Miguel Lozano's Blog, page 12
November 30, 2016
El hombre como animal social (2016)
Si suprimimos nuestros prejuicios, complejos y máscaras, desnudándonos como especie, podremos entonces entender la construcción social que nos rodea. Ejercicio difícil en verdad, imposible emprenderlo solos. Necesitaremos de otro humano que nos apunte con el dedo y haga notar nuestras verdades, ya que a veces un espejo no es suficiente.
José Manuel León logra colocar este reflejo frente a la sociedad a través de sus pinturas, pero no se limita a copiarla: pone el dedo en la llaga. Lo logra con la herramienta más poderosa disponible para el hombre: la abstracción. Mediante ésta, cualquier tema, realidad y sentimiento deviene recursos pictóricos y el arte transforma el mensaje más directo en elocuencia.
Con fuerte carga post-surrealista, las figuras geométricas y los colores intensos representan a un hombre fragmentado, transformado en animal debido a sus partes faltantes. En “Personajes dialogando”, por ejemplo, un trío de seres incompletos son incapaces de comunicarse por culpa de aquello que carecen: Su incapacidad de comprender al otro. En “Todos contra todos I y II” esta incompletud se manifiesta en violencia, dominación.
El hábitat humano es ahora la sociedad, nuestra autopoiesis nos ha transformado en un animal político. Un animal con tradiciones que se abandonan y retoman, males que persisten evoluciones y revoluciones, esperanzas y compromisos. Momentos de gloria y bajeza, de genialidad y estupidez. Un animal contradictorio pero autoconsciente.
En este momento el artista y su arte pueden ayudar a despertar una introspección o detonar la metamorfosis. El artista observa su realidad, nutre con ella su obra, la transforma y reinterpreta. Echa la mirada dentro de sí, muy profundo. Habla de su reflejo a través de su obra. El arte más sublime trata, directa o indirectamente, del mismo artista, si éste tuvo el valor de otear su interior. Estos ejercicios logran el fin máximo de la obra de arte: construir un nuevo ser humano. Esta exposición es uno de tales intentos.
(Texto de sala para la exposición de pintura "El hombre como animal social" de José Manuel León, inaugurada el en Instituto de Cultura de Baja California en Tijuana).
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November 14, 2016
Dos presidentes, un mismo motivo
No debía ser sorpresa que Donald Trump ganara las elecciones de Estados Unidos. A pesar de eso, quedé sorprendido. Fui uno de los muchos que creyó las encuestas, reportajes y opiniones que circulaban en los medios. Todos le apostaban a Hillary Clinton. Ingenuamente pensé que una persona acusada de acoso sexual, con las declaraciones que cargaba a cuestas, no podría ganar en un país tan puritano. Me equivoqué a lo grande.
Sin embargo, puede entenderse tal victoria a través del miedo. No el miedo a Trump, el miedo al cambio. Trump representa ese dinosaurio que ha revivido para ver si logra poner orden en el aparente caos. Esta victoria es similar a la de Peña Nieto en el 2012, igual de vergonzosa y retrógrada. Claro, con matices diferentes, pero a final de cuentas ambos resultados son producto de países que quisieran tener una máquina del tiempo y regresar a épocas que les parecen mejores. Tal actitud es tan inmadura como la del adolescente que reprueba de año para no salir de la secundaria.
En México triunfó la democracia en el año 2000, posiblemente las únicas elecciones donde sabemos que el voto se respetó. Perdió el PRI, que mantuvo una hegemonía y control durante 70 años aproximadamente y llegó un partido a alternar en el poder: El PAN. Ingenuamente, los mexicanos pensamos que eso sería suficiente para que las cosas cambiaran. De cierta forma, si hubo cambios, pero no las grandes reformas y transformación nacional que muchos deseaban. Siguió la corrupción y la estupidez en las altas esferas de la política.
El siguiente presidente salió del mismo partido. Ya no está tan claro que haya llegado al poder por medios legítimos, y si hubo o no fraude en las urnas, lo que es seguro es que hubo apoyo ilegítimo de empresarios y otros grupos de poder. Inauguró una absurda guerra contra “las drogas” que desató la violencia. Se incrementó el número de asesinatos y las drogas seguían fluyendo igual que antes.
Ante este escenario, creo que el país reaccionó formulando una ecuación tramposa en su mente. Pensó que cuando reinaba el PRI había narcotráfico, si, pero no tanta violencia. Los narcos estaban tranquilitos y todo sereno. ¿Por qué cambiamos de partido? Antes las cosas funcionaban.
De una manera soñadora e irreal, muchos mexicanos pensaron que volver al viejo PRI sería volver a los años sesenta, cuando la economía del país estaba en mejor estado. Cuando no había tanto narcotráfico y la urbanización del país parecía ir en mejor camino.
Obviamente, casi todos los que votaron por Peña Nieto están arrepentidos, o deberían estarlo. La economía está en un pésimo estado, la libertad de expresión se redujo considerablemente y el autoritarismo ha vuelto con todo. Sin embargo, es obvio que las viejas estructuras del PRI ya no funcionan igual que antes. Televisa está en una grave crisis, afortunadamente. El presidente no puede tapar el sol con un dedo, y no controla la información como antes. De la misma forma, la opinión pública es sumamente negativa cuando dice algo autoritario. Seguramente sus asesores le han aconsejado ya no hablar así. Es más, algo más sencillo: ya no hablar. Que se limite a leer del teleprompter.
Por otra parte, tenemos a Estados Unidos. Un país que eligió al primer presidente afroamericano de su historia. Si bien esto no significó un cambio tan radical, fue un cambio a fin de cuentas. Hay muchas situaciones que son diferentes, que resquebrajan la idea tradicional de la familia, de la demografía, de la América blanca y tradicional.
Por una parte está el asunto del matrimonio igualitario, la exigencia de derechos de grupos minoritarios, la reducción de la población blanca del país, la exportación de empleos hacia otros lugares, los tratados internacionales de libre comercio, el cambio climático, y un largo, etcétera.
El cambio siempre da miedo, pero es una de esos fenómenos inevitables, por más que intentemos detenerlo. Las cosas siempre cambian, punto. Donald Trump logró paliar un poco ese miedo con su lema: “Make America great again”. ¡Volvamos al pasado! A ese tiempo donde todo era color de rosa, todo parecía funcionar bien y las cosas eran bonitas. Las elecciones fueron entre la primera presidenta y lo mismo de siempre.
Varias conclusiones son obvias para aquel que las piense un poco: Las cosas nunca fueron grandiosas para ninguno de los dos países. En México la libertad de expresión era inexistente, el machismo era mucho más acentuado que hoy (y hoy lo es mucho). Nuestra economía funcionaba porque proveíamos materia prima para guerras y el mundo no se había globalizado tanto todavía.
En Estados Unidos los grupos minoritarios eran ignorados o marginados. El racismo era invisible porque estaba en todas partes. Su economía también funcionaba mejor porque no había globalización, las corporaciones no lo controlaban todo todavía para los intereses de unos cuantos. No había tanta desigualdad.
Es ingenuo querer volver a “un tiempo mejor” regresando el reloj. Son patadas de ahogado de un niño que se rehúsa a crecer. Ambos elegimos a nuestros presidentes por el mismo motivo y pagaremos las consecuencias. Hay que construir un futuro, no un pasado.
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October 20, 2016
Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas (2013), de Leontxo García
Desde mi punto de vista, Leontxo García es una de las personalidades del ajedrez más carismáticas del mundo. Su amplia trayectoria abarca cuarenta años: Diez como jugador profesional y treinta como periodista del juego. Apareció en televisión, comentando jugadas famosas; ha publicado columnas para diarios españoles y reportea cientos de torneos alrededor del mundo. En este libro de 2013, retoma asuntos que ha discutido a lo largo de los años, especialmente los mezclar ajedrez y ciencia.
¿Qué más se puede decir de este juego que no se haya dicho antes? Increíblemente, el libro ofrece algunas novedades. Quisiera hacer una subjetiva reseña y destacar aspectos importantes. Advierto desde el principio que vale mucho la pena leerse.
El libro se divide en tres partes. La primera se titula "Los misterios del ajedrez" y se dedica a plantear preguntas que siguen sin resolverse. Por ejemplo, la discrepancia entre el juego de hombres y mujeres. Es decir, hay pocas jugadoras que lleguen a estar entre las mejores del mundo, ¿a qué se debe esto? La respuesta que propone Leontxo es cultural, sin embargo, no hay nada conclusivo. Los argumentos se presentan en extenso y es un buen punto de partida para investigar más.
Más interesante me resultó el capítulo dedicado al ajedrez y el antidopping. Como este juego ha intentado legitimarse como deporte en muchas partes del mundo, es lógico que se quieran aplicar las mismas convenciones para ser aceptado. La pregunta es: ¿hay drogas que incrementen el rendimiento de los ajedrecistas? Buena discusión.
La segunda parte de libro se llama "El ajedrez enseña a pensar" y discute los supuestos beneficios que se le atribuyen al noble juego. Mucho se ha hablado de que retrasa el Alzheimer, que desarrolla el intelecto y que ejercita la memoria. ¿Qué tan cierto es esto? Las pruebas, lamentablemente, tampoco son muy contundentes que digamos. Aún así, el autor presenta algunos argumentos a favor en base a su experiencia personal.
El capítulo más interesante para mi, fueron las incursiones del ajedrez en la cárcel. Leontxo ha participado en estas iniciativas y comparte sus vivencias:
«El ajedrez nos quita mucha cárcel», me dijo [un recluso], muy serio, en referencia a que cada hora invertida ante el tablero pasaba mucho más rápido que haciendo otra cosa, y además durante ese tiempo no pensaba en nada malo. Y su segunda sentencia fue magistral: «El ajedrez es especialmente bueno para nosotros, porque nos enseña a pensar en las consecuencias de lo que hacemos antes de hacerlo».
El autor también aborda la otra cara de la moneda: Ajedrecistas que terminaron sus vidas con severos desequilibrios mentales. Paul Morphy y Bobby Fischer son los casos más famosos. Aunque a veces el juego se asocia con trastornos mentales, en realidad han sido muy pocos los que terminan locos. El principal aporte de este libro son las experiencias personales que tuvo el autor con Bobby Fischer, quien desapareció de los torneos después de ganar el campeonato mundial. Poco se supo de él durante muchos años, a excepción de algunas apariciones públicas. El autor arroja algo de luz al asunto.
La última parte del libro tiene de nombre "Chips y neuronas, más de dos siglos en jaque" y se dedica a los recientes avances de la informática en la materia. Es la parte más extensa del libro y quizá la más fascinante para mi. Aunque, claro, quizá tenga que ver que soy ingeniero en sistemas computacionales. Lamentablemente, en esta tercera sección no hay aportes muy originales.
El autor inicia hablando de "El turco", una misteriosa máquina de ajedrez que aparentemente jugaba de manera excelente con una primitiva maquinaria. Después retoma la olvidada figura de Torres Quevedo, un inventor español que, entre sus muchos artefactos, se encontraba una maquinaria que lograba dar jaque mate al rey en un tablero con pocas piezas. Varios lo consideran el primer videojuego de la historia y data de 1912.
El resto de la sección es historia ya contada en otras partes. Los desarrollos de la informática, las partidas de Kasparov contra Deep Blue y la encrucijada en la que se encuentra hoy en día el juego. Aparentemente las computadoras son ya mejores que el ser humano, ¿qué resta por hacer? Leontxo sugiere modificar el juego, quizá tomar la iniciativa de Bobby Fischer con su Ajedrez 960, en donde el orden inicial de las piezas es aleatorio para evitar la memorización. Esto debido a que muchos de los grandes maestros actuales juegan hasta los primeros 25 movimientos de memoria. Consecuencia, sin duda, de los extensos análisis que se hicieron durante el siglo XX.
Aunque es sumamente interesante, tengo algunas quejas con respecto a este libro: Es muy desigual. Es decir, como se compone de artículos y escritos elaborados a lo largo de muchos años, no tienen un estilo ni formato uniforme. De pronto el libro tiene capítulos y secciones muy extensos y de pronto son sumamente breves. A veces es una narrativa histórica y en otras discurre en territorio más científico. Incluso incluye una muy extensa entrevista con Fernand Gobet, escéptico de los beneficios del ajedrez. En ella, ambos bandos se mantuvieron obstinados en sus posturas y más parecía una partida de ajedrez sin jaque mate, pero con clara ventaja para Gobet. En la tercera parte, la del ajedrez informático, se incluye también el listado completo de muchas partidas. Se siente extraño que se inserten estos listados después de que durante más de la mitad del libro no aparecen por ningún lado. Sin embargo, se entiende su importancia, ya que ilustran muy bien los puntos argumentados por el autor. También se echa de menos el uso de imágenes.
Por otra parte, es un compendio excelente de temas y asuntos relacionados con lo que afirma su título. Está escrito con un estilo ameno e interesante. Lo recomiendo ampliamente.
268 páginas
Editorial: Crítica (2013)
ISBN-10: 8498925525
ISBN-13: 978-8498925524
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September 19, 2016
Revolución de papel
Hace poco uno de mis estudiantes me pidió permiso para entregarme sus trabajos en máquina de escribir. La petición me pareció demasiado extraña, incluso para la facultad de artes, y le pregunté el motivo. Me respondió que su computadora es demasiado lenta y no podía trabajar en ella. Entendí y se lo permití. Recibo todo por correo electrónico, pero sus trabajos son los únicos que recibo en papel.
Algunos días después se le ocurrió llevar la máquina a la universidad. No vayan a pensar ustedes que era una portátil, ¡qué va! Era de escritorio y su caja parecía maleta para viaje corto. Dejemos de lado las implicaciones "hipsters" de todo esto y pongámonos a pensar.
Primero, una confesión: Me gustan mucho las máquinas de escribir y las romantizo un poco. Es bastante estúpido de mi parte hacerlo, ya que no tienen prácticamente ninguna ventaja hoy en día, además, francamente nunca me tocaron. Usé esporádicamente una máquina de escribir de mi hermana cuando quería aprender mecanografía, pero nunca para nada serio. Además, pesan demasiado y sólo sirven para escribir. Una laptop, con una fracción del peso y tamaño es capaz de una infinidad de tareas. Esto, por ejemplo, lo escribo con mi laptop en una biblioteca.
En las comparaciones no salen muy bien paradas: Las máquinas de escribir generalmente son ruidosas, es difícil corregir un texto con ellas, no generan copias de lo escrito y, en nuestros tiempos, tendremos que digitalizar el texto tarde o temprano. Así que son, sin lugar a dudas, una gran pérdida de tiempo.
Esto no me quita el gusto por ellas, y tengo una por ahí, arrumbada y descompuesta. La compré en un tianguis de Caléxico, y algunas letras se traban, por lo que nunca la he podido usar realmente. Ya perdí esa esperanza, pero me he rehusado a deshacerme de ella.
Hace ya tiempo publicaba yo en este blog sobre un invento que me parecía maravilloso: La máquina de escribir digital. La ahora llamada Freewrite de la compañía Astrohaus está a la venta por 500 dólares y promete lo imposible: Funcionar exactamente como una máquina de escribir pero de forma digital. Al principio estaba interesado en una, pero el precio y las reseñas me disuadieron de ello. Las laptops siguen ganando. Mi esperanza es que algún día una empresa copie la idea y fabrique un dispositivo más barato.
Por lo pronto, aunque la imagen romántica de teclear en una máquina de escribir me parece genial, es un poco absurda en mi vida por el momento.
A lo que voy con este incoherente rollo es que aquellas almas inclinadas por el arte de la escritura tendemos a romantizar tecnologías del pasado. Como partidario de los lectores electrónicos de libros como el Kindle, me topo todavía mucho con esto.
Hay lectores que defienden con filosas garras a los libros de papel cada vez que alguien menciona (¡horror!) los libros electrónicos. Es una defensa tan apasionada que me pongo a pensar muchas veces qué piensan que se está perdiendo.
Alegan, a veces, que les encanta el "olor" de los libros. Como si éstos fueran para olerse y no para leerse. Es más, un libro no es oloroso en virtud a la magnificencia de sus letras, lo es (como dice mi novia de olfato prodigioso) gracias a bacterias y hongos que ya crecieron en él, así que el prospecto no es demasiado llamativo. Pero, bueno, si a alguien le gusta el olor de los libros, definitivamente es algo que no encontrará en un Kindle.
No soy ciego. Llevo seis años usando Kindle y estoy perfectamente consciente de sus frustrantes limitaciones. También estoy perfectamente dispuesto a admitirlas.
Para empezar, un dispositivo electrónico para leer caduca con frecuencia. Las primeras generaciones de Kindle son prácticamente inutilizables hoy en día debido a software obsoleto y nuevos formatos de libro. Yo le pisé por error la pantalla a mi Kindle viejito y tuve que comprarme una versión nueva que no tenía todas las opciones que yo quería. Amazon, en su eterna sabiduría, las quitó.
Por otra parte, hojear rápidamente un libro es una tarea exasperante en uno de estos lectores. Las pantallas son lentas y simple y sencillamente no lo permiten. Actualizaciones de software han intentado aliviar este problema, sin éxito. Uno no puede revender los libros electrónicos, no puede garabatearlos (aunque si puede subrayar y hacer notas de texto), y no puede prestarlos fácilmente. Además, uno se hace dependiente a una tecnología y plataforma de un solo fabricante: Amazon. Esto no es muy agradable tampoco, aunque ya existen alternativas libres en el mercado.
Supongo que nada le ganará a la longevidad y tangibilidad de un libro de papel, que puede ser heredado, extraviado y reencontrado, utilizado como vehículo de notas de amor y billetes, lanzado con furia o quemado con odio.
Es un fetiche que recorre nuestra literatura e imaginario. El librero repleto de libros olorosos, la biblioteca antigua con textos medievales, el librito de bolsillo con hojas amarillas y desgastadas.
Pero, si lo vemos sin romanticismos, la sociedad ya ha pasado varias veces por transiciones como ésta varias veces. La que viene a mi mente es cuando se dejaron atrás los rollos manuscritos para pasar al "codex" o códice en la edad media. Es decir, el formato de libro que usamos hasta hoy.
Una de las grandes ventajas del códice es que tiene numeración de páginas, y la facilidad de acceder a todas ellas. Sin embargo, su fabricación requería más esfuerzo y trabajo debido al diseño editorial y el encuadernamiento.
Quizá estemos en transición y tengamos qué redefinir qué significa un "libro" como objeto. Quizá por ello hay un auge de los "libros de artista", quizá le digamos adiós a las páginas como contenedores de nuestra información.
Quizá el Kindle es solo el principio. Debo decir que veo las grandiosas ventajas de éste: Traer toda una biblioteca en tu bolsillo, exportar las notas de texto a formatos más manipulables, leer artículos largos de Internet en una pantalla cómoda, leer acostado sin batallar por el peso del libro y un largo etcétera. A pesar de las desventajas, creo que vale la pena lo suficiente.
Las ventajas no sólo son para los lectores, también para los editores y escritores, quienes nunca la tuvieron tan fácil para autoeditarse. La distribución se facilita, aunque el mercadeo se complica. ¿Será esto el inicio de un gran cambio en la industria editorial?
No lo sé, pero de la misma forma, puede que esta revolución nunca agarre vuelo. Las estadísticas dicen que las ventas de lectores electrónicos están a la baja, que los libros en este formato no son rentables y que las librerías de papel han tenido un repunte. Así que quién sabe. Quizá sea yo un aferrado que romantiza las viejas tecnologías pero no titubea en despreciarlas.
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September 13, 2016
Hacker poem v0.99b (2010)
Bit by bit
I conclude
the wonder
of being
a hermit
inside
my ideas
Byte by byte
they scavenge
pieces
I
automagically
forgot
Word by word
nodal
sintax
emerges
until
futility
dissapears
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August 22, 2016
El inoportuno plagio del presidente
Escribo esto a propósito de la tesis de Peña Nieto. El asunto me impacta particularmente, ya que en mis clases universitarias es algo que enfatizo muchísimo en mis estudiantes al grado de se llamado "obsesivo". Me molesta demasiado el plagio porque vivimos en un país donde el pensamiento original no se valora, no se premia y se desprecia. No se aprecia el escribir, no se toma importancia a las ideas e intentar apelar a la honestidad y la justicia se ve como ingenuidad.
Pero lo peor del caso es que, aparte de las reacciones de indignación, leo muchas otras que justifican o aminoran la situación. Algunos comparan el reportaje de Aristegui con acusarlo de que pintaba mal en el kínder. Estoy seguro de que la persona que hizo ese meme nunca ha hecho una tesis y, si la hizo, también plagió. Pero el mensaje va más allá: Copiar textos de otros no es la gran cosa, es "normal". Robar para pasar es el status quo.
Hace algunos años, cuando el entonces candidato Peña fue interrogado sobre los libros que le cambiaron la vida, pocos le dieron importancia a su respuesta. Se rieron, pensaron que no era relevante, que era poco importante que alguien que no lee nada en su vida haya "escrito" un libro. Mencioné yo en ese entonces que Peña Nieto sería un excelente presidente para nuestro país: Iletrado, ignorante, tranza. Si la democracia es la representación de las mayorías, el presidente aprendió la parte al dedazo... perdón, al dedillo.
Y sigue la mata dando: Hoy resulta que es un plagiador y, ¡oh, sorpresa! Los mexicanos al grito de guerra exclaman: "¿Y qué tiene?". Cuando me toca ver un caso de plagio en mi propia aula y empiezo a dar mis furiosos discursos, los estudiantes se me quedan viendo como si fuera de otro planeta: ¿Por qué tanto escándalo si todo mundo lo hace? ¿A quién estoy afectando?
Por algún motivo, la gente ríe de Peña cuando "la riega", se enoja cuando suben los impuestos y la gasolina pero minimizan cuando sale a relucir su ignorancia. Como si estos tres hechos estuviesen desconectados. EPN es un paquete completo: Ineptitud, corrupción e ignorancia. Una combinación explosiva cuyos efectos son tangibles todos los días, en cada mala decisión.
Pero la ignorancia también es ciega: uno no puede ver lo que no conoce. El presidente se disculpó hace poco por todo el asunto de la casa blanca de su esposa. Pero no se disculpó por la corrupción, solo por la "percepción". "Se ve mal", es su preocupación principal.
En la universidad de donde se tituló el presidente no hayan que hacer con la papa caliente que cayó en sus manos y soltaron un comunicado incomunicante para que no digan que no dicen.
También se está acusando a sus sinodales y directores de tesis de no haberlo detectado. Quizá carguen parte de la responsabilidad, pero sin duda se trata de desviar la atención de lo importante, y del verdadero culpable intocable.
Profesores: Uno debe detectar el plagio a tiempo. Cuando presento este argumento en reuniones académicas a veces me dicen que no es para tanto. Pero vean el tremendo desmadre que puede causar una "inocentada" como robar. Vean lo que sucede en otros países donde si se aplica la ley: Los presidentes caen por un plagio en su vida de estudiantes. Esto es muy importante.
A estas alturas, los asesores y achichincles del presidente lo empiezan a tratar como si tuviera retraso mental. Hablan por él, asumen que no puede con el trabajo y le aplican una serie de reglas y justificaciones que no aplican a ningún otro mexicano. Dice el Secretario de Educación Pública que el asunto no es "trascendente o importante". Claro, respondió evasivamente y dejando en duda de qué lado está. Exactamente la actitud de que está queriendo evaluar a los maestros y acusándolos de flojos y corruptos, ¿cierto?
La presidencia ya dio su comunicado: "Por lo visto errores de estilo como citas sin entrecomillar o falta de referencia a autores que incluyó en la bibliografía son, dos décadas y media después, materia de interés periodístico". Este eufemismo, el decir "errores de estilo" es el mismo que "error de percepción" sobre la casa blanca. Una manera evasiva de llamarle a un delito.
Porque el plagio es un delito, ¿sabían eso, verdad? Muy bien tipificado por la ley. Pero para la presidencia son "errores de estilo". Hay que ser desvergonzado para afirmar tal cosa. No sé que haría yo si alguno de mis estudiantes me saliera con semejante tarugada.
Ya escribí hace poco que Peña es el presidente de las apariencias: Compró la portada del Time, compra libros, espectáculos, sesiones de fotos... Para que todo se vea bonito. Es un gastadero enorme y nunca funciona.
Pero volviendo al tema: ¿a quién plagió Peña? Entre varios, a Enrique Krauze, su historiador favorito, el gran defensor de Porfirio Díaz. Krauze fue otro de los mencionados entre los libros que le cambiaron la vida, aunque le adjudicó por error la autoría de un libro de Carlos Fuentes (La silla del águila).
Así como Krauze defiende a Porfirio Díaz, afirmando que la gente olvida que fue "un gran constructor", estoy seguro de que defenderá a nuestro actual presidente como "un gran reformador". Un caudillo valiente, nadando a contracorriente para civilizar a un pueblo obstinado a no cambiar. Alguien que no retrocede ante la crítica, un macho de verdad. Y blanquito.
Todo quedará en familia. El tema será olvidado por todos, poco a poco. Será la culpa de los profesores, que no guiaron al inocente de Enrique por el buen camino. Si hay alguna investigación (lo dudo), será exonerado con disculpas firmadas por el pueblo de México. Primero fue "Pierre Menard, autor del Quijote". Ahora es "Enrique Peña, autor de Enrique Krauze".
Los mexicanos tranquilos, se trata sólo de un copión más. Uno entre millones. Eso tranquiliza: Peña es como yo. Mientras pensemos así, tenemos exactamente el presidente que nos merecemos.
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August 8, 2016
Suicide Squad (2016)
Sinceramente siento que al género de superhéroes le sucederá lo mismo que al Western: se le terminará el vapor y quedará relegado a esporádicas reapariciones. Sólo hay cierta cantidad de variaciones que se pueden hacer de un género tan limitado. Pienso también que ese momento no está muy lejos de llegar, y aunque estas películas siguen siendo las más taquilleras, su originalidad y factura deja mucho que desear.
El último caso es el de Suicide Squad, que está cosechando pésimas reseñas y comentarios negativos del público. A pesar de ello, no la odié, aunque me enfadó a momentos. A diferencia de lo que indica su título, no me quise suicidar durante la proyección, como me ha sucedido con otras como Man of Steel (2013).
Con las malas reseñas de Batman v Superman: Dawn of justice (2016) el estudio decidió hacer control de daños con Suicide Squad y suavizar el tono solemne que originalmente tendría la cinta. Desde las películas de Batman de Christopher Nolan, parece que todos los estudios quieren sacar películas serias de superhéroes atormentados en mundos creíbles. La cosa no funciona así: la gente quiere buenas películas, no imitaciones baratas.
Pero esta última cinta, basada en el universo DC, hace exactamente eso: Intentar imitar lo que ha funcionado en otras partes e insertarlo incoherentemente. ¿Funcionó un soundtrack retro en Guardians of the Galaxy? ¡Salpiquemos la película con oldies! No importa que no tengan coherencia. ¿La gente se rió con Deadpool? ¡Metamos muchos chistes aunque no vengan al caso!
La trama es sencilla: Se quiere ensamblar un grupo de supervillanos como estrategia de defensa contra algo que nunca se explica. Es todo.
Quizá la versión original de esta película tenía más sentido, pero después de la intervención del estudio, la trama brinca para todas partes, el tono cambia cada cinco minutos y se siente como una serie de retazos incompletos. Visualmente es muy interesante, los personajes son llamativos y hay buenas escenas a lo largo de las dos horas que dura el filme. Pero no se siente como una sola cosa. Además, hay pocas ideas originales aquí.
Por ejemplo, hay una escena dentro de un casino donde el Joker amenaza a un tipo dentro de un cuarto. Eso no tiene nada que ver con nada, y no se vuelve a mencionar durante la película. ¿Por qué está esa escena ahí? No tengo la menor idea. Además, ese Joker es la peor versión que ha habido. No parece payaso, y no es muy amenazante que digamos. Tampoco le queda muy bien de loco, y simple y sencillamente es forma sin función.
De nueva cuenta cometieron el error de la de Batman v Superman, que fue introducir demasiados personajes en una sola película. La mayor parte de ellos no hace nada importante y sólo están ahí como un anuncio para películas posteriores. Sin congruencia ni nada. Se siente como un trailer para las siguientes cinco películas, y no como una historia en sí misma. Los mejores personajes fueron Harley Quinn y Deadshot, y si la película se hubiera enfocado sólo en ellos dos hubiera sido mucho mejor.
Aún así, tiene sus momentos, sobre todo una escena donde todos se encuentran en un bar. Aunque no es original, deja ver un poco lo que podría haber sido. Pero, repito, creo que el género de superhéroes poco a poco está quedándose sin vida.
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July 27, 2016
¿Cómo sería una distribución Linux para escritores?
Redactar en la computadora es una tarea difícil. Dicen muchos escritores, con justa razón, que no hay sustituto para el papel y lápiz. Concuerdo con ellos, pero es muy difícil hoy en día no hacerlo en la máquina, al menos la corrección de estilo. Normalmente uno debe consultar múltiples fuentes, aunque sea un diccionario, y la computadora es conveniente para ello.
La buena noticia es que las computadoras son mucho más que máquinas de escribir. Tienen herramientas pensadas en personas que deben sentarse frente a ellas para teclear. Y aún hay más: muchas de ellas son libres y gratuitas. ¿Por qué no aprovecharlas y hacer nuestras vidas más fáciles?
Desde hace tiempo he pensado en crear una distribución Linux para escritores. No es un trabajo fácil, ni uno que pudiera hacer solo, pero quiero poner aquí algunas ideas iniciales para explicar de qué se trata y por qué podría beneficiar a sus usuarios. De esta forma, si no lo inicio yo, alguien podría tomar la idea. Soñar no cuesta nada.
Una de las ventajas de Linux como sistema operativo es que es totalmente libre. Es decir, tenemos la libertad de utilizarlo cuando se nos antoje, sin miedo a que aparezca alguna ventana que nos incite a comprarlo, o que nos diga sutilmente que somos "víctimas de una falsificación de software".
Y esta misma libertad también aplica para modificar el programa y distribuirlo. Esto permite proyectos como el que estoy planteando aquí. El requisito es que esa nueva versión debe ofrecer las mismas libertades a todos los usuarios. Esto ha propiciado la creación de "distribuciones" de Linux, que no son más que compilados de programas que se incluyen con el sistema operativo.
Estas distribuciones cumplen diferentes objetivos. Por ejemplo, hay algunas enfocadas en los niños, de manera que al instalar ese sistema en la computadora, ya estarán listos muchos programas educativos y juegos que pueden ser de interés a un niño. Hay distribuciones para músicos, escuelas, cibercafés, científicos, restaurantes, programadores, diseñadores gráficos y un largo etcétera. Todas estas personalizadas para la tarea necesaria.
Por ejemplo, una distribución enfocada a diseñadores gráficos incluirá programas libres como Gimp, que es una alternativa a photoshop. Pero además incluirá algunos otros como Inkscape, que es similar a Adobe Illustrator y Corel Draw. De esta forma, los usuarios ya encontrarán todo lo que necesitan sin mover un dedo. Ya existió una distribución de Linux para escritores, de nombre GhostWriter, pero el creador abandonó el proyecto y ni siquiera está en línea en estos momentos. Por ello me parece una buena idea retomar algo similar.
Ahora, como mencioné, para ser escritor no es indispensable una computadora. Digo, a diferencia de otras artes como la fotografía, la plástica y el cine, donde normalmente requieres más equipo. Si se trata de proyectos complejos, con múltiples referencias y documentación, una computadora es la mejor amiga del escritor.
Cervantes, por ejemplo, incurrió en muchísimos errores en el Quijote por no verificar lo que había escrito páginas atrás. Es una imagen absurda, pero quizá con una computadora se le habría facilitado la corrección de su enorme texto. O quizá nunca lo habría escrito, nunca lo sabremos. Y, claro, si quieres ser un escritor como Bukowski creo que muchos de estos programas no te servirán de mucho.
Ahora, ¿qué programas debería contener una distribución Linux para escritores? Desde mi punto de vista, no deberían faltar estos:
LibreOffice
Esta es una aplicación que se incluye en la mayoría de las distribuciones para usuarios de escritorio. Se trata de una alternativa libre a Microsoft Office. Yo vengo utilizando esta suite de oficina desde hace más de diez años y estoy sumamente satisfecho. Quizá flaquea un poco en cuanto a diseño de plantillas y arte prediseñado, todo lo gráfico, pero en los demás es excelente. Requiere menos espacio en disco que la versión de Office y desde mi experiencia es sumamente rápida. Incluye un procesador de textos, hoja de cálculo, editor de presentaciones, base de datos y un programa para crear dibujos sencillos. No se puede pedir más, y es indispensable para cualquier escritor.
FocusWriter
Una de las grandes desventajas de las computadoras es que son una gran fuente de distracción. Hay botones, iconos y avisos por todas partes. Sin contar que las redes sociales e Internet están a un clic de distancia. De esta forma, no es sorprendente que alguien que se siente a escribir termine perdiendo el tiempo en su correo electrónico o en cualquier otra cosa, menos en lo que le debe hacer.
Para eso existe este programa que se llama FocusWriter y que me fascina. Es simple: Bloquea todo en la pantalla y te deja sólo un recuadro para escribir. Después de iniciar a dar vuelo a la imaginación, es fácil olvidar el resto de las ventanas y distracciones. Se concentra uno en escribir, ni más ni menos. Lo recomiendo muchísimo, sobre todo a personas dispersas como yo.
CherryTree
Uno de los retos de crear un buen texto es darle una buena estructura. Aunque es fácil crear borradores, bocetos y esquemas en papel, a veces la flexibilidad de mover información o copiarla hace que la computadora sea una alternativa superior.
Cherrytree es un software para crear bosquejos y organizar información. Su nombre se debe a que puede uno ordenar los datos en "racimos" o en forma de árbol, es decir, jerárquicamente. De esta forma es facilísimo crear índices tentativos u organizar datos a incluir en un texto. Hay otras alternativas, pero ésta ha sido la mejor desde mi punto de vista. Y lo mejor es que es totalmente libre.
Scribus
Scribus es un software un tanto avanzado. Sirve para crear diseños de libros, folletos y demás material para imprimir. Es lo suficientemente complejo como para ser un competidor decente de alternativas como Adobe InDesign, y robusto como para ayudarnos a llevar nuestro trabajo a la imprenta. Con él puedes crear maquetas de libros y observar cómo quedará. No tengo mucha experiencia usándolo, pero quiero aprender todas sus funciones. Sin duda un software que puede ayudar a escritores y editores por igual.
LyX
LyX es una maravilla que me ha ayudado horrores en mi trabajo académico. Es un software que lamentablemente es poco usado en las humanidades, pero que auxilia a cualquier académico a acelerar la creación de sus textos.
Este software es una versión más visual e intuitiva de otro más complejo de nombre LaTeX y que existe desde los años setenta. Fue creado para crear documentos complejos para imprimir, sobre todo aquellos que incluían fórmulas matemáticas o de ciencias exactas. Por esto es muy utilizado en esos campos. Sin embargo, hace mucho más que eso: organiza las bibliografías, acomoda automáticamente las imágenes dentro de un texto de manera inteligente e incluso sabe muy bien cómo manejar el espaciado entre palabras y dividirlas con guiones.
El resultado final son documentos bellísimos, con tipografías impresionantes y calidad de impresión. Tan es así, que muchos libros se han impreso con este sistema. Su complejidad es casi interminable y sus posibilidades grandiosas. Eso si, es un poco complejo, pero lo recomiendo ampliamente a todo aquel que deba hacer trabajo académico. A mi me ha ayudado desde mi maestría hasta el día de hoy, y no puedo terminar de decirles todo el tiempo que me ha ahorrado.
Bibisco
Este software es inusual, pero muy útil para un escritor novel. Se trata de una especie de asesor y organizador para escritores de novelas. El software te hace preguntas y te ayuda a entramar la historia, desarrollar los personajes, definir capítulos y estructura. Puede no servir a todo mundo, mucho menos a escritores que se salen del molde tradicional de la novela, pero a algún principiante puede hacerle mucho bien.
Zotero
Esta es otra joya dirigida a los académicos. Se trata de una base de datos de referencias bibliográficas. Es decir, cada que debamos incluir alguna referencia en nuestro texto, la introducimos a Zotero (incluso tiene opciones para que se haga automáticamente) y se quedará guardada para utilizarla cuantas veces necesitamos.
El programa puede insertar referencias en los estilos más importantes como APA, Chicago, Harvard y MLA, entre otros. Además, nos genera automáticamente la bibliografía. Aunque programas como Word y LibreOffice ya hacen esto, Zotero nos permite sincronizar las referencias con la nube para no perderlas y tenerlas en todos nuestros dispositivos. Además, también permite agregar notas y vincular con los archivos en PDF. Es todo un estuche de monerías que recomiendo a todos mis estudiantes. Lamentablemente pocos hacen caso de la recomendación.
Calibre
Me gusta describir Calibre como el iTunes para libros. Aunque no me gusta para nada el software de Apple, es una buena comparación. Sirve para organizar, clasificar, buscar y convertir libros electrónicos. Soporta muchísimos formatos como PDF, ePub, Mobi, DJVU y otros. Con este programa puedes tener ordenadísima tu colección de libros electrónicos para que nunca pierdas uno más. Además, puede buscar los datos y las portadas en línea. Es un software que utilizo diario.
Además, es compatible con dispositivos como el Kindle o Kobo, para organizar los libros dentro de ellos. Me ha salvado la vida en múltiples ocasiones y no se le puede pedir más. Es un programa muy completo y que se actualiza con frecuencia.
Storybook
Este es otro organizador para escritura de novelas, que contiene muchas categorías donde uno puede introducir información. Es una buena manera de manejar grandes cantidades de información para un texto largo y con muchos personajes.
Trelby
Si lo tuyo es la escritura para cine, este el software a conseguir. Aunque hay alternativas comerciales, Trelby es totalmente libre y contiene muchas opciones interesantes para el guionista. Lamentablemente, no es un software demasiado desarrollado, y siento que le faltan algunas opciones interesantes. Aún así, es excelente.
Es verdaderamente lamentable el cambio que dio Celtx, que antes era la mejor opción para Linux, pero que ha descontinuado su versión para este sistema operativo.
Planner
Se trata de un software para administración de proyectos. Permite crear listas de tareas y diagramas Gantt. Si tienes un proyecto de libro o artículo que debes entregar en una fecha especificada, es una excelente opción para administrar tu tiempo y tareas por hacer.
Cmap Tools
Se trata de un programa para hacer mapas mentales. Esto puede ser útil para organizar ideas, hacer resúmenes de libros o artículos o en general para hacer una lluvia de ideas. De todos los programas que he utilizado, este es el mejor y más fácil de usar, aunque no es perfecto.
Para cerrar
Estos programas están disponibles en la mayoría de las distribuciones Linux, especialmente en las basadas en Debian o Ubuntu. Cada vez que formateo mi computadora me doy a la tarea de instalarlas. Pero sería mucho más fácil para mi, y muchos otros, el que se encontraran disponibles desde el principio. Algunas no son tan sencillas de instalar, como Zotero, LyX y Bibisco.
Cabe destacar que no incluí "apps" (no me gusta ese término) de Android o iOS, ni herramientas comerciales como Endnote o Scrivener.
En fin, dejo aquí mis ideas y cierro con alguna pregunta: ¿Utilizan ustedes alguna otra herramienta que no he considerado? ¿Alguien está interesado en este proyecto? Me pueden contactar en mi Twitter: @badbit_org.
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July 1, 2016
Las "fuentes interactivas" de Ensenada
Como Las Vegas, Ensenada ya cuenta con un espectáculo acuático donde varias fuentes bailan al compás de la música. Hace como dos semanas se inauguraron estas llamadas “fuentes interactivas” en la “ventana al mar”. Se iluminan de diversos colores y hasta la fecha han atraído un público considerable. Después de verlas dos veces, quisiera hablar aquí un poco de ellas, y explicar lo que me gustó y lo que no me gustó del proyecto.
Para empezar, forman parte de un proyecto más grande de remodelación de la zona turística de la ciudad. Específicamente de la llamada “Ventana al mar”, como ya mencioné, que rodea el asta bandera del centro. Se colocó un escenario, se quitaron bancas y se añadió un puente. La verdad, el área mejoró en algunos aspectos, pero en otros esta inversión se nota desorientada. Se parece a aquellos proyectos de “rescate” del centro de la ciudad de Mexicali: hechos al vapor y sin pensar.
Pero volviendo a las fuentes: Están bien hechas, el espectáculo es entretenido y complace mucho verlas. Hay varios horarios durante el día cuando funcionan, pero definitivamente es mejor asistir por las noches, cuando se aprecia el cambio de colores del agua. La primera vez que fuimos, el espectáculo inició con una selección de música mexicana con orquesta. Se repasaron temas conocidos como “Cielito lindo”, el “Huapango” de Moncayo. Posteriormente entraron las piezas clásicas de Mozart, Beethoven, Chopin, Tchaikovsky y otros. La duración es aproximadamente de dos horas.
A video posted by badbit.org (@badbit_org) on Jun 23, 2016 at 8:56am PDT
La gente se aglomeró para ver la novedad. Las fuentes están a nivel del suelo, y están separadas de la gente por una valla temporal. Al parecer algunas personas, sobre todo niños, se han brincado la valla y se han mojado en las fuentes, pero esto puede dañarlas, así que está prohibido. Lo malo es que no hayan pensado en eso desde el principio, y esas vallas se sienten como una solución temporal.

Otra cosa que tendría que criticar es la falta de imaginación en la selección musical. En realidad todas las piezas son trilladas y elecciones demasiado seguras. Complacencias, nada novedoso. Existe una buena oportunidad aquí de mostrar variedad, música contemporánea y de la región. Ensenada tiene la única licenciatura en música del estado, ¿no se puede trabajar en conjunto? Por supuesto, entiendo que el proyecto busca apelar a un gran número de personas, pero puede incluirse algo diferente.

A pesar del poco tiempo que llevan activas, ya hay señales de deterioro. Ayer ya había tres fuentes, cuando menos, cuyas luces no funcionaban y la música estaba desincronizada con la fuentes. Apenas con dos semanas de funcionamiento, ¿qué sucederá en un año?
Por último, la inversión fue de 23 millones de pesos para este proyecto exclusivamente. Aunque me gusta mucho, Ensenada tiene necesidades grandísimas para las cuales “no hay dinero”. Los baches nos invaden y ya han causado accidentes, el alumbrado público es prácticamente inexistente y hay infraestructura faltante. Espero que este proyecto no se quede como muchos que se han hecho antes. Como las gradas que se pusieron a un lado del arroyo, que están soberanamente desperdiciadas, o el Museo Caracol que con tantos millones invertidos ha tenido un desempeño mediocre.
Mientras tanto, tenemos show. Hay que aprovecharlo.
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June 27, 2016
El reductor de la patria
Mientras Angélica Rivera, nuestra primera dama, se pasea por Beverly Hills comprando ropa, bolsos y demás accesorios carísimos y superfluos, prestando atención comprobamos que su esposo también es un comprador compulsivo. La función de sus compras es similar, pero el gasto es enorme y, lo peor de todo, es que los mexicanos estamos costeándolo.

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El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto es uno de los peores que puedo recordar. Esta situación se veía venir desde que era gobernador del Estado de México, y su campaña nos dejó algunas advertencias difíciles de ignorar. Su presidencia es ahora una losa que todos en este país cargamos con dolor como El Pípila. Las cosas están mal, y cuando pensamos que las no pueden empeorar, tenemos una nueva sorpresita entre manos. Y todavía faltan algunos años de esto.
Por más que sus asesores intenten aislarlo, creo ni Enrique Peña Nieto puede ignorar el pésimo trabajo que está haciendo y lo mal parado que queda ante su pueblo y el mundo. Por ello parece que ya no da la cara, sus discursos se limitan a lo mínimo indispensable y ha tenido que aceptar que cada que abre la boca o se expresa, queda en ridículo. Su índice de aprobación actual es bajísimo y continúa en declive.
¿Cómo esperar lo contrario? Durante su mandato hemos visto horrores como la vergonzosa fuga del Chapo Guzmán, el escándalo de corrupción de la “casa blanca” de Angélica Rivera, el despido de Carmen Aristegui por reportar al respecto, la calcinación de estudiantes normalistas de Ayotzinapa por protestar contra el crimen organizado, el hundimiento del peso frente al dólar y muchas linduras más. Esto sin contar las que se omiten de los medios, los cuales parecen cada vez más temerosos ante la censura y autoritarismo del PRI.
¿Cuál ha sido la solución del gobierno? Tratar de limpiar la imagen, de una manera muy estúpida y costosa. Por ejemplo, recordemos aquella portada de la revista Time, publicada muy prematuramente, donde se vaticinaba que el presidente nos “salvaría” con sus reformas. Éstas últimas tan impopulares que han tenido que ser impuestas a balazos recientemente, con los maestros en Oaxaca como las víctimas más recientes. Bonito artículo e irónico recuerdo esa portadita. ¿Cuánto le habrá costado al gobierno tal inútil gesto?

No se nos olvide también el gasto de 20 millones de dólares para que México fuera escenario de una aventura de James Bond. Esto fue revelado por los vergonzosos correos electrónicos de Sony Pictures que un grupo de hackers filtró. De lo contrario, no hubiéramos sabido de esa otra inútil “inversión” de nuestro dinero, así como no sabemos el costo de la portada de Time.

¿Sirvió de algo ese prólogo en la película del 007? No tiene nada que ver con el resto de la trama, y presenta una ciudad de México exotizada donde el día de muertos se transforma en un carnaval kitsch lleno de lugares comunes. La mayor parte de los espectadores olvidaron la escena de camino a sus automóviles en el estacionamiento del cine, ¿ayudó a “mejorar la imagen” de México y superar las corrupciones y asesinatos?
Éste es el shopping cultural de Peña Nieto, y nos está saliendo carísimo. El plan parece ser gastar hasta lo que no tenemos para darle una manita de gato al deteriorado gobierno de nuestro telepresidente. La represión, el acoso y censura a periodistas parece ser otra de las tácticas, pero como son mal vistas se paga para echarlas debajo del tapete y que nadie se entere. Nunca se intenta resolver un problema, más bien atacar a quien habla de ellos. Ellos son el verdadero problema.
Pero el plan tiene una pequeña falla: la gente tiene ojos. Somos testigos de cómo el peso pierde su valor casi diario, los letreros luminosos de las casas de cambio nos lo restriegan en la cara. Por más que se intente minimizar el problema del crimen organizado, nos damos cuenta de las balaceras, asesinatos y corrupciones.
Todavía recuerdo al gobernador de Guerrero, enfrentado por periodistas ante la situación de violencia de Acapulco, exortándolos a que “hablaran bien” de la ciudad. Como si el silencio cambiara mágicamente la situación y eso atrajera al turismo. Al día siguiente hubo otra balacera que tumbó completamente el discursito.
En todo el país pasa exactamente lo mismo. No acaba el presidente de hacer su último show o despliegue de dinero para “mejorar la imagen” de México, cuando tiene otro escándalo encima que da al traste con la costosa estrategia.
Éstas son las inoportunas compras del presidente, parte de un “shopping” cultural para no dar vergüenza al mostrarse en sociedad. La primera dama se viste y enjoya, el presidente se baña de arte y cultura. Compra escenas de películas, portadas de revista, antologías y escritores para mostrar una buena imagen ante los empresarios y los países de “primer mundo”. Su gran aspiración es ser un buen presidente en un país ideal, sin hacer nada de lo necesario. Como aquellos líderes de los que leyó en los tres libros que le cambiaron la vida.
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Un gasto de casi cincuenta millones de dólares para que el Cirque du Solei cree un espectáculo inspirado en México para que poquísimos mexicanos pudieran disfrutarlo. Esto generó una carta de protesta de múltiples artistas nacionales, quienes criticaron el desperdicio de recursos en un solo evento cuando esa cantidad es mayor al presupuesto nacional para cultura. Pero obviamente el público meta no somos los mexicanos, quienes pagamos, es el extranjero, los inversionistas, aquellos que fortalecerán un sistema capitalista en este país, en el cual tampoco estamos invitados. Sólo estamos contemplados como consumidores pasivos.

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El gasto público se reduce, no hay dinero para pagar a los maestros, no hay dinero para los servicios de salud. El presupuesto cultural del país también se reduce cada vez más y más.
Las últimas dos adquisiciones han sido controversiales y algunos escritores han protestado contra ellas. Fueron dos antologías, una de narrativa traducida al inglés (Palabras mayores. Nueva narrativa mexicana) y otra de poesía (México 20. La nouvelle poésie mexicaine), traducida al francés. Ambas han sido criticadas por su falta de profesionalismo y representatividad de la literatura mexicana. Estas obras, me parece, también forman parte de esta colección de objetos que sólo sirven para aparentar y que todos nosotros hemos pagado. ¿Para quién son estas obras? Para exactamente el mismo público que ya mencioné antes, y tiene todas las características de las anteriores compras.
La discusión sobre estas antologías se ha llevado a cabo principalmente a través de las redes sociales. Los principales críticos han sido María Rivera, Heriberto Yépez, Carla Feasley, Gerardo Piña, Hugo García Manríquez y Marco Antonio Huerta.
Los escritores antologados han respondido con argumentos muy infantiles. Que los críticos “les tienen envidia”, que los “odian”, y que están enojados por que no se les consideró a ellos. Pero supongo que, como dijo Mark Twain, es muy difícil para un hombre entender algo cuando su sueldo depende de que no lo entienda. Y, hasta el momento, han hecho oídos tontos a las acusaciones y han decidido minimizarlas. La consigna es que "hablemos bien de la literatura mexicana" y nos quedemos calladitos.
Pero, les aviso que desde afuerita (y lo digo por que estoy fuera del mundo literario) la cosa se ve muy clara. Muy, muy clara.
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