Andrés Accorsi's Blog, page 228
April 16, 2012
16/ 04: LOLITA HR Vol.2

Me queda un consuelo bastante pelotudo, y es que este tomo está bárbaro. Me puedo colgar varios párrafos con elogios para Rieu y la forma dinámica y atractiva en la que hace avanzar las tramas, en la que define cada vez mejor a los personajes y en la que baja una línea muy filosa, muy a tono con el futuro distópico que presenta y a la vez muy jugada para el lado de la verdad, la memoria y la justicia.
También puedo hablar maravillas de Javi Rodríguez, de su increíble solvencia narrativa, la gran expresividad de sus primeros planos y esas viñetas en las que la cámara se aleja, vemos a los personajes de cuerpo entero y nos deleitamos con ese magnífico dominio del lenguaje corporal, claramente aprendido del maestro Beto Hernández.
En fin, hay mucho y muy bueno para rescatar de este tomo (y el anterior), pero no te quiero cebar al pedo, porque la recomendación es NO comprar por nada del mundo esta serie, por lo menos hasta que se edite el final. Una lástima que no la hayan seguido. Hasta acá venía muy, muy bien.
Published on April 16, 2012 16:51
April 12, 2012
12/ 04: CRIMINAL MACABRE OMNIBUS Vol.1

Por si no lo ubicás, Cal McDonald es una especie de versión cabeza de John Constantine. Es un detective expulsado de la policía por borracho y drogadicto, que resuelve crímenes en los que suelen estar implicados vampiros, hombres lobo, momias, demonios que poseen gente (o cosas) y monstruos varios. El tipo sabe ocultismo, pero en vez de cancherear tipo Constantine, de hacerles la sutil, de psicopatearlos, opta por cagarse tiros y trompadas con las criaturas de la noche. Como Hellboy, o the Goon, pero sin más superpoderes que la inconciencia absoluta, producto del alcohol y las drogas.
Cal McDonald cobra de lo lindo, pero siempre sale entero, en parte gracias a su amigo y cuasi-guardaespaldas Mo´lock, un muerto resucitado con mucho aguante y mil veces más serio que Cal, que se la pasa profiriendo chistes y guarangadas sumamente ingeniosas. Casi todas las historias respetan el formato del policial, en el que un detective investiga uno o varios crímenes, sigue pistas, interroga a sospechosos, etc., excepto la última, Supernatural Freak Machine, la más extensa. Acá Niles opta por una estructura más típica del comic de superhéroes: un villano al que Cal derrotó en el pasado vuelve para vengarse de nuestro no-héroe. No es la fórmula que mejor funciona en esta serie, lamentablemente, si bien la historia dentro de todo es entretenida.
El resto son muy buenas historias policiales, que rápidamente viran hacia la machaca sobrenatural. La primera tal vez sea la menos lograda, pero ya a partir de la segunda (la cortita, la primera que leí yo) las tramas son redondísimas, las amenazas funcionan perfecto, el ritmo se hace más impredecible, más ágil, y por supuesto Niles conoce mejor a los personajes, con lo cual se mete más y mejor en sus cabezas. Si me tengo que quedar con una, elijo la tercera, Love Me Tenderloin, la de 26 páginas, que creo que es la que mejor combina misterio, investigación, machaca, desarrollo de personajes, bizarreada y chistes de humor negro y mala leche.
Las tres primeras historias están dibujadas por el monstruo Ben Templesmith, co-equiper de Niles en la mucho más famosa 30 Days of Night. Como es su costumbre, Templesmith se caga olímpicamente en los fondos. Mete una texturita de photoshop, dos rayas, una mancha, y a comerla. Ni se le ocurre que se tiene que matar en los fondos... como un ciego en el colectivo, que ni se esfuerza por hacerse el dormido, porque sabe que nadie le va a pedir el asiento. Con Templesmith pasa lo mismo: ¿quién le va a exigir que se rompa el culo en los fondos a un tipo que dibuja esas caras, esos dientes y que tiene ese manejo del color? No seamos ridículos...
Las dos sagas finales están a cargo de Kelley Jones, dibujante emblemático de los ´90. Jones es un virtuoso, de eso no hay dudas. Si quisiera, podría ser un clon perfecto de Berni Wrightson. Pero no quiere. A él e gusta el kilombo, la machaca, el grotesco. Ir al extremo, generar revulsión. Su talón de Aquiles son las minas. Cuando le salen lindas, se nota que están copiadas de fotos. Cuando se nota que no están copiadas de fotos, le salen feas. Y no le pidas que tengan la misma cara de una viñeta a otra, porque no le sale. A veces ni siquiera los varones conservan los rasgos faciales de una viñeta a otra. Igual lo banco.
Un policial con terror, machaca y chistes no es algo fácil de hacer. Steve Niles lo hizo y le salió muy bien. Aguante Criminal Macabre.
Published on April 12, 2012 15:56
April 11, 2012
11/ 04: EL PREVIEWS DE JUNIO

DC recopila en TPB los primeros 7 números de una de las series realmente interesantes del reboot (son 8 o 9, no más): Demon Knights, la de Demon y Madame Xanadu en las Cruzadas, con guiones de Paul Cornell y dibujantes medio desgarradores (creo que el más digno es el brazuca Diógenes Neves, como para que te des una idea del "nivel"), pero bue... Son 160 páginas a u$14.99, que se garpan sin chistar.
Vertigo lanza el anteúltimo tomo de Scalped, el Vol.9, con otras 144 páginas desbordantes de la mala leche, el suspenso y la machaca que sólo Jason Aaron y R.M. Guéra pueden garantizar. Ahí van otros u$14.99.
Image recopila lo nuevo del glorioso Ted McKeever, Mondo. Son 120 páginas en blanco y negro por u$15.99. No es barato, pero es un libro de formato grande y además trae bocha de bocetos y extras que no estaban en las revistitas en las que se pre-publicó la saga. Adentro!
También sale el primer TPB de Fatale, la serie de Ed Brubaker y Sean Phillips, obviamente de temática criminal y sórdida. Podría ser un choreo y me lo compraría igual, pero son 136 páginas a u$ 14.99, muy razonable.
Bajo la persiana con otro libro de la colección francesa Sept, pero publicado en EEUU por BOOM! Studios. Se trata de 7 Warriors, un álbum que en Francia tuvo buenas críticas (lo cual significa mucho, porque allá no se regalan los elogios) y que se edita en EEUU porque lo dibujó Francis Manapul, el dibujante de Flash, al que vamos a conocer personalmente en Agosto, en Crack Bang Boom! El guión es del francés Michaïl Le Galli (bastante ignoto, por cierto) y el libro trae 80 páginas por u$ 9.99.
Y hubo un sólo libro que me tentó y quedó afuera. O por ahí más, pero estaba desmotivado y ni tomé nota... El que me hubiese comprado si fuera más barato es otro lanzamiento de Image (que este mes se puso todas las pilas que no se pusieron ni Marvel, ni Dark Horse ni un par más de las que habitualmente se quedan con mi dinero): El Diario Rojo de Steven Seagle y Teddy Kristiansen, editado como libro flip y con dos versiones distintas de la misma novela gráfica realizada por la dupla para el mercado europeo. Una es la posta y la otra una especie de remix, o de "director´s cut". El tema es que la editan en formato de mega-lujo y te cobran u$ 30 por 144 páginas del orto. Nada, espero ver barata alguna vez la edición de Norma (que trae sólo la versión posta) y me la fumo en castellano, aunque duela.
En total, me anoté con cinco libritos y ninguno caro. Por fin un respiro para mi economía y una chance de ahorrar un manguito para reventarlo en Octubre, cuando –después de más de 25 años- vuelva a visitar la Gran Manzana. Aunque seguramente el mes que viene, con el verano yanki a pleno, el Previews volverá a condenarme a la indigencia. Es lo que hay...
Published on April 11, 2012 15:24
April 10, 2012
10/ 04: AIR Vol.3

El primer episodio de este extenso tomo retoma la historia de amor entre Blythe y Zain, que reaparece justo cuando nuestra azafata favorita se está revolcando con otro: el Príncipe Gitano, un nuevo personaje muy bien armado por la guionista G. Willow Wilson. De ahí, sin demasiada explicación, Blythe se va a Pakistán, a vivir una saga de tres episodios repleta de tiros y explosiones junto a Mohammad, el hermano de Zain. Allí se enterará de varios secretos, entre ellos la verdadera alineación del misterioso (y ahora cornudo) Zain. Y nosotros tendremos una idea de hasta qué punto la salud de Blythe está en riesgo como consecuencia de su adicción a los psico-fármacos.
Le sigue un interludio en el que prácticamente no pasa nada (hay un flashback al pasado de Amelia Earhart y no mucho más) y los dos episodios finales están llenos de escenas grossas, muy emotivas, en las que se resuelven por un lado la trama romántica, y por el otro el tema de la enfermedad de Blythe. Nos queda en el banco de suplentes desde aquel lejano Vol.1 el plot de la conspiración, de aquellos incansables villanos que intentaban sin éxito quedarse con la tecnología de la hiperpraxis. Este tomo da mínimos indicios de que esa runfla maligna sigue en pie, pero sospecho que en el cuarto y último tomo tienen que volver.
Sin ser la octava maravilla del Noveno Arte, este tramo de la serie recuperó buena parte de la senda perdida en aquel errático Vol.2. Además de excelentes diálogos (que siempre los hubo) hay flashbacks interesantes y reveladores, menos chamuyo místico y abundantes escenas de acción, torturas, drogas y petes. Y aún así, Air no derrapa, no se convierte en un comic "de machaca", ni se disfraza de cabeza para tratar de sumar un par de lectores más. Esto sigue su línea original, la de un comic distinto, con una forma nada habitual de plantear y resolver los conflictos. Más allá de la prematura cancelación de la serie, en ese sentido se puede decir que la experiencia propuesta por Wilson fue exitosa.
Y es loco que esta serie no haya sumado lectores con el correr de los números, porque si hubiera lógica en el mercado y justicia en el mundo, miles y miles de fans del dibujo realista se tendrían que haber tirado de cabeza sobre este comic simplemente para ver con sus propios ojos los increíbles prodigios gráficos de M.K. Perker. El turco no sólo no falta en ningún episodio (ni siquiera en los de relleno, o en los flashbacks) sino que además arranca bien y no para de mejorar. Para esta altura, ya no sólo parece Travis Charest: le rompe el culo a Travis Charest. Lo único que no cierra es lo que marcaba la vez pasada: cuando dibuja a los personajes de perfil le salen menos realistas, más parecidos a los de Jim Lee que a los de Charest. Y por ahí algún fondo que podría estar y no está. El resto se zarpa de grosso, mérito también del colorista Chris Chuckry, que se acomoda perfectamente, por un lado a los distintos climas que genera la historia, y por el otro al trazo preciso, finoli, pero no por eso menos poderoso del incansable Perker.
Veremos que nos preparan Wilson y Perker para el tomo final. Si siguen por el camino de este tomo, le tengo mucha fe.
Published on April 10, 2012 14:30
April 9, 2012
09/ 04: IDEOLOGIA EN ESTADO PURO

Pero hay que llenar este espacio y para eso, nada mejor que bajar línea. Encontré este texto que escribí hace unos años. Era una respuesta a una entrevista que me hizo alguien, en la que me preguntaba qué consejos le daría a los pibes que –por ahí cebados por la Comiqueando- querían emprender la aventura de editar una revista. Yo le pedí prestada la guitarra mágica a Aníbal Fernández y escribí:
Creo que lo más importante es que una revista no es un punto de partida, sino un punto de llegada. Hay un proceso previo más bien arduo, que consiste en estudiar mucho, en escribir mucho, en laburar mucho aunque sea en laburos que no tienen que ver con el medio, en meterse A FONDO en el tema sobre el que uno va a escribir, armar bien los contactos, tender redes para estar siempre bien informado (revelación shockeante: no todo lo que sucede está en internet, ni lo que está en internet es lo único que sucede), armar una estrategia comunicacional, una estrategia comercial y una estrategia de ventas lo más coherentes posible, conocer mínimamente las opciones en materia de formatos, impresión, diseño... o sea, no es una joda. Puede ser MUY divertido, pero no es una joda.
Sobre todo cuando uno edita a pulmón, la responsabilidad es enorme y el esfuerzo que hay que hacer, también. Porque uno responde frente a los proveedores, a los colaboradores, a los distribuidores, a los comerciantes, a los auspiciantes y -sobre todo- frente al público, al que le importa un carajo la interna, las excusas, los problemas e incluso los dramas que puedas tener: el lector quiere que la revista salga bien, en fecha y barata. Y si no podés cumplir con eso de modo regular... lo mejor es no comprometerse y no editar, porque debe ser horrible estar TODO EL TIEMPO remando de atrás sin llegar nunca a cumplir con lo que se espera de uno como editor.
Y después, lo obvio: tener las antenas bien paradas, poder seguir de cerca las transformaciones del mercado, los gustos del público, los intereses de los auspiciantes... hay que tener cintura y saber cambiar de rumbo cuando no queda otra, o cuando ves que la cosa va para un lado distinto al que querías ir vos. Una revista no es la fórmula de la Coca-Cola: no sólo se puede perfeccionar y transmutar, sino que se DEBE perfeccionar y transmutar, o sea que la experimentación me parece central. No quedarse NUNCA con la fórmula original, aunque esté buena.
Y una más: no tratar al lector como a un cliente. Los que tratan al lector como a un cliente están siempre al borde de tratarlo como a un boludo. Mi filosofía es que la revista, antes que un negocio, es un patio de juegos. Y si yo abro mi patio y te invito a jugar conmigo, te tengo que tratar como a un amigo, o un compañero de juegos, aunque te cobre entrada en la puerta. Te tengo que tratar de igual a igual, me tengo que asegurar de que entiendas el juego, de que te guste, de que lo quieras volver a jugar, e incluso dejar abierta la posibilidad de que un día, vos me ganes a mí. De que TU idea de cómo se debe jugar sea mejor que la mía, y yo termine por cambiar mi forma de jugar en base a eso. Sobre todo en el palo del comic, donde no hay cánones, ni autoridades, ni títulos universitarios, ni Manual del Buen Comiquero. Eso me parece super-positivo y da para aprovecharlo, porque en una de esas, del otro lado de la revista te está leyendo un tipo que te da 15 vueltas. Y si lo subestimás, no aprendés nada de él. Yo aprendí mucho de los lectores de Comiqueando y de mis alumnos de la EAH... pero los pibes no comen vidrio: si los tratás como idiotas, o si te la creés, ellos se encargan de que el feedback no te llegue nunca y te perdés ese aprendizaje que está bárbaro.
En fin, hacer revistas no es fácil, pero sin duda es apasionante. Pocas cosas me divierten más que llevarme del kiosco una revista que no había leído nunca y descubrir que está hecha con calidad, con respeto, con ingenio, con onda... no me pasa muy seguido, pero es un flash.
Published on April 09, 2012 19:01
April 8, 2012
08/ 04: LA REBELION DEL EMBLEMA

La primera es una historieta sumamente atípica en la obra de Hirata. El protagonista es un hombre de débil contextura física, pero de una inusitada genialidad intelectual. Es una historia acerca del valor de la palabra, del saber, e incluso de la ideología. Shoin Yoshida (apodado "el sensei") pone en riesgo su vida una y otra vez por bajar línea, por hablar de los padecimientos de los pobres, de los privilegios de los ricos y de los esfuerzos de los poderosos por mantener este status quo que garantiza "la fiesta para pocos". Lo más loco es que no habla del capitalismo salvaje del Siglo XXI, sino del sistema feudal. Hirata dota a Shoin Yoshida de una expresividad increíble, nada frecuente en estas historias donde los "héroes" suelen ser guerreros adustos, duros, nada propensos a exteriorizar sus emociones.
La segunda historia tiene un planteo bastante pobretón, relacionado con el kaishaku, que es el golpe con el que un guerrero debe decapitar a aquel que –para resguardar su honor- decide cometer sepukku. De una boludez se hace una bola tremenda, que igual consiguió ponerme nervioso, sobre todo por la crueldad con la que el protagonista mata perros y gatos.
La tercera arranca como la típica historia de conspiraciones, en la que un señor feudal detecta un intento de traición o sublevación por parte de alguno de sus súbditos y lo manda a eliminar. Acá los traidores son –casualmente- los guerreros más pulenta del clan y los que tienen la misión de liquidarlos son casi tan pulenta como ellos. Así es como antes de la mitad de estas 44 páginas, la historia derrapa hacia una de machaca sanguinolienta, de una violencia y una crudeza que te hielan la sangre.
Le sigue la historia que le da nombre al libro y que se sostiene en un conflicto tan ridículo que no te la podés tomar en serio, aunque Hirata maneje bien la tensión y logre impactar con su habitual dosis de combates truculentos y electrizantes. Sólo una sociedad de psicópatas puede castigar a Gengo (el protagonista) por lo que se lo castiga acá. De nuevo, como en Kaishaku, se arma un bolonki infernal a raiz de algo tan mínimo, que uno siente que a la historia le falta sustento. Por suerte es la mejor dibujada del tomo.
Esa tendencia de dejar que un conflicto pelotudo crezca hasta desatar una hecatombe llega al paroxismo en la última historia del tomo, La Mentira, la única que no escribe Hirata, sino Shigeo Furuya. Acá, una discusión entre dos adolescentes acerca de cómo nacen los bebés, termina en una tragedia de proporciones, con muertes, violaciones y un garche cuasi-incestuoso entre hermanastros. De nuevo, la tensión dramática funciona y el dibujo de Hirata cumple, dignifica, fascina y emociona. El problema es –una vez más- el disparador de la historia, no el desarrollo (que es excelente) y no el final, que es previsible pero no por eso menos potente.
Hiroshi Hirata realizó estas historietas en la primera mitad de los ´70, cuando su estilo ya estaba afianzado y más adelante les metió algunos retoques. O sea que, a nivel visual, esto es apabullante. Son páginas y páginas de narrativa perfecta, destreza absoluta en la anatomía, en el balance de blancos y negros y en la aplicación de aguadas y tramas mecánicas. Lo único criticable es lo que señalalmos en alguna reseña anterior: varios personajes masculinos se parecen bastante entre sí y si no prestás mucha atención, te los podés llegar a confundir. Pero este es el Hirata imbatible, el que estudió Frank Miller, el que logró que los fans del gekiga nos aprendiéramos de memoria los usos, costumbres y hasta el vocabulario del Japón feudal.
No jodo más con Hirata por un tiempo largo. Lo prometo. Y si no cumplo, me abro el vientre con una katana y le pido a Antonio, mi vecino del primero B, que me haga el kaishaku.
Published on April 08, 2012 13:48
April 7, 2012
07/ 04: HELLBOY Vol.11

El que más participa es el maestro Richard Corben, con cuatro historietas. La primera en la que le da vida a un guión de Mike Mignola es la maravillosa Hellboy in Mexico: un guionazo de Mignola, dibujado como la hiper-concha de Dios por Corben, para lograr una historia realmente distinta, lejos de la media, con una intensidad y una onda que la despegan muchísimo de la típica historia del pasado de Hellboy. Como sucede muy de vez en cuando, estas 28 páginas valen lo que pagues por todo el tomo.
Hay más Corben en la inquietante Sullivan´s Reward, una historieta un poquito más "normal", incluso con más puntos en común con lo que hacía Corben en los ´70, cuando la rompía dibujando breves unitarios de terror en los magazines de la editorial Warren. El guión no es la gloria, pero está muy bien. The House of Sebek tiene apenas seis paginitas, o sea que no hay lugar para mucho más que un poquito de machaca y un remate casi humorístico. Corben igual le pone todo al dibujo.
El gigante de Kansas dibuja también las 24 páginas de la historieta que le da nombre al libro, The Bride of Hell. Y acá sí, el guión es bastante remanido, bastante similar a varias aventuras de Hellboy que ya nos sabemos de memoria: leyendas europeas que tienen que ver con las Cruzadas, un monstruo que mata gente, un templo... La historia tiene mucho ritmo pero le falta sorpresa. Lo más grosso es que en esta historia Corben encuentra –aunque sea de a ratos- la forma de dibujar a Hellboy sin que parezca copiado de los comics de Mignola. Impresionante cómo el ídolo hace suyo al personaje prestado aunque claro, en un mundo perfecto, la infartante minita que está a punto de ser sacrificada en el altar tendría que estar en pelotas. Mientras las minas estén vestidas, nunca vamos a disfrutar de un comic 100% Corben.
Otro invitado de lujo es el gran Scott Hampton, a cargo del dibujo de la historia más extensa, una historia de vampiros que arranca muy jugada a los climas, pero termina demasiado jugada a la machaca, como si Mignola no supiera cómo aprovechar la sutileza y la maligna depravación de lo que plantea en las primeras páginas. Hampton cumple con las imágenes crepusculares, ofrece una puesta en página totalmente distinta a la que le gusta a Corben y a Mignola, peca –como tantos- de dibujar un Hellboy demasiado parecido al de su creador (casi parece un copy-paste) y si bien labura mucho con referencias fotográficas, encuentra la forma de integrarlas muy bien a la página, para que no parezca la Gran Juan Carlos Flicker.
El otro invitado grosso es Kevin Nowlan, dibujante del mega-carajo aunque con poca producción, que acá se fuma 24 páginas de uno de los guiones más flojos de la historia de Hellboy. Igual lo dibuja muy bien y le pone bastante de su propio estilo al protagonista. Además se copó y pidió colorearla y rotularla él mismo.
Y me queda una cortita, de 8 páginas, escrita y dibujada por el propio Mike Mignola. The Whittier Legacy tampoco tiene un guión demasiado inspirado ni demasiado original (tampoco se podía esperar un milagro en tan poquitas páginas) y su único atractivo es ver a Mignola dibujar de nuevo a Hellboy (cosa que hace varios años que hace poco) y dar nuevos testimonios de su imparable evolución gráfica, cada vez más orientada a la síntesis.
Y bueno, ya está. Suficientes historias cortas del pasado. El próximo tomo sí o sí tiene que retomar la epopeya actual, la que dibuja Duncan Fegredo y me tiene agarrado de las pelotas hace años. Es absolutamente imprescindible.
Published on April 07, 2012 19:30
April 6, 2012
06/ 04: AVRACK, EL SEÑOR DE LOS HALCONES

Pero vamos a la historieta en sí. Avrack, el Señor de los Halcones es una saga extensa (144 páginas) realizada por "el Loco" Barreiro y Enrique Breccia entre 1983 y 1984 y publicada varios años después en Skorpio. El argumento gira en torno a Jorge Pinedo, un profesor argentino, mediocre y fracasado, que –justo cuando decide suicidarse-es misteriosamente extrapolado a otra realidad. Allí asume el rol del legendario guerrero Avrack, y se ve obligado a adaptarse a un mundo de fantasía y aventura sin tregua, lleno de portentosos ejércitos, bestias monstruosas, tecnologías extrañas y minones infernales. Allí vivirá las peripecias que requiere el formato episódico que usaba Skorpio para sus series: cada capítulo de 16 páginas tiene su obligatorio combate y su obligatorio escarceo soft-porno con uno de estos minones infernales.
Hay un sub-plot que recorre la saga, que es el de los personajes responsables de la extrapolación de Pinedo, dos voces cuyos rostros conoceremos recién en el noveno y último episodio. Pero el Loco no siempre le presta atención a esta sub-trama: hay capítulos enteros en los que la desactiva, para concentrarse en las andanzas de este guerrero con mucha más reputación que experiencia. En los últimos tres episodios, el rol de "los observadores" es más notorio y finalmente, en el último, Barreiro renuncia a la aventura y la machaca para brindarnos las respuestas y explicaciones a todos los misterios de la saga. Lo cual está bueno, pero al ser tantas páginas tan sobrecargadas de diálogo, con tanta data tan comprimida y tan cerca del final, le quita algo de fuerza dramática a lo grosso que pasa en las últimas dos o tres viñetas.
Breccia encara este trabajo justo cuando "se corta" Alvar Mayor, y nos ofrece un dibujo glorioso (al nivel de sus mejores trabajos para Fierro), en el que cada viñeta se disfruta a full. La referencia a Alvar Mayor es ineludible porque además, físicamente, los personajes se parecen muchísimo. De hecho, el principal problema que tiene esta obra de Enrique es el mismo que veíamos en su obra más extensa para Skorpio: el brete narrativo en el que se mete para no dibujar los combates físicos, de los que siempre vemos -con suerte- una mano con una espada, una boca con medio puño que la impacta, o a veces incluso un pie. De todos modos, está todo tan bien dibujado, que esto resulta un detalle menor. Así como mezquina cuerpos en combate, Breccia se brinda con generosidad a la hora de dibujar paisajes, criaturas, castillos, naves y –como siempre- te parte la cabeza de un hachazo en los flashbacks, cuando cambia su característico (y poderosísimo) claroscuro por esa estética en la que predomina el blanco, acompañado por un plumín de exquisita sutileza.
En síntesis, la de Avrack es una epopeya no muy original, con un desarrollo un poco estirado y un final un poco apretado, pero entretenida, con algunos momentos fuertes y un dibujante prendido fuego que deja la vida en cada página. Y textos a cargo de un "especialista" que cree que Borderline la escribió Barreiro...
Published on April 06, 2012 14:25
April 5, 2012
05/ 04: AIR Vol.2

La verdad es que, con 10 episodios leídos, empiezo a sospechar por qué esta serie se fue al descenso. Según declaró en entrevistas, Wilson pensó la historia para durar cuatro años, unos 50 episodios. Y apenas llegó a 24. ¿Qué pasó? Se desinfló la trama de la conspiración, que era la más interesante y pasó a un tercer plano la historia de amor. Y todo eso sucede acá, en el segundo tomo, que suele ser el decisivo, el que uno compra para ver si sigue o no sigue adelante con una serie que arrancó interesante, pero no te masacró las neuronas.
Los tres primero episodios de este tomo son la nada misma, o casi: Acá vemos a Blythe recibir todo tipo de explicaciones acerca de la fortaleza voladora, la hiperpraxis, sus poderes mentales y la energía alternativa que hace que los aviones vuelen impulsados por los sueños. Durante todo un capítulo, Blythe se mete en la mente de Zain (su novio, o algo así) y revive toda su vida! Y aún así, se va de adentro de Zain sin saber si es o no un fundamentalista islámico capaz de hacer mierda un avión, un aeropuerto, o una torre gemela. Recién en el tercer episodio hay algo así como una peripecia, cuando los malos hacen su enésimo intento de capturar el ancestral artefacto azteca a través del cual los hiperprácticos canalizan sus habilidades. Y el quinto episodio es bizarrísimo: dos aborígenes aztecas (uno viejo y sabio, y uno joven e inexperto) hablan durante 22 páginas acerca del artefacto y de cómo transmitir todo lo que saben acerca de esta tecnología antes de que lleguen los españoles y los exterminen. Posta: 22 páginas de diálogos, sin acción, sin que aparezcan ni Blythe, ni Zain, ni nadie. Decí que M.K. Perker deja la vida en cada viñeta, si no, falta un cartelito en la tapa que diga "Pará, boludo, comprá otra cosa, que esta va para atrás".
El cuarto episodio es otro unitario, en el que las seis páginas finales intersectan con la trama central de Air. Las otras 16 cuentan una historia muy linda, original, emotiva, y Wilson la combina con una mirada muy incisiva y atractiva acerca de cómo se comporta y qué siente la gente adentro de los grandes aeropuertos, esa especie de limbo, en el que uno siente que en realidad no está en ningún lado. Acá Blythe tiene un rol destacado (y Perker, ni hablemos) pero el protagonista es el aeropuerto. Lejos, lo mejor del tomo.
Por ahí más adelante resurge el plot de la conspiración y la serie vuelve a levantar vuelo. De todos modos, ya están hechos los méritos para que un montón de lectores dejen de bancarla. El que realmente la rema, y mucho, es M.K. Perker, un grosso de verdad. Acá ya le sale perfecto ese estilo muy realista, tipo Travis Charest o John Cassaday, excepto cuando dibuja los personajes de perfil. Ahí se le escapa un poquito más el estilo más cartoon, más exagerado, una mezcla entre Scott Campbell y Humberto Ramos. Y no le queda mal, aunque de lejos parezca un clon choto de Jim Lee. En los dos últimos episodios (el del aeropuerto y el de los aztecas) pega un salto cualitativo muy notable y cada viñeta es un deleite para los ojos, con un trabajo portentoso en los detalles, las caras, las arrugas y sobre el final hasta en los fondos, que antes escaseaban un poco. Como si esto fuera poco, cada portada es una cátedra de ilustración memorable de este turco al que espero ver reaparecer pronto en algún comic de Vertigo, o de donde sea.
Veremos qué pasa en la segunda mitad de la serie, a ver para dónde se termina de jugar Wilson en los guiones. Gracias por elegirnos y esperamos tenerlo pronto a bordo de uno de nuestro vuelos.
Published on April 05, 2012 15:23
April 4, 2012
04/ 04: BOUNCER Vol.2

No me lo vas a creer, pero este tomo de Bouncer es mucho mejor que el anterior. Tiene un único "problema": acá cierra TODO lo que planteó Alexandro Jodorowsky en el Vol.1. El plot de la venganza de Seth contra el asesino de sus padres (que no es otro que su tío Ralton) y el misterio acerca del paradero del fastuoso diamante que se choreó Lola en el último asalto que perpetró junto a sus hijos, hace ya muchos años. Y no sólo eso. Además de resolver perfectamente los plots pendientes, Jodorowsky ahonda un poco más en el pasado de Bouncer, y presenta, desarrolla y les pone moñito a dos nuevos personajes: por un lado Deborah, el interés romántico de Seth, y por el otro el carismático Crazy Butterfly, un personaje que a Jodorowsky no le interesa trabajar hacia adelante, pero que trabaja maravillosamente hacia atrás, en un flashback sencillamente glorioso.
¿Cómo seguirá esta serie? Ni idea. La verdad es que este tomo cierra todo tan bien, que el Vol.3 va a tener que abrir otra saga, que lleve a Bouncer para otro lado totalmente distinto. Y va a tener que ser una historia del mega-carajo, para que no parezca que los autores están estirando una serie sin ideas nuevas (y grossas) simplemente para que no se corte la facturación. Por suerte, están los elementos para gestar nuevas aventuras fuertes, impactantes. Ya está resuelta la cuestión familiar (madre, hermanos y sobrino) de Bouncer, y ahora es tiempo de que el manco encargado del saloon/ cabarulo "El Infierno" se convierta en el verdadero protagonista, ya no en el mentor de Seth, que lo opacaba bastante. Será cuestión de que el shaman Jodorowsky no baje ningún cambio en la salvajada, en la forma atroz y descarnada que propone para redescubrir el tan remanido (pero evidentemente, todavía viable) Far West.
Por el lado del dibujo, tenemos al maestro François Boucq muy inspirado, y no sólo en el Teniente Blueberry de Jean Giraud. Guarda: mirás un álbum de Bouncer de lejos y parece un álbum de Blueberry, de no ser por dos detalles. El color, que es mil veces mejor, y los diálogos, que son menos y mejor repartidos entre las viñetas. Después, cuando lo mirás de cerca, descubrís que –a pesar de las nada desdeñables similitudes- el estilo de Boucq dice presente, se planta, se muestra y la rompe. Y además Giraud nunca dibujó una escena en la que Blueberry le entrara al peyote y empezara a alucinar, sin duda uno de los picos más altos de este tomo. La narrativa, una vez más, está muy jugada a las viñetas chatas y horizontales, tipo widescreen, con bastantes primeros planos, en los que Boucq muestra con lujo de detalles las caras de los personajes y hace gala de su virtuosismo a la hora de dibujar expresiones faciales.
Con mucha acción, excelente caracterización, mucha violencia, mucha crueldad y una asombrosa capacidad para rematar las tramas en espacio breves, sin estirar en lo más mínimo, Jodorowsky y Boucq pegaron un hitazo que duró siete tomos. Cuando lea el Vol.3 me voy a enterar si valió la pena seguir más allá del final que propone el Vol.2 que –repito por enésima vez- es redondísimo, emotivo y brillante.
Ah, me quedaba pendiente el tema de la traducción: impecable, realmente. Muy buen trabajo de la gente de Norma, que logra que esto se lea tan lindo en castellano como en francés.
Published on April 04, 2012 14:59
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