Miguel Ángel Núñez's Blog, page 32

December 2, 2018

Jesús revolucionario


Jesús fue un revolucionario en todo el sentido de la palabra. No tiene nada que ver con la imagen "light" y aburguesada que hemos creado de él. De hecho, el cristianismo en general, lo único que ha hecho con Cristo es desfigurarlo al grado de que es un desconocido y en muchos sentidos, un fraude, tan bien urdido que si Jesucristo resucitara hoy no se reconocería a sí mismo ni en las iglesias ni las estructuras ni en las doctrinas ni siquiera, en los que dicen hablar en su nombre.

Jesús revolucionó la forma de vivir la espiritualidad y la religión. Nunca se apegó a normas religiosas, de hecho, vivió de espaldas a la tradición religiosa de su tiempo, tan alejado de formas superficiales y vacías, que sus coterráneos se escandalizaban con cada una de sus salidas fuera de protocolo y lejos de la jerarquía eclesiástica imperante.

Jesús revolucionó la manera de tratar a los indefensos, los excluidos y las personas rechazadas de su tiempo. Por esa razón se le acercaban las prostitutas, los ladrones (los pastores de ovejas eran el símbolo del ladrón en ese tiempo), los niños y las mujeres (considerados inútiles para aprender), los extranjeros, los enfermos (tratados como pecadores, porque supuestamente Dios los había enfermado), los cobradores de impuestos, los soldados romanos, etc. Era un imán para todo lo "peor" de la sociedad de ese tiempo, al contrario de muchos "cristianos" actuales que creen que ser un "buen cristiano" es estar lejos de aquellos que precisamente incluyó Jesús.

Jesús revolucionó su forma de comunicar. No habló en discursos almibarados y llenos de lisonjas que es lo que caracteriza la mayoría de las homilías que se predican desde púlpitos y programas religiosos, donde la religión convertida en negocio tiene mucho cuidado de no ofender a los clientes, es decir, a los que asisten a la iglesia... no vaya a ser que se sientan incómodos con algún mensaje y se vayan (y dejemos de recibir sus diezmos).

Jesús revolucionó su forma de interactuar con el poder. Nunca le rindió pleitesía a ninguna jerarquía política ni religiosa de su tiempo. No hizo visitas protocolares, ni se doblegó frente a los poderes fácticos de su tiempo, ni siquiera para proteger su vida. A diferencia de muchos de sus seguidores que se han convertido en cómplices de políticos corruptos, simplemente, para supuestamente "predicar el evangelio", algo que desde su misma esencia está viciado de sentido.

Jesús revolucionó su manera de tratar a sus compañeros de ruta. Siendo el Dios del Universo, a todos trató con respeto, dignidad y equidad. Cristo se avergonzaría de la forma en que los que hablan en su nombre se comportan con sus acólitos y seguidores, tratandolos como si fueran subordinados, inferiores o incluso, serviles hasta perder capacidad de elegir o decidir por sí mismos.

Jesús revolucionó la forma de pensar. A toda una tradición dogmática que exigía no reflexionar de manera autónoma, donde la gente estaba obligada a creer por decreto, Cristo preguntaba, daba oportunidad para pensar, dejaba que las personas usaran sus propias capacidades cognitivas, sin infantilizar a nadie. Es grotesco lo que hoy ocurre con líderes religiosos que creen en jerarquías y sumisiones, donde pretenden que los "seguidores" de Cristo, no de ellos, simplemente, "obedezcan" sin pensar ni disentir. 

Jesús fue un revolucionario . No calzaría con el cristiano aburguesado del siglo XXI, ese que cree que asistir a un culto es más importante que SER, y vivir cada día de una forma coherente. Cristo, simplemente, si viviera hoy por las calles de Buenos Aires, Madrid, Budapest, New York, México, o cualquier otro lugar del mundo, sería perseguido por sedicioso, inconformista, rebelde, contestatario, insolente a la autoridad, y el sin número de epítetos que se han usado en toda la historia para los que se atreven a pensar por sí mismos y desafiar al sistema, siendo nada más y nada menos que individuos libres.

Ese es el Jesús que admiro, no aquel fraude que venden desde los púlpitos. El Jesús almibarado de beatas trasnochadas y legalistas que con su actitud, son todo lo contrario de lo que fue el Jesús carpintero y revolucionario. Ese desconocido del que tan poco se predica y enseña y que está sepultado en formas, doctrinas y prácticas que nada tienen que ver con la revolución que inició.

Dr. Miguel Ángel Núñez
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Published on December 02, 2018 15:17

October 14, 2018

Nuevas oportunidades

Llámenme ingenuo, naif, infantil, crédulo, lo que sea, pero creo que
vivir es siempre, estar en condiciones, de tener una nueva oportunidad.
Cada día lo es. Si ayer no salieron las cosas bien, hoy día es posible que sea diferente, y así, en todas las jornadas.Por esa razón rechazo tanto el canibalismo religioso expresado en el legalismo y su homólogo primo-hermano, el espíritu fariseo.Quienes se creen “en la verdad” fustigan y condenan de una manera horrible a quienes no están en esa condición, pero lo que es más horroroso, negando una nueva oportunidad.“Fracasó tu matrimonio”, a no, no hay caso, te quedas así no más y te la aguantas, que Dios no quiere eso... ¿qué no quiere Dios? Pues que seamos infelices, por eso nos da nuevas oportunidades y Dios previó el divorcio y el nuevo matrimonio, por eso, porque somos humanos y podemos equivocarnos.“Cometiste un pecado”, pues, lo siento “hermanito” (y te lo dicen así, con cara de satisfacción macabra), pero estás condenado, aunque te arrepientas mil veces y hagas penitencia y cambies de conducta, 20 años más tarde habrá un fariseo recordándote tu error con horror.“Tu hijo eligió el mal camino”, seguramente tu hermano fariseo que nunca visitó tu casa, ni abrazó a tu hijo, ni siquiera lo saludó, y a lo más, extendió su brazo para expulsar a tu hijo de la “presencia santa del Señor”, te estará diciendo “algo habrás hecho para que tu hijo terminara así”, trasladando su falta de amor y empatía hacia ti para generar culpa y librarse de reconocer su error.
Gracias a Dios que la Biblia lo que muestra una y otra vez es su amor redentor y su inmensa empatía por los errores humanos.
Sin la gracia del Señor no tendríamos a David, habría sido sepultado en la sentencia horrenda del legalismo. Pero, pese a ser un hombre que violó a su vecina, mintió, cometió asesinato, y actuó de manera poco empática con su propia hija ante la desolación de su abuso, se arrepintió, de manera genuina de cosas tan horribles, y Dios lo restauró, de hecho, nunca lo sacó de rey. En el legalismo actual, eso no habría sido posible.Sin la gracia infinita de Dios, Pablo seguiría siendo Saulo, un despiadado asesino que entraba a las casas a asesinar de manera implacable y a quién no se le arrugó ni una ceja al ver como se apedrea hasta morir a un santo hombre de Dios como Esteban. Se arrepintió toda su vida, y tuvo que vivir con eso. El legalista de hoy, no lo habría dejado predicar.Pedro fue culpable de mentira, traición y cobardía, pero el Dios de las oportunidades le dio una nueva oportunidad. Sin ella no recordaríamos al magnífico hombre en que se convirtió. Con el legalismo de los “santos hombres de Dios” actuales, Pedro habría desaparecido en el desprecio.¿Cómo llegó a ser prostituta Rahab? Ni idea, es una de las preguntas que alguna vez le haré. Lo que sé es que aún en su momento de lucidez, mintió, pero, estaba luchando por ser otra persona. La gente de su tiempo lo entendió por eso se casó con un príncipe de Israel, no con cualquier vecino del barrio. No es extraño que Booz, su hijo, tuviera la actitud que tuvo, sólo con una madre así se es capaz de hacer un gesto como el de Booz. Dios da nuevas oportunidades. ¿Cuántas? Una y otra vez, infinitamente, mientras vivimos.
Nadie tiene ni el derecho ni el apoyo bíblico para condenar a nadie.
Porque si alguien hubiera vivido junto al “ladrón bueno” de la cruz, nadie hubiera dado un peso por él; o por Manasés que mandó a aserrar por la mitad a Isaías; o por el adúltero compulsivo de Salomón; o por la mentirosa y chismosa de Miriam; y suma y sigue. Pero
Dios, que ve en lo profundo de las posibilidades, nunca considera a nadie caso perdido.
Dios es Dios de oportunidades. Es el mensaje que me encanta escuchar desde los púlpitos, no el otro que llena de culpas y condena, que no es de Dios, sino de uno que es llamado el “acusador”.
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Published on October 14, 2018 06:34

September 13, 2018

¿Discípulos pobres e ignorantes? ¿Se sostiene el mito?


Dr. Miguel Ángel Núñez

El mito tiene la particularidad de que tiende a permanecer en el tiempo de una manera irracional y sin que varíe, aún cuando existan elementos de juicio que digan lo contrario.

Como diría el escritor norteamericano Mark Twain (1835-1910):

Resultado de imagen de es más facil engañar a la gente

Durante la Edad Media, se manipuló a la gente con tal de que pudieran ser dirigidos y mandados por los que ostentaban el poder, el poder religioso y político, se unió con el fin de mantener al pueblo en la ignorancia. El clero y los políticos sabían y saben hoy, que un pueblo ignorante es más fácil de gobernar y explotar.

De esa época proceden algunos mitos que se transmiten y promueven hasta el día de hoy, y algunos de ellos, repetidos hasta la saciedad por religiosos, que no se dan cuenta del tremendo daño que hacen con dichas ideas.

Un concepto repetido vez tras vez es que los discípulos de Jesús eran personas iletradas, ignorantes y del vulgo. Se supone que Jesús los buscó precisamente porque no sabían nada y porque Cristo tenía aversión por los educados de su tiempo. Las implicaciones que se transmiten hasta el día de hoy es que:
La educación no es necesaria, total, Jesús buscó a 12 ignorantes.Dios hablará directamente con los que no saben, no se necesitan colegios ni preparación.Los doctos, los que saben, a menudo se equivocan y transmiten ideas equivocadas.Estudiar es pérdida de tiempo, debemos dejar que "Dios nos hable".Basadas en estas premisas, se ha instalado en el mundo cristiano, un anti academicismo pasmoso, donde la ignorancia y la "sencillez" es vista como un don.

Analicemos estas implicaciones.


 Si la educación no fuese necesaria, ¿por qué razón demoró Jesús tres años y medio en preparar a sus discípulos? La mayoría de las licenciaturas dura al menos cuatro años. Los discípulos fueron preparados y formados por Jesús mismo. ¿Por qué Jesús se dio todo ese tiempo? Simplemente, porque la formación es fundamental y necesaria. Aún con toda la preparación que tuvieron uno de ellos terminó reprobando y haciendo lo contrario de lo que Jesús enseñaba. Sobre eso que buscó a ignorantes, lo veremos enseguida.
Dios no necesita mediadores, cuando desea hablar con alguien lo hace directamente. Pero, si eso es verdad, ¿por qué razón Elías fundó una escuela, conocida tradicionalmente como "la escuela de los profetas? No es que se preparara a la gente para ser profetas, se la denominaba de esa forma porque quienes la dirigían eran dos profetas: Elías y Eliseo. Si ellos hubiesen creído ese absurdo de que la educación no es necesaria porque Dios habla directamente con quien quiera, ¿por qué molestarse en hacer una escuela? Pablo alaba a Timoteo que fue formado por su abuela y madre. Jesús mismo, fue educado y por esa razón pudo contender directamente con los sacerdotes. Pablo, se preparó durante casi 30 años para convertirse en rabino. El evangelio se difundió por medio de Pablo, el rabino educado y no por Pedro, el pescador iletrado (supuestamente).
Si supongo que los doctos a menudo se equivocan, ¿cómo puedo saberlo si soy ignorante? El problema es simple, si baso mis conceptos en prejuicios y pre conceptos, todo lo que escape a dicho planteamiento, simplemente es equivocado. Por esa razón nos encontramos hoy con la incongruencia de que personas que apenas han leído libros escolares se atrevan a cuestionar y contender con personas que se han pasado media vida estudiando. Cuando tengo prejuicios, cualquier idea contraria, es considerada equivocada. La única manera de evitar esto es estudiar, pero si rechazo la formación, ¿cómo podré saber que estoy equivocado? Se forma de este modo un círculo vicioso del que es muy difícil salir.Los que suponen que estudiar es una pérdida de tiempo, no saben qué hacer con las invitaciones de Cristo a escudriñar o las de Pablo a indagar. ¿Cómo puedo escudriñar e indagar sin estudiar? Ese es un contrasentido. Al rechazar la formación estoy evitando salir del error, si evado la posibilidad de admitir que estoy equivocado, entonces, estoy en otro círculo vicioso sin salida.¿Eran iletrados e ignorantes los discípulos?
Si mido a los discípulos de Cristo con los cánones actuales, es probable, que supieran, en algunos aspectos, mucho menos que cualquier alumno de secundaria de la actualidad. Por lo tanto, para entender su preparación hay que partir de la premisa de su tiempo, no del nuestro.

Algunos conceptos básicos:
No hay referencia bíblica a la formación de los discípulos, salvo las que se pueden inferir del texto.En ninguna parte de la Biblia se alaba la ignorancia como un mérito, al contrario.No nos dice con exactitud la Biblia los criterios que utilizó Jesús para elegir a sus discípulos, nuevamente, eso se ha de inferir a partir de la historia bíblica.El caballito de batalla
Los que sostienen el mito suelen usar el versículo de Hechos: "Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús". 
En ese versículo se dice que "sabiendo" que eran "hombres sin letras y del vulgo"... ¿Quién sabía eso? ¿Quién lo dice? Pues, simple y llanamente aquellos que consideraban que sólo los que habían estudiado en una escuela rabínica o a los pies de un rabino "sabían letras". Todos los demás, aunque supieran leer o escribir, aunque fueran ricos, aunque hubiesen tenido un tutor griego (que era lo habitual), simplemente, eran considerados, ignorantes, para el concepto que los escribas, fariseos y sacerdotes de la elite tenían (no todos los sacerdotes eran educados y estudiaban con rabinos, sólo algunos).
No hay que olvidar que el mismo criterio aplicaron con Jesucristo, por eso nos dice Juan lo que opinaban de Cristo:
"Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?" (Juan 7:15).
Hechos no prejuicios
Lo que debería guiar nuestra comprensión del asunto es la evidencia, no el prejuicio.
¿Quiénes eran los discípulos?
PEDRO. Fue uno de los primeros cuatro discípulos de Jesús (Lucas 5:1-11), a los que se añade un quinto, según la costumbre de todo Rabino de tener cinco discípulos (Lucas 5:2). Era pescador, un hombre impulsivo, pero honrado. Era dueño de una barca, lo que para los cánones del tiempo lo convertía en un empresario, por esa razón tenía a otras personas a su cargo. Lo que implica que "no era un pobre pescador", como algunos lo presentan, sino un hombre con recursos, por lo menos, más que la media de su tiempo. Hoy día hablaríamos de un "pequeño empresario" o dueño de una mediana empresa. No era casual que tuviera una casa propia y dentro del pueblo, lo que lo convierte en alguien por sobre la media de la población. Así que de pobre, nada.
ANDRÉS. Hermano de Simón. Lo primero que llama la atención es que Andrés no es un nombre hebreo, sino griego. Eso sugiere dos cosas, una que sus padres aún siendo judíos, eran proclives a la cultura griega a la que admiraban. La otra posibilidad, es que el padre o la madre, hubiesen sido griegos, en ese caso se daría la tendencia del mundo antiguo de poner al hijo o la hija, un nombre que reflejara ese aspecto mixto. Sin embargo, el detalle más importante, es que seguramente habla griego, lo que lo convierte en bilingüe, lo que no es menos en un mundo de una mayoría analfabeta, por esa razón junto a Felipe hace de intérprete de los griegos que quieren conocer a Jesús. La Biblia lo presenta en primer lugar, como discípulo de Juan el Bautista, señal de una persona inquieta desde el punto de vista espiritual e intelectual. La tradición señala que es el apóstol de los griegos luego del Pentecostés, el que lleva el evangelio a esa parte del mundo, por eso es venerado por la Iglesia Ortodoxa, que domina en dichos países. Según la tradición murió en Patrás, en una cruz distinta a la de Cristo, una cruz en forma de aspa, que hasta hoy se llama "la cruz de San Andrés". Así que nuevamente, de ignorante, nada.
SANTIAGO EL MAYOR. La lista de discípulos incluye a dos Santiago, el hijo de Alfeo y al hijo de Zebedeo (Marcos 3:17-18; Mateo 10:-1-3). Para diferenciarlos a Santiago hijo de Zebedeo, se lo suele llamar "Santiago el mayor", no por importancia, sino por edad. La expresión Santiago traduce el hebreo "Iacobo", trasliterado al castellano como Jacobo, y que era un nombre homenaje a Jacob, el patriarca. Es uno de los tres discípulos pertenecientes al círculo más íntimo de Cristo. Su padre, Zebedeo, tenía otras personas a su cargo, lo que lo convierte también en un empresario, por ende en alguien de cierta fortuna, y no un mero pescador "pobre", como gustan señalar algunas tradiciones no bíblicas, un hombre además, con contactos en la corte, lo que lo hace más que un pescador. Una tradición señala que fue uno de los primeros cristianos en llegar a España, donde es venerado como el santo patrón. Fue uno de los primeros mártires del cristianismo asesinado por orden de Herodes Agripa (Hechos 12:1-2). Por cierto, de pobre, nada.
SANTIAGO EL MENOR. Es hijo de Alfeo, como ya señalamos. Algunos lo mencionan también como hijo de María, una de las mujeres que estuvo al pie de la cruz (Juan 19:25), esposa de Cleofas. Era originario de Nazaret y todas las evidencias apuntan a que era pariente directo de Jesús, probablemente primo (Marcos 6:3; Gálatas 1:19). Tuvo un papel muy destacado como dirigente de la naciente iglesia en Jerusalén, dirigiendo el primer concilio de la iglesia. Pablo lo llama "columna" de la iglesia (Gálatas 2:9). Es el autor de la carta que lleva su nombre, lo que nuevamente, no lo convierte en un hombre iletrado, todo lo contrario. La carta está escrita por alguien que conoce muy bien el idioma griego. Según Flavio Josefo en su libro Antigüedades judías (20, 201 s) fue lapidado por orden de Anano, hijo de Anás, el año 62. Se cae otro mito, ignorante, nada.
JUAN. Es el menor de los discípulos, se calcula que cuando se unió a los seguidores de Jesús tendría entre 15 y 17 años. Por la edad que tenía, no era exactamente un pescador, los jóvenes generalmente eran los encargados de las redes, que es justamente lo que hacía cuando fue llamado por Jesús (Mateo 4:21; Marcos 1:19). Junto a su hermano Santiago y a Pedro, participa del círculo más íntimo de Jesús. Pablo también lo llama "columna" de la iglesia (Gálatas 2:9). Es uno de los primeros misioneros a Samaria (Hechos 8:14-15). Es uno de los únicos apóstoles en morir de muerte natural a edad avanzada en Éfeso, ciudad en la que vivió, en tiempos del emperador Trajano. Escribió cuatro cartas a las iglesias, las que llevan por título 1, 2 y 3 de Juan y Apocalipsis, que es una carta dirigida a las iglesias, y finamente, el libro de Juan, que no es una biografía, sino un texto analítico del significado de la vida de Jesús, probablemente, el último libro de la Biblia en ser escrito. Todo eso demuestra que de ignorante o iletrado, poco tenía.

MATEO. Mateo es sindicado en la Biblia como publicano. Más allá del mito y de las ideas sesgadas que se transmiten sobre los cobradores de impuestos, una cosa es cierta, no eran personas incultas, al contrario. Para ser publicano había que ser rico. Se compraba el derecho para recaudar impuestos, y además, era necesario saber leer y escribir, dos características que lo ponen por sobre el promedio de su tiempo, donde la mayoría de las personas no sabía ni leer ni escribir, y además, eran pobres. De acuerdo a Eusebio de Cesarea, en un testimonio que data del Siglo II (Eusebio, 1973:160, 195, 297, 394), Mateo escribió su evangelio en hebreo, lo que lo convierte en una persona sumamente educada en comparación al promedio de la población. Lo más probable, no sólo por su oficio, sino por su condición de rico hablaba y escribía: Griego, Hebreo, Latín, Arameo y más de algún dialécto de la época. Ignorante y pobre, lejos de eso.

FELIPE: No se sabe exactamente a qué se dedicaba, tal vez era pescador, profesión común en Betsaida de donde era. Predicó el evangelio en Frigia y Hierápolis. Se sabe que tenía origen griego, de allí su nombre (en alusión a Filipos, rey de Macedonia). Sabía hablar griego perfectamente, por eso los griegos se acercan a él. Eso lo convierte en una persona fuera del promedio, porque al menos era bilingüe. Murió como mártir en Hierápolis.

BARTOLOMÉ: Su primer nombre fue Natanael, que significa "Dios ha dado" (García-Moreno, 2001:135), y cuando Jesús lo llamó dijo que este era "un verdadero israelita". Es de ascendencia sacerdotal, probablemente es sacerdote. Eso lo convierte en un israelita fuera de lo común, en alguien educado y que probablemente leía hebreo, lo que automáticamente lo torna en un personaje interesante. Ignorante, en absoluto, al contrario. Lo menos es que debe haber sido trilingüe, hebreo, latín y griego. La tradición señala que fue misionero en Armenia. Además, se considera a Natanael como uno de los más estudiosos de las Escrituras entre los discípulos.
TOMÁS: Al escuchar sobre la resurrección dijo que tenía que verlo para creerlo. El ser testigo de la vida, muerte y resurrección de Jesús hizo que Tomas viajara hasta la India predicando. Su seudónimo era "Dídimo", que en lengua griega significa "mellizo", así que tenía un hermano, y tenía probablemente ascendencia griega. Hasta el día de hoy se lo recuerda como el patrón de los arquitectos y albañiles, porque era constructor. De hecho es recordado en la India por haber dirigido la construcción de un edificio importante. Se sabe que murió en la India. Así, que se nos va otro mito, pobre e ignorante, muy poco.
TADEO: También lo conocían como Judas y Lebeo. Se dice que también era un nacionalista. Probablemente pertenecía a una de los grupos que intentaban sacar a Israel de la dominación romana. La tradición señala que predicó en Asiria y Persia, lo que sin duda no podría haber hecho de no conocer la lengua de esas naciones. Se sabe que fue asesinado con flechas en Ararat.

SIMÓN el Zelote. Los zelotes eran reconocidos como revolucionarios extremistas. Una tradición señala que era comerciante. No se unió a Jesús por ignorancia, sino por haber visto en Jesús a alguien que llenaba sus expectativas. No era un "pobre" pobre.

JUDAS ISCARIOTE. Posiblemente era de Judá. Era comerciante y una persona con muchas habilidades, probablemente con experiencia en contabilidad y administración de recursos, precisamente por la profesión que tenía. Nuevamente, de ignorante, nada.

MATÍAS: Fue elegido por los otros 11 apóstoles como reemplazante de Judas, sin embargo, desaparece en la historia y no se sabe mucho de él. Todos los comentaristas coinciden en que los discípulos se adelantaron a elegir un reemplazante de Judas, porque Dios tenía a Pablo como reemplazo y así lo reconoce la historia cristiana.


PABLO. Es el doceavo apóstol, el que Dios eligió, no Matias, elegido de manera apresurada por los apóstoles y que se pierde en la historia. El nombre original era Saulo, oriundo de Tarso, era hijo de ricos. Fariseo y formado a los pies de uno de los más respetables rabinos de su tiempo, Gamaliel (Hechos 23:6). Siendo hijo de ricos, era una persona culta, educada con todas las ventajas de su tiempo. Debía haber conocido al menos cuatro idiomas: Latín, por su ascendencia romana; griego, porque era la lengua común; hebreo, por ser fariseo; y arameo, que era la lengua más hablada en su tiempo. Es el escritor más importante de la Biblia, al menos 14 de los libros de la Biblia son de su autoría. Era una persona sumamente culta y preparada. Sin él, el cristianismo no tendría ni la fuerza ni la amplitud de que ahora tiene.

Frente a toda la evidencia que existe:

¿Es posible seguir sosteniendo el mito de "incultos e iletrados" entre los discípulos como si eso fuera una verdad irrefutable.¿Se puede seguir afirmando que eran gente pobre y del vulgo si la evidencia dice lo contrario?¿Se puede seguir justificando la ignorancia y la pobreza en base a un mito sin fundamento escriturístico e histórico?Si tenían algunas características que Jesús vio en ellos, y que a menudo se pasa por alto.Eran líderes natos, y por eso mismo, necesitaban ser formados para que lideraran.Eran personas que les gustaba aprender y estaban dispuestos a hacerlo.Eran personas intelectual y espiritualmente inquietas, ¿por qué se habrían acercado a Jesús si así no fuera? ¿Por qué hacían preguntas y cuestionaban?No eran dóciles, porque nunca las mentes intelectuales e inquietas lo han sido, al contrario del vulgo y la plebe que suele creer que no necesitan saber nada.Eran personas ambiciosas, en el buen sentido de la palabra, no se conformaban con poco, al contrario de lo que suelen hacer quienes creen que la pobreza es virtud y la ignorancia una cualidad.Eran personas asertivas, como líderes natos, no aceptaban algo a buenas y primera, y estaban dispuestos a decirlo y defender su parecer.Conclusión
Pueden compartir mis convicciones o no, pero otra cosa es negar la evidencia escriturística e histórica. Hacerlo es, de algún modo negación, y seguir justificando el argumento medieval de que la pobreza es virtud y la ignorancia una cualidad, ambos elementos necesarios para manipular. Ustedes decidan.
Referencias
Eusebio, (1973). Historia eclesiástica. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. Texto, versión, introducción y notas de Argimiro Velasco-Delgado.

García Moreno, Antonio (2001). Jesús el nazareno, el rey de los judíos: Estudios de cristología joánica. Navarra: Ediciones Universidad de Navarra.


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Published on September 13, 2018 09:09

September 8, 2018

El peligro del pensamiento clerical


Es común que se haga la distinción entre "pastores" y "laicos". La forma de hablar y expresarse está tan enraizada que ambos grupos se consideran a sí mismos como siendo de estancos diferentes. El clero, habiendo recibido un "llamado especial", se siente separado del resto de la congregación religiosa, y los laicos, que no se sienten "llamados", actúan como si debieran obediencia y subordinación al clero.

Lo cierto es que en ninguna parte del Nuevo Testamento se hace una mención siquiera a las expresiones tan comunes que separan al pueblo entre "clérigos" y "laicos". Tampoco hay antecedentes de que una división de ese estilo existiera entre los cristianos de la Iglesia Apostólica.

La idea de la separación de clero y laico recién comienza en los albores del siglo III, cuando progresivamente los que dirigían la iglesia comenzaron a tratar al resto de los cristianos, como indoctos y poco preparados, y teniendo que ser "dirigidos" por el clero. No es una idea que nace en la Biblia sino en una práctica que se introdujo en el cristianismo a partir de nociones culturales de origen no cristiano.

El modelo de separación entre laicos y clérigos no sigue ningún patrón o enseñanza expresa ni de Jesús ni de sus apóstoles.

Al contrario, el apóstol Pablo consideraba que todos los cristianos somos ministros llamados a comunicar el evangelio.
"No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida" (2 Corintios 3:5-6).

En el cristianismo apostólico no habían clases ni separaciones de ningún tipo. Todos se consideraban hermanos. Jesús dice expresamente:
"Pero no permitan que a ustedes se les llame Rabí, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos" (Mateo 23:8).
Aunque la Biblia habla expresamente de "pastores" que guían a la grey (Hechos 20:28), nunca, los pone en una situación de jerarquía y disminuye o rebaja a quienes son pastoreados, porque todos son hermanos y miembros del mismo cuerpo (1 Corintios 12).

Dios no creó una jerarquización piramidal de obediencia servil. Jesús formó una comunidad cristiana unida por los dones y talentos, donde todos sus miembros tenían la intención expresa de ayudar a crecer al cuerpo.

Pablo utilizó la imagen del cuerpo, para ilustrar que todos los miembros son importantes, sin importar si su labor era menos apreciable que otras. Sin embargo, la cabeza del cuerpo no es el pastor ni el sacerdote sino Cristo. Tal como lo expresa explícitamente Pablo:
"Él [Cristo] es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia" (Colosenses 1:18)
Cuando algún humano cree ser la cabeza de la iglesia, suplanta a Cristo, y se convierte en un usurpador de la identidad de Jesús.

Todos los cristianos, los que de verdad siguen a Cristo, siguen el consejo paulino:
"Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo" (Efesios 5:21)
Eso implica que no hay lugar para jerarquías ni para verticalismos en la comunidad cristiana, donde todos, hermanos en Cristo construimos un vínculo basados en nuestro mutuo amor a Cristo y los principios eternos que él ha esbozado para su iglesia.

Si se acepta una clase clerical, separada y superior al resto de la comunidad cristiana, eso transgrede el principio bíblico de que todos, sin distinción, estamos llamados cumplir los cometidos de la misión.
"Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo" (Romanos 10:9-10).
¿De quién es esta tarea? ¿Del clero? ¿De una clase pastoral o sacerdotal separada del resto de la comunidad cristiana? Pues el apóstol explícitamente señala que es tarea de toda la comunidad cristiana, sin distinción.

Separar "clero" (pastores o sacerdotes) de "laicos", hace que los primeros confundan autoridad con autoritarismo o se arroguen a sí mismos derechos que no les corresponde y pretendan ser ensalzados de una manera impropia. Además, genera el ambiente para que la clase sacerdotal, clerical o pastoral, comience a creer que su voz y opinión es superior a la del laicado, al que sólo se le pide obediencia servil. En la comunidad cristiana no hay lugar para jerarquías. Jesús mismo lo estableció cuando dijo:
"El que es más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante" (Lucas 9:48).
Las directrices de Cristo son tan exactas que cualquier confusión es, simplemente, ir en contra de las palabras de Jesús:
"Pero no permitan que a ustedes se les llame “Rabí”, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen “padre” a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, y él está en el cielo. Ni permitan que los llamen “maestro”, porque tienen un solo Maestro, el Cristo. El más importante entre ustedes será siervo de los demás. Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido" (Mateo 23:8-12).
El tener un concepto clerical del ministerio, provoca que los que se consideran "laicos", acudan a la iglesia como si fuera un espectáculo, sin comprometerse con la Obra y con el Señor de la Obra. Olvidan que la misión es de todos y no de un grupo separado de la comunidad.

Cuando los llamados "laicos" no logran entender que son parte del cuerpo y que les cabe la responsabilidad de estudiar la Biblia y comunicar a otros la buenas nuevas de la salvación, y por el contrario, delegan esa responsabilidad en un grupo separado y clerical, entonces, no están preparados para enfrentar a quienes llegarán para engañar y destruir. El poder corrompe, y el poder religioso lo hace doblemente, porque los individuos pierden conciencia de su propia debilidad y tienen el potencial de corromperse o enceguecerse con un poder que no les corresponde.

Pablo advirtió que esto podría ocurrir:
"Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. Aun de entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán falsedades para arrastrar a los discípulos que los sigan. Así que estén alerta" (Hechos 20:39-31).
 Breve historia de una idea macabra

El filósofo e historiador inglés Peter Watson en su libro Ideas: A history of thought and invention. From fire to Freud señala los orígenes de esta idea que separó al clero de laicos:
"El cristianismo fue un nuevo sistema de creencias, pero también era mucho más. Entre el cuarto y sexto siglos, en Europa principalmente, su élite sacerdotal se hizo cargo de muchos de los derechos civiles, políticos e incluso las funciones legales del imperio en declive. Como esto era útil. eso determinó el carácter básico de la Edad Media, y abrió una brecha entre el clero y los laicos, a éstos últimos ya no se les permitió predicar en las iglesias (llegaría un momento en que que ni siquiera se les permitiría leer la Biblia). Al mismo tiempo, la iglesia ofreció un escape a las duras exigencias de la vida cotidiana en 'otro mundo'. Esta idea en particular, dio un gran control al clero sobre los laicos" (Watson 2005: 228).
Esta brecha que se abrió entre el clero y los laicos se fue ensanchando con el tiempo y se le fueron dando "justificaciones" o "bases bíblicas" que no existían en el mundo apostólico, pero que alcanzaron carácter de dogma en los siglos siguientes.
Watson señala un poco más adelante que la autoridad del clero "fue reforzada por el desarrollo de las Escrituras y de la liturgia" (Ibid). Aunque no comparta todas las conclusiones de Watson, no deja de ser razonable que cuando se terminó el canon comenzaron los dogmas. Jesús no escribió nada, eso lo hicieron sus seguidores, algunos con más o menos destreza. Sin embargo, se le impusieron al texto bíblico, conceptos que el texto no decía, como por ejemplo, la jerarquización del servicio eclesial.
En su desafiante libro Historia criminal del cristianismo, el historiador aleman Karlheinz Deschner señala que una de las causas que afianzó mucho más el poder del clero, fueron los beneficios que tuvo inicialmente el clero que tempranamente en el siglo III y principalmente en el siglo IV comenzó a enriquecerse rápidamente. El clero no sólo recibió abundante dinero de Constantino, sino que fueron beneficiados con excepciones de impuestos y otros beneficios, lo que hizo patente que ser parte del clero era un buen negocio. El clero se convirtió en un estamento privilegiado (Deschner, 1990: 179).
Deschner agrega que:
"El clero, en particular, recibió de Constantino 'las más grandes honras y distinciones, en tanto que hombres consagrados al servicio del Señor'" (Ibid., 188). 
Evidentemente esto atrajo a cientos de personas que buscaron la vida clerical, por los beneficios que proporcionaba, antes que por el servicio que debía entregarse. Todo contrastaba con la sencillez y la humildad de un Cristo que "no tenía donde poner su cabeza".

La anulación del liderazgo

Cuando se fomenta el clericalismo o la separación artificial entre "laicos" y "pastores", no sólo se anula el principio bíblico del sacerdocio universal de todos los creyentes , en la práctica, se anula el liderazgo, porque sólo una persona o un grupo de personas, asume lo que es tarea de todos.

Muchos cristianos se jactan de seguir un cristianismo "bíblico", sin embargo, no asumen que no hay base bíblica para la jerarquización del pastorado ni para un clero separado de laicos. En la práctica, aparecen como individuos que aceptan sólo aquello que les sirve a sus intereses particulares y no al cuerpo de Cristo.

La idea de la jerarquización se fue imponiendo de a poco en el cristianismo, no hubo tal cosa entre los apóstoles ni en el primer siglo, pero, paulatinamente, a medida que el cristianismo se convertía en oficial, el asunto fue tomando una forma jerárquica, y el pastorado o sacerdocio, considerado un rol preponderante o superior.

El historiador Joseph Lortz señala que hasta el siglo VI los obispos, por ejemplo, los que debían dirigir a otros sacerdotes, eran elegidos por el pueblo y los sacerdotes. No obstante, con la ascensión de los nobles y señores feudales, se les privó de tal participación a la comunidad cristiana (Lortz, 1982: 1:121). Así que el modelo que tenemos hoy, de que un grupo de personas, encerrados entre cuatro paredes decide quién será el que dirige a una comunidad cristiana, no tiene su asidero en la Biblia sino en una tradición medieval.

Incluso, en el siglo V se introdujo otra norma que cambió el panorama del liderazgo cristiano, porque se admitió para el pastorado o sacerdocio sólo a personas nacidas libres, privando de esa forma a ex-esclavos de asumir en responsabilidades religiosas, lo que va en contra absolutamente de la equidad que impone el cristianismo y de la igualdad que sugiere Pablo en Gálatas 3:28:
"No hay Judío ni Griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús"
Tal como señala Lortz en los primeros siglos nunca se diferenció a libertos de libres, todos eran considerados cristianos y miembros en pleno derecho de la comunidad cristiana. Lo que era tan claro desde el pensamiento de Cristo terminó por considerarse algo "romántico" sin valor real en lo práctico. Al tiempo, los únicos en decidir quién fuera o no pastor o sacerdote fue el poder temporal formado por reyes, condes o príncipes (Lorz, 1982:231).

Lo dramático de todo esto es que la Reforma no cambió sustancialmente las cosas. Aunque Martín Lutero defendió con pasión la doctrina del "sacerdocio universal de todos los creyentes", en la práctica, siguió defendiendo un ministerio separado del laico.

En sus palabras: “El ministerio público de la Palabra debe ser establecido por la ordenación santa como superior y la mayor de las funciones de la iglesia". En otras palabras, mantuvo la jerarquización que había introducido la iglesia medieval, como si ésta fuera lógica y sana desde el punto de vista eclesiástico. Con razón Frank Viola señala que "bajo de la influencia de Lutero, el pastor protestante simplemente repuso el sacerdote católico" (Viola, 18).

En la práctica muchos "pastores" actúan como "sacerdotes medievales", suponiendo que a ellos se les debe obediencia, sumisión y privando a los demás cristianos de su derecho a disentir, opinar o estudiar la Palabra por sí mismos. Se impone una jerarquización piramidal que en la Biblia no aparece en ningún lado. La figura del cuerpo admite una sola cabeza, y esa, es Cristo. 

Conclusión

Cuando somos parte activa o pasiva de un sistema que discrimina entre cristianos (clero y laico), no sólo estamos yendo en contra de la Biblia, sino sosteniendo un modelo que se basa sólo en políticas humanas y busca intereses humanos.

La supuesta justificación de los "ungidos de Jehová", no es más que eso, una suposición que no admite un análisis serio y cuidadoso de la Biblia. No se sostiene dicho pensamiento en el movimiento cristiano fundado por Jesús.

La iglesia necesita orden, no jerarquía. El tener una responsabilidad eclesiástica no me convierte en "jefe", "el que está más arriba" o "el que manda", todos conceptos extrabíblicos, al contrario, siguiendo la lógica de Jesucristo, el tener una función eclesiástica me convierte en servidor de todos, no sólo de aquellos que siguen mis directrices.

Lo que necesitamos hoy son más líderes-siervos, y menos líderes-caudillos, de los segundos, el mundo y sus desvaríos ya tiene muchos como para soportarlos en la iglesia.


Dr. Miguel Ángel Núñez






Bibliografía
Deschner, Karlheinz. Historia criminal del cristianismo. Los orígenes, desde el paleocristianismo hasta el final de la era constantiniana. Barcelona: Ediciones Martínez Roca, 1990.

Lortz, Joseph. Historia de la iglesia: En la perspectiva de la historia del pensamiento. Volumen 1: Antigüedad y Edad Media. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1982.

Viola, Frank y George Barna.Pagan Christianity?: Exploring the Roots of Our Church Practices. Carol Stream, Illinois: Tyndale House Publishers, 2008.
Watson, Peter. Ideas: A history of thought and invention. From fire to Freud. New York: Harper     Collins Publishers, 2005.
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Published on September 08, 2018 23:40

El séptimo arte

Me encanta el cine. Es una afición que tengo desde niño, y cuando aún en casa no teníamos televisión. Recuerdo con nostalgia cuando no me perdía ni una matiné los días domingos, en uno de los cinco cines que tenía mi ciudad de la infancia, Iquique, en el norte de Chile.

La única forma que tenía mi madre de intentar controlar mi impetuosidad era cortándome las idas al cine, pero nunca pudo, porque mi abuelita era mi cómplice, así que siempre terminaba yendo, saliendo por una puerta lateral o simplemente, fingiendo que iba a otro lugar. En el fondo, mi madre siempre lo supo y también participó de la complicidad. Fueron tardes hermosas, de alegría, emoción, y aprendizaje.

Recuerdo algunos personajes de películas, me he aprendido algunos diálogos, conservo en mi memoria algunos finales de películas extraordinarios, como aquel de Reto al destino, de 1982, donde al son de la canción “Up Where We Belong”, interpretada por Joe Cocker y Jennifer Warnes, el protagonista Zack Mayo (protagonizado por Richard Gere), ingresa a la fábrica a buscar a su amada, Paula (interpretada por Debra Winger). Todos saben el final, pero es emocionante.

Hay películas que me han marcado a fuego como “Gandhi”, de 1982, dirigida por Richard Attenborough, que vi en mis días de universidad en Concepción, Chile, o “La lista de Schindler”, de 1993, basada en el libro “El arca de Schindler”, del escritor australiano Thomas Keneally, que con toda su crudeza nos entrega una visión de la más auténtica humanidad en medio del horror. O la impresión que me causó “La misión”, de 1986, protagonizada por un joven Robert De Niro y la buena actuación de Jeremy Irons, no olvido la impresionante escena del niño indígena cantando mientras los “educados” de ese tiempo decidían si aquel ser que cantaba como los ángeles tenía o no alma.Recuerdo con nostalgia un día en Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, México, cuando fui con mi esposa a ver en el cine esa estupenda película cristiana “Valientes” del 2011, dirigida por Alex Kendrick, que habla sobre el significado de ser padres, y como los machos mexicanos presentes tosían, o hacían sonidos guturales para no ponerse a llorar a raudales cuando se sentían identificados con la visión que presentaban los protagonistas de lo que debería ser un buen padre, cosa que algunos olvidan, lamentablemente, en un mundo donde hay más sementales que padres.Para los fanáticos y legalistas religiosos que hablan en contra del cine y que no tienen empacho, de manera hipócrita, de atiborrarse de películas en privado y a escondidas, les digo que lo que tenemos que hacer es enseñar a ver como diría Barthes. Tener una mirada crítica y no represiva.
Decir no veas cine, sin orientar no sirve absolutamente de nada, al contrario, genera el efecto contrario y más en una época donde el cine está al alcance de Internet y una conexión a YouTube.
Aún recuerdo con tristeza y molestia cuando un grupo de fanáticos en México, quería expulsar de una congregación religiosa a dos jóvenes que habían ido al cine, sin explicarles, sin formarles, sin siquiera darles la oportunidad de pensar. Cosa que suelen hacer los legalistas que creen ser dueños de la verdad y no le permiten a otros pensar por sí mismos, ni siquiera se exponen a reflexionar.
El cine es como la vida, tiene de todo, lados oscuros y brillantes, escenas reprobables y otras que son adorables y extraordinarias. Lo que las personas deben aprender es a tener juicio propio para ser capaz de analizar, reflexionar, y elaborar conclusiones que sirvan para desarrollar análisis crítico, no una mirada paternalista donde otros, les indiquen qué ver y qué no.
Cuando mi hijo menor, que adquirió también la afición por el cine, cumplió 21 años, siendo alumno de la Universidad Adventista del Plata, en Argentina, lo llamamos por teléfono desde Perú, y le preguntamos qué haría con sus amigos, pensando que tendría una fiesta o algo por el estilo, me dijo:-No papá, tendremos una salida de varones, sólo machos, vamos a ir al cine.

Me quedé pensando, con un poco de inquietud, qué irían a ver para celebrar la mayoría de edad. Al otro día muy entusiasmado me contó que habían ido con sus amigos a ver “Toy Story 3”, me reí de buena gana, y aún es una anécdota familiar. Siempre le han gustado las películas animadas, y esa en especial, marcó su entrada al mundo de la mayoría de edad. El cine sirve, incluso para eso, para actos simbólicos de ese tipo.En los últimos años me he aficionado al cine europeo, especialmente alemán y francés, un poco por las temáticas más profundas que presentan, porque aún el romanticismo de las películas alemanas, tiene un contenido distinto al cine comercial norteamericano.No tengo mucho tiempo para ver cine, pero cuando lo hago lo disfruto a pleno, sabiendo que no es un momento de pérdida sino de inversión en alegría, emoción, reflexión y análisis. Tal vez algunos en vez de satanizar, criticar, y alardear de mentes limpias de cine, cosa que no es verdad, podrían aprender a ver, a reflexionar, y encontrar en el cine todo lo de bueno que tiene y hacer como dice el apóstol Pablo:
Examinadlo todo; retened lo bueno (1 Tesalonisenses 5:21).
Pero para hacer eso, es preciso primero tener desarrollado el juicio y la capacidad de análisis crítico que sólo se consigue con diálogo, reflexión, y aprendizaje y no con la violencia de la represión, el castigo y la crítica a quienes nos agrada el cine.Si alguien no quiere ver cine, bien, que no lo haga. Pero, mientras tanto, no critique a quienes disfrutamos de vez en cuando del buen cine, de ese que te entrega momentos de paz, alegría, reflexión y mucha emoción, el cine que perdura, el que cuenta, que finalmente forma.Dr. Miguel Ángel Núñez P.D.: Para quienes se esfuerzan en encontrar un versículo bíblico que hable del cine no se esfuercen, es tiempo perdido, porque por mucho que les pese, sólo encontrarán en la Biblia principios, pero para hacer eso, para entender, hay que dejar la mente normativa y legalista, y abrirse al pensar, y eso, exige mucho más que repetir palabras y frases de la Biblia aisladas de su contexto y sentido original, demanda humildad para respetar la conciencia de otros y su capacidad de análisis y reflexión.
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Published on September 08, 2018 12:28

Encrucijada


Todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas nos encontramos frente a una encrucijada. Ese momento en que lo que decidamos marcará un antes y un después en nuestra vida. He estado muchas veces en esa situación:

-Aceptar o no un llamado.
-Ir o no ir a un determinado país.
-Dejar o no un trabajo.
-Aceptar o no una propuesta.

La vida debería ser más sencilla, venir con un manual de asistencia en el camino, pero no es así, las decisiones difíciles se toman a medida que avanzamos en el sendero de la vida, y no siempre acertamos. De hecho, en más de alguna ocasión he pensado qué habría pasado si de ir por un camino hubiera optado por otro. Es más, estoy seguro que algunas decisiones que en algún momento tomé con total convicción no fueron las más acertadas.

Frente a este cuadro tenemos dos opciones, nos pasamos la vida lamentando, o aprendemos de lo que elegimos. Yo he optado por esta segunda opción, lamentar por malas decisiones no soluciona nada, aprender de ellas, nos lleva a mirar la existencia de una forma distinta.

Ayer le preguntaba a una mujer que decidió divorciarse de su esposo alcohólico por qué esperó tanto tiempo para hacerlo dejando que el daño fuera tan grande, a lo que ella me respondió con un sincero:

-También quisiera saberlo, fue la culpa, las ideas que me metieron en la cabeza, no sé... pero no dejo de preguntármelo.

Lo cierto es que la vida es una constante encrucijada. No podemos dejar de tomar decisiones, incluso, cuando aparentemente nos abstenemos de decidir, ya estamos decidiendo, en ese caso, no decidir, lo que en sí mismo es ya una elección.

Aprender a hacernos cargo de nuestras decisiones es una señal de madurez, pero también de empatía con nosotros mismos, porque no hay otra forma de aprender que responsabilizarnos y levantar la frente porque nos hemos equivocado y seguir adelante. Hundirnos por una mala decisión, es simplemente, la peor elección posible.

Entre tantas decisiones, siempre acertaremos con algunas y nos congraciaremos de que hemos tomado la mejor decisión, eso es fácil, de hecho, nos ayuda a continuar, porque la vida y el éxito no se trata de acertar más, sino de acertar, equivocarse y aprender, y seguir adelante, con la seguridad de que hacemos lo mejor posible.

Siempre es bueno preguntar, pedir consejo a quienes ya pasaron el camino, observar, porque no vamos solos en este sendero de la vida, tenemos compañeros de ruta, y todos, al final de cuentas, queremos ser felices, vivir de la mejor forma posible, y seguir adelante, aunque nos equivoquemos.

La encrucijada no es mala, es una oportunidad de aprendizaje, porque al final de cuentas, la vida se trata de ensayo y error, no de seguir un manual pre-establecido para cada uno, cosa que simplemente, no existe.

Dr. Miguel Ángel Núñez
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Published on September 08, 2018 12:13

August 7, 2018

Jesús: Un hombre como todos



“Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó” (Juan 4:6) “Pero mientras navegaban, él se durmió” (Lucas 8:23)

¿Le dolieron las muelas a Jesús? ¡Claro que sí! Y no sólo eso. También perdió los dientes cuando era niño. Le dolió el estómago. Probablemente alguna vez tuvo indigestión. Iba al baño todos los días como cualquiera persona normal. Le dolían las manos cuando trabajaba. Le salían callos cuando las sandalias le apretaban. Le molestaban los mosquitos cuando le picaban y le dejaban aquellas desagradables ronchas en la cara y los brazos.

La tendencia de los cristianos es mitificar a Cristo. En otras palabras, nos hemos olvidado que la encarnación es precisamente lo que dice la palabra. La expresión de la presencia corporal de Dios mediante Jesucristo.

¿Se enamoró alguna vez? ¿Sintió atracción sexual? ¿Tuvo deseos de estrangular a alguien? ¿Sintió el peso del dolor al grado de querer en algún momento morir? ¿Se sintió solo? ¿Necesitaba la compañía de otros seres humanos? Sí. Sin duda. Era ser humano. Y a los humanos nos pasa todo eso. Se enamoró, sintió apetencia sexual, se enojó, sintió deseos amargos de morir, se sintió solo, necesitó el cariño y la simpatía de otros.

Una de las estrategias favoritas del enemigo de Dios es hacernos creer que Jesús no fue humano. Quiere que creamos que estuvo alejado de nuestras realidades cotidianas y por eso no es capaz de entendernos. Pero no es así. La Escritura lo dice con una sencillez extraordinaria: “No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza” (Hebreos 4:15).

Cuando sufrimos él entiende. Cuando la persona que amas no te habla él sabe. Cuando sufres el rechazo y te hacen sentir paupérrimo, no temas, Jesús vivió lo mismo. Cuando otra persona ha hecho algo que te enoja al punto que parece que vas a enloquecer, no te preocupes, Cristo vivió lo mismo. El nos entiende. Cuando sufrimos su mano amorosa nos toca y nos dice:

-Llora, yo sé lo que se siente.

Copyright: Dr. Miguel Ángel NúñezDel libro inédito:  Cada vida un universo

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Published on August 07, 2018 15:00

August 6, 2018

Goliat: Grande pero pequeño

“Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo” (1 Samuel 17:10)

Siempre supo que iba a ser gigante. Dicha convicción fue reforzada por lo que le decían y por lo que veía a su alrededor. Crecía más rápido que sus pares y tenía más fuerza que varios de sus amigos juntos. Era respetado y elogiado por su fortaleza física y su estatura.

Nunca supo de fracasos. Se convirtió en engreído y arrogante. Desarrolló los vicios de carácter propio de quienes reciben todo en charola de plata. Fue natural que lo tentaran con el ejército. Las fuerzas armadas no precisan de cerebros, sólo de gente fuerte, especialmente si es altanera y soberbia. Le dio a sus compatriotas esperanzas de triunfos insospechados. Recibió honores y riquezas sólo por tener un don heredado por el cual nunca trabajó.

Cuando llegó el día de batalla contra Israel venía sumido en aires triunfadores. Tenía tras sí una historia de alabanzas y victorias. No sólo era Goliat el gigante. Para su gente era un héroe y un semidiós. La vanidad se cultiva. La soberbia se va construyendo como un edificio al que le van agregando un ladrillo tras otro. El orgullo se extiende por el carácter a fuerza de repetir día a día panegíricos, adulaciones y la creencia de que el que recibe dichos elogios es capaz de las más extraordinarias hazañas.

Cuando apareció David era obvio que se ofendiese. Le enviaban a alguien no digno de su honor. Él estaba por encima de pequeños hombres, no sólo en estatura, sino en la percepción de grandeza que tenía de sí mismo. David, vestido con su túnica de ovejero y con su honda en la mano parecía un adversario indigno. Era como aplastar una hormiga con un tanque blindado. En su petulancia percibía una lucha desigual.

No hizo amague de alejarse cuando vio la piedra. Sintió un dolor profundo a su orgullo cuando la roca se incrustó en su frente. Al caer pudo ver el precio de la presunción. Mordió el polvo de la derrota a manos de un hombre con no más arma que su dependencia de un Dios que él despreciaba.

Copyright: Dr. Miguel Ángel NúñezDel libro inédito:  Cada vida un universo

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Published on August 06, 2018 15:00

August 5, 2018

Un momento crucial



“Se levantaron el rey, el gobernador, Berenice y los demás participantes en la sesión” (Hechos 26:30)

Berenice es mencionada en dos ocasiones en la Biblia y en ambas vinculada con Agripa. A menudo, especialmente quienes suelen hacer lecturas, sólo de la Biblia, sin indagar en la historia ni en otros antecedentes, se quedan con ideas equivocadas, muchas veces he escuchado referirse a Agripa y su “esposa” Berenice.

En realidad, Berenice de Cicilia, también llamada Julia Berenice, y en ocasiones escrito Bernice, era la hermana de Agripa. Era una princesa judía, aunque eso tampoco lo dicen los que hacen lecturas superficiales de la Biblia. Hija de Herodes I, y hermana de Herodes Agripa II, su hermano, mejor conocido por Agripa, así a secas. Pertenecía a la dinastía herodiana, una dinastía títere al servicio de Roma. Quien suele dar datos de su vida fue el historiador judío Flavio Josefo, y mencionada por los historiadores romanos Tácito, Juvenal, Dion Casio y Suetonio.

Ganó reputación por su vida amorosa compleja. Después de varios matrimonios fallidos, pasó buena parte de su vida en la corte de su hermano Agripa, con quien se suponía o rumoreaba en la época una relación incestuosa. Tiempo después comenzó una relación amorosa con Tito Flavio Vespaciano, quien se convertiría en el famoso emperador Tito, y quien terminó la relación con ella, no por que no la amaba, sino porque no le convenía a sus intereses políticos.

Berenice estuvo presente en las dos ocasiones en que Pablo se presenta en la corte de Agripa, luego de ser tomado prisionero. Agripa, y Berenice, saben que Pablo es inocente, y tal como le dice Agripa a Festo: “Si no fuera porque ha apelado al emperador, se le podría poner en libertad” (Hechos 26:32).

Las mujeres como Berenice, aunque tenían poder y estaban presentes en acontecimientos importantes, a menudo estaban en silencio, porque no se les permitía hablar. Eran princesas y tratadas con toda la pompa real de su tiempo, pero de todos modos no eran completamente libres, estaban bajo el yugo más potente de todas las épocas: El prejuicio, el estereotipo y las tradiciones irracionales. Tal como hoy.

Copyright: Dr. Miguel Ángel NúñezDel libro inédito:  Cada vida un universo

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Published on August 05, 2018 15:00

August 4, 2018

Tiempo de arrepentimiento



“Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho” (Josué 7:20)

Hay incidentes bíblicos que parecen desproporcionados. Cuando el pueblo participó en la conquista de Jericó Dios ordenó que no debían tomar nada de lo que encontraran. Sin embargo, un hombre llamado Acán tomó de los despojos un manto babilónico, doscientos siclos de plata, y un lingote de oro (Josué 7:21), luego lo escondió bajo su carpa.

De allí en más la historia se tiñó de sangre y Dios dijo que era a consecuencia de que alguien había transgredido el mandato dado por él. Fue reunido el pueblo y luego de un interrogatorio se llegó a Acán. Cuando finalmente no tuvo opción, confesó su falta. Luego él, junto a su familia fueron llevados a un valle y todo el pueblo los apedreó hasta morir.

¿Hay proporción entre el pecado de Acán y la falta de otros personajes bíblicos? Si se observa la historia, aparentemente Dios fue más magnánimo con David quien cometió adulterio, fue un mentiroso, un polígamo, un asesino y finalmente un hombre sanguinario. O Exequias, quien se ensalzó a sí mismo no dando la honra a Dios. O Caín que asesinó a sangre fría a su hermano. ¿Es que Dios categoriza pecados? ¿Por qué esa drasticidad con Acán y su familia. Seguramente en esa familia había niños pequeños que nada tenía que ver con el pecado de su padre, pero de igual modo fueron condenados.

Este es uno de esos incidentes que se convierten en un verdadero dolor de cabeza a la hora de hacer un análisis de ellos. Dios, que no cambia, no habría actuado de ese modo de poder evitado. Sin embargo, el pueblo de Israel y otros pueblos aledaños estaban tan contagiados con la ley del talión “ojo por ojo y diente por diente” que no entendían otro mensaje. Por doloroso que pueda parecer ese era el único mensaje que ellos podían escuchar

Por otro lado, Acán pudo haberse arrepentido y haber buscado a Dios y su perdón, pero, prefirió esconder y esconderse, hasta que no le quedó alternativa frente a las evidencias. Su confesión llegó demasiado tarde cuando ya no se podía hacer nada.

Copyright: Dr. Miguel Ángel NúñezDel libro inédito:  Cada vida un universo

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Published on August 04, 2018 15:00