Miguel Ángel Núñez's Blog, page 29

September 3, 2019

Goliat: Grande pero pequeño



Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo ” (1 Samuel 17:10)

Siempre supo que iba a ser gigante. Dicha convicción fue reforzada por lo que le decían y por lo que veía a su alrededor. Crecía más rápido que sus pares y tenía más fuerza que varios de sus amigos juntos. Era respetado y elogiado por su fortaleza física y su estatura.

Nunca supo de fracasos. Se convirtió en engreído y arrogante. Desarrolló los vicios de carácter propio de quienes reciben todo en charola de plata.

Fue natural que lo tentaran con el ejército. Las fuerzas armadas no precisan de cerebros, sólo de gente fuerte, especialmente si es altanera y soberbia. Le dio a sus compatriotas esperanzas de triunfos insospechados. Recibió honores y riquezas sólo por tener un don heredado por el cual nunca trabajó.

Cuando llegó el día de batalla contra Israel venía sumido en aires triunfadores. Tenía tras sí una historia de alabanzas y victorias. No sólo era Goliat el gigante. Para su gente era un héroe y un semidiós.

La vanidad se cultiva. La soberbia se va construyendo como un edificio al que le van agregando un ladrillo tras otro. El orgullo se extiende por el carácter a fuerza de repetir día a día panegíricos, adulaciones y la creencia de que el que recibe dichos elogios es capaz de las más extraordinarias hazañas.

Cuando apareció David era obvio que se ofendiera. Le enviaban a alguien no digno de su honor. Él estaba por encima de pequeños hombres, no sólo en estatura, sino en la percepción de grandeza que tenía de sí mismo. David, vestido con su túnica de ovejero y con su honda en la mano parecía un adversario indigno. Era como aplastar una hormiga con un tanque blindado. En su petulancia percibía que era una lucha desigual.

No hizo amague de alejarse cuando vio la piedra. Sintió un dolor profundo a su orgullo cuando la roca se incrustó en su frente. Al caer pudo ver el precio de la presunción. Mordió el polvo de la derrota a manos de un hombre con no más arma que su dependencia de un Dios que él despreciaba.
Del libro inédito Cada vida un universo Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on September 03, 2019 15:30

September 2, 2019

Tiempo de arrepentimiento



Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho ” (Josué 7:20)

Hay incidentes en la Biblia que parecen desproporcionados. Cuando el pueblo participó en la conquista de Jericó Dios ordenó que no debían tomar nada de lo que allí encontraran. Sin embargo, un hombre del pueblo llamado Acán tomó de los despojos un manto babilónico, doscientos siclos de plata, y un lingote de oro (Josué 7:21), luego lo escondió debajo de su carpa.

De allí en más la historia se tiñó de sangre y Dios dijo que era a consecuencia de que alguien había transgredido el mandato dado por él.

Fue reunido el pueblo y luego de un interrogatorio se llegó a Acán. Cuando finalmente no tuvo opción, confesó su falta. Luego él, junto a toda su familia fueron llevados a un valle y todo el pueblo los apedreó hasta morir.

¿Hay proporción entre el pecado de Acán y la falta de otros personajes bíblicos? Si se observa la historia, aparentemente Dios fue más magnánimo con David quien violó a su vecina, fue un mentiroso, un polígamo, un asesino y finalmente un hombre sanguinario. O Exequias, quien se ensalzó a sí mismo no dando la honra a Dios. O Caín que asesinó a sangre fría a su hermano. ¿Es que Dios categoriza pecados? ¿Por qué esa drasticidad con Acán y su familia. Seguramente en esa familia había niños pequeños que nada tenía que ver con el pecado de su padre, pero de igual modo fueron condenados.

Este es uno de esos incidentes que se convierten en un verdadero dolor de cabeza a la hora de hacer un análisis de ellos. Dios, que no cambia, no habría actuado de ese modo de poder evitado. Sin embargo, el pueblo de Israel y otros pueblos aledaños estaban tan contagiados con la ley del talión “ojo por ojo y diente por diente” que no entendían otro mensaje. Por doloroso que pueda parecer ese era el único mensaje que ellos podían escuchar

Por otro lado, Acán pudo haberse arrepentido y haber buscado a Dios y su perdón, pero, prefirió esconder y esconderse, hasta que no le quedó alternativa frente a las evidencias. Su confesión llegó demasiado tarde cuando ya no se podía hacer nada.
Del libro inédito Cada vida un universo Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on September 02, 2019 15:30

September 1, 2019

Abraham: El padre de los cobardes



Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo ” (Génesis 22:10)

La Biblia dice que Abraham fue un extraordinario hombre de fe. Sin embargo, solemos creer que es señal de valentía a toda prueba. Muchos creen que la confianza está ligada completamente a la ausencia de miedo. Pero, nada más falso. Los que carecen de miedo normalmente no tienen fe, sólo arrogancia, presunción o soberbia. Pero, eso no es fe. La fe implica miedo. Abraham era un miedoso por definición.

No sólo por el incidente con Abimelec donde no sólo negó que Sara era su esposa, sino que la presentó como su hermana. Sino en las ocasiones en que actuó con cobardía porque era parte de su naturaleza. Pero, sin embargo, tuvo fe. ¿Cómo es eso?

Simplemente decidió ir adelante aún a pesar de sus miedos. Valiente no es el que carece de miedo sino el que avanza a pesar del temor. Del mismo modo, el que tiene fe es aquel que es capaz de decidir independiente de su miedo. Sigue adelante simplemente porque sabe que es la mejor vía.

Abraham es admirable porque decidió confiar aunque su estómago era un solo nudo de dolor y retortijones. Se necesitó coraje para ir hasta el monte llevando a Isaac. Y cuando levantó el cuchillo para rebanarle el cuello a su único hijo ciertamente sus manos temblaban.

Por eso creo que hay que temblar con fe. Llorar con fe. Temer con fe. Pero, estar con fe al fin y al principio.

¿Qué es la fe entonces? No es un estado de ausencia de miedo. Es una actitud frente a la vida. Implica creer, y eso, no es emocional es simplemente fruto de la inteligencia que decide. Ejercer fe es un acto propio de la voluntad. Los animales no tienen fe, simplemente obran de acuerdo a un patrón conductual pretrazado por sus estados instintivos.

Muchas personas que han perdido el miedo. Miedo a fracasar, miedo a la muerte, miedo al mal, miedo de sí mismo, miedo a la ausencia de Dios. Cada vez que Abraham perdió el miedo se convirtió en un presuntuoso y pagó muy caro los errores producto de ese estado mental de enajenación.
Del libro inédito Cada vida un universo Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on September 01, 2019 15:30

August 31, 2019

En segunda fila



Tu hermano Aarón será tu profeta ” (Éxodo 7:1)

Resulta fácil recordar a personajes que destacan. Pero olvidamos a los héroes de segunda fila que hacen posible que otros sobresalgan.

¿Sería lo mismo la historia de Moisés sin Aarón? Tuvo momentos de debilidad, pero la mayor parte del tiempo permaneció fiel al lado de Moisés.

No debe haber sido fácil llevar la carga emocional de ser el segundo al mando. Más de alguna vez debe haberse sentido ofendido por la manera en que el pueblo reaccionaba frente a Dios. Estaba cerca de su hermano y veía la lucha que éste tenía para dirigir a una nación que se negaba a vivir conforme a la voluntad divina y que por el contrario, era porfiadamente olvidadiza.

No faltaron personas que se acercaron a Aarón para que intentara convencer a su hermano de una idea o proyecto. La gente suele creer que los que están cercanos al líder podrán hacerlos cambiar de un modo u otro.

No se propuso convertirse en sumosacerdote. No lo buscó premeditadamente. Simplemente cumplió con cuidado lo mejor que pudo la voluntad de Dios. No obstante, un día recibió el anuncio que él se convertiría en el sumosacerdote, el representante de Dios en la tierra, aquel que hablaría a nombre de Dios. Eso lo colocaba en cierto modo en un estatus superior al de su hermano, sin embargo, no hay evidencias que usó eso en provecho propio.

¡Qué espectáculo! El que había nacido para ser cuidador de animales y que se había criado huyendo de sus amos e intentando cuidar a su ganado de la mejor forma posible en las duras condiciones de la esclavitud de Egipto ahora era investido como el primer sumo-sacerdote del pueblo de Israel.

Con humildad cumplió el plan de Dios para su vida. Es emocionante lo que aquel hombre pudo hacer. El resto de su vida lo observamos fiel y silencioso cumpliendo su deber. No desfalleció ni siquiera cuando sus hijos fueron muertos por haber realizado una acción estúpida y sin criterio. Fue un líder de segunda fila, pero, sin duda fue el sustento de la misión de Moisés. No hay que minimizar a los que no están al frente, ellos también cumplen una misión.
Del libro inédito Cada vida un universo Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 31, 2019 15:30

August 30, 2019

Contar



Enséñanos a contar bien nuestros días,para que nuestra mente alcance sabiduría ” (Salmo 90:12).

No sólo estamos en el tiempo, vivimos y somos parte de él. No podemos eludirlo, estamos condicionados por eventos temporales. El nacer y el morir, por ejemplo, son dos instantes definitorios, por eso los señalamos en nuestros calendarios personales.

No obstante, el tiempo no existe, aunque pareciera que tiene vida propia, su realidad es convencional. Somos los seres humanos los que hemos definido el estar en él y contarlo, medirlo, diseccionarlo, estructurarlo, agendarlo, establecerlo...

El tiempo es relativo. La dimensión temporal no puede ser medida de la misma manera en el espacio o en un ámbito donde la velocidad sea diferente. No es lo mismo contar las horas en Marte que hacerlo en la Tierra. Eso lo sabe cualquiera que tenga alguna noción de física cuántica.

Sin embargo, también es relativo a los eventos. No transcurre el tiempo de la misma manera cuando estamos enamorados que cuando lamentamos una pérdida amorosa. No es lo mismo esperar los minutos cuando se está ante una noticia trágica que cuando estamos jugando un partido de fútbol o riéndonos con la familia en una cena.

Eso lo entendía Moisés. En el Salmo 90 le hace una petición a Dios. Enséñame a vivir el tiempo, para que mi mente sea sabia.

Un estudiante que no mide el tiempo, lo pierde y seguramente fracasará. Un trabajador que usa su tiempo bien rendirá mejor y traerá beneficios a su vida. Así sucesivamente, en todas las actividades de la vida. El tiempo es relativo, pero vivir en él no lo es. Su uso o mal uso, siempre trae consecuencias.

Por ejemplo, los padres que no dedican tiempo a sus hijos cuando son pequeños, lo lamentan profundamente cuando sus retoños crecen y no tienen conexión emocional con ellos. Lo mismo sucede en las relaciones de pareja, si se quiere construir algo duradero y que tenga sentido, entonces, ocupar tiempo de calidad en ambos es fundamental.

Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo” (Proverbio árabe).
Del libro inédito Reflexiones al amanecer Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 30, 2019 15:30

August 29, 2019

Cada día su propio afán



No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas ” (Mateo 6:34 DHH).

Preocuparse consiste en “ocuparse” previamente, es decir, estar ocupado antes de que la situación ocurra. Sin embargo, siempre lo que anticipamos es diferente a lo que pensamos, a menudo, es mejor de lo que nuestra imaginación nos hizo creer. Pre-ocuparse, es en el fondo, sufrir, estar ansioso, convertirse en un “atado de nervios” antes de que ocurra aquello que está sólo en nuestra mente.

El otro día, un amigo me decía: “Miguel, ponte en el peor de los casos y parte de allí”. Lo pensé, y tiene razón, él quería hacerme ver que afligirme por algo que no estoy viviendo aún no tiene sentido. Por eso las palabras de Jesús tienen tanta lógica. “Basta a cada día con sus propios problemas”.

Conocí a alguien que solía decir sobre posibles problemas en el futuro: “Ya veremos en el momento”. Me causaba estupor que aquel hombre, que continuamente andaba con una sonrisa y sin aflicción, tuviese esa actitud que me parecía irresponsable, hasta que alguna vez se lo hice ver y él me contestó. Si ocurre algo malo, ¿qué saco con preocuparme hoy?, ya tendré tiempo en su momento para hacerlo. Y si lo que ocurre llega a ser bueno, perdí energía en preocuparme, así que “ya veremos en el momento”.

La vida va enseñando. Se aprende a los golpes y los tropiezos. Trato de tomarme cada día de una manera tranquila. Cada día tiene sus propios afanes. Angustiarse por lo que aún no llega, no sólo es absurdo, también es poco sabio.

En general las preocupaciones crean ansiedad, angustia, sensación de fragilidad, frustración por no poder resolver, insonmio porque se traslada la preocupación al sueño, y así sucesivamente. Lo más sano es vivir cada día. Eso no significa no hacer previsión, pero prevenir es algo muy distinto a preocuparse. El prevenido se adelanta, se prepara para las circunstancias que vendrán como la hormiga que junta en verano para tener en el invierno y no estar afligida después.

Las preocupaciones acaban por comerse unas a otras, y al cabo de diez años, se da uno cuenta de que se sigue viviendo” (Jean Anouilh).
Del libro inédito Reflexiones al amanecer Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 29, 2019 15:30

August 28, 2019

Escuchar



“Evita que te desprecien por ser joven” (1 Timoteo 4:12).
Sin el ejercicio simple, honesto y humilde de escuchar, nunca podremos construir relaciones afectivas que sirvan para entender que los jóvenes son los encargados de llevar la posta para la próxima generación.

Si los adultos asumen una actitud pontifical y autoritaria, no sólo se privan a sí mismos de diálogo, sino que de paso, cierran las puertas para que los jóvenes aprendan de nuestro caminar por este mundo.

Tal vez hoy más que nunca, con tantas presiones que vivimos de un modo u otro, es necesario que construyamos una relación que no sólo salve brechas generacionales, sino que nos enseñe a vivir en comunidad.

Despreciar a los jóvenes porque no tienen experiencia no sólo es un ejercicio inútil sino que además produce desesperanza. Todos, en algún momento, hemos sido jóvenes llenos de ilusiones y también, por el afán de avanzar, hemos cometido errores. La tarea de los adultos no es señalar esos errores, es guiar, motivar, modelar, acompañar, apoyar, y aconsejar, cuando se lo pidan.

Un joven puede ser testarudo a veces, tanto como lo son los adultos. Un joven puede equivocarse, tanto como las personas mayores. Un joven puede tomar malas decisiones, tal como lo hacen los adultos. Así que a fin de cuentas los jóvenes no hacen ni más ni menos que lo que hacen los adultos. Vivir en paz, aprender juntos, motivar sin pontificar, es preciso para poder tener una relación armónica que sirva tanto a adultos como a jóvenes.

Muchos adultos, lamentablemente, tienen una memoria muy corta y olvidan con facilidad lo que ellos mismos pasaron cuando fueron jóvenes. Otros, tienen memoria selectiva, sólo recuerdan aquellos momentos en que hicieron las cosas bien, pero olvidan sus rebeldías, sus miedos, sus desobediencias, sus malas decisiones, sus complejos, y todos aquellos momentos donde la soledad les atizó al punto de hacerlos llorar. Olvidar lo que hemos vivido es la mejor forma de no entender a las nuevas generaciones. Es preciso recordar lo que fuimos.

La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla” (Jean Jacques Rousseau).

Del libro inédito Reflexiones al amanecer Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 28, 2019 15:30

August 27, 2019

Pensamiento dominante



“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7).

El médico y escritor mexicano César Lozano en su libro El lado fácil de la gente difícil sostiene que: “Todo pensamiento provoca sentimientos y cada sentimiento provoca acciones. Entonces, ¿de qué y de quién depende tu actuar y tu estado de ánimo? De los pensamientos dominantes” (2013:45).

Los pensamientos controlan nuestra vida, aunque no nos demos cuenta, condicionan nuestra forma de actuar. Todo pensamiento provoca acciones y los “pensamientos dominantes” se apoderan de nosotros.

Los pensamientos tienen calidad, hay ideas que vienen a nuestra mente que son mediocres y otras están teñidas de excelencia. Algunos conceptos nos desaniman y otros producen todo lo contrario. ¿De qué depende la calidad de nuestros pensamientos? Lozano sostiene que somos diseñadores de nuestro estado de ánimo y, por lo tanto, de nuestro porvenir.

Lo que pensamos se convierte en profecía. Si creemos que no lograremos nada, eso es lo que ocurrirá. Si por el contrario, tenemos una visión de nosotros mismos positiva y proactiva, seremos capaces de lograr lo que queramos.

Los pensamientos, especialmente cuando se dicen en voz alta, condicionan la visión que tenemos de nosotros mismos. Vamos creando una bitácora de vida con cada pensamiento que permitimos en nuestra mente.

Del mismo modo, los pensamientos que albergamos nos acercan a las personas que de un modo u otro confirman lo que hay en nuestra mente. Si creemos que todo el mundo es malo, eso es lo que encontraremos en los demás. Si nos comenzamos a pensar como personas positivas y capaces de lograr lo mejor, se nos comenzarán a acercar personas que de un modo u otro crearán las condiciones para que eso ocurra efectivamente, porque validará en hechos lo que venimos pensando de nosotros mismos.

Ningún pensamiento es inocuo. Siempre producen resultados que de un modo u otro condicionan toda nuestra existencia.

El acto más valiente es pensar por ti mismo. En voz alta” (Coco Chanel).

Del libro inédito Reflexiones al amanecer Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 27, 2019 15:30

August 26, 2019

Religión vana



Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana ” (Santiago 1:26).

La lengua y la capacidad de hablar es un don, pero con esa pequeña lengua podemos hacer mucho bien y mucho mal. La próxima vez que te cuenten algo, piensa bien si es prudente dar a conocer una información que puede afectar a otra persona. Piensa además, si te gustaría que dijeran algo a tus espaldas y sin que tu pudieras defenderte de la cobardía del que difama gratuitamente.

Si el rumor dejara manchas en la cara de quienes los dan a conocer o los expanden, ¿cuántas personas crees que tendrían la cara limpia?

Si por cada rumor que propagamos nos saliera un lunar, ¿cuántos lunares tendríamos en el cuerpo?

Si cada vez que diéramos a conocer un rumor nos crecieran las orejas, aunque sean un par de milímetros, ¿qué tamaño tendrían tus orejas?

Sin embargo, nada de eso es posible, simplemente, cuando propagamos un rumor lo hacemos sin estar concientes del daño que hacemos y de lo que ocasionamos por no hacer lo correcto.

Hablar es un don. Hablar mal de otro es un pecado. Lo primero se llama elocuencia, lo segundo se llama maledicencia. Cuando hablamos correctamente, en el momento adecuado y de la forma correcta, entonces, producimos mucho bien. Cuando por el contrario, hablamos impropiamente de otras personas, entonces, somos culpables de propagar información que tiene el potencial de dañar y perjudicar a muchas personas.

Cuando el que habla mal es un cristiano, entonces se agrega otro problema, que es que estamos haciendo algo que Dios rechaza de plano y no lo acepta, simplemente, porque no es una conducta que agrade a Dios. Así que hay que pensar bien antes de hablar la próxima vez.

Muchos cristianos racionalizan el hablar mal de otros por supuestas defensas del cristianismo. Lo hacen sobre la base de que “defienden” la verdad. ¿Valdrá ese intento banal si lo hacen utilizando la mentira y la difamación?

Lo que uno inventa los otros lo aumentan” (Johnathan Swift).
Del libro inédito Reflexiones al amanecer Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 26, 2019 15:30

August 25, 2019

Representar el carácter de Dios



El Señor pasó delante de Moisés y en voz alta se describió a sí mismo diciendo: '¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios tierno y compasivo, paciente y grande en amor y verdad!' ” (Éxodo 34:6 DHH).

Me desanima como tantos cristianos han reescrito el carácter de Dios en sus vidas al revés, dándole un sentido totalmente opuesto al que presenta la Escritura.

Cristianos faltos de ternura con el que se equivoca, faltos de compasión con el pecador, impacientes con los yerros ajenos, especialmente, si de ideas se tratas, faltos de amor al condenar sin misericordia, y, faltos a la verdad, llegando incluso a la difamación, la injuria y la mentira, para ganar en “su” verdad.

De verdad, creo que Dios tiene ternura con una cristiandad con estas características, compasión por nuestras terquedades, paciencia con nuestra falta de comprensión, amor, pese a nuestras odiosidades, y debe observar con mucha tristeza como la verdad es falsificada, con tal de ganar una discusión o probar un punto.

¡Señor te necesitamos! Es el clamor de tantos que vemos cada día como tu carácter se desdibuja en tantos que se llaman a sí mismos cristianos, y que en defensa de la verdad, no dudan en maltratar, acosar, señalar, mentir, injuriar, maldecir...

¿Cómo podemos creer ilusamente que otros quieran encontrar en medio de tanta incoherencia, un poco del amor de Dios?”.

La religión no es un campo de batalla contra otros, es un medio para llevar la redención con ternura y nunca con violencia.

He sido víctima de profesos cristianos que suelen ir “religiosamente” como un mantra a sus lugares de culto, pero en la semana no dudan en lastimar, ofender o difamar. Uno ha llegado a escribir una “biografía” mía con tal sarta de mentiras, que si estuviera en mí lo demandaría por difamación. Lo más desconcertante es que en medio de mentiras usa expresiones como “amor de Dios”, “la compasión de los creemos” y pienso, ¿de verdad este individuo cree en lo que escribe? ¿Entiende que la verdad siempre sale a la luz y que sus mentiras lo evidenciarán?

La verdadera religión no consiste solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras” (Don Bosco).
Del libro inédito Reflexiones al amanecer Copyright: Miguel Ángel Núñez
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Published on August 25, 2019 15:30