Fran Zabaleta's Blog, page 50
February 2, 2014
Pero, ¿existió alguna vez Jesús de Nazaret? (I)
      Hay que reconocer que los cristianos saben hacer su trabajo. Siempre han sido unos maestros de la propaganda, unos expertos en el arte de manipular la realidad para adaptarla a sus propios fines. Y lo son, sobre todo, porque comprendieron muy pronto que lo que tenían que hacer era empezar por la base, inocular el virus en el momento en que somos más vunerables: durante nuestra infancia... 
  
    
    
    
        Published on February 02, 2014 23:33
    
Puntos y apartes
      Ya está. Ha costado lo suyo, pero ya tenemos todo preparado: las ventanas relucientes, los pasillos barridos, cada cosa en su sitio, los secretillos escondidos debajo de la alfombra. ¡Por fin! Se ha hecho esperar, pero ya está a punto la nueva etapa del bloc: Historias en el filo. ¿Que de qué va esto?...
  
    
    
    
        Published on February 02, 2014 07:50
    
January 20, 2014
Probando
      En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...
  
    
    
    
        Published on January 20, 2014 14:21
    
January 9, 2014
Cerrado por reformas
      Sí, lo sé: llevo un buen retraso sobre las fechas previstas, pero qué se le va a hacer. En estos casos siempre surgen inconvenientes, ¡cuánta razón tenía Murphy! Pero esta vez parece que va en serio: no os preocupéis si durante la próxima semana la web está caída o fuera de servicio. Es solo que Avya, el maestro de la web, estará hurgando en las tripas, recomponiendo esto y aquello, toqueteando aquí y allá. Eso sí: en cuanto lo deje todo listo... ¡nueva etapa! Qué ganas tengo, diantres.
  
    
    
    
        Published on January 09, 2014 06:32
    
December 8, 2013
Con el bicho dentro...
      Si os dejáis caer de vez en cuando por aquí, ya os habréis dado cuenta de que el bloc anda a su ritmo esta temporada. A su ritmo... lento. Pero hay motivos, más allá de la pereza: una vez más, se me ha metido el bicho dentro. Sucede cada pocos años, menos mal, pero cuando llega el bicho, sé que es época de cambios.  Y esta, en efecto, está siendo una época de mudanzas, de cerrar etapas, de abrir otras nuevas. Todo lo cual quiere decir que también se avecinan cambios en este bloc. En este momento la cabeza está dando vueltas, imaginando, proyectando. Lo difícil ya está hecho, definir lo que quiero hacer, cambiar, contar. Falta darle un lavado de cara al bloc, para lo que nunca me falla el maestro Avya, responsable de los sucesivos diseños de esta web (y ya van varios, estupendos todos, desde su apertura allá por 2005), y preparar los últimos detalles. Así que no dejéis de pasaros por aquí en unas semanas... ¿Quedamos?
  
    
    
    
        Published on December 08, 2013 23:29
    
December 7, 2013
Con el bicho dentro...
      Si os dejáis caer de vez en cuando por aquí, ya os habréis dado cuenta de que el bloc anda a su ritmo esta temporada. A su ritmo... lento. Pero hay motivos, más allá de la pereza: una vez más, se me ha metido el bicho dentro. Sucede cada pocos años, menos mal, pero cuando llega el bicho, sé que es época de cambios.  Y esta, en efecto, está siendo una época de mudanzas, de cerrar etapas, de abrir otras nuevas. Todo lo cual quiere decir que también se avecinan cambios en este bloc. En este momento la cabeza está dando vueltas, imaginando, proyectando. Lo difícil ya está hecho, definir lo que quiero hacer, cambiar, contar. Falta darle un lavado de cara al bloc, para lo que nunca me falla el maestro Avya, responsable de los sucesivos diseños de esta web (y ya van varios, estupendos todos, desde su apertura allá por 2005), y preparar los últimos detalles. Así que no dejéis de pasaros por aquí en unas semanas... ¿Qué os parece el 1 de enero de 2014? ¿Quedamos?
  
    
    
    
        Published on December 07, 2013 01:39
    
November 16, 2013
Nacidos para correr
      Hay libros que nos cambian algo ahí dentro. Quizá una idea, un prejuicio, un sentimiento, o quizá nuestra forma de ver esto o aquello, nuestra forma de estar o incluso, por qué no, de vivir. Esa es la gran maravilla de los libros: que nos regalan lo que otros han vivido, y permiten que lo convirtamos en nuestra propia vida. Y hay libros que llegan en el momento justo. Libros que, de haberlos leído un año antes o, quizá, uno después, no habrían significado sino otra lectura más o menos placentera, más o menos provechosa. Pero que, si se cruzan en nuestro camino cuando tienen que hacerlo, nos abren los ojos. Y esto es lo que me ha pasado con Nacidos para correr, de Christopher McDougall. Si se me hubiera cruzado hace un año, ni le habría dedicado otra mirada. De hecho, puede que lo haya hecho, puede que lo haya tenido alguna otra vez en mis manos sin que despertara mi curiosidad. Ni idea. Pero este año las cosas han cambiado: ya sabéis que llevo ocho o nueve meses corriendo, y que después de pasarme la vida repitiendo que no me gustaba correr, que me parecía muy aburrido, he descubierto que me encanta. Literalmente, me tiene encantado. Disfruto como un chiquillo corriendo, empapado en sudor, ya sea por la ciudad o por el campo, donde toque. Quién me lo iba a decir. Si alguna vez me oís decir "eso nunca", recordadme que me encanta correr. Pero vamos al grano: ¿De qué va Nacidos para correr? A ver que corto y pego de la contra...En busca de una respuesta, Christopher MacDougall se encuentra con la tribu de los mejores corredores de larga distancia del mundo. Aislados por el terreno más abrupto de América del Norte, los misteriosos tarahumaras de las barrancas del cobre en México son los guardianes de un arte perdido. Durante siglos han seguido técnicas que les permiten correr cientos de kilómetros sin descanso y perseguir desde un ciervo hasta un maratoniano olímpico y disfrutar de ello. Con ingenio y sabiduría, MacDougall va de los laboratorios más avanzados de Harvard a los valles soleados y los picos nevados donde cada vez más corredores empujan hasta el límite sus cuerpos. El secreto de la felicidad está a tus pies.Texto editorial aparte, el libro reflexiona sobre las motivaciones que nos hacen correr y lo relaciona con la supervivvencia de la especie, allá por la lejana (o no tan lejana) prehistoria. Pone en entredicho lo que durante mucho tiempo fue una verdad indiscutible para la medicina: que el ser humano no está hecho para correr. Muy al contrario, defiende que nuestra anatomía es perfecta para esta actividad, y que la capacidad de correr largas distancias fue el elemento que nos permitió destacar como especie. Al margen del carácter más o menos científico de estas teorías, que no viene al caso, Nacidos para correr es, sobre todo, un libro delicioso que a cada página nos hace reflexionar, emocionarnos, soltar una carcajada, que despierta nuestra empatía y nos hace soñar con espacios abiertos, retos imposibles y proezas que parecen sobrehumanas. Nos habla de pueblos casi primitivos y de cómo unos indígenas calzados con sandalias de caucho son capaces de derrotar a los mejores ultramaratonianos del mundo equipados con las más avanzadas tecnologías. Nos habla de cómo las grandes compañías del mundo del calzado deportivo se han inventado un mercado que en realidad crea más problemas de los que pretende solventar. Pero, sobre todo, nos habla del placer de correr.Si os gusta correr o si simplemente os atrae el tema o despierta vuestra curiosidad, id corriendo a por un ejemplar de Nacidos para correr. Lo vais a devorar. Y, probablemente, cuando terminéis os calzaréis unas zapatillas y saldréis a la calle. A correr.
  
    
    
    
        Published on November 16, 2013 01:24
    
November 10, 2013
Absorto
      Absorto. Abismado. Ensimismado. Abducido. Poseído. A veces pienso que los escritores somos como zombies, al menos cuando se nos desata la compulsión: nos movemos como los demás, realizamos las funciones básicas sin aparente problema, incluso somos capaces de mantener alguna conversación intrascendente con aparente normalidad. Cualquiera que no estuviera sobre aviso podría llegar a pensar que somos unos tipos de lo más normal. No muy espabilados, cierto, pero de lo más normal. Pero no os dejéis engañar: no es verdad. No estamos ahí. Lo que veis es nuestro cuerpo, nada más. Nosotros estamos muy lejos, en esa realidad paralela, en vete tú a saber qué mundos, escondidos bajo la piel de a saber qué personajes. Viviendo otras vidas que no son las nuestras. O no lo son al principio, porque poco a poco se van fundiendo, incrustándose en nuestras células. Hasta que llega un momento en que ni el psicólogo más avisado sería capaz de desentrañar la maraña. ¡Como para intentarlo! Si alguna vez habéis oído hablar de la personalidad múltiple, me temo que lo que hay detrás es un escritor. Así, solo por encima, yo convivo diariamente con un asceta medio enajenado del siglo XVI, un aprendiz de carpintero, una doncella francesa de lo más tenaz, un mercenario gallego del siglo XV, un chiquillo de una posada, un hidalgo español que se va a las Antillas en pleno siglo XVII... Y todos están ahí dentro, reclamando atención. Menuda jaula de grillos.El caso es que me ha vuelto a pasar. ¡Y mira que yo pensaba que estas cosas se iban arreglando con el tiempo! Pero qué va, de eso nada. Llevo semanas viviendo a medias en el siglo XXI y a medias en el XVII. Voy por la calle y sorteo los coches a golpe de mandoble. Entro en una tienda y me saco el sombrero, harto estoy de limpiar el suelo con la plumas. Y todo son galeones, bucaneros, truchimanes y sobresaltos. Cualquier día de estos voy a confundir a un guardia con un maldito filibustero y me vais a ver en los periódicos. Aunque, tal y como están las cosas por este siglo, casi mejor me quedo en el XVII...
  
    
    
    
        Published on November 10, 2013 01:20
    
October 6, 2013
El libro que me escribe
      Qué ingenuo soy de vez en cuando, demontres. En julio, como os comentaba en esta entrada, me puse al fin a escribir mi nueva novela, que trata sobre las andanzas en el Nuevo Mundo del hidalgo don Pedro Almofrei de Traba, allá por el siglo XVII. Hasta ahí, todo normal. O todo lo normal que puede ser, porque cada nueva novela que empiezo me confirma que en esto de la escritura, cuanto más crees saber, menos sabes. Y ojalá fuera solo una frase hecha.El caso es que durante estos meses la redacción de la novela fue avanzando. Lentamente. Mucho más lentamente de lo que me gustaría. Al principio lo achaqué a que algunos libros son como escaleras, que hay que ir subiendo peldaño tras peldaño, con calma para no perder el aliento, mientras el edificio va tomando forma. Pero había algo, un lastre que me retenía, que me impedía avanzar y me obligaba a reescribir una y otra vez los capítulos terminados. Como eso de reescribir es un vicio enquistado, no le di importancia y seguí adelante, convencido de que más pronto que tarde la historia terminaría por alcanzar la fluidez necesaria. Y así seguí día tras día, semana tras semana, esperando que la historia se soltara. Hasta esta semana. Porque esta semana, de repente, he comprendido qué estaba pasando. Y lo he hecho como siempre, en ese momento justo antes de quedarme dormido, cuando la consciencia baila libre entre dos aguas. Ahí, de golpe, lo vi todo claro. Comprendí que el libro no avanzaba porque no quería ser escrito de esa forma. Porque ese no era el libro, esa no era la historia. Porque yo, en mi terquedad, le había impuesto un molde que no era el suyo. Había comenzado a escribirlo en tercera persona y usando un punto de vista de narrador omnisciente porque supuse que me resultaría más adecuado para ofrecer una visión amplia del período histórico. Y es posible que sea así, pero a la historia —y a mi protagonista, Pedro Almofrei— esas consideraciones le traen al fresco. Porque lo que Pedro quiere es contar él mismo su historia. Quiere que le conozcan a él, no al Caribe del siglo XVII. Y yo erre que erre con la dichosa tercera persona...Al día siguiente me puse a la faena. Mandé al limbo de los textos inconclusos lo que había escrito, me metí en la piel de un hidalgo del XVII y, adecuadamente engalanado con sombrero de ala ancha, espada al cinto y la imprescindible perilla, me lancé a la aventura. Y me llevé la sorpresa, porque la escritura comenzó a fluir, a escapárseme entre los dedos con la urgencia de un torrente demasiado tiempo represado. Ahora sí: ahora, Pedro Almofrei navega a todo trapo por el Caribe. Para que luego digan que los escritores escribimos libros. Como si no fueran ellos los que nos escriben...
  
    
    
    
        Published on October 06, 2013 01:15
    
September 29, 2013
¿Te has pasado ya al ebook? Los resultados
      En el verano de 2011 os proponía una encuesta sobre vuestros hábitos de lectura relacionados con los libros electrónicos. Dos años después, en este verano de 2013, os he propuesto la misma encuesta con la idea de comparar las respuestas y ver si se ha producido alguna evolución. Los resultados no tienen validez científica, está claro, pero quiero pensar que ofrecen una impresión general sobre la tendencia. A pequeña escala y en un ámbito muy concreto, de acuerdo... pero es el ámbito que nos interesa: el formado por aquellos que visitáis de vez en cuando este blog. Pero vamos al grano, que los resultados son de lo más interesante. En 2011:- El 47,4% no teníais interés alguno en los ebooks, preferíais el papel.- Un 15,8% estabais pensando si pasaros al libro digital o no.- Un 36,8% ya habíais dado el salto y usabais un ereader, una tableta, un móvil o varios de estos dispositivos.En 2013:- El 32,7% no tenéis interés alguno en los ebooks, seguís prefiriendo el papel.- Un 11,5% estáis pensando si pasaros al libro digital o no.- Un 55,7% ya habéis dado el salto y usáis un ereader, una tableta, un móvil o varios de estos dispositivos.¿Se ha producido un cambio de tendencia?En solo dos años, el porcentaje de lectores digitales se ha incrementado en un 14,8%. Más claro: si en 2011 casi la mitad de los lectores preferían la lectura en papel, en 2013 el 67,3% de los lectores ya no afirma preferir el libro en papel. Un dato contundente que refleja la disminución de los prejuicios respecto del libro electrónico, más que el porcentaje real de usuarios libros electrónicos. Por su parte, el porcentaje de lectores de ebooks, independientemente del medio utilizado (ereader, tableta o móvil) también se ha incrementado, y lo ha hecho incluso en mayor medida: un 18,9% más. O, lo que es lo mismo, más de la mitad sois usuarios habituales de libros electrónicos. La diferencia entre unos y otros, entre los que prefieren el papel y los que usan ebooks, está formada por aquellos que "están pensándoselo". Y aquí también hay sorpresa, aunque en este caso en sentido opuesto: ha descendido el porcentaje en un 4,3%. ¿Estamos llegando al límite de adopción?Como os decía cuando os propuse esta encuesta, en estos dos años han pasado muchas cosas: ha entrado Amazon en escena; la crisis económica se ha agravado (más todavía); los precios de los ebooks han descendido considerablemente y, al mismo tiempo, la oferta se ha ampliado hasta el infinito; las páginas de descarga gratuita también se han reproducido de forma exponencial; los precios de los ereaders, los móviles y las tabletas han caído en picado mientras sus características mejoraban. Un montón de cambios que han comenzado a familiarizar a los lectores con el libro electrónico. Dicho de otra forma, hace dos años vivíamos aún con el "miedo a lo desconocido", con la pereza de enfrentarse a unos nuevos aparatos presumiblemente complicados. Hace dos años escuchaba con mucha frecuencia aquello de "donde esté el papel, su olor, su tacto...". Sin embargo, hace ya bastantes meses que no lo escucho. Los libros electrónicos están introduciéndose en nuestros hábitos, impulsados por el boca-oreja, las páginas de descargas gratuitas, el descenso de los precios y la mayor familiaridad con los aparatos (¿Cuántos libros electrónicos habéis visto este año en las playas? Seguramente, muchos más que hace dos años...). No sé si se ha producido un cambio de tendencia o si, más probablemente, la tendencia que ya se había iniciado en 2011 sigue avanzando. ¿De forma imparable? Eso lo dirá el futuro, que por cierto plantea una buena cantidad de interrogantes. Pero, mientras tanto, podemos entretenernos jugando a adivinos. Para ello he preparado una nueva encuesta que tenéis en la columna de la derecha de esta misma página: "¿Desaparecerá el libro de papel?". ¡Espero vuestras respuestas!
  
    
    
    
        Published on September 29, 2013 03:14
    



