César Vidal's Blog, page 4

July 1, 2018

Ya les advertimos sobre Soros

El amago de nombramiento para director de RTVE de un hombre de Soros – y de Podemos – ha llevado algunos a mencionar, siquiera de pasada al personaje.

Han sido pocos porque algunos medios publican sus artículos en España y no son pocos los que están a su disposición. Ni que decir tiene que la mayoría se ha callado o por miedo o por ignorancia o porque ya les gustaría que los comprara Soros. Sin embargo, nosotros llevamos años advirtiendo. En La Voz nos hemos referido a su alianza con Hillary y con el papa Francisco y a su papel en la secesión de Cataluña o en el impulso de la ideología de género. Lo hemos hecho desde hace años. Con un crowdfunding que apenas supera el 65 por ciento no sé si habrá una nueva temporada para contar lo que otros callan, pero hasta donde hayamos llegado habremos cumplido con nuestro deber. En recuerdo de tantas veces que no sólo nos adelantamos a otros medios sino que incluso contamos lo que nadie quiso contar les dejo con uno de esos editoriales. Verán ustedes por qué los que insisten en que el problema es la partitocracia no pasan de ser unos superficiales deplorables. Por encima de los partidos, hay poderes mucho más vigorosos. Que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!



Y aquí está el editorial





http://www.cesarvidal.com/index.php/Podcast/escuchar-podcast/editorial_los_eurodiputados_confiables_de_soros_09_03_17

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Published on July 01, 2018 23:00

June 30, 2018

Jesús, el judío (V): Las tentaciones

Tras la experiencia del bautismo, Jesús se retiró al desierto. Una acción semejante hundía sus raíces en la Historia del pueblo judío.

Moisés había recibido la revelación directa de YHVH, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en el desierto del Sinaí (Éxodo 3). Lo mismo podía decirse de Elías el profeta (1 Reyes 19). Más recientemente, los seguidores del Maestro de Justicia habían establecido su comunidad en el desierto, cerca de Qumran y el propio Juan el Bautista había actuado de manera semejante (Mateo 1, 1-8; Marcos 3, 1-12; Lucas 3, 1-9, 15-17; Juan 1, 19-28). Al marcharse al desierto – insistamos en ello – Jesús se alineaba con la experiencia histórica del pueblo de Israel.



La intención de Jesús al dirigirse al desierto era “para ser tentado por el Diablo” (Marcos 1, 12-13; Mateo 4, 1-11; Lucas 4, 1-13). Aunque se han producido varios intentos de negar la historicidad de ese episodio, los relatos que nos han llegado rebosan de autenticidad. En ellos nos encontramos con un Jesús que tenía ante si diversas maneras de ejecutar su vocación mesiánica. Sin embargo, de manera bien reveladora, la concepción propia de Jesús – a la que nos referiremos con más extensión más adelante – ya estaba trazada al menos en sus líneas maestras antes de dar inicio a su ministerio público y así quedaría de manifiesto en el episodio de las tentaciones en el desierto.



A juzgar por lo recogido en las fuentes – unas fuentes cuyo contenido puede derivar de relatos narrados por Jesús a sus discípulos con posterioridad – las opciones eran diversas. Podía optar por lo que denominaríamos la “vía social”, la de pensar que la gente necesita fundamentalmente pan, es decir, la cobertura de sus necesidades materiales más primarias (Lucas 4, 4). Podía optar también por un ministerio religioso de carácter espectacular que atrajera a las masas en pos de él (Lucas 4, 9-11). Incluso podía lanzarse a la conquista del poder político (Lucas 4, 6-8).



Esas tres tentaciones “mesiánicas” se han repetido vez tras vez a lo largo de la Historia – podría decirse que incluso siguen presentes entre nosotros a día de hoy – y, desde luego, no son pocos los que han caído en ellas guiados quizá por las mejores intenciones. Sin embargo, Jesús vio detrás de cada una de ellas la acción del mismo Satanás y llegó a esa conclusión partiendo del conocimiento que tenía de las Escrituras, un conocimiento esencial para poder rechazarlas.



Jesús era consciente – lo demostró una y otra vez a lo largo de su vida – de que el hombre necesitaba el pan para sustentarse. Sin embargo, a la vez, sabía que el ser humano no puede vivir sólo de pan porque la Biblia enseña que, para serlo plenamente, necesita “toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4, 4; Lucas 4, 4).



También sabía Jesús que detrás de muchas predicaciones religiosas en las que el protagonista parece rezumar fe y resolución tan sólo escondían una escalofriante falta de respeto hacia la voluntad de Dios (Mateo 4, 7; Lucas 4, 12). En lugar de poner de manifiesto el favor divino y la fe constituían irreverentes tentaciones al poder del único Dios verdadero.



Finalmente, y, de manera muy clara, Jesús no pasó por alto que ni siquiera el dominio sobre todos los gobiernos de la tierra justifica o legitima la menor concesión al Diablo que los domina (Mateo 4, 10; Lucas 4, 8). Porque era el mesías, el Hijo de Dios, no podía ceder a ninguna de esas tentaciones que reducían todo al activismo social, a la espectacularidad religiosa o al poder político. Difícilmente, podía resultar el mensaje de Jesús más actual.



Frente a esas tres opciones, el mensaje de Jesús, como mesías, como el Hijo de Dios, sería, por eso mismo, semejante al que había proclamado durante cerca de medio año Juan el Bautista. Se trataba de un mensaje de Evangelio, es decir, de Buenas noticias que es lo que la palabra significa en griego. Éste consistía esencialmente en anunciar que había llegado la hora de la teshuvah, de la conversión. Ya se había producido el momento en que todos debían volverse hacia Dios y la razón era verdaderamente imperiosa: Su Reino estaba cerca. Había llegado el momento de anunciar aquella Buena Nueva y el primer escenario de su predicación sería, como siglos antes había señalado el profeta Isaías, la región de Galilea (Isaías 9, 1-2).





CONTINUARÁ

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Published on June 30, 2018 23:35

June 29, 2018

Why Should The Devil Have All The Good Music?

Fue Lutero el autor de la frase precisamente en unos momentos en que la Reforma devolvía la música de los cultos al pueblo.

Desde hacía siglos, como tantas cosas buenas, esa música había estado secuestrada en manos de clérigos manteniendo apartada a la gente que no formaba parte de esa casta privilegiada. La Reforma, sin embargo, no sólo devolvió la música al pueblo sino que además le dio un impulso extraordinario de belleza, espiritualidad y elevación que perdura hasta el día de hoy.



Allá por los años setenta un cantautor llamado Larry Norman que deseaba acercar a la gente a Jesús valiéndose de la música volvió a repetir la frase de Lutero intentado expresar verdades eternas valiéndose del rock and roll. La distancia de los corales de Lutero o de Bach era inmensa, pero la idea seguía siendo la misma. Es absurdo que la buena música esté en manos del Diablo porque, al final, hasta los seguidores del Diablo acabarán ofreciendo sólo música mala como queda a la vista a día de hoy.



Les dejo con la canción de Larry Norman – que yo sepa nunca se hizo una versión española – y con una versión de Cliff Richard. Les animo a escuchar buena música compuesta para honrar a Dios y no para aburrir a las ovejas. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Y aquí está Larry Norman



www.youtube.com/watch?v=oc6fz6kAejk





Y aquí Cliff Richard





https://www.youtube.com/watch?v=OZxQerVuHqw

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Published on June 29, 2018 23:33

June 28, 2018

Mateo, el evangelio judío (XX): La decisión (II): Rechazar o acudir (11: 15-29)

A fin de cuentas, ante Jesús el mesías sólo caben dos opciones. La primera, por supuesto, es la de rechazarlo. No necesariamente tiene que tratarse de rehusar formalmente. Basta con cerrar los oídos, con mirar para otro lado, con no responder.

No son pocos los que a lo largo de la Historia han insistido en el inmenso papel de los hechos milagrosos para enfrentarse con esa tesitura, pero esa afirmación carece de base real. Por supuesto, para los que han construido su fortuna religiosa sobre la base de los milagros reales o supuestos no hay discusión alguna. Saben de sobra que los que acuden en busca del prodigio darán dinero y lo que sea para obtenerlo. Incluso prestarán su adhesión religiosa. Sin embargo, no nos engañemos. El prodigio es siempre secundario y además no garantiza la respuesta. Jesús es muy claro al respecto. Las poblaciones de Galilea habían sido testigo de milagros que hubieran movido los corazones de Tiro, Sidón e incluso Sodoma (11: 20-24). Sin embargo, nada había cambiado en su conducta y no se habían vuelto hacia Dios. De esa manera, sólo habían acumulado juicio (11: 22 y 24).



No, la respuesta no deriva de los milagros. Procede de algo mucho más profundo y difícil de aprehender, de la misma acción de Dios. Es el Padre el que toca el corazón de los que desea, muchas veces aquellos que nadie esperaría, los menores, los ínfimos, los considerados inferiores (11: 25-26). Y es que, a fin de cuentas, a Dios sólo lo conoce cabalmente Su Hijo - ¡qué terrible para los que se dedican a decir cómo es Dios! – y aquel a quien el Hijo se lo revele (11: 27). La afirmación de Jesús resulta de una enorme trascendencia. No pretendía ser un rabino – ni siquiera el más sabio – o un fariseo liberal o un maestro de religión. Afirmaba ser el Hijo de Dios, el único que realmente conocía a Dios. De ahí, su relevancia. Rechazarlo implicaba la horrenda perspectiva de juicio. Aunque por las venas de esas personas corriera la sangre de Abraham, su juicio sería más terrible que el de Sodoma. Pero existía una alternativa.



La alternativa era escuchar a Jesús y acudir a él. Entendámoslo bien. No se trataba de cumplir con ritos, de seguir ceremonias, de apuntarse a un código, de afiliarse a un club religioso concreto de creer en méritos propios. Se trataba y se trata, sustancialmente, de sentirse - ¡y reconocerse! – como cansados y cargados e ir a Jesús como el único que puede traer alivio y descanso para el ser humano. Quizá estas palabras de Jesús se encuentran entre las más hermosas que pronunció, pero van mucho más allá. Contienen todo un esquema de la salvación – que sólo puede ser por gracia y nunca por obras – y de la realidad de la condición humana así como de la esperanza con que cuenta.



El que acude a Jesús y coloca sobre si el yugo del Maestro encontrará descanso por la sencilla razón de que el yugo y la carga de Jesús – aunque parezca lo contrario – son los más ligeros, mucho más que los derivados de la soberbia, del poder, de la codicia o de la vanidad.



Al final, nuestra existencia se reduce a aceptar o rechazar, a recibir descanso o encastillarnos en nuestro pecado – palabra que nadie se atreve a mencionar a día de hoy empezando por los clérigos – a encontrarnos con El más allá del umbral de la muerte o recibir un castigo peor que el de Sodoma.





CONTINUARÁ

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Published on June 28, 2018 23:00

June 27, 2018

Sánchez, escuche a Sánchez

“España, meca del turismo o leyenda de la guerra civil. Todo mezclado con Lorca. Yo ya estoy harto de Lorca. Mujeres estériles, dramas rurales… ¡ya basta!... yo no estuve en Teruel ni en la batalla del Ebro.

Los que hacen cosas por España, cosas importantes, no estuvieron allí. Tienen 30 años, a ellos los mueve el futuro, no el pasado. España no es el 36… los combatientes ¿qué aportan?”. Estas palabras no pertenecen a un facha, a un cargo del PP, a un obispo. Las pronunciaba Diego, un miembro del comité central del PCE en la película La guerre est finie. Diego era una proyección del guionista, Jorge Semprún – Federico Sánchez en la clandestinidad – que expresaba una indiscutible realidad. Ya en los años sesenta, hace medio siglo, la guerra civil había dejado de tener sentido para el futuro de España. Dijera lo que dijera Carrillo al frente del PCE, Franco no caería gracias a la Huelga General Revolucionaria por la sencilla razón de que España pasaba por un innegable desarrollismo, la gente vivía mejor que en los treinta y la guerra civil era un desastre que todos querían superarr, Lorca incluido. Mantener esa posición le costó a Semprún – y a Fernando Claudín – la expulsión del PCE. Seguían siendo hombres de izquierda, pero sensatos y anticipando lo que iba a suceder en la España futura. Una década después, el propio PCE se rindió a la evidencia y pactó una Transición en unos términos nada desfavorables. El mismo Jorge Semprún llegaría a ministro de un gobierno socialista presidido por Felipe González. Esa cordura – la guerra civil no pinta nada en la España del futuro y Lorca es no pocas veces un peñazo salvo para aquellos que viven del cuento de buscar su tumba – duró hasta inicios de los años noventa cuando la izquierda temió perder el poder. Regresó con necia virulencia en la siniestra etapa de ZP cuyos males perversos sigue España sin superar. Se ha convertido en bandera de gente que está ayuna de ideas o que, directamente, son hijos de terroristas y admiradores de asesinos de las checas. No estaría mal que Sánchez (Pedro), que no aparece especialmente nutrido de lecturas, escuchara a Sánchez (Federico). Porque la guerra terminó hace mucho y ya hace medio siglo había que ser muy necio o muy fanático para pretender que siguiera hipotecando el futuro de España.

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Published on June 27, 2018 23:00

June 26, 2018

El ciudadano ilustre

No hay año en que el cine argentino no produzca alguna película de interés.

En algunos casos, se trata de cintas – La historia oficial, El hijo de la novia… - que llegan a obtener un óscar. El ciudadano ilustre es una de esas películas verdaderamente notables. Un argentino laureado con el premio Nobel de literatura cae en una crisis creadora. Mientras le llueven premios y reconocimientos, se ensimisma y deja de escribir. Es más, anula compromisos porque no le apetece cumplir con ellos. Es entonces cuando recibe una invitación para regresar a su pueblo natal del que salió hace cuarenta años y desarrollar en unos días algunas actividades además de recibir la medalla de ciudadano ilustre. De manera sorprendente, el escritor decide aceptar y vuelve a su patria chica. El inicio es prometedor, emotivo, incluso cálido. Sin embargo, pronto van surgiendo otras situaciones. El que se empeña en llevarte a casa a comer, el que te pide dinero convencido de que a un escritor le sobra, el envidioso, la grupi que quiere colarse en la habitación del hotel, el agresivo, el que se siente resentido porque no puede utilizar al escritor como habría sido su deseo… y, así, poco a poco, la primera reacción va cambiando.



No voy a cometer la monstruosidad de contarles el desarrollo final de la película y mucho menos el desenlace. Sí puedo decirles que a medida que iba transcurriendo el metraje yo tenía la sensación de que la acción no tenía lugar en una población argentina llamada Salas – supongo que imaginaria – sino en cualquier pueblo, aldea o ciudad española. A fin de cuentas, aunque muchos se empeñen en seguir mirando a los hispanoamericanos por encima del hombro y en repetir una leyenda rosada que afirma que los españoles llegaron hace cinco siglos sembrando bendiciones, la realidad histórica es muy diferente. Su piel puede ser en algunos casos más oscura – no en el caso de los argentinos que son los más europeos de Hispanoamérica – pero la cultura es la misma. Hace años, un personaje con el que yo tenía más amistad que la que él tenía conmigo insistía en decir que la política española se iba a argentinizar. Era un ingenuo. La política hispanoamericana siempre se ha parecido enormemente – con los matices que se quiera – a la española y viceversa. Cuando se ve una película como ésta y se piensa bien se empieza a comprender por qué.

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Published on June 26, 2018 23:14

June 25, 2018

La limpiadora

A veces suceden situaciones sencillas que acaban teniendo el calibre de una revelación. Me pasó la semana pasada con algo tan sencillo como quedarme sin limpiadora. Habitualmente, no la necesito. Soy yo quien, casi a diario, lava, friega, cocina y barre sin mayor problema y como ando solo ensucio poco.

Sin embargo, mi hija venía y cuando tienen lugar esos eventos – por ejemplo, la visita de un huésped – suelo llevar a cabo la limpieza general por medio de persona interpuesta. Un lujo aislado como ése sí me lo puedo permitir. Pues bien, unas horas antes de que el avión que traía a mi hija aterrizara, la limpiadora desapareció. De nada sirvió telefonearla. Menos todavía que un amigo se acercara por su casa. A la mujer se la había tragado la tierra y no había manera de dar con ella. Y entonces me encontré, por primera vez en mi vida, con una limpieza general realizada además contrarreloj, es decir, antes de salir disparados al aeropuerto para recoger a mi hija.



Que el imprevisto fue un incordio que complicó todavía más mi ya de por si disparatado horario resulta innegable. Sin embargo, a la vez, descubrí dos cosas útiles. La primera es que no se requieren especiales habilidades – más allá de la pulcritud y del cuidado – para realizar una limpieza general de una casa. A decir verdad, si uno se organiza bien, hay cosas que se van haciendo solas – la colada, la vajilla… - mientras uno se emplea en las otras. Es un trabajo físico, sí, pero bastante liviano. Mucho más de lo que yo había pensado nunca, limitado como había estado a sólo alguno de sus aspectos. Tengo hasta la sensación de que hacer todo en un período corto y concentrado de tiempo resulta más sencillo que realizar una tarea hoy y otra mañana. Vamos que no es ser minero ni leñador.



Mi segundo descubrimiento es que las limpiadoras – en este país por lo menos – están muy bien pagadas. Las que yo he conocido no tienen ni el bachillerato, se expresan con dificultad en inglés – si es que se expresan – y, a veces, no sé siquiera si cuentan con la residencia. A pesar de todo, he realizado cálculos y me traería cuenta, económicamente hablando, dedicarme a limpiar y dejar las actividades que desarrollo habitualmente. No digo esto porque no perciba dinero por el programa de La Voz y no esté nada claro este año como va a quedar el crowdfunding. Lo señalo porque es totalmente cierto. Una limpiadora que se trabaje un par de casas al día aquí en el sur de la Florida gana mucho más que yo al mes y, según me dicen, en algunas zonas sus ingresos todavía son superiores. Si además no declaran lo que ganan ya no quiero ni pensar.





No voy a decir que me haya quedado trastornado al percatarme de estas circunstancias, pero el fogonazo ha sido colosal. No se trata sólo de que una limpiadora gana mucho más en una semana que la gente que trabajaba a mis órdenes en Es.Radio en un mes y eso a pesar de que aquellos empleados eran universitarios y tenían experiencia laboral. Es que realizan un trabajo mucho más liviano que el que me clava a mi a una silla horas y horas. Se lo adelanto y el que no avisa no es traidor. Si en septiembre, Dios mediante, no regreso no se sorprendan. Simplemente, se trata de que he decidido asegurar mi ancianidad y he comenzado trabajando como limpiador doméstico.

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Published on June 25, 2018 23:11

June 24, 2018

El silencio

Mi infancia y adolescencia transcurrieron durante el franquismo. Fueron suficientes para comprobar que, en comparación con los regímenes comunistas, la dictadura era relativamente suave y que, a la vez, había conseguido articular unos mecanismos de control social que facilitaban la represión.

Por ejemplo, la gente podía estar en contra de lo que entonces se llamaba el nivel de vida, de la censura o del clero e incluso podía criticar todo con acritud en familia, pero se callaba como una ramoneta en público lo mismo si se trataba del trabajo, de una cafetería o de un entierro. El régimen no necesitaba contar con el KGB o la Stasi por la sencilla razón de que los españoles habían captado las pésimas consecuencias de decir lo que pensaban sobre ciertos temas. Esa situación la vivimos en España desde hace años. A la inmensa mayoría de la gente le angustia la llegada descontrolada de inmigrantes ilegales, está hasta el gorro de la ideología de género, sufre arcadas al contemplar a los nacionalistas catalanes y siente una mezcla de asco y resentimiento hacia la Agencia tributaria difícil de describir verbalmente. Incluso cada vez son más los que abominan del sistema autonómico. Sin embargo, como sucedía en la época de Franco, nadie se atreve a decir nada fuera de círculos reducidos. Incluso atreverse a hacerlo en lugares como las redes desencadena que la policía del pensamiento aparezca para dar más palos que los antiguos grises en una manifestación de estudiantes. El resultado de esta censura es el silencio de los que no están dispuestos a comulgar con ruedas de molino, pero es también una falsa impresión de lo que siente la sociedad. Igual que Fraga creía que, tras la muerte del dictador, el setenta por cien de la población – la mayoría de los callados – lo apoyaría y del régimen quedó poco más que los pantanos, la paga de julio y la seguridad social, en España, el día menos pensado, nos vamos a llevar una sorpresa. Igual que en Estados Unidos, los medios y los que no eran medios jalearon a la invencible Hillary Clinton para descubrir que las elecciones – como algunos anunciamos – las ganaba Trump, en España existe una mayoría harta de tener que callar lo que siente aunque sea de sentido común. Sólo falta la aparición de una fuerza que la aglutine y entonces del silencio actual no quedará mucho más que del propio del franquismo.

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Published on June 24, 2018 23:12

June 23, 2018

Jesus, el judio (IV):  “Siendo emperador Tiberio…” (III): Del desierto a Galilea

La detención de Juan provocó una crisis lógica entre sus seguidores. Su predicación no tenía visos de convertirse en realidad y, por añadidura, él mismo se hallaba confinado en una mazmorra. ¿Qué iba a suceder en el futuro?

Algunos de sus discípulos siguieron esperando su liberación, continuaron predicando y bautizando e incluso, en un momento dado, lo identificaron con el mesías. Como ya hemos indicado, todavía en la actualidad, algunos siguen venerándolo. Sin embargo, esa postura no fue generalizada. Según las fuentes evangélicas, Juan había señalado previamente como el mesías esperado a un primo suyo al que había bautizado e incluso antes de su detención algunos de sus discípulos ya se habían unido a él. El pariente de Juan no era otro que Jesús.



Resulta indiscutible que Juan bautizó a Jesús en algún momento del año 26 d. de C. Sin embargo, no parece que Jesús formara parte de su grupo de seguidores – a decir verdad, éstos no lo conocían cuando se encontraron con él tiempo después (Juan 1, 35-51) – y tampoco tenemos datos, más bien todo lo contrario, de que se identificara como pecador. ¿Por qué, pues, se hizo bautizar Jesús por Juan? Se ha señalado que lo que Jesús pretendía era identificarse con los pecadores que acudían hasta Juan. Semejante motivación, sin embargo, dista mucho de resultar convincente y, en cualquier caso, no exigía el bautismo para ponerse de manifiesto.



Parece más verosímil que Jesús estuviera buscando en Juan el reconocimiento formal de un profeta, es decir, la legitimación que cualquier rey de Israel necesitaba para ser reconocido como tal. Así, había sido, por ejemplo, con David reconocido como rey legítimo por el profeta Samuel (I Samuel 16). A fin de cuentas, Juan era un profeta que además procedía, por añadidura, de clase sacerdotal (Lucas 1, 5-25). Si alguien debía reconocer a un verdadero mesías tenía que ser él.



Las fuentes refieren que en el curso del bautismo, Jesús atravesó una experiencia que le confirmó en su autoconciencia de ser el mesías y el Hijo de Dios (Mateo 3, 13-17; Lucas 3, 21-23). Este tipo de experiencias carismáticas estuvieron presentes en las vocaciones religiosas de algunos de los personajes más relevantes de la Historia judía que incluso llegaron a relatarla como fue el caso de Isaías (Isaías 6, 1 ss), Ezequiel (Ezequiel 2, 1 ss) o Zacarías (Zacarías 1, 1 ss). Jesús había recibido una clara confirmación que – no podía ser menos – se había producido en términos estrictamente judíos. Un profeta de Dios lo había reconocido como el ungido. Además, había pasado por una experiencia personal que corroboraba ese testimonio.



Por añadidura, la confirmación de la vocación mesiánica de Jesús no quedó empero limitada a él. De hecho, también Juan quedó convencido de la veracidad de las pretensiones del judío de Nazaret (Juan 1, 19-28). Incluso se lo indicó así a algunos de sus discípulos (Juan 1, 29-42).



La cuestión, sin embargo, era dilucidar qué clase de mesías iba a ser Jesús. La respuesta en no escasa medida quedaría de manifiesto en los días siguientes a su bautismo.





CONTINUARÁ

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Published on June 23, 2018 23:10

June 22, 2018

Salmo 121

Uno de los muchos aportes extraordinarios de la Reforma fue el de devolver la alabanza de Dios al pueblo.

Durante siglos – y a diferencia de lo que había sucedido en el Antiguo Israel y entre los primeros cristianos – la música fue hurtada a la congregación y depositada en las manos y las voces de los monjes y clérigos. Artísticamente, semejante paso pudo ser más o menos afortunado, pero no cabe la menor duda de que contribuyó como tantos otros a alejar a la inmensa mayoría de la gente del culto divino. Los ritos eran en latín, lengua hermosa, pero que no entendía nadie salvo clérigos y alguna persona excepcional que dispusiera de algo de educación; la Biblia no era accesible a un pueblo analfabeto y, para remate, incluso la música era cosa de unos pocos. La Reforma devolvió la Biblia al pueblo al que, de paso, alfabetizó para que pudiera leerla; estableció cultos en lengua vernácula para que se entendiera la predicación del Evangelio y, de manera extraordinariamente importante, depositó en manos de todo el pueblo la música. Igor Stravinsky llegó a afirmar que con el coral protestante la música clásica tocó techo. La afirmación se puede aceptar o rechazar, pero lo que es indiscutible es que aquellos corales fueron la base del desarrollo musical posterior que pasó por figuras típicamente protestantes como Bach o Haendel y que, sobre todo, la alabanza cantada dejó de ser patrimonio exclusivo de monjes o canónigos para ser entonada por todo el pueblo precisamente como lo marca la Biblia. Durante siglos, Biblia, predicación, cantos habían estado secuestrados en lo que al pueblo se refiere. La Reforma libertó todos estos aspectos en beneficio de todos.



Entre los himnarios al alcance de todos a partir de entonces – siempre que vivieran en un lugar que hubiera abrazado la Reforma - hubo algunos cuya belleza sigue causando la más honda de las impresiones a día de hoy. He escogido una versión coral del Salmo 121, ese hermoso texto en que el salmista se pregunta de dónde vendrá su socorro y responde que éste viene de YHVH el creador, El que no se duerme como guardador, El que cuida de día y de noche, El que protege a la entrada y a la salida. Para una minoría ferozmente perseguida como eran los reformados del siglo XVI, el salmo resultaba una hermosa promesa. Día y noche, ponían su confianza en Dios para que los protegiera de la Inquisición dispuesta a convertirlos en pavesas, de los parientes dispuestos a asesinarlos como sucedió con protestantes españoles y franceses, de la pérdida no solo de la hacienda sino también de la libertad y de la vida, de tantos peligros frente a los cuales sólo les quedaba entregarse totalmente al amor de Dios. La manera en que prevalecieron a pesar de las más feroces persecuciones y además contribuyeron a sentar nuevas bases para sus naciones son clara muestra de que no confiaron en vano.



Les dejo con dos versiones de este bello himno. La primera es clásica y coral mientras que la segunda es instrumental y se debe a Goudimel. Les sugiero que las escuchen mientras leen el Salmo 121 y lo aplican a su existencia. Disfruten de la Palabra de Dios y de la pieza musical. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!





Ésta es la versión coral



/www.youtube.com/watch?v=ZEXa0kUYHLQ





Y ésta es la versión de Goudimel





www.youtube.com/watch?v=ioKxMuNVbEw

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Published on June 22, 2018 23:09

César Vidal's Blog

César Vidal
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