Andrés Accorsi's Blog, page 125
April 1, 2015
01/ 04: LA ESTIRPE MARALHA

El primero, Sangre Negra, explora los secretos de los Maralha y la osada decisión de suicidarse, para dejar a un único descendiente de la estirpe, el niño Barnabás. A lo largo de siete episodios, veremos tres historias en paralelo: la del fin de los Maralha, la vida de Barnabás desde que es niño hasta los… 40 ó 45 años, y las desventuras de Dorival el Inmutable, el asesino que durante años murió y volvió a la vida mientras intentaba sin éxito liquidar a Barnabás. Con la típica ironía de Mazzitelli, el personaje que más hizo para erradicar definitivamente a los Maralha se termina por convertir casi en uno de ellos, en una historia muy intensa y para nada predecible.
El segundo arco es mucho más extenso y más ambicioso. Es un enorme flashback narrado por Dorival, situado en la época de mayor auge de los Maralha, cuando lo único que los separaba de la conquista absoluta era la casta guerrera de los Dulé. Arranca en una onda Thanos Quest, cuando la princesa Syridiana toma el poder y se lanza en la búsqueda de cinco objetos mágicos que le permitirán abrir una grieta dimensional y reclutar para sus propios fines a las más siniestras y destructivas criaturas de la dimensión oscura. Bella, implacable y de descomunal inteligencia, esta princesa (una de las pocas chicas realmente protagónicas en la carrera de Mazzitelli y Alcatena) cumplirá su cometido: el exterminio del clan Dulé, que asegura la hegemonía indiscutida de los Maralha. Pero vos sabés cómo es esto: cada vez que hay dos clanes que se odian a muerte, destinados a matarse unos a otros, aparece el mito de Romeo y Julieta y se complica todo. Dicho y hecho, Syridiana se enamorará del único Dulé que en vez de guerrero es artista y la trama romántica enturbiará ese exterminio que amagaba con ser prolijo e irreversible.
Para la mitad de la saga, Syridiana se convierte en personaje secundario y Mazzitelli elige centrarse en su novio, Dardanel, el último de los Dulé, que moverá cielo y tierra para vengarse de los que traicionaron a su clan y le habilitaron los objetos mágicos a la princesa de los Maralha. Dardanel es un personaje ingenioso, brillante, que piensa “por afuera de la caja” y sus aventuras están llenas de ideas maravillosas. Para el tramo final, se viene el choque inevitable: la venganza de Dardanel no estará completa mientras viva Syridiana, y el triunfo de los Maralha no será tal mientras viva Dardanel. No te quiero contar cómo resuelve Mazzitelli este fatídico dilema, pero sí subrayar que está muy bien.
Fiel a su estilo, Mazzitelli manda a sus personajes a combatir contra amenazas extremas: los guerreros más poderosos, los genocidas más temibles, las criaturas más abominables, los ejércitos más numerosos… y siempre sin enfatizar la machaca, sin hacer hincapié en el esfuerzo que requiere ganarle a esos oponentes. Tanto desenfatiza este aspecto el guionista, que pareciera que los protagonistas sortean todos los obstáculos con excesiva facilidad, sin esa tensión que te provoca la posibilidad latente de que el héroe falle en su misión y se vaya todo a la mierda. Es un recurso raro, pero a Mazzitelli le funciona bien hace muchos años.
La epopeya a todo o nada, finamente matizada con apuntes filosóficos, metafísicos y hasta poéticos, brilla una vez más en los guiones de Mazzitelli, y por supuesto en los dibujos de Alcatena. A sus anchas en estas historias fantásticas en las que puede inventar absolutamente TODO, Quique nos brinda otro festival de criaturas, palacios, armas, trajes y maravillas varias. Entre muchos diseños perfectos, me quedo con el de Xem Faradit, el monje, que parece un héroe de la Legión de los años ´60. Con su plumín prodigioso y una puesta en página siempre ajustada al ritmo que requiere el relato, Alcatena arriesga mucho más de lo que habitualmente arriesga un dibujante ya afianzado, con décadas de trayectoria. Uno supone que a esta altura Quique ya resuelve de taquito trabajos como este, pero lo que distingue a esta bestia de otros grandes dibujantes es que Quique se especializa en subir la apuesta, en desafiarse a sí mismo en cada historia para hacer cosas cada vez más difíciles, que nunca antes había intentado. Y claro, le sale todo obscenamente bien.
La Estirpe Maralha es un hermoso libro, que requiere un tiempo de lectura bastante prolongado, y recompensa con creces cada minuto que le dediques a los fascinantes textos de Mazzitelli y a los fastuosos dibujos de Alcatena. La corona de estos dos genios de la historieta mundial suma una nueva gema, por fin publicada en nuestro idioma.
Published on April 01, 2015 18:17
March 31, 2015
31/ 03: LOS MAS VENDIDOS DE FEBRERO Y MARZO

Veamos qué fue lo que más se vendió.
1) Hijitos de Puta (Llanto de Mudo)
2) Basura (Loco Rabia/ Belerofonte)
3) Acero Líquido (Loco Rabia/ Belerofonte)
4) Shankar Vol.2 (Loco Rabia/ Belerofonte)
5) Términus Vol.8 (Términus)
6) Mar de Caca (Llanto de Mudo)
7) Aventuras de Pi-Pío Vol.1 (Común)
8) Zero Point (Agua Negra)
9) Términus Vol.7 (Términus)
10) Liga del Mal Vol.1 (Llanto de Mudo)
El primer puesto lo mantuvo el nuevo hit de Gustavo Sala, aparecido en Enero. Está bien, es lógico. Si bien la venta en Enero había sido muy buena, es un libro que todavía tiene un techo muy alto.
Cuatro novedades se ubicaron bien en el Top Ten, todas aparecidas en Marzo: Basura fue el libro más vendido de este mes, lo cual es importante si pensamos que salió el 20, justo antes de los feriados, y tuvo muy pocos días para ofrecerse, distribuirse y venderse. Pero bueno, es el enésimo testimonio de la vigencia de maestros de la talla de Carlos Trillo y Juan Giménez. La nueva entrega de Términus clavó en el quinto puesto, lejos de la pole position que suele llevarse cada vez que sale, primero porque se empezó a distribuir el 16, y segundo porque gracias al éxito, ya son varias las distribuidoras que la ofrecen a sus clientes. Mar de Caca y Pi-Pío se empezaron a distribuir entre el 12 y el 13 de Marzo y alcanzaron cifras interesantes, sobre todo para el caso de Pi-Pío, que es un libro de más de $ 400.
Completan el ranking dos tanques insumergibles de Alcatena y Mazzitelli, el ya clásico Zero Point de Agustín Nakamura, el primer tomo de la siempre vigente Liga del Mal y el Vol.7 de Términus, arrastrado de nuevo al ranking por la salida de la nueva edición de esta notable antología.
En Abril vuelve la Feria del Libro y eso permite pronosticar la salida de muchos títulos nuevos, varios de los cuales se van a empezar a distribuir en Mayo. Pero para estos próximos 30 días, seguro tendremos (entre otros lanzamientos) lo nuevo de Juan Sáenz Valiente, una antología para chicos con Liniers, Decur y Powerpaola (entre otros), el regreso de Federico Baert, un libro de bocetos de Renzo Podestá y nuevos libros de la colección Toing!. Veremos qué sucede…
Published on March 31, 2015 15:30
March 30, 2015
30/ 03: ANDROMEDA STORIES Vol.3

Acá el guión hace un sólo sacrificio con el que no termino de acordar: se saca de encima medio rápido, sin explorar mucho las consecuencias, a la reina Lilia y el rey Ithaca. De nuevo hay un papel chiquito para Balga y el príncipe Milan ni aparece. El resto, son todos golazos. La guerrera cyborg que tuvo mucha chapa en el Vol.1 y no apareció en el Vol.2 acá vuelve con todo, a hacer un aporte enorme. El veterano y enigmático Elder pone las cartas arriba de la mesa y se convierte en otro personaje fundamental. Y lo más importante: ahora el protagonismo se reparte entre el príncipe Jimsa y Affle, su hermano gemelo, que resulta ser… su hermana. En un giro notable, todo lo que sabíamos sobre este supuesto hermano de Jimsa se da vuelta y las sorpresas motorizan al argumento hacia una resolución impactante.
Esta vez no queda mucho margen para las intrigas. Hay que prepararse para el combate final contra las máquinas, y el clima ahora es el de una historia bélica, en la que cada pequeña batalla puede ayudar a ganar la guerra. El único elemento nuevo que se suma en este tomo es el de los superpoderes: Affle tiene dones extrasensoriales y es una poderosísima telekinética. Y por si faltara algo, la proximidad de Jimsa amplía aún más sus poderes. Cuando los hermanos se deciden a trabajar juntos, se vuelve realmente difícil hacerles frente. Pero claro, no es fácil lograr que estos dos chicos criados en ámbitos tan distintos se acepten como hermanos y aprendan a complementarse.
Ahí los autores encuentran un conflicto muy interesante para meterle presión a la trama bélica. Y cuando lo tienen que resolver, de nuevo la sorpresa, el impacto, lo impredecible: Jimsa y Affle, hermanos mellizos, casi idénticos entre sí… se enamoran. Y garchan. Posta, no es una fantasía perversa mía. 500 y pico de páginas sin meter ni el menor atisbo de una trama romántica y, cuando aparece, termina en incesto. Y ahí ya te importa todo una mierda… Si le ganan o no a las máquinas, si se destruye o no el planeta… ya fue, hay un garche entre mellizos casi idénticos. Cuando vi eso en Bolita (la obra de Carlos Trillo y Eduardo Risso, reseñada el 17/04/14) no me impactó tanto, porque el clima de la historieta iba para ese lado, la gracia era acumular situaciones turbias, sórdidas, y Trillo nunca ahorró recursos a la hora de mostrar a sus villanos como gente retorcida y repulsiva. Pero acá, en una epopeya de ciencia-ficción con aventuras, rosca política y dibujo “cute”, fue un garrotazo en el medio de los genitales.
El bizarro giro en la relación entre los hermanos pone las emociones que faltaban para que el final fuera realmente estremecedor. El epílogo hasta se anima a ensayar un moñito, un broche de oro con un cierto vuelo poético que incluso sugiere que Jimsa y Affle fueron los primeros humanos en pisar la Tierra. Un lindo detalle después de tanta devastación, explosiones, traiciones y sacrificios.
El dibujo de Takemiya, por su parte, acompaña estas movidas tan extremas y retrata con jerarquía y con intensidad todas las luchas, la destrucción y el romance. Esta vez hay menos secuencias mudas, pero igual Takemiya se las ingenia para que ciertos cuadros, ciertas imágenes, cobren peso por encima de los textos y funcionen como signos de puntuación, como un mecanismo más para realzar los misterios, el in crescendo en la tensión o la fuerza de las escenas más impactantes. Un excelente trabajo de la mina que mejor entendió cómo funciona la ciencia-ficción en el universo de las viñetas.
Más allá del irrefutable prestigio de sus autores, no sé si Andromeda Stories está considerado un clásico en Japón. Para nosotros va a ser siempre más una rareza que un clásico, eso me queda muy claro. Dentro de esa categoría, la considero una muy buena historieta, a la que seguramente le sobran no menos de 150 páginas (el Vol.2 podría omitirse casi por completo), pero que entre emociones fuertes, conceptos jugados, acción al palo y dibujos formidables arrima a un nivel realmente notable. Voy por más Keiko Takemiya, auqnue no sé si tiene más obras editadas fuera de Japón…
Published on March 30, 2015 18:25
March 29, 2015
29/ 03: EAST OF WEST Vol.2

Para mí, lo más notable, fue que Hickman mandó al banco de suplentes a Xiaolian, la princesa de la dinastía de Mao, que en el Vol.1 había juntado chapa a lo bestia. Esta vez, apenas si se la menciona y no aparece ni una viñeta. La rosca interna de los Chosen, que en el Vol.1 se calentaba con las intrigas conjuradas por Archibald Chamberlain, explota en el primer episodio de este tomo y después no se vuelve a mencionar. Todo esto se explica con el gran número de personajes que conforman el elenco de la serie. Hickman tiene muchas alternativas, muchas historias para explorar, y para hacerlo elige desplazar el protagonismo de unos personajes a otros, según le convenga. La trama es compleja y espesa desde el principio, y al indagar en algunos personajes en los que hasta ahora no había profundizado (el príncipe John Freeman, el oráculo, la presidenta de lo que quedó de EEUU), el guionista no hace más que sumarle capas de complejidad, misterios y elementos que seguramente van a tener peso más adelante.
Con tanta runfla política, tanto diálogo y tanta travesía (Death, quien quizás sea el personaje central de la saga, pasa casi todo el tomo viajando o hablando), casi no hay lugar para la machaca. Leídas con frialdad, la única escena de pelea que se justifica a nivel argumental es la última. El resto, pareciera que está porque Hickman o sus lectores no se bancan 24 páginas sin acción. Son conflictos menores, que no requerían de tiros, combates ni explosiones para resolverse, pero que aparecen inflados, enchulados, para que los personajes se vean más jodidos y sus diferencias se vean más extremas. No es un mal recurso y tampoco se le puede pasar factura por eso a Hickman, que se ha bancado muchos guiones sin machaca en su época de guionista del mainstream superheroico.
Como otros trabajos de este autor, East of West no resulta una lectura fácil ni pasatista. Hay que leerla con mucha concentración, dedicándole tiempo. Yo estoy seguro de que me perdí detalles, pequeñas cositas, por no acordarme demasiado de lo que había pasado en el Vol.1. Por supuesto, Hickman no te hace ningún racconto, los personajes no explican nada a través de los diálogos, no hay red. Si no estás bien metido en la saga, quedás pagando como un infeliz. Y –me repito- es una saga compleja, con un mundo muy atractivo por explorar (esa mezcla de tecnología de ciencia-ficción con ambientación y climas de western), con un elenco numeroso y con ideas muy osadas, algunas derivadas de temas bíblicos (como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis) y otras más locas, más originales, o más enroscadas. Por suerte, todo avanza a un muy buen ritmo, los diálogos son excelentes y los personajes están muy bien trabajados.
Y por el lado del dibujo, no me queda nada para decir que no haya dicho en la reseña del tomo anterior. Dragotta está muy afianzado en ese estilo, mezcla de Fiona Staples y Peter Snejberg, y felizmente se pone un poquito más las pilas a la hora de dibujar los fondos. Muy meritoria también la labor de Frank Martin, el colorista, que ajusta muy bien la paleta para darle su propia impronta a los flashbacks (que son muchos) y para subrayar los distintos climas, las distintas ambientaciones en las que transcurre la acción.
Después de estos años de Avengers y New Avengers -y sobre todo ahora que timbea su prestigio a todo o nada con Secret Wars- Jonathan Hickman dejó de ser un guionista incuestionable y pasó a ser no un mercenario más, pero sí un tipo que además de cebarnos, también puede decepcionarnos. Por suerte, en paralelo a la altísima exposición que le dan sus series en Marvel, tiene estos kiosquitos creator-owned en Image, donde vende mucho menos pero cuida mucho más la calidad. East of West es un claro exponente de esto último y una gran opción para el que busca leer más material de Hickman por afuera del “más de lo mismo”.
Published on March 29, 2015 19:19
March 28, 2015
28/ 03: NIÑOS DE LA BASURA

Lo que más gustó es el clima, la atmósfera que construye Fantacci a lo largo de estas 200 páginas. Es un mundo oscuro, desolado, crepuscular, en el que los protagonistas tienen que inventar la esperanza, porque el mundo no se las ofrece en ninguna de sus formas. El autor aprovecha al máximo las posibilidades expresivas de este post-holocausto (para el que no hace falta mayor explicación) y lo convierte en el escenario de una epopeya low-fi, donde vemos crecer de golpe y en circunstancias absolutamente adversas a este grupo de chicos abandonados a su suerte, que no es mucha.
Otra cosa que me gustó mucho es la narrativa, porque lo veo a Fantacci moverse con gran ductilidad. Hay tramos en los que el ritmo del relato y la puesta en página se sincronizan para que Niños de la Basura parezca un comic europeo, para el lado de un Christophe Chabouté, como para orientarnos. Por momentos se acerca más al tono de un indie norteamericano tipo Brian Ralph. Y en el episodio titulado Ed y Pum!, tenemos una extensa secuencia que parece narrada por Katsuhiro Otomo en Akira. Estamos ante un autor lleno de recursos para meternos dentro de sus relatos, con un gran manejo de la secuencia, de los ángulos, de la síntesis, de la variedad de planos.
Por otro lado, las referencias a Chabouté, Ralph y Otomo nos llevan a pensar en autores a los que les encantan las secuencias mudas. Y sí, Fantacci se enrola claramente en esa tendencia. Cuando mete diálogos, pendula entre dos extremos: diálogos muy reales, muy naturales, y diálogos muy forzados, muy artificiales. Pero cuando opta por dejar que el dibujo y la acción cuenten lo que sucede, el autor no falla nunca.
Los guiones… se pueden discutir. Hay segmentos más complejos, más basados en el desarrollo de personajes, y hay otros (la mayoría) donde se imponen el vértigo y la violencia. Largas y sangrientas peleas que sirven para ilustrar el contexto en el que se mueven estos chicos, pero no mucho más. Creo que el episodio mejor escrito es el último, el epílogo, que es donde Fantacci realmente capitaliza el potencial lírico subyacente en esta historia a priori cruda y truculenta.
Y me queda para el final el dibujo que, de nuevo, me hizo acordar mucho a Chabouté, pero sin jugarse todo al claroscuro. Fantacci elige esa técnica de entintado que a muy pocos le queda bien, que consiste en llenar todo de rayitas y cross-hatchings enfermizos, y con eso lograr todos los efectos de iluminación, volumen y texturas. Tenés que ser MUY bestia para que eso te salga bien. Tenés que ser Alcatena, Joe Sacco, Salvador Sanz… y Fantacci claramente no estaba a ese nivel cuando arrancó con este trabajo en 2007.
Con el correr de las páginas y los años, el dibujo se va puliendo, se ven menos desprolijidades y más certezas, te vas convenciendo de que eso que se ve en las viñetas no es “lo que salió”, sino lo que el autor quiso poner ahí. Pero no llega a ese nivel tan afianzado, tan sólido, como el que muestra en sus trabajos actuales un Pedro Mancini, por citar a otro autor surgido de la revista Ultramundo y que también abusaba de las rayitas en sus inicios. Para el final, ya vemos a un Fantacci que ejerce un dominio muy claro del plumín, y coincide con las imágenes más bellas y a la vez más elaboradas. Ojalá en sus futuros trabajos lo veamos evolucionar a partir de ahí. Ah, y ojalá recapacite y en sus próximas obras no rotule a mano, sino con tipografías ya existentes, porque su caligrafía es espantosa.
Me animo a poner a Darío Fantacci en la misma bolsa que Mancini e incluso que Renzo Podestá. Son autores con una impronta muy personal, por momentos pasada de freak o de punk, con una mezcla de influencias rarísima y variadísima, surgidos del under, pero además comprometidos con esa estética y esa ética. Tipos a los que les gusta laburar con total libertad, autogestionar sus proyectos, no ir a mendigar que los publiquen en Fierro ni en ningún otro medio… anomalías, deformidades, sustentadas con un talento que les permite, aún así, generar obras que llegan al libro, se venden bien y hasta ganan algún premio. Niños de la Basura es una gran puerta de entrada al universo de Fantacci, una obra que no hace concesiones pero que -si no te produce cortocircuitos desde la faz gráfica- te va a emocionar por lo que cuenta y sobre todo por cómo lo cuenta. Y con un ancho de espadas jodido: esto no se parece A NADA.
Published on March 28, 2015 16:25
March 27, 2015
27/ 03: ALIENOR: LA LEGENDE NOIRE Vol.2

Acá, en esta Francia feudal del año 1140, sobran los descamisados, los marginados, los excluídos, pero la tarea de incluirlos y darles dignidad no va a recaer en Alienor, para nada. A ella sólo le importa mandar, digitar, imponerse siempre, a como dé lugar, y estar sexualmente bien atendida. Si sus deseos y ambiciones le traen desgracias y derrotas al rey Louis, a sus súbditos o a sus aliados, poco le importa. Y de eso se trata en buena medida este Vol.2: de los costos que paga este rey ingenuo, convertido en un pollerudo sin voz ni voto por los encantos y las maquinaciones de su avasallante esposa. Llega un punto en el relato donde uno se quiere meter adentro del comic (como en aquel inmortal videoclip de A-Ha) para cagarlo a sopapos a Louis al grito de “¡Infeliz, date cuenta de que te estás mandando una cagada atrás de otra por culpa de esta conchuda!”. No existe esa posibilidad, lamentablemente. Sólo queda presenciar cómo Louis la pasa cada vez peor, se queda cada vez más solo, se vuelve cada vez más débil por darle todos los gustos a esta hija de puta.
Como en todas las historias de reyes y nobles, la intriga palaciega está a la orden del día: Delalande y Mogavino nos enroscan en conjuras, secretos, romances prohibidos y negocios por abajo de la mesa, que crean un clima muy denso, muy atrapante. Para el final de este tomo, caen algunas máscaras y quedan al descubierto algunos garcas que eran casi tan garcas como Alienor, aunque la jugaban de cayetano. Una vez más, entre todas estas runflas subrepticias y la acción, que no escasea, tenemos 56 páginas en las que pasan muchas cosas y las tramas avanzan muchísimo. Por eso no jode para nada que casi todas las páginas tengan muchas viñetas y una cantidad de texto medio zarpada. Hay que sentarse con tiempo, porque acá hay para ver y leer bastante más que en los típicos álbumes de este formato.
Falta un dato importante y es que la reina Alienor, el rey Louis, la gran mayoría de los personajes de la historia y casi todos los sucesos que aparecen en el comic EXISTIERON en la realidad. La historieta no sólo está anclada a una época histórica específica, sino que se sustenta en un monumental trabajo de documentación por parte de los guionistas y el dibujante. Y hablando del dibujante, una vez más tenemos al maestro cordobés Carlos Gómez en una cátedra memorable. No me quiero repetir, por eso recomiendo repasar la reseña del Vol.1, pero realmente acá hay páginas de Gómez que merecen pasar a la historia por la cantidad descomunal de laburo que le deben haber representado. Esta vez el colorista es José Luis Rio, muy acertado a la hora de acompañar con la paleta y los efectos digitales los distintos climas por los que transita el guión.
Me falta leer el final de la saga, a ver si finalmente Alienor se redime, o si pasará a la historia de Francia como una reina despiadada, venal y egomaníaca. Por ahora, su “leyenda negra” me tiene muy enganchado y el dibujo de Carlos Gómez me está haciendo cambiar de ropa interior varias veces por tomo. Prometo entrarle pronto al Vol.3.
Published on March 27, 2015 10:25
March 26, 2015
26/ 03: DC COMICS PRESENTS CAPTAIN ATOM

La verdad es que toda esta saga de 90 páginas es un tratamiento de rehabilitación. Captain Atom venía de ser un villano (el Monarch) y antes de eso había integrado ese equipito nefasto armado por el presidente Luthor para desactivar a Superman y Batman en la infladísima saga Public Enemies. Así que, a los ojos de muchos lectores, este héroe venía sumamente devaluado. Keith Giffen y Judd Winnick lo necesitaban mejor posicionado para la serie quincenal Justice League: Generation Lost, y la misión de Robinson fue esa: reinsertar a Captain Atom como un personaje importante y con imagen positiva en el DCU.
Finalmente la misión se cumple: a lo largo de estas páginas el Capi interactúa con la Liga (que en ese momento también estaba en manos de Robinson), con Natasha Irons, con Mon-El, con el Shadowpact y hasta aparece un toque (muuuy desaprovechado) Warlord. Con todos queda bastante bien parado, ya que de alguna manera se reconcilia con su pasado, se perdona por las cagadas que se mandó por afuera de su voluntad y se hace cargo de las que se mandó por boludo. Eso está bien, porque Robinson fuerza una introspección, un pase en limpio de un montón de cosas sin barrer nada abajo de la alfombra, sin reboots ni retcons bizarros, algo que al guionista se le suele dar bien.
El problema es que esto es un comic de superhéroes y la introspección sola no garpa. 90 páginas del Capitán reencontrándose con su pasado y pagando facturas viejas resultaba inviable y por eso hay que meter la infaltable machaca. Y para eso tiene que haber conflictos que se puedan resolver por la via de la violencia. Ahí es donde Robinson flaquea. La aventura es blandita, el héroe lucha contra una amenaza que no le importa a nadie, las excusas para interrumpir esas peleas para que el Capi hable con los otros héroes son bastante truchas, y hay un intento de darle a la “epopeya” un final más decoroso cuando se revela quién es el villano encubierto y Robinson decide que no se cague a trompadas (ni a conjuros) contra el Capi.
El dibujante a cargo de la faz gráfica es Cafu, a quien no recuerdo de otros trabajos. Es un dibujante… correcto, normal. Una especie de Gary Frank más tranqui, mezclado con dibujantes europeos de aventura clásica, que no descolla demasiado. Tampoco tiene grandes pifias, eh? Dibuja muy mal a Congorilla y el resto zafa muy bien. Tiene pocos cuadros por página, mucha splash y doble splash… una narrativa muy jugada a la estridencia, que a mí mucho no me copa. El color lo aporta el maestro español Santiago Arcas, a quien ya vimos jugar en todos los puestos, y está muy bien, sobre todo en las primeras ocho páginas que realmente parecen de un comic europeo ambientado en el medioevo. No sé qué será de la vida de Cafu, pero si se esfuerza un poquito en la narrativa y logra un trazo con un poco más de identidad, podría ser un gran dibujante de mainstream, ya sea en EEUU o en Francia.
Si le sacamos las peleas ridículas contra guerreros, orcos, robots de la B e incluso la pelea con Major Force (que tampoco aporta nada), en vez de 90 páginas tendremos 20 ó 24, pero estaríamos hablando de una lectura más interesante. Los conflictos, la entrada y salida de oponentes con los que el héroe mide sus fuerzas, es el punto débil de esta saga y lo que hace que sólo se pueda valorar como recurso de continuidad, de rescate de un personaje que se había ido al descenso y al que había que traer de vuelta. Si sos fan del Captain Atom, o de la Liga de la Justicia de los ´80, sospecho que te interesará.
Published on March 26, 2015 15:55
March 25, 2015
25/ 03: PLANETA JUNGLA

¿Por qué tiene sentido publicar todo junto? Porque todas las historias de este libro están ambientadas en un mismo lugar y una misma época: Buenos Aires y el conurbano, en un futuro en el que el clima se descontroló, el petróleo se terminó y las selvas se comieron a las ciudades. La humanidad no se extinguió, pero se acostumbró a una vida post-civilizada, en la que reaparecieron los clanes, las tribus, la estructura social más básica y obviamente un brutal retroceso en materia de tecnología, educación, salud, confort, etc. Esta ambientación imaginada por Ferrari y dibujada por Capristo es uno de los dos mejores elementos que ofrece Planeta Jungla.
El otro elemento que me pareció alucinante es el de los temas que toca la serie. Por un lado, la lucha entre el hombre y la naturaleza; una lucha con las reglas cambiadas, porque ahora las máquinas no funcionan más. Y por el otro, la lucha de las mujeres contra los hombres, muy presente en casi todos los conflictos que arma Ferrari para animar sobre todo a los arcos argumentales más extensos.
Las historias en sí me entusiasmaron un poco menos. Creo que de las unitarias, las que me más me gustaron fueron La Clave (un chiste efectivo, muy ingenioso, que seguramente impactaría más si durara menos de 14 páginas) y la última, El Arma, que es la única en la que además de la machaca y la ironía se filtra un cierto vuelo poético. El resto de los unitarios, o me resultó predecible, o no me terminaron de enganchar los conflictos, como si no estuvieran aprovechadas al 100% las posibilidades que ofrecía este mundo, a priori tan fértil para las aventuras.
En cuanto a las dos sagas extensas, los planteos están buenos, pero el desarrollo tampoco me convenció. Por momentos aparecen tantos elementos, tantos personajes, tantos diálogos, que el relato se hace denso. El propio personaje de Salma me dejó un sabor amargo: para la cantidad de páginas que protagoniza, debería tener más sustancia, más tridimensionalidad, plantearse más cosas. Todo lo que sabemos sobre ella es que es orgullosa y valiente… como todas las otras amazonas que aparecen en Planeta Jungla. ¿Cuáles son sus rasgos distintivos (además de estar recontra-fuerte)? No me quedó muy claro, me parece que ahí faltó un poco de profundidad por parte de Ferrari.
El dibujo de Capristo cambia bastante a lo largo de las más de 230 páginas que incluye el libro, lo cual es bastante lógico si pensamos que se trata de material dibujado a lo largo de muchos años. En los primeros tramos, me hizo acordar mucho a Alberto Saichann, con ese equilibrio tan atractivo entre el dibujo más realista, más aventurero, y esa cosa más cartoon, más exagerada, más grotesca. Más adelante, Capristo prueba con aplicar un mayor realismo, con limpiar un poco más la línea, con dibujar un gorila como lo dibujaría Jorge Zaffino, con eliminar texturas y tramitas para volcarse más al claroscuro… la verdad es que el quilmeño prueba de todo y todo le sale muy bien. Lo único criticable es que hasta cierto punto del libro, se ve en las viñetas una cantidad de elementos un poquito excesiva, lo cual sumado a la abundancia de texto que ya señalamos, contribuye poco a una lectura fluída. Y ya para los últimos episodios, me encuentro con el Capristo que más me gusta: el que simplifica a full y se juega entero al claroscuro, a veces con yeites que ya le vimos a Eduardo Risso o a Carlos Meglia, pero siempre con un manejo alucinante de la narrativa, la composición y el juego entre blancos y negros en toda la espacialidad de la página. Y con esa plasticidad en rostros y cuerpos tan característica de los buenos alumnos del inolvidable maestro Oswal.
Y sí, a veces sobran personajes, a veces peripecias, a veces diálogos, e incluso sobran culos y tetas que podrían tranquilamente no estar. Planeta Jungla es, como la jungla, exhuberante, avasallante, por momentos desmedida. No es una obra maestra, no te cambia la vida, pero baja una línea muy interesante, toca temas fuertes, parte de un planteo con un potencial inmenso y está dibujada como la hiper-concha de Dios por un Oscar Capristo decidido a dejar la vida en cada trazo. Sin aspirar al canon ni a la chapa de “clásico definitivo de la historieta argentina”, Planeta Jungla es una saga muy potente, con méritos de sobra para editarse en el idioma en que fue pensada, aunque sea muchos años después de su publicación original en Europa.
Published on March 25, 2015 18:19
March 24, 2015
24/ 03: OPERACION BOLIVAR

Sin embargo, la estética, algunos elementos del argumento y hasta la fecha en la que se publicó acercan a la obra de Clement más a Cazador que a la Fierro. Como en aquellas primeras entregas de la historieta de Jorge Lucas y su equipo, acá tenemos un dibujo que le debe muchísimo al de Simon Bisley; un artista al que se le nota la pasión por el color, pero publicado en blanco y negro; un argumento en el que predomina la machaca sobrenatural, condimentada con un humor negro bastante corrosivo; y un nivel de violencia realmente escabroso.
Y hasta ahí llegan las coincidencias. Por lo demás, el guión de Operación Bolívar es bastante más complejo que lo que podía apreciarse en el Cazador, apoyado en una trama más espesa, con una conspiración a escala continental en la que avechuchos humanos (yankis y latinoamericanos) se enroscan con ángeles y demonios para quedarse con el cuasi-infinito mercado de los estupefacientes. Esto da lugar a la aparición de varios personajes, encabezados por Leonel Arcángel, a los que felizmente Clement logra darles bastante desarrollo, en medio de la vorágine de tiros, explosiones, torturas y mutilaciones.
Sin ser brillante, el guión tiene bastante ritmo y la aventura está bien llevada. Los malos no son tan obvios, el plan está bien, y sí, los “héroes” zafan de peligros bastante imposible. El verosímil se hace añicos bastante temprano, pero no es lo importante, queda claro que a Clement le importa poco que la epopeya de Leonel sea creíble. Le importa mucho más que sea impactante, y en eso residen tanto los aciertos como los tropiezos del guión.
En materia de dibujo, Clement muestra una amplia gama de recursos. La onda básica es típica de Bisley: muy basada en la anatomía humana, con volúmenes muy marcados y cierto coqueteo con el grotesco en las expresiones faciales e incluso en algunas musculaturas. Pero además hay ciertos elementos barrocos, sobrecargados, en las alas de lo ángeles, y en los dibujos donde Clement resuelve todo sólo con la línea negra sobre el fondo blanco. Los fondos son invariablemente fotos mínimamente retocadas y este vicio se extiende a los vehículos, armas de fuego y otros objetos. Y después hay muchos recursos más, desde parodias del lenguaje publicitario hasta recortes de diarios.
Tanta variedad de efectos, de técnicas y ese “pecado original” que consiste en realizar en blanco, negro e infinitos tonos de grises una historieta que pedía a gritos el color, hacen que la faz gráfica sea bastante confusa, bastante poco accesible para el lector que no está curtido en estas lides. Entiendo que Clement quisiera mostrar su innegable versatilidad y su gran manejo de las distintas técnicas, pero a nivel narrativo el resultado se empantana un poco. Una pena.
De todos modos, si lo contextualizamos en su época, Operación Bolívar es un trabajo notable. Por su ambición, por su apego a una identidad 100% mexicana a la que hoy muchos autores renuncian en busca del hitazo “for export”, porque se nota que es la obra de un artista que hizo lo que se le cantó el orto y además se divirtió sin tomar al público por idiota. Me gustaría ver obras posteriores de Edgar Clement, para constatar las mutaciones que seguramente sufrío su estilo a medida que fue alcanzando la madurez gráfica y narrativa.
Published on March 24, 2015 14:31
March 23, 2015
23/ 03: M Vol.1

M es un trabajo de 1990, en el que a Muth se le ocurre adaptar al comic la película homónima de Fritz Lang. Y en estas 43 páginas debe adaptar los primeros… 15 minutos, como mucho. La estética es hiper-realista, muy basada en fotos. De hecho, parece una fotonovela muy retocada, con muchos filtros. El propio librito aclara que no, que las imágenes están basadas en fotos, pero que no son fotos, sino dibujos, y hasta enumera las técnicas utilizadas por el consagrado ilustrador.
El resultado es interesante a nivel visual, porque te colgás a mirar cada cuadro, para convencerte de que –de hecho- no son fotos. Pero al ratito te aburrís, y además la gran mayoría de las páginas tienen tres cuadros o menos. O sea que queda todo en los climas, en la forma en que las imágenes de Muth evocan a las de la película. Y el argumento apenas se llega a esbozar, no hay el menor indicio de para dónde puede llegar a encaminarse el desarrollo. Lo único notable es cómo el asesino serial juega con los medios periodísticos para aterrar aún más a la población de Berlín. El resto es simplemente plantear un conflicto.
Lo más raro de todo, lo que realmente me da ganas de quedarme con este librito aunque la lectura me haya dejado gusto a poco, es que en un momento trae encuadernado una especie de grabación, un single de los de antes, de los de 33 rpm. Es parecido a un vinilo, pero cuadrado y mucho más finito, de un material similar al de los viejos floppy disks. Si tuviera un reproductor de vinilos, lo arrancaría y lo pondría, a ver qué onda, porque me parece que la grabación incluye canciones (una por lado) que tienen que ver con la trama del comic, y además en una participa el propio Muth y en otra un tal Steve Niles, que muy probablemente sea el que años más tarde se convertiría en el famoso guionista. Obviamente, me juego la chota a que la reedición de 2008 no trae esta grabación.
Y bueno, no mucho más. Si sos fan de Muth y te propusiste reunir todas sus historietas (que tampoco son tantas) anotá que existe M y que es un proyecto muy personal del artista, que de alguna manera combina historieta, cine, fotografía y música. Pero no le entres esperando la magia de Moonshadow o las maravillas de Dracula: A Symphony in Moonlight and Nightmares, porque nada que ver.
Published on March 23, 2015 14:35
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