Andrés Accorsi's Blog, page 25

May 13, 2023

TARDE ALUCINANTE

Inmejorable clima este sábado en Buenos Aires, justo el día que se cumplen 29 años de la aparición del nº1 de Comiqueando. Pero vamos a las reseñas, que para eso estamos.En 1988 apareció una de esas historietas que hasta que no las tenés en la mano no podés creer que existen: el maestro Go Nagai se mandó una novela gráfica 100% inédita de Mazinger, a todo color y en un formato medio cuadrado, para la editorial estadounidense First, que en aquel entonces era una de las tres o cuatro que peleaban por el tercer puesto en el mercado eternamente dominado por Marvel y DC. ¿Qué hizo el célebre mangaka cuando la editorial con sede en Chicago le dio total libertad? Una garcha.El argumento de la novela gráfica es bochornoso: en el Siglo XXIII, Mazinger es un mega-robot que pelea en una guerra que enfrenta a los países del Norte con los de Sur. Un estallido nuclear lo transporta a otra dimensión, donde la gente es del tamaño de Mazinger (o sea, gigantes) y Kabuto (el milico que pilotea al robot) tiene el tamaño de un action figure tipo los Super Powers de los ´80. Kabuto pega onda con una princesa del tamaño de Mazinger que anda en tetas por ahí, y pone su espada y su coraje al servicio de esta chica para combatir a sus enemigos. ¿Qué pasa en la primera batalla? De nuevo, explotan miles de misiles y el estallido transporta a Mazinger de nuevo a su dimensión, donde alguien le dice -¿dónde estabas, pelotudo? Te estamos buscando hace un año... -¿cómo un año? Para mí pasó sólo un día... Fin.¿Qué tiene que ver esto con el Mazinger que todos conocemos? Poco. Es un robot gigante, tiene una espada hiper-pulenta y lo tripula un flaco apellidado Kabuto. El resto, no tiene la menor conexión con la saga creada por Go Nagai en 1972. ¿El guion tiene algún hallazgo que permita remar lo mediocre del argumento? No, casi nada. No hay buenos diálogos, no hay desarrollo de personajes... todo chatísimo, 100% basado en la machaca, excepto la escena en la que Kabuto le tira los galgos a la princesa. Bueno, zafará el dibujo, me imagino.... De a ratos. Cuando Nagai (y su equipo) dibuja ejércitos, naves, armas, robots y explosiones, las páginas explotan de onda y polenta. El color (a cargo de Kazuhiro Amachi) está buenísimo, la narrativa es ganchera... Ahí la verdad que se luce. Y cuando dibuja la figura humana y especialmente los rostros, decís "ah, pero no aprendió nada... esto es igual de choto que los mangas que dibujaba a principios de los ´70". Posta, me cuesta entender que haya tenido tanto éxito un autor que dibuja tan mal el cuerpo humano y las caras de las personas.¿Por qué está bueno tener este libro? No sé, por ahí por lo inusual, lo extraño que es todo. Una novela gráfica a color de Mazinger hecha para EEUU por el creador del manga original, seguro es algo que llama la atención. Después la leés y se te pasa, pero durante años quise tener esto, leerlo y constatar que existe semejante fumariola. Pero si alguien me ofrece un buen billete, no soy tan talibán ni de Mazinger ni de Nagai como para no largarla... Me voy a 2005, cuando se edita en Italia la novela gráfica Ragazzini, que es la misma que en Francia salió un año antes como Les Enfants, obra del maestro Jean-Philippe Stassen. ¿Qué carajo hago leyendo comic franco-belga en italiano? Es la edición que pude conseguir. Juro que este año cuando vaya a Francia y Bélgica, el 50% de lo que me voy a traer van a ser obras que ya tengo en ediciones españolas, italianas o yankis, que van a ser reemplazadas por las originales. Pero mi amor por Stassen es más fuerte que la barrera idiomática, por eso cuando vi esto no me pude aguantar.Dicho esto, es hora de aclarar que es la obra de Stassen que menos me gustó de las que leí hasta ahora. Sin ser chota ni mucho menos, Les Enfants tiene dos problemas: El primero es que no están muy enfatizados lo conflictos. La historia avanza, la tensión que rodea a los personajes crece, hay desarrollo en los protagonistas y secundarios, pero nunca se le otorga un verdadero peso dramático a ninguno de los conflictos que Stassen plantea en estas 80 páginas. Que no son pocos, porque la obra se centra en la vulnerabilidad de unos chicos que viven en una ciudad africana muy próxima a una zona de guerra, donde ya casi no quedan adultos porque todos fueron al frente a combatir al enemigo. Los pibitos comen mal, tienen problemas mentales, deambulan por la ciudad semi-vacía en busca de cerveza o cigarrillos que se puedan afanar, se codean con adultos con fama de pedófilos que los miran con cariño, están expuestos a discursos racistas (de un lado y del otro) y, por supuesto, a la violencia, que va a estallar fuerte (y del modo menos racional concebible) cerca del final. O sea que Les Enfants es una de jóvenes a la deriva, con nenes de 9 a 13 años como protagonistas.El segundo problema es que todo esto es demasiado triste, demasiado bajonero, demasiado desolador. Alguna travesura de los pibes, algún chiste gracioso seguro se cuela por ahí, pero básicamente esto es un drama. La incertidumbre, el miedo a la invasión inminente del enemigo, la precariedad, la sordidez, se llevan puesta a la inocencia de los chicos, cuyas elecciones son cada vez más difíciles de justificar. Lo que al principio reviste una cierta "ternura freak" al final ya es muy turbio y te deja un sabor horrible en la boca.Por suerte el dibujo de Stassen es glorioso. Detallado cuando está bueno que se aprecien los detalles, sintético cuando pega más fuerte la síntesis, y con un coloreado magnífico. El belga sabe narrar de manera interesante largas secuencias en las que sólo vemos gente que dialoga, y le pone todo a las expresiones faciales y corporales de los personajes, que son todos pibitos africanos pero a los que podemos diferenciar sin el menor esfuerzo. Les Enfants te revienta el alma a garrotazos, pero el dibujo es tan hermoso que ayuda a aguantar los golpes. Sigo prefiriendo Deogratias o Thérese como punto de entrada a la obra de Stassen, pero si te copa una historieta más testimonial, más densa y menos apegada a las fórmulas del relato más convencional o más aventurero, puede ser que Les Enfants te cierre más. Cierro esta edición extra-large con un libro editado en Argentina en 2022 que compila tres historietas de Brian Janchez protagonizadas por Bulma Jimenes. La primera y más extensa es La Frustración, a la cual ya le dediqué una reseña completa allá por el 14/11/20. Después, el mundo de Bulma se amplió con otras dos historias, El Taller y La Otra, que siguen la misma tónica en lo que se refiere al planteo estético de Janchez, con lo cual no hace falta volver a hablar del aspecto visual de estas obras. En los guiones de estas otras dos historietas, Janchez propone algo similar a lo que vimos en La Frustración: seguir las desventuras de un personaje que prácticamente no genera la menor empatía en el lector, salvo por el hecho de que concentra sus esfuerzos en triunfar (o por lo menos sobrevivir) como autora de historietas. Detrás de la frialdad y la mala onda de la conflictiva Bulma, uno percibe una pasión genuina por la historieta, y ahí es donde más o menos la sentimos cercana, o querible. Pero es una chica inestable, jodida, por momentos inescrupulosa, y a la que encima la suerte no ayuda ni un poquito. Tanto en El Taller como en La Otra vemos a Bulma rodearse de un muy buen elenco de personajes secundarios, y los vínculos que se establecen entre ellos son en varios pasajes más importantes que las tramas en sí. Este aspecto, sumado a la exploración del extraño mundo que crea Brian para esta serie, es lo que a mí más me llegó, lo que mantuvo mi interés hasta el final del libro.Me gustaron también las referencias a los X-Men y los personajes de Street Fighter, o que aparezca la revista "Salto Joven" (en vez de Young Jump) en la editorial "Suecia" (en vez de Shueisha) y esos guiños limados a otros mangas famosos como Sailor Moon o Dr. Slump. En todo momento queda claro que Bulma Jimenes es una obra de madurez para Janchez, a la que le puso mucha planificación, mucho corazón y donde, al incorporar acertadamente elementos de ciencia ficción post-holocausto, le agrega a su universo una capa de profundidad que va más allá de su notable manejo de la comedia costumbrista y el drama basado en relaciones humanas. No te digo que es la cima más elevada de la historieta argentina reciente, pero sin dudas está muy, muy bien y merece una oportunidad.Y nada más, por hoy. Gracias por llegar hasta acá y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 13, 2023 11:41

May 10, 2023

SHOWCASE PRESENTS: TALES OF THE UNEXPECTED

Uh, esta fue difícil, eh? Un masacote de 512 páginas con los 20 primeros números de Tales of the Unexpected, una antología que DC lanzó allá por 1956, cuando no se podía ni mencionar el tema del terror y los monstruos y cuando había que minimizar la utilización de la violencia en las historietas. La respuesta es una serie con cuatro historias cortas en cada número (casi todas de seis páginas), con argumentos muy simples, que buscaban impactar al lector con sucesos que no tenían (por lo menos a priori) una explicación racional: antiguos objetos que conferían deseos o poderes zarpados, máquinas loquísimas que permitían hacer cosas raras (viajar en el tiempo, controlar mentes, duplicar objetos, desmaterializar objetos, etc.) y -cada vez más a medida que avanzan los números- contactos entre seres humanos y razas alienígenas. En las 80 historietas que incluye el libro, los protagonistas siempre son varones blancos y adultos. Casi siempre estos señores provienen del mundo de la ciencia, del espectáculo o del crimen, y estos últimos siempre terminan decididamente mal. La ambientación siempre es el presente y la gran ciudad (grandes ciudades donde no existen los negros, no?). Las fórmulas se repiten mucho, en parte porque al ser todas historias de seis páginas, vos sabés que al final de la cuarta va a estar todo mal, y en algún momento de la quinta alguien se va a dar cuenta de algo, o va a pasar algo, que va a permitir que en la sexta se reestablezca el equilibrio y se explique (casi siempre) qué carajo era esa bizarreada que nos tuvo en vilo desde la primera o segunda viñeta.Eso es todo, de verdad. Con eso una revista podía durar años y años. Por lo menos para cuando se editó el libro (2012) no se sabía quiénes eran los guionistas de la gran mayoría de las historias, porque en aquella época los comic books de DC no incluían créditos. Tal vez como acto de justicia, la historia que más me gustó, o que más me impactó, es una de las pocas que tienen un guionista acreditado, en este caso el maestro Ed "France" Herron. Y como no da para hablar de guionistas anónimos, y con lo que conté sobre las historias ya más o menos cubrí todo lo que hay para decir sobre las mismas, aprovecho para centrarme en los dibujantes, que es lo mejor que tiene este libro. La revista tenía un equipo de diez o doce dibujantes, que no aparecían en todos los números, pero que son siempre los mismos. Todos trabajan con una estética realista, uno solo se va mínimamente de mambo con la puesta en página, todos se fuman viñetas (y páginas) repletas de texto, y todos dejan la vida en cada cuadrito con decorados, paisajes, edificios, vehículos, armas y todo tipo de objetos dibujados DE VERDAD. No hay fotos retocadas, muy rara vez hay una viñeta donde solo se ve una cabeza que habla, todo el tiempo se llena la superficie del cuadrito con elementos gráficos (a veces simples texturas) que la edición en blanco y negro permite apreciar a pleno. Por orden de aparición, acá me encontré con estos magos del lápiz. John Prentice, un dibujante exquisito que va a abandonar el equipo de Unexpected para hacerse cargo de la tira diaria de Rip Kirby cuando Alex Raymond sufre el accidente en el que pierde la vida.Bill Ely, un dibujante activo desde fines de los años ´30, el único al que no conocía, y tal vez el que menos me gustó.Rubén Moreira, el prócer de Puerto Rico que reemplazó nada menos que a Burne Hogarth en las planchas dominicales de Tarzan, un capo absoluto de la escuela realista.Leonard Starr, otro monstruo de las historietas para diarios, creador de la tira On Stage (o Mary Perkins), también seguidor de la línea de Alex Raymond.Mort Meskin, un tipo que publicaba en DC desde la Golden Age y ya no estaba en su mejor momento, acá se tira más a un trazo más suelto y más sucio, que no le da buenos resultados. Sheldon Moldoff, otro grande de la Golden Age, dibujante principal del primer Hawkman y más tarde autor de centenares de historietas de Batman que aparecerían firmadas por el chanta de Bob Kane.George Papp, también identificado con un superhéroe clásico, el primer Green Arrow, en esta época dibujaba también a Superboy y más tarde a Bizarro. Pero en estas historias cortas ponía más huevo.Bernard Baily, el primer dibujante y co-creador de Hourman y el Spectre, seguía activo en esta época y dibujaba mucho mejor que en los años ´40. George Roussos, otro monstruo que venía desde fines de los años ´30 y había pasado por decenas de editoriales, incluyendo la ahora finiquitada E.C.. Más tarde se dedicará a entintar a sus colegas, principalmente a Jack Kirby.Nick Cardy, uno de los muchachos cuya carrera artística se interrumpió para ir a pelear a la Segunda Guerra Mundial. Para esta época ya llevaba varios años de éxito en distintas series de DC y tenía un trazo muy marcado y muy, muy hermoso.Jack Kirby, el Rey, pasó por DC en esta etapa y dejó su huella con un puñado de historietas en esta revista, algunas de las cuales ya vimos en el librito que reseñé un lejano 29/12/12. El único que experimentó un poco a la hora de desplegar las viñetas en la página.Jim Mooney, un veterano de mil combates, también activo desde la Golden Age y más asociado a superhéroes como Supergirl, Superboy, Dial H for Hero y -ya en los ´70- muchas series de Marvel. Acá lo disfruté más que cuando dibujaba superhéroes.Y bueno, también hay un par de dibujantes que aportan una o dos historietas y que no da para mencionar. Lo importante es que estos titanes de la tinta dejaban la vida en historietas bastante intrascendentes que hoy casi nadie recuerda, y yo los quiero reivindicar.Este libro está bueno como rareza, para explorar las consecuencias de la instauración del Comics Code, y para disfrutar de los dibujos, si te copa el estilo académico. No mucho más.Nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 10, 2023 13:44

May 8, 2023

HOY, DOS CORTITAS

Tengo leídos dos libritos, pero son parte de sendas series de las que ya hablé bastante y no me quiero repetir, así que van a ser reseñas cortas (creo).El Vol.3 de FF coincide con el momento en que Johnny Storm vuelve a los Fantastic Four y esta serie empieza convivir con la clásica, que retoma su numeración. De pronto, Jonathan Hickman se encuentra con que tiene que escribir dos revistas por mes con los mismos personajes, pero rápidamente resuelve el problema: FF pasa a ser la revista de los pibes, donde todo se centra en Franklin, Valeria y el resto de los chicos (y Dragon Man) de la Future Foundation. La trama es la misma que se desarrolla en la revista de Fantastic Four, pero vista desde otro lado, lo cual también tiene la "contra" de que podés no leer FF y aún así entender todo lo que está sucediendo. De hecho yo en su momento leía sólo Fantastic Four y entendía todo. Ahora, con estos números de FF en la mano, me doy cuenta de que hay algunas puntitas que Hickman se las guardaba para explorar más a fondo en esta serie: pequeños momentos entre Valeria, Doom, Nathaniel... que por ahí no son definitivos, pero que aportan al "big picture" de la ambiciosa aventura con la que Hickman va a cerrar su paso por Fantastic Four. El guionista hincha de River es especialista en cocinar a fuego lento los momentos más apoteóticos de sus sagas, y acá, la posibilidad de tener una segunda serie paralela hace que esa cocción sea más rica y más compleja. Y por supuesto, le da espacio para desarrollar de manera alucinante a un montón de personajes secundarios.De los cinco episodios que recopila este TPB, tres cuentan con lápices del talentosísimo Juan Bobillo, entintado por el inolvidable Marcelo Sosa. Con la posibilidad de dibujar fondos en muy pocas viñetas, Bobillo le pone todo a los personajes, que se ven muy expresivos, muy distintos entre sí. Las escenas de acción en esos episodios son ínfimas, y casi todo avanza a través de los diálogos, con lo cual Juan se tiene que matar para que la escenas en las que los personajes conversan y rosquean entre ellos no se hagan tediosas ni repetitivas. En los dos episodios finales, cuando Nick Dragotta se hace cargo de los lápices, ya hay un poco más de acción, y el dibujante de East of West no desaprovecha la oportunidad de lucirse en esas páginas (no muchas) en las que los personajes dejan de hablar y empiezan a repartir piñas, rayitos y esas cosas. Si bien pierde en la comparación con Bobillo, este no es para nada un mal trabajo de Dragotta.Me falta un solo librito de FF para completar todo lo que escribió Hickman para Fantastic Four, así que ni bien lo vea a un precio razonable, le entro. Me vengo a Argentina, año 2022, para disfrutar a lo guanaco de "El misterioso planeta de Calaffiuco", el quinto librito de Roque & Gervasio, Pioneros del Espacio, la magnífica serie que escribe Federico Reggiani y dibuja Ángel Mosquito. Esta aventura no sólo me pareció divertidísima, sino que además es importante porque mete en la continuidad de Roque & Gervasio a Los Visitantes del Agujero del Comedor (ver reseña del 14/02/17), una novela gráfica de los mismos autores que hasta ahora no estaba vinculada a esta (ni a ninguna otra) serie. En ningún momento los autores te dicen "tenés que leer Los Visitantes... para entender lo que está pasando acá", pero si la leíste, te das cuenta al toque que esas criaturas negras con forma de cono son las mismas que invadieron nuestro planeta en aquella obra de la misma dupla. Por lo demás, este quinto librito ofrece una aventura repleta de humor, mala leche y formas muy originales de plantear y resolver los típicos conflictos de las sagas de ciencia ficción en las que hay viajes interplanetarios, choques entre razas alienígenas y demás. Reggiani y Mosquito le meten a todos esos tópicos una vuelta de tuerca fresca y personal, que tiene que ver con el cinismo y la truchada que asociamos con "lo argento". Los diálogos son desopilantes, las onomatopeyas son brillantes, el dibujo mantiene el excelente nivel de los tomitos anteriores y por todos lados aparecen personajes y conceptos que enriquecen este bizarro universo. No cuento nada del argumento, porque esto salió hace relativamente poco y la idea es que los lectores de este blog se entusiasmen como para ir a buscar el librito y comprarlo. Posta, a esta altura, esta serie ya más que una pasión es una adicción. Por suerte ya tengo el Vol.6 en la pila de los pendientes, así que pronto habrá más Roque & Gervasio acá en el blog.Y esto es todo, por hoy. Ni bien tenga leídos un par de libros más, nos reencontramos con nuevas reseñas. Gracias y hasta entonces.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 08, 2023 11:17

May 5, 2023

VIERNES VARIOPINTO

Acá estamos, con algunas historietas para comentar.El año pasado se publicó en Argentina un segundo integral de El Gato del Rabino, de Joann Sfar, con dos álbumes: el Vol.4 (Le Paradis Terrestre, de 2005) y el Vol.5 (Jerusalem d´Afrique, de 2006). ¿Por qué el segundo tomo tiene sólo dos álbumes franceses, si el Vol.1 traía tres? Porque Jerusalem d´Afrique es una historieta de 80 páginas, una bestialidad para un álbum francés que forma parte de este tipo de series. Pero no será la única vez que Sfar rompa con el standard de las 46 páginas... ni tampoco el álbum más largo de la serie. Este tomo arranca con una portada tan hermosa que pensé "si adentro hay TRES viñetas dibujadas a este nivel, ya se justificó todo". Hay más de tres viñetas dibujadas a ese nivel, por suerte. Sfar se aferra caprichosamente a la grilla de seis cuadros por página (y no la traiciona nunca, en ninguno de los dos álbumes que compila el integral), pero en cada uno de esos cuadros pone el alma. Acá hay laburo a destajo, hay belleza en los detalles (que abundan y mucho), hay composiciones magníficas, una falsa sensación de caos que se entiende de una, sin el menor esfuerzo, y también hay algo que en la edición argentina se desluce: mucho texto. Al publicar las historietas en un tamaño bastante más chico que el original, la tipografía de los diálogos y bloques de texto se reduce hasta hacerse casi microscópica. Por momentos se hace realmente complicado deducir qué carajo dicen esos garabatitos minúsculos que le salen de la boca a los personajes... porque además son historietas MUY habladas, donde el diálogo tiene un rol absolutamente fundamental. En cuanto a las de los álbumes, "El Paraíso Terrenal" es raro porque prácticamente no aparecen el rabino Abraham y su hija, que hasta ahora eran los protagonistas de la serie, obviamente junto al gato del título. Esta vez el protagonismo lo acapara "el malka de los leones", a quien Sfar nos presentara en el segundo álbum de la serie, y ahora nos invita a seguirlo en un periplo por distintas ciudades de ese norte de África desértico de principios del Siglo XX, donde conviven musulmanes, judíos y cristianos. Sfar nos muestra "en tiempo real" algunas de las peripecias del malka, y otras nos llegan a través de relatos, que éste les narra a otros personajes. Es un álbum entretenido, con excelentes diálogos y situaciones interesantes, donde no faltan los momentos en los que el gato, el león y la serpiente se morfan el protagonismo y la descosen."Jerusalén de África", en cambio, se me hizo denso, pesado, muy lento, muy estirado. Las primeras 36 páginas se podrían condensar tranquilamente en menos de 15 y de ahí en adelante, la trama se activa, pero tampoco es que avanza a un ritmo frenético. Acá también hay personajes interesantes y diálogos divertidos, pero va todo tan lento que se hace un poco frustrante. Hay una página en la que Sfar se encarga de faltarle el respeto a Tintín en el Congo, y por supuesto lo ovacioné de pie. Y tal vez lo que me haya mantenido más pendiente de la trama y de los diálogos es algo que no logré responder una vez que llegué al final del álbum: Ese pintor ruso, rubio, judío y comunista... ¿es Marc Chagall? Cuando a Sfar se le ocurrió ponerlo como protagonista de una serie de dos álbumes, lo dibujó pelirrojo, no rubio... pero las coincidencias son muchas. En este álbum, a los típicos contrastes entre musulmanes, judíos y cristianos, se suma uno más: el gato, su amo y varios amigos llegan al centro de África, donde la etnia predominante no son los árabes sino los negros. Así aparece otra forma de entender la religión, un tema que vuelve al centro de la escena, como en los primeros álbumes de la serie. En el último tramo, Sfar suma también una trama romántica muy bien presentada, y todo cierra de una manera muy satisfactoria, aunque la cantidad de páginas que abarca la historia sea un despropósito. Sin ser el pico de la serie, las dos aventuras que ofrece este tomo tienen su encanto, y además el dibujo es fastuoso, todo el tiempo. Dedicales un tiempo largo, leelas despacito, si no usás anteojos conseguite una lupa para luchar contra esos textos tamaño subatómico, y disfrutá de una serie atípica, en la que se habla de un montón de cosas que en las otras historietas ni siquiera se mencionan. Si no me equivoco, este año saldrá un tercer integral, también editado por Hotel de las Ideas, con nuevos álbumes de El Gato del Rabino (en Francia por ahora hay 11, así que faltan varios más para ponernos al día). Vamos por más. También en 2022, en Argentina se publicó Los Trapecistas, una breve novela gráfica de 50 páginas a todo color que marca el debut como guionista de historietas del famoso actor Facundo Arana. Se trata de una historia de misterio sobrenatural, co-protagonizada por un ex-policía que fue expulsado de la fuerza y el fantasma de Sara, una mujer que fuera novia de este policía y que muere en la primera secuencia de la novela. Ambientada en la Buenos Aires del presente, la historia se centra mucho en el vínculo entre el ex-policía (cuyo nombre no sabemos) y el fantasma de Sara, en los recuerdos que ambos tienen de la época en la que estaban juntos, y en la extraña situación en que se encuentra la mujer, que está muerta, pero puede seguir interactuando con quien fuera su novio. En algún momento, esta conexión entre el ex-cana y el Más Allá va a disparar una vuelta de tuerca interesante en la trama del crimen que nunca se resolvió y que le costó el puesto en la Federal, pero Arana elige no hacerlo de modo explícito, sino algo ambiguo. Claramente no es eso lo que se proponía resolver, sino lo otro, la relación entre los protagonistas. Así llegamos a un final que se queda en el impacto, porque la explicación de lo que sucede no llega nunca, o llega de manera tan poco clara que yo que soy medio pelotudo no la entendí. Me quedo con el desarrollo de los personajes, algunos diálogos muy bien escritos y algo del clima. La trama, para mi gusto, está demasiado jugada al misterio. No sé si en 50 páginas se podía explicar todo en detalle, pero aunque más no sea contame por qué Sara, una vez muerta, puede hablar con su ex-novio, este muchacho medio emo que se refugia en el alcohol para olvidar lo mal que le fue en la vida. El dibujo y el color están a cargo de Juan Carlos Quattordio, quien se esfuerza por realizar un trabajo sobrio, que no desentone con el clima que conjura el guion. Básicamente, el dibujo de Quattordio se limita a acompañar al relato, sin buscar ningún tipo de lucimiento. Se supone que el público va a comprar Los Trapecistas porque lo escribe Arana, no porque lo dibuja el marplatense, y eso parece estar claro también en la dupla autoral. Lo que menos me gustó de la faz gráfica es el abuso de la fotografía para los fondos en los que había que dibujar lugares puntuales de Buenos Aires. A veces estas están mejor integradas al grafismo de Quattordio y a veces se nota demasiado el copy-paste, una práctica bastante lamentable. Fuera de eso, no encontré ni logros ni pifias que no haya visto antes en otros trabajos de este autor que, claramente, no está entre mis favoritos. Ojalá que Arana persista en su intento por convertirse en guionista de comics, y vuelva a la carga con otras obras, quizás más extensas, o más enfocadas en la trama, o no: por ahí en la esencia de su estilo como guionista hay otra búsqueda. Hoy no lo sabemos, nos vamos a enterar cuando nos lleguen nuevos trabajos de este actor fanático de las historietas que una vez dijo "yo también puedo".Nada más, por hoy. Creo que me fui un poco al carajo con la extensión de las reseñas. Gracias por el aguante y hasta pronto.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 05, 2023 16:30

May 2, 2023

GUARDIANS OF THE GALAXY Vol.3

Allá por Abril de 2017, un goma que había ido a ver la segunda peli de los Guardians of the Galaxy y había quedado hiper-manija, la definía como "una combinación perfecta entre machaca épica, comedia y emotividad". Pasaron más de seis años (un despropósito) y el mismo goma hoy afirma que en la tercera película el humor quedó claramente muy atrás, y todo el sustento al que apela James Gunn a lo largo de 139 minutos está dado por la machaca épica y la emotividad. Obviamente hay chistes, pero no son tantos ni tan buenos. La fuerza de esta peli reside en otro lado: en los constantes golpes al corazón del espectador.Gunn sabe que uno está encariñado con estos personajes y especula con eso para atornillarnos a la butaca y hacernos sufrir y vibrar junto a ellos. Básicamente y para no spoilear, acá tenemos el regreso de una Gamora que no es la misma a la que vimos morir en Avengers: Endgame, extensos y gloriosos flashbacks que revelan en detalle el origen de Rocket y un subplot que tiene que ver con que el abuelo de Peter Quill puede estar vivo (en la Tierra, claro). El tema central de la película es "qué hijo de puta tenés que ser para hacer experimentos científicos con seres vivos" y el villano (no lo nombremos, por las dudas) es un especialista en eso. Es un villano poco predecible, porque en los comics no tiene tanto que ver con los personajes de la línea cósmica de Marvel, y además porque su nivel de poder está muy por encima de este simpático rejunte de tercerones que son los Guardians. Quizás lo más discutible de la trama sea que le ganan con bastante facilidad a un tipo que normalmente pulveriza a personajes de este nivel de poder. Un empate habría sido más creíble.En el medio, Drax hace un aporte enorme, Mantis también, deja de ser una inútil, y hasta el nabo de Kraglin tiene una escena en la que (de nuevo, a costa de algo así como el "verosímil") la rompe toda. Y como siempre, Groot sigue creciendo como personaje y como héroe, Nebula demuestra su jerarquía y Peter se destaca con su carisma y su pasión por la Justicia y por sus amigos. Si viste la segunda peli, recordarás que sobre el final estaba la pista de que Adam Warlock despertaba listo para comerse crudo al universo. Esta vez el guion le reserva un arco raro, por momentos confuso. ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Es un idiota? Finalmente el personaje se encamina para el lado que uno esperaba (aunque en la peli no es taaaaan poderoso) pero está claro que es otra de esas versiones que no tienen mucho que ver con las que conocemos los que leemos hace mil años historietas de Marvel.También en la segunda peli, había breves apariciones de unos piratas/ saqueadores espaciales que parecían ser versiones levemente modificadas de la formación original de los Guardians, la de fines de los ´60. Acá vuelven a aparecer pero, de nuevo, muy poquito. No se llega a explorar en profundidad qué hacen ni por qué, son más un adorno que otra cosa. Pero están ahí, y se pueden retomar más adelante en alguna otra película que nos ofrezca aventuras espaciales ambientadas en este universo. Como el glorioso Howard the Duck, que de nuevo aparece en una sola escena, sin el menor desarrollo, y queda ahí, a la espera de que lo usen más y mejor en una futura entrega. Imposible darle bola a tantos personajes en 139 minutos, donde además hay tanto para explicar, porque el plan del villano no es tan sencillo.James Gunn ahora se va a DC, a ponerse la cinta de capitán y tratar de salvar del descenso a un equipo al que rara vez le sale una. Deja atrás un combo de tres films muy logrados, con momentos bellísimos, momentos de una emoción indescriptible y con un nivel impecable en los rubros técnicos. Los efectos especiales, el diseño de producción, la coreografía de las peleas y la música son brillantes, y en esta tercera película vuelven a subir la vara. Las actuaciones no tienen desperdicio y el ritmo no decae nunca. Y lo más importante: son películas con corazón, que te llegan, te impactan, te conmueven. No son sólo una aventura, no se limitan al típico trámite de "villano pone en peligro muchas cosas, héroes van a neutralizarlo". En este tercer film por sobre eso hay un fuerte mensaje ético, hay una búsqueda de la identidad, hay un personaje que elige no matar más, se habla de cómo la creatividad es la etapa superior de la inteligencia, de cómo garpa darle segundas oportunidades a quien la primera vez nos juega en contra, se reivindican la alegría y los lazos solidarios incluso con desconocidos... Como pocas veces, sentí que Gunn no se quería ir sin antes transmitirnos un montón de valores copadísimos. Y encima los transmite de un modo atrapante, emocionante, en un film de una potencia visual que por momentos me apabulló. Si no viste las dos pelis anteriores, la verdad que no te la recomiendo. Pero si las viste, ninguneá a la gilada que dice que "las pelis de Marvel ya no están tan buenas como antes" y flasheá (y llorá) a lo pavote con este alucinante Vol.3 de Guardians of the Galaxy. Es una gema, posta.En cualquier momento volvemos a comentar historietas, acá en el blog. Gracias y hasta entonces.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 02, 2023 18:24

April 30, 2023

HOY, TRES CORTITAS

Bah, digo yo... Capaz que me cebo y salen reseñas largas...Empezamos en España, año 1989, cuando se publica Mot y el Castillo Maldito, tercer recopilatorio de la serie que el maestro Alfonso Azpiri realizaba junto a Nacho para el suplemento semanal El Pequeño País, que venía con el diario El País. Tengo los dos anteriores, pero los leí hace tantos años que no me acuerdo absolutamente nada.Este es un álbum "de los de antes", con 46 páginas de historieta, tapa dura y un guion 100% autoconclusivo. Tenés que saber que Leo es un chico que está en contacto con Mot, que es un monstruo bueno, y eso es todo. Una vez que comprás esa consigna, la onda es dejarte llevar por una aventura simple, claramente apuntada a los chicos de 8-11 años. Ahí te vas a encontrar con buenos toques de humor en los diálogos (que descomprimen situaciones de tensión, o apariciones de elementos fantásticos que tienen que ver con el terror) y con una trama que avanza a un ritmo ágil, casi como si estuvieras viendo un dibujo animado. También hay algunos garrotazos para nada sutiles dedicados a las aerolíneas y a lo incómodo se viaja cuando uno opta por los vuelos económicos. Pero el núcleo del argumento pasa por la exploración de un castillo donde obviamente suceden cosas sobrenaturales, que algunos intentarán explicar en términos científicos y otros observarán -con ojos de niño o de monstruo- un despliegue de magia y fantasía pensado para atrapar a los más chicos en la lectura.Y si, lo más alucinante de Mot es el dibujo de Azpiri. En general lo asociamos con historietas de ciencia ficción, y/o de alto voltaje erótico, pero acá el maestro demostraba que su repertorio era muchísimo más amplio y deslumbraba en las escenas de comedia costumbrista y en las estaban pensadas para darle un poquito de "cuiqui" a los muy jóvenes lectores que seguían a Leo y a Mot semana a semana. ¿Es una obra demasiado ochentosa como para que tenga sentido republicarla hoy? No, la verdad que no. Planeta-DeAgostini relanzó los seis libros en dos tomos integrales en 2008, y justo el Vol.2 coincide con los tres álbumes que no tengo (y jamás vi), así que cuando lo encuentre, me tiro a completar Mot. Me voy a Estados Unidos, año 2005. Esta es la época en la que Dark Horse publicaba unos libritos hermosos con historietas de The Escapist, el personaje creado por los protagonistas de The Amazing Adventures of Kavalier & Clay, la famosa novela de Michael Chabon. Cada librito era una antología demoledora, y este Vol.6 no es para nada la excepción.Para empezar bien arriba, trae la última historieta que dibujó Will Eisner antes de morir, que además es el regreso de The Spirit (después de muchos años sin nuevas aventuras y DÉCADAS sin ser dibujado por su creador), en un team-up bastante atípico con el héroe principal. No es ni ahí el mejor trabajo de Eisner, pero tiene un valor histórico enorme. Después tenemos una historieta de 15 páginas escrita y dibujada como los dioses por el glorioso Howard Chaykin, con nazis, femme fatales, traiciones, asesinatos, robo de obras de arte y un ritmo hipnótico. Gema absoluta. Paso de largo la de Eddie Campbell y los chistes, que no me llamaron mucho la atención, para centrarme en otras tres historietas: el noruego Jason mete dos páginitas muy locas, que me encantaron. El siempre eficaz Thomas Yeates forma equipo con el novelista Chris Offutt para meter a The Escapist medio a presión en una excelente historieta ambientada en la guerra de Vietnam, con un guion y unos diálogos poderosísimos. Y la sorpresa más loca del tomito es una historieta en la que Steven Grant trata de homenajear (o en una de esas parodiar) a las historietas románticas que hacían Joe Simon y Jack Kirby a fines de los años ´40, pero se encuentra con un obstáculo maravilloso: se la dan para que la dibuje a Norm Breyfogle. Y Breyfogle se caga en la estética de Kirby, y hasta en la forma de narrar de aquellas historietas. Entonces plantea estas 12 páginas en su estilo hiper-kinético, moderno, trepidante, con angulaciones extremas, onomatopeyas pasadas de rosca y unas puestas imposibles. El resultado es una historieta que no se parece nada a las que intentaba referenciar, pero es una maravilla visual, en parte tirada abajo por un colorista (Milo Stone) que no entendió bien lo que quería hacer Breyfogle. Pero bueno... Eisner, Chaykin, Yeates, Jason, Breyfogle, Campbell... no hace falta decir mucho más... Si no tenías esta colección en el radar, sumala, porque además de excelentes historietas tiene muy buenos textos, que mezclan la historia del comic yanki tal como la conocemos nosotros con la historia tal como sucedió en el universo en el que Kavalier y Clay crearon a The Escapist para la editorial Empire. Y cerramos acá en Argentina, año 2022, con el segundo libro de Mega, escrito y dibujado por Salvador Sanz, llamado "El despertar del Cisne Negro". La reseña del Vol.1 apareció por acá el 06/02/21 y si le pegás un vistazo vas a ver que el guion no me convenció demasiado. Esta vez está muchísimo mejor. Lo que en el primer tomo no se daba, que era un ensamblaje convincente entre los monstruos gigantes que se machacan y los seres humanos envueltos en un misterio sobrenatural, ahora sí está mucho más logrado. La machaca está porque no puede faltar, y por momentos es tan brutal que te quita el aliento. Pero lo otro también tiene mucho peso, porque aparecen revelaciones muy importantes, que le dan claridad y sentido al vínculo entre Elmo, su hija y la malograda expedición de su padre y estas criaturas ancestrales de infinito poder destructivo. El personaje de Felipe, apenas delineado en el Vol.1, acá cobra un protagonismo notable y se lleva varios de los mejores diálogos. Para el final del libro, el misterio ya está a punto caramelo y uno quiere leer YA el Vol.3, sobre todo para asegurarse de que en 120 páginas se puede resolver todo lo que está pendiente, y además dedicarle un buen espacio a (por lo menos) un combate más entre estas criaturas imponentes, extrañas y fascinantes.El dibujo, de nuevo, muestra a Sanz en un nivel soberbio. No solo en la ssecuencias grandilocuentes en la Garganta del Diablo, sino también cuando tiene que dibujar a gente común en departamentos o esquinas de Caballito. Del costumbrismo al apocalipsis, Sanz la rompe en el dibujo, el color y la puesta en página y afina cada vez más el ojo en esos pequeños detalles que hacen más real y más cercana a una trama que podría irse tranquilamente al terreno del delirio psico-místico, o a la epopeya a todo o nada, alejadísima de nuestra realidad. El despertar del Cisne Negro, en cambio, se siente como algo cercano, posible, y seguramente por eso más desesperante que la saga promedio de monstruos que se dan murra. Mega pegó un upgrade ostensible entre el Vol.1 y el Vol.2, y si el tercero logra cerrar todos los plots de manera convincente, vamos a estar frente a una obra realmente demoledora. Si sos fan de Salvador, ni hace falta que te lo recomiende, pero si nunca entraste al mundo de este monstruo de la historieta argentina, mi consejo es que no arranques por acá, sino por el Vol.1, porque si no, no vas a entender una chota.Nada más, por hoy. Prometo para muy pronto la reseña de la nueva peli de los Guardians of the Galaxy, pero eso sucederá ya entrado el mes que viene. Nos leemos en breve.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 30, 2023 16:37

April 27, 2023

SIEMPRE LOS MISMOS

Naoki Urasawa, Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena son tres autores de presencia habitual, acá en el blog. Prometo esforzarme a lo largo de los próximos párrafos para no repetir conceptos que ya expresé cuando me tocó reseñar otros libros de estos monstruos sagrados.En el caso del Vol.7 de 20th Century Boys, debo decir que no quedé del todo satisfecho. Hubo más de un momento en el que dije "¿WTF?!? ¿Qué hace este tipo, por qué derrapa así?". El plot de la muerte de Amigo y sus consecuencias está magistralmente desarrollado, no está ahí el problema. El plot del estallido de la nueva pandemia está planteado de una manera más que magistral, hermosa, conmovedora, por fuera de las obviedades y con todos los trucos para que el lector (en nuestro caso, lectores que vivimos hace no mucho una pandemia) sienta muy de cerca el horror y la tragedia. Sin dudas eso es lo mejor del tomo. Pero después hay dos tramas más: una es una trampa no muy infrecuente en obras que se sostienen en la memoria, en los recuerdos de los personajes: de pronto, el grupito de los chicos que jugaban con Kenji en 1971 se agranda. Aparece de la nada uno más, del que nadie se acordaba, y justo se acuerdan cuando ese personaje cobra importancia en la trama ambientada en 2015. Bue, es una especie de retcon medio falopa, pero ponele que es válido. Lo que realmente me pareció una pedorrada, algo sumamente traído de los pelos, es ese recurso de decir "nos podemos meter en la mente de Amigo a través de un juego de realidad virtual de un parque de atracciones, que además nos permite viajar en el tiempo al verdadero 1971, e interactuar con los personajes tal como eran en esa época". Dale, Urasawa, dejate de joder. Lo tuyo es bancar el verosímil hasta el final, no hacerlo añicos con este tipo de fumariolas. Si me dijeras que hay una chance de que el contacto entre los personajes de 2015 y los de 1971 resuelva definitivamente todos los conflictos, capaz hasta te doy la derecha. Pero no da esa sensación. Da la sensación de que son peripecias, narradas de modo hiper emotivo y ganchero, pero que no aportan mucho más que cheap thrills. No va a estar ahí la clave para desactivar el gran kilombo que se viene. Lo más lógico sea que la clave sea la reaparición de Kenji, no viajes en el tiempo y encuentros con personajes que en el presente están muertos. Obvio que es lindo ver a Urasawa dibujar a los mismos personajes en distintas etapas de sus vidas, indagar un poco en cómo era la vida en Japón en 1971, mezclar eso con ese presente ominoso y ese futuro distópico... pero el chiste de ampliar todo el tiempo el elenco ya no causa gracia, la cantidad de páginas que se toma para hacer avanzar mínimamente a algún subplot es un despropósito y son muchas las secuencias que huelen a relleno, a excusas chotas para generar suspenso y la ilusión de que "está por pasar algo grosso". Falta bastante para el final, pero ya voy conjeturando que este es un manga que duró más tomos de los que hubiesen sido aconsejables para que la trama no se estirara más de la cuenta. Me vengo a Argentina, año 2022, cuando se publica Dagas y Horóscopos, un libro que reúne dos sagas de Mazzitelli y Alcatena que comparten universo y continuidad: La Sangre del Escorpión tiene cinco capítulos, a los que continúan los siete de La Era de las Sombras. Lamentablemente, el libro no ofrece ninguna pista acerca del año o la revista italiana donde este material se publicó por primera vez. Y no es la única falencia de la edición, ya que se pueden detectar algunos errores de letras y espacios faltantes en los textos.Básicamente la historia trata acerca del destino y qué hacer frente a él: ¿nos resignamos a que ya está escrito y no se puede cambiar, o nos rebelamos para intentar otros caminos? Una pregunta clave tanto en la filosofía como en la metafísica, y además aplicable a nuestra vida cotidiana, no solo a los mundos fantásticos que inventan Eduardo y Quique con asombrosa facilidad. Alrededor de esa cuestión central y trascendental, Mazzitelli urde varias tragedias al estilo William Shakespeare: el rey celoso convencido de que su mujer lo engaña, el rey desquiciado que no se banca que su hija sea más amada por su pueblo que él mismo, el general implacable cuya sed de conquista no puede ser saciada, el príncipe y la princesa enamorados, pero pertenecientes a casas reales enfrentadas a muerte... todas historias que aparecen una y otra vez en las tragedias clásicas, pero ambientadas en un universo de fantasía e imaginación desbordantes. Por sobre estas tramas sobrevuela una más: la del chico que decide desafiar al destino y no someterse a los designios de los astros. Perseus va a ser el personaje más atractivo de la saga, aunque su regreso, en el capítulo final del segundo arco, se lee como un deus ex machina medio torpe, como si Mazzitelli necesitara cerrar muy rápido todas las líneas argumentales que tenía abiertas. Entonces reaparece Perseus y resuelve todo en poquísimas viñetas de un modo que no le hace justicia al resto de la serie. Esto mismo, narrado a otro ritmo y en otra cantidad de páginas, tendría mucho más sentido. En el resto de los episodios, Mazzitelli no solo se florea con textos bellísimos, sino que tensa los conflictos con diálogos tremendos, revelaciones inesperadas, misterios alucinantes (no todos se terminan de dilucidar, como el de la princesa de Aries en cuyas visiones aparecen los animales del horóscopo chino) y personajes secundarios fascinantes, como la sacerdotisa del azar, una de las mujeres más poderosas y más sensuales en la larga carrera de esta dupla autoral.El dibujo de Quique, majestuoso como siempre. No vamos a volver sobre eso una vez más. Me gusta, como idea final, contarles que conozco varios pibes y pibas de la nueva generación, de la que supuestamente no lee, que arrancaron a full con el manga o con el mainstream yanki, y que cuando descubrieron a Mazzitelli y Alcatena se engancharon. Son historietas MUY clásicas, hasta solemnes, por momentos; pero hay algo ahí, una magia loca que de algún modo no repele a los pibitos de 14-15 años. No dicen "me vendieron humo, me re-embolé con las fumanchereadas de estos viejos de mierda". De alguna manera, algo en los textos y los dibujos les llega y los conmueve, pese a que Eduardo y Quique no buscan en sus obras el tipo de impacto que -en general- los pibes de hoy asocian con los relatos de aventuras. Nada, es algo que me consta, que me alegra y que quería expresar en voz alta. Y nada más, por hoy. Muy pronto, nuevas reseñas, y la semana que viene sale también función de prensa de la nueva peli de los Guardians of the Galaxy, como para empezar Mayo bien arriba. Gracias por el aguante.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 27, 2023 18:06

April 24, 2023

LUNES A LA NOCHE

Hora de reseñar un par de libritos que pude leer en los últimos días.El primero lo había leído hace muchos años en castellano, pero cuando lo vi en francés, decidí deshacerme de la versión traducida por los españoles y quedarme con la original. Se trata de Wallaye!, el álbum de 1987 en el que Jano arma un esperado team-up entre dos de sus personajes más queridos: Keubla y Kebra. El primero ya había protagonizado un álbum solista el año anterior, y el segundo tenía cuatro o cinco álbumes a cuestas. El team-up propiamente dicho dura 12 páginas y sí, es lo mejor del libro. Lo más parecido a una aventura tradicional, con villanos, búsqueda del tesoro, persecuciones y tiros, pero sin dudas lo mejor. Previo a eso hay cuatro páginas que cuentan cómo Kebra decide irse a África, y cómo llega. Y antes y después, tenemos distintas historias cortas centradas en Keubla y otros piratas y traficantes del desértico norte del Continente Negro. Así como en las aventuras de Kebra el autor demostraba tener muy bien estudiado el submundo de las pandillas urbanas de Francia, acá vemos un retrato muy convincente de estos marginales del Norte de África. Una región a la que Jano nos presenta como dominada por el islamismo, la corrupción policial y el tráfico de mercancías legales e ilegales con el continente europeo. Me causó mucha gracia que en un comic escrito en francés uno de los piratas amigos de Keubla putee en argentino ("hijo de una gran puta", "la puta que lo parió") y lamentablemente no conservé la edición española para ver cómo lo "traducían". Las historias de Keubla y los traficantes son cortitas y van más para el lado de una breve anécdota cuasi-humorística. Sirven para conocer el ámbito en el que se mueve el personaje, sobre todo si -como yo- nunca leíste el álbum anterior (Sur la piste du Bongo). Y después está esa doble página de "Keublarama", un magnífico experimento narrativo sin textos donde Jano realmente se florea y te refriega por la cara toda su calidad como dibujante y como contador de historias. Todo el manejo del espacio como recurso narrativo que no puede mostrar en las páginas normales (porque tiene que meter entre siete y doce viñetas, a veces con bastante diálogo), lo despliega en esta doble página con una maestría inolvidable.No me quiero extender con loas para el dibujo de Jano, pero digamos que es una síntesis perfecta entre Floyd Gottfredson y Robert Crumb. En general, cuando pensamos en un autor francés que mezcla comedia con aventuras en parajes exóticos pensamos en una línea similar a la de Hergé, pero la verdad que lo único que toma Jano del creador de Tintin es el efecto de dibujar a los fondos, barcos y camiones en un estilo más realista que el que emplea para los personajes. El resto tiene más que ver con Crumb, con Gottfredson y con su propia cosecha, que también es muy atractiva. Por algún motivo que desconozco, Wallaye! además marca la última aparición tanto de Keubla como de Kebra, así que es un motivo más para recomendárselo a los fans de cualquiera de los dos personajes, y por supuesto a los fans de Jano y de la aventura con guarradas y protagonistas de dudosa profilaxis. Después de una pausa de casi seis años, retomo la lectura de Thief of Thieves, con el Vol.5, donde sigue al frente de la serie creada por Robert Kirkman el equipo que la descosió toda en el tomo anterior: Andy Diggle como guionista y Shawn Martinbrough como dibujante. ¿Cosas para criticar? Sí, las mismas dos de siempre: 1) el comic parece estar concebido como el storyboard de una serie de TV con actores de carne y hueso, y tiene hasta el ritmo de ese tipo de relatos. Este tomo en particular tiene un "presupuesto" bajísimo, y está todo resuelto con poquísimas escenas de acción de esas que encarecen el costo de las producciones audiovisuales. Por un lado es un mérito de Diggle: la emoción y la tensión no bajan nunca, ni siquiera cuando te narra 130 páginas de una historia en la que prácticamente no hay machaca. Eso además diferencia mucho a Thief of Thieves de otras historietas del mainstream. Y por otro lado decís "dale, rompan todo... si total son dibujos...". Lo otro que le critico siempre a esta serie es que me gusta mucho más el Martinbrough salvaje y extremo que esta versión más careta, que quiere parecerse a dibujantes prolijitos y elegantes tipo Yanick Paquette, o a la versión más careta (o mainstream-friendly) de David Lapham. Me quedo con el otro Martinbrough, la bestia bruta del claroscuro, aunque reconozco que para lo que esta serie aspira a ser, este otro estilo funciona mejor. El resto, solo aplausos. Trama espectacular, ritmo atrapante, diálogos excelentes, desarrollo de personajes al palo, todo el tiempo, con giros cada vez más impactantes, cero vueltas de tuerca imposibles o absurdas para conservar el verosímil. La consigna de "el ladrón más grosso del mundo se quiere retirar y no lo dejan" se podría haber agotado tranquilamente en uno o dos tomos, pero Diggle maneja tan bien el elenco de secundarios, que todo el tiempo aparecen nuevas complicaciones para Conrad Paulson y su entorno, que fuerzan nuevas situaciones límite. En este tomo en particular, el foco está puesto en Celia Kowalczyc, secuaz y amante de Paulson, que cobra chapa y tridimensionalidad como para ponerse al hombro las mejores secuencias del arco argumental. Me quedan por delante dos libros más para completar la serie, y no los tengo (acepto donaciones). Pero sin dudas, aunque me tenga que comer otro parate de casi seis años, la voy a leer hasta el final porque es una cátedra. Me imagino a muchos guionistas más encumbrados que Diggle leyendo Thief of Thieves y pensando para sus adentros "la concha de la lora, ¿cómo estas cosas no se me ocurren a mí?"... Si te copa un comic que fluctúa entre robos a gran escala y runfla de la más baja calaña entre gente menos escrupulosa que un puntero de Cristian Ritondo, esta creación del Gordo Kirkman te va a convertir en zombie de los buenos.Y hasta acá llegamos, por hoy. Espero tener muy pronto nuevas lecturas para repasar "en voz alta" acá en el blog. Gracias y hasta entonces.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 24, 2023 18:49

April 21, 2023

OTROS DOS LIBRITOS LEÍDOS

Y vamos de una con las reseñas...Primero es el turno de Look Back, un manga autoconclusivo escrito y dibujado en 2021 por Tatsuki Fujimoto, el consagrado autor de Chainsaw Man. Lo primero que me sorprendió es que la calidad del dibujo es muy despareja. Tiene un puñado de páginas definitivamente hermosas, al nivel de lo mejor de Chainsaw Man, y otros momentos en los que el dibujo está bastante por debajo de lo que se vio en la obra más conocida del autor. Narrativamente está muy bien, tenemos a un Fujimoto que todo el tiempo para la pelota y piensa cómo hacer para que lo que nos quiere contar nos llegue con más fuerza, y realmente el tempo del relato está muy logrado. Las secuencias duran lo que tienen que durar, la sensación de que por momentos el tiempo parece no pasar nunca está muy bien sugerida por el armado de estas secuencias, y lo mismo sucede cuando en cuatro viñetas Fujimoto te resume un año entero en la vida de la protagonista. Son recursos bien pensados y bien ejecutados por parte de un autor que encontró el clima ideal para un manga básicamente introspectivo, al que por ahí el sobra esa única escena de acción, cerca del final del tomo.La trama tiene bastante que ver con la del glorioso Bakuman: Look Back cuenta la historia de una chica que desde la escuela primaria dibuja manga y en algún momento se decide a convertirse en profesional, pese a su nula experiencia, su escasa edad y el hecho de conocer a otra piba que dibujaba mil veces mejor que ella. El vínculo entre Fujino y Kyomoto se desarrolla a lo largo de todo el tomo de un modo muy interesante y sobre todo impredecible. Como Fujimoto se mete mucho menos que Ohba y Obata en la maravillosa trastienda de la producción de los mangas, este elemento, el del vínculo entre las dos dibujantes, tiene todo para convertirse en lo más atractivo de Look Back. El contraste entre las personalidades de las dos chicas le da al autor la posibilidad de mostrarnos dos formas muy distintas de vivir la pasión por el dibujo y la creación de historietas. Pero, a diferencia de lo que pasaba en Bakuman, el contraste no implica una competencia entre ellas, y Fujimoto tampoco emite un juicio acerca de qué forma de implicarse con el manga es la mejor.Look Back es una historieta básicamente apacible, casi pachorra, muy jugada a climas que por momentos van para el lado de la tristeza y el bajón, lejos de esa euforia y esa vitalidad que tanto me sedujo cuando me encontré con Bakuman. Y si, se puede abordar una temática similar desde una tonalidad tan marcadamente distinta, y hacerlo bien. En estas pocas páginas me encontré con un autor maduro, inteligente, sensible, que sabe manipular las emociones del lector y que cuando se pone las pilas, dibuja como los dioses. Por desgracia son pocas las páginas dibujadas con todas las pilas y uno termina por conjeturar cómo se vería Look Back dibujada por un mangaka más regular, menos desparejo... Yo me imagino esto dibujado por Hiroaki Samura y me vuelvo loco... Pero lo que tenemos es esto: Tatsuki Fujimoto lejos de la machaca sangrienta con freaks y demonios y cerca de la gente común, en un verdadero gekiga: un manga sin elementos fantásticos, sin chistes, sin fan service y apuntado a un lector que busca lecturas más profundas, más adultas y que se banca tragos amargos y golpes bajos como los que nos tira en estas páginas el creador de Chainsaw Man. Me vengo a Argentina, año 2022, para leer Toxic Detective, una novela gráfica creada por el escritor español Claudio Cerdán, con dibujos del argentino Sergio Carrera. Ves el libro y es finito, tiene apenas 46 páginas de historieta, lo cual transmite la engañosa sensación de "esto se lee en 10 minutos". Pindonga. Se trata de una historieta densa, muy cargada de texto, en la que pasan un montón de cosas, y que al final te hace sentir como si en vez de 46 páginas hubieses leído 80. Hay un montón de páginas de ocho cuadros, varias de 10, muchas viñetas con más de dos globos de diálogo, en las que los personajes discuten y se retrucan unos a otros... algo que no es muy común en la historieta argentina actual. Pero bueno, acá el guionista es español y viene del palo de la literatura. Y se le ocurrió que podía meter toda esta trama y todos esos diálogos en una cantidad de páginas que obviamente resultaron pocas.El ritmo del relato sufre por la acumulación de elementos y situaciones en tan poco espacio. Secuencias que podrían desarrollarse más, o que por su propia espectacularidad podrían haber resultado más impactantes, aparecen apelotonadas en esas páginas muy cargadas de texto y de dibujo. Al meter tanto texto, Cerdán no renuncia al desarrollo de los personajes y eso es lo más interesante de la obra: cómo explora la psiquis, sobre todo de Ray, en esta situación absolutamente extrema que le toca atravesar. Los diálogos son raros, porque no están ni en español de España ni en castellano rioplatense. Es un neutro que a mí no termina de cerrar, que parece tomado de un doblaje centroamericano de una película yanki. También la gran cantidad de texto y de viñetas por página conspira contra el lucimiento del dibujo de Carrera, que se ve muy comprimido, muy condicionado. Yo no soy muy fan del dibujo tan realista, tan pendiente de la referencia fotográfica, pero me doy cuenta de dos cosas: primero, que para un thriller que todo el tiempo busca resultar verosímil, no está mal ir por una estética lo más realista posible; y segundo que, dentro de este corset tan restrictivo como el que plantea un guion lleno de páginas de ocho, nueve o diez cuadros, Carrera se las ingenia para que la historia fluya de un modo ágil, con buenos enfoques y mucha variedad de planos. Por momentos aparecen técnicas de entintado muy distintas entre sí, que hacen que la onda del dibujo cambie de una página a otra, y eso narrativamente es complicado, pero visualmente garpa porque son técnicas que Carrera domina con solvencia y que le permiten mostrar que su propuesta va más allá del clásico Juan Carlos Flicker. Esos momentos donde pela el entintado más sucio, más expresionista, son los que a mí más me gustaron, mientras que las escenas de "línea clara", donde está todo entintado con un trazo finito y uniforme, prácticamente sin masas negras, me dejaron con gusto a poco. Esta misma historia, desplegada en un mayor número de páginas, seguro funcionaba mejor. Así como está no es chota, y menos si estás acostumbrado a las películas de acción y machaca de Hollywood, con tipos sin superpoderes metidos en situaciones extremas con tiros, explosiones, peleas y muertes truculentas. Y nada más, por hoy. Ni bien pueda, arranco con nuevas lecturas que se traducirán en nuevas reseñas, acá en el blog. Gracias y hasta entonces.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 21, 2023 19:22

April 19, 2023

PERDÓN POR LA DEMORA...

Pero los cambios de clima me tienen muy congestionado, y cuando no puedo respirar por la nariz no puedo dormir, y cuando no puedo dormir no puedo pensar y mucho menos escribir. Así es como tengo pendientes de reseña dos libritos que terminé hace varios días... y bueno, ahora que estoy un poquito mejor vamos a tratar de sacarlas adelante.En general, cuando uno piensa en adaptaciones al comic de Los Tres Mosqueteros, piensa en la versión de José Luis Salinas de los años ´40, no? Pero hay otra: a principios de los ´60, el maestro Arturo del Castillo (nacido en 1925 en Chile y radicado en Argentina desde 1948 hasta su muerte, en 1992) hizo la misma que hacían todos los grandes dibujantes que se habían consagrado trabajando con H.G. Oesterheld en las revistas de la editorial Frontera: empieza a colaborar con editoriales del Reino Unido, donde la paga era mucho mejor. Entre otras obras, Del Castillo realiza entre 1961 y 1964 la adaptación del famoso folletín de Alexandre Dumas, en entregas de dos páginas semanales, sobre guiones de Leonard Matthews y Ted Holmes. Esto arranca en la revista Film Fun y luego continúa en otras cabeceras de la editorial Fleetway, de esas que en los ´60 gozaban de una enorme popularidad.Matthews y Holmes se inscriben en la tendencia del máximo respeto a la obra literaria que adaptan, y así es como, en el intento por volcar en la página la mayor cantidad posible del texto original, pueblan las páginas del comic con una cantidad ingente de palabras, al punto de llenar cuadros enteros solo con texto. Recién en el tramo final (cuando adaptan El Hombre de la Máscara de Hierro) aparece una que otra secuencia en la que el dibujo se encarga de llevar adelante la acción. En casi todo el libro, el dibujo ilustra apenas un cachito de lo que explicita el texto, lo cual lo hace redundante. Si tratás de leer solo los textos, sin mirar los dibujos, se entiende todo perfectamente. Y si optás por lo contrario, vas a ver que dibujos y diálogos no alcanzan para comprender la historia... si no la conocías. La verdad que no soy el más indicado para hacer el experimento porque leí estas aventuras varias veces en la infancia y todo el tiempo sabía lo que estaba por pasar, porque -misteriosamente- me las acordaba.O sea que estamos ante un libro duro de leer pero muy hermoso de mirar. Acá vemos a un Del Castillo que aprovecha a full el formato de página vertical, casi siempre de seis viñetas o menos, para desplegar una cantidad de recursos gráficos que obviamente no podía mostrar en las revistas chiquitas de Frontera. El resultado no tiene punto de comparación. Solo sería justo comparar esto con los primeros trabajos de Arturo en la Skorpio, cuando estaba muy bien pago y colaboraba con guionistas del carajo en su género favorito, que siempre fue el western. Todo el resto de la obra del chileno-argento queda muy, muy atrás de la magia que tira en Los Tres Mosqueteros. Acá está realmente en estado de gracia, en la cresta de la ola del estilo académico realista, con casi nada que envidiarle a Harold Foster. El rigor histórico, la plasticidad de los personajes, los caballos, los fondos, el festival de texturas, esos grises aplicados con tramas mecánicas que aparecen en el segundo tramo, esos detalles, esa cosa barroca que más tarde perfeccionaría Gary Gianni, esa sensación de épica que asociamos con Antonio Hernández Palacios... Lo mejor de ese estilo hiper-clásico está acá, en la pluma de Arturo Del Castillo y alcanza y sobra para recomendar la adquisición y estudio meticuloso de este álbum, muy bien editado en Chile por Acción Comics. Me voy a Estados Unidos, año 2003, cuando se publica una miniserie tremenda, que originalmente se pensó para estar fuera de la continuidad oficial y luego alguien tuvo la lucidez de incorporarla al canon de la editorial. Captain America: Truth narra básicamente el via crucis de Isaiah Bradley (muy bien sintetizado en la miniserie televisiva de Falcon/ Winter Soldier), un soldado afroamericano al que le inyectan un prototipo del suero del Super-Soldado y se convierte en un Captain America paralelo, que también peleará en la Segunda Guerra Mundial.El guion de Robert Morales es de una crudeza difícil de digerir en un comic mainstream. La mala leche, la oscuridad, la crueldad, las atrocidades a las que las propias fuerzas armadas yankis someten a Isaiah y sus compañeros, casi hacen que Adolf Hitler funcione como una amenaza menor. La mentira, el engaño, la manipulación que padecen estos soldados y sus familiares, el mal trato justificado solo en el color de su piel, son cosas que te desgarran el alma mientras leés el comic... que además es totalmente adictivo. Es casi imposible soltar el libro una vez que lo empezás a leer.Truth es un comic adulto, profundo, jugado, muy violento, con momentos estremecedores, revelaciones shockeantes y emociones fuertes. Un Lado B del Year One del Capi America que, a menos que seas racista, te va a resultar desolador en más de un pasaje. Y si conocías de oído la historia de "el Capitán América negro al que lo cagaron como de arriba de un puente" por la serie de TV, o por menciones que se hacen en otras historietas (pienso por ejemplo en Young Avengers, donde uno de los protagonistas es el nieto de Isaiah) acá vas a encontrar esa idea totalmente zarpada y revolucionaria explicada y desarrollada en detalle en un guion muy ágil y muy conmovedor.El dibujo... la verdad que me descolocó la decisión de ponerlo en manos de Kyle Baker. Okey, era lógico que lo dibujara un autor afroamericano, pero ¿Baker? ¿Con ese trazo exagerado, caricaturesco, que por momentos dibuja a los personajes como en un corto de Ren & Stimpy? Lógicamente ahí se produce un choque entre lo oscuro del guion y lo alegre, lo desprejuiciado del dibujo, que por momentos va a 160 km/h, pero para el otro lado. Baker abusa un poco de los primeros planos, propone un laburo con el color que lo exime de dibujar fondos en la gran mayoría de las viñetas, y cuando los dibuja generalmente los simplifica a una línea casi minimalista. Pero tiene dos grandes ventajas: es un crack a la hora de retratar la machaca y sus personajes son tremendamente expresivos. En un comic donde parte de la gracia es transmitirle al lector las emociones que viven los personajes, esa habilidad sobrehumana de Baker resulta fundamental. Igual es raro, eh? Todo el tiempo te preguntás cómo se vería Truth dibujado en un estilo más tradicional, ponele el de Denys Cowan, a quien ya lo vimos romper todo en una historia del Capi ambientada en la Segunda Guerra. Como fan incondicional de Kyle Baker le aplaudo hasta las tiradas a chanta, y por haber charlado bastante con él me doy cuenta lo que le habrá costado dibujar esas secuencias más realistas, con soldados, vehículos y armas que se tienen que ver verosímiles y respetuosos de la anatomía, la perspectiva, la iluminación y la documentación. Cosas que para cualquier dibujante del mainstream son el pan nuestro de cada día, pero para este genio no, porque lo suyo es lo otro. La desmesura, la comedia, la locura. Banco mucho a Truth como un gran retoque de continuidad, una idea que detona un montón de ideas más, y se anima a mostrar lo garca que puede ser el bando que pasó a la historia como el de "los buenos", en una historia sin concesiones. Es un relato tan potente que hasta se banca que Morales y Baker por momentos quieran plasmarlo de maneras totalmente divergentes.Y hasta acá llegamos. Si estás en La Plata, venite este jueves a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, que voy a estar dando una charla sobre traducción de historietas, por supuesto con entrada gratuita. Si no, nos reencontraremos en unos días acá en el blog.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 19, 2023 15:00

Andrés Accorsi's Blog

Andrés Accorsi
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Andrés Accorsi's blog with rss.