Miguel Ángel Núñez's Blog, page 20
December 2, 2019
Conoce

“ El SEÑOR conoce el camino de los justos ” (Salmo 1:6)
Cuando alguien ha sido traicionado, abandonado, injuriado, y tristemente dejado a un lado, especialmente por quienes han urdido planes para vengarse o simplemente, por maldad, maltratar a otra persona, la sensación de soledad es indescriptible. Se mira el horizonte y se percibe que no hay nada que pueda darnos paz. En dicho contexto, las palabras del salmista son un bálsamo esperanzador. No importa qué digan los demás, “Dios conoce”. Ese saber de Dios es más importante que cualquier daño que otro nos haya ocasionado.
Saber con certeza que Dios conoce lo que ocurre en tu vida, que ha visto tus caminos y es capaz de juzgar con justicia, y sabe exactamente lo que vives, da paz, porque sabes con seguridad que nada se le escapa y en el momento en que sea necesario, lo que eres saldrá a la luz, por mucho que tus enemigos hubiesen querido esconder la realidad de las cosas que han ocurrido.
A menudo, especialmente, cuando se es víctima de infamia y difamación, queda una sensación de impotencia, que es mayor cuando no es posible defenderse, o la defensa es considerada una forma de reconocimiento de culpa. Los difamadores tienen la habilidad de torcer de tal modo los acontecimientos que suelen poner los argumentos en contra de quienes se defienden. Siempre he admirado esa habilidad de quienes suelen torcer todo a su favor.
Reconforta saber que Dios conoce el camino de los justos. Que aún cuando las personas sean maltratadas o tratadas de manera injusta, Dios conoce, y en su momento, mostrará toda la verdad, sin ambigüedad, de quien ha obrado de una manera errada.
La maldad tiene muchas mañas y sabe manifestarse de las más extrañas formas. Sin embargo, el poder de Dios es superior y ese es el trasfondo de esta promesa que es a la vez una afirmación del poder de Dios que no se deja engatusar por las actitudes mañosas de quienes obran mal. Dios, que es justo por naturaleza, conoce lo que está bien, aún cuando esté oculto en una montaña de mentiras, medias verdades y acusaciones infundadas.
En algún momento la difamación sale a la luz. Las mentiras, por muy escondidas que estén, en algún momento surgen y muestran toda su verdad. Los días de los mentirosos son cortos, aunque en su vanidad de engaño no lo alcancen a percibir.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 02, 2019 15:30
December 1, 2019
El consejo de los malvados

“ Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados ” (Salmo 1:1a)
Lo que dice el texto es lógico. La persona que no recibe consejos de los malvados tendrá un mejor pasar en todos los sentidos. El problema es otro, ¿cómo reconocemos si el consejo de alguien procede de la maldad? ¿Cómo sabemos si no estamos siendo engañados por alguien que lo único que quiere es causarnos algún mal?
El problema se agrava cuando entendemos que muchos malvados actúan bajo las sombras y de espaldas a la verdad. Algunos son expertos en ocultar sus verdaderas intenciones. A veces engañan aún a los más suspicaces. ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar frente a esta situación?
Tal vez la salida más compleja es volver a los viejos caminos de la reflexión y el análisis. Muchos no entienden el sentido de pedir consejo. No se trata de que otra persona te diga lo que debes hacer, sino pedir perspectivas distintas a la tuya —varias si es posible— con el fin de reflexionar, pensar en los pro y los contra, y luego, tomar una decisión. Mientras más compleja sea la situación, más necesario es este proceso que debe ayudar para poder elegir el camino a seguir de la mejor forma.
El proceso debe ir acompañado de introspección y oración. Dios no nos dice qué hacer, pero nos da sabiduría, discernimiento y fortaleza para tomar las mejores decisiones, que al final de cuentas, siempre son nuestras elecciones.
El estudio de la Biblia es otro recurso válido para un cristiano y no hablo de lectura simple y llana sino de análisis, reflexión y búsqueda inteligente de caminos de sabiduría divina. La Escritura está llena de historias, algunas horribles, que nos muestran al ser humano en toda su grandeza y bajeza, en muchos casos, sin matices. Están allí para que aprendamos de la experiencia ajena.
Es importante señalar que no se trata de acumulación de textos bíblicos para fundamentar una idea previa, eso es lo más lejano a un estudio de la Biblia serio. Se trata de detenerse en principios, conceptos claves e historias similares a lo que tenemos entre manos, y luego de pensar profundamente, tomar la decisión.
El consejo del malvado surte efecto simplemente porque no pensamos, nos dejamos llevar por la irracionalidad y no reflexionamos. La maldad es sutil, y sin entenderlo, muchos se dejan entrampar.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 01, 2019 15:30
November 30, 2019
Un hombre dichoso

“ Dichoso el hombre [...] que en la ley del Señor se deleita” (Salmo 1: 1-2)
A juzgar por las premisas de muchas personas, poner “ley” y “dicha” en una sola frase parece un contrasentido, toda vez que lo legal es visto con sospecha y todo lo normativo observado como un elemento opresivo. Perspectiva que no está muy alejada de la realidad de muchos, incluso, religiosos.
Sin embargo, no es la impresión que tiene el salmista, al contrario, considera que es dichoso y que se deleita en la ley, ¿por qué?
Un autor llama al autor de este salmo “un hombre con suerte” porque puede conocer la voluntad de Dios mediante la reflexión en su ley. En el libro de los salmos “ley” no se refiere a los diez mandamientos, esa es una lectura superficial, sino a toda la voluntad expresa de Dios. En ese sentido, el judío tenía un sentido más amplio de la expresión y lo usaba como sinónimo de las enseñanzas dadas por Dios a sus profetas, empezando por Moisés.
En medio de la confusión de este mundo, las enseñanzas bíblicas aparecen como un faro en medio de la oscuridad, otorgando principios de vida que son capaces de orientar a las personas para poder vivir vidas no sólo dignas, sino además, plenas.
El seguir las enseñanzas de Dios no sólo otorga seguridad, da un rumbo, un sentido, así como en medio de la oscuridad un capitán de barco sabe a dónde dirigir su embarcación porque tiene un faro que lo guía y lo orienta para que no encalle en los arrecifes y las rocas de la costa.
Dios quiere lo mejor para los seres humanos, por eso provee su leyes, con el fin de darle al ser humano una orientación en medio de las condiciones poco felices en que se encuentra a menudo la persona humana. Lo único que espera la divinidad es confianza en sus súbditos, que aún cuando no entiendan, estén dispuestos a seguir su voluntad.
Muchos ven las leyes de Dios como opresivas, pero son todo lo contrario, por eso el apóstol Santiago habla de “la ley que nos da libertad” (Santiago 2:12), puesto que vivir fuera de la ley, lo único que provoca es un conflicto tras otro y la sensación de que nunca es posible ser libre completamente. Además, en el contexto en que fue formulado el decálogo, con un pueblo que venía de la esclavitud, la ley de Dios se convierte en el faro que guía en medio de la oscuridad y da sentido y orientación.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 30, 2019 15:30
Un proyecto compartido

Walter Riso, el psicólogo ítalo-colombiano señala acertadamente que: “El amor de pareja es una comunidad de dos, donde nos asociamos para vivir de acuerdo con unos fines e intereses compartidos” (Riso, 2006:11).
Cuando hay unilateralidad, entonces, deja de ser un proyecto de dos para convertirse en una visión de uno que es impuesta a otro, quitándole de paso, justicia a la relación.
La clave es “compartir”, que implica construir un proyecto de a dos. Si en algún momento en la relación esto falla, entonces, se acaba la “re-lación”, que implica estar enlazados o unidos, en este caso, a un proyecto común.
Muchas mujeres se resignan a seguir los planes y proyectos de los maridos sin voz ni voto. Millones de ellas languidecen en lo que es una cárcel y no una relación paritaria.
El plan de Dios para la pareja humana implica una relación de respeto y consideración mutua.
Es absurdo construir “pareja” sin un proyecto compartido. La expresión “pareja” supone a dos, si uno sólo propone y designa lo que se hace o dice, termina aniquilando el par y se convierte en el proyecto de uno, y por lo tanto, el mismo concepto de matrimonio se pierde.
Un matrimonio es un proyecto que comparten un varón y una mujer que aportan a la relación lo mejor de sí mismos. Sus dones y talentos son sumados para construir un vínculo donde se respeten las individualidades y se tenga el suficiente espacio para ser y expresarse.
Esto significa que no es posible pensar en pareja sin un proyecto pensado, ejecutado y realizado por dos.
Es notorio cuando una pareja marcha como tal, observar que construyen juntos algo en lo que ponen todo su corazón y vida. Cuando esto ocurre, eso da estabilidad a la relación, porque ambos entienden que son escuchados, respetados y apoyados.
Del libro inédito Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 30, 2019 03:08
November 28, 2019
Prioridades

Una verdad que a menudo se pasa por alto es que la vida consiste en establecer prioridades, decidir efectivamente qué será primero, segundo y tercero en nuestra vida. Las prioridades condicionan nuestra existencia, así sin más.
Cuando se establecen prioridades los seres humanos lo que hacen es seguir patrones y modelos aprendidos de sus familias de origen. Si el padre dedicaba más tiempo a su trabajo que a su familia, probablemente, ese será el tipo de conducta que tendrán los hijos. Si la madre optó por trabajar mientras los niños eran pequeños, tal vez, algunos hijos lo considerarán normal y harán lo mismo, y así sucesivamente. No nacimos en el aire, somos herederos de una cultura familiar que en ocasiones traspasa varias generaciones.
Las prioridades de un modo u otro nos van dando las pautas para establecer lo importante y lo secundario.
¿Cuáles son las prioridades para una persona casada que es cristiana?
En primer lugar, Dios. Tal como dice el texto de hoy, cuando Dios es primero todo lo demás viene por añadidura. La convicción de la fe hace que todo se ordene de una manera natural.
Luego de Dios es el lugar para el cónyuge. Un matrimonio cristiano entenderá que nada hay más importante en sus vidas que atender las necesidades de su pareja.
Si tienen hijos, es necesario poner a los hijos luego de la atención de la pareja. Si los cónyuges están bien los hijos también lo estarán. Por esa razón, los hijos vienen después de la pareja.
El trabajo, es fundamental luego de atender lo anterior. Uno de los males que enfrentamos en la actualidad es que el trabajo ha suplantado a Dios y a la familia. Muchos dicen que trabajan para darles lo mejor a sus hijos, sin embargo, al no establecer prioridades claras terminan cometiendo el error de transmitir un mensaje equívoco.
Del libro inédito Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 28, 2019 15:30
November 27, 2019
La boda es lo más sencillo

Es probable que todos los que están casados recuerden el día de su boda como algo excepcional. En medio del fragor de la boda se olvidan de todos los preparativos y de las luchas, de las discusiones, de las elecciones y de tantos detalles que configuran una boda. No hay como evadir el asunto, por más sencilla que sea una boda, siempre es difícil. Novias y novios son complicados, muchos se convierten en histéricos y sacan de quicio hasta el más tranquilo. Sin embargo, por muy difícil que la boda sea, siempre es más fácil una boda que un matrimonio. Cuando terminan de sonar las campanas de la iglesia o de recibir el arroz que se tira en el registro civil, recién en ese momento, comienza lo difícil, el matrimonio.
Una boda es un momento puntual, con sus aciertos y sus momentos cómicos o difíciles es una ceremonia. El matrimonio es algo que dura día a día y se mantiene o se deteriora en la medida en que las personas se comprometen.
No más comenzar la vida en común surgen desilusiones que son lógicas, los varones adaptándose a tener que cumplir horarios o dar cuenta de los lugares dónde van para dejar tranquila a la esposa, tener que colaborar en casa, atender los mil detalles que conlleva tener un hogar. Las mujeres, adaptándose a cientos de situaciones que demandan concentración y aprendizaje. Ciertamente el matrimonio, con todos sus momentos agradables, es también fuente de tensión y en muchos casos de conflicto.
No es fácil estar casado. Las parejas deben aprender a vivir juntos, lo que no es sencillo, especialmente, cuando se ha construido una vida independiente emocional y económicamente. Por lo tanto, se necesita de paciencia, cortesía, empatía y una gran cuota de sabiduría para vivir el matrimonio. No está demás preguntar, prevenir estudiando, leer, pedir consejo cuando se llegue a una situación de encrucijada o hablar para evitar que algo que podría resolverse de manera sencilla se complique.
Si alguien pensaba que la boda era difícil, entonces, espere el matrimonio.
Del libro inédito Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 27, 2019 15:30
November 26, 2019
Grandes expectativas

En muchas parejas se instala un contrasentido: No quieren esperar mucho de su relación porque temen desilusionarse y cortar, pero, no se dan cuenta que al hacer eso, crean las condiciones para una profecía autocumplida. En otras palabras, sin percatarse hacen o dejan de hacer lo que puede contribuir al fortalecimiento de la pareja.
En las investigaciones que se han realizado sobre matrimonios de éxito se ha demostrado que, al contrario de lo que se cree, las parejas con expectativas más altas son los que tienden a durar más en el tiempo.
John Gottman un reconocido especialista en parejas de éxito dice que: “Los que poseen valores más altos y expectativas más elevadas para su matrimonio tienen los mejores matrimonios, no los peores” (Gottman, 1999:18).
¿Por qué razón ocurre esto?
En general, en la mentalidad popular, se piensa que las expectativas muy altas son poco realistas y promueven la desesperanza y la desilusión. Sin embargo, aunque es preciso ser realista, es decir, considerar lo que se tiene y desde dónde se parte, lo concreto es que las personas casadas cuyas expectativas son demasiado bajas tienden a conformarse y no dar todo de sí. En ese sentido, terminan aceptando condiciones matrimoniales mediocres, cuando podrían ser mejores.
Al contrario, las personas con altas expectativas, tienden a trabajar más por sus matrimonios y relaciones de parejas, porque saben que no se producirá un cambio a menos que se comprometan de verdad con la relación.
Algo similar a lo que nos muestra el texto de hoy, “en la espera mostramos nuestra constancia”. Si confiamos en que nuestro matrimonio tendrá buenos resultados y que lograremos cada día ser mejores, entonces, se genera una actitud diferente que hace que por expectativa se busque dar lo mejor de sí. Nadie cosecha felicidad si antes no siembra compromiso. Por lo tanto el asunto se reduce a actitud, más que aptitud.
Del libro Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 26, 2019 15:30
November 25, 2019
Aprender

Según algunos estudios que se han realizado sobre matrimonios en Europa se muestra que los matrimonios contraídos antes de los 20 años de edad corren el riesgo de ser anulados en los cinco años posteriores a su registro. En parte, por la inexperiencia de los contrayentes, pero también porque muchos piensan que el divorcio no es más que un mero trámite que no se concibe en términos horrorosos como años anteriores.
El mismo estudio publicado en Inglaterra señala que las personas entre 25 y 29 años se divorcian dos veces más a menudo que otras personas de otra edad. Por otro lado, las personas invierten menos tiempo en buscar ayuda y procurar la reconciliación antes de presentarse ante un Tribunal para solicitar la anulación del vínculo.
Algunos psicólogos, a la luz de los estudios, están afirmando que la sociedad actual no está preparada para concebir relaciones largas en el matrimonio, especialmente cuando los contrayentes son muy jóvenes. Uno de los elementos que juega en contra es que las ambiciones laborales o personales, suelen tener primacía por sobre el matrimonio.
Según esta investigación uno de cada tres matrimonios se termina antes de los 15 años de relación, lo que ha cambiado notablemente la estadística de hace algunos años donde el divorcio se producía en uno de cinco matrimonios.
¿Qué hacer frente a esto? Una de las posibilidades es entender que a amar también se aprende. Dios nos dio la capacidad de amar, sin embargo, el ser humano debe aprender. Los afectos no se heredan ni se transmiten por vía genética, es necesario aprender en un contexto que sea sano afectivamente. Cuando esto no ocurre, entonces, las posibilidades de no tomar en serio algo tan importante son muchas.
El matrimonio fue ideado por Dios para que los seres humanos puedan vivir en compañía y gozar del privilegio de compartir el privilegio de formar una familia. Sin embargo, para que eso ocurra es preciso seguir algunas directrices fundamentales, de otro modo, no funciona.
Del libro inédito Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 25, 2019 15:30
El peligro de minimizar un gran problema

Hay autores que sugieren que todos los seres humanos tenemos algo de narcisistas, porque, supuestamente todos necesitamos sentirnos el centro del universo en algún momento.
Difiero de esa percepción que me resulta peligrosamente simplista. Una cosa es tener autoestima saludable y un buen autoconcepto, que todos los seres humanos debemos tener, y otra cosa muy distinta desarrollar el trastorno de la personalidad narcisista.
Para formar una pareja saludable es preciso que se den algunas características básicas como vivir un amor recíproco y actuar con empatía.
La reciprocidad es fundamental. Todas las parejas se unen esperando que su amor será un puente de ida y de vuelta, donde reciban lo que dan. No es una transacción, pero es esperable que si amas, también te amen. Sin embargo, eso no es posible con un narcisista que piensa exclusivamente en sí mismo. Para el narcisista el centro del universo es su persona y no hay cabida allí para nadie más. Creen que sus necesidades son superiores y deben ser atendidas sin mediar ninguna consideración.
El otro elemento fundamental para que exista una relación sana es la empatía. Una persona empática es capaz de sentir lo que está experimentado otro individuo, ponerse en su lugar, y poder establecer un nexo emocional que le sea posible entender lo que la otra persona está sintiendo. Volvemos al mismo punto, el narcisista no puede experimentar empatía, no tiene ni la capacidad ni la voluntad para poder hacerlo.
Todo esto nos pone en una situación difícil. Amar es una acción que precisa de dos personas que actúen con reciprocidad y empatía, pero con un narcisista eso no es posible. Los narcisistas menosprecian a sus parejas, porque no creen que estén a su altura ni que logren tener las posibilidades que ellos o ellas tienen. Además, tienen un ansia tan grande de admiración que no cabe la posibilidad de admirar a otra persona o ocupar energía en construir una relación que implique esforzarse por tratar a otro de una manera ecuánime.
Del libro inédito Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 25, 2019 07:26
November 23, 2019
El mito de las diferencias

Hay mitos tan acendrados que a veces discutirlo parece impropio, sin embargo, por más que se repite una idea equivocada eso no la convierte en verdadera.
El escritor norteamericano John Gray popularizó el concepto de las diferencias irreconciliables entre varones y mujeres en su libro Las mujeres son de Venus los hombres son de Marte (1995).
En dicho libro el autor afirma que varones y mujeres tienen diferencias fundamentales respecto al matrimonio. Existiría un abismo entre ambos en lo que respecta a la actitud y las expectativas que se tienen sobre el estar casado. ¿Es así el mito? ¿Hay evidencia que lo corrobore?
Lamentablemente Gray y quienes postulan dichos argumentos, sin base objetiva, pasan por alto los elementos en común que varones y mujeres tienen respecto al matrimonio.
Lo que en realidad muestran las investigaciones es que las diferencias se acentúan en matrimonio infelices. Al contrario “en los matrimonios felices existen muy pocas diferencias basadas en el género de los esposos” (Gottman, 1999:83). Por otro lado, cuando existe una tendencia dominante y controladora del matrimonio por parte del varón lo que ocurre son bajos niveles en la calidad de vida matrimonial (Sternberg, 1998:123).
Hay diferencias en la manera de enfrentar el matrimonio y la relación, no obstante lo que los investigadores han descubierto es que en general ambos géneros desean lo mismo, amistad, compañerismo, compromiso y lealtad.
Cuando las diferencias no se acentúan, las parejas logran establecer relaciones sólidas basadas en la amistad y el compañerismo. En ese contexto hay respeto y ocupación por las necesidades del otro.
En el plan de Dios la base del matrimonio es el compañerismo y la necesidad que se apoyen mutuamente. Por eso Dios no desea la soledad para el ser humano y espera que entiendan que el matrimonio es un pacto.
Del libro inédito Lazos de amor Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on November 23, 2019 15:30