Fran Zabaleta's Blog, page 51

September 22, 2013

Por una renta básica universal

Desde el inicio de la crisis, en 2007, en España hay cada año medio millón personas más por debajo del umbral de la pobreza, que se define con el volumen mínimo de ingresos necesarios para vivir de forma adecuada en un determinado país, en función de los costes de la vida en cada territorio. En España, ese mínimo anual de ingresos era de 7.800 euros en 2010. Hoy en día, el porcentaje de la población española que no alcanza esos ingresos anuales es del 21,8%. Y lo peor está por llegar: un reciente estudio de Metroscopia para Intermón Oxfam  advierte de que, de continuar la tendencia actual, en 2015 habrá en España ocho millones más de personas por debajo del umbral de la pobreza... y, al mismo tiempo, seguirá incrementándose la brecha de la desigualdad. España ya se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea con una brecha de desigualdad social más abultada. El 10% de rentas más elevadas acapara el 23% de la riqueza nacional y el 10% de las personas más pobres cuenta con el 3% del Producto Interior Bruto (PIB), según  la misma ONG. Y todo en un país que subvenciona con miles de millones a sus bancos (privados) y que recorta derechos sociales con podadera. Y todo, también, con un 76% de los ciudadanos, según la misma encuesta de Metroscopia, que rechazan de plano las políticas de austeridad y que consideran que estas medidas aumentarán la pobreza. Creo firmemente que el objetivo del Estado es conseguir el bienestar de los ciudadanos. Creo que el Estado, como máxima expresión de la capacidad de organización humana, tiene el deber de cubrir, en la medida de lo posible, las necesidades básicas de sus miembros, como vivienda, alimento, seguridad, educación, sanidad... Ya en alguna ocasión he hablado aquí de la renta básica, definida como "un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quien conviva". Si queréis información sobre esta opción, mucho más racional y sensata de lo que pudiera parecer en un primer contacto, entrad en la página de la Red Renta Básica y encontraréis amplia información. Los datos que se acaban de hacer públicos sobre la pobreza en España dejan bien clara la urgencia de su implantación. Si estás de acuerdo con lo anterior, es el momento de luchar por conseguirlo. En estos momentos está en marcha una iniciativa que busca conseguir su implantación en todo el territorio de la Unión Europea. Si quieres que en las próximas décadas no se incrementen de forma salvaje las diferencias entre ricos y pobres, si quieres que un Estado verdaderamente social, firma la socilitud. Puede ser el primer paso hacia un mundo más justo y equitativo. Yo acabo de darlo.
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Published on September 22, 2013 02:50

September 15, 2013

Una de libros y retos

Desde el blog Maleducadas (¡qué gran nombre, toda una declaración de intenciones!) acaban de lanzarme un reto que no quiero dejar pasar. Me piden que responda a veinte preguntas sobre literatura y que proponga a tres blogs amigos que se unan a la cadena. En concreto, estas son las condiciones del reto: Contestar a las veinte preguntas en nuestro blog.Invitar a tres blogs amigos.Mencionar el blog que nos ha invitado.Si os soy sincero, no tengo muy claro para qué sirve todo esto, más allá de pasar el rato hablando de libros (que no es poco, sobre todo si en el proceso descubres una gran lectura que te había pasado inadvertida). Siempre que me piden que señale aquellos libros que más me han gustado, los mejores de, los más no sé qué, me sucede lo mismo: me entra un sudor frío y la mente se me queda en blanco. Y es literal, os lo juro: hace unos meses me pasó exactamente eso durante una charla que estaba dando sobre novela histórica. La jornada había sido de lo más amena, uno de esos días en que percibes el enganche de los presentes, en que te das cuenta de que lo que dices está interesando y se genera un clima de participación. Una gozada de día, vamos. Hasta que alguien tuvo la idea de preguntarme cuáles eran las mejores novelas históricas que había leído nunca. Así, sin términos medios, no fuera a tener dudas. Buf. las mejores. Y mirad que me lo sé, que suelo llevar dos o tres títulos preparados por si acaso, que esa es una de las preguntas fijas. Pues nada. Aquel día me quedé completamente en blanco. Pero en blanco, blanco, nieve pura. ¿Seleccionar una, dos, tres obras entre los cientos de libros que me han gustado, que me han marcado, que he disfrutado? ¡Ni que fuera tan fácil! Siempre digo que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, que cualquier lista sería diferente mañana, o la próxima semana... Pero bueno, qué se le va a hacer. He aceptado el reto, así que menos excusas y adelante. Empecemos por la invitación a tres blogs amigos. Los tres, y no es casualidad, son colegas escritores. Y los tres de lo mejorcito que os podréis llevar a los ojos si no tenéis qué leer:Nada se esquece, de Puri AmeixideTardes eléctricas, de Miguel OteroChove en ningures, de Francisco CastiñeiraY ahora, tras el salto, al grano con las respuestas...
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Published on September 15, 2013 01:52

September 8, 2013

¡Enhorabuena, Juan, compañero!

Qué bueno. Un colega escritor, gente estupenda donde la haya y al que tengo que agradecerle unas cuantas cosas, entre ellas que me haya convertido en personaje de su próxima novela o una crítica tremendamente elogiosa en El Independiente de Cádiz, está hoy de enhorabuena. De las de verdad. Porque Juan Manuel Sainz Peña, que de él hablo, acaba de ganar el V Certamen Ciudad de Almería con su novela El criado de Velázquez... que, curiosamente, he terminado esta misma semana. No, por el momento no la busquéis en la librería más próxima, porque todavía no ha salido. Si he podido leerla es porque Juan ha tenido el detalle de enviármela. Y me encanta que haya ganado. Primero, porque El criado de Velázquez es una obra sólida y bien construida, de esas que dejan un poso en la memoria. Segundo, porque Juan se lo merece, porque lleva muchos años luchando por hacerse un hueco en este mundo tan puñetero y, sobre todo, porque no es de los que buscan hacerse ese hueco a codazos, como sea, sino que pertenece a una especie en vías de extinción: la de los colegas de verdad, la de los compañeros de fatigas, los que celebran los éxitos ajenos como si fueran propios y no se creen el ombligo del mundo literario. Y, tercero, porque de alguna forma la noticia me reconcilia con este sistema literario tan viciado en el que vivimos. Pues no os quepa duda de que el premio que acaba de llevarse Juan es de los de verdad: de los que no están amañados desde antes de convocarse, de los que no buscan cazar a algún autor de renombre para hacer caja, de los que no prescinden de la calidad de las obras presentadas. Juan ha ganado y lo ha hecho limpiamente: hasta la misma cena de gala no tenía ni idea de si se llevaría el premio. Y eso, qué queréis, es algo que yo ya creía extinguido. Así que permitidme que felicite a Juan, que se lo ha ganado de verdad: ¡Enhorabuena, compañero! 
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Published on September 08, 2013 01:50

August 22, 2013

Un pedazo de la Tierra Media en Noia

De vuelta. Mientras me readapto a horarios, trabajos y placeres habituales y retomo, entre otras cosas, la escritura de la nueva novela, os dejo en rigurosa exclusiva con lo prometido el 23 de julio: el vídeo de la ceremonia de matrimonio que tuve el honor de oficiar para dos excelentes amigos: Juan y Diana. Disfrutadlo, porque algo así no se ve todos los días...
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Published on August 22, 2013 04:06

De vuelta...

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Published on August 22, 2013 02:13

July 31, 2013

July 23, 2013

Mis otras vidas

De vez en cuando, la vida te regala un día de esos que no quieres olvidar. Como este sábado 20 de julio: una jornada perfecta. Porque este sábado dejé de ser por unas horas el Fran Zabaleta escritor que conocéis y me convertí nada menos que en Théoden, rey de Rohan. Y aunque eso de realezas y demás zarandajas me produce sarpullido, en este caso ha sido todo un honor meterme en la piel de tan regio personaje para casar a mi querida hija adoptiva, Éowyn, con Faramir, el segundo hijo del senescal de Gondor. O, lo que es lo mismo, para oficiar el enlace de Diana y Juan, como los conocen la mayor parte de los mortales, dos amigos de esos que hacen que me de cuenta de lo afortunado que soy al contar con ellos.Y es que ya es hora de que lo confiese: me gusta el rol. Me encanta meterme en la piel de otros personajes y vivir otras vidas. Convertirme en héroe o en villano, viajar por tierras imposibles y entablar amistad con enanos, elfos, posaderos y trotamundos. Podéis llamarme friki, pero qué queréis que os diga: eso de vivir una sola vida me parece tan aburrido... Quizá por ese motivo me encanta escribir, porque también es una forma de meterse en la piel de otros.El caso es que Diana y Juan, que además de amigos son compañeros de aventuras en algún que otro mundo alternativo, decidieron celebrar su boda de una forma un tanto especial: interpretando a personajes de El Señor de los Anillos durante la XVI Feira Medieval de Noia. Y me hicieron el grandísimo honor de pedirme que yo oficiara la ceremonia. Por supuesto, tardé medio segundo en decirles que sí. Esas cosas no se piensan.Y este fin de semana allí estábamos, en plena Alameda de Noia, rodeados de extraños personajes: humanos, elfos, hobbits, ents, enanos, magos e incluso algún que otro noiés. Y fue una ceremonia en verdad diferente: de esas que se recuerdan muchos, muchos años. Por cierto que, por si acaso alguien duda de si le estoy tomando el pelo, tengo pruebas hasta en la prensa local. Aunque, como suele pasar en este país, el periodista no se enteró de nada. Pero de nada, nada... ("Además de la lectura de los artículos que obliga la ley...": pero alma de cántaro, ¿qué artículos de qué ley? En fin). Os dejo, tras el salto, con algunas de las fotos del día, que ya sé que las estáis esperando con ganas. Y queda prometido: en cuanto tenga el vídeo de la ceremonia lo cuelgo aquí, para que podáis verla entera. ¡Felicidades, Juan y Diana!... y gracias, de corazón, por contar conmigo para algo tan especial.
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Published on July 23, 2013 08:45

July 12, 2013

Ahora sí: escribiendo

Pues, tras la última entrada, ha costado. Entre la ola de calor, las urgencias pendientes y esa curiosa inquietud en las tripas de que os hablaba, hasta hoy no he conseguido ponerme con la nueva novela. Sí, he seguido documentándome (y seguiré, que eso nunca se acaba) y mi cabeza ha estado dándole vueltas sin parar a la trama, pero no conseguía decidirme a dar el paso...El vértigo, supongo. Y es que las primeras palabras de una novela son fundamentales. No solo para el lector, sino para la propia novela, para la forma en que la historia va a ser contada. Porque esas primeras palabras deciden muchas cosas. O, mejor dicho, para poder escribirlas hay que tener claras muchas cosas: un punto de vista, un tiempo verbal, un estilo y hasta un personaje principal, si me apuráis. De ahí el vértigo. Como si estuviera en lo alto del acantilado, con el océano ahí abajo, tratando de decidir si me lanzo o no. Pero ya está: me he lanzado. Esta mañana he escrito al fin las primeras líneas, sobre la llegada del protagonista, el hidalgo e infante de los Tercios Pedro Almofrei de Traba, a la isla de La Española, en el Caribe, allá por el mes de junio de 1651. Solo unas pocas líneas, hay que ir cogiendo el ritmo con calma, pero es como si hubiera soltado alguna espita: ya no hay vuelta atrás. Conociéndome, lo más probable es que este principio cambie unos cuantos cientos de veces antes de poner el punto final. Pero, por el momento, ahí está, invitándome a descubrir la historia que oculta. Qué ganas, demontres.
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Published on July 12, 2013 08:21

July 1, 2013

Todo a punto: nueva novela en marcha

Estos días me siento como el señor ese de la foto: a punto de saltar desde lo alto del acantilado. Una inquietud en las tripas. Un cosquilleo en las yemas de los dedos. Una sensación de vértigo muy familiar. Porque, una vez más, estoy a punto de comenzar a escribir una nueva novela. Todavía no ha salido la anterior, En tiempo de halcones, que sigue su parsimonioso curso por el mar editorial y que espero verá la luz en pocos meses, pero mi cabeza no para y anda ya enfrascada en un nuevo proyecto, como si Estevo de Trobos y la hermandad de Santiago, los protagonistas de En tiempo de halcones, no fueran sino recuerdos de un lejano pasado... El caso es que estos días, tras un año de exhaustiva documentación, tras perfilar los personajes, desarrollar el argumento e idear las tramas, estoy a punto de lanzarme una vez más a la aventura. Y, como siempre, la sensación es de lo más curioso: una especie de vértigo, un cosquilleo nervioso en las sienes. Me conozco bien y sé que, en cuanto comience, me absorberé en el proyecto y el resto del mundo se difuminará, así que aprovecho las últimas horas de libertad con la expectación del que ha planeado un viaje y no ve el momento de embarcarse... hasta que, a última hora, le asaltan las dudas.El caso es que lo de lanzarse a la aventura es, en este caso, literal. Porque en esta ocasión va de aventuras. Y de las buenas, espero. De las que están repletas de filibusteros, piratas, asedios a ciudades, combates navales y tipos corajudos con las cosas claras. Me largo al Caribe del siglo XVII, a la isla de La Española allá por 1650, dos años ha que terminó la Guerra de los Treinta Años, con una España en decadencia, una Francia en ascenso y una Inglaterra revolucionaria en la que un rey acaba de perder la cabeza... literalmente. Sí, la nueva novela, que todavía no tiene título, será de aventuras. Históricas, por supuesto, con el telón de fondo de la guerra anglo-española de 1655-1660, y con protagonistas de postín, entre otros el corsario sir Henry Morgan, el mismo que pasó a sangre y fuego Panamá. Y con él una buena retahíla de piratas, filibusteros y buscavidas con sus posaderas bien asentadas en la isla de La Tortuga. Y, en medio de tanto trotamundos, un hidalguillo gallego, Pedro Almofrei de Traba, que no tiene a estas alturas ni la más remota idea del fregado en el que está a punto de meterse...Lo dicho: estoy como el de la foto, a punto de zambullirme en el mar. Qué nervios, pardiez.
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Published on July 01, 2013 07:10

June 24, 2013

La taberna de Fran Zabaleta

Qué cosas. Sepan vuesas mercedes que mi humilde persona acaba de experimentar una asombrosa transmutación. Que así como hasta el momento era mi catadura de humana carne y terrenal hueso, que tal es la condicion de las mortales criaturas, desde este mismo instante me adentro en el literario universo y adopto modos y maneras de pluma, tinta y papel. Y hete aquí que el destino es geniecillo burlón, que bien disfruta guiñándole un ojo a la diosa Fortuna. Pues si en algún momento albergué la vana esperanza de entrar en el universo literario por méritos propios, nunca sospechar pude que tal honor lo alcanzaría no por la calidad de mis composiciones, sino por el arte y el buen hacer de un maestro escribidor que, en un momento de incomprensible enajenación mental, ha decidido convertirme en personaje de su próxima obra, transmutado por la magia de su escritura en tabernero felón en el Madrid de los Austrias. Tal honor debo a Juan Manuel Sainz Peña, autor meritísimo de obras profusamente premiadas, entre ellas, por mentar solo dos, son las más recientes El criado de Velázquez, ambientada en tiempos de Felipe IV y que estos días degusto con placer, y Piedras Negras, una historia de asesinatos y apariciones en el México del siglo XIX que deja en el paladar el regusto placentero de las mejores obras de Poe. La asombrosa cantidad y calidad de premios literarios que ha obtenido, que podréis comprobar en este enlace, son la muestra más elocuente de su excelencia literaria. Pues, como les decía a vuesas mercedes, Juan Manuel ha decidido incorporarme al elenco de personajes de su próxima novela, El taxidermista, convertido en tabernero y también escribidor. He aquí, para deleite de vuesas señorías, la entrada en escena del mentado vinatero:
Taberna de Fran Zabaleta. Enero de 1629. Madrid
Parmenio Bablia aún tenía clavado en lo más profundo de su alma el dolor por la muerte de sus dos hijos y su esposa tras el derrumbe en la parroquia de las Nieves, tres años atrás. Ahora andaba el corchete refugiado en tabernas y colmados, sin encontrar más consuelo que saber que quedaba un día menos para reunirse con ellos si Dios así lo había dispuesto. Mas en tanto llegaba su hora, como está dicho, pasaba su tiempo entre jarras de clarea o Pedro Ximénez, según tuviera el ánimo y el bolsillo. Se arrimaba aún vestido de uniforme a la taberna de Fran Zabaleta, un vigués de mirada atenta, zascandil y truhán con los vinos que servía, dando caldo que decía de las mejores cosechas aún cuando lo vertido supiera a agua del canalón de algún tejado viejo tras una noche de tormenta.Bablia había leído alguno de los escritos de Zabaleta, libros que hablaban de tiempos no tan remotos, de caballería, héroes y meigas de su tierra. Todo tratado con esa suerte de retranca tan gallega, que ora parece que afirma y al punto niega, y nunca se sabe si viene o si va, que es maña bien adecuada cuando de tales materias se trata, que una cosa era bregar con bellacos y bebedores y otra muy distinta que sus novelas cayeran en manos de la Inquisición, nada permisiva con aquello que tuviera que ver con brujas y sortilegios.A fe que se daba buenas trazas el tabernero, tan industrioso en el arte de la engañifa como en el de las letras. Y fue eso, la literatura, lo que acercó a Parmenio a Fran y a su negocio. Después de leídos algunos de sus tochos, conversaba con el escritor animadamente, lo cual no dejaba de ser una novedad, pues el gallego era poco dado a la charla con la clientela. Pero con Bablia la cosa cambiaba. El corchete pedía media jarra, le decía que había terminado tal novela y al vigués le brillaban los ojos esperando saber qué pensaba de su obra aquel hombretón tan cultivado e interesado por la literatura.—Ándate con cuidado, Fran —le dijo en cierta ocasión— haces una literatura que quita el hipo, pero por Dios Santo, ese último libro que me has dejado…—La cruz de ceniza… —habló mientras le servía.—Te van a quemar si ese tocho llega a manos de alguien con un hábito y una tonsura. Y sería una terrible paradoja que fuera yo quien, por orden de algún fanático, tuviera que venir aquí a llevarte preso.
No me digan que no es sorprendente la vida, que anda uno todo el día bregando con las letras creyéndose dios todopoderoso de cuanto sucede en las cuartillas y sin previo aviso me veo convertido en personaje sometido al albur de mi creador. ¡Espero que cuando El taxidermista esté terminado tengan vuesas mercedes a bien visitarme en mi taberna! 
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Published on June 24, 2013 03:35