Miguel Ángel Núñez's Blog, page 17
January 1, 2020
Una lámpara en la oscuridad

" Ustedes son la luz del mundo ” (Mateo 5:14)
Florence Nightingale (1820-1910)
En tiempos de Florence se esperaba que las mujeres se mantuvieran en su hogar realizando tareas domésticas, no se les permitía estudiar en las universidades y menos trabajar en labores remuneradas. Florence, quien desde muy niña destacó en matemáticas y ciencias, que eran áreas reservadas sólo a los varones, se rebeló contra ese modelo y buscó por todos los medios hacer algo diferente a lo que se esperaba para una mujer de aquella época.
Cuando descubrió su vocación decidió ser enfermera, pero dicho trabajo no contaba con ningún prestigio, al contrario, se consideraba que era una labor que debían hacer gente pobre e ignorante. No se le concedía el valor que en la actualidad tiene la enfermería.
Cuando ocurrió la guerra de Crimea, que enfrentó al Imperio ruso contra una alianza formada por el Reino Unido, Francia, el Imperio Otomano y el Reino de Piamonte y Cerdeña, Florence fue enviada para ayudar. Ella llegó el 21 de octubre de 1854 acompañada por 38 voluntarias. Observó una alta tasa de mortandad entre los heridos, así que en contra de la opinión de médicos y oficiales, se dedicó a limpiar y reformar el hospital bajando la tasa de muertes de un 40% al 2%. Allí se entendió la importancia de la enfermería en los cuidados de un paciente. De esa época se la conoce como la mujer de la lámpara, porque en las noches se alumbraba así para atender a los enfermos.
Cuando regresó a Inglaterra dedicó el resto de su vida a promover la enfermería y fundó una escuela. Se convirtió en experta en estadística, aún se utilizan algunas de sus innovaciones en este campo en la medicina y otras áreas. También fue pionera en epidemiología, la rama de la medicina que estudia la manera como se transmiten virus y bacterias. En 1858 fue aceptada como la primera mujer miembro de la Statistical Society. En 1907, fue la primera mujer condecorada con la Orden del Mérito.
Ella pertenecía a la clase alta. Podría haberse quedado cómodamente en su hogar el resto de su vida, sin embargo, decidió sacrificarse al servicio de los demás. Sufrió el resto de su vida los efectos de la brucelosis, enfermedad que adquirió en Crimea. Hizo lo que hizo Jesús, no teorizó sobre el amor, vivió entre los pobres y sufrientes y se identificó con ellos.
Del libro inédito Héroes y heroínas de verdad Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on January 01, 2020 15:30
December 31, 2019
El máximo sacrificio

“Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos”
(Juan 15:13)
Maximiliano María Kolbe (1894- 1941)
Cristo dice que el amor más grande es dar la vida por los amigos, pero, y qué tal si no son tus amigos. Jesús no pensaba en eso, pero, creo que él diría que hay un amor aún más grande, cuando se da la vida por aquellos que ni siquiera conoces.
Era una mañana sombría en Auschwitz, el campo de exterminio nazi en Polonia. Los hombres famélicos por falta de alimentos estaban frente a un soldado alemán que les gritaba. Entre ellos estaba Maximiliano Kolbe, sacerdote católico que se había doctorado en filosofía y teología en Roma y había servido como misionero en Japón. Era el preso número 16.670, en ese lugar nadie tenía nombre, sólo eran estadísticas que había que llenar.
En el campo de concentración se escapó un preso. Los nazis habían establecido que si un detenido huía diez hombres morirían en represalia. El nazi comenzó a pasear delante de los hombres, todos ellos mantenían sus cabezas inclinadas. Sabían que si él los miraba eran el elegido. De pronto se detuvo frente al sargento del ejército polaco Franciszek Gajowniczek de 40 años. En silencio el preso comenzó a llorar y dijo:
—Dios mío, tengo esposa e hijos, ¿quién los va a cuidar?
En ese momento se adelantó Maximiliano y se ofreció para reemplazarlo diciendo:
—Yo me ofrezco para sustituirlo, soy sacerdote y no estoy casado.
El oficial lo miró con sorna, pero aceptó. Fue llevado junto a otros nueve prisioneros a un lugar donde se los dejaba para que muriesen de hambre. Tras padecer tres semanas sin alimento sobrevivió a todos los prisioneros que habían sido condenados. El 14 de agosto de 1941 le pusieron una inyección de fenol y finalmente murió. En ese momento tenía 47 años de edad.
¿Qué lleva a personas inteligentes a hacer esas atrocidades, tal vez nunca lo sepamos? Lo único que sabemos es que hay personas que movidas por el amor a Dios en primer lugar, y a sus semejantes, están dispuestas a hacer sacrificios como dar su vida por otros.
¿Estarías dispuesto a dar tu vida por alguien que no es tu amigo? Eso es precisamente lo que hizo Jesús por la humanidad.
Del libro inédito Héroes y heroínas de verdad Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 31, 2019 15:30
December 30, 2019
Ojos que observan

“ Sus ojos observan, sus párpados examinan a los hijos de los hombres ” (Salmo 11:4b)
En la novela de Aldous Huxley, Un mundo feliz, existe una especie de ojo que observa todo lo que los habitantes de la ciudad realizan. Mira cada paso que dan y examina con cuidado todo lo que hacen, nada se le escapa. Huxley, un incrédulo, quiso con esa imagen de algún modo burlarse de la idea de la omnipresencia de Dios, sin embargo, probablemente, los conceptos que recibió de su propio padre, un famoso biólogo y naturalista inglés. Los conceptos que recibimos marcan nuestra existencia, de un modo u otro, y condicionan nuestra manera de ver el mundo en general y nuestra existencia en particular.
Cuando el salmista escribe estas palabras no está pensando en el personaje de Huxley, ni tampoco, no es un asunto de intimidación o amedrentamiento, sino de la omnisciencia y omnipresencia de Dios, a quien no se le escapa la acción de quienes persiguen a los justos, que es el tema del Salmo.
En ocasiones se da la impresión de que Dios está ausente en las injusticias, que Dios o no hace nada o “permite”, expresión que resulta absurda en el contexto de la justicia de Dios.
Algunos para salvar el atributo de Dios todopoderoso, hablan de que “permite” algunas cosas, para que se manifieste su voluntad. Muchos no entienden lo ofensivo que es dicho pensamiento. Si lo llevamos hasta las últimas consecuencias, eso implica que Dios permitió el genocidio de millones de personas en la Segunda Guerra Mundial; los asesinatos de Kosovo; los grupos terroristas en África; los asesinatos o torturas realizados por los gobiernos de facto de latinoamérica; o las matanzas provocadas por Pol Pot en Camboya; y la lista es inmensa y sangrienta. Estaríamos hablando de un Dios que hace la “vista gorda” frente a algunas acciones e interviene en otras.
Lo que la Biblia señala no es eso, si Dios “permitiera” estaríamos hablando de intervencionismo divino arbitrario, porque sugeriría que, en otras ocasiones, cuando por algo misterioso, se le ocurra intervenir, estaría bien. Lo único que señala la Biblia objetivamente es que Dios ve, es decir, no se le escapa nada y en algún momento todos darán cuenta. Dios respeta la libertad humana, más de lo que entendemos. Concepto que a los humanos nos cuesta entender, toda vez que es normal que los seres humanos manipulen e intimidan a otro para que se haga lo que ellos quieren.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 30, 2019 15:30
December 29, 2019
En su santo templo

“ Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono ” (Salmo 11:4a)
A veces, en el contexto religioso, hacer o plantear algunas preguntas, parece impertinente, sin embargo, es parte vital de una buena experiencia religiosa el saber si los criterios que tenemos o las ideas que planteamos son o no las correctas.
Muchos religiosos suelen asignarle un carácter sagrado a los lugares de culto y algunos utilizan este versículo para decir “Dios está en el templo”, sin embargo, es un mal uso. Cuando un judío de tiempos de David se refería a la presencia de Dios en el Santuario hablaba de la shekina, la luminosidad milagrosa que salía del lugar santísimo y que servía de referente físico real para mostrar la presencia de Dios. No afirmaban literalmente la presencia de Dios en un lugar físico y restringido, para la mentalidad hebrea eso habría sido limitar a la divinidad, y por lo tanto, un error.
Algo similar ocurría en la mente de quienes vieron la construcción del santuario, ahora en piedra y que comenzaron a llamar “templo”, pero que no es equivalente a los “templos” cristianos contemporáneos. Para empezar, al santuario de Israel no entraba el pueblo, sino exclusivamente los descendientes de Leví que eran sacerdotes, y lo hacían en contadas ocasiones como símbolo de estar en la presencia de Dios y de estar representado a la divinidad.
Cuando Jesús murió ese templo perdió vigencia y sentido. El cordero de Dios había muerto. Con Cristo se unieron el símbolo y lo simbolizado. Los cristianos de los primeros siglos lo entendieron, por eso no construyeron templos. De hecho Pablo trasladó la santidad del antiguo templo a los creyentes al decirle a sus seguidores “ustedes son templo del Espíritu Santo” (1 Corintios 6:9).
Fue la madre de Constantino, una mujer supersticiosa y sin muchas luces intelectuales, la que hizo una mezcla de ideas ocultistas con cristianismo, la que comenzó a construir templos, en principio, sobre las tumbas de mártires cristianos (de allí la tradición de enterrar “santos” bajo el altar mayor de algunas iglesias). La idea de congregarse a escuchar un sermón y cantar cantos, fue posterior, por lo tanto, mucho de lo que se hace en los templos, no es tradición de origen cristiano sino viene directamente del paganismo. De todos modos, el congregarse no está demás, ni tampoco el alabar. Pero hay que tener en cuenta el origen de algunas prácticas para no sacralizarlas de manera inadecuada.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 29, 2019 15:30
December 28, 2019
Fundamentos destruidos

“ Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer el justo? ” (Salmo 11:3)
La pregunta que hace el salmista no es fácil de contestar y puede derivar en una mala interpretación si no se analiza el contexto en el que está hablando. Lo primero es preguntarse ¿de qué fundamentos está hablando?
El contexto del versículo habla de la sugerencia que le han dado de huir de sus enemigos, a lo que el salmista se niega, porque ha puesto su confianza en Dios. Por lo tanto, lo primero que salta a la vista es que Dios es el trasfondo donde descansa la seguridad del escritor. No basa su seguridad personal en sí mismo y en sus posibilidades sino en su confianza en Dios.
Luego, señala la acción de los malos que escondidos en las sombras y en la oscuridad preparan sus saetas para lanzarlas en contra del que actúa con rectitud. Es una agresión artera y cobarde, porque no le da oportunidad al que actúa correctamente de reaccionar. Lamentablemente, es la manera más cruel de actuar de los malvados, amparados en la oscuridad y en el anonimato.
Es precisamente, como continuación de este pensamiento que señala la pregunta. No se refiere a fundamentos divinos, porque esos no podrían ser destruidos, tal vez algún no creyente pueda pensar que lo hace, pero es sólo una ilusión, Dios y eterno y permanece para siempre.
La única salida es pensar que se refiere a los fundamentos sobre los cuales se construye una relación humana adecuada. Sin confianza ni probidad, no es posible construir un vínculo estable. Si el malo artera y cobardemente agrede, entonces, los fundamentos se destruyen. No es posible confiar en quien escondido y a mansalva ataca a alguien.
En dicho caso, qué puede hacer el justo, lo mismo que ha hecho siempre, descansar en Dios. La tentación es contestar con la misma violencia, sin embargo, la violencia sólo alimenta monstruos, personas que sólo ven en los actos de defensa una excusa para seguir atacando. Es lo que sucede con personas que falsamente se llaman cristianas y adoradoras de Dios, que no tienen empacho en mentir, insultar y maltratar a otros, con tal de “ganar” sus discusiones y cruzadas.
Dios es nuestra única defensa y nunca el malo prosperará de manera definitiva. Confiar en el Señor es la única solución en medio del caos que deja la destrucción de los fundamentos.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 28, 2019 15:30
December 27, 2019
Saetas en la oscuridad

“ Porque los malos tienden el arco, disponen sus saetas sobre la cuerda, para lanzarlas en oculto a los rectos de corazón ” (Salmo 11:2)
El que escribe es un perseguido, alguien que ha tenido que enfrentar el dolor de ver a sus propios amigos e incluso a familiares, convertirse en enemigos y perseguidores. Es una situación tristísima saber que los amigos de ayer son los enemigos de hoy. Aunque lamentablemente, dicha realidad es y sigue estando vigente.
Sin embargo, estos enemigos tienen una característica mucho más dramática, son malos y actúan “a la mala”, como se dice en algunos países, “maleteros” (se dice en Chile). Buscan la oscuridad y las sombras para preparar sus saetas para dañar y lanzar sus dardos envenedados a la persona que actúa con rectitud.
La violencia es acción de cobardes que suelen escoger el anonimato como forma de actuación. No van de frente sino amparados en la oscuridad y en el lugar donde están sus mentes, en las sombras.
Sin embargo, no hay que equivocarse, no se trata sólo de violencia física o agresiones visibles. Las más de las veces, son acciones que aparentemente son pueriles, pero el efecto es el mismo. Un rumor dicho en el lugar preciso, puede tener el efecto de una bomba en la vida de una persona. Una palabra de infamia, dicha en un tono de piedad, puede hacer que muchas personas sientan que están ante la presencia de alguien que no es recto sino un hipócrita cubierto de bondad.
Las personas malas no dudan en utilizar todas las argucias posibles para enlodar el buen nombre y la reputación de alguien a quien quieren dañar. Pero no hay que engañarse, tarda a veces, pero la verdad de sus intenciones siempre sale a la luz.
Lo más sorprendente en este cuadro nocivo es la actitud de quienes ven la mala acción y no hacen nada. Muchos se escudan en que no son ellos los atacados y deben mantenerse al margen, pero, ¿qué pasará el día en que ellos sean los maltratados? Es un acto de impiedad y complicidad, el ver que alguien es maltratado y no se hace nada. Cuando eso ocurre, no somos inocentes, somos simplemente, hipócritas que se escudan en excusas para no actuar bien. El malo, en la mayoría de las ocasiones puede actuar, sólo porque los buenos lo permiten. La maldad no pasa desapercibida, lamentablemente, los que se creen mejores, actúan como si a ellos no les fuera a llegar. La neutralidad, a menudo, es complicidad.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 27, 2019 15:30
December 26, 2019
Escapar al monte

“ En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma que escape al monte cual ave? ” (Salmo 11:1)
El Salmo 11 es impresionante. Está cargado de imágenes que denotan confianza en el poder de Dios. Es el testimonio de una persona que tuvo que experimentar el poder de los enemigos de Dios y, por otro lado, la dulzura exultante del amor divino. Lo dulce y agraz. Claro y oscuro en una misma vida.
La declaración con la que parte el Salmo es una afirmación desafiante. Si he puesto mi confianza en Dios, ¿cómo esperan que huya para esconderme?
Si se lo piensa con cuidado, es razonable. Si alguien decide confiar en Dios, no tiene razón para hacer otra cosa que no sea vivir bajo la confianza de Dios que todo lo que hace lo realiza bien.
Es difícil vivir bajo el amparo de la gracia divina siempre, nuestra naturaleza pecaminosa nos juega malas pasadas y nos hace creer que el enemigo de Dios podría tener más poder, lo que no sólo es absurdo, también es una herejía.
Son muchos los cristianos que viven aterrorizados por lo que podría ocurrir con “su iglesia”, como si no entendieran que Dios es todopoderoso. Muchos de los “defensores” de la fe, en realidad, son personas timoratas que no han aprendido a confiar en el poder divino y en la capacidad de Dios de salir adelante aún teniendo a todos en contra. Dios no necesita defensores humanos.
Hay muchas formas de huida, no sólo escapando a pie de un peligro. También se huye cuando alguien se refugia en ideas o conceptos, con tal de no tener que enfrentar el hecho de la fragilidad humana.
Los seres humanos nos creemos fuertes, pero en el fondo, todos somos como niños recién nacidos necesitados de la gracia divina en cada momento. Cuando un niño aprende a confiar en su madre o en su padre, no duda. Va corriendo y se refugia en los brazos paternos con la seguridad de que nada puede alterar la protección que ha logrado.
El mismo sentimiento deberíamos tener con Dios, ir corriendo a sus brazos y descansar confiado, aún cuando a tu lado existan borrascas y tormentas. ¡Eres el hijo del Dios del universo! ¡No temas! Corre a sus brazos y no huyas, Dios te ofrece sus brazos abiertos siempre. Dios tiene poder, confía en él, y es suficiente.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 26, 2019 15:30
December 25, 2019
Creer es optativo

“ El malvado levanta insolente la nariz, y no da lugar a Dios en sus pensamientos ” (Salmo 10:4)
Creer es optativo. Consensuar esa idea antes que cualquier cosa es fundamental para no decir lo que no corresponde. Nadie está obligado a creer. Ni siquiera Dios, todopoderoso, obliga a alguien a creer. Malamente podríamos nosotros querer obligar a alguien a tener fe en la divinidad. Por eso que resulta tan repulsivo cualquier manipulación para hacer que alguien crea.
Sin embargo, hay un aspecto del no creer que a veces soslayamos o no enfrentamos adecuadamente, qué es lo que presenta el salmista. Una persona que se niega a creer en Dios por “insolencia”, cae en un pozo del cual es difícil salir.
¿A qué le llama insolencia el salmista? Algunas versiones nos dan luz sobre el asunto. La versión de Serafín y Ausejo traduce: “con el rostro altanero, no le busca”. La Reina y Valera de 1909 va un poco más allá al traducir: “El malo, por la altivez de su rostro, no busca á Dios”. La Biblia de Jerusalén de 1998 va en la misma línea de pensamiento: “el impío, insolente, no le busca: ‘¡No hay Dios!’, es todo lo que piensa”.
Negarse a creer por tozudez, por vanidad, por orgullo, o simplemente, porque en la torpeza de creerse más, termina por abandonar la idea de Dios, es lo que el salmista retruca.
Es distinto a una persona que lucha por creer, que busca, que anhela tener certeza y que realiza una búsqueda honesta para poder tener una convicción, a alguien que sólo por la altivez de su mente decide que está mejor sin creer en Dios.
La mente es nuestro principal aliado y también, en muchos casos, nuestro peor enemigo. Los pensamientos que albergamos van condicionando nuestra vida. Si elijo ser no creyente, eso se ha de reflejar en todo lo que haga. La vida humana da muchas vueltas, pero el no creyente, da más círculos, porque una vida sin Dios nos sumerge en un vacío existencial que nos va llevando vez tras vez ante nuestra propia limitación y la situación de no encontrar sentido a la existencia. El creer no consiste en ser parte de una congregación religiosa o una denominación como a menudo se sostiene.
Una y otra vez los testimonios de fe nos muestran que sólo encontramos a Dios cuando decidimos creer. O sea, creer para tener certeza.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 25, 2019 15:30
December 24, 2019
Lejos

“ ¿Por qué estás lejos, Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación? ” (Salmo 10:1)
A lo largo de los siglos han sido cientos de miles de personas las que han emitido la misma pregunta. Una cuestión desconcertante, desgarradora, dirigida directamente a Dios. Algunos piensan que preguntas con ese tono son blasfemas y no deben pronunciarse, quienes así creen nunca han enfrentado un dolor tan grande que no puedan evitar sentir lo que en algún momento sintió el salmista. Es inhumano creer que un Dios de amor pueda molestarse por lo que sentimos.
A lo largo de los años, y en el contexto de mi trabajo pastoral y de orientación familiar he escuchado esta pregunta más veces de lo que quisiera. Cada vez que ha llegado a mis oídos ha sido en situaciones tan dolorosas, que siempre termino preguntándome, ¿qué haría yo en su lugar? ¿No tendría acaso los mismos sentimientos?
Recuerdo a una madre cuyo hijo se ahogó en el mar, en el contexto de una actividad religiosa, cuando efectuaban un campamento con propósitos espirituales. Me miró fijamente y me hizo esa pregunta con un dolor tan profundo que me paralizó el corazón.
La misma pregunta me hizo otra madre cuyos dos hijos habían sido asesinados producto de las convulsiones sociales de su país. Ellos no hicieron nada, no merecían morir así.
Escuché la misma pregunta de labios de un médico cuya esposa lo había abandonado y no sólo eso, lo había estafado al grado de dejarlo, literalmente, en la calle. Toda su vida había estado en la iglesia al igual que ella, y de pronto se encontraba en esa situación.
Una mujer, cuyo marido no sólo había abusado física y psicológicamente de ella, también había vendido las posesiones que tenían y que tanto les había costado reunir, me formuló entre lágrimas, la misma pregunta esperando con ansias una respuesta.
Hay que tener cuidado con juzgar a quien formula una pregunta tan desgarradora, porque su sentimiento es de desamparo, de impotencia y lo que piensa es producto del dolor. Dios no juzga a nadie que se atreve a cuestionar su accionar, él entiende, mucho más de lo que imaginamos, de otro modo no sería Dios. No hay blasfemia en preguntar, al contrario, denota que tenemos la suficiente confianza en Dios como para cuestionarlo y expresarle nuestras dudas y angustias.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 24, 2019 15:30
December 23, 2019
Un Dios de derecho y justicia

“ Has mantenido mi derecho y mi causa; te has sentado en el trono juzgando con justicia ” (Salmo 9:4)
Estudié filosofía en una universidad fundada por masones. Mi facultad estaba formada por excelentes profesores, la mayoría de los cuales se consideraban ateos o al menos, agnósticos. El único cristiano que teníamos era un ex-sacerdote que enseñaba la cátedra de Filosofía Medieval. Durante cinco años estuve escuchando sus argumentos anti Dios, y debo reconocer, que muchos de ellos eran muy convincentes. La mayoría de sus perspectivas se vinculaban a una mala comprensión de la imagen de Dios. Creían a partir de lo que habían escuchado y leído de cristianos que intentaban justificar lo injustificable y terminaban presentado a un Dios injusto y alterador del derecho.
Incluso, al leer algunos relatos de la Biblia, tal como se presentan, Dios aparece como un gran genocida, autoritario, sanguinario y asesino. Contradictorio muchas veces, pues da preceptos que luego parece contradecir en hechos diferentes a los propuestos. Cuesta entender y aceptar, que dichos relatos “no fueron dictados por Dios”, sino escritos por seres humanos que tenían la tendencia a atribuir a Dios algunos de sus desvaríos. Es necesario mirar a la cruz y a la máxima revelación que es Jesús (Hebreos 1:1), para darnos cuenta que muchos relatos deben ser reinterpretados a la luz de Jesucristo, o de otra forma, es muy difícil justificar a un Dios de derecho y justicia.
Un Dios justo no puede actuar con injusticia. Un Dios de amor, no puede obrar de otra forma que no sea apegado irrestrictamente a derecho. Si fuera diferente, tendríamos un Dios ambivalente, voluble, caprichoso y similar a los dioses de Homero, de Canaán, de los indígenas latinos o del panteón romano.
El salmista entendió que Dios debía obrar siempre en base a derecho y justicia. La metáfora: “te has sentado en el trono juzgando con justicia”, es una manera de entender la soberanía de Dios, similar a la de un rey, que obra motivado por la justicia y no por el capricho.
No se puede justificar lo injustificable, ni darle cariz de derecho a lo que no tiene. Lo malo es malo, no importa si se lo atribuimos a un ser humano o a una divinidad. Por eso es tan importante separar aguas y entender claramente el carácter de Dios que se refleja en la vida y obra de Jesucristo, que vino a separar el mito de la realidad.
Del libro inédito Salmos de vida - 1 Copyright: Miguel Ángel Núñez
Published on December 23, 2019 15:30