, ya que nació como un “respiro comercial entre Daneri y Buscavidas”, según el guionista. Pero si te gusta el pulp como a mí, es un viaje trepidante hacia la aventura internacional, el espionaje, la novela negra y el thriller terrorífico. Una pequeña obra maestra, autoconsciente de su naturaleza episódica y reiterativa. Lo que hoy podríamos definir como metafolletín, con cabos sueltos que no se cierran nunca y que no importa que queden abiertos de par en par.

Nadie es un agente secreto británico, tan secreto que no lo conoce ni el propio Gobierno. 50% Bond y 50% Kojak, responde al jefe de una oficina de contraespionaje, encargándose de los trabajos sucios que son necesarios realizar para mantener las apariencias limpias. Es el mejor entre los mejores, una máquina preparada para hacer lo que haya que hacer sin perder la flema inglesa. Habla el lenguaje de las lealtades y las traiciones, se maneja como pez en el agua en el suburbio londinense y en el escenario internacional. No le tiembla el pulso.

Al igual que su protagonista, la trama es lineal y directa, sin medias tintas ni subterfugios. Va a los bifes desde el principio, cabalgando en ese indefinido interregno temporal que fluctúa entre el final de la noche y el inicio del día, entre los titulares de los diarios y la exageración mítica. Los primeros episodios definen el tono que va a mantener y exprimir la saga: Noctámbulo, oscuro, melancólico, trágico, denso, agridulce. Se habla de cuestiones de seguridad que ponen en riesgo la continuidad del Reino Unido, pero la verdadera amenaza viene dada por la recuperada figura del Fu Manchú literario que leyó Breccia en los viejos libros de la Editorial Tor. Encarnación pura del Mal, que el genio de Trillo mantiene como símbolo del arcaico Peligro Amarillo reconvertido en sinónimo de la Pesadilla Nuclear que se tiende sobre el mundo bipolar de la Guerra Fría. Como corresponde a un pulp desaforado, Nadie deberá derrotar a Fu Manchú si quiere garantizar el futuro de la humanidad y poner a salvo el patrimonio más importante de su propio pasado: El amor de una mujer. Tremendo. Para alcanzar la perfección, a este libro sólo le falta una gurda amarilla en la portada.Fernando Ariel García
Published on January 30, 2023 14:06
January 27, 2023
ALERTA EXTREMA: POCHOCLO LOW COST
Alerta extrema. Director: Jean-François Richet. Protagonistas: Gerard Butler, Mike Colter, Yoson An, Tony Goldwyn, Daniella Pineda, Paul Ben-Victor, Remi Adeleke, Joey Slotnick, Evan Dane Taylor, Claro De Los Reyes, Kelly Gale, Lilly Krug, Oliver Trevena, Quinn McPherson y Haleigh Hekking, entre otros. Guionistas: Charles Cumming y J. P. Davis, sobre una historia original de Charles Cumming. MadRiver Pictures / Olive Hill Media / Di Bonaventura Pictures / G-Base. EE.UU., 2023. Estreno en la Argentina: 26 de enero de 2023.
Tengo la sensación de que Gerard Butler quiere volverse un nuevo Liam Neeson. No porque busque transformarse en un gran actor, que le vendría muy bien el intentarlo, sino porque pareciera estar decidido a convertirse en un género cinematográfico en sí mismo, algo que ha conseguido (hace bastante) el británico de múltiples registros con sus cintas de acción. El problema que yo le veo a Butler es que, por más que lo intente, no logra salir del papel del Leónidas descremado que viene repitiendo desde Ataque a la Casa Blanca . Y con tan poquito podrá estrenar películas a mansalva, pero dudo que haga cine.
En Alerta extrema (Plane), Butler se disfraza de un ex piloto de la RAF, dedicado ahora a volar aviones para una línea low cost. Como es de esperar, a la media hora del metraje, debe realizar un aterrizaje de emergencia en la isla de Joló, parte de la República de Filipinas que se encuentra dominada y gobernada por una milicia local de terroristas que toman como rehenes a los tripulantes y pasajeros sobrevivientes. Por suerte para Butler, en el avión viajaba Luke Cage (o sea, Mike Colter), un militar extraditado por homicidio. Y entre los dos, más alguna ayudita extra, van a poner cara de recios y hacer lo que todas las fuerzas armadas de una nación no pudieron hacer antes. Transpirando mucho y demostrando lo machos que son.
Atrasando todo lo que pueda atrasar a la hora de distribuir los roles protagónicos, la película se vuelve el clásico mamarracho ideológico en donde los angloparlantes son bondadosos, dedicados, abnegados y desinteresadamente heroicos; y los asiáticos aparecen garabateados como salvajes e inhumanos, pérfidos, sucios y desgreñados émulos del Che, capaces de hacer las canalladas más atroces mientras ponen cara de malos, como si hiciera falta acentuar lo muy malos que son.
Mezclando elementos de la saga de Aeropuerto y Rambo, con algo de Lost metido en el medio, Alerta extremase asume como una película pochoclera y descerebrada, excesiva y desbordada, de esas que en los ’80 hubieran ido directamente al VHS. Eso sí, hay que reconocerle al director, Jean-François Richet, la mano para las secuencias del avión, en las que logra realmente mucho con muy poco. De haberse quedado en las alturas, el film podría haber sido otra cosa. Pero no, el avión se tenía que caer, aunque en la caída terminara arrastrándolo todo. Fernando Ariel García

Tengo la sensación de que Gerard Butler quiere volverse un nuevo Liam Neeson. No porque busque transformarse en un gran actor, que le vendría muy bien el intentarlo, sino porque pareciera estar decidido a convertirse en un género cinematográfico en sí mismo, algo que ha conseguido (hace bastante) el británico de múltiples registros con sus cintas de acción. El problema que yo le veo a Butler es que, por más que lo intente, no logra salir del papel del Leónidas descremado que viene repitiendo desde Ataque a la Casa Blanca . Y con tan poquito podrá estrenar películas a mansalva, pero dudo que haga cine.
En Alerta extrema (Plane), Butler se disfraza de un ex piloto de la RAF, dedicado ahora a volar aviones para una línea low cost. Como es de esperar, a la media hora del metraje, debe realizar un aterrizaje de emergencia en la isla de Joló, parte de la República de Filipinas que se encuentra dominada y gobernada por una milicia local de terroristas que toman como rehenes a los tripulantes y pasajeros sobrevivientes. Por suerte para Butler, en el avión viajaba Luke Cage (o sea, Mike Colter), un militar extraditado por homicidio. Y entre los dos, más alguna ayudita extra, van a poner cara de recios y hacer lo que todas las fuerzas armadas de una nación no pudieron hacer antes. Transpirando mucho y demostrando lo machos que son.

Atrasando todo lo que pueda atrasar a la hora de distribuir los roles protagónicos, la película se vuelve el clásico mamarracho ideológico en donde los angloparlantes son bondadosos, dedicados, abnegados y desinteresadamente heroicos; y los asiáticos aparecen garabateados como salvajes e inhumanos, pérfidos, sucios y desgreñados émulos del Che, capaces de hacer las canalladas más atroces mientras ponen cara de malos, como si hiciera falta acentuar lo muy malos que son.

Mezclando elementos de la saga de Aeropuerto y Rambo, con algo de Lost metido en el medio, Alerta extremase asume como una película pochoclera y descerebrada, excesiva y desbordada, de esas que en los ’80 hubieran ido directamente al VHS. Eso sí, hay que reconocerle al director, Jean-François Richet, la mano para las secuencias del avión, en las que logra realmente mucho con muy poco. De haberse quedado en las alturas, el film podría haber sido otra cosa. Pero no, el avión se tenía que caer, aunque en la caída terminara arrastrándolo todo. Fernando Ariel García
Published on January 27, 2023 15:24
January 26, 2023
LOS FABELMAN: TERAPIA FAMILIAR Y CATARSIS CINEMATOGRÁFICA
Los Fabelman. Director: Steven Spielberg. Protagonistas: Gabriel LaBelle, Michelle Williams, Paul Dano, Seth Rogen, Julia Butters, Keeley Karsten, Sophia Kopera, Judd Hirsch, Jeannie Berlin, Robin Bartlett, Sam Rechner, Oakes Fegley, Chloe East, Isabelle Kusman, Chandler Lovelle, Mateo Zoryan Francis-DeFord, Birdie Borria y Alina Brace, entre otros. Participación especial de David Lynch y Greg Grunberg. Guionistas:Steven Spielberg, Tony Kushner. Música: John Williams. Productores: Kristie Macosko Krieger, Steven Spielberg, Tony Kushner. Amblin Entertainment / Reliance Entertainment. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 26 de enero de 2023.
Spielberg siempre dijo que su cine tenía algo de autobiográfico, aunque apareciera camuflado de ciencia-ficción, aventura o suspenso. Pero esta vez, con Los Fabelman (The Fabelmans) fue algo más lejos, ya que la trama remite directamente a sus personales experiencias juveniles. En especial, aquellas de la infancia y la adolescencia, en donde se forjaron y definieron su identidad y su profesión, marcadas ambas por un incondicional amor al cine y la necesidad catártica de contar historias.
Oda nostálgica al séptimo arte clásico de los EE.UU., la película es, sobre todo, un drama intimista y sensible sobre las vicisitudes de una familia común. Padres, hijos, hermanos, abuelos, tíos y amigos cercanos, las lógicas funcionales y disfuncionales con que van construyendo su relación; los acuerdos y desacuerdos que doblan, quiebran o rompen el discurso hogareño que se ha ido montando con cariño, esfuerzo y dedicación. Los secretos que unen y desunen ese entramado de emociones en su punto justo de ebullición. Y la función terapéutica que el cine (el visto y el hecho) le permite a este joven judío cuyo apellido juega con la fonética de la palabra inglesa “fábula”, concretar esos sueños que lo habían desvelado.
Manejando una poética visual sumamente efectiva en lo narrativo, Spielberg alcanza también cotas de belleza y hondura humana, profundamente signadas por la ternura. Comprendiendo el accionar de la figura paterna, un hombre encorsetado por el pensamiento científico al que Paul Dano le da unos silencios conmovedores; y liberando al espíritu libre e iconoclasta de la madre, una pianista condicionada por la cultura machista de los ’60, que Michelle Williams evoca con la máscara de la fortaleza recubriendo su extrema fragilidad.
Historia de iniciación en donde los personajes buscan hacer coincidir la felicidad personal, la realización profesional y la vivencia del amor, Los Fabelman expone lo evidente de aquellos mínimos gestos que no vemos (tal vez) porque no queremos ver. Y el peso definitorio que el deseo va a tener sobre nuestra existencia. Para bien o para mal. Si es que esas categorías sirven para justificar nuestro paso por este mundo.Fernando Ariel García

Spielberg siempre dijo que su cine tenía algo de autobiográfico, aunque apareciera camuflado de ciencia-ficción, aventura o suspenso. Pero esta vez, con Los Fabelman (The Fabelmans) fue algo más lejos, ya que la trama remite directamente a sus personales experiencias juveniles. En especial, aquellas de la infancia y la adolescencia, en donde se forjaron y definieron su identidad y su profesión, marcadas ambas por un incondicional amor al cine y la necesidad catártica de contar historias.
Oda nostálgica al séptimo arte clásico de los EE.UU., la película es, sobre todo, un drama intimista y sensible sobre las vicisitudes de una familia común. Padres, hijos, hermanos, abuelos, tíos y amigos cercanos, las lógicas funcionales y disfuncionales con que van construyendo su relación; los acuerdos y desacuerdos que doblan, quiebran o rompen el discurso hogareño que se ha ido montando con cariño, esfuerzo y dedicación. Los secretos que unen y desunen ese entramado de emociones en su punto justo de ebullición. Y la función terapéutica que el cine (el visto y el hecho) le permite a este joven judío cuyo apellido juega con la fonética de la palabra inglesa “fábula”, concretar esos sueños que lo habían desvelado.

Manejando una poética visual sumamente efectiva en lo narrativo, Spielberg alcanza también cotas de belleza y hondura humana, profundamente signadas por la ternura. Comprendiendo el accionar de la figura paterna, un hombre encorsetado por el pensamiento científico al que Paul Dano le da unos silencios conmovedores; y liberando al espíritu libre e iconoclasta de la madre, una pianista condicionada por la cultura machista de los ’60, que Michelle Williams evoca con la máscara de la fortaleza recubriendo su extrema fragilidad.
Historia de iniciación en donde los personajes buscan hacer coincidir la felicidad personal, la realización profesional y la vivencia del amor, Los Fabelman expone lo evidente de aquellos mínimos gestos que no vemos (tal vez) porque no queremos ver. Y el peso definitorio que el deseo va a tener sobre nuestra existencia. Para bien o para mal. Si es que esas categorías sirven para justificar nuestro paso por este mundo.Fernando Ariel García
Published on January 26, 2023 06:47
January 24, 2023
UNIVERSO DC POR ENRIQUE ALCATENA: PLATA Y ORO
Universo DC por Enrique Alcatena. Guionistas: Chuck Dixon, Alan Grant, Mark Nevins, Jeff Parker, John Rozum, Timothy Truman. Dibujante:Enrique Alcatena. Material adicional de Jesse Delperdang, Ray McCarthy, Timothy Truman. Entintador: Enrique Alcatena. Ilustrador: Enrique Alcatena. Material adicional de Rafael Albuquerque, Laurel Blechman, Rodolfo Damaggio y Robert Campanella, Phil Hale, Mike Kaluta, Barry Kitson, Paul Pope, Timothy Truman, Bill Willingham. Coloristas: Digital Chameleon, Pat Garrahy, Noelle Giddings, David Hornung, John Kalisz, Jessica Kindzierski, Patricia Mulvihill, Sam Parsons, Rick Taylor, Glenn Whitmore. Traductor: Juan Altamirano. Prologuista: Diego Arandojo. Portadista: Enrique Alcatena. Editor en jefe: Leonardo Scarano. OVNI Press. Argentina, mayo de 2022.
No lo puedo evitar. Cada vez que leo (y releo) cualquier cómic de DC donde Alcatena haya metido las manos, inmediatamente vuelvo a ser ese chico de 10 años que abría una Novaro y se zambullía de cabeza en un maremagnum fantástico y excitante. Me siento libre y feliz. Como antes hicieran Infantino, Kane y Sekowsky (por mencionar algunos de los tantos), Alcatena me hace descubrir otros mundos dentro de este mundo; y me deja ser parte de esa construcción mitológica que me cobija, me antecede y (seguro) va a sucederme. No sé cómo lo hace, pero en sus obras dialogan naturalmente las identidades superheroicas atribuidas a las edades de Oro y Plata, logrando un maridaje que elimina lo superfluo para potenciar lo esencial. Lo mejor de dos mundos, en un viaje siempre iniciático y sorprendente.
Los laburos de Alcatena para DC siguen siendo frescos, nuevos, innovadores, asombrosos. Sensaciones que no se agotan después de cada acercamiento. Al contrario, se renuevan, se ramifican, se potencian, se disparan al infinito. Es una cualidad de Quique, eso no me cabe duda. Es uno de los pocos autores con los que puedo dialogar en varios niveles, al mismo tiempo. Su arte me incluye de maneras complementarias. Me permite ser el cincuentón largo que se engancha con el costado humanista de cada uno de sus relatos; sin dejar de ser el mocoso fascinado por las hazañas mitológicas que retrata con pasmosa naturalidad, como si crear un universo atrás de otro fuera tarea fácil y sencilla.
En algo más de quinientas páginas, este libro imprescindible compila, en orden cronológico, el paso de Quique por las oscuridades de Ciudad Gótica, los brillos de Metropolis, la herrumbe de un decadente Thanagar, las más humanas costumbres alienígenas, un par de realidades alternativas y las trampas de la guerra anglo-zulú. Con paradas obligadas en el Batman pirata y el glorioso paseo de Flash por la Ciudad de Buenos Aires, presentando a todo un grupo de paladines criollos que (todavía espero) el autor pueda desarrollar a su libre albedrío.
Regalo a la infancia que guardo y protejo en mi interior, este volumen me permite recuperar ese espacio íntimo de lectura en donde todo, todavía, es posible si nos animamos a soñarlo. Puede parecer desatinado, pero se me hace que sólo por este libro, OVNI Press ya tiene justificada su existencia. Parafraseando al tango, yo digo que Universo DC por Enrique Alcatena es un tesoro. De Plata y Oro.Fernando Ariel García

No lo puedo evitar. Cada vez que leo (y releo) cualquier cómic de DC donde Alcatena haya metido las manos, inmediatamente vuelvo a ser ese chico de 10 años que abría una Novaro y se zambullía de cabeza en un maremagnum fantástico y excitante. Me siento libre y feliz. Como antes hicieran Infantino, Kane y Sekowsky (por mencionar algunos de los tantos), Alcatena me hace descubrir otros mundos dentro de este mundo; y me deja ser parte de esa construcción mitológica que me cobija, me antecede y (seguro) va a sucederme. No sé cómo lo hace, pero en sus obras dialogan naturalmente las identidades superheroicas atribuidas a las edades de Oro y Plata, logrando un maridaje que elimina lo superfluo para potenciar lo esencial. Lo mejor de dos mundos, en un viaje siempre iniciático y sorprendente.

Los laburos de Alcatena para DC siguen siendo frescos, nuevos, innovadores, asombrosos. Sensaciones que no se agotan después de cada acercamiento. Al contrario, se renuevan, se ramifican, se potencian, se disparan al infinito. Es una cualidad de Quique, eso no me cabe duda. Es uno de los pocos autores con los que puedo dialogar en varios niveles, al mismo tiempo. Su arte me incluye de maneras complementarias. Me permite ser el cincuentón largo que se engancha con el costado humanista de cada uno de sus relatos; sin dejar de ser el mocoso fascinado por las hazañas mitológicas que retrata con pasmosa naturalidad, como si crear un universo atrás de otro fuera tarea fácil y sencilla.

En algo más de quinientas páginas, este libro imprescindible compila, en orden cronológico, el paso de Quique por las oscuridades de Ciudad Gótica, los brillos de Metropolis, la herrumbe de un decadente Thanagar, las más humanas costumbres alienígenas, un par de realidades alternativas y las trampas de la guerra anglo-zulú. Con paradas obligadas en el Batman pirata y el glorioso paseo de Flash por la Ciudad de Buenos Aires, presentando a todo un grupo de paladines criollos que (todavía espero) el autor pueda desarrollar a su libre albedrío.

Regalo a la infancia que guardo y protejo en mi interior, este volumen me permite recuperar ese espacio íntimo de lectura en donde todo, todavía, es posible si nos animamos a soñarlo. Puede parecer desatinado, pero se me hace que sólo por este libro, OVNI Press ya tiene justificada su existencia. Parafraseando al tango, yo digo que Universo DC por Enrique Alcatena es un tesoro. De Plata y Oro.Fernando Ariel García
Published on January 24, 2023 12:48
January 23, 2023
ARGENTINA, 1985: ACUERDOS BÁSICOS PARA CONSTRUIR FUTURO
Argentina, 1985. Director: Santiago Mitre. Protagonistas: Ricardo Darín (Julio Strassera), Peter Lanzani (Luis Moreno Ocampo), Alejandra Flechner (Silvia Strassera), Gina Mastronicola (Verónica Strassera), Santiago Armas Estevarena (Javier Strassera), Norman Briski (Ruso), Laura Paredes (Adriana Calvo), Susana Pampín (Magda), Claudio da Passano (Somi), Héctor Díaz (Basile), Gabriel Fernández (Bruzzo); Carlos Portaluppi, Alejo García Pintos, Mariano Speratti, Pablo Caramelo, Pablo Moseinco y Walter Jakob (jueces); Almudena González (Judith König), Antonia Bengoechea (María Eugenia), Félix Santamaría (Maco Somigliana), Santiago Rovito (Eduardo), Manuel Caponi (Lucas Palacios), Leyla Bechara (Isabel), Brian Sichel (Federico Corrales), Paula Ransenberg (Susana), Guillermo Jacubowicz (Hormiga), Marcelo Pozzi (Jorge Rafael Videla), Joselo Bella (Emilio Eduardo Massera), Jorge Gregorio (Orlando Ramón Agosti), Sergio Sánchez (Jorge Isaac Anaya), Marcelo López (Basilio Lami Dozo), Jorge Luis Couto (Omar Graffigna), Carlos Ihler (Leopoldo Fortunato Galtieri), Héctor Balcone (Roberto Eduardo Viola), Jorge Varas (Armando Lambruschini), Nacho Miguens (Ítalo Argentino Luder), Fernando Contigiani (Pablo Díaz), Pepe Arias (Bernardo Neustadt), Adrián Mampel (voz de Raúl Alfonsín). Locución: Ariel Tarico. Guionistas: Santiago Mitre y Mariano Llinás, con la colaboración de Martín Mauregui. Basado en hechos reales. Investigación: Martín Rodríguez y Federico Scigliano. Productores: Axel Kuschevatzky, Federico Posternak, Agustina Llambí Campbell, Ricardo Darín, Santiago Mitre, Santiago Carabante, Chino Darín, Victoria Alonso. Amazon Studios / La unión de los ríos / Kenya Films / Infinity Hill. Argentina, 2022. Estreno en la Argentina: 29 de septiembre de 2022. Disponible en Amazon Prime Video desde el 21 de octubre de 2022.
Nací en el ’65, con Kennedy muerto y enterrado. Y cumplí 20 años en medio de los ardientes días de abril a diciembre de 1985, cuando en la Argentina se llevó a cabo el histórico Juicio a las Juntas. Histórico, entre otras cosas, por ser la primera vez, en la historia de la humanidad, que la Justicia civil sentaba en el banquillo de los acusados a los máximos responsables de una dictadura militar, cuando todavía tenían poder y poder de fuego. Por ponerle el cuerpo a esa iniciativa, el mandato más importante que encargaba el pueblo argentino a la recuperada democracia, el radical Raúl Alfonsín había ganado las elecciones de 1983. Y por comprometerse a convalidar la Ley de Autoamnistía dictada por la Dictadura, el candidato peronista Ítalo Argentino Luder las había perdido.
Tengo emociones y sensaciones muy vívidas del Mundial ’78, de la Guerra de Malvinas y del proceso de apertura democrática que se abrió después de 1982, aunque mis recuerdos de la última dictadura están conformados, en su mayoría, por lecturas y relecturas, historias y comentarios a los que fui accediendo con el tiempo. Pero me acuerdo muy bien de los meses del Juicio, de los nervios y la excitación; del compromiso cívico, el coraje de las Madres y las Abuelas, el trabajo a destajo de la Conadep; la decisión de un país y la inestabilidad de un Gobierno que asomaba la cabeza de la Libertad en un tablero continental dominado por dictaduras genocidas. El miedo de que todo se fuera, otra vez, a la mierda. La esperanza puesta en ese cuerpo de fiscales y jueces, capaces de encarnar el trascendental momento histórico que nos tocaba protagonizar.
Lo más impresionante de una película tan impresionante como Argentina, 1985, al menos para mí, es la capacidad para captar la complejidad de ese vertiginoso entramado y reconvertirlo en sensible material cinematográfico. Sin caer en golpes bajos, escapándole a la retórica militante y a la distancia documentalista, la película de Santiago Mitre va enhebrando el drama histórico con el registro cotidiano e intimista, el thriller policial con el cine de juicios, la comedia de enredos con el retrato costumbrista. Contando con actuaciones excepcionales y una admirable reconstrucción de época, dosifica la emoción para que podamos estallar en ese desahogo final tan silencioso como estentóreo.
Tuve la suerte de ver la película en cine, sentado al lado de mi esposa y nuestra hija de 14 años, que llegó a la butaca atraída por la presencia de Peter Lanzani y salió de la sala preguntando cómo podía haber pasado aquello que pasó en la Argentina. Y agradezco la posibilidad de haber transitado esta experiencia de la misma manera en que transitamos esos ardientes días de 1985. Llorando, riendo, gritando, aplaudiendo. Acompañado y contenido, acompañando y conteniendo. Reconociéndome en el otro y siendo reconocido por el otro. En comunidad con mis pares. Celebrando de la única manera válida, como partes indisolubles de un colectivo capaz de construir futuro desde algunos acuerdos básicos, sin renunciar a las diferencias que nos enriquecen. Como personas y como país.Fernando Ariel García

Nací en el ’65, con Kennedy muerto y enterrado. Y cumplí 20 años en medio de los ardientes días de abril a diciembre de 1985, cuando en la Argentina se llevó a cabo el histórico Juicio a las Juntas. Histórico, entre otras cosas, por ser la primera vez, en la historia de la humanidad, que la Justicia civil sentaba en el banquillo de los acusados a los máximos responsables de una dictadura militar, cuando todavía tenían poder y poder de fuego. Por ponerle el cuerpo a esa iniciativa, el mandato más importante que encargaba el pueblo argentino a la recuperada democracia, el radical Raúl Alfonsín había ganado las elecciones de 1983. Y por comprometerse a convalidar la Ley de Autoamnistía dictada por la Dictadura, el candidato peronista Ítalo Argentino Luder las había perdido.
Tengo emociones y sensaciones muy vívidas del Mundial ’78, de la Guerra de Malvinas y del proceso de apertura democrática que se abrió después de 1982, aunque mis recuerdos de la última dictadura están conformados, en su mayoría, por lecturas y relecturas, historias y comentarios a los que fui accediendo con el tiempo. Pero me acuerdo muy bien de los meses del Juicio, de los nervios y la excitación; del compromiso cívico, el coraje de las Madres y las Abuelas, el trabajo a destajo de la Conadep; la decisión de un país y la inestabilidad de un Gobierno que asomaba la cabeza de la Libertad en un tablero continental dominado por dictaduras genocidas. El miedo de que todo se fuera, otra vez, a la mierda. La esperanza puesta en ese cuerpo de fiscales y jueces, capaces de encarnar el trascendental momento histórico que nos tocaba protagonizar.

Lo más impresionante de una película tan impresionante como Argentina, 1985, al menos para mí, es la capacidad para captar la complejidad de ese vertiginoso entramado y reconvertirlo en sensible material cinematográfico. Sin caer en golpes bajos, escapándole a la retórica militante y a la distancia documentalista, la película de Santiago Mitre va enhebrando el drama histórico con el registro cotidiano e intimista, el thriller policial con el cine de juicios, la comedia de enredos con el retrato costumbrista. Contando con actuaciones excepcionales y una admirable reconstrucción de época, dosifica la emoción para que podamos estallar en ese desahogo final tan silencioso como estentóreo.
Tuve la suerte de ver la película en cine, sentado al lado de mi esposa y nuestra hija de 14 años, que llegó a la butaca atraída por la presencia de Peter Lanzani y salió de la sala preguntando cómo podía haber pasado aquello que pasó en la Argentina. Y agradezco la posibilidad de haber transitado esta experiencia de la misma manera en que transitamos esos ardientes días de 1985. Llorando, riendo, gritando, aplaudiendo. Acompañado y contenido, acompañando y conteniendo. Reconociéndome en el otro y siendo reconocido por el otro. En comunidad con mis pares. Celebrando de la única manera válida, como partes indisolubles de un colectivo capaz de construir futuro desde algunos acuerdos básicos, sin renunciar a las diferencias que nos enriquecen. Como personas y como país.Fernando Ariel García
Published on January 23, 2023 14:39
January 9, 2023
GATO CON BOTAS - EL ÚLTIMO DESEO: MERECER LA VIDA
Gato con Botas - El último deseo. Director: Joel Crawford. Codirector: Januel P. Mercado. Voces (inglés): Antonio Banderas (Gato con Botas), Salma Hayek (Kitty Patitas Suaves), Harvey Guillén (Perrito), Florence Pugh (Ricitos de Oro), Olivia Colman (Mamá Osa), Ray Winstone (Papá Oso), Samson Kayo (Bebé Oso), John Mulaney (Jack Horner), Wagner Moura (Lobo), Da'Vine Joy Randolph (Mamá Luna), Anthony Mendez (Doctor), Kevin McCann (Bichonesto), Bernardo De Paula (Gobernador de Del Mar), Betsy Sodaro (Jan Serpiente), Artemis Pebdani (Jo Serpiente). Participación especial de Conrad Vernon (Jengy), Cody Cameron (Pinocho) y Kailey Crawford (Ricitos de Oro niña). Voces (castellano latino): Antonio Banderas (Gato con Botas), Verónica López Treviño (Kitty Patitas Suaves), Harvey Guillén (Perrito), Julieta Nair Calvo (Ricitos de Oro), Patricia Etchegoyen (Mamá Osa), Axel Kuschevatzky (Papá Oso), Mariano Chiesa (Bebé Oso), Faisy (Jack Horner), Pisano (Lobo), Cynthia Alfonzo (Mamá Luna), Octavio Rojas (Doctor), Francisco Colmenero (Bichonesto), César Beltrán (Gobernador de Del Mar), Mariana Ortiz (Jan Serpiente), Dafne Gallardo (Jo Serpiente). Participación especial de José Gilberto Vilchis (Jengy), Eduardo Garza (Pinocho) y Julia Kuschevatzky (Ricitos de Oro niña). Guionistas: Paul Fisher y Tommy Swerdlow, sobre una historia de Tommy Swerdlow y Tom Wheeler. Basado en personajes y situaciones creados por Andrew Adamson, Joe Stillman, J. David Stem, David N. Weiss y Tom Wheeler para la saga cinematográfica de Shrek. El Gato con Botas fue creado en 1550 por Gianfrancesco Straparola, reescrito luego por Giambattista Basile (1634) y Charles Perrault (1695), entre otros. Música: Heitor Pereira. Incluye las canciones La vida es una, interpretada por Karol G; y el cover de This is the End (The Doors) por Dan Navarro, entre otras. Dreamworks Animation. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 5 de enero de 2023.
Dieciocho años después de su aparición en Shrek 2, la versión felina del aventurero Zorro regresa a las andadas cinematográficas, recuperando la aventura de capa y espada con toques fantásticos, el romance frustrado y las amistades inquebrantables que tan bien le quedan a esta versión hispanizada del Gato con Botas. Después de tres largometrajes, una película y una serie de TV propia, la gente de Dreamworks decidió (de manera muy acertada, a mi entender) que era hora de hacer avanzar el cuento de hadas hacia territorios más complejos y menos esquemáticos, acompañando el desarrollo intelectual y emocional de los chicos que han ido creciendo al ritmo de la saga.
Al arrancar Gato con Botas: El último deseo (Puss in Boots: The Last Wish), el soberbio, engreído y querible Gato recibe el golpe que nunca había pensado recibir. Habiendo perdido ocho de sus nueve vidas, debe hacer frente ahora a la idea concreta de su finitud. Vulnerable por vez primera, víctima del miedo y presa de un Lobo que intentará mandarlo al cementerio, se verá forzado a descubrir si vale la pena continuar en la riesgosa construcción de su leyenda, o si la era de la madurez le impone abrazar una nueva escala de prioridades para el tiempo que le quede.
Combinando el humor con la reflexión, alejándose del existencialismo académico y discursivo, el film elabora la búsqueda del sentido concreto de la vida a través de la metáfora de una Estrella de los Deseos, capaz de cumplir el requerimiento de quien la obtenga. Y hacia allí irán, por supuesto, el Gato con Botas y su nuevo compañero, un Perrito disfrazado de gato; su antigua novia, Kitty Patitas Suaves; la banda de Ricitos de Oro y el malvado Jack Horner, decidido a destruir el mundo con los poderes del mítico objeto. Si el trayecto les servirá a los personajes (y espectadores) para identificar los conflictos en danza, la resolución les permitirá elaborar de manera constructiva la inevitabilidad de la muerte, salir del trauma y afincarse en el bienestar emocional que están persiguiendo.
Tamaña odisea podría habérsela ahorrado el Gato si hubiera escuchado a Eladia Blázquez. No se trata (nunca lo fue) de permanecer y transcurrir, de durar y perdurar. Merecer la vida es otra cosa. Elegirla será siempre el salto de fe más grande, audaz y trascendente que cualquiera pueda dar. Conviene quedarse hasta el final.Fernando Ariel García

Dieciocho años después de su aparición en Shrek 2, la versión felina del aventurero Zorro regresa a las andadas cinematográficas, recuperando la aventura de capa y espada con toques fantásticos, el romance frustrado y las amistades inquebrantables que tan bien le quedan a esta versión hispanizada del Gato con Botas. Después de tres largometrajes, una película y una serie de TV propia, la gente de Dreamworks decidió (de manera muy acertada, a mi entender) que era hora de hacer avanzar el cuento de hadas hacia territorios más complejos y menos esquemáticos, acompañando el desarrollo intelectual y emocional de los chicos que han ido creciendo al ritmo de la saga.
Al arrancar Gato con Botas: El último deseo (Puss in Boots: The Last Wish), el soberbio, engreído y querible Gato recibe el golpe que nunca había pensado recibir. Habiendo perdido ocho de sus nueve vidas, debe hacer frente ahora a la idea concreta de su finitud. Vulnerable por vez primera, víctima del miedo y presa de un Lobo que intentará mandarlo al cementerio, se verá forzado a descubrir si vale la pena continuar en la riesgosa construcción de su leyenda, o si la era de la madurez le impone abrazar una nueva escala de prioridades para el tiempo que le quede.
Combinando el humor con la reflexión, alejándose del existencialismo académico y discursivo, el film elabora la búsqueda del sentido concreto de la vida a través de la metáfora de una Estrella de los Deseos, capaz de cumplir el requerimiento de quien la obtenga. Y hacia allí irán, por supuesto, el Gato con Botas y su nuevo compañero, un Perrito disfrazado de gato; su antigua novia, Kitty Patitas Suaves; la banda de Ricitos de Oro y el malvado Jack Horner, decidido a destruir el mundo con los poderes del mítico objeto. Si el trayecto les servirá a los personajes (y espectadores) para identificar los conflictos en danza, la resolución les permitirá elaborar de manera constructiva la inevitabilidad de la muerte, salir del trauma y afincarse en el bienestar emocional que están persiguiendo.
Tamaña odisea podría habérsela ahorrado el Gato si hubiera escuchado a Eladia Blázquez. No se trata (nunca lo fue) de permanecer y transcurrir, de durar y perdurar. Merecer la vida es otra cosa. Elegirla será siempre el salto de fe más grande, audaz y trascendente que cualquiera pueda dar. Conviene quedarse hasta el final.Fernando Ariel García
Published on January 09, 2023 15:24
December 15, 2022
AVATAR - EL CAMINO DEL AGUA: BIENVENIDOS A CAMERONLANDIA
Avatar: El camino del agua. Director:James Cameron. Protagonistas: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Kate Winslet, Cliff Curtis, CCH Pounder, Jamie Flatters, Britain Dalton, Trinity Jo-Li Bliss, Bailey Bass, Filip Geljo, Matt Gerald, Alicia Vela-Bailey, C.J. Jones, Jack Champion, Joel David Moore y Brendan Cowell, entre otros. Guionistas:James Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver, sobre una historia de James Cameron, Rick Jaffa, Amanda Silver, Josh Friedman y Shane Salerno. Basada en personajes y situaciones creadas por James Cameron para el film Avatar (2009). Productores:James Cameron, Jon Landau. Lightstorm Entertainment / TSG Entertainment. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: 15 de diciembre de 2022.
Tres horas y media es mucho. Muchísimo. Un exceso, hasta para una película tan monumental, pretensiosa y hueca como esta Avatar: El camino del agua (Avatar: The Way of Water), secuela del éxito absoluto de 2009. Que el film busque ser un conglomerado de excelsas intensiones no es ningún problema (al menos, para mí), pero que no tenga contenidos dramáticos suficientes para sostener y justificar semejante estructura, sí. Que los diálogos sean pueriles y que el recorrido se vuelva tan obvio como previsible, también.
El nudo central retoma la historia de Jake Sully y Neytiri (Sam Worthington y Zoe Saldaña), el humano que se volvió Na’vi como parte del programa Avatar de la primera parte; y la hija del anterior jefe del clan devenida ahora compañera de Sully y madre de sus hijos. El tiempo que pasó entre película y película parece ser el mismo que transcurrió en la ficción, que arranca cuando los humanos vuelven a invadir Pandora, al mando del coronel Miles Quaritch (Stephen Lang), muerto al final de Avatar y ahora resucitado como Na’vi recombinado con humano. Venganza y supervivencia parecieran ser las dos fuerzas que empujan el argumento, que alcanza su clímax realmente dramático demasiado tarde, cuando ya pasaron casi tres horas de naderías hermosamente filmadas.
En el medio, El camino del agua se vuelve un par de películas distintas. Documental sobre una cultura alienígena con bastantes puntos emocionales de contacto con la nuestra. Tratado ecológico sobre el daño que le estamos haciendo al medio ambiente, con un apartado especial para con la matanza indiscriminada de ballenas, lo que le permite a Cameron tener su propio momento Moby Dick. Discurso new age con aires teológicos, filosóficos y existencialistas sobre el sentido de la vida, montado sobre el camino del título. Partes de un todo que aparece unido sólo por decisiones estéticas, pero que narrativamente nunca logran fusionarse de manera orgánica.
Es que, vista como un todo, esta segunda Avatar me resultó un abusivo comercial sobre Cameronlandia, universo cinematográfico o parque temático que resume y condensa, en las locaciones de Pandora, los logros creativos de Cameron. De Terminator a El abismoy de Aliens a Titanic, preparando el camino para lo que serán las próximas tres secuelas de Avatar. Logro visual de arrobadora belleza, prodigio tecnológico que alcanza su único punto de empatía en la escena clave de Zoe Saldaña, solitaria gota de sentimiento en un océano interminable de imaginería mágica. Los fanáticos, de fiesta.Fernando Ariel García

Tres horas y media es mucho. Muchísimo. Un exceso, hasta para una película tan monumental, pretensiosa y hueca como esta Avatar: El camino del agua (Avatar: The Way of Water), secuela del éxito absoluto de 2009. Que el film busque ser un conglomerado de excelsas intensiones no es ningún problema (al menos, para mí), pero que no tenga contenidos dramáticos suficientes para sostener y justificar semejante estructura, sí. Que los diálogos sean pueriles y que el recorrido se vuelva tan obvio como previsible, también.
El nudo central retoma la historia de Jake Sully y Neytiri (Sam Worthington y Zoe Saldaña), el humano que se volvió Na’vi como parte del programa Avatar de la primera parte; y la hija del anterior jefe del clan devenida ahora compañera de Sully y madre de sus hijos. El tiempo que pasó entre película y película parece ser el mismo que transcurrió en la ficción, que arranca cuando los humanos vuelven a invadir Pandora, al mando del coronel Miles Quaritch (Stephen Lang), muerto al final de Avatar y ahora resucitado como Na’vi recombinado con humano. Venganza y supervivencia parecieran ser las dos fuerzas que empujan el argumento, que alcanza su clímax realmente dramático demasiado tarde, cuando ya pasaron casi tres horas de naderías hermosamente filmadas.

En el medio, El camino del agua se vuelve un par de películas distintas. Documental sobre una cultura alienígena con bastantes puntos emocionales de contacto con la nuestra. Tratado ecológico sobre el daño que le estamos haciendo al medio ambiente, con un apartado especial para con la matanza indiscriminada de ballenas, lo que le permite a Cameron tener su propio momento Moby Dick. Discurso new age con aires teológicos, filosóficos y existencialistas sobre el sentido de la vida, montado sobre el camino del título. Partes de un todo que aparece unido sólo por decisiones estéticas, pero que narrativamente nunca logran fusionarse de manera orgánica.

Es que, vista como un todo, esta segunda Avatar me resultó un abusivo comercial sobre Cameronlandia, universo cinematográfico o parque temático que resume y condensa, en las locaciones de Pandora, los logros creativos de Cameron. De Terminator a El abismoy de Aliens a Titanic, preparando el camino para lo que serán las próximas tres secuelas de Avatar. Logro visual de arrobadora belleza, prodigio tecnológico que alcanza su único punto de empatía en la escena clave de Zoe Saldaña, solitaria gota de sentimiento en un océano interminable de imaginería mágica. Los fanáticos, de fiesta.Fernando Ariel García
Published on December 15, 2022 04:27
November 6, 2022
ENOLA HOLMES 2: DESNATURALIZANDO EL CRIMEN VERDADERO
Enola Holmes 2. Director: Harry Bradbeer. Protagonistas: Millie Bobby Brown (Enola Holmes), Henry Cavill (Sherlock Holmes), David Thewlis (Superintendente Grail), Louis Partridge (Tewkesbury), Susan Wokoma (Edith), Adeel Akhtar (Lestrade), Sharon Duncan-Brewster (Ms. Troy), Hannah Dodd (Cicely), Abbie Hern (Mae), Serrana Su-Ling Bliss (Bessie Chapman) y Helena Bonham Carter (Eudoria Holmes), entre otros. Guionista: Jack Thorne, sobre una historia de Harry Bradbeer y Jack Thorne. Basado en personajes y situaciones creados por Nancy Springer para la serie de novelas The Enola Holmes Mysteries, utilizando personajes y situaciones creados por Sir Arthur Conan Doyle para los relatos literarios de Sherlock Holmes. Productores:Millie Bobby Brown, entre otros. Legendary Pictures / PCMA Production. EE.UU., 2022. Estreno en la Argentina: Disponible en Netflix desde el 4 de noviembre de 2022.
No sé mucho de fútbol. Pero con lo que conozco me alcanza para entender que a “Lalo” Maradona le debe haber costado un Perú el desarrollar su carrera profesional como futbolista. No importa cuán bueno o cuán tronco haya sido jugando, era el hermano menor de Diego y eso sólo ya lo ponía en una enorme e injusta situación de desventaja. Algo parecido le pasa a Enola Holmes. Es la hermana menor de Sherlock y quiere abrirse un espacio propio en el negocio de los detectives. Para peor, en el machista Londres victoriano, Enola es mujer y joven.
Si viste la primera película, vas a saber de qué va la segunda. La Enola de Millie Bobby Browntiene que resolver la desaparición de una trabajadora en una fábrica de fósforos, mientras avanza con un romance incipiente y le hace frente a los prejuicios de un entorno pacato y paternalista. Con el avance de la trama, además, tendrá que demostrar (ante Sherlock, su madre Eudoria y ella misma) que tiene las espaldas necesarias para bancar las palabras que salen de su boca. Todo, por supuesto, con mucho humor, algo de ironía, ritmo frenético y la constante ruptura de la cuarta pared.
A diferencia de la primera aventura, en Enola Holmes 2 el Sherlock de Henry Cavill sí tiene un peso protagónico tan importante como el de su hermanita. Y si me apuran, por momentos diría que aún mayor. Es que hay dos situaciones puntuales (no vamos a spoilear nada) que apuntan de lleno al corazón del mito creado por Sir Arthur Conan Doyle, abonando el terreno (me juego unas fichas) para el desarrollo paralelo de una serie sobre el inquilino más famoso del 221 de Baker Street. Veremos qué pasa.
La compensación viene dada, me parece, con el rol que Enola ocupa a la hora de bajar la línea política de la saga. Alejándose de los materiales literarios escritos por la creadora de Enola, Nancy Springer, la película mete la ficción en el medio de un hecho histórico de importantes consecuencias para el mercado laboral británico: la huelga de las trabajadoras de la fábrica de fósforos Bryant & May, llevada adelante en Londres en 1888, que terminó fortaleciendo el rol del movimiento sindical británico. Y es que, aprovechando los ecos del caso policial, Enola Holmes 2 desnaturaliza la explotación laboral que azota a los trabajadores y, en particular, a las mujeres; por el sólo hecho de ser mujeres. No es sólo discurso feminista, es una apuesta por la sororidad como elemento nivelador de una sociedad que fomenta el ninguneo y la invisibilización del valor femenino. Una lucha en la que Sherlock todavía está a la sombra de su hermana.Fernando Ariel García

No sé mucho de fútbol. Pero con lo que conozco me alcanza para entender que a “Lalo” Maradona le debe haber costado un Perú el desarrollar su carrera profesional como futbolista. No importa cuán bueno o cuán tronco haya sido jugando, era el hermano menor de Diego y eso sólo ya lo ponía en una enorme e injusta situación de desventaja. Algo parecido le pasa a Enola Holmes. Es la hermana menor de Sherlock y quiere abrirse un espacio propio en el negocio de los detectives. Para peor, en el machista Londres victoriano, Enola es mujer y joven.
Si viste la primera película, vas a saber de qué va la segunda. La Enola de Millie Bobby Browntiene que resolver la desaparición de una trabajadora en una fábrica de fósforos, mientras avanza con un romance incipiente y le hace frente a los prejuicios de un entorno pacato y paternalista. Con el avance de la trama, además, tendrá que demostrar (ante Sherlock, su madre Eudoria y ella misma) que tiene las espaldas necesarias para bancar las palabras que salen de su boca. Todo, por supuesto, con mucho humor, algo de ironía, ritmo frenético y la constante ruptura de la cuarta pared.

A diferencia de la primera aventura, en Enola Holmes 2 el Sherlock de Henry Cavill sí tiene un peso protagónico tan importante como el de su hermanita. Y si me apuran, por momentos diría que aún mayor. Es que hay dos situaciones puntuales (no vamos a spoilear nada) que apuntan de lleno al corazón del mito creado por Sir Arthur Conan Doyle, abonando el terreno (me juego unas fichas) para el desarrollo paralelo de una serie sobre el inquilino más famoso del 221 de Baker Street. Veremos qué pasa.
La compensación viene dada, me parece, con el rol que Enola ocupa a la hora de bajar la línea política de la saga. Alejándose de los materiales literarios escritos por la creadora de Enola, Nancy Springer, la película mete la ficción en el medio de un hecho histórico de importantes consecuencias para el mercado laboral británico: la huelga de las trabajadoras de la fábrica de fósforos Bryant & May, llevada adelante en Londres en 1888, que terminó fortaleciendo el rol del movimiento sindical británico. Y es que, aprovechando los ecos del caso policial, Enola Holmes 2 desnaturaliza la explotación laboral que azota a los trabajadores y, en particular, a las mujeres; por el sólo hecho de ser mujeres. No es sólo discurso feminista, es una apuesta por la sororidad como elemento nivelador de una sociedad que fomenta el ninguneo y la invisibilización del valor femenino. Una lucha en la que Sherlock todavía está a la sombra de su hermana.Fernando Ariel García
Published on November 06, 2022 08:43
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