Álvaro Bisama's Blog, page 72
October 3, 2017
Después del 1-O
El referéndum independentista de Cataluña del 1 de octubre (1-O) concluyó en una violenta represión policial que dejó cientos de ciudadanos heridos y un gran signo de interrogación sobre el futuro. Hasta antes del 1-O, el porcentaje de independentistas en Cataluña alcanzaba un 48% y los partidarios de zanjar este tema a través de una consulta democrática pactada sobrepasaban el 70% (muchos de los cuales eran contrarios a la independencia). Es muy probable que el número de independentista haya crecido después del 1-O.
La reivindicación de Cataluña como nación viene de lejos, pero la coyuntura actual se explica por el fallido Estatuto de 2006. En ese año, bajo el impulso del socialista catalanista Pascual Maragall, se logró la aprobación de un nuevo estatuto para Cataluña, primero en el Parlamento catalán y luego, en una tensa sesión en marzo de 2006, en el Parlamento español. Sin embargo, este nuevo estatuto -a instancias del Partido Popular- fue tumbado por el Tribunal Constitucional de España en junio de 2010.
Se malogró así la posibilidad de renovar el anclaje de Cataluña en España a través de una solución institucional que podría haber durado varias décadas. A partir de ese momento se inicia un vertiginoso ascenso del independentismo, expresado en multitudinarias manifestaciones. Comienza la cuenta regresiva de lo que la mayoría comenzó a llamar resignadamente el “choque de trenes”. El 1-O recién pasado fue el día y la hora señalada de ese choque.
A la caída del Estatuto se sumó la crisis económica de 2009, que rápidamente contagió a Europa y golpeó a España y Cataluña con recortes al Estado de Bienestar y políticas de austeridad, y un gran descontento social que se expresó en el movimiento de los indignados del 11-M (2011), redibujando el mapa político y social español y catalán.
Cataluña es una nación sin Estado, como existen varias en el mundo. Su identidad nacional es una mezcla de verdades e invenciones históricas como todas las identidades nacionales, incluida la de España y del nacionalismo español. O la “identidad chilena” construida desde el Estado después de la independencia. Tratar de refutar las identidades nacionales -que son entretejidos culturales y emocionales complejos- es inconducente. El tema es si existe para estos pueblos y naciones sin Estado una solución político-institucional satisfactoria.
El 1-O deja escaso margen a soluciones intermedias. La rigidez política del gobierno de Rajoy es hoy más parte del problema que de la solución. Volver al malogrado estatuto de 2006 se ve difícil. Podría ser el momento del siempre postergado federalismo o bien de pactar un referéndum -a lo David Cameron con Escocia- y jugarlo todo allí. Ninguna opción es sencilla, pero el inmovilismo político y la represión -como quedó demostrado este 1-O- solo aleja, peligrosamente, una solución democrática y pacífica en Cataluña.
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Sumisión
El pasado 9 de junio un grupo de individuos interrumpió un servicio religioso en la Iglesia Pentecostal del Señor en Padre las Casas, lo que hizo salir a la gente en medio de disparos y en su presencia incendió la Capilla con líquidos acelerantes. En este caso los presuntos autores fueron detenidos y el gobierno presentó una querella fundado en la Ley 18.314 sobre delitos de carácter terrorista, esto es, aquellos que se cometen con la finalidad de producir en la población o parte de ella, el justificado temor de ser víctimas de un daño que les pudiese ocasionar grandes estragos. El incendio que obedece a un plan premeditado es uno de los ejemplos que señala la ley. De allí que, hasta hace pocos días, iniciada la huelga de hambre por los procesados, el gobierno sostuvo que no se doblegaría ante presiones para modificar la querella.
Es la propia ley 18.314 la que establece que uno de los propósitos que puede perseguir una conducta terrorista es la de arrancar o inhibir resoluciones de la autoridad o imponerle exigencias. En este caso, la mantención de la huelga de hambre, con riesgo de la salud de los imputados, puso en aparente jaque el resguardo de la seguridad nacional. El gobierno abandonó este deber y asumió una obligación humanitaria, explicando su conducta en una falsa colisión de derechos. Frente a una huelga de hambre con peligro real siempre se ha recurrido de protección invocando el derecho a la vida. Existen numerosos precedentes en que la justicia ordena preservar la salud de las personas pues existe un momento de debilidad y pérdida de conciencia en que no se está en situación de adoptar decisiones racionales. El gobierno no hizo uso de esta herramienta constitucional y creó un inexistente dilema entre una querella por conductas terroristas y el derecho a la vida, optando por ésta por la vía de renunciar a la acción penal idónea.
Pero en el caso que se analiza, la recalificación de la querella a un delito no terrorista presenta otras consecuencias más graves. Los imputados no solo accederán a penas inferiores, sino que dejarán de tener aplicación las normas sobre protección de la identidad de los testigos regulada en la ley 18.314. Una de las exigencias presentadas por los imputados, además de la recalificación, consiste en conocer los nombres de los testigos. ¿Por qué razón lo reclaman entre sus demandas para abandonar la huelga de hambre? ¿Qué medida de protección ha anunciado Interior para estas personas y sus familias? Ninguna. Por otro lado, también han quedado en una suerte de peligro quienes han actuado conforme a la ley, persiguiendo la conducta antiterrorista o aplicando sus normas, como es el caso de los fiscales y tribunales. Recientemente, denegaron la reducción de las medidas cautelares por constituir los imputados un peligro para la sociedad. ¿Ahora qué? Depuesta la huelga de hambre, pan para hoy…¿nuevas conductas contra personas y bienes para mañana?
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Centro Metropolitano
*Esta columna fue escrita junto a Luis Fuentes, Centro de Desarrollo Sustenatable CEDEUS, PUC.
En Santiago, el desplazamiento de las actividades centrales hacia el sector oriente ha sido constatado en diversos estudios sobre sus tendencias de crecimiento en las últimas dos décadas. La prolongación de la red de Metro, la concentración de habitantes de altos ingresos y las modificaciones a los planes reguladores de varias comunas, entre otros factores, han incentivado que los servicios financieros, comercio y otras empresas, se localicen formando una cuña desde Santiago centro hacia el oriente, prolongándose cada vez más hacia Lo Barnechea. En su tesis de magister en ciencias de la ingeniería, Gonzalo Suazo muestra que de cada 100 m2 autorizados de edificación destinada a servicios, 65 se localizan en este sector que apenas representa el 12% de la superficie de la ciudad.
Así, el suelo del sector oriente alcanza precios – para uso residencial – que solo un grupo minoritario de la población puede enfrentar.
Para acceder a un crédito hipotecario y comprar una vivienda “barata” en este sector, se debe ganar más de $1.500.000 mensuales aproximadamente, de hecho, la inmensa mayoría de las viviendas en este sector exige un ingreso bastante mayor. Esto genera una barrera insalvable para más del 85% de los hogares de la ciudad
Este fenómeno influye decisivamente en la desigualdad imperante en Santiago. Mientras el sector más acomodado atrae hacia sí las oportunidades laborales, el resto de la ciudad ve aumentados sus tiempos de viaje. Para estos viajes, cada vez más largos, los modos más sustentables como la caminata, bicicleta o transporte público pierden atractivo frente al automóvil. Y sabemos que promover el uso del automóvil solo siembra congestión y otras externalidades.
Además, los viajes más largos en transporte colectivo aumentan el costo de proveer este servicio.
Por décadas el desarrollo de la ciudad ha estado en manos del mercado, mientras las políticas públicas y las inversiones del Estado han sido reactivas. Prueba de ello es el diseño de la línea 7 del Metro, paralela a la línea 1, que parece necesaria para responder a los pronósticos de patrones de viaje. Sin embargo, uno de los principales efectos en la ciudad en términos de estructura urbana, será incentivar aún más la localización de actividades en el sector oriente, acentuando el desarrollo tendencial que ha ido marcando el mercado en las últimas décadas y que perjudica a quienes viven en el resto del área metropolitana. Por esto, parece oportuno cuestionar el efecto urbano de las inversiones públicas, ¿vamos a seguir reaccionando a lo que el mercado plantea o vamos a incentivar una estructura más equitativa y eficiente para Santiago?
Se necesitan más centros de actividades lo que exige proveer de incentivos económicos. Se requiere también una autoridad metropolitana que planifique integradamente el transporte y uso de suelo con visión de largo plazo. En ausencia de esta autoridad, la evolución seguirá gobernada por el mercado con el beneplácito de los municipios que se ven favorecidos en desmedro de los demás. Necesitamos más discusión y acuerdos políticos y creemos que un tiempo de elecciones es un momento fértil para ello.
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La posverdad del discurso presupuestario
Con mucha atención escuché el discurso de la Presidenta Bachelet a propósito de la Ley de Presupuestos, y varias veces sentí que vivíamos en un país distinto, ya que mi seguimiento diario del acontecer nacional, y especialmente del comportamiento macroeconómico del país, me llevaba a conclusiones opuestas a lo dicho por ella. Analizando en detalle los planteamientos del discurso, pude detectar, en su análisis macro, siete frases que no se ajustan a la realidad, y que paso a detallar, ya que lo mínimo que se le puede exigir a la autoridad máxima del país es que sea rigurosa con lo que dice.
La presidenta parte señalando que vemos un repunte del empleo asalariado, y aunque eso es así, no es cierto que sea señal alguna de dinamismo económico, ya que el INE nos acaba de informar que en los últimos doce meses se perdieron 8 mil empleos asalariados en el sector privado, mientras en el sector público el empleo aumentó en 90 mil. Más que algo positivo, me parece muy negativo, ya que además de un posible clientelismo político y un amarre de gasto, esos empleos se están financiado con deuda pública. Ella dice que “hemos resguardado el empleo”, sin embargo, de los 363 mil nuevos empleos desde el inicio de su gobierno, un 65% corresponde a empleo por cuenta propia, mientras se han perdido 35 mil empleos asalariados en el sector privado.
A continuación, plantea que “hemos hecho bien la pega”, lo que adolece del más mínimo sentido de autocrítica, ya que hemos recibido dos rebajas de la clasificación de riesgo y un deterioro de perspectiva, a lo que se suma una caída muy significativa en la evaluación del manejo macroeconómico en el índice Doing Business, pasando del puesto 17 en 2013 al 36 actualmente. Estas caídas en las notas de Chile tienen sustento; muy bajo crecimiento, cuatro años de caída de inversión y marcado deterioro fiscal. También plantea que “hemos tenido un comportamiento similar al de otros países exportadores de materias primas”. Eso no es efectivo. Mientras entre 2010 y 2013 Chile creció un 5,8% promedio, Australia, Nueva Zelanda, Colombia y Perú se expandieron un 3,8% promedio, es decir, nuestro país superó en forma significativa a otros exportadores de materias primas. Sin embargo, entre 2014 y 2017 el crecimiento de Chile será 1,8% y el de los otros países un 2,6%. Por ende, en Chile el crecimiento cayó 4 puntos porcentuales, y sólo 1,2 puntos en los otros países. No me parece similar.
La Presidenta señala también que ha habido un aumento responsable del endeudamiento. Es bien poco exigente su criterio, ya que en cuatro años la deuda del gobierno central se duplicó en términos del PIB, pasando de 12,7% en 2013 a un estimado de 27% a fines de este año. Este es el aumento más significativo de endeudamiento desde el gobierno de la Unidad Popular. Plantea también que “va a disminuir el nivel endeudamiento”, lo que no es correcto. El presupuesto es claramente expansivo, por lo que en 2018 la deuda pública seguirá aumentando (habrá déficit efectivo), sólo que crecerá a un ritmo un poco más bajo.
Por último, dice que “vamos a mantener una importante inversión pública”. Sin embargo, en 2016 la inversión pública cayó un 4,8% real, y entre enero y agosto de este año acumula una caída de 4% real. El aumento del gasto fiscal en estos años, que triplica el crecimiento del PIB, se explica por gasto corriente, la inversión no ha sido prioridad.
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Derechos y deberes de los inmigrantes
Esos rostros de niños de diferentes orígenes celebrando alegremente, representan una buena metáfora de lo que debieran ser las relaciones entre los habitantes de Chile y las personas que llegan desde países de la región en busca, normalmente, de mejores horizontes de vida.
En esa dirección, la Presidenta Bachelet, al presentar el proyecto para una nueva ley de migración, puntualizó que el texto contempla “un sistema de principios, derechos y deberes” con un enfoque en los derechos humanos, la igualdad y no discriminación en los aspectos laborales, de seguridad social, justicia, educación y salud.
Lo anterior contribuye a tener una mirada compresiva y de acogida frente a los inmigrantes con independencia del lugar del cual provengan y de los prejuicios que podamos tener respecto a otras naciones y culturas. No hay que olvidar que la xenofobia, el resentimiento y cualquier expresión de odio frente al otro ─el que aparece como disputándome los espacios de trabajo o ha llegado masivamente a mi barrio─ está casi siempre fundada en la ignorancia y el miedo: una mezcla nada de buena cuando se le suma, además, como ha sucedido con peligrosa frecuencia en elecciones recientes de países extranjeros, el discurso populista.
Tal como lo señaló en una entrevista Rodrigo Sandoval, ex director de Extranjería e Inmigración, “si miramos las cifras, los inmigrantes tienen mayor nivel educacional, mayor disposición al trabajo y menor tasa delictiva que los chilenos. Mejoran todos nuestros estándares”. El propio Cardenal Ezzati durante la homilía de Fiestas Patrias hizo un llamado a darle una “acogida empática, de respeto mutuo y de colaboración generosa” a los inmigrantes que día a día llegan a nuestro país y se refirió al “rostro de inmigrantes y chilenos que juntos buscan amasar el mismo pan de la dignidad, de la acogida, de la integración”.
Se ha dicho y se ha repetido, pero no está demás insistir: una parte importante de la población chilena proviene de la migración de argentinos, alemanes, suizos, por supuesto españoles, y también peruanos, palestinos, sirios, libaneses, judíos, vascos, catalanes, croatas, bolivianos, italianos. Apellidos como Balmes, Luksic, Frei, Bachelet, Gumucio, Saieg, Maluk, Sauma, Larraín, Kirberg, Fantuzzi, Chaskel y tantos otros, nos remiten a la persistente presencia y al aporte de los extranjeros y sus descendientes en la historia de nuestro país.
Mis abuelos llegaron a Chile desde Belén, Palestina, a principios de 1900, en búsqueda de mejores oportunidades. Aquí fueron acogidos muy generosamente y se les brindó la posibilidad de desarrollarse, echar raíces y formar un nuevo hogar. Como director del Estadio Palestino, puedo constatar la presencia centenaria de medio millón de chilenos de origen árabe, que han realizado una importante contribución al desarrollo y progreso del país.
Ahora son nuestros hermanos y vecinos peruanos, colombianos, bolivianos, ecuatorianos, venezolanos, dominicanos y haitianos los que por razones económicas y/o políticas abandonaron sus países de origen y eligieron Chile como destino.
Ayer fueron los exiliados por la dictadura, los acogidos por países cercanos y también distantes. En ese flujo, ese tránsito de seres humanos, se van conformando las naciones ─desde los integrantes de los pueblos originarios hasta el último inmigrante─ y nos vamos transformando en una amalgama de colores de piel, de culturas y de orígenes, en un crisol de nacionalidades.
De derechos y de deberes habló la presidenta. El derecho de los miles de inmigrantes a ser aceptados en un país diferente al que nacieron, y asimismo, el deber de ellos de respetar las reglas del juego y la idiosincrasia imperantes en Chile, en el entendido que les hemos abierto las puertas de nuestra patria si ningún tipo de discriminación.
En consecuencia, el proyecto enviado al Congreso Nacional para la discusión legislativa, además del conjunto de medidas que propone, podría considerar, como lo han señalado diversos expertos, la viabilidad de la creación de una nueva institucionalidad migratoria: Un Servicio Nacional de Migraciones que aborde de un modo integral y multidimensional el creciente fenómeno migratorio que enfrenta nuestro país.
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October 2, 2017
Conflicto chileno-mapuche: directo al despeñadero
Alguien dijo una vez que la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Y es eso lo que ha ocurrido en las últimas décadas. gobierno tras gobierno se hacen falsas promesas, al poco andar emerge la violencia, se presentan sendas querellas, unos piden que se aplique el Estado de derecho y otros replican que este no existe, se dictan larguísimas prisiones preventivas, luego vienen las huelgas de hambre, aparecen los oportunistas políticos que toman palco solo para criticar, se crean ilusas mesas de diálogo, se absuelve o condena a los imputados, luego vienen otra vez las falsas promesas, repitiéndose el mismo guion una y otra vez.
En la última semana dos hechos monopolizaron la agenda comunicacional, uno de ellos la “Operación huracán”, en donde se detuvo a los supuestos cabecillas de la CAM y la WAM, paradojalmente para muchos no está en discusión la inocencia de los imputados, con un par de WhatsApp basta para declararlos terroristas. Los más descarados son los políticos que rasgan vestiduras defendiendo su inocencia cuando se les acusa a ellos de corruptos por emails en donde les dicen hasta como votar, para que hablar, de los audios en donde supuestamente algunos carabineros ofrecían sus servicios como guardias privados.
Después, entre gallos y medianoche el gobierno pidió modificar la prisión preventiva de los cuatro mapuche en huelga de hambre, y prometieron enviar al Congreso dos iniciativas legales para modificar la ley antiterrorista y los requisitos y plazos para la prisión preventiva. Días después el Ministro de Interior, Mario Fernández anuncio que el gobierno pedirá recalificar delitos de carácter terrorista en la querella contra mapuche que estaban en huelga de hambre.
Honestamente, no recuerdo un gobierno más oportunista en materia indígena que el segundo de Michelle Bachelet. Primero, importa bien poco que el gobierno haya pedido la recalificación del delito, toda vez que el Ministerio Público sigue su causa bajo la calificación de terrorista. Además, es irrisorio que en los últimos seis meses de Gobierno digan que enviaran dos nuevos proyectos de ley, cuando no pudieron en 4 años aprobar los proyectos de ley para crear el Ministerio y el Consejos de Pueblos Indígenas.
¿Qué pasara después? Bachelet dirá: Si los huelguistas fueron condenados por ley antiterrorista es culpa del Ministerio Público, si no se aprobaron las modificaciones legales, es culpa del Congreso. Dejando en evidencia que el perdón de Bachelet era mera demagogia y su nombramiento como integrante de una junta consultiva de alto nivel sobre mediación de la ONU es un chiste cruel.
Lo más frustrante de todo es que discusión se centra en si los actos son terroristas o comunes, y no en la solución al conflicto, existe un grupo minoritario de izquierda que dice que nada es terrorismo, mientras que otro grupo minorista de extrema derecha dice que todo es terrorismo, otro grupo, más numeroso y más sensato, dice que, si bien son terroristas, no representan a los mapuche y suelen preguntarnos a los mapuche si nos representan o no. Al respecto, el peñi Francisco Huenchumilla fue muy claro en el programa “En Buen Chileno” de Canal 13 y con eso se ganó mi voto:
“El mundo mapuche tienen como dos o tres estrategias, la inmensa mayoría, se va por la estrategia del diseño político, por la acumulación de poder político y hay un sector que dejo de creer en el Estado, por los abusos, por el racismo y escogió el camino de la violencia, pero no nos equivoquemos, porque donde hay unanimidad en el mundo mapuche es en la identidad, en que somos un pueblo, hay unanimidad en que somos un pueblo anterior al Estado chileno, hay unanimidad en que el Estado chileno nos despojó de nuestras tierras en el siglo XIX. Por lo tanto, hay acuerdo en el fondo con divergencias en las estrategias, pero en los objetivos finales naturalmente que hay un gran acuerdo”.
Reducir el Conflicto Chileno – Mapuche a un tema de pobreza o violencia ya ni siquiera es ignorancia, es derechamente mala fe, se busca invisibilizar las demandas del pueblo mapuche, sumergiéndolas entre lo marginal y lo terrorista, dando como solución subsidios o querellas, pero sin avanzar en los problemas de fondo, esto tiene que ver con que el pueblo mapuche existía antes de la creación de la nación chilena, que posteriormente el Estado chileno nos expropio nuestras tierras y nos quiso asimilar a la nación chilena y que a pesar de lo anterior, en pleno siglo XXI seguimos existiendo.
Podemos seguir haciendo lo mismo de siempre, creyendo que es posible superar la pobreza con subsidios y solucionar el conflicto con querellas, o, podemos cambiar de estrategia y construir un nuevo futuro. Por supuesto que existe pobreza y violencia, pero estas son efectos y no causas del conflicto. Lo único cierto es que debemos abandonar la estrategia de prevenir el terror en unos sembrando el pánico en los otros, ya que esta ha tenido por único resultado la muerte de unos y otros por igual. Ojalá no nos demos cuenta tan tarde que pudimos haber evitado irnos directo al despeñadero…
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Vargas Llosa y el populismo
Mario Vargas Llosa vino a nuestro país a presentar el libro “El estallido del populismo”. Quienes hemos tenido la posibilidad de compartir en diversas ocasiones con Vargas Llosa, sabemos que las amenazas a la democracia liberal han constituido una preocupación durante toda su vida. Dando cuenta de ello, en el prólogo del mencionado libro, Vargas Llosa sostiene que el comunismo y el fascismo dejaron de ser los principales peligros para la sociedad libre. Es el populismo, nos explica, lo que debemos combatir hoy. Éste, a su vez, por su naturaleza líquida, adopta formas de izquierda y de derecha y su denominador común es la “política irresponsable y demagógica que sacrifica el futuro por un presente efímero”.
Hay ciertamente puntos en los que uno podría matizar el análisis subsecuente de Vargas Llosa. Cuando critica el Brexit, por ejemplo, que ciertamente fue promovido por grupos populistas, se debe recordar que lo fue también por sectores importantes de partidos políticos establecidos, por artistas, empresarios, académicos y otros. Incluso un académico como Niall Ferguson, que hizo campaña contra el Brexit, admitió después que, con todos sus problemas, la salida del Reino Unido de la Unión Europea era la mejor alternativa. Esto nos lleva a un aspecto poco tratado en el libro que prologa Vargas Llosa, y que tiene relación con la responsabilidad de las élites en el surgimiento del populismo en Occidente. No es razonable pensar que más de la mitad de los ingleses y americanos se convirtieron en xenófobos de la noche a la mañana o que se dejaran simplemente lavar el cerebro por demagogos. Lo cierto, como ha dicho el mismo Ferguson, es que en los países avanzados las élites económicas, intelectuales, artísticas, periodísticas y políticas se han desconectado de la realidad del hombre común a tal punto que han despreciado sistemáticamente sus preocupaciones tachándolas de xenófobas, ignorantes o racistas. Con ello, como nota Álvaro Vargas Llosa en el caso americano, alejaron a muchas personas que no son ninguna de esas cosas, pero que experimentan problemas reales de los que las élites políticamente correctas no se hicieron cargo. No es casualidad que el populismo sea siempre una reacción en contra de la élite.
“El estallido del populismo” es, en todo caso, una completísima radiografía de lo que con razón Mario Vargas Llosa identifica como una amenaza potencialmente letal a la democracia liberal. Muy interesante resulta entre ellos el análisis de Colombia realizado por Plinio Apuleyo, quien nos advierte que en 2018 Gustavo Petro, un exguerrillero afín al chavismo, podría llegar a la presidencia. Además explica la verdadera trampa que es el acuerdo de paz con las Farc, que dará poder político decisivo al populismo de izquierdas en el país. El otro caso inquietante es México, que podría elegir pronto a López Obrador como presidente y que Enrique Krauze analiza en detalle. Si ambas cosas ocurren veremos un regreso del engaño populista que hará retroceder fuertemente a la región.
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El doble sentido de la campaña
El reciente debate entre los ocho candidatos presidenciales y, en general, el desarrollo de la campaña electoral, ponen en evidencia la distancia existente entre el momento intensamente político que vive la sociedad y la vida cotidiana de la gente. Efectivamente, la discusión de los candidatos pasó desapercibida para la gran mayoría, igual como la competencia electoral se desenvuelve en tono menor. ¿A qué se debe esta situación? ¿Constituye una señal de alarma o de normalidad?
Una hipótesis plausible para explicar el relativamente bajo interés podría ser que la gente no cree que su vida, trabajo, bienestar o progreso dependan central y crucialmente del gobierno y la conducción política del Estado. Las encuestas hace rato apuntan en tal sentido. Se ha producido una gradual transformación cultural de las expectativas y la apreciación que la gente tiene sobre su vida en común. Sabe que su destino está ligado a su cuna, a la escolarización, al esfuerzo individual y familiar y al crecimiento de la economía. De éste, piensa, dependen no solo las satisfacciones materiales sino también la generación de mejores oportunidades.
Las personas ven todo esto asociado a la esfera privada de su vida cotidiana; a la individuación del esfuerzo, a una ética del trabajo y a un imaginario social que descansa más sobre los beneficios del intercambio que sobre el resultado de las políticas. La gente espera más de su propia iniciativa que de los favores de la autoridad.
Por lo mismo, descreen profundamente los discursos que sitúan a la política como centro del mundo y fuente dispensadora de oportunidades, beneficios, derechos, capacidades, empleo, ingreso o felicidad. Saben que no es así. Por eso miran a los partidos políticos como un escenario irreal. En cambio, de la política y sus encargados esperan cosas más fundamentales y tangibles: un clima de paz civil, seguridad ciudadana, orden en la economía y un clima favorable al crecimiento. Asimismo, un marco institucional que asegure servicios de calidad en salud, educación, vivienda y seguridad social. Un debate político como el que domina en nuestro medio no motiva a la sociedad civil a un mayor compromiso con los asuntos comunes. Ni fortalece tampoco el vínculo de la representación, la participación ciudadana y la deliberación democrática. Sobre todo, la gente percibe que la política no la trata con seriedad y que es incapaz de generar acuerdos y actuar con efectividad.
Hay pues una importante dosis de realismo en la limitada atención que la gente otorga hoy a la política. Espera menos de ella que antes y no cree en sus promesas inflacionarias. Es un signo de madurez. Por otra parte, el hecho que exista un abismo entre la sociedad civil y la esfera política, es un signo alarmante. Significa que mañana ese espacio podría ser ocupado por caudillos autoritarios, ofertas populistas, partidos únicos revolucionarios o coaliciones de intereses que pongan al Estado al servicio de su propio poder. En suma, un riesgo de letal regresión democrática.
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BRICS iniciará segunda decena dorada
A principios de septiembre de 2017, se llevó a cabo la IX Cumbre de BRICS ( Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica ) en la ciudad de Xiamen de China, con el lema de “BRICS: una asociación más fuerte para un futuro más brillante”. Los líderes de los cinco países de BRICS alcanzaron amplios consensos sobre la situación internacional, la gobernanza global y la cooperación dentro del mecanismo en la Declaración de Xiamen de Líderes de los BRICS, reafirmando el espíritu de los BRICS de apertura, inclusividad y cooperación de beneficio mutuo, y proyectando un nuevo plan para fortalecer la asociación de BRICS.
Durante la Cumbre, también se celebró por primera vez el Diálogo de Mercados Emergentes y Países en Desarrollo. Los líderes de Egipto, México, Tailandia, Tayikistán y Guinea se unieron a los líderes de BRICS y acordaron forjar una asociación de base amplia y acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, dando unafuerte señal de profundizar las cooperaciones SUR-SUR y de desarrollo global. Los líderes participantes llegaron a consenso en iniciar de manera oportuna el nuevo modelo de cooperación “BRICS Plus” planteado por China, ampliando la plataforma de participación y aumentando el número de interlocutores del diálogo, con el objetivo de construir conjuntamente un camino de desarrollo sostenible caracterizado por la renovación, concordancia, desarrollo verde, apertura y codisfrute, contribuyendo con mayor energía positiva para incentivar el crecimiento económico mundial y el progreso común de todos los países.
Hace 10 años, la cooperación de BRICS surgió en un momento lleno de ajustes y cambios profundos del esquema mundial, lo cual llamó mucho la atención de la comunidad internacional. Después de 10 años de desarrollo, BRICS se ha convertido en impulsor del desarrollo económico de los mercados emergentes y de los países en vías de desarrollo, en estabilizadores de la paz y el crecimiento mundial, y en impulsor de eficiencia del sistema de gobernanza mundial. En la actualidad, el desarrollo muncial está enfrentando muchas incertidumbres y las cooperaciones de BRICS tienen mayor importancia. La Cumbre de Xiamen impulsó la transformación de BRICS de un grupo con agenda de cooperación tradicional económica y política a uno con “tres ruedas motrices”, es decir, cooperación económica, política e intercambio cultural. Las tres ruedas se sostienen entre sí y el alcance de la cooperación está creciendo. Y el modelo de “BRICS Plus” hará que los países BRICS tengan más peso en la gobernanza mundial y una capacidad más exhaustiva, y los mercados emergentes y los países en vías de desarrollo tengan más oportunidades para integrarse en el sistema económico mundial. Mirando hacia el futuro, la Cumbre de Xiamen ha marcado un punto de partida de la nueva etapa de BRICS, y ha agregado nueva fuerza motriz para crear una economía mundial abierta, perfeccionar la gobernanza económica e intensificar la cooperación de desarrollo internacional.
Tengo la plena convicción de que, con una asociación más estrecha, amplia e integral, los países BRICS iniciarán la segunda decena dorada en sus cooperaciones.
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El nuevo Dominga
El gobierno salió jugando hacia adelante en la crisis asociada con el rechazo del proyecto minero Dominga. La Presidenta logró instalar una agenda verde, que además coincidió en el tiempo con la conferencia sobre los mares en la Cuarta Región y, sin duda, el estreno en Chile del nuevo documental de Al Gore, con varias referencias positivas al país por su impulso a energías renovables.
El factor verde se incorporó hábilmente al legado, y los actores financieros, en una parte por las señales de mejor precio de las materias primas, y en otra, por el reemplazo gatopardista en el equipo económico, no armó mayor alharaca por el rechazo de un enorme proyecto minero.
Pero nuevamente el gobierno se enfrenta a otra crisis interna, esta vez por la operación llamada Huracán, nombre no muy adecuado, pues recuerda los problemas políticos de Francia y EE.UU. por los impactos de los ídems en sus posesiones caribeñas.
Esta vez la diferencia la planteó el ministro Barraza, a cargo del ministerio que tiene hoy día los asuntos indígenas, que hizo un punto de diferencia enorme con la estrategia que llevaba el Ministerio del Interior de mostrar un golpe a la violencia en la Región de La Araucanía. En voces bajas, muchos en el oficialismo, incluyendo las candidaturas, simpatizan con el ministro.
Para el gobierno, esta vez, el modelo green carpet que se ocupó para salir jugando del conflicto Dominga no es replicable.
En primer lugar, pese a las eternas cantatas de los candidatos presidenciales de la derecha, La Araucanía no es una zona en llamas. En los feriados, el balneario de Pucón está lleno y quienes circulan por la Ruta 5 en los alrededores de Temuco ven pasar los camiones llenos de productos de la industria forestal, siendo -estadísticamente- los casos de violencia muy aislados.
El propio fiscal regional, que hoy aparece como la figura más visible de la Operación Huracán, señaló en su cuenta pública en 2016 que no se podía hablar de ‘conflicto mapuche’ (sic), porque era, a juicio del persecutor, una “expresión generalizadora que no se condice con el respeto que merece un pueblo originario, ni con la realidad estadística”.
Eso hace que la excesiva cartelización del conflicto mapuche sea visto como un pretexto para discriminar a los imputados de dicha etnia, como hizo ver el periodista Pedro Cayuqueo en una columna en este medio. Para más mala suerte, el gobierno argentino tiene un lío por la desaparición de un activista en su zona de conflicto. Los mismos que en los foros internacionales aplaudieron a la Presidenta por su agenda verde, fruncirán el ceño cuando se hable del tema mapuche.
Pero aunque los episodios son aislados, tienen una violencia inusitada y cruel, como el asesinato de la familia Luchsinger y las quemas de bienes que pertenecen a líderes mapuches. Para cualquier gobierno es imposible dejar dichos crímenes en la impunidad, por la sensación de temor e inseguridad que generan. No han ayudado mucho Carabineros y los fiscales que, pese a la exhibición exagerada de pruebas y allanamientos violentos a comunidades, no han sido capaces de construir casos sólidos ante los tribunales, complicando la madeja para el Ministerio del Interior, dejándolo atrapado entre francotiradores de izquierda y derecha.
Para los teóricos del legado, dejar sin resolver el caso Luchsinger y enfrentarse a las críticas por represión discriminatoria contra pueblos originarios es una tormenta peor que los huracanes Irma y María que azotaron el Caribe.
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