Andrés Accorsi's Blog, page 23

July 31, 2023

AL FILO DEL FIN DE MES

Se termina otro Julio intenso, y llego justo a tiempo a postear una vez más, las reseñas de los últimos libritos que tuve oportunidad de leer.Empiezo en Inglaterra, año 1979, cuando en el semanario 2000 A.D. se empieza a serializar ABC Warriors, una creación del maestro Pat Mills por la que (en esta primera etapa) pasarán dibujantes de la talla de Kevin O´Neill, Dave Gibbons, Brendan McCarthy, Mike McMahon, Carlos Ezquerra y Brett Ewins. Algunos van a aportar muy poquitas páginas y a otros los vamos a ver dibujar a los pedos, o en los albores de sus carreras, siempre lejos de su mejor nivel. Por lo menos en la faz gráfica, los resultados que exhibe este libro no están ni cerca de las expectativas que generan los nombres involucrados. Dentro de la decepción, McMahon es el que sale mejor parado. Y por ahí Gibbons, en segundo lugar. Pero todos tienen trabajos mucho mejores sin salir de la 2000 A.D.. Los guiones de Mills son entretenidos, muy violentos, con algunos diálogos graciosos, pero lo que falla -a mi criterio- es la estructura de la serie. Primero, el tema de los episodios de seis páginas con un continuará muy marcado, verdaderos cliffhangers, cuyo impacto se pierde con los constantes cambios de dibujante. Por ahí leídos de a seis páginas por semana no se nota tanto, pero en la recopilación se notan el caos y la redundancia. Y después la forma en que presenta la saga: en vez de arrancar con el equipo ya formado, Mills se manda para adelante con apenas tres personajes (Hammerstein, Happy Shrapnel y Joe Pineapples) y en cada una de estas primeras aventuras veremos cómo reclutan a uno de los miembros que faltan (hasta llegar a siete, por eso el tomo se llama The Meknificent Seven). En todos los casos se repite una misma fórmula: el personaje nuevo primero confronta con el grupo, luego es derrotado (casi siempre por Hammerstein) y finalmente se suma a los ABC Warriors tras jurarle lealtad al líder. Con el equipo ya completo, se viene un arco argumental bastante extenso ambientado en Marte (pensé que me iba a gustar más) y el álbum termina con tres episodios en los que los ABC Warriors prácticamente no aparecen: 18 páginas de presentación de quien será su próximo oponente... en un libro que no tengo y no sé si existe. Acá hay muy bienvenido cambio en el ritmo del relato, con mucha atención para presentar a George como un personaje atractivo y complejo, no como un mero obstáculo al que Hammerstein y los suyos van a eliminar en seis páginas de combate al palo. Así que me quedé con ganas de ver cómo se resuelve el plot de George. Una pena, porque cuando la cosa se pone un poquito mejor, se termina. Igual estuvo bueno que, en su línea de tomos recopilatorios de material de la 2000 A.D., DC publicara el inicio de esta legendaria serie de Pat Mills. Sigo a la caza de más tomos de esa breve pero muy lograda colección. Me voy a Japón, año 2015, cuando Usamaru Furuya (a esta altura, un fetiche de este blog) publica Quiero ser Asesinado por mi Alumna, un manga cuyo primer tomo se editó hace no mucho acá en Argentina. De nuevo, el dibujo no me convenció. No es choto, pero no está al nivel de lo que vimos en otros trabajos de Furuya. De todos modos no es óbice para disfrutar de lo más interesante que tiene este manga, que es el argumento.¿Querés problemas mentales? Acá tenés un tipo de 34 años que se calienta con la fantasía de ser estrangulado por una chica de 16, y no cualquier chica, sino una que sufrió violencia intrafamiliar en la infancia y desarrolló una segunda personalidad, más áspera y jodida, que emerge cuando la personalidad "principal" entra en crisis. Por si faltara algo, esta chica es muy amiga de otra colegiala que sufre un trastorno de comportamiento que le impide interactuar en grupos, percibir los sentimientos o emociones ajenas o expresar los propios. Además, tiene una inteligencia infinitamente superior a la del resto de los alumnos de la secundaria a la que asiste. No pasa mucho más en este primer tomo, fuera de la presentación de los protagonistas y del plan de Haruto para encontrar la muerte a manos de Maho, en parte porque Furuya decide plantear el conflicto desde el punto de vista de cuatro personajes distintos. Sobre el último tercio del tomo, la trama empieza a avanzar y sin dudas el suspenso y el enrosque logran un in crescendo notable, que logró ponerme nervioso. Furuya ya demostró que tiene una mirada única, sumamente perturbadora, acerca del mundo de los chicos y chicas que cursan la secundaria en Japón, con lo cual está todo dado para que el espesor de esta trama se vuelva asfixiante. Me llamó mucho la atención el hecho de que la edición argentina esté traducida al neutro (en este caso por Guadalupe Domínguez). Parte de lo que me hace disfrutar tanto los mangas de Ivrea que compro, leo y reseño en este espacio, es la traducción con modismos argentinos. Y acá los eché mucho de menos. Si fuera un manga de samurais, me chuparía un huevo leerlo en neutro. Pero esto, que busca todo el tiempo la complicidad de un lector al que le resulta familiar el entorno de los adolescentes y los profes del secundario, se disfrutaría más si los personajes hablaran como nosotros. Ojo: por ahí estoy hablando pelotudeces y la editorial Merci compró los derechos para distribuir esta edición en cuatro o cinco países más de Latinoamérica donde se habla un castellano muy distinto al nuestro. La verdad que no lo sé. Pero si es una edición sólo para Argentina, la decisión de traducir los diálogos al neutro me parece bastante desacertada. De todos modos, quedé enganchado con la historia, a la espera de la continuación.Y nada más por hoy. Recomiendo una vez más pasar por https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y bajarse la Comiqueando Digital nº7 por menos de lo que vale una docena de facturas. Posta, vale la pena. Gracias y nos reencontramos el mes que viene, acá en el blog.
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Published on July 31, 2023 19:36

July 26, 2023

TARDE DE MIÉRCOLES

Hoy a las 22:30 hs, en el canal de YouTube de Comiqueando, tenemos una nueva emisión en vivo de Agenda Abierta, el programa que conduzco yo, pero en el que pueden participar tod@s l@s que quieran hacerlo. No se lo pierdan, que va a estar buenísimo.Vamos con las reseñas, que de eso se trata este espacio:Arrancamos en 1998, con la edición brasilera de Caatinga, un álbum autoconclusivo escrito y dibujado por el maestro Hermann. ¿Por qué carajo lo leí en portugués? Podría chamuyar y argumentar que se debe a que la historia transcurre en Brasil, pero la verdad es que busqué este libro mucho tiempo, y lo quería tener en castellano o en francés. Finalmente me ofrecieron la edición brazuca y dije "bueno, dale", como prueba de lo fácil que soy.Hermann nos lleva de nuevo al Sertao, a la peligrosa tierra de los cangaceiros, que ya visitamos (por ejemplo) el 13/03/13 de la mano de Danilo Beyruth, o en aquel clásico de Hugo Pratt conocido en castellano como "La Macumba del Gringo", o en "Pier el Corso", del maestro Gianni Dalfiume. Claramente la época (principios del Siglo XX) y el lugar (nordeste de Brasil) son propicios para la aventura, y Hermann no se la quería perder.El resultado es un álbum de 48 páginas, que tiene un único problema: el final es un poco abrupto, como si al maestro se le hubiesen acabado las páginas de golpe, antes de llegar a darle el toque final que redondeara un poquito más la epopeya de Diamantino y Manuel. Toda la gran movida que viene armando Clovis Mendes a lo largo de muchas páginas se desactiva en muy pocas viñetas, en las que lo más importante (el exterminio de los cangaceiros por parte de las milicias estatales) sucede fuera de cámara. No se puede discutir que es un final original: cualquier otro autor nos hubiera mostrado esa masacre con Diamantino y Manuel involucrados de lleno en la acción, dispuestos a dar su vida, y probablemente el álbum hubiese terminado así, con los protagonistas muertos tras el cruento combate. Pero no. Caatinga nos ofrece otro final, distinto, menos predecible y también mucho menos impactante que este que flasheaba yo a medida que pasaba las páginas.En el medio, hay mucha acción y sobre todo mucha violencia. Lo que empieza con una boludez (un pibe pobre le afana una cabra a un hacendado rico) va in crescendo hasta convertirse en un huracán de muerte y sangre que impulsa a Diamantino y Manuel hacia terrenos inciertos, donde van a encontrar más muerte y más sangre. Y además, una causa y un destino, de la mano de estos bandoleros duros, curtidos por un terreno y un clima extremos y despiadados. Los muchachos se van a convertir en hombres, en soldados y hasta en héroes en una cantidad bastante breve de páginas, en las que Hermann maneja con maestría el ritmo del relato. Esto mismo, narrado por Robin Wood en una serie para Columba, tomaría no menos de 15 episodios de 14 páginas. Y por supuesto, como suele suceder cuando hablo de obras de Hermann, lo que más me emocionó es el dibujo del maestro belga. Su puesta en página clásica, su narración cristalina, su anatomía impecable, su trabajo demoledor en materia de documentación histórica y -por sobre todo lo anterior- la magia de sus pinceles a la hora de colorear la historieta. La paleta de Hermann hace que Caatinga pase de ser una buena historieta a ser una maravilla del Noveno Arte. Muy recomendada para los fans del ídolo, o de las buenas aventuras para adultos, en general. Vamos con una historia gloriosa, pero con final triste. Muy poca gente en el habla hispana conoce (y menos aún escribe sobre) Cul de Sac, una tira humorística creada por el estadounidense Richard Thompson a principios de 2004, para The Washington Post. Al principio eran tiras dobles, como la mayoría de las dominicales, coloreadas con acuarelas. Después, en 2007, Cul de Sac se convirtió en una tira diaria que aparecía en blanco y negro de lunes a sábados y a color (también en formato de tira doble) los domingo, ya no en un solo diario, sino en muchos. Hasta que en 2012, Thompson anunció que dejaba la tira por problemas de salud que terminarían con su muerte en 2016, con sólo 58 años. El año pasado conseguí el libro de 2008 que reúne la etapa original de Cul de Sac, y un montón de tiras de cuando pasa a aparecer en un muy buen número de diarios. Y por si faltara algo, un prólogo de Bill Watterson. Obviamente mi primera reacción cuando empecé a leer las tiras fue "la puta madre, ¿cómo tardé tantos años en descubrir que existía esto? ¿Cómo nunca leí artículos de gente que lo recomendara? ¿Cómo nunca se tradujo al castellano?"... en fin, llo habitual en estos casos. ¿Y por qué esta reacción? Porque Cul de Sac es una tira BRILLANTE. Thompson pone como protagonista a una nena de cuatro años que va al jardín de infantes, y alrededor de ella construye un elenco en el que están sus padres, su hermano, sus compañeritos de sala, su maestra, sus vecinos... de a poco te das cuenta de que todo Cul de Sac (que así se llama el barrio cerrado donde viven Alice y el resto) le brinda al autor material para las tiras. Thompson mezcla con maestría el humor delirante que surge de escuchar hablar a los nenes de cuatro años, con un humor más elegante, más sofisticado, y con sutiles pinceladas de sátira social. No es una tira tan existencialista ni tan mala leche como Pearls Before Swine, ni tan tierna como Mutts, pero tiene cosas de ambas. Estamos frente a un autor muy versátil, que claramente conoce el mundo de los nenes de esa edad, y sabe potenciarlo con el contexto de la familia yanki de clase media, el consumismo berreta, los shoppings horribles de la periferia de las grandes ciudades, el tránsito fuera de control y aquel elemento que Charles Schulz nunca exploró y con el que Quino y Watterson hicieron maravillas: el contraste entre el mundo de los chicos y el mundo de los grandes. No quiero vender humo: si bien ganó un montón de premios (entre ellos un Harvey y un Reuben), Cul de Sac no está al nivel de Mafalda ni de Calvin & Hobbes, pero para lo que son las tiras de prensa en el Siglo XXI, es sin dudas un hito. Thompson tampoco dibuja tan bien como Quino o Watterson, pero su trazo (mezcla de Schulz, Watterson, Patrick McDonnell y Ben Katchor) recontra funciona para lo que nos quiere contar. Y te conquista al toque, sobre todo si empezás por las historietas pintadas con acuarelas, que son hermosas. Obviamente ni bien encuentre más recopilatorios de Cul de Sac, me tiro de cabeza.Y nada más, por hoy. Muchas gracias a quienes pasaron por comiqueandoshop.blogspot.com a descargar la Comiqueando Digital nº7, y a quienes todavía no lo hicieron, los esperamos con un número bestial de 360 páginas y unos contenidos audiovisuales exclusivos de un nivel mortífero. Nos vemos esta noche en Agenda Abierta, el domingo 30 en la MiraCon de Miramar, y volvemos a compartir nuevas reseñas muy pronto, acá en el blog.
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Published on July 26, 2023 12:04

July 22, 2023

RESEÑAS DE SÁBADO POR LA NOCHE

Por fin tengo un ratito para escribir las reseñas de un par de libros que leí durante la semana.Incidenti (incidentes) es la primera obra larga de Lorenzo Mattotti en solitario, es decir, como autor integral. Son 64 páginas que el genio de Milán produjo en 1981, cuando su estilo todavía no estaba consolidado. Y en blanco y negro, lo cual es bastante loco. El dibujo es increíble. Por momentos se ve un esbozo de lo que va a ser el Mattotti definitivo, pero aparecen cosas raras. Un feísmo extraño, típico del under europeo de los ´70, una narrativa bastante similar a la de Didier Comés, momentos en los que la línea quiere parecerse a la de José Muñoz (hay un par de homenajes a Alack Sinner en el álbum, como para despejar dudas acerca de qué autores influenciaron a Mattotti en esta etapa) y de ratos aparecen esas texturas demencialmente sobrecargadas que asociamos con el primer Enki Bilal y la etapa más barroca de Moebius. Todo el tiempo se nota que el autor sabe lo que está haciendo, y cómo esas decisiones estéticas tienen que ver con cosas que nos quiere transmitir desde el dibujo. Incluso cuando quiere transmitir tantas cosas, que se mezclan mucho las técnicas y se produce cierta confusión, o indecisión en el aspecto visual de la obra. Pero si nos abstraemos de los tropiezos narrativos en los que puede incurrir un autor primerizo, hay que reconocer que Incidenti mantiene un nivel visual realmente notable, de punta a punta, y en un in crescendo que hace que el álbum llegue al final con el dibujo realmente prendido fuego.El guion es claramente un primer intento de un autor que no tenía mucha experiencia en el rubro: para ser un thriller tradicional tiene momentos demasiado crípticos, y para ser una historieta de vanguardia, o transgresora, está demasiado atada a una estructura de aventura convencional. Pero no es un guion choto. Tiene buenos diálogos, buenas secuencias mudas, la trama genera una cierta tensión, hay un espacio para meter toques de comedia, de romance, de slice of life... hay una intención de retratar (aunque quizás no en primer plano) esa Italia violenta y convulsionada de la bisagra entre los ´70 y lo ´80, hay un par de personajes (Lucio, Igor y Cicilia) que se desarrollan bastante a lo largo del álbum... No se puede decir que esté mal, aunque estemos lejos de lo ideal.Recomiendo la lectura de Incidenti a los fans de Mattotti, sobre todo para ver desde dónde arranca el ídolo la década de los ´80, que va a ser la de su consagración. ¿Por qué esto no está editado en castellano? La verdad que no encuentro respuestas. Pero es así: nunca salió ni en álbum, ni serializado "en fetas" en ninguna antología de historieta para adultos. Por suerte conseguí una muy buena edición italiana de los ´90 que abre con un prólogo alucinante del ya mencionado José MunDios. Vamos a Estados Unidos, año 2018, cuando se forma un equipo increíble: el irlandés Garth Ennis y el croata Goran Sudzuka producen para la editorial AfterShock diez episodios de una serie llamada A Walk Through Hell, luego recopilada en dos TPBs. Este Vol.1 nos sumerge en las profundidades de un thriller psicológico espeso y sórdido, con algún tinte probablemente sobrenatural, y termina con un cliffhanger maligno, jodido como enema de chimichurri, así que prometo entrarle MUY pronto al Vol.2. El dibujo de Sudzuka es magnífico. Ese entintado un poquito más filoso, menos redondito, le queda muy bien, y el manejo de las masas negras es asombroso. Por momentos parece que vino Eduardo Risso a ponerle los negros a las páginas, porque se arman unos claroscuros impresionantes, y muy a tono con la impronta hiper-dark del guion. La verdad que no hacía falta colorear esta historieta, pero aún así el trabajo de Ive Svorcina (otro talento croata) está muy bien, no opaca al trazo de Sudzuka, ni intenta competir con él. Por momentos pareciera que Sudzuka buscara alejarse un poco de la senda de Eduardo Barreto y Ernesto García Seijas (los principales referentes siempre presentes en su grafismo) y lo logra de manera muy satisfactoria. Se lo ve más suelto que en otros trabajos y muy solvente a la hora de mantener la atención del lector a lo largo de prolongadas secuencias en las que solo vemos a gente hablando. Diez puntos, lo de Sudzuka, más allá de ese vicio de autor que trabaja hace mucho para las editoriales de EEUU que consiste en dibujar muy pocas tomas panorámicas, o con los personajes de cuerpo entero, y abusar del enfoque más de cerca, más pendiente de las cabezas de los personajes que del resto de la escena.El guion de Ennis me sorprendió muy gratamente. Primero porque nunca lo había visto escribir una historia de misterio sobrenatural ambientada en el presente (en este caso, en Los Angeles)... y sobre todo porque, si efectivamente A Walk Through Hell llegara a ser un thriller sobrenatural, no está presentado como Ennis presentaba las peripecias de John Constantine, sino como un relato de procedimiento policial. Más allá de sufrir con lo que les pasa a los agentes Shaw y McGregor en ese galpón gigantesco que parece estar habitado por algún tipo de entidad pesadillesca, el comic dedica muchas páginas a contar la previa: la vida de Shaw y McGregor en el cuartel del FBI donde trabajan, y su accidentada investigación para encontrar y meter preso a un sorete que dirige una red de pedófilos que secuestran, violan y matan pendejitos a lo largo de toda la Costa Oeste de EEUU. Por ahora, lo más importante, e incluso lo más shockeante, está ahí: en el procedimiento policial de los protagonistas. ¿Qué es lo que realmente pasa en ese galpón? Todavía es un misterio, que supongo que Ennis develará en la segunda mitad de la obra. Pero ya estoy muy enganchado, ya siento que conozco a fondo a los protagonistas, sobre todo a Shaw, un personaje con mucha más profundidad de la que le daba Ennis a las mujeres que escribía en los ´90. Incluso el villano me parece fascinante, un personaje totalmente tridimensional, humano, lo que lo hace mucho más aterrador. Nunca había oído hablar de esta obra, me enteré que existía cuando vi los dos TPBs en el stand de AfterShock en la última convención a la que asistí en EEUU. Pero por ahora, está realmente MUY bien, me parece un trabajo excelente de dos autores a los que admiro mucho, hace muchos años.Nada más, por hoy. Ya tengo otras lecturas avanzadas, así que en cualquier momento se vienen nuevas reseñas, acá en el blog. Y el miércoles a las 22:30, nuevo episodio de Agenda Abierta, en vivo para toda el habla hispana en el canal de YouTube de Comiqueando. Nos vemos ahí.
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Published on July 22, 2023 19:25

July 18, 2023

A TRATAR DE RECUPERAR EL RITMO

Bueno, ya terminé con el nº7 de Comiqueando Digital. Quedó una bruta bestia de 360 páginas, que ya se puede descargar por muy poca plata en www.comiqueandoshop.blogspot.com. No me alcanzan las palabras para recomendarla, de verdad. Así que ahora es tiempo de volver a esas cosas que tuve que dejar un poco de lado en estas últimas semanas, como por ejemplo el blog. Algo logré leer en estos días, así que vamos con un par de reseñas.Walt Disney´s Comics and Stories by Carl Barks Vol.31 es un tomito de 56 páginas que recupera cinco historias cortas de 1956, todas protagonizadas por Donald Duck y sus sobrinos, y -lo más importante- escritas y dibujadas por Carl Barks. Lo primero que me llamó la atención es la perfección narrativa de Barks. Cada página destila la esencia del lenguaje al que llamamos comic de una manera engañosa, que hace creer que contar historias en este medio es una boludez, o algo que se puede hacer de manera intuitiva. No había en 1956 y no hay hoy muchos autores que puedan ofrecer esa fluidez del relato entre las viñetas, ni dentro de las mismas. La elección de los planos, las expresiones faciales de los personajes, la plasticidad que adquieren cuando se mueven, la organización de la información dentro de la viñeta y hasta la colocación de los globos (sean de diálogo o de pensamiento) son impecables. Una página de Barks es como una orquesta sinfónica repleta de músicos virtuosos, donde todo suena armónico, perfectamente ensamblado, pero las canciones que interpretan son simples, gancheras, cortitas, cero pretenciosas, como si fueran estribillos pop, o jingles publicitarios.Los argumentos no son precisamente los más inspirados. No estamos ni cerca de aquellas gloriosas aventuras de Barks en las que Scrooge McDuck y sus sobrinos recorren el mundo en busca de tesoros imposibles. Estas son historias más cortas, más simples, en las que se repite una fórmula: Donald la va de canchero y queda como un pelotudo. Ya sea que inventa un negocio genial para llenarse de guita, o que le quiere dar una lección a Huey, Dewey y Louie, el resultado es siempre el mismo: por su propia ineptitud, por su ambición desmedida o por mala suerte lisa y llana, Donald termina humillado frente a sus sobrinos y frente a los lectores. ¿Es gracioso? Me imagino que para un pibe de 7 u 8 años de 1956, sí. A mí al principio me causó gracia, después ya no, porque se me hizo repetitivo el esquema. Pero la magia de Barks hace que incluso un argumento medio pelo resulte llevadero. El consejo (o la táctica) de acá en más es comprar sólo las historietas de Barks en las que el protagonista es Uncle Scrooge. Retomé la lectura de Monster, la obra maestra del suspenso creada por Naoki Urasawa, cuyo Vol.2 vimos por acá el 7 de Marzo de este año. Una obra rarísima por cómo el autor estira hasta el infinito el conflicto central, y cómo se las ingenia para dilatar más y más su resolución. Lo que más me llamó la atención es que de pronto en Monster importa el corte entre capítulos, heredado de la publicación serializada, que generalmente cuando uno lee manga en tomos de 200 o 400 páginas, medio que te chupa un huevo, o hasta te molesta. Este animal mete los cortes de capítulo en lugares realmente malignos, donde el suspenso cobra dimensiones apoteóticas, o no: remata en cada final de capítulo una sub-historia con la que arma la historia mayor, al estilo Skorpio. Y acá hay sub-historias que duran un único capítulo (con principio, desarrollo y fin) y mini-arcos que duran dos o tres. Los primeros tres capítulos, por ejemplo, le sirven a Urasawa para desarrollar un arco (en una de esas intrascendente a la hora de la resolución) en el que reintroduce a Rudi, el psicólogo. Después hay un arco de varios episodios centrado en Nina, junto a un cana corrupto y Roberto, un personaje nuevo que va a cobrar relieve más adelante... en un arco protagonizado por Eva en el que Tenma va a tener un rol menor. Y para contarte en qué anda Johan mientras todo esto sucede, Urasawa te clava un arco de CUATRO capítulos, en los que presenta y desarrolla a Richard el detective, a Schuwald el viejo millonario, y a Lotte y Karl, dos estudiantes universitarios. Son páginas y páginas en las que no aparecen ni Tenma (que supuestamente es el protagonista) ni Johan, aunque la sombra de ambos está presente todo el tiempo. Lo increíble es que cada uno de estos personajes, por pequeño que sea su aporte a la trama central, está perfectamente presentado y desarrollado. Todos son tridimensionales, todos actúan como seres humanos, no como engranajes en un mecanismo narrativo. Incluso desde lo gráfico, cada uno tiene su identidad bien marcada, de modo que se arma un elenco de enorme diversidad, donde uno reconoce al toque a los distintos personajes. Así da gusto que te la estiren hasta el infinito, e incluso comerse amagues de que tal personaje murió, para después descubrir que en realidad no murió un carajo, sino que quedó herido, y demás yeites clásicos del melodrama.Entre la trama principal, las sub-tramas, los personajes que entran y salen de escena, los diálogos muy bien escritos (gran traducción de Agustín Gómez Sanz), las revelaciones impactantes brillantemente dosificadas, los escenarios que recorre la saga y las (no tantas) secuencias de acción, Monster me atrapó a lo largo de otras 400 páginas, en las que probablemente el conflicto principal no haya avanzado ni un milímetro. Pero un poco lo que propone Urasawa es eso: relajarse y disfrutar del viaje, sin estar tan pendientes de cuándo llegamos o a dónde vamos. Tengo más libros de este genio irrepetible del manga en el pilón de los pendientes.Y nada más, por hoy. Haceme caso, descargate la Comiqueando Digital, que la vas a disfrutar enormemente. Nos reencontramos pronto por acá y el domingo 30 en Miramar, donde voy a asistir a la tercera edición de MiraCon junto a ídolos de siempre como Enrique Breccia, Cacho Mandrafina, Quique Alcatena, Jok, Kundo Krunch y varios monstruos más. Gracias y hasta entonces.
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Published on July 18, 2023 11:25

July 10, 2023

NOCHE DE RESEÑAS

Otra breve pausa en el laburo interminable de la Comiqueando Digital, que aprovecho para redactar las reseñas de las últimas historietas que leí.Empiezo en Suecia, nada menos, con la antología From the Shadow of the Northern Lights, un poderoso tomo de 200 páginas en el que los muchachos de la revista Galago (muy identificada con la historieta experimental, rupturista o simplemente alternativa) se toman el trabajo de traducir al inglés 26 historietas de autores y autoras de Suecia, para que las podamos disfrutar los que no leemos ese extraño idioma. El libro es de 2008, y quizás en los últimos 15 años el panorama haya cambiado un poco, pero acá lo que se ve es material muy, pero muy pegado al comic alternativo que se hacía en ese tiempo en Norteamérica. Este mismo libro podría haber salido en Drawn & Quarterly, o en Fantagraphics, con las mismas historietas, simplemente cambiando los nombres de los creadores suecos por nombres en inglés (y alguno en francés). No veo una "identidad sueca", una impronta que de alguna manera englobe a los autores... y tampoco me parece mal que no la haya. El tema es que muchos y muchas terminan en la bolsa de "el Peter Bagge de la B", "el Johnny Ryan de la B", "el Adrian Tomine de la B", o "la Jessica Abel de la B", porque obviamente al vivir y publicar en Suecia nunca van a trascender como lo hacen los autores norteamericanos. Es como que venga un yanki a visitar Argentina y en vez de mate le den Manaos.Dentro de esa limitación, me encontré con un puñado de historietas impublicables, otras brillantes, y unas cuantas que están bien dibujadas pero me contaron cosas que no entendí o no me interesaron, como suele suceder en las antologías de comic alternativo. Lo más destacado: el humor mala leche de Sara Granér, la historieta de Simon Gärdenfors, el dibujo de Benjamin Stengard (una especie de Thomas Ott putrefacto), la magia visual de Knut Larson, la historieta de Tom Karlsson (que me hizo acordar a los unitarios de Pez en la Fierro clásica), el dibujo y la narrativa de Loka Kanarp, la historieta de Lars Sjunnesson, el dibujo de Marcus Ivarsson, la historieta de Ruben Dahlstrand (bizarra y adictiva cruza entre Charles Burns y Craig Thompson), el dibujo de Joakim Pirinen... y lo más logrado lo encontré -con justicia- en la historieta más larga del tomo, las 24 páginas de Fabian Göranson, un capo que no tiene nada que envidiarle a ningún autor del palo alternativo de ningún punto del planeta. Göranson es el Zlatan Ibrahimović del comic, un sueco que puede ser figura en cualquier equipo importante de Europa o de Norteamérica. No sé si me enloquece la idea de salir a buscar el Vol.2 de From the Shadow of the Northern Lights, pero con este tomo la pasé bastante bien y descubrí a unos cuantos monstruos que no tenía en el radar. Tampoco sé cuántos de ellos siguen activos 15 años después, porque la historieta alternativa es muy ingrata y suele expulsar talentos hacia la animación, la ilustración, el diseño o el expendio de frutas y verduras en puestos callejeros. Pero lo grosso es que el libro funciona muy bien como muestrario de unos cuantos trabajos realmente interesantes. Me vengo a Argentina, Enero de 2023, cuando Pictus reedita a todo color el librito de Merlín que vimos acá en el blog el 11/01/16 y le agrega las 72 páginas de la segunda aventura de esta serie para redondear un hermoso libro de 144 páginas. En la reseña del Vol.1, un pelotudo escribía: " A los efectos de captar lectores jóvenes, quizás convenía colorear esta saga, pero eso le habría restado impacto al dibujo de Jok". Pindonga. El color no sólo no resta nada, sino que suma muchísimo. Gran acierto haberlo incluído esta vez. Y el dibujo de Jok, que en el primer tramo es excelente... en el segundo mejora aún más, a medida que el titán de la tinta encuentra un trazo un poquito más sintético, menos sobrecargado. Muy notable, lo de Jok, que jamás se tira a chanta, jamás pone su virtuosismo por sobre la función narrativa del dibujo, y cuando lo dejan volar e imaginar, te enloquece con sus diseños de monstruos y sus secuencias oníricas.La saga de Merlín y Héctor además, es un gran vehículo para que Jok y Rodolfo Santullo (el guionista de la obra) recuperen la ambientación medieval/ fantástica de Ladrones y Mazmorras en la que los vimos desenvolverse con total comodidad, aunque esta vez la aventura es un poco más solemne, menos ida al carajo en materia de comedia de enredos, retruques verbales graciosos, etc.. Este es un Santullo un poco más serio, que combina tramas bastante dramáticas, incluso por momentos sórdidas, con elementos del misticismo medieval británico que aportan el toque de fantasía. El combo funciona muy bien y, como en 2016 cuando leí el primer tomito, me dejó pidiendo más Merlín. Hay algo en este tipo de aventuras clásicas, sólidas, sin saltos al vacío, que resulta irresistible, aunque uno ya sepa que los buenos no van a morir en ninguna de las peripecias u ordalías que les plantee el guion. En el caso de Santullo, además, está el mérito de lograr que uno se encariñe rápidamente tanto con el porquerizo con destino de brujo como con el ladrón con destino de héroe. Este es un material realizado para una revista de Inglaterra apta para todo público (un toque menos salvaje que la 2000 A.D., ponele), que estaba en parte inédito en castellano. Por eso es tiene también el valor de los grandes rescates editoriales. La única cagada es que se lee muy rápido... y ese es un tema para poner sobre el tapete y (eventualmente) discutirlo con autores y editores: compro un libro de casi 150 páginas, me gasto ocho lucas, me lo liquido en 20/25 minutos... ¿qué onda? ¿No es muy poco? Sí, puedo releerlo 100 veces, flashear horas y horas con los dibujos de Jok, pero la experiencia fuerte, que es la lectura inicial, se me pasó volando. No sé si la fórmula consiste en triplicar la cantidad de texto en cada página y exigirle a los guionistas que metan unos masacotes tipo Columba de los ´70... pero me parece que algo habría que inventar para que semejante inversión rinda un poquito más en cuanto tiempo de lectura. La dejo picando y me vuelvo a sumergir en la Comiqueando Digital. Creo que va a estar terminada el lunes 17. Estén atent@s, que se viene un número monumental, con 360 páginas. Gracias y hasta pronto.
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Published on July 10, 2023 18:27

July 4, 2023

RECREO DE RESEÑAS

Le escapo un ratito a la esclavitud de estar todo el día dalequetedale, metido hasta el ojete en el diseño de la Comiqueando Digital, para redactar las reseñas de un par de libritos que logré leer en ratos de ocio, o en viajes en bondi.Empiezo con un libro que poca gente sabe que existe, editado en Argentina en 2002, tiempos en los que "la historia oficial" de nuestro medio dice que no se editaba historieta en este país. Este es un libro en el que el guionista Raúl Echegaray y el dibujante Ricardo Garijo (al que quizás alguno recuerde por Lomax, recopilada en libro hace no tantos años) construyen varios relatos basados en las memorias de Antonio Pedraza. Este señor era un librero y un personaje destacado de la cultura de la ciudad de Tandil, esa que nos diera varios tenistas brillantes y un presidente lamentable. El libro se llama Diario de Plaza Moreno, y aparentemente ese título también fue utilizado por Pedraza para nuclear varios cuentos y crónicas de su autoría, que tenían como punto de encuentro esta plaza de Tandil.Perdón por la extensa presentación, pero bueno, es un trabajo raro. ¿Y está bueno? El dibujo de Garijo sí, me gustó bastante. Es un dibujante recontra-clásico, con muchos recursos estilísticos. Por momentos mete esos sombreados con puntitos mínimos como hacía Solano López a principios de los ´80, a veces se juega todo a unas aguadas preciosas, otras veces extrema el claroscuro como si lo poseyera el espíritu de Alberto Breccia, y así. Sobre una base de dibujo académico clásico, el trazo de Garijo ofrece múltiples mutaciones, buena variedad de planos y enfoques y un trabajo notable en las expresiones faciales.La faz gráfica muestra un sólo punto débil, que es el rotulado, realizado con tipografías poco apropiadas, sin onda ni talento. Y por esa grieta se filtra el agua que hundirá al Titanic: los textos de Echegaray. Que no son precisamente malos, pero sí excesivamente literarios. Pareciera que el guionista se hubiera enamorado de la prosa del escritor al que le tocó adaptar a la historieta y no quisiera dejar afuera ni una palabra de las que Pedraza escribió en sus textos. Y ya sabemos que eso no garpa, que en la historieta sí o sí hay que sintetizar. Echegaray no sintetiza y eso hace que las viñetas de Garijo se vean invadidas por unos masacotes de texto que -por suerte- rara vez redundan con las imágenes, pero que le imprimen a la lectura de Diario de Plaza Moreno un ritmo que se hace duro de sobrellevar. Las historias en sí van desde anécdotas con tono costumbrista, otras con tintes sobrenaturales, algunas con algún elemento policial y una -la que más me gustó- con un perfil político, vinculado al horror de la última dictadura cívico-militar. Me imagino que si sos de Tandil, ver a tu ciudad como escenario de esas historias (las primeras ambientadas a fines del siglo XIX, la última en los años ´80), debe ser alucinante. Yo que la veo desde lejos y nunca fui a Tandil, busco otra cosa, y por momentos aparece, pero envuelta en una dinámica demasiado literaria para un comic. De todos modos, el dibujo de Ricardo Garijo (fallecido en 2009) hace que tenga sentido dedicarle un rato al libro. En mi intento por ponerme al día con series con la que vengo remando muy de atrás, me bajé el Vol.8 de Saga, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples. La puta madre, ¡qué buena está esta serie! Cómo se disfruta el tema de que los autores puedan construir a largo plazo, sin tener que cerrar la trama cada seis números, qué bueno poder leer una aventura principal de cuatro números y después dos unitarios en los cuales revisitamos a personajes secundarios que llevaban un tiempo sin aparecer. Eso ya se ve poco en las series regulares del mercado estadounidense, y Vaughan y Staples lo hacen muy, pero muy bien.El arco principal se mete nada menos que con la temática del aborto. ¿Vale abortar, hasta cuándo se puede, dónde empieza la vida, dónde termina? Todo eso que seguramente alguna vez debatiste con amigos, pareja o familiares, en Saga se plantea de modo sumamente explícito, por supuesto en un contexto fantástico, donde existen la magia y un montón de elementos vinculados a la ciencia ficción. Lo mejor que tiene esta serie es que va a fondo, no arruga. La violencia es todo lo brutal que debe ser, los personajes que mueren no resucitan, el humor es sin barreras (hay chistes groseros de pija, concha y pedos), las escenas de sexo se presentan como algo natural, que sucede entre las personas adultas, y cuando los autores nos permiten ver lo que sueñan los personajes no es para rellenar tres o cuatro páginas, sino para ahondar en aspectos de su psiquis de una manera gráfica, que el talento de Staples convierte en un espectáculo memorable.La trama principal, la de la guerra de las galaxias entre un planeta y su luna, en este tomo no avanza un milímetro. Pero avanza lo importante, que es la construcción de estos personajes que explotan de onda, carisma y humanidad. Qué grata sorpresa ver cómo pasan los años, los autores acumulan más fama, más guita y más prestigio, y aún así ni se les ocurre tirarse a chantas y seguir con Saga en piloto automático. Acá no hay mezquindad ni especulación, hay una entrega absoluta que hace que cualquier fan de la historieta pueda entrarle a Saga y vivir emociones y sensaciones que otros comics no provocan. Llevo leídos casi 50 episodios de Saga y todos van de lo muy digno a lo apasionante, con algunos picos de genialidad. Hiper recomendable, posta.Y nada más, por hoy. Gracias por el aguante y ni bien pueda, nos reencontramos con nuevas reseñas, acá en el blog.
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Published on July 04, 2023 18:50

June 29, 2023

ACÁ ESTOY DE VUELTA

Parecía que no, pero encontré un ratito para avanzar con las lecturas que tenía colgadas por falta de tiempo, así que ya tengo luz verde para robarle unos minutos a la Comiqueando Digital y escribir unas reseñas.Empezamos en Italia, año 1991, cuando se publica por primera vez L´Uomo di Mosca (el hombre de Moscú), un policial de la inmensa dupla integrada por Roberto Dal Prá y Giancarlo Alessandrini. Este es el típico thriller en el que muere una minita y es obvio que a alguien desde alguna turbia "esfera de poder" no le conviene que se investigue quién la mató. Y claro, hay un policía honesto y testarudo, dispuesto a jugársela para llegar a la verdad caiga quien caiga. Y aprietes, y traiciones y revelaciones shockeantes. No sé si en 1991 esto era novedoso, pero hoy seguro que no lo es, con lo cual cualquier lector más o menos avezado se da cuenta al toque cómo y para qué lado se va a resolver la trama que plantea Dal Prá. Lo atractivo es que el policía se llama Alexander Ivanovic Kolda y la historia está ambientada en Moscú, en los albores de la era post-Muro de Berlín. Entonces, además de los elementos típicos de estos relatos, tenemos sutiles pinceladas acerca del poder de las fuerzas armadas sobre la policía y la justicia y los rápidos cambios sociales y económicos que experimentaba la ex-Unión Soviética en esos años. Por lejos que nos quede Moscú (no así la corrupción de los poderosos o las mafias judiciales que Dal Prá muestra en la historieta), los personajes se sienten cercanos, humanos y creíbles. No son meros estereotipos, sino que todos tienen sus matices.Y lo más lindo: el dibujo de Alessandrini, que acá salta al vacío para extremar su amor por la línea clara. Acá hay un predominio absoluto del blanco, prácticamente no hay masas negras, y el trazo del creador gráfico de Martin Mystére se reduce a una línea muy finita, como si fuera un alambre, de una prolijidad pasmosa y claro, muy cerca de lo que hacía en esa misma época Moebius. De hecho, hay páginas enteras que si te dicen que las dibujó Moebius, te lo creés. Como la gran mayoría de los autores italianos que incursionan en la aventura más o menos realista, Alessandrini es un narrador impecable, naturalmente dotado para organizar la información tanto dentro de la página como dentro de la viñeta, de modo que todo su despliegue de virtuosismo y la magia de su trazo están puestos al servicio del relato, que -más allá de algún diálogo demasiado farragoso- avanza con notable fluidez. En Argentina, algo de Dal Prá y Alessandrini se publicó hace muchos años en Puertitas, pero me doy cuenta de que estoy hablando de autores que son (injustamente) desconocidos por la inmensa mayoría de los comiqueros de habla hispana. Una pena. Me voy a EEUU, año 2017, cuando el músico Jonathan Coulton empieza a sospechar que las canciones que compone tienen ciertos temas en común y que, ordenadas de cierto modo, pueden "leerse" como una especie de narración. Coulton se contacta nada menos que con Matt Fraction y le dice "tratá de armar una novela gráfica con estos conceptos". Fraction consigue que Albert Monteys se sume como dibujante y así se publica Solid State, un libro con formato cuadrado, similar al del disco de vinilo (incómodo como tampón de virulana), donde las ideas de Coulton toman forma de historieta.Me costó un huevo terminarlo. Son 128 páginas con poco texto, pero se me hicieron infinitas. No por el dibujo de Monteys, obviamente, que es glorioso, al nivel de lo que vimos en ¡Universo!. El problema es el argumento, la forma en la que Fraction amalgama conceptos y fuerza la conexión entre ellos para formar un único relato y no... tres, ponele. Desde el momento en que la obra pretende ser consistente de punta a punta, y presentarnos todo esto como una única historia, se vuelve entre críptica y absurda. Lo cual no quita que tenga (sobre todo en el tramo del medio) momentos excelentes, como cuando indaga en "la trampa" de las redes sociales, y cómo se usan para manipular a la gente, orientar sus intereses y robarle información sobre sus vidas privadas. Y así como hay momentos brillantes, hay otros infumables, que sólo resultan tolerables por el dibujo de Monteys. Y otros que no se entienden, o que por lo menos yo no entendí. Hay sueños, recuerdos, realidades paralelas... por momentos se hace todo un poco confuso al pedo. Para la próxima, Fraction, jugate por tus propias ideas, que suelen ser muy buenas. Y si te llama Coulton, o cualquier otro músico, decile "no, gracias". También en 2017, pero en Japón, el maestro Junji Ito se puso a adaptar al manga Indigno de Ser Humano, una novela de Osamu Dazai. El resultado fue una serie relativamente corta (creo que son tres tomos, nomás), que arranca con un Vol.1 fascinante. Los últimos mangas de Ito que leí me habían parecido medio falopa, pero esto es definitivamente otra cosa. hay margen para esa imaginería retorcida, fantasmagórica, exagerada y truculenta que caracteriza al maestro, pero la trama va para otro lado y me cerró mucho más que otras obras en las que Ito juega a ser más Ito que nunca.Indigno de Ser Humano es un manga existencialista, que indaga en las profundidades de la psiquis del ser humano, en los vínculos, en los anhelos, las pulsiones, las penas, las frustraciones de no tener un mango, el sufrimiento que causa el amor, los placeres del sexo con y sin amor, los vaivenes y la runfla constante que empañan las causas políticas... Todos temas muy adultos, abordados con una profundidad casi agobiante por Ito (y supongo que por Dazai). Este es un manga que te hace mal, que te tortura psicológicamente, porque querés que Yozo Oba sea mucho más feliz de lo que es, y sabés que las cosas están dadas para que pase todo lo contrario. Un trabajo de una calidad realmente apabullante por parte de Junji Ito, que no se cuelga en boludeces, sino que avanza a muy buen ritmo y jamás deja de impactar con la perfección y la originalidad de su trazo. Entre tanta porquería adocenada de pibes del secundario con poderes locos que combaten con demonios y bizarreadas varias, Indigno de Ser Humano levanta otras banderas, las de un comic realmente adulto, jugado, pesado, tremendo en el mejor de los sentidos. Si en los tomos posteriores esto no se cae a pedazos, estaremos hablando del mejor manga publicado en Argentina en 2023.Y nada más, por hoy. Ni bien pueda, vuelvo a la carga con nuevas reseñas. Y si todo sale según lo planeado, para el lunes 17 tendremos disponible el nº7 de la Comiqueando Digital y mi vida volverá a algo así como la """normalidad""". Gracias por el aguante.
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Published on June 29, 2023 19:45

June 18, 2023

NOCHE DE DOMINGO

Domingo raro, porque mañana es feriado, pero domingo al fin. Buen momento para redactar las reseñas de los dos últimos libros que leí, en los pocos ratos libres que encuentro.Primero me voy a Francia, año 2006, a reencontrarme con Grégory Mardon, un autor que me encanta, pero del que no leía nada desde hace más de 10 años. Lecciones de Vida me agarra en un buen momento, preparado para disfrutar de un comic que comete un pecado que en otra época me habría resultado imperdonable: no tener un conflicto fuerte, y desenfatizar lo más posible al conflicto pequeñito que sí está, pero aparece casi oculto entre los pliegues de una trama que ya de por sí es casi imperceptible.A lo largo de 80 páginas dibujadas a un nivel magistral, Mardon cuenta (en realidad, describe más de lo que cuenta) cómo es la vida de Jean-Pierre, un chico nacido en París cuya familia se traslada a un pueblo rural. La vida en el pueblo, el campo, el ritmo totalmente distinto del de la gran ciudad, los vínculos que allí establece Jean-Pierre con los otros pibes y pibas de ciudad, esa cotidianeidad que incluye escuela, iglesia, locas aventuras con vacas y gallos, interminables paseos por bosques y llanuras, lectura de historietas y trabajitos menores en las granjas vecinas, constituyen el núcleo de la obra. Todo esto mostrado con mucha onda, ritmo, criterio para no estirar al pedo las secuencias, anécdotas graciosas, etc. Pero en un momento aparece un elemento disruptivo, al que Mardon nunca pone en primer plano: Juliette, la mamá de Jean-Pierre (una rubia a la que Mardon dibuja como una verdadera bomba atómica), está harta de que su marido trabaje todo el día y no le preste atención, y se consigue un chongo, con el que vive un romance clandestino. Que en algún punto salta a la luz y detona la separación de los padres del joven protagonista. Y, posta, ese es todo el conflicto. De las 80 páginas que dura Lecciones de Vida, esta historia, la de la crisis matrimonial de Juliette y su marido, emerge en... ocho páginas. En el resto de la obra, el tema no se menciona ni tiene ninguna injerencia en las correrías de Jean-Pierre y sus amiguitos. Tal como pasa en la vida real. Si vos tenés 11 años y en tu casa se pudre todo entre tus padres, no estás las 24 horas pendiente de eso, porque como todo pibe de 11 años, tenés cosas más importantes que hacer, que en el caso de los pueblos rurales, se hacen puertas afuera. Y eso es Lecciones de Vida, no hay nada más. Ni nada menos.No sé si esto que le pasa a Jean-Pierre le pasó a Mardon en su vida real, pero lo lleva a la página con tanta calidez, con tanta honestidad, que si me dice que lo vivió, yo le creo. Y por si faltara algo el dibujo y el color son hermosos, las secuencias mudas son maravillosas, hay personajes y diálogos memorables y en ningún momento te aburrís de ver a estos chicos haciendo de las suyas, ni cuando interactúan entre ellos, ni cuando entran en escena los adultos. Si no recomiendo Lecciones de Vida con más énfasis, es porque el tema de "esconder" el conflicto lo convierte en una gema muy minoritaria, que seguro ahuyentará o aburrirá a quienes buscan en las novelas gráficas una intensidad dramática que esta obra claramente no tiene. Y nos vamos a Estados Unidos, año 2019, para averiguar qué onda The Magic Order, una saga creada por Mark Millar y Olivier Coipel. Como suele suceder cuando hay magia involucrada, acá las cosas no son lo que parecen. Hasta ya entrado el quinto de los seis episodios, Millar nos hace creer que la historia va por ciertos carriles, pero en un momento tira un pase de manos y, mediante una revelación que nunca me vi venir pero me pareció brillante, cambia todo el juego y lleva el desenlace a un terreno que no es en absoluto el que uno se imaginaba. Así como tantas de las creaciones de Millar parecen ser versiones muy distorsionadas de los superhéroes clásicos, The Magic Order tiene sutiles referencias a la dinastía de Giovanni Zatara, su hija Zatanna y otros personajes de DC vinculados al mundo de la magia. La familia Moonstone ocupa el centro de la escena en esta historia, junto a la movida extrema de una hechicera muy poderosa, que se quiere apoderar de un tomo de hechizos tan ancestral como imposible de destruir. Una familia de magos contra una hechicera mala y sus esbirros, en una aventura violenta, con muchas muertes truculentas, diálogos filosos y una bajada a tierra potente del concepto de "hay magos buenos y magos malos" que seguro te suena si leíste mucho DC. Hasta ahí, todo muy lindo, muy dinámico y con mucho desarrollo de personajes.Y cuando Millar tira el pase de magia, la historia se potencia y el dramatismo crece a un nivel que realmente no me esperaba. No puedo especificar nada del argumento sin spoilear, y no puedo sanatear con referencias a la serie de Netflix, porque no la vi (ni siquiera sé si se estrenó). Simplemente decir que, si no te repugna la forma en la que Millar suele deconstruir estas "instituciones" del comic superheroico, The Magic Order te va a atrapar y probablemente incluso te emocione o te estremezca. El trabajo de Coipel me gustó, pero me doy cuenta de que a estas páginas les sacás el color (del glorioso Dave Stewart) y las hacés mierda. Como en sus trabajos más superheroicos, Coipel maneja muy bien la anatomía, bastante bien las expresiones faciales, elige muy bien los ángulos para ponerle onda a las secuencias de extensos diálogos, y mezquina un poco los fondos. No son tantas las páginas en las que debería haber fondos y no hay, y -en rigor de verdad- cuando aparecen los fondos están laburadísimos. Pero falta un poquito por ese lado, sobre todo si pensamos que se trata de un autor francés. El resto, todo ganancia y todo emoción. Coipel te mete en la historia, te la hace vivir en carne propia y te la hace sentir sumamente real, aunque pasen cosas hiper-fumancheras. El hecho de que acá se pueda entintar a sí mismo suma un montón, le permite conservar una plasticidad muy atractiva que tiene su trazo y que a veces se pierde bajo la pincelada del entintador.The Magic Order está realmente muy bien, un poco mejor de lo que yo esperaba, que no era poco si tenemos en cuenta el "prontuario" de Mark Millar y Olivier Coipel. Creo que ya salió una secuela, pero nunca la vi. Obviamente, cuando la vea a buen precio, le entro.Y nada más, por hoy. Vuelvo a sumergirme en la Comiqueando Digital, y ni bien tenga un rato libre, prometo leer algo más para reseñar acá en el blog. Gracias y hasta entonces.
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Published on June 18, 2023 18:02

June 15, 2023

FLASH

Detesto a Ezra Miller, me parece un subnormal infumable. Recuerdo estar viendo la película de la Justice League y pensar todo el tiempo "maten a ese imbécil, y al imbécil responsable del casting que decidió que ese imbécil podía ser Barry Allen". No es que sea muy fan de Barry Allen, tampoco. Es un personaje que nunca me entusiasmó demasiado. Y bueno, la combinación entre una cosa y otra no tenía muchas chances de salir bien. Esta vez estuve 155 minutos pensando "maten a ese imbécil", y durante buena parte del metraje lo pensé por partida doble.Ojo: la película no es un bofe. Visualmente es alucinante, los chistes son muchísimos pero muy divertidos, las escenas de acción están bien, la música también, el imbécil por lo menos se esfuerza para actuar de modo convincente (te convence de que los dos personajes que interpreta son dos completos imbéciles) y obviamente está el fan service, el homenaje a otras versiones fílmicas de los superhéroes de DC que no son las que nos acostumbramos a ver en los últimos años. Y también están los que sí trataron de imponerse como "canónicos" en los últimos años, con distintos niveles de éxito. Además del imbécil, actúan muy bien una bellísima Maribel Verdú y un Michael Keaton que no pierde la chispa. Cuando se dejan de ir al carajo con los chistes y la trama exige un cierto tono dramático, cobran relevancia las actuaciones de Sasha Calle y Michael Shannon.Además de tener que soportar al imbécil en pantalla casi todo el tiempo, la peli tiene un problema, que es el argumento. No el guion que -repito- se me hizo entretenido gracias al humor y la acción. El argumento. Si te resumo la trama en dos frases, seguro decís "ni en pedo voy a ver la película". Porque también hay un engaña-pichanga: pareciera que el film de Andy Muschietti se quiere subir a la moda de las películas de multiversos, pero no. Hay una escena con multiversos, pero básicamente Flash es la enésima película de paradojas generadas por viajeros temporales. Y encima con muchos momentos tomados literalmente de Flashpoint, esa mediocre saga de 2011 creada por Geoff Johns que terminó por disparar el infausto New 52. ¿Te acordás de esa gloriosa escena de Avengers: Endgame en la que Ancient One y Hulk discuten acerca de las consecuencias de los viajes en el tiempo? Bueno, por llevarle la contra a esa escena, los guionistas de Flash arman un mamarracho argumental de muy dura digestión.Ya que haya superhéroes con el poder suficiente para viajar en el tiempo por sus propios medios, frenar donde se les canta, alterar hechos del pasado... nah, así cualquiera. Y si me querés vender un héroe que haga eso, armame uno que haga SOLO eso, tipo un Rip Hunter. Porque si además de correr a hiper-velocidad podés alterar el pasado, ya es afano. Y si encima sos un imbécil y metés mano donde no debés, y tardás 20 minutos en darte cuenta de que no estás en tu realidad sino en una realidad divergente, ya queda la puerta abierta para cualquier pelotudez que los guionistas quieran meterle a la historia. Caprichos como que Iris le tira onda a Barry y quiera salir con él, incluso después de haberse quedado encerrada en ese aguantadero impresentable que el héroe tiene por casa. E incluso redundancias, como ponerse a reflexionar acerca de cómo las pérdidas y las tragedias te pueden convertir en un héroe con dos Batman, a falta de uno.Fuera de la acción y del impacto visual, imprescindibles en cualquier película de superhéroes, el único atractivo que le encontré a Flash son los chistes, el tono de comedia alocada que Muschietti sostiene a lo largo de casi todo el film. Lástima que para ser efectiva, la comedia requiere de por lo menos un buen comediante y acá lo único que tenemos es al pelotudo de Ezra Miller. Aun así, con ese bufón lamentable al frente de la inmensa mayoría de las escenas, me reí bastante, con lo cual sospecho que los chistes deben ser muy buenos. Para emocionarnos en los tramos más épicos o más dramáticos, la verdad que este imbécil está tan poco dotado que lo único que logra es desvirtuar al personaje de Barry Allen y al rol destacado que tuvo durante muchas décadas en la cosmogonía de DC. Si sos de esa minoría a la que Barry le chupa un huevo, eso no te va a afectar. Pero igual vas a odiar a Ezra Miller y a desearle la muerte en cada puto fotograma. Bah, creo yo... Contame, si la ves, a ver si coincidimos...
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Published on June 15, 2023 08:16

June 13, 2023

MARTES GÉLIDO

Hoy no sé por qué, pero me estoy cagando de frío. Debe hacer frío afuera. Lo comprobaré empíricamente en un rato, cuando salga... Pero primero, unas reseñas, que hace mucho que no posteo por acá.Hacía mucho, pero mucho tiempo que no leía un tomo de Omaha the Cat Dancer, una serie de culto de la segunda mitad de los ´80, que se extinguió sin hacer mucho ruido a mediados de los ´90. Después de mil años desenganchado de la serie, conseguí este Vol.4 de la colección de tomos recopilatorios (que si no me equivoco, son seis) y descubrí los nºs 11 al 14 del comic book que editaba Kitchen Sink, pero en formato más grande, mejor papel, sin publicidades, una gloria.Omaha the Cat Dancer es una creación del músico e historietista Reed Waller, quien sumó como co-guionista y autora de los diálogos a Kate Worley, fallecida hace ya casi 20 años. Básicamente es una telenovela con escenas de alto voltaje erótico, en la que los protagonistas son humanos con cabezas y colas de animales. El hecho de que algunos personajes parezcan gatos, otros perros, otros aves, otros vacas, chanchos o lo que sea, es totalmente cosmético. En todo momento queda claro que Waller y Worley están contando historias muy humanas, muy reales, de las que seguramente les pasaron a ellos, a sus amigos o familiares, y -en una de esas- a los lectores. Pero todo exagerado un toque, porque -como en toda telenovela- hay que pegar esos golpes de impacto en los que un personaje queda en silla de ruedas, otro se involucra en una batalla legal para cobrar una herencia multimillonaria, hay traiciones, aprietes, celos, peleas entre enamorados, etc. ¿Por qué está bueno este comic? Primero por lo obvio: el dibujo de Waller es exquisito y los diálogos de Worley son brillantes, reales, vívidos, cero acartonados, al hueso. Y después porque nadie hacía telenovelas en el ámbito del comic en esa época. Lo más parecido era... no sé, el segmento de Jaime Hernandez en Love & Rockets, pero no tenía el dramatismo ni el impacto de las tramas de Omaha. Y además, en esa época se usaba muy poco tener personajes con amplia variedad de orientaciones sexuales (que Omaha tiene) y hasta era raro ver a animalitos en escenas bastante hot, con garches en distintas posiciones, chupadas de lo que se te ocurra, etc... Por ahí para el lector de hoy esto huele a naftalina, o se hace denso de leer, porque casi todas las páginas tienen nueve viñetas y en todas los personajes hablan MUCHO, pero para lo viejos chotos, que en la segunda mitad de los ´80 todavía éramos adolescentes y teníamos el gusto en proceso de formación, esta historieta fue realmente importante. Eso sí, como toda telenovela, el tomo termina en cliffhanger, y me deja con muchas ganas de saber cómo corno continúa la historia. Me faltan los dos últimos tomos para tenerla completa y no creo que sean fáciles de conseguir, sólo por las décadas que pasaron entre que compré el Vol.3 y que apareció mágicamente este Vol.4. Quién sabe, algún día... Ahora que terminé de leer las historietas de autores argentinos publicadas en 2022 (ovación de pie), me tiré de cabeza en una obra de autor argentino que el año pasado salió en España y Francia y este mes salió en nuestro país. Me refiero a La Última Comedia de Paolo Pinocchio, un tremendo librazo escrito y dibujado por Lucas Varela. La edición de La Cúpula es zarpada, con papel de un gramaje muy alto... y bueno, las infaltables carátulas y páginas todas negras, sin textos ni dibujos, que engordan innecesariamente al libro y lo encarecen. Tiene que haber una forma más eficiente de marcarle al lector dónde termina un capítulo y dónde empieza el siguiente.La novela en sí es, creo yo, lo más raro que escribió Varela en su vida. La Última Comedia es ante todo una saga épica, repleta de elementos sobrenaturales y metafísicos, algunos muy bizarros y otros levemente humorísticos. Tiene un tono solemne, distante, que Varela logra mediante la utilización de un lenguaje complejo, florido, que suena intencionalmente antiguo. Por momentos pensaba que es una historia que le hubiese gustado escribir a Neil Gaiman, o a Mike Carey en la época en que estaba a cargo de la serie regular de Lucifer.Esto tiene más que ver con ese Vertigo sofisticado y audaz que con aquel Paolo que debutó hace como 15 años en las páginas de Fierro y que era, a grandes rasgos, un chiste. La extensa aventura transita por climas ominosos, tiene un interludio bastante cómico (el inicio de la cuarta parte es lo más parecido a una secuencia en joda que vas a ver en el libro) y cuando arranca la quinta parte, ya te descoloca por completo. Ahí es donde Lucas te deja en claro que acá puede pasar cualquier cosa, y que la saga no es lo que vos suponías que era. La Última Comedia tiene momentos protocolares, momentos de exploración de un universo rarísimo, momentos de acción al recontra-palo, historias dentro de la historia (otra vez tengo que nombrar a Gaiman, capo en esa disciplina), tintes absurdos que desorientan al que cree haber sintonizado la onda épica y grandilocuente que predomina durante varios pasajes... esto es Varela Unleashed, un delirio demasiado genial como para ponerle una etiqueta y enrolarlo en un género puntual.Como en El Humano, acá Varela opta por una paleta limitada, en la que algunos colores (como el verde, por ejemplo) no existen. Un artificio más de un dibujo fascinante, complejo, generoso en detalles increíbles, que no para un minuto de tirar virtuosismo, pero que está 100% puesto al servicio de la narración. Si a esta historia le sacás los textos, también te queda un relato maravillosamente adictivo, que te estimula de todas las maneras posibles para que llegues hasta el final. Obvio que con los textos se disfruta más, pero el dibujo es tan claro, tiene tanta fuerza icónica, tanto dinamismo, que si te dejás llevar, te arrastra como un remolino a las profundidades de la narración. Obra totalmente consagratoria para Luca Varela, que se sigue cantando "quiero retruco" a sí mismo, y cada vez que puede, se hace un tiempo entre los trabajos "de encargo" con guionistas para irse bien al carajo y regalarnos gemas como esta inolvidable Última Comedia de Paolo Pinocchio. Si no pasa nada raro, mañana voy a ver la peli de Flash, así que prometo para muy pronto la reseña (ya veremos si con o sin spoilers) acá en el blog. Gracias y hasta entonces.
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Published on June 13, 2023 17:04

Andrés Accorsi's Blog

Andrés Accorsi
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