J.C. Hidalgo's Blog, page 18
November 12, 2019
Día #14 – Soy lo que soy
Querido diario, dos puntos:
Yo tengo una movida. Empecé el mundo del artisteo con el 3D, los gráficos por ordenador y tal, pero al final lo dejé, porque tuve que reconocer que no me gustaba (no es fácil llegar a esta conclusión después de varios años dándole al tema).
Sin embargo, cuando veo vídeos de gente haciendo cosas de esas, especialmente partículas y dinámicas o After Effects, me da el picorsito, y a veces me mosqueo porque me jode no haber seguido con eso. También, me pasa más o menos lo mismo con dibujar. No es que sea la caña dibujando, pero siendo que solo dibujo una vez al año, y normalmente no le dedico más de cinco o diez minutos, me sale bastante bien. Cuando hago eso siempre pienso que si practicara a diario, podría llegar a dibujar de puta madre. Pero no lo hago, y eso me hace sentir frustrado.
Pero al final, tengo que reconocer que el mundo audiovisual, aunque me gusta y me atrae, no me atrapa. Cuando me pica hacer algo en 3D, normalmente ni lo termino porque a mitad de cosa ya me aburre.
En general, el mundo visual me llama lo justo. Lo único que soy relativamente constante, es con la fotografía, y aún así lo cojo y lo dejo.
Al final, lo que realmente me mantiene desde hace nueve años, es escribir. Lo empecé de una forma absurda (al igual que muchas cosas importantes), y lo he mantenido, nunca lo he dejado, y si he dejado de escribir, ha sido de conducta, porque por dentro seguía pensando en el tema, ideando cosas y dándole vueltas a ideas.
También he dedicado más esfuerzo en aprender, he buscado más referencias, me fijo en como narran otros autores, leído libros sobre estructura y narración, y busco historias de otros países para ver como cuentan las cosas en tras culturas, mientras que, en fotografía, apenas lo he hecho. Sí, veo vídeos, pero no conozco autores/as, excepto uno dos, y apenas tengo referencias de otros fotógrafos/as.
Además, con el CGi me pasa una cosa, y es que haciendo monigotes, muchas veces se me ocurre algo. Por ejemplo, cuando, hace años, estaba haciendo una fresa con cara (la de la imagen de portada), en el Zbrush, mientras estaba con ella, de repente empecé a pensar en ella como un personaje. Se me ocurrió la idea de una banda de fresas malvadas dando por el serete. De ahí acabó convertido en una idea para un relato que acabó por ser el de “Era un día normal”, que publicaré cuando autopublique los relatos cortos sobre el mundo de Héroes di palo. No ha sido la primera vez que hacer un algo en 3D ha acabado convertido en una idea. Sin embargo, nunca ha sido al revés. Sí que es cierto que en algunas historias visualizo un fotograma que me gustaría verlo como una ilustración, pero no tengo ni de coña el mismo empuje a realizarlo.
El resto de cosas me llaman la atención, pero porque soy un cotilla que le gusta meter las narices en todas partes, y si por mí fuera, aprendería japonés, italiano, alemán, portugués, filosofía, física, historia, música, robótica… Al final, tengo que admitir que lo mío es escribir, porque en definitiva, es de las pocas cosas que se han mantenido constantes en mi vida. El resto, las he cogido y dejado. Así que todo está bien cómo está. Que seguiré curioseando otro mundos, of course, pero sin sentirme mal por no meterme más a fondo.
[image error]Una de tantas cosas que nunca terminé.
November 10, 2019
Día #13 – Steel Panther y las cebollas
Hace unas dos semanas me puse a buscar información sobre Steel Panther, el grupo sobre el que haré el próximo podcast para Mordor Rocks. Leyendo un artículo sobre ellos, en la línea 2, vi que ponían otros grupos relacionados, uno de ellos llamado Ninja Sex Party. ¿Qué hice? ¿Continuar con mi artículo? No; fui a ver que puñetas es eso de Ninja Sex Party.
Pues ale, dos semanas más tarde y no he hecho nada sobre Steel Panther, pero aquí ando yo, enganchado a este otro grupo.
Ese es el nivel.
Distracciones aparte, ayer por la noche me puse con la granja de pollastres, pero el windows tenía otros planes mejores, como por ejemplo, no encenderse. Así que tarde un huevo en empezar a hacer algo.
Cuando consiguió encenderse (las actualizaciones parece que tienen como función relenizar el sistema, más que optimizarlo), me puse un poco. No hice mucho, la verdad, pero al menos avancé un poco más la trama.
Lo que me di cuenta es que esto de escribir tiene como fases, como una cebolla. Bueno, la cebolla tiene capas.
La primera, que es cuando hago el boceto y voy a tope, muy venido arriba. Pienso que es un pedazo de historia que te cagas que mola mazo.
La segunda vez que lo repaso, veo que no está mal pero tengo que revisarlo todo.
Y luego me vengo a bajo y empiezo a tener serias dudas sobre si esa historia merece la pena o no, pero ya que la he hecho, quiero terminarla, así que tengo que hacer lo que pueda.
La cuestión es que siempre hay un momento en el que pienso “esto es una castaña”. ¿Esto es normal? ¿Esto se supera en algún momento?
Día #12 – Se me acabó la tontería.
Querido diario, dos puntos.
Se me acabó la tontería. Antes de ayer volví a Uk de mis vacaciones por Italia.
Después de esto, me doy cuenta de que Inglaterra no es romantica para nada. Sus edificios tienen su encanto y molan, pero a diferencia de otras ciudades europeas que tienen ese aire romántico y cuco, las británicas lo que transmiten un aire señorial, tener clase social, posición, orgullo y algo de frialdad. Esto donde sea, claro, porque hay zonas y ciudades que lo que transmiten es lo opuesto; decadencia, gris, pobreza, descuido, dejadez… En general, la arquitectura no transmite calidez. Aunque mole y tenga su punto, calidez, no es lo suyo.
Es curioso esto, como el estilo arquitectónico puede reflejar la conducta de sus habitantes. O quizá sea un feedback; la conducta imperante demanda un estilo, y este estilo afecta a sus habitantes.
Lo tendré en cuenta para los entornos que vaya creando.
Por otro lado, ayer me fui a mi cafetería de confianza #2, con mi large-soya-latte-tohavein-nofroth-please, a escribir al sótano que tienen y a continuar con la historia de la granja escuchando a The Kovenant y AC/DC. Me tiré unas dos horas y cambié la presentación del principio y otras cosas.
Lo que veo es que, contado en primera persona, las escenas de acción son un poco complicadas. Además, hay situaciones en las que pasan cosas en las que la personaje no se acaba de enterar, pero quiero que el lector sí, así que tengo que andar jugando con cosas para dar la información de forma subliminal, que el lector entienda lo que está pasando pese a que la narradora no. Pero en parte, ahí está la gracia de este personaje y por eso lo quería contar en primera persona.
A ver si la termino, que hace mil años que no publicó ningún relato corto.
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November 9, 2019
Día #11 – No empatizo pero sí.
Querido diario, dos puntos.
Estuve viendo un vídeo en el que hablaba que los personajes de series como Seinfeld y Los Simpsons, no están hechos para ser empáticos.
Sin embargo, uno de los temas que te recalcan en varios sitios (como el Save the cat), es que una de las cosas importantes es hacer que el público empatice con el/la protagonista y nos conquiste.
Otra cosa que se dice mucho, es que la gente quiere historias que hablen de ellos, que se puedan ver reflejados en ese protagonista, pero sin ser él/ella (es decir, que no les den las palizas que les dan a ellos).
Pero entonces, ¿por qué estas series, en las que lo último que se busca es empatía, han tenido tanto éxito?
Supongo que porque, aunque no nos sentimos directamente identificados, los personajes tienen el suficiente encanto como para que queramos ver qué hacen. Quizá sea otro tipo de espectáculo que nadie ha sabido o querido apreciar: el sentarnos y ver qué hacen esos personajes. Como ir al zoo, pero sin que un mono te tire una mierda a la cara.
En realidad… creo que sí que empatizamos con esos personajes, pero de otra manera. En lugar de “querer ser ellos o como ellos”, lo que hacemos es sentir que comprendes su situación porque hemos pasado por lo mismo.
Los Simpson (en las primeras temporadas) pasan por situaciones muy comunes, como problemas conyugales, colegio, bulling, la depresión de Lisa, etc… así que, aunque no quisiera ser Homer ni me sienta representado por una niña de edad indefinida, sí que en varias ocasiones he empatizado con las situaciones por la que han pasado.
En Seinfeld, al fin y al cabo, lo que hacen es exagerar situaciones cotidianas que les pasaban en la vida real, por lo que es fácil sentirse identificado también. Además, usa mucho ese recurso de poner partes de monólogo al estilo monologuista (“nunca os ha pasado?” effect) que consigue atraparte por ese proceso de “empatización”.
En cualquiera de los casos, esto muestra, una vez más, que se pueden romper las reglas y seguir haciendo algo bueno, porque hay más de una forma de despellejar un gato, solo que en los libros te muestran el sistema que funciona, el que vende.
Pero, pero, pero… hay que saber andar antes que saber correr.
November 8, 2019
Día #10 – Venecia está rota
Querido diario, dos puntos.
Ayer estuve en Venecia, y muy bonito todo. Crucé el puente de la República, para poder decir que he usado una construcción del Calatrava y he sobrevivido para contarlo.
Pero algo que me llamó la atención es en el mal estado que está la ciudad. Hay un par de calles (o canales) amplios, en los que parece que han centrado el glamour y presupuesto. Pero en el resto de la ciudad, las casas se pelean por el espacio, las calles son angostas y oscuras, las paredes estaban llenas de desconchados, grietas, las ventanas también estaban fatal. Parecía que todo se pudiera venir abajo en cualquier momento. Pero entiendo que es una isla loca y el espacio que tienen es el espacio que hay. Hasta aquí todo perfecto, ninguna queja.
Desde un punto de vista objetivo, en muchas de las veces que iba solo por las calles, si me paraba a pensarlo, parecía que estuviera en una ciudad fantasma, abandonada y dejada a su suerte.
Sin embargo… era todo muy romántico. Porque lo es. Me sorprende no haberme encontrado a más gente dándose el lote en cada esquina, tanto en Venecia como Florencia.
Me preguntaba que porqué una ciudad, que está como está, se la ve con unos ojos de corazones en lugar de pensar “está todo roto”.
Supongo que la clave es el contexto.
Cuando una persona va a Venecia, va contextualizado a ver una ciudad antigua y, sobretodo, romántica (excepto el puente de la República, que como buena construcción de Calatrava, va a su bola). Así que todo eso que en otros contextos podría haber jugado en su contra, aquí lo hace a favor. La antigüedad de los edificios, las grietas, el desgaste… todo hace de esta ciudad flotante algo bonito, espectacular, auténcito y bello, en la que pasear con tu pareja de la mano y suspirar como gilipollas cada tres metros.
Así que por esto, y mucho más, no hice muchas fotos. Porque el encanto no está en mirar Venecia, sino en verla. Además, de noche, no hay casi iluminación y está oscuro de narices.
Me sorprende no haberme caído a un canal, siendo que iba mirando a todas partes menos a dónde pisaba.
La lección que me llevé de aquí fue la importancia del contexto, lo que hace que un mismo elemento, sea interpretado de diversas formas subjetivas.
[image error]Foto mía. Para más, sígueme en Instagram: Intothebrokenmirror
November 6, 2019
Día #9 – Historias en piedra
Querido diario, dos puntos.
He ido al museo donde está la figura de David, la de Miguel Angel. Aparte de esta, hay montones de estatuas de otros artistas, pero lo que me ha llamado la atención es la expresividad de ellas, oye.
Quiero decir, eran figuras de gente, pero todas estaban en alguna pose que inspiraban una situación, emoción o algo. Relataban algo en una imagen.
Esto viene a que una cosa que vengo fijándome respecto al 3D, especialmente sobre artistas de zbrush, es que cuando hacen sus imágenes son personajes, tipo retrato. El tema es que todo se centra en técnica y detalle, en hacer cosas impactantes y cool. Pero lo que me ha disgustado desde hace tiempo es que carecen principalmente de eso, de un relato sugerente. No me dicen nada más allá de “mira que chulo” o que sea impactante o espectacular.
Pareciera que lo que hemos ganado en recursos y posibilidades lo hemos perdido en narrativa.
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November 5, 2019
Día #8 – Las hadas de Isaac Asimov
Querido diario, dos puntos.
A ratos, mientras paro a comer o tomarme un café en mi viaje por Siena y Florencia, he leido una historia de Asimov (Cosas de niños) sobre los cuentos de hadas y el hecho de que los niños modernos ya no leen esas cosas ni mucho menos creen en ellos.
Creen en Batman, Superman, las tortugas ninja o los personajes de Disney, pero los viejos cuentos tradicionales caen en el olvido.
Citando el relato:
“Los antiguos motivos populares de leyenda sobreviven solo en las obras modernas de literatura fantástica y esta es solo pasto para los adultos”
“Cosas de niños” (1953) Isaac Asimov
Hoy dia, el único heraldo de recordar los cuentos antiguos es Disney. Si no fuera por él y sus princesas, nadie conocería el cuento de blancanieves o la cenicienta.
Solo amantes de la literatura clásica como Juan Gomez-Jurado y poco más las conocen. E incluso ellos no escriben cosas sobre el tema. Las consumen pero no replican.
Como he dicho, Disney es el único que las recupera. Por supuesto, no son como las originales, sino versiones adaptadas a los tiempos modernos. Pero esto no es malo.
Los cuentos originales de los hermanos Grimm están mas cerca de Lovecraft que de los niños, segun los tiempos y moral modernos. Por eso, hay que reescribirlos. La esencia perdura, pero el continente muta y se adapta.
Hay que recordar que estos clásicos ya fueron reescritos en su tiempo. Por ejemplo, la versión que conocemos de la bella y la bestia es distinta de la primigénia, y lo mismo ocurre del gato con botas.
Tolkien fue otro de los últimos que hizo el esfuerzo por recuperar el folklore. Muchos creen que inventó, pero no es cierto; recuperó unos mitos olvidados. Y sí, ha inspirado a muchos autores, pero pocos de estos han mantenido ese folklore, sino que han creado uno propio (que no es malo, ojo-cuidao).
Tomo nota de incluir todo esto en mi mundo; creo un mundo, pero lo lleno con los clásicos.
November 4, 2019
Dia #7 – Italia
[image error]Querido diario, dos puntos.
Desde que estoy en Italia, lo que se dice escribir, no he escrito nada, cosa que me esperaba.
Pero me fijo en detalles que pueda usar en personajes o ambiente, y he visto un par de la arquitectura que encaja con la de Tolnedra, la ciudad donde ambiento la mayoría de mis historias.
Por otro lado, estoy haciendo fotografia que lo tenía un poco dejado, y aplicando lo que he ido aprendiendo. Lo estoy centrando en la gente. Una foto de un lugar cuqui no valía para nada si no hay alguien. La presencia de gente, si es una persona mejor, le da un punto muy bueno.
Ademas, como llovía y era de noche, he usado las luces, sombras y reflejos en el suelo mojado y me han gustado mucho los resultados.
No son fotos de Italia, son fotos de gente, e Italia es el escenario
Día #6 – Dándole vueltas al concepto
Querido diario, dos puntos.
Me he pasado casi todo el tiempo en el curro dándole vueltas a las partes flojas del mago cretino. En casa, he ido directamente a una de ellas.
En una hora apenas he hecho un 10% de lo que tengo en mente, pero es que ocho horas da para mucho pensar.
Por otro lado, he seguido con “Save the cat”. La verdad es que no me acaba de gustar mucho el concepto del libro, porque está muy orientado a hacer guiones comerciales para vender. A ver, si es lo que uno quiere hacer, perfecto.
Pero es que precisamente ese es el tipo de cine que no me gusta, ni lo que realmente quiero hacer, porque es muy repetitivo, de fórmula, estandarizado hasta niveles absurdos. Sin embargo, tiene cosas interesantes, así que me lo terminaré e iré separando el grano de la paja.
De todas formas, como él mismo dice, hay que conocer las reglas para saber cuales son las reglas de las que quieres huir.
November 2, 2019
Día #5 – Era una trampa
Aprovechando que libro, he ido a otra cafetería a probar nuevos horizontes.
He entrado en una en la que ya había ido alguna que otra vez, y que es cafetería-peluquería. Alguien consideró que era una buena mezcla y yo no estoy aquí para juzgar las decisiones de los demás.
Había poca gente y estaba tranquilo. Las pocas personas que habían estaban también con sus lap-tops, escribiendo sus cosas. Todos usan Mac, y yo soy el gilipollas del windows. Lo de “el gilipollas del windows” lo digo yo, por usar windows. Lo enciendo, y los diez minutos que tarda en arrancar confirma que soy gilipollas por usar windows..
Lo que sucede a continuación es digno de un relato, así que lo voy a escribir porque igual lo uso en un futuro:
#idea: Un joven escritor busca una cafetería para escribir tranquilo, y encuentra una en la que no hay mucho follón. Y todo es maravilloso, con el joven escritor bebiendo con su large soya latte to have in no froth please sin froth, perdido en mundo que solo existen en su cabeza, plasmándolo para que también esté en el ordenador y disimular de esta manera que está loco, cuando, en cosa de minutos, una avalancha de familias llenas de niños, entran en estampida llenándolo todo, corriendo y gritando, y el joven escritor tiene que terminar su escritura sumido en un caos reinante que no hay dios que lo aguante, tecleando como nunca lo ha hecho porque de ahí no se larga sin terminar lo que ha venido a hacer. Quiero ver yo a Stephen King escribiendo en estas condiciones (aunque quizá así es como se le ocurrió “Cementerio de animales”, ahora que pienso).
Volviendo a lo que tengo que volver, pese al caos reinante que no hay dios que lo aguante, he terminado el boceto de la historia de las gallinas. En verdad me faltan las partes de acción, pero ya lo haré en otro momento porque el caos reinante ya no lo aguanta ningún dios, y yo menos, así que me largué para (posiblemente) no volver más.
Cada vez voy perfilando mejor a la personaje principal y me gusta más. Es como un gustazo interior cuando vas desarrollando y descubriendo un personaje y te va gustando cada vez más. Y lo que es mejor, te sientes más cómodo con él o ella.
Ahora, dejaré la historia macerar un poco mientras sigo con la novela del mago cretino.
Sigo sin saber cómo puñetas titular la historia de las gallinas.