Álvaro Bisama's Blog, page 159

June 6, 2017

El mundo según Trump

NADIE DUDA la importancia de Estados Unidos en el mundo. No se olvida qué fue para la reconstrucción de Europa y el fin de la Guerra Fría. Sin embargo, hoy la administración del Presidente Donald Trump pareciera hacer oídos sordos a todos los demás líderes de las democracias avanzadas. Solo le interesa satisfacer a la base más radicalizada dentro de Estados Unidos que lo apoyó para llegar a la presidencia el año pasado.


Su argumento es que debe poner primero a Estados Unidos. Trump cree que el comercio global y la interacción con el resto del planeta ha sido pagado con la cesantía de sus ciudadanos. Hay una supuesta culpa de los extranjeros por destruir la cultura norteamericana. Urgente sería recuperar el sueño americano, pero no cualquiera. Para el líder norteamericano es volver a los días de los Baby Boomers, esa generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial y hasta la mitad de los años sesenta. Autos gigantes y consumos de gasolinas ilimitadas. Además, la paz social asegurada con ciudades homogéneas y un Estado en que las relaciones internacionales las llevaba una lejana Washington DC. Es decir, el resto del mundo era un asunto de las capitales, mientras que en la


América profunda se vivía en la ignorancia feliz.

Esa sociedad murió con la globalización, el avance tecnológico y también con un país que no supo adecuarse a la historia. Casi sin notarlo, Japón hizo mejores y más baratos autos. Los europeos, asiáticos y latinoamericanos llenaron las cátedras de las universidades desde donde las patentes y conocimientos comenzaron a expandirse de manera universal. Mientras tanto, esos mismos que sentían la seguridad de una sociedad que jamás cambiaría sufrieron las consecuencias. Esa es su base de apoyo. A ese grupo le da igual irse del Acuerdo de París sobre cambio climático, ser grosero con líderes internacionales, despreciar al alcalde Londres o menospreciar a la canciller alemana Angela Merkel. Sin embargo, es esa misma indiferencia la que puede hacer pagar los costos a esos mismos que hoy le apoyan.


El mundo ya no solo pasa por Estados Unidos, por más relevante que sea su democracia. El conocimiento lo tienen sus universidades, pero quienes llenan los postgrado raramente son locales. El libre comercio y su beneficio para millones de personas puede circular sin ellos. Por cierto, Washington es fundamental para la lucha contra el terrorismo o para la estabilidad mundial. Sin embargo, si decide salirse de la mesa de conversación global, finalmente el resto tendrá que operar sin su presencia. El futuro no pasa por el poder militar, porque con separación de poderse jamás será usado de manera indiscriminada. El mañana no pasa por vender sin comprar nada, porque finalmente no tendrá con quien comerciar. La autarquía de ayer es inviable. La paz de que cada país pasa por pagar los gastos comunes globales en orden de disfrutar sus beneficios. Por eso, tarde o temprano Estados Unidos volverá. Por ahora el Presidente Trump podrá creer que puede solo. Pronto su propio pueblo terminará exigiendo reabrirse al resto del planeta.


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Published on June 06, 2017 23:30

¿Modelo agotado?

LA PRESIDENTA nos señala que debemos pasar a una nueva etapa en materia de desarrollo económico. Voceros de la Nueva Mayoría y del Frente Amplio se refieren al sistema económico chileno como agotado y plantean la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo.


Los correspondientes candidatos presidenciales tampoco definen precisamente lo que tienen en mente, pero se refieren a un modelo distinto al actual. que aumente la productividad y genere una mayor igualdad.


Resulta que variantes del sistema económico imperante en Chile han generado en el mundo, y también en el país, altas tasas de crecimiento económico, acompañadas de espectaculares caídas en la pobreza. Si bien es cierto que hasta el año 2000 había aumentado la desigualdad en la distribución del ingreso al interior de un gran número de países, ésta disminuyó significativamente a escala de la población mundial. Esta última paradoja se explica por el efecto que tiene la globalización comercial sobre los precios de los factores, trabajo y capital (ver Teorema de Stolper-Samuelson).


A raíz de lo anterior, la insatisfacción bastante generalizada con el sistema en Occidente pareciera ser un contrasentido. No lo es, sin embargo, si se considera que la competencia comercial internacional ha mantenido en países occidentales a los trabajadores menos calificados con remuneraciones relativamente estancadas. En cambio, simultáneamente han aumentado muy significativamente las compensaciones de aquellos altamente educados, una minoría. La reacción natural, como está sucediendo en EE.UU., es el surgimiento de fuertes presiones proteccionistas.


En materia de evolución de la desigualdad, Chile no ha sido la excepción. Sin embargo, su crecimiento económico ha sido aún mayor que en el resto del mundo. Es más, mientras el país creció a tasas elevadas, no solo pudo evitar la pauperización del trabajo no calificado, sino sacó a millones de personas de la pobreza. Esta situación cambió con las reformas institucionales propuestas por el actual gobierno, que generó un alto grado de lo que Robert Higgs(2004) llama incertidumbre de régimen, que se traduce en una fuerte reducción de la demanda por inversiones, de la tasa de crecimiento económico, y por ende, en un empeoramiento en las condiciones laborales.


En vista de lo anterior, es irresponsable hablar de un cambio de modelo de desarrollo sin definirlo y sin conocer empíricamente sus implicancias. ¿Son Corea del Norte, Cuba o Venezuela un modelo para nosotros? ¿Lo son las políticas intervencionistas de Chile y de otros países de la región a mediados de los años 1950? Es cierto que tenemos un problema con nuestra productividad, pero ese lo hemos tenido históricamente. No por ello el modelo está agotado. El hecho es que salvo relativamente breves períodos coyunturales, hemos crecido en las recientes décadas lo más bien, basados en aportes de trabajo y de capital físico y humano. En cambio ahora último estamos desincentivando a estos últimos aportes con gusto y después nos quejamos de los resultados.


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Published on June 06, 2017 23:25

Chile, París y EE.UU.

Producir requiere energía y ella se obtiene transformando recursos; como el petróleo, el gas, carbón, el sol, el viento, etc. Aquello que sobra, que se desecha se llama contaminación.


Cuál recurso, para generar energía, se use determinará la eficiencia de la energía, la calidad de los desechos y por ende los costos de producción. El retiro de EE.UU. del acuerdo de París apunta a producir con bajo costo sin reparar en los efectos adversos; para todos.


Velar por los intereses de un país y el bienestar de sus ciudadanos sin reparar en los efectos nocivos para el resto del mundo parece abusivo y prepotente; y estoy seguro que la condena a EE.UU. será altisonante sin reparar en que nuestro país hace lo mismo.


En el Protocolo de Kioto se privilegió el uso de Bonos de Carbono para la mitigación de los gases efecto invernadero. Su metodología se basa en premiar a quién deja de contaminar; Usted puede medir la contaminación que produce, generar un plan de cambio, ponerle valor a lo que deja de contaminar y venderlo a quienes contaminan. El documento de transacción se le denomina “Bono” y este se transa en las Bolsas de Clima que hay en Canadá, China, Australia, Europa y Chile (Bolsa de Clima de Santiago). El organismo encargado de regular y velar por la eficiencia de esta cadena es gubernamental y la alternativa a los Bonos de Carbón son los impuestos verdes.


Los impuestos verdes han sido desechados internacionalmente debido a que privilegian a quien puede pagarlos; generando concentración de mercados y conductas monopólicas que en el largo plazo hacen menos eficiente la disminución de contaminación y también, debido a que lo recaudado por los impuestos no va, necesariamente, en beneficio del medio ambiente.


Chile abrazó los Bonos de Clima; que evolucionaron favorablemente hacia otras áreas como el cuidado de los recursos hídricos, etc. y que podrían evolucionar hacia el reciclaje, por ejemplo. Nació la Bolsa de Clima de Santiago, la primera en Latinoamérica; el entusiasmo se hizo presente y en los medios abundaban las noticias del potencial de Chile en energía solar, eólica, hídrica, geotérmica, etc. Un paraíso para las energías renovables. El discurso sustentable se detuvo con la implementación de impuestos verdes que terminó beneficiando a “los mismos de siempre”. Los grandes consorcios internacionales que pueden pagar, sin problemas, los impuestos; y que, para el caso, estos “costos” son trasferidos después a sus clientes; nosotros.


EE.UU. abrazó los impuestos verdes bajo la lógica de “Ok, pago por contaminar”, la misma que adoptó Chile.


Los impuestos verdes pueden estar cargados de la mejor intención, pero la evidencia demuestra que en el largo plazo favorece -y han favorecido- posiciones dominantes que son perjudiciales para la sustentabilidad.


Hacer bien algo que está mal es un error que comienza a ser común en nuestro país y las buenas intenciones terminan siendo nocivas -que contradicción- pero la evidencia, así lo demuestra.


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Published on June 06, 2017 06:00

Radio Caracas Televisión, a diez años del cierre

Negro. Esto es lo que reemplazó la programación de Radio Caracas Televisión (RCTV) el 27 de mayo de 2007 a las 23:59.


En un exasperado momento político, coronado por violentas protestas y enfrentamientos entre manifestantes y la policía, el canal 2 –como también se le conocía a RCTV-  apagó su señal con 53 años de historia y con la mayor audiencia en el territorio venezolano.


Por aquel entonces, el presidente Hugo Chávez, ordenó revisar las concesiones televisivas que caducaban ese año, entre ellas, a RCTV. El gobernante se encontraba “enemistado” con el canal producto de la cobertura que habría apoyado el intento de golpe de Estado en contra de su gobierno el 2002.

Organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la OEA y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenaron enérgicamente la clausura del medio que fue señalado, entre otras cosas,  como “una restricción indirecta al ejercicio del derecho a la libertad de expresión”. Se exhortó al gobierno a restablecer la señal de RCTV y a garantizar la imparcialidad política a la hora de asignar nuevas concesiones. Han pasado 10 años de aquello, Hugo Chávez murió, hoy gobierna Nicolás Maduro y RCTV continúa cerrado.


Este hecho marcó un antes y un después. Desde entonces, la libertad de prensa retrocede en la particular “democracia” venezolana y el populismo avanza erosionando no solo el derecho a la información, sino que también el derecho a la libre expresión.


Según datos publicados el 22 mayo por el Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys), un organismo venezolano no gubernamental que trabajaba en la promoción y defensa de la libertad de información y de prensa, durante 40 días de protestas (entre marzo y mayo), se registraron 256 violaciones y limitaciones al ejercicio del periodismo, 99 agresiones contra periodistas y 17 reporteros gráficos y corresponsales detenidos. Miguel Otero, Presidente y Editor del diario venezolano El Nacional, explicó hace algunos días en La Tercera que el suyo, es el único diario opositor que aún se imprime y que “el 40% de la población únicamente tiene acceso a radio y televisión oficialista, y un 60% tiene acceso a radio y televisión privada autocensurada”.


Esta es la clave que descifra el acertijo del actual bloqueo informativo que comenzó con RCTV: provocar la autocensura. El anterior fue un estratégico movimiento realizado por Hugo Chávez contra los medios que permitió el silenciamiento a la prensa crítica, pero sin el costo político que tuvo el cierre del canal 2. Lo anterior se logó por medio de modificaciones a la Constitución Política y al Código Penal tipificando faltas graves como los “delitos de opinión” o la “incitación a la violencia”, seguido de un fuerte  hostigamiento hacia los medios y sus periodistas, con apertura de procesos judiciales, inspecciones fiscales y manipulación de la publicidad oficial.


La tónica fueron leyes y restricciones hechas a la medida del gobierno. Desde el cierre de RCTV, quedó en evidencia que la política basada en la democracia, el principio de legalidad y los derechos y libertades individuales están de adorno en la Constitución chavista. Ahora, impedir la comunicación y circulación de ideas y opiniones es uno de los estandartes de lucha del chavismo en un país cuyo 80% ya no pide, sino que ruega la renuncia de su despótico presidente Nicolás Maduro.


Desde el día en que “todo se fue a negro” para RCTV, la libertad de prensa ha sido maniatada y violada hasta el hastío. Los instrumentos legales para justificar esta acción han sido utilizados y Venezuela transita su histórica crisis política, social y económica en la más lamentable tiranía del silencio.


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Published on June 06, 2017 06:00

La compensación económica por divorcios es un mito para la clase media

Aproximadamente, el 50% de los matrimonios en Chile terminan en divorcio. La cifra revela que muchas parejas no continúan con su vida familiar con esta figura, y por ende, la regulación legal y económica del quiebre familiar pasa a ser relevante para miles de personas que tienen que vivir este proceso.


La ley de matrimonio civil incorpora el concepto de compensación económica como un elemento accesorio al divorcio, concebida como una indemnización al perjuicio remuneracional y previsional que sufre aquel de los cónyuges que, al dedicarse al cuidado de la familia común, no ejerce una labor remunerada separada de la de su cónyuge, ya sea de manera parcial o total.


Al momento de ponderar la cuantía de la compensación a pagarse a un cónyuge, uno de los elementos considerados es la capacidad de pago y/o patrimonial actual, lo que devenga, en muchos casos, que cuando uno de los cónyuges es obligado judicialmente a pagar una compensación, exista tendencia a rebajarse el monto a fijar como compensación, e inclusive, a eximir del pago al cónyuge responsable, por la imposibilidad fáctica de ejecutar el pago. En consecuencia, el cónyuge perjudicado no logra verse indemnizado  por el perjuicio sufrido a lo largo del matrimonio, lo que representa una cortapisa importante al espíritu de la institución.


La compensación económica para la media chilena resulta en la práctica un mito, algo que no se concreta debido a la configuración legal que existe respecto de las enajenaciones entre cónyuges. En Chile, el principal activo que tienen las personas son sus domicilios, y cuando están casados en la mayoría de los casos el pago de esa propiedad es producto de un esfuerzo matrimonial. Lo más obvio para pagar una compensación económica sería hacerlo con la casa, que por lo demás usualmente coincide que es donde también viven los hijos. Aunque suene ilógico, no se puede hacer.


El código civil declara nula la compraventa y cesión de derechos entre cónyuges, figura creada con el espíritu de que los miembros del matrimonio no defrauden a sus acreedores traspasándose bienes al momento de un apuro financiero. Al hablar de compensación económica en caso de divorcio la situación es distinta, pero la ley se aplica sin diferenciar por criterio o contexto de la situación.


Es imperioso crear una excepción legal en estos casos porque la estadística nos demuestra que al final las personas de clase media o estratos más modestos no poseen la cantidad de bienes ajenos a su propiedad residencial para pagar la indemnización a su cónyuge.


A más de 13 años de la ley de matrimonio civil, nos encontramos con que salvo para las clases más acomodadas del país la compensación económica es letra muerta, pues no se materializa con lo que naturalmente permitiría el pago de estos montos: la propiedad familiar.


 


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Published on June 06, 2017 06:00

El ciudadano necesario y competente para una ciudad inteligente

Esta columan fue escrita junto a Juan Barrientos Maturana, SmartCityLab Universidad de Santiago


El pasado 22 de mayo fuimos testigos de la primera preemergencia ambiental del 2017. Durante la jornada se cursaron más de 400 multas a ciudadanos, la mayoría de ellos reclamaron desconocimiento de la medida. En contraste, la autoridad señaló que la información estuvo disponible desde la noche anterior y que además hay al menos siete aplicaciones para Smartphone con la información. 


El intendente explicó que hay 300 mil personas que bajaron la aplicación “Aire Santiago” donde se avisa a las personas de los episodios de medidas por contaminación ambiental. Por otra parte, los infractores alegaron que no estaban informados, pues el anuncio fue tardío y muchos se enteraron de la restricción vehicular esa misma mañana por televisión.  La situación no deja de resultar paradójica, sobre todo al ser Santiago una capital que aspira a ser una ciudad inteligente. El hecho de que Chile lidere en Latinoamérica el uso de Smartphone -se contabilizan más de 7,9 millones de usuarios- no se traduce necesariamente en que los ciudadanos descarguen y utilicen las aplicaciones, que vienen a ser la principal característica diferenciadora entre un teléfono normal y un Smartphone.


Entonces cabe preguntarse por qué la información no fluye adecuadamente a las  personas si existe la tecnología disponible y también la población accede masivamente a ella. ¿Por qué no se logran difundir rápidamente a través de las redes sociales y las denominadas app las noticias sobre cortes de agua, suspensión de clases, preemergencias ambientales, entre otras? ¿Será que el ciudadano que incumple las normas de restricción vehicular o de uso de calefacción a leña no tiene mayor interés por la salud de sus vecinos más vulnerables? Quizás piensa que este tipo de medidas son poco efectivas para resolver el problema ambiental o sencillamente tienden a sobreponer sus intereses particulares por sobre el resto de los ciudadanos.


Podríamos seguir haciendo preguntas, pero debemos tener presente que el principal propósito de tener una urbe inteligente es que el bienestar común y que los ciudadanos funcionen con esa premisa. Es decir, que tomen conciencia del problema y actúen en consecuencia. Se requieren que las personas tengan un comportamiento colaborativo, que siempre privilegie el bien común sobre los intereses particulares. Los motivos de cuidado del medio ambiente y salud son mayores. Es fundamental tener un ciudadano competente para una metrópoli inteligente. Esto implica determinar las cualidades del “tipo” de ciudadano que se requiere para que una urbe anclada en el siglo XX pueda transitar a una ciudad del siglo XXI, favoreciéndose con todas las potencialidades, virtudes y beneficios que esto implica.


Para las situaciones de medidas ambientales extraordinarias, como otras, se necesita formar una ciudadanía movida por valores colectivos y no individualistas. Debemos brindar espacios de toma participación en las medidas impulsadas y favorecer el uso colectivo de los medios de transportes en la economía tradicional o en las nuevas economías colaborativas. De lo contrario, sin ciudadanos comprometidos, difícilmente podremos avanzar hacia un Santiago inteligente.


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Published on June 06, 2017 06:00

Venezuela

Venezuela a semifinales del Mundial Sub 20. Y jugando bien. Pero no sólo eso, también con una cuota de garra y amor propio formidables. Un equipo que juega con los pies y la cabeza. Al menos en el fútbol, los venezolanos ven el futuro con optimismo.


¿Y acá? Después de lo ocurrido en las copas Libertadores y Sudamericana hay que ponerse a reflexionar un momento. Porque el tema no es coyuntural, no se trata de un año malo como el que puede tener cualquier país, es algo de fondo: cualquier rival, en cualquier cancha, en cualquier competencia, nos pone en problemas. Cualquiera. Avanzar una ronda se transforma en una hazaña, casi una efeméride.


Y esto se traslada a las selecciones juveniles. Perdemos con cualquiera, vamos de adorno, entran y salen entrenadores cada dos años. El oasis de la Sub 17 reafirma el diagnóstico: se trata de un equipo metedor, puro corazón y garra, pero que carece de calidad individual y técnica. Si no juegan como comandos, no tienen oportunidad.


Hace mucho tiempo que no sale un jugador de gran nivel desde las series cadetes. No nos vamos a engañar con Iván Morales, Jeisson Vargas o Yerko Leiva. Nada contra ellos, pero ¿hasta dónde pueden llegar? Castillo rebotó en Europa, Henríquez no juega, Mora recién está explotando ahora. Hablamos de los que estuvieron en la Sub 20 de 2013. Rango medio con suerte. Y ésos son a los que les fue bien.


Seamos francos, no tenemos un juvenil como Soteldo. Ni en sueños.


Por el momento la selección adulta tapa todo. Un gran árbol que oculta el bosque quemado. No es difícil hacer la tarea y pesquisar las camadas salidas de las series menores los últimos años: jugadores híbridos, metedores en el mejor de los casos, pocos desequilibrantes, acaso ninguno que pinte para crack.


En Colo Colo apuestan a Esteban Pavez. Un volante central que no es superior a Raúl Ormeño o Eduardo Vilches y está varios escalones más debajo de Arturo Sanhueza, ni hablar de Jaime Pizarro. Y es la gran figura con el que los albos pretenden hacer caja.


La U es un desierto: no hay nadie. Tienen al Chinito Martínez en vitrina. Y en cadetes debieron reorganizar toda la estructura porque no estaban sacando un solo jugador que pudiera estar en el primer equipo.


¿Y Maripán? En seis meses su nivel de juego se vino abajo. Podía ser y por el momento no es. Y eso que en Católica es donde mejor se trabaja. Sacan jugadores a montones, pero son para jugar acá y por ahí ir a México. El techo es muy visible.


¿Qué nos pasa? Nos estamos volviendo malos para el fútbol. En la ANFP lo único que se habla es de plata, repartición de derechos y porcentajes. La pelota está en un tercer plano. Temo que tras la natural declinación de la “generación dorada” no haya nada. Sólo unos cuantos dirigentes peleando como enajenados las platas del CDF. Las señales ya son muchas para hacerse los tontos.


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Published on June 06, 2017 05:07

June 5, 2017

Derecho a todo y a nada

QUE EL relato de derechos sociales se está tomando el campo de la política es una cuestión evidente. Basta escuchar los discursos que disciplinadamente lee la Presidenta y los sueños que promete la cuasi candidata del Frente Amplio. Pero ¿qué están pensando Bachelet y Sánchez cuando predican los derechos sociales?

Lo primero que están pensando es en repartir “comodines”. Cuando tengo un comodín, lo saben bien los asiduos a las cartas, impongo mi posición ante cualquier otro jugador en la mesa. Mi comodín es una “carta de triunfo” que vence a todas las demás. Entonces si yo alego tener un derecho social lo que estoy haciendo es poniendo sobre la mesa mi carta imbatible evitando que cualquier otra circunstancia -prudencial, de justicia y, por cierto, las económicas- impidan la satisfacción de mi derecho.


Pero eso no es más que revivir la vieja utopía. Ésta consiste en hacer creer que basta reconocer un derecho social para su satisfacción. La tentación es enorme, no por nada la Constitución de Bolivia establece el derecho al gas domiciliario; la de Ecuador el derecho a alimentos sanos y nutritivos; y la de Colombia el derecho a la recreación, a la práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo libre. ¿Alguien de verdad cree que todo eso depende de lo que diga la Constitución?


Lo segundo que están pensando es en el ya extendido eslogan que dice: “Donde hay derecho, no hay mercado”. Es decir, si estamos hablando de derechos sociales, el mercado, la provisión privada y la libertad para elegir estarían prohibidas o sometidas a un régimen de brutal uniformidad. Esta idea fue desarrollada en El Otro Modelo, ese libro de título pomposo pero de contenido más bien sesentero. Ahí se dice, con todas sus letras, que donde hay derecho social el mercado “debe ser limitado y eventualmente excluido” lo que implica “un criterio universalista: el Estado provee a todos”. Y eso es lo que ha hecho este gobierno con orgullo: sentar las bases para que en la educación, tarde o temprano, el Estado eduque o intervenga abrumadoramente en la educación de todos.


Es cierto que hay lecturas más moderadas de la consagración de derechos sociales. Lo lamentable es que en estos años hemos visto cómo en la izquierda esas miradas han sido capturadas por los extremos. Además, y es mi principal crítica, el problema no es tanto con los derechos sociales sino que con su transformación en un relato político que abandona el campo de lo jurídico para vender humo.


Y es que el lenguaje de la política no pega bien con el de los derechos. El primero es, por definición, ambiguo y por eso su expectativa de satisfacción es incierta: son promesas de la política.


Pero en el reclamo por derechos, si es que de verdad los asumimos como tales, la expectativa de satisfacción no debiera ser incierta sino que debiera acercarse lo más posible a la certeza. Entonces confundir ambos lenguajes no solo eleva falsamente las expectativas que crea la política; también devalúa los derechos porque prometemos “cartas de triunfo”. Pero sabemos que su satisfacción no pasa por declaraciones sino que por acciones íntimamente asociadas a ese (ahora último) tan esquivo progreso.


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Published on June 05, 2017 23:30

Derechos, en serio

EL PROCESO de discusión constitucional que convocó el gobierno ha provocado diversas reacciones. Y así como algunos han visto en este ejercicio una oportunidad para enriquecer, entre todos, nuestro pacto político; otros se manifiestan preocupados ante la posibilidad que el cambio constitucional implique algún tipo de inflación de derechos que nuestro país no se encuentre, luego, en condiciones de satisfacer.


Me encuentro entre quienes piensan que nuestra Constitución ganaría en justicia, legitimidad social y estabilidad a largo plazo si contemplara un reconocimiento de derechos más eficaz y equilibrado. Me parece importante, sin embargo, hacerme cargo de las aprehensiones de quienes temen que una ampliación excesiva de los derechos o la introducción de mecanismos de garantía mal pensados pudieren terminar siendo un error desde la perspectiva de las posibilidades reales de asegurar condiciones que permitan, en los hechos, y no solo en los textos jurídicos, una mejor calidad de vida para todos.


Existen personas que frente a cualquier tipo de reforma comienzan preguntándose siempre por todas las posibles externalidades negativas de un cambio mal hecho. Nada habría que reprochar a esta aproximación cautelosa si ella responde a un sobrio sentido de responsabilidad, al aprendizaje que arrojan las malas experiencias y, en general, al rigor técnico. Cuestión distinta es cuando, en la defensa del status quo, se reemplazan los argumentos con caricaturas y campañas del terror. Lo ocurrido el año pasado con los encuentros locales y cabildos debiera ser motivo de reflexión para quienes tienden a tocar campanas de alarma cada vez que se discute el tema constitucional. Todos aquellos que vaticinaron, en las mismas páginas de este y otros medios, que los encuentros locales del año pasado terminarían en un frenesí de demagogia constitucional, capturados por operadores de la Nueva Mayoría y, en fin, que no eran otra cosa que una máscara para un informe final maximalista que, supuestamente, ya estaba redactado desde antes de empezar el proceso, debieran reconocer que se equivocaron.


La extraordinaria ponderación de los ciudadanos que participaron, manifestada tanto en el tono respetuoso de los debates como en la moderación de las conclusiones, tiene que servir para desvanecer los fantasmas “chavistas” que algunos se empeñaron en avivar.

La idea que los habitantes de esta tierra tenemos, a partir de nuestra común dignidad, unos derechos a la educación, a la salud, a la vivienda y a la seguridad social tiene fuertes raíces en nuestra historia democrática, responde a valores compartidos y es una avenida para llegar a ser una sociedad más integrada e inclusiva.


Estos derechos aparecen con mucha fuerza en las conclusiones del proceso de diálogos del año pasado. Teniendo claro que las opiniones allí recogidas no representan al conjunto del pueblo de Chile, hay allí un sentir que sería miope menospreciar.


El desafío consiste en concordar fórmulas de reconocimiento eficaz de los derechos sociales que no impliquen gobierno de los jueces ni ruina fiscal. Contamos para ello con la anotada moderación de la inmensa mayoría. Existen, por lo demás, fórmulas que combinan virtuosamente estado social y economía de mercado (pienso en la República Federal alemana).


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Published on June 05, 2017 23:25

¿Y la familia?

LAS ÚLTIMAS propuestas políticas en materia de aborto, vida en común y adopción van en la dirección de debilitar gravemente a la familia, siendo ésta lo más relevante en toda sociedad. La familia es su célula básica. Es lo primero y primordial en la sociedad, no sólo por la antelación cronológica en su desarrollo, ni por ser el lugar por excelencia para el amor, sino porque la familia es el tejido fundamental del cual se siguen y se nutren todos los restantes órganos del cuerpo social. En mayor o menor medida ella los prefigura. Por lo mismo, de que sea efectivamente aquello que es y cumpla el papel a que está llamada, o no, dependen muchas realidades positivas o negativas para las personas y la comunidad.


En la actualidad se debate abundantemente sobre la familia. Y con razón, pues no da lo mismo cómo se la entienda, menos todavía como se la viva. Y, por similar motivo, no resulta para nada neutral si se la promueve o no, y la forma en que se haga. Ante el evidente embate que enfrenta se esgrimen numerosos argumentos valiosos en su defensa, en particular de la denominada familia nuclear, es decir aquella constituida a partir del matrimonio entre un hombre y una mujer, y su descendencia. Estas líneas no buscan reiterarlos. Su propósito es, en cierto sentido, complementario: persiguen llamar la atención sobre algunas dimensiones de su impacto en el orden social. Parafraseando un viejo refrán, cabría decir “dime que familias tiene y te diré que sociedad puedes esperar”.


Los estudios realizados en diversas latitudes sobre la repercusión de los fenómenos de debilitamiento y desintegración de la familia, ponen en evidencia que estos inciden en la falta de adaptación social de los hijos, en la pérdida de la capacidad de confiar de sus miembros, en el temor de los hijos a adquirir compromisos, dificultades de rendimiento académico, problemas para relacionarse con la autoridad legítima y, en no pocas ocasiones, mayor propensión a conductas de riesgo personal y social, como son el alcoholismo, la drogadicción y la violencia irracional, ya sea de carácter individual o grupal.


Desde otro punto de vista, la familia parece ser insubstituible para las personas por el aporte que les reporta en aspectos tan significativos como: el saberse queridas incondicionalmente; el ser reconocidas como seres únicos e irreemplazables, al tiempo que parte esencial de una comunidad unida por lazos afectivos; el desarrollo de la interioridad y la intimidad; el aprender a responder con lealtad a la confianza recibida; el crecimiento en la responsabilidad; la valoración del esfuerzo; la consideración positiva de la armonía y la dedicación que ésta requiere; el sentido de la cooperación y del espíritu de servicio; el crecimiento en la obediencia, crucial para más tarde saber mandar; la noción de orden; la capacidad de iniciativa creativa para sorprender a los otros seres queridos, y más.


Si una sociedad aspira a ser el lugar propio para que sus miembros alcancen la máxima plenitud posible y la felicidad asociada, parece ser imprescindible que se ocupe activamente de sus familias, creando las condiciones necesarias para su sano desenvolvimiento. Extraña, por lo mismo, que las candidaturas presidenciales dediquen tan poca atención a ella en comparación a otras materias. Una deuda pendiente que es de esperar algún candidato sepa encarar con la profundidad y seriedad que merece y la urgencia que Chile necesita.


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Published on June 05, 2017 23:20

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Álvaro Bisama
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