César Vidal's Blog, page 7
June 2, 2018
Christ the Lord is Risen Today
Con todo, lo verdaderamente magnífico es cómo consiguió fundir en una sola composición la enseñanza directa de la Biblia, el sentimiento más noble y la belleza más sublime. Ya algún otro sábado, he recordado alguno de sus himnos y hoy me permito hacer lo mismo con su Cristo el Señor ha resucitado hoy.
Sé que, desgraciadamente, hay personas que se creen cristianas y que andan a la busca de supuestas apariciones de los seres más diversos. En esa conducta no hay nada que ni de lejos se acerque al mensaje original del Evangelio. La única aparición que da sentido a la vida del cristiano es la de Jesús tras su crucifixión. El que Jesús se mostrara vivo, entre otros, a María Magdalena, a Pedro, a los discípulos de Emmaus, a Santiago, a todos los discípulos e incluso a más de quinientas personas de las que la mayoría estaba viva unos veinte años después (I Corintios 15: 1 – 9) es algo que cambia la Historia, pero, sobre todo, cambia la vida de aquellos que sacan las consecuencias adecuadas. Es también lo que nos impulsa a lanzar un grito de júbilo porque sabemos que nada concluye con la muerte, que tenemos una esperanza que va más allá de la tumba y que esa esperanza no es ni ilusoria ni vana porque Jesús – el único - regresó de la muerte. Pero no todo es cuestión de un futuro ultraterreno. También es un mensaje para este mismo momento: es más que posible vivir una vida nueva precisamente porque Jesús el mesías venció la muerte.
He escogido dos versiones de este magnífico himno. La primera, clásica, está interpretada por la Joslin Grove Choral Society; la segunda es una versión más moderna de la NCC Worship. Espero que disfruten ambas y, sobre todo, que aprecien el mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Ésta es la Joslin Grove Choral Society
www.youtube.com/watch?v=nzy7jFNUc3w
Y aquí va la NCC Worship
June 1, 2018
Declaración de Granada (y II)
Con todo, obligado es señalar que existen todavía más que los muchos y graves indicados por los ilustres juristas. A título de ejemplo, está esa recompensa - ¿o debería llamarla comisión? - que reciben los funcionarios según la cuantía de sus inspecciones lo que obliga a pensar que, a menos que sean un ejemplo de angélica bondad, tienen que enfrentarse a diario con la tentación de prevaricar al calcular unas sanciones gracias a las que pueden llevarse unos eurillos más a casa. Está también el coste, tanto económico como humano, de enfrentarse con las disfunciones deplorables de la Agencia tributaria. Cierto, la Agencia tributaria pierde más de la mitad de los casos en los tribunales y yo mismo ya he ganado dos procedimientos contra la deplorable institución, pero aún así se trata de un camino que puede alargarse varios años más. Con ese panorama en mente ¿ cuántos están dispuestos a librar la batalla con un gigante despótico que no respeta principios constitucionales básicos? No se me escapan tampoco las interpretaciones creativas de las normas que siempre son - ¡qué casualidad! – en contra del contribuyente. También he sufrido la vergüenza de escuchar a un experto fiscalista en Estados Unidos afirmar que la Agencia tributaria española es la más “golfa” – el término inglés era peor – superando incluso a la de la Argentina de Kirchner. Sin embargo, todo esto no es lo peor. Lo peor es que Montoro ha consagrado el principio aterrador de que el fin justifica los medios aunque vulnere los principios generales del derecho, la constitución o la ley de protección de datos. A esa terrible erosión del ordenamiento jurídico se ha unido además la propensión del ministro Catalá a rendirse cuando fuerzas bien organizadas montan en la calle el soviet de la ideología de género o del golpismo separatista. Quizá ni uno ni otro lo han pretendido, pero, al actuar así, han corroído más que peligrosamente el estado de derecho. Si el gobierno que suceda a Rajoy desea implantar una dictadura con ropajes democráticos apenas tendrá que esforzarse. Montoro ya le ha labrado el ochenta por cien del camino hacia la tiranía.
May 30, 2018
La declaración de Granada
Dado que llevo demasiados años sosteniendo lo mismo que estos ilustres juristas afirman ahora no me sorprende lo que consignan. Es triste decirlo, pero España no tiene un sistema tributario que se pueda equiparar al de las naciones civilizadas. De hecho, no se garantiza la presunción de inocencia a efectos fiscales sino que existe una presunción de culpabilidad; la separación de los procedimientos de liquidación y sancionador es más formal que real; se está produciendo un inquietante deterioro del principio de seguridad jurídica; Hacienda “ha convertido al contribuyente en una especie de administrador vicario”, lo que le obliga a cumplir con unas obligaciones materiales y unos deberes formales que originariamente deben ser propios de la Administración tributaria; el propio Estado “propicia la desigualdad en la contribución de los ciudadanos al sostenimiento del gasto público” por partida doble, primero, en lo que atañe a las relaciones entre los contribuyentes y la Administración tributaria y segundo, en la medida en que no todos los ciudadanos contribuyen de la misma manera; “la Administración tributaria española no contempla a los contribuyentes como ciudadanos, sino como súbditos”; la incorporación formal de las declaraciones efectuadas por los obligados tributarios al procedimiento sancionador “puede constituir una violación del derecho constitucional a no declarar contra sí mismo” y, para colmo, el afán recaudatorio “se ha convertido en el único objetivo del comportamiento de los órganos tributarios, con olvido de los derechos y garantías individuales”. Todo esto – que es rigurosamente cierto – para colmo no ha servido para nada. En otras palabras, Montoro y sus Boys – imagino que también girls – se han comportado de manera deleznable y, como diría un castizo, to´ pa´ na´. Porque el resultado final es pavoroso. La nación española sigue oprimida por una deuda pública que, oficialmente, roza el cien por cien del PIB, aunque como ha demostrado Roberto Centeno en compañía de otros ilustres economistas no baja del 140 por cien. Se ha producido una “cantonalización tributaria en España” y además de tributar se escapan determinadas grandes empresas. Por si fuera poco, los catedráticos afirman estar “perplejos” al ver cómo en los últimos años se ha ido consolidando la primacía del poder ejecutivo frente al legislativo, lo que se ha traducido en la asunción como ordinario de algo que no lo es, y que no debe serlo, como es la gobernación de la Hacienda Pública mediante el recurso reiterado a la figura del decreto ley.
CONTINUARÁ
Hoy hemos empezado el crowdfunding
Se lo anunciamos la semana pasada y a partir de hoy está en funcionamiento. Les incluimos el enlace para los que quieran colaborar. ¡¡¡Contamos con ustedes!!!
Aquí está el enlace
May 29, 2018
Aladino y la lámpara maravillosa
Así lo pensé yo en mi infancia cuando me fascinó por primera vez y seguí creyéndolo durante décadas. Sin embargo, pocas cosas se me ocurren más lejanas de la realidad. Al igual que la historia de Alí Babá, pero de manera mucho más acentuada, Aladino y la lámpara maravillosa es una novela ocultista destinada a los que conocen. Es cierto que acabó en las Mil y unas noches, pero, originalmente, era una historia independiente, rezumante de referencias esotéricas y destinada a satisfacer el apetito por lo arcano de lectores avezados. El que no posea esas claves, con seguridad pasará un rato entretenido viendo al joven chino enfrentado con el perverso mago egipcio, pero habrá perdido por completo la verdadera historia que, por cierto, cuenta con numerosísimos paralelos en sus detalles en otras novelas de magia negra de Oriente. Aladino, por lo tanto, no sólo no es un mero divertimento sino un libro iniciático. Contiene, por añadidura, una lección que no deberíamos desdeñar. Ante nosotros, a lo largo de la vida, se despliegan los más diversos episodios y creemos de buena fe que los entendemos y que captamos su coherencia interna. ¡Bendita ingenuidad! En realidad, no comprendemos casi nunca el fondo del asunto porque su verdadero significado, su auténtico mensaje, su relevancia real se nos escapan. Así es porque ignoramos el esquema interpretativo que nos permitiría captar la realidad profunda y no lo que se nos ofrece, muchas veces con todo lujo de detalles, ante la vista. Ese es el gran aporte de Aladino a nuestra vida: lo que ves, en realidad, no es lo que es.
May 28, 2018
Nueva entrevista con Enrique de Diego
Esto fue lo que departimos. Espero que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
May 27, 2018
Hace ya un año
Bajo el impulso del presidente Roosevelt, se aprobó la ley Glass Steagal que separaba la banca de depósito de la de inversión. Por añadidura, se vetó que los bancos participaran en los consejos de administración de las empresas industriales, comerciales y de servicios. La finalidad de estas medidas era evitar que los bancos pudieran especular con el dinero que la gente había depositado. Ciertamente, los grupos bancarios no pudieron crecer todo lo que ambicionaban, pero, por el contrario, los que depositaban su dinero en los bancos podían estar seguros de que sus ahorros no se perderían, de que habría estabilidad bancaria y de que no se produciría una crisis financiera. Esa situación de estabilidad se extendió hasta 1999, cuando por presiones de la Gran banca, el presidente Clinton sustituyó la ley Glass Steagal por la Financial Services Modernization Act o Ley Gramm-Leach-Bliley. Desde ese momento los bancos pudieron arriesgarse y apalancarse más, ya que eran al mismo tiempo bancos comerciales y de inversión. Los efectos de ese cambio resultaron devastadores incluida la crisis bancaria de 2008 cuyas consecuencias se extienden hasta hoy. En 2010, el presidente Obama comentó la posibilidad de regresar a la ley Glass Steagal, pero todo quedó en nada. Hace ahora un año, el presidente Trump anunció que estaba estudiando la vuelta a un sistema que separara las operaciones de la banca de inversión de la banca comercial. La finalidad sería eliminar riesgos para los depositantes y los contribuyentes. Trump seguía así sus promesas electorales e incluso la plataforma del Partido Republicano de 2016 que también respaldaba la restauración de la GlassSteagal. Ahora se cumple un año del anuncio de Trump y no se ha dado ningún paso en esa dirección que, ciertamente, sería la ideal para evitar una nueva crisis financiera y garantizar no sólo los depósitos sino también que los contribuyentes, como en 2008, no vuelvan a cubrir los agujeros de la banca con el dinero que el Montoro de turno les saque de los bolsillos. Es más que posible que si no vuelve a regir la GlassSteagal, la pregunta no es si habrá crisis, si no cuándo tendrá lugar.
May 26, 2018
Pablo, el judío de Tarso (LXXXII): Conclusión (y II)
Todo lo contrario, debería impulsarlo a confiar en que “no existe ninguna condenación para los que están en Jesús el mesías” (Romanos 8, 1) y a vivir bajo el impulso del Espíritu (Romanos 8, 4).
Ese impulso del Espíritu, carismático, espiritual, jamás debería traducirse en una sucesión de experiencias. Esa nueva vida tendría sus repercusiones en todas las áreas de la vida personal, incluida la familiar (Efesios 5, 21 ss; Colosenses 3, 18 ss), la laboral (Efesios 6, 5 ss) o la política (Romanos 13). En esa nueva vida, desaparecerían las diferencias entre esclavo y libre, entre hombre y mujer, entre judío y gentil (Gálatas 3, 28). En esa nueva vida, los creyentes no dudarían en renunciar a sus derechos legítimos y a sus razones teológicas para no hacer tropezar a gente más débil que ellos (Romanos 14, 1 ss). En esa nueva vida hasta un amo de esclavos podría ver a una posesión suya como a un hermano (Filemón). Esa nueva vida, a fin de cuentas, todo giraría en torno a la vivencia de una clase de amor distinta de cualquier otra (I Corintios 13).
Además no todo concluiría con la muerte. Al morir, el creyente se reuniría con el mesías (Filipenses 1, 21-23) y recibiría un cuerpo que revistiera su espíritu desnudo (2 Corintios 5, 1 ss). Pero no se trataría de un destino solitario. Jesús regresaría otra vez para que tuviera lugar la resurrección (I Corintios 15), para que los creyentes que aún estuvieran vivos fuera arrebatados a su encuentro en los aires (I Tesalonicenses 4 y 5), para que el cosmos se renovara ante la manifestación de los hijos de Dios (Romanos 8, 19-21) y para que los que amaban su venida estuvieran siempre con él. Serían hechos precedidos por la entrada del número total de gentiles elegidos en la salvación y por la vuelta de Israel hacia Dios y su mesías (Romanos 11, 25-6).
En todos y cada uno de estos aspectos, Pablo expuso unas líneas de pensamiento que no eran originales. Es cierto que pudo ser punzante, agudo, brillante, sólido, bíblico y contundente, pero, en términos generales, no añadió nada sustancial a lo enseñado por Jesús o por sus primeros discípulos. Incluso podía decirse que se limitó a exponer la interpretación judeo-cristiana de las Escrituras. El gran aporte de Pablo no estuvo relacionado, pues, con la creación de una nueva religión ni con la formulación de nuevos dogmas o conceptos teológicos. Discurrió más bien por otros terrenos.
En primer lugar, estuvo su visión estratégica de la predicación del Evangelio en el mundo conocido. Cuando se examinan con cuidado sus viajes, descubrimos a un hombre dotado de un extraordinario talento para la irradiación del mensaje. Las ciudades que eligió para la predicación, la elección de colaboradores, la continuación de la obra tras los primeros pasos, la búsqueda de nuevos objetivos dejan de manifiesto a una mente verdaderamente privilegiada. En un par de décadas, Pablo dejó establecida una red de iglesias que iban de Asia menor a España y que harían sentir su infuencia durante siglos. A ese respecto, muy pocos personajes históricos han dejado en pos de si un legado tan sólido, influyente y duradero en la Historia de la Humanidad.
El segundo aporte de Pablo fueron sus cartas. El peso de las mismas en la vida de la iglesia, del cristianismo y de la cultura occidental resulta tan obvio que no admite discusión. Sin embargo, no se trata sólo de su influencia en la liturgia, de su amplio catálogo de imágenes y símbolos, de su formulación de las verdades del cristianismo. A decir verdad, las grandes revoluciones espirituales en el seno del cristianismo han estado vinculadas mayoritariamente a las obras de Pablo. Fue el caso de la teología de Agustín de Hipona que marcaría su influjo en el cristianismo occidental desde el siglo IV hasta bien entrada la Edad Media. Fue el caso de la teología de la Reforma del s. XVI que cambió la Historia de Occidente partiendo de la recuperación de la doctrina de la justificación por la fe sin las obras de la ley y que determinó la realización de fenómenos trascendentales como la revolución científica, el desarrollo del capitalismo o el nacimiento de la democracia moderna. Fue el caso de la teología de John Wesley y de los “avivamientos” sin los que resulta imposible comprender la evolución pacífica del sistema parlamentario británico o el desarrollo de los Estados Unidos. Todos ellos son ejemplos significativos, pero no exhaustivos de uno de los aportes más extraordinarios realizados por un personaje de la Antigüedad en el terreno de la formulación de las ideas que ha conocido el género humano.
En tercer lugar, el judío de Tarso dejó un tercer aporte que fue, ni más ni menos que, su propia personalidad, una personalidad que ha inspirado la cultura, el arte, el pensamiento y la teología de casi dos mil años. Pablo fue apasionado como se manifiesta en la carta a los gálatas en la que defiende la libertad cristiana sustentada en la creencia en la justificación por la fe frente a la esclavitud que pretende que la salvación es por obra. Pablo fue un genial estratega como nos dejan de manifiesto sus planes para extender el mensaje de Jesús. Pablo fue un pastor tierno, desinterado y amoroso que sufría profundamente por los males que aquejaban a sus comunidades y que estaba dispuesto a cualquier sacrificio y a cualquier renuncia para enfrentarse con ellos. Pablo fue un personaje que logró, como pocos, muy pocos, un extraordinario equilibrio entre la práctica de los dones espirituales en el seno de la congregación, el orden eclesial y la disciplina ética. Pablo fue, al fin y a la postre, un hombre poseido por la certeza de que la vida se podía vivir de otra manera, la que derivaba de haber recibido la salvación del mesías, de contemplar el mundo bajo una luz totalmente distinta y de esperar la segunda manifestación de Jesús. En este último sentido, el judío de Tarso constituye un ejemplo de cómo vivir una existencia plena y entregada, completa y fiel al ideal, rezumante de amor y centrada en lo verdaderamente esencial, una existencia en la que todo lo podía en el mesías que lo fortalecía (Filipenses 4, 13) y en la que el vivir era el mesías y el morir no una expectativa espantosa, negra y terrible, sino una ganancia (Filipenses 1, 21-23).
(FIN DE LA SERIE)
May 25, 2018
Goin´ Up Yonder
A lo largo de nuestra existencia, en realidad, si seguimos a Jesús vamos subiendo de la misma manera que iríamos venciendo los obstáculos para alcanzar la cumbre de una montaña. Por supuesto, pueden darse caídas y resbalones y retrocesos, pero debemos seguir ascendiendo.
Ignoro, a decir verdad, en qué lugar de mi subida me hallo, pero sí sé que esté donde esté, cuando llegue el final de mi existencia, Jesús me estará esperando en la cima porque no confié en mis méritos sino que acepté su invitación para entrar en el Reino de Dios sólo sobre la base de su gracia y de su amor.
Este hermoso himno góspel – Yendo hacia más arriba – recoge como pocos la inmensa alegría de saber que, a pesar de las propias debilidades, aquellos que nos confíamos a Su gracia y no a nuestros supuestos méritos, no dejamos de ascender hacia Dios, que Él no permitirá que caigamos al vacío y que nos acabaremos encontrando con Su amor en la cima. Seguramente, no les sorprenderá si les digo que es uno de mis himnos evangélicos preferidos. A decir verdad, soy incapaz de escucharlo sin emocionarme.
Les dejo una versión del Coro Gospel de Madrid. Sin comentarios. Saquen ustedes sus conclusiones y, como siempre, God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
May 24, 2018
Mateo, el evangelio judío (XVII): El segundo gran discurso (c. 10) (I): los apóstoles
Tras el Sermón del monte – verdadero Génesis de la vida del discípulo – Mateo registra el discurso de envío de los discípulos – auténtico Éxodo – como base del pueblo de Dios de la misma manera que lo era el Israel liberado de Egipto.
De hecho, los capítulos anteriores nos han ido mostrado a un Israel en la situación de ovejas sin pastor (9: 35-38) que no sólo no encuentra remedio a sus males sino que incluso debe sufrir como la interpretación rabínica de la Torah – por ejemplo, en relación con el shabbat – es esclavizante. Todo ese entramado no podía dar respuesta a las necesidades humanas y, de hecho, Jesús establece un nuevo Israel sustentado no sobre doce tribus sino sobre doce apóstoles dotados de un poder inexistente en las autoridades religiosas de la época. En esta entrega vamos a detenernos en el significado de los apóstoles, pero adelantemos que aquellos apóstoles tenían autoridad sobre los espíritus inmundos y para sanar (10: 1). No hace falta decir que en aquellos sistemas religiosos donde se pretende suceder a los apóstoles, no cabe esperar de los presuntos sucesores ni que tengan autoridad sobre los demonios – no sería poco que no fuera a la inversa – y mucho menos que puedan curar toda enfermedad.
Las fuentes históricas apuntan tras la muerte de un Jesús a un gobierno de un grupo conocido como los Doce desde los primeros momentos de la comunidad judeo-cristiana. Estos aparecen en cuatro listas diferentes. A la de Mateo 10, 2-4, se suman las de Mc 3, 16-9, Lc 6, 14-16 y Hch 1, 13, omitiéndose en este último caso a Judas Iscariote. Juan no da ninguna lista pero menciona a los “Doce” como grupo (Jn 6, 67; 20, 24) y en el mismo sentido se perfila la información que conocía Pablo (1 Cor 15, 5).
Convencionalmente, se han solido dividir las listas en tres grupos de cuatro y ése es el sistema que seguiremos en nuestra exposición refiriéndonos también al desarrollo posterior.
“a) Primer grupo de cuatro.”
El apóstol mencionado en primer lugar es siempre Simón, cuyo nombre fue sustituido por el sobrenombre “Petrós” (piedra), seguramente una traducción del arameo “Kefas”. Este cambio debe ser muy antiguo – los Evangelios lo retrotraen de hecho al periodo de la vida de Jesús – dado que Pablo ya lo conoce con ese sobrenombre. A juzgar por los datos que nos proporcionan las fuentes primitivas, fue uno de los tres discípulos del grupo más íntimo de Jesús. Con todo, deberíamos ser cuidadosos a la hora de superponer sobre la figura de Pedro construcciones teológicas que son muy posteriores. De hecho, resulta claro en las fuentes que su función se hallaba subordinada a la del resto de los apóstoles (Hch 8, 14), que tenía que rendir cuentas no sólo a éstos sino también al resto de los hermanos (Hch 11, 1 ss) y que en alguna ocasión se enfrentó con una evidente oposición por parte de otros dirigentes del cristianismo (Ga 2, 11 ss). Asociada muy de cerca a la figura de Pedro se halla la de su hermano Andrés (Jn 1, 40-1; Mc 1, 16) [1].
Santiago y Juan eran, como los dos hermanos anteriormente citados, pescadores en Galilea (Mc 1, 19). Se ha especulado con la posibilidad de que su madre (Mt 27, 56) fuera la Salomé, hermana de la madre de Jesús (Mc 15, 40; Jn 19, 25). Tal hecho convertiría a Santiago y Juan en primos de Jesús. Este grupo de tres, según el testimonio de las fuentes, parece haber mantenido una relación muy estrecha con Jesús durante el ministerio de éste (Mc 9, 2; 5, 37; 14, 33). Ocasionalmente, se menciona un grupo de cuatro en el cual se incluye a Andrés (Mc 1, 29; 13, 3).
“b) Segundo grupo de cuatro.”
Felipe era de Betsaida y parece haber sido un amigo íntimo de Andrés (Jn 1, 44; 6, 5-8; 12, 22). En cuanto a Bartolomé, carecemos de datos, aunque se ha intentado identificarlo con Natanael (Jn 1, 45-6; 21, 2). Los Padres mismos manifiestan posturas encontradas sobre el tema y no se puede rechazar la posibilidad de que se trate de dos personas distintas, siendo Natanael alguien ajeno al grupo de los Doce. En cuanto a Tomás, denominado “el gemelo” en Jn 11, 16 y 20, 24, carecemos también de datos. Mateo, muy posiblemente, debe ser identificado con el Leví de otras listas y es el autor del primer Evangelio.
Ciertamente, los Hechos hablan de un Felipe pero éste no puede ser identificado con el apóstol, ya que fue elegido para formar parte del grupo de los diáconos y luego desempeñó una tarea de evangelización (Hch 6, 5; 8, 5-40; 21, 8).
“c) Tercer grupo de cuatro.”
Tanto Judas Iscariote como Simón el zelote o Santiago de Alfeo no parecen ocasionar problemas en cuanto a su identidad histórica, pero no puede decirse lo mismo del personaje situado en décimo lugar en Mateo y Marcos y en onceavo en Lucas y Hechos. De hecho, aparecen tres nombres (Lebeo, Tadeo y Judas). Lo más posible es que haya que identificar a Tadeo con Judas el hermano de Santiago, siendo Lebeo sólo una variante textual del mismo[2].
Se ha discutido mucho lo que implicaba el apostolado. El término deriva del infinitivo griego “apostellein” (enviar) pero no era muy común en griego. En la Septuaginta, sólo aparece una vez (1 Re 14, 6) como traducción del participio pasado “shaluaj” de “shlj” (enviar). Precisamente tomando como punto de partida esta circunstancia, H. Vogelstein[3] y K. Rengstorf[4] conectaron la institución de los apóstoles con los “sheluhim” rabínicos. Esta tuvo una especial importancia a finales del s. I e inicios del s. II d. de C. y consistía en comisionados rabínicos enviados por las autoridades palestinas para representarlas con plenos poderes. Los “sheluhim” recibían una ordenación simbolizada por la imposición de manos y sus tareas - que, muchas veces, eran meramente civiles - incluían ocasionalmente la autoridad religiosa y la proclamación de verdades religiosas. La tesis resulta muy atractiva incluso hoy en día pero tiene el inconveniente de que no poseemos referencias a los “sheluhim” paralelas cronológicamente a los primeros tiempos del judeo-cristianismo palestino.
Hoy en día, se tiende a conectar nuevamente la figura del apóstol con la raíz verbal “shlj” que es vertida en la Septuaginta unas setecientas veces por “apostollein” o “exapostollein”. El término generalmente hace referencia a alguien enviado por Dios para una misión concreta como es el caso de Moisés, los profetas, etc, algo que coincide con los datos neotestamentarios relacionados con la misión de los apóstoles (Lc 24, 47-48; Mt 28, 19-20; Jn 20, 21; Hch 1, 8; Mc 16, 15).
Con posterioridad, el apóstol quedaría relacionado con las características de 1. haber visto a Jesús resucitado (1 Cor 15, 5) y 2. haber vivido con él desde la época del bautismo de Juan hasta su ascensión (Hch 1, 22). Sobre la misión que les encomendó Jesús en este discurso hablaremos en la próxima entrega.
(CONTINUARÁ)
[1] P. M. Peterson, ”Andrew, brother of Simon Peter”, Leiden, 1958.
[2] A. T. Robertson, ”Una armonía de los cuatro Evangelios”, El Paso, 1975, pgs. 224-6. En el mismo sentido, M. J. Wilkins, “Disciples” en ”DJG”, p. 181, alegando, principalmente, la existencia de una coincidencia total en el resto de los nombres.
[3] H. Vogelstein, “The Development of the Apostolate in Judaism and Its Transformation in Christianity” en ”HUCA”, 2, 1925, pgs. 99-123.
[4] K. Rengstorf, “Apostolos” en ”TDNT”, vol. I, pgs. 407-47.
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