Fran Zabaleta's Blog, page 58

October 9, 2012

El Rey Mendigo: un episodio de La cruz de ceniza

Al atardecer de un día de principios de junio, Baltasar Sachs salió de la iglesia con paso decidido y se internó en el laberinto de callejuelas que abrazaba las murallas de Wittenberg. (...) Caminó ajeno a la llovizna, al lodo, a las miradas que perseguían la estela de su hábito. De vez en cuando se detenía en una encrucijada, dudaba un instante, reemprendía la marcha. Desembocó al fin en un pasaje algo más ancho que los demás. Allí, reclinadas contra el lienzo de la muralla como viejas damas adormecidas al sol, dos construcciones de piedra rompían la monotonía del adobe. Se trataba de antiguas posadas en las que pernoctaban, a la espera del alba, los viajeros que llegaban, cuando ya las puertas de la ciudad se habían cerrado, pero hacía mucho tiempo que no cumplían aquella función.Respiró hondo. El hombre que iba a visitar ocupaba ahora las dos viviendas. Aunque nadie se mostraba locuaz, cuando el nombre de Cornelius Bocanegra salía a relucir, lo poco que había conseguido averiguar de él bastaba para congelar la esperanza. Le llamaban el Rey Mendigo y su sola mención borraba sonrisas y sembraba nubes de recelo. No había negocio clandestino en Wittenberg que no pasara por sus manos, pordiosero que no compartiera con él sus limosnas o prostituta que no se declarase bajo su protección. Los escasos artesanos de la barriada cebaban su bolsa y cualquier recién llegado debía dirigirse a él si quería obtener una barraca donde cobijarse. Se decía que hasta los alguaciles del elector Federico se guardaban mucho de intervenir en sus negocios, pues más de uno había amanecido agusanándose al sol en el pudridero de la ciudad. Fuera verdad o no, que en tales entuertos es el temor la mejor espuela de la imaginación y más cuenta lo que se quiere ver que lo que de veras se ve, lo cierto es que Cornelius Bocanegra era la argolla por la que pasaban todos los cabos, el alambique que destilaba todos los licores. Y también la piedra angular sobre la que Baltasar Sachs pensaba levantar el edificio de sus quimeras. Por eso se encontraba allí, porque tenía que conseguir, como fuera, que aquel temido personaje se pusiera de su parte. Mas no era trago fácil. La correa con la que el Rey Mendigo sujetaba a los suyos estaba trenzada con hilos crueldad y violencia. Nadie osaba enfrentarse a él, nadie se atrevía a llevarle la contraria. Baltasar echó un nuevo vistazo al callejón. La llovizna de la tarde se había convertido en un aguacero persistente que empapaba sus ropas y le pegaba los cabellos al cráneo. Se estremeció, quizá por el frío, y avanzó hacia el primer caserón. No había dado dos pasos cuando una figura le bloqueó el camino. En la penumbra distinguió el contorno de un hombre alto, macizo, que le observaba con una media sonrisa. Su rostro parecía hecho de barro mal cocido, con las facciones marcadas por los restos de la viruela. El aspecto se le antojó al fraile el de un cancerbero que llevara demasiado tiempo inmovilizado por su traílla. Lo identificó al punto: se trataba de Benno Locher, un mercenario de confusas guerras que ejercía de lugarteniente de Cornelius. Decían de él que era capaz de arrancarle los ojos a un recién nacido sin perder el apetito. Cuando habló, las palabras brotaron torvas de una boca a la que le faltaban la mitad de los dientes:—¿Adónde creéis que vais, fraile? Baltasar percibía el retumbo de su corazón en el pecho, pero ya era demasiado tarde para darse la vuelta.—Condúceme ante tu jefe, Benno —ordenó con mucha más seguridad de la que sentía.La mención de su nombre provocó que una sombra de desconcierto bailara en los ojos del mercenario. La mano derecha se deslizó hasta posarse sobre la empuñadura de un cuchillo que sobresalía de su cintura.—¿Me… me conocéis? —susurró el hombre, bajando la voz.El padre no las tenía todas consigo. Aquel juego resultaba nuevo para él y no estaba seguro de conocer sus reglas. —¿Quién no conoce a Benno Locher?El individuo frunció el ceño y fijó su atención en Baltasar, tratando de decidir el sentido de aquellas palabras. La mueca del rostro se transformó en algo parecido a una sonrisa, esfuerzo que desfiguró todavía más sus facciones, pero no apartó la mano del cuchillo.—¿Qué queréis?—Hablar con Cornelius.Dudó aún, pero se volvió hacia las sombras (...) y penetraron en la vivienda. Unos hachones colgados de las paredes iluminaban la estancia. En el centro, seis o siete fulanos sentados en torno a una mesa apuraban con rechino de sorbos y regüeldos el contenido de unas escudillas de peltre, vigilados de cerca por dos muchachas que rellenaban con cerveza las jarras. Al momento, supo cuál de aquellos rufianes era el llamado Bocanegra, porque en rigor no podía ser otro el individuo capaz de sojuzgar a tan fementida canalla como la que atiborraba la cámara. El aspecto de Cornelius Bocanegra llamaba la atención por lo menguado del cuerpo, pues a fe que el destino había decidido no correr riesgos con el tal sujeto y restar en energía lo que sumaba en inteligencia. Y es que aquella escasa estatura, aquellos miembros disminuidos sostenían una cabeza rotunda, casi monstruosa, una cabeza pelada que tendía a bambolearse y parecía a punto de vencer la resistencia del cuello. Mas cualquier sensación de fragilidad se volatilizaba como vapor de vino amargo al desviar la vista hacia su rostro. La expresión de aquel ser contrahecho era la de una hiena hambrienta y despiadada, una hiena acostumbrada a manipular a los semejantes como peones de una ignorada partida. (Sigue tras el salto)
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Published on October 09, 2012 02:59

October 5, 2012

Crónicas redelibreiras: a viaxe sen cancelas de Xesús

Que tarde a de onte. Por fin, logo de catro meses traballando xuntos a
distancia, puiden coñecer en persoa a Xesús Bermúdez Tellado, o autor de
Viaxe sen cancelas. E confirmei ou que xa sabía: que é un home
encantador, unha desas persoas que sobordan simpatía e cordialidade. E
notouse, vaia se se notou. A sala da librería Follas Novas de Santiago repleta de
amigos, coñecidos e curiosos, todos felices de ver a Xesús cumprindo un
dos seus soños: publicar un fermoso libro de poemas. Tocoume introducir o
acto, unhas palabras breves para deixar paso a Afonso Becerra, que
arrincou unha boa cantidade de risas desvelándonos os aspectos ocultos
de Xesús. Que curioso! Sabiades que, entre outras perlas, deu clases de
esperanto?? Ou que é un mestre do ganchillo! (Ups, Xesús, espero que me
perdoes por desvelar isto... :-).
Tras Afonso tocoulle a quenda ao autor, que fixo gala desa especial
sensibilidade que tan ben mostra nos seus poemas... e non deixou ser vivo en cen quilómetros á redonda ao que non lle agradecera algo. Despois, un final de
acto realmente marabilloso: a actriz Maxo Barjas, acompañada ao
violonchelo por Guillermo Alzugaray, desbordou emoción e bo facer na lectura dalgúns dos poemas
do libro. Un deses momentos máxicos nos que a forza da voz e a sutileza
da música conseguen prender as miradas. A sala en completo silencio, a
voz potente, versátil, maxistralmente modulada polo violonchelo.
¡Que luxo! Volvín para Vigo nunha nube, feliz por coñecer a tanta boa xente e por ver como alguén tan especial como Xesús quedaba cun gran sorriso na cara... Mágoa que, ao estar na mesa, non puiden facer máis que dúas ou tres fotos que non reflicten nin por asomo o bo ambiente da presentación. Pero todo gravouse en vídeo, así que agardo poder ofrecérvolo axiña...
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Published on October 05, 2012 02:20

October 2, 2012

Pequeñas historias: manías de escritores

Dicen que los escritores somos individuos maniáticos. Que vivimos en un universo paralelo, ajenos a la vida cotidiana. Prefiero no preguntarle a mis amigos qué opinan al respecto, que tienen muy mala baba cuando quieren. Pero es cierto que, cuando una historia se me mete entre ceja y ceja, no hay forma de que me concentre en otra cosa. Ya esté dando un paseo por el monte, cenando en un restaurante o viendo una película, cuando menos me lo espero salta una idea, una frase, una idea argumental y tengo que anotarla al instante. Antes llevaba papel y pluma a todas partes, pero ahora los teléfonos móviles son una bendición: grabo y listo. Y sí, vale, también es cierto que cuando me atasco en un capítulo (algo que sucede con más frecuencia de lo que me gustaría) me pongo de un humor... raro. No, no me enfado, pero sí parece que el mundo se me viene encima y que se me quitan las ganas de cualquier cosa... hasta que, en el momento más inoportuno (justo antes de dormirme o cuando se supone que tengo que estar prestando atención a lo que alguien me dice) se presenta la solución de improviso. De mis manías mejor no hablar, que después me las echan en cara... En esto de las manías, hay ilustres escritores, por supuesto mucho más capacitados que yo, que me superan con creces. ¿Será que el grado de manía va en consonancia con el talento? Hemingway,
por ejemplo, era esclavo de extraños
hábitos. Cuando escribía siempre guardaba como amuleto en el
bolsillo derecho una castaña de Indias y una pata de conejo raída,
con los huesos y los tendones relucientes por el frote continuo.
Solía escribir en una cafetería y procuraba no dejarlo hasta que se
le ocurría una nueva idea con la que continuar al día siguiente. En
ese momento se detenía, para que su subconsciente siguiera
“trabajando” por él hasta el día siguiente. Por cierto que en esto último le imito, y es algo que recomiendo siempre a los escritores que están empezando: es genial para evitar el temido bloqueo ante el papel en blanco al día siguiente. Otro muy curioso era Schiller, el autor de Guillermo Tell. Tenía un cajón del escritorio que mantenía siempre lleno de manzanas podridas. Cuando se sentaba a escribir, necesitaba abrir
aquel cajón y aspirar el aroma a putrefacción. ¡Afirmaba que le
inspiraba, que sin ese olor se sentía incapaz de escribir una sola
línea! Por su parte, Günter Grass
escribe
sobre un
pequeño
pupitre y tiene la manía de levantarse
y pasear por
la
habitación
mientras
murmura
para sus
adentros
una y
otra vez
las frases
que quiere
escribir,
proceso
durante el
cual las
va
depurando,
reduciéndolas
a la
mínima
expresión.
Solo
entonces se
anima a
pasarlas al
papel. Lo que no sé es si Grass copió este hábito de Flaubert, que sometía a todas sus frases a
la prueba
de “la
gueulade”
(la
chillería
o vocerío).
El autor de Madame Bovary salía a
leer en
voz alta sus textos a
una pequeña
alameda de
tilos que
todavía
existe en
la que
fue su
casita de
Croisset:
la allée
des
gueulades
(la alameda
del
vocerío).
Allí leía
a voz
en cuello
lo que
había
escrito y
el oído
le decía
si había
acertado o
si debía
seguir
buscando
los
vocablos y
frases
hasta
alcanzar
aquella
perfección
artística
que
persiguió
con
tenacidad
fanática. Un grado mayor de "maniático" era Balzac. Cuando
se
enfrascaba
en una
novela,
aseguraba, el
escritor
debía
permanecer
casto para
evitar
perder
energías.
Llegó
incluso a
recriminarle
a Alejandro
Dumas hijo
que
desperdiciase
su tiempo
en
continuas
aventuras
amorosas,
en vez
de
concentrarse
en la
escritura.
Estaba
convencido
de que
por una
noche con
una mujer
se
malgastaba
al menos
medio
libro. Y
añadía:
“No
hay en
el mundo
mujer
alguna que
merezca
tanto la
pena como
para perder
en ella
dos
libros”. Por cierto que sobre Balzac se cuenta una anécdota muy curiosa. En una ocasión en que se
encontraba en París, el naturalista Humboldt, que se sentía
fascinado por la locura, le pidió a su amigo el psiquiatra Blanche
que organizara una cena con un loco. El médico aceptó y lo preparó
todo. El día de la cena, advirtió a Humboldt: “Comerá también
con nosotros otra persona, un invitado muy especial”. En la cena,
en efecto, se hallaban Blanche, Humboldt, un caballero impecablemente
vestido, de mediana edad y muy silencioso, y otro con aspecto
desaliñado que no paraba de contar las más inverosímiles
anécdotas. En un momento determinado, Blanche y Humboldt se
levantaron de la mesa y Humboldt aprovechó para darle las gracias al
doctor, pues estaba fascinado por el comportamiento de aquel loco que
no paraba de hablar. “¡Pero qué dice, hombre de dios! ―replicó
el doctor―. Ese señor es el famoso escritor Honoré de Balzac. El
loco es el otro, el que no habla...”.En fin. Que algo de cierto habrá en esto de las manías de los escritores...  (Las anécdotas están extraídas de 99 libros para ser más culto).
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Published on October 02, 2012 07:48

September 28, 2012

El asedio, nuevo título de Redelibros

Seguimos adelante a toda máquina. Este verano ha sido pródigo en proyectos editoriales y en trabajo duro. Trabajo que ahora va concretándose, que ya es hora. Y qué gusto tener en las manos el esfuerzo de tantos meses... Ya lo he comentado antes, pero esto de editar me encanta. Es un privilegio dedicarse a escribir, desde luego, pero también lo es, y no menor, dedicarse a convertir en realidades tangibles las ilusiones, la creatividad y el talento de otros escritores. Y esta temporada los hados se han confabulado para traer hasta mi mesa de editor libros redondos, repletos de talento y de buen hacer, historias mágicas y sugerentes. Este jueves 4 de octubre, presentamos en Santiago de Compostela el libro de poemas de Xesús Bermúdez Tellado, Viaxe sen cancelas, del que ya os hablé en esta entrada. Por cierto que si queréis más datos sobre la presentación, podéis verlos aquí. Hoy, sin embargo, quiero hablaros de un nuevo libro que verá la luz la próxima semana. Se trata de El asedio, de Miguel Otero Furelos, un autor que sitúa sus novelas en un universo propio muy especial, la imaginaria comarca leonesa de la Vega. Miguel Otero es, pronto podréis comprobarlo, un pintor de atmósferas excepcionalmente dotado, capaz de desvelar con cuatro trazos el carácter oculto de sus personajes, sus grandezas y
miserias, el ambiente opresivo de unos seres aislados del mundo. Como la
Comala del Pedro Páramo de Juan Rulfo, Zabiega es un pueblo desolado, un universo irreal y, al tiempo, un retrato de alcance universal. Os cuento de qué va:Tras veinte años de ausencia, un hombre regresa a su pueblo natal, una pequeña localidad de la comarca leonesa de la Vega cerrada en sí misma. Su llegada provoca una oleada de reacciones encontradas: viejos amores, odios, recelos y rivalidades. Como marionetas en manos del destino, los acontecimientos se precipitan en la fecha más señalada de la localidad: el Día del Zarrajo, la jornada en la que se celebra un ancestral rito de expiación.Miguel Otero Furelos (Ponferrada, 1962) es profesor de inglés en Vigo, Galiza. Ha publicado Amaranta y otros cuentos y las novelas El Arlequín, Detrás de un retrato y Alas negras, ganadora del XXI Premio Felipe Trigo de Novela Breve. Ha sido finalista del Ateneo de Sevilla, Azorín y el Premio Iberoamericano Casa de América y colabora en prensa con artículos y reseñas sobre cine y literatura.Por cierto que también habrá presentación de El asedio. Será el jueves 18 de octubre en la librería Cartabón de Vigo. ¡Allí os esperamos a todos! Si queréis más datos sobre esta presentación, haced clic en este enlace.
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Published on September 28, 2012 02:01

September 24, 2012

Taller literario

¿Os gusta escribir? ¿Os apetece profundizar en el conocimiento de las técnicas narrativas fundamentales para capturar la atención y el interés del lector: la creación de personajes, el tiempo y el ritmo de la naración, los trucos del oficio, la búsqueda de un estilo propio, etc.? Durante el fin de semana del 26 al 28 de octubre, en la Casa Grande do Bachao (cerca de Santiago de Compostela), organizo en colaboración con Pere Tobaruela y la red social de Literatura Redelibros un taller de escritura que no te puedes perder:  Durante dos días, en un entorno bien hermoso, alternaremos la teoría narrativa con el debate abierto, el fomento de la creatividad y la imaginación, la realización de ejercicios narrativos y el análisis individual y colectivo de los trabajos de los participantes. Hablaremos también de la realidad editorial actual y trataremos de orientaros en los caminos para alcanzar la publicación de vuestras obras. Dos días en una hermosa casa rural, lejos del jaleo diario, para mejorar nuestras técnicas narrativas, reflexionar sobre el estilo y el oficio de escribir y disfrutar de la compañía y la conversación de otros escritores. ¿Te apetece? Descarga aquí el programa.¡Recuerda que el plazo de inscripción está abierto hasta el lunes 15 de octubre!
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Published on September 24, 2012 07:54

September 20, 2012

¿Qué nos impulsa a leer un libro?

Durante los últimos meses, muchos de los que visitáis esta página habéis votado en la encuesta de la columna de la derecha sobre los motivos que os llevan a decidir leer uno u otro libro. Hoy, con cincuenta respuestas, toca hacer balance. Vale, no son muchas, y probablemente tampoco representativas según los cánones estadísticos... pero me da igual. Son cincuenta lectores que han opinado en un bloc que habla de libros. Para mí, suficiente representación.Aquí están los resultados: ¿Qué os impulsa a leer un libro?1º Las recomendaciones de los amigos: 22%2º El género y/o el tema: 18%3º Otras razones: 14% (¿cuales??)4º La portada y el texto de la contra: 10% 5º El autor: si alguno me gusta, me lo leo todo: 10% 6º Las recomendaciones de mi librero de toda la vida: 10%7º Leo todo lo que cae en mis manos: 8% 8º Que esté en la lista de los más vendidos: 4%9º Las redes sociales, el runrún en Internet: 4%
Vamos, que la mayor parte de los lectores, un 50%, elegimos nuestras lecturas por las recomendaciones de nuestros amigos (o nuestro librero favorito, que es más o menos lo mismo) y por el género y el tema. Por el famoso boca a oreja de toda la vida, en resumen. Que esté en la lista de los más vendidos o se hable de ellos en las redes sociales son motivos de "captación de lectores", al menos por lo que afirmáis (y no tengo motivos para dudar de vosotros, por supuesto), prácticamente testimoniales: apenas un 8% entre los dos. El resto se lo llevan, con un 14%, el texto de la contra y la portada (¡que sí, que son fundamentales, cuántos libros estupendos se quedan en el camino por tener una portada sosa... o al contrario, cuántos bodrios nos habremos echado al coleto por una portada estupenda, o una sinopsis atrayente!). Y otro 10% para el autor, si nos gusta. Lo que no me queda claro es a qué refiere ese 14% de otras razones, pero en fin...Todo lo cual me lleva a una conclusión: ¿qué demonios hacemos una legión de escritores bombardeándoos con nuestros libros en las redes sociales, si al final solo un 4% de los lectores hace caso de esas recomendaciones? ¡La de horas de esfuerzos inútiles que podríamos ahorrar... para dedicarlas a escribir! ¡Y la de "ruido" que evitaríamos en la red! Si lo llego a saber antes... Os dejo con una nueva encuesta: ¿cuál es vuestro género preferido? La tenéis en la columna de la derecha, como siempre...
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Published on September 20, 2012 02:36

September 18, 2012

¿Vuelven las novelas por entregas?

Amazon acaba de anunciar un nuevo servicio online: Kindle Serials. Un sistema por el cual los lectores podrán suscribirse a una novela de tal o cual autor e ir descargándose, tras pagar la correspondiente cuota, los nuevos capítulos a medida que se vayan publicando. Nada nuevo: ya en el siglo XIX, muchos autores hoy prestigiosos como Balzac (La comedia humana), Alejandro Dumas (Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo), Víctor Hugo (Los miserables), Flaubert (Madame Bovary), Robert Louis Stevenson (La flecha negra), Emilio Salgari (Sandokan), Dostoievski (Los hermanos Karamazov) o, en España, Benito Pérez Galdós, entre otros muchos, recurrieron a los periódicos para publicar por capítulos sus novelas. Era una forma eficaz de conseguir una rápida publicación, que no precisaba de los tiempos de "producción" de una nueva novela, y de comprobar al tiempo si la obra tenía tirón, si interesaba a los lectores. En ese caso, la novela por entregas se convertía en el "estudio de mercado" previo a la publicación en formato libro. Pero está claro que han pasado ciento cincuenta años. ¿Pueden triunfar hoy las novelas por entregas? ¿Interesaría al lector ir adquiriendo capítulos por separado? A ver, a ver...1º. Amazon ha sacado Kindle Serials. Un gigante como Amazon no hace nada sin pensarlo bien.2º. Cada día resulta más difícil publicar en las editoriales tradicionales. Con la crisis, los editores han cerrado el grifo y no se arriesgan con un autor desconocido ni aunque sea el nuevo Cervantes. Un error que terminarán pagando más pronto que tarde, porque los lectores empezamos a estar hasta el gorro de leer a los cuatro de siempre y buscamos obras frescas.3º. La irrupción de Internet y de los blogs nos están acostumbrando, querámoslo o no, a un nuevo tipo de lectura, más ligera, más rápida, más fragmentada. 4º. Los libros digitales que más se venden hoy son breves, repletos de acción, lo que conocemos como "lectura de entretenimiento", libros que nos permiten pasar un rato agradable sin más pretensiones. El formato pantalla favorece lo breve, frente al papel (que invita a una lectura más reflexiva y demorada). 5º. Las series ya triunfan, y de qué manera, en televisión: parece que eso de digerir los contenidos poco a poco y quedarse "con el alma en vilo" entre capítulos nos atrae, nos gusta imaginar qué sucederá con este o aquel personaje.6º. Las novelas por entregas obligan al escritor a utilizar técnicas narrativas muy precisas: hay que atrapar al lector desde el principio, mantener el interés en alto en todos los capítulos (para evitar abandonos), introducir continuos giros en la trama que sorprendan. Adiós a las descripciones y a los tiempos lentos. 7º. La publicación por entregas permite a un gran número de escritores que buscan abrirse camino (y no lo consiguen por la cerrazón editorial) "probarse ante el lector" de forma cómoda e inmediata. Y, de paso, sirve como estudio de mercado para las editoriales. Si una novela por entregas tiene muchos seguidores, podrán publicarla sin riesgos.Los aficionados a la fantasía tienen un ejemplo evidente en la serie que lleva quince años arrasando en el mundo entero: Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin. No es una novela por entregas típica (cada "entrega" es un libro de mil páginas), pero el autor ha sido muchos años guionista de series para televisión, y eso se nota. Mucho. En los giros argumentales, en la tensión narrativa, en las expectativas que va abriendo... Es más: las series (lo que habitual y equivocadamente se conoce como "sagas") triunfan, ahí están Harry Potter o Crepúsculo, por ejemplo. Así que todo apunta a que pronto veremos un desembarco masivo de novelas por entregas, de folletines renovados. Otra cuestión es si esta nueva tendencia producirá un cambio radical en nuestra forma de entender la literatura, y si ese cambio será para bien o para mal... pero eso es tema de otra entrada. ¿Y vosotros, qué opináis?
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Published on September 18, 2012 01:34

September 13, 2012

Otra de citas: las mujeres

Sigo dándole vueltas a la cabeza sobre cuál será la próxima novela, y de paso releyendo mis cuadernos, por si en alguna parte encuentro aquello que busco. Y sí, encuentro un montón de cosas interesantes (¡qué buena costumbre esta de anotar cuanto me llama la atención... sobre todo teniendo en cuenta mi escasa memoria!). Aunque quizá no siempre me topo con lo que estoy buscando. Cuando escribí De correctione rusticorum, sobre Martiño de Braga, buceé en la vida de varios "santos", así declarados por la Iglesia Católica, para formarme una idea de quiénes eran estos hombres y qué tenían de especial. Y sí, tenían mucho de especial... aunque no en la línea que hoy imaginamos, personas de recta vida y ecuánime proceder. También los había, pero otros, demasiados, serían considerados hoy fanáticos extremistas, misóginos o, directamente, locos. Pero, sin entrar (por ahora) en este tema, mirad qué curiosas citas me he encontrado de nada menos que de santo Tomás de Aquino, que vivió allá por el siglo XIII y se convirtió en el teólogo más importante de la Edad Media. Tomás tenía una curiosa opinión sobre la función y el valor de las mujeres. Decía, por ejemplo:"A las mujeres, resistir al placer sexual les resulta más difícil por el
hecho de que ellas poseen menos fuerza de espíritu que los varones". "La mujer no responde a la primera intención de la naturaleza, que apunta
a la perfección, sino a la intención secundaria de la naturaleza, como
putrefacción, malformación y debilidad de la edad"."La mujer posee menor fuerza física y también una menor fuerza
espiritual. El varón tiene una razón más perfecta y una virtud más
robusta que la mujer"."El marido tiene la parte más noble en el acto marital, y por eso es
natural que él tenga que sonrojarse menos que su esposa cuando exige el
débito conyugal, porque el acto marital posee siempre algo vergonzante y
causa sonrojo"."La mujer necesita al marido no solo para la procreación y la educación
de los hijos, sino también como su propio amo y señor, pues el varón es
de inteligencia más perfecta y de fuerza más robusta, es decir, más
virtuosa"."Las relaciones sexuales frecuentes llevan a la debilidad de la mente".Entre otras lidezas, Tomás de Aquino creía que la mujer era producto del semen defectuoso del hombre, o bien era concebida por causa de
factores externos, como los vientos del sur que hacen que la atmósfera
sea húmeda. O, también, que el varón tiene mayor poder de razón que la mujer porque Dios lo preparó para la actividad intelectual, mientras que la mujer no puede aspirar a igualar al hombre en capacidades, por lo que está sujeta al hombre. Sí, ya sé que Tomás de Aquino vivió en la Edad Media... pero no me vale de excusa. Hay que estar profundamente perturbado para creer en algo así, para difundirlo y potenciarlo. Una institución que impone estas ideas (que, por otra parte, no eran comunes hasta el siglo X u XI, sino que fueron producto del triunfo de la Iglesia más rancia: antes, los curas podían casarse dentro de la Iglesia, de hecho era práctica habitual en amplias zonas de Europa, y las mujeres estaban mucho mejor consideradas) es una institución podrida en su esencia, indecente, profundamente inmoral. El tabú sobre el sexo o sobre la desnudez y la "impureza" del cuerpo humano, que aún hoy padecemos en buena medida, es fruto de mentes enfermas. Mentes enfermas que consiguieron contagiar de su insania a toda la sociedad, como también hicieron los nazis con toda Alemania. Y los herederos de estas mentes enfermas siguen teniendo hoy una influencia tremenda sobre nuestra sociedad. Y se permiten, por ejemplo, segregar a chicos y chicas en muchos colegios... Quizá porque, en el fondo, siguen pensando lo mismo que hace ochocientos años.  
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Published on September 13, 2012 04:10

September 10, 2012

Una de citas

Estos días mi cabeza no para. Es un momento apasionante: tengo que decidir qué escribo a continuación. El problema es que, esta vez, son varias las historias que están luchando a brazo partido por abrirse paso, por encontrar el camino hasta el papel. Me apetecen todas, pero sé que, cuando me ponga con una, me llevará muchos meses de esfuerzo, muchos quebraderos de cabeza y las demás desaparecerán (al menos, lo harán por largo tiempo), así que la decisión tiene su miga. Y mientras dejo que la cabeza se aclare por sí sola (hace tiempo que me di cuenta de que de nada vale forzar una historia, que lo mejor es llenarse la cabeza con ideas y esperar a que, en cualquier momento, una de ellas se imponga a las demás), voy leyendo sin ton ni son, consultando libros y revisando mi libreta de notas, esa en la que anoto todo lo que me llama la atención: apuntes para posibles novelas o relatos, rasgos físicos, situaciones, citas, etc. Y hoy me encontré con una cita del Diccionario de nombres propios de Amélie Nothomb que anoté en su día y que me encanta. Va sobre la infancia:Tener diez años es lo mejor que le puede pasar a un ser humano. Diez años es el momento más radiante de la infancia. Ningún síntoma de la adolescencia asoma todavía en el horizonte: solo la infancia más madura, rica en experiencias y ya prolongada, sin ese sentimiento de pérdida que asalta desde los inicios de la pubertad. A los diez años no se es forzosamente feliz, pero se está forzosamente vivo, más vivo que cualquiera.¡Qué cierto! Desde que me la leí, contemplo con envidia a los niños y a las niñas de diez años...
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Published on September 10, 2012 03:26

September 6, 2012

¡La cruz de ceniza, por fin en ebook en Amazon!

Por fin. Después de un duro trabajo de revisión y edición, La cruz de ceniza revive, esta vez en formato digital: desde hoy lo tenéis en Amazon, disponible para descargar en vuestros Kindle, ordenadores, smartphones y tablets. Una segunda oportunidad que me hace mucha ilusión con un libro que nos ha dado, a Luis Astorga y a mí, muchas alegrías en forma de lectores agradecidos y comentarios de los que se guardan para siempre en el cajón de las cosas buenas para recordar. La cruz de ceniza salió en España en tapa dura en 2005 y, al mes, hubo que sacar una nueva edición. Después vinieron las ediciones en bolsillo, la publicación en México, la traducción al brasileño... Y ahora, después de siete años, llega por fin en versión digital, editado esta vez por Redelibros y con vocación de alcanzar todo el ancho mundo de habla hispana. ¡Que no se diga que no somos ambiciosos!Pero, ¿de qué va La cruz de ceniza? Para los que sois un poco despistados, aquí tenéis un resumen:  Primeras décadas del siglo XVI. Las guerras, el hambre y la injusticia asolan Europa y por doquier surgen movimientos que sueñan con un mundo mejor. Los anabaptistas son los más radicales: viven en comunidades aisladas, se niegan a participar en la guerra y a pagar impuestos, rechazan la propiedad privada y el dinero, imponen la posesión comunal de los bienes… Sus doctrinas pronto se evidencian muy peligrosas para los poderes establecidos.En la primavera de 1536, tras una noche de tormenta, a la playa que baña los pies de la perdida abadía de Santa María de Oia, en Galicia, arriban dos náufragos: un antiguo fraile y un chiquillo. El fraile es Baltasar Sachs, hereje anabaptista, un hombre acuciado por el deseo de Dios que, como muchos de sus contemporáneos, se siente traicionado por una Iglesia que predica la justicia y vive enfangada en el oropel. El chiquillo, Jean, es hijo de la condesa Françoise de Foix y, se rumorea, del que fue su amante, el rey Francisco I de Francia. Jean es perseguido con aínco por agentes de las principales cortes europeas. “Sacrifiqué encantada horas de sueño, magnetizada por este relato. Hay un poco de todo: aventuras, romances, persecuciones, asesinatos, guerras, venganzas, afán de poder, secuestros, violencia, sexo, historia… Los personajes están bien creados y pronto el lector (…) se identifica con ellos hasta el punto de que la tristeza invade cuando mueren, la ira salta ante las muchas injusticias y el corazón se excita o enternece cuando se habla de amor o de sexo.” Nani Arenas. La Voz de GaliciaYa lo sabéis: a partir de ya mismo, La cruz de ceniza en Amazon. A vuestra entera disposición.
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Published on September 06, 2012 00:51