Álvaro Bisama's Blog, page 118

July 31, 2017

Debe renunciar

La trastada que le hizo la DC a su candidata presidencial es solo comparable con la operación que ocurrió en el PS para deshacerse del ex presidente Lagos. La senadora Goic había planteado toda la semana que no era sostenible la candidatura a la reelección del diputado Ricardo Rincón y la junta nacional simplemente ignoró su pedido. Su propio partido consideró que salvar la lista parlamentaria, y en especial al diputado por la Región de O’Higgins, era más importante que el honor de la candidata.


Para Carolina Goic, la única salida posible es renunciar cuanto antes a la candidatura. Seguir bregando con un partido que la desconoce y que, si es necesario para salvar su votación parlamentaria, volverá a humillarla, solo traerá más daño a la carrera política de una de las mejores senadoras que ha tenido la DC en su historia. Por otro lado, su renuncia podrá ser vista como un sacrificio en la lucha contra la violencia de género, tema muy encendido en la agenda por el increíble fallo de la Corte Suprema sobre el agresor de Nabila Rifo y el éxito comunicacional de la campaña #Niunamenos.


Ante una humillación del mismo calibre en el PS, el ex presidente Lagos no dudó en renunciar, y como si fuera el padre de Hamlet, su fantasma político acosa a quienes hicieron la operación para sacarlo de la contienda presidencial. Una bajada de Goic con los consiguientes costos para la DC tendrá el mismo efecto. Y paradojalmente, estando fuera de competencia, tendrá más apoyo en las encuestas.  Este puede ser el hito necesario que le dé emoción a su candidatura.


Lo ocurrido el fin de semana muestra que la verdadera motivación de la otrora poderosa Nueva Mayoría es salvar los muebles en la elección parlamentaria y dejar la presidencial en un segundo plano. En las conversaciones de pasillos y cafés, se asume que Piñera ya tiene listo el retorno al gobierno y que para capear el largo invierno que viene fuera del poder, el Parlamento es un buen refugio.


El cambio al sistema binominal a uno proporcional, que debiera haber calmado las guerras internas dentro de los partidos, en realidad las ha puesto más violentas. Recuerda al Renacimiento, donde el descubrimiento de nuevas tierras desató una serie de conflictos entre las potencias a niveles no vistos anteriormente. El temor a quedarse fuera ha desatado los peores demonios en los partidos, que se mantienen unidos solamente por la ley antidíscolos que impide a esta altura postular fuera del cupo partidario.


En esa guerra, los candidatos presidenciales de la Nueva Mayoría se han vuelto intrascendentes. Hace pocas semanas, el senador Guillier pidió que se llegara a un acuerdo parlamentario entre los partidos que lo apoyan y la DC, previendo que necesitará a estos últimos en una segunda vuelta. Sin explicación alguna, simplemente lo ignoraron. El episodio Rincón es manifiesto de este mismo fenómeno y, ante esto, a Carolina Goic le queda una sola bala para imponerse: su propia renuncia.


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Published on July 31, 2017 05:26

La debacle de la DC

Hace cuatro meses la DC anunció a los cuatro vientos una candidatura presidencial propia, una lista legislativa propia y la inminente salida de la coalición oficialista. Se nominó a Carolina Goic como candidata y se comenzó a diseñar una planilla de candidatos a senador y diputado compuesta solamente con nombres de militantes. La idea era revivir el sueño de la casa propia, y apuntar a construir una DC fuerte e independiente mucho más similar a la que gobernó en los sesentas que a la que gobernó en los noventas.


La idea de revitalizar a la DC tenía sentido por dos lecturas que se hicieron al interior de la colectividad. Primero, que la polarización política les podría abría un espacio en el centro que había quedado abandonado. En efecto, la fuerte agenda izquierdista del gobierno y la clara oposición de derecha se habían tomado la política, dejando huérfanos a la mayoría de los votantes moderados. Esto le sugirió a la DC que si se posicionaban con fuerza en el centro podrían capturar ese gran electorado.


La segunda lectura que llevó a la DC a pensar que era el momento correcto de independizarse estuvo basada en los efectos que produciría el nuevo sistema electoral. Dado que en la próxima elección aumentará el número de escaños a elegirse a nivel de cada unidad electoral, bajará el porcentaje de votos que se necesita para ganar. Este hecho llevó a la DC a pensar que, a partir de su presencia nacional, con los mismos votos podrían optar por más escaños. En otras palabras, podrían hacer lo que siempre han querido hacer, pero que el binominal les impedía.


Pero Goic no prendió en las encuestas. Desde que la DC proclamó a Goic en Marzo de 2017, en comparación con el resto de los candidatos de partidos grandes, ella siempre fue la última en el orden de preferencias. El notorio contraste entre el porcentaje de apoyo a la candidata (2%) y el porcentaje de apoyo al partido (15%) sugiere que la candidata siempre fue parte del problema, y no de la solución. En retrospectiva, haber insistido en posicionar la candidatura de Goic por parte de la DC parece haber sido una negligencia de proporciones.


Uno de los efectos de haber mantenido a Goic por tanto tiempo fue haber debilitado a la lista parlamentaria, pues es sabido que una candidatura presidencial fortalece o debilita a su lista legislativa en base a su propia capacidad de posicionarse. No sería raro que los pocos que votarán por Goic, fueran exactamente los mismo que los que votarán por los candidatos a senador y diputado. Por lo mismo, con las ya conocidas vulnerabilidades de la candidatura de Goic, sorprende que no se hayan hecho mayores esfuerzos por buscar arreglos alternativos.


Insistir en una candidatura que a todas luces no prende, solo por razones ideológicas es un error. Haber mantenido a la débil candidata Goic tanto tiempo en primera línea no solo tuvo un costo para la propia candidata, sino que tuvo un costo para el partido. Paradojalmente, para muchos votantes el partido está muy lejos de ser la DC de los sesenta preocupado por la gente. Sino que ven un partido obsesionado en obtener mayores cuotas de poder y de estar más preocupados por resolver sus problemas internos que por hacer lo éticamente correcto.


Quizás el error más grande de la DC fue haber pecado de soberbia, al poner todas sus fichas en que Goic crecería en las encuestas, se abriría un cupo en la segunda vuelta, y fortalecería a la lista de candidatos DC al Senado y a la Cámara de Diputados. Si habrían sido más realistas hubiesen mantenido un canal de comunicación abierto con el PS-PPD-PR-PC, para ir en una lista conjunta si es que su plan A no daba frutos. Pero no lo hicieron, y hoy se encuentran en la posición más vulnerable en que han estado en su historia como partido político.


Idealmente la negociación tendría que haber ocurrido antes de que Goic entrará en su periodo de reflexión y transparentara toda su debilidad. Pero a estas alturas tampoco hay mucho que se pueda hacer para enmendar el camino. Ahora bien, cualquier solución a los problemas de la DC necesariamente pasan por la bajada de Goic. Solo así podrán explorar la idea de hacer un pacto con alguno de los partidos de la ex Nueva Mayoría y atenuar las malas prospectivas de ir en una lista legislativa propia.


La debacle de la DC se ha transmitido para todo el país en cámara lenta. La decisión de revivir el sueño de la casa propia ha fracasado con escándalo. Hoy el partido lucha por llegar en mejor condición a la elección legislativa de noviembre, pero sin expectativas de tener el gran rendimiento que le prometían a sus militantes hace solo algunos meses. Al parecer lo único que queda es agachar la cabeza, admitir los errores, y buscar ser aceptados de vuelta en la casa. Pues saben que si insisten en el camino propio, arriesgan desaparecer como partido relevante.


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Published on July 31, 2017 05:14

Gratuidad

El debate de “gratuidad” poco tiene que ver con la educación y el acceso a ella y más sobre quién logra obtener la mayor cantidad de recursos fiscales.

Ya sea por alumnos o “investigación”, el objetivo es conseguir la mayor cantidad de dinero posible de forma directa y con ello lograr el mayor ingreso de forma indirecta; los subsidios elevan los precios, en todas las industrias donde están, incluyendo la educación.

La “gratuidad” y los créditos explican el alto costo de la educación, para todos. Mientras, el lucro quedó reducido a la utilidad final del “vehículo legal”, el RUT que imparte clases, sorteando los ingresos por créditos directos, cursos de formación, perfeccionamiento, postgrados, doctorados y consultoras disfrazadas de centros de investigación. ¿Cuánto de esto se ha tratado en los “debates”?

La investigación es necesaria; a través de ella se puede encontrar la forma, la fórmula de salir del subdesarrollo. Ya quisiera dedicar mi vida a la investigación, a la generación de conocimiento; va todo mi respeto, apoyo y admiración al mundo de la investigación y es por ello que es necesario debatir qué es investigación; por la cantidad de recursos que reciben las Universidades. Existen facultades que tienen más “centros de investigación” que carreras. ¿Cuál es el negocio entonces?

Investigación aplicada es el nombre que reciben las consultorías a privados que se pueden financiar con programas CORFO. El concepto de “gratuidad” logró visibilizar los dineros que van para la educación directa de alumnos versus los subsidios por investigación.

Hay investigaciones e “investigaciones”, así como Universidades “privadas” y privadas. Sea como sea el objetivo es evitar que todos los recursos de educación vayan a la educación fiscal. De “tradicionales” a “privadas-tradicionales” a “Universidades de Research” (investigación), pero: ¿hacen investigación ó “investigación”?

¿Por qué no educación fiscal gratis?; bajo el escenario de educación fiscal gratis los recursos necesarios serían menores, alcanza para su implementación en el corto plazo. Es cierto que las Universidades privadas captan la mayor cantidad de alumnos que requieren subsidios, pero eso se revierte modificando el proceso de entrada. Subsidiar puntos de PSU es más justo y económico.

Con educación fiscal gratis los privados se verían obligados a (1) bajar lo que cobran para evitar el éxodo de alumnos, (2) justificar el cobro por educación, demostrando mayor calidad que la educación fiscal y (3) entregar becas para captar talentos. Las ventajas de una educación fiscal gratis es entregar competencia y con ello beneficios para los alumnos. ¿es ese el debate actual?; no.

El debate de “gratuidad” nada tiene que ver con los alumnos, sino cómo perpetuar los beneficios que la subsidiaridad entrega, a través de la educación, “investigación” y los créditos con ó sin aval del Estado al los no-usuarios de ella.

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Published on July 31, 2017 05:09

El reino de la codicia

Tengo un tema con el dinero. O, mejor dicho, con aquellos que se desviven por el dinero. Me cuesta entender que la vida gire en torno a eso. Sobre todo si nos atenemos a que el dinero fue creado como un instrumento para facilitarnos la vida. Para mí el dinero es eso: un instrumento. Por eso cuando se convierte en un objeto, en la estación final de todo lo que hacemos, algo me parece que desafina.


El otro día, comiendo con unos amigos, salió el tema al momento de la sobremesa, y alguien planteó que el dinero, finalmente, no era otra cosa que poder. Por eso algunas personas que tienen más que cubiertas sus necesidades se empeñan en seguir haciendo negocios para conseguir más y más dinero. El problema es que muchas veces el poder se convierte también en un fin y, en ese contexto, termina siendo tan perverso como vacuo.


En uno y otro caso, la codicia está presente. Definida por la RAE como el afán excesivo de riquezas, suele ser un ejercicio fatuo, sin más sentido que la acumulación. La codicia ciega, aísla y, la mayoría de las veces, hace perder la perspectiva de las cosas.


Escribo esto a propósito de lo que está pasando en el fútbol, una actividad en la que, de un tiempo a esta parte, los cruces entre dinero y poder traen nefastas consecuencias. Los escándalos de la FIFA, que tuvieron su propia versión en la administración Jadue, son el mejor botón de muestra de lo que digo. Y en esa misma lógica -la de la codicia- parece estar operando el Consejo de Presidentes de Clubes, el que según una investigación de la Unidad Anticarteles de la Fiscalía Nacional Económica, se habría coludido para impedir el ingreso de otros clubes con el fin de evitar repartirse los excedentes del Canal del Fútbol (CDF) con nuevos actores.


Desde los tiempos en que la FIFA la dirigía Joao Havelange, o quizá desde antes, el fútbol se manejó como una actividad que tenía una legislación propia y que no estaba afecta a las leyes que regían a otras actividades e individuos de los países en los que se desarrollaba.


En Chile mismo, no son pocos los casos en los que las leyes laborales no eran las mismas que regían para los futbolistas profesionales y ni hablar de lo que pasaba con el tema impositivo en las transferencias de algunos futbolistas chilenos al extranjero. Fue tal el poder de la FIFA y tan particular y extendida la manera de gestionar el fútbol que hasta el día de hoy algunos dirigentes siguen creyendo que hay un código de conducta para ellos y otro para el resto de los ciudadanos, en una lógica muy parecida a lo que ocurre con la Iglesia Católica.


Es que, del mismo modo que ocurre en la política -otro sector que padece la codicia-, se hace necesaria una renovación de la dirigencia del fútbol, un recambio que permita el ingreso de rostros e ideas nuevas. Que definitivamente, la forma en que se han hecho las cosas en el fútbol local, desde hace cuarenta años a la fecha, cambie, se destierre. El fútbol no puede ser sólo una máquina de hacer dinero o, cuando menos, que lo siga siendo, pero que ese dinero tenga un sentido, un propósito que apunte más a lo colectivo que a lo individual.


En tiempos de escándalos financieros, jubilaciones truchas, negocios clandestinos, lo del fútbol no sorprende, pero desilusiona, duele y llena de rabia.


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Published on July 31, 2017 04:00

Nada para entusiasmar

Eran cuatro las historias sobre las cuales uno podía anticiparse y comenzar a escribir anticipadamente la trama del partido entre Colo Colo y Antofagasta, en el Monumental. A saber.


La morbosa: el regreso de Paulo Garcés al estadio desde donde salió hace poco con la pesada mochila de la responsabilidad en la pérdida de puntos clave que le costaron el título a los albos y que también provocaron que la renovación que tenía casi firmada se llenara de polémica hasta acabar en el tacho de la basura.


La revancha: la última vez que los Pumas visitaron Macul se llevaron un 1-1 postrero que le dejó servida la corona a la U, que no hizo más que agradecer el gesto y celebrar.


La gloriosa: ver por primera vez en acción en casa a Esteban Paredes, Jorge Valdivia y Jaime Valdés, la Santísima Trinidad que carga con los deseos de campeonar en los albos.


La polémica: observar cómo se comportaba in situ el mundo Colo Colo a las revelaciones de Mark González y, en menor medida, de Justo Villar, respecto del estilo de Pablo Guede, el técnico que no goza de mucho respaldo en las tribunas.


Pero sucedió lo que suele pasar con el fútbol, en el que cada partido tiene su afán, por lo que el relato de este debut se movió por líneas diferentes a las prepicadas.


El Cacique no tuvo los espacios ni el empuje de la Supercopa frente a la UC, confirmando que sigue en etapa de formación y que su mecánica no está aceitada.


El orden de Antofagasta, sumado a la fricción constante y cierto atrevimiento (harto en la primera media hora; a flashazos, después), sirvieron para mantener a raya a los albos, que nunca encendieron al público en Macul.


La trama que terminó escribiéndose establece que Colo Colo tuvo un inicio muy similar a los de la U y la UC. Por encima de los resultados de cada uno, queda claro que están lejos de lo que se espera de los principales favoritos a la corona (el cuarto o quinto -si prefiere- están aún por aparecer).


Los campeonatos no se terminan en la primera fecha, se sabe; mucho menos en un torneo corto. Estos estrenos lo demuestran. Los resultados no aparecen por arte de magia ni a punta de nombres rutilantes. Son puro trabajo. Ésa es la única historia que siempre se repite.


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Published on July 31, 2017 03:22

July 29, 2017

Los notarios

El Ministerio de Justicia anunció que aumentará el número de notarios, cuyo servicio es deficiente y caro. La oposición reaccionó poniendo en duda las medidas, pues sospecha que el gobierno utilizará el incremento de dichos funcionarios para designar en esos apetecidos puestos a sus allegados. La discusión es llamativa porque es un caso de texto que demuestra la incapacidad de este país para resolver problemas que se arrastran desde siempre, pues el caso de los notarios periódicamente hace noticia y ahí sigue sin que nadie haya hecho realmente nada.


Desde luego, no son “funcionarios”: las notarías son una concesión a privados altamente rentable. Y que los chilenos sufren, porque cualquiera que tenga que hacer un trámite notarial sabe que debe pedir número, esperar para ser atendido y, luego, aguardar más aún hasta que el notario firme. Y después pagar y no poco, porque no hay notario pobre. La teoría económica indica que si hay colas en las notarías y los notarios ganan mucho, entonces hay un problema de oferta y se debe actuar sobre ésta. Desde este punto de vista, la iniciativa del gobierno está bien encaminada y la oposición, si está atenta a solucionar los “problemas de la gente”, tendría que ofrecer su colaboración, sujeta a que haya objetividad en los nombramientos.


Pero el problema no es económico ni de oferta, sino de demanda: hay demasiados trámites innecesarios ante notario. Y es un problema cultural, porque la ley no los exige sino que los inventa nuestra burocracia pública, e incluso la privada. Todo porque las certificaciones notariales son una supuesta garantía de pureza, aunque no sea siempre así: es cosa de mencionar los casos que ha habido a afiliaciones a los partidos políticos. Tantas situaciones se han producido, que ahora no basta la firma en los papeles, autorizada por el notario, sino que se debe agregar la huella digital al lado, que es la garantía real, porque es pesquisable. La pregunta entonces es, ¿para qué el notario? Ciertas reparticiones públicas -pocas- cuando piden una fotocopia del carnet, quien realiza el trámite debe firmarla y poner su huella; y el funcionario que la recibe también la firma y pone su timbre. Solución a costo cero, instantánea y en que cualquier irregularidad se puede investigar quién fue. Pero ninguna autoridad hace algo para extenderla a otros casos como norma y desocupar las notarías.


Otro tema: los jubilados de las fuerzas armadas que siguen prestando servicios y ganan sueldo junto a la pensión, un doble pago por parte del Estado. Solución obvia y que propone el gobierno: alargar la carrera. Los que conocen del tema lo vienen diciendo desde hace mucho tiempo. Recién ahora se mandará el proyecto de ley, pero seguramente ahí quedará porque ya no queda tiempo para aprobarlo. Hasta que una nota de prensa lo vuelva a plantear en unos años más. Es que estamos en Chile.


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Published on July 29, 2017 21:40

Aportes al debate

Pese a lo mucho que se adelantó la carrera presidencial, esta no ha sido una campaña donde abunden las propuesta programáticas o las ideas para el Chile de los próximos años. Se trata de una cuestión lamentable, más todavía cuando un aspecto central han sido las diferencias de diagnóstico y el cuestionamiento a las reformas implementadas en los últimos años.

El primero que se constituyó en una excepción a este ya usual rasgo de nuestros procesos electorales fue Ricardo Lagos, quien sistematizó la mayor parte de sus ideas, y las de sus colaboradores, en un documento que se tituló “Piensa en Chile, propuestas para conversar”.


Y aunque mucho de lo ahí contenido ha sido después incorporado y reiterado por otros candidatos, en general se echa de menos un discurso más contundente y coherente por los aspirantes que permanecen en carrera, y muy especialmente por aquellos dos que más posibilidades tienen de pasar a la segunda vuelta electoral: me refiero a Piñera y a Guillier. De hecho, su específica postura sobre temas tan significativos como el cambio al sistema de pensiones, la salud pública y privada, o la modernización del Estado, no parecen avanzar mucho más allá de las recriminaciones, las consignas o ambiguos titulares.


Es en ese contexto que creo deben valorarse los esfuerzos de distintas instituciones académicas, políticas y sociales -sumado al aporte individual de varios líderes de opinión- que en parte han suplido este déficit, poniendo sobre la mesa ideas novedosas y otras no tanto, las que pese a su recurrencia siguen siendo urgentes.


Y aunque la recomendación venga de cerca, es el caso, por ejemplo, de Espacio Público, una institución que acaba de publicar el documento “Hacia el Chile que queremos”, donde se sistematiza el trabajo de un amplio grupo de miembros y colaboradores que han venido trabajando hace meses con el propósito de hacer un aporte al debate político y social del país. En particular, se desarrollan 13 propuestas en áreas como salud, probidad, diversidad e inclusión, protección de consumidores, ciudad y transporte, y ordenamiento territorial y probidad.


Hay planteamientos novedosos, como un subsidio a la demanda en los estratos más bajos para disminuir la evasión en el transporte público. Otros que son la continuidad del trabajo que en la Comisión Engel hicieron varios de sus directores, como es el establecimiento de un fideicomiso diversificado y público para contar con una mejor herramienta frente a los conflictos de intereses. Y también se insiste en otras propuestas que, pese a ser repetidas, no han podido (o querido) materializarse, como ocurre con la tan manoseada derogación de la Ley Reservada del Cobre.


Es de esperar que estos esfuerzos se repitan y multipliquen; y, más importante todavía, que sean registrados por los candidatos.


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Published on July 29, 2017 21:38

Nueva ley de educación: pura ideología

He leído el proyecto de educación superior del gobierno. Es para llorar a gritos. La verborrea ideológica sobre educación superior es de una vaguedad y sesgo que simplemente no se puede creer. ¿Cuántos de los legisladores habrán estudiado en universidades de clase mundial, o las conocerán, como para tener un punto de referencia relevante? Por de pronto, es el caso de todos los diputados de la “bancada estudiantil”, que ni siquiera han ejercido sus profesiones. Este no es un proyecto de educación, es un proyecto de poder para limitar la educación privada y dejar instaladas herramientas para controlar el sistema en el tiempo.


Solo un pequeño párrafo en los artículos transitorios habla de un informe, en tres años recién a partir de la ley, para analizar el sistema de títulos y grados. Pero ese era justamente el punto de partida para diseñar el sistema.


¿Qué han hecho todos estos años? La confusión entre educación, entrenamiento e investigación muestra la pobreza técnica del proyecto, tal como lo hemos visto en las otras reformas. Solo pensar que todas las universidades deben ser complejas es un error sin límites. Todo lo anterior es previo a definir la educación superior como un derecho y punto. Ni hablar de responsabilidades. Pero, ¿derecho a bachiller, licenciado, título profesional, diplomados, máster, doctorado, post doctorado? Ni siquiera es tema.


El avance en la gratuidad está sujeto a una engorrosa fórmula de ingresos fiscales como porcentaje del producto de tendencia. Lo notable es que anticipa que los ingresos fiscales llegarán al menos al 30% del PIB. Hoy es alrededor 25%, es decir, están proponiendo derechamente que los impuestos seguirán aumentando en un equivalente a dos reformas tributarias más del tamaño de la última.


Este es un proyecto para crear una Subsecretaría de Educación Superior burocrática, omnipotente y muy discrecional, que permite que un gobierno haga esencialmente lo que quiera con la educación usando la ambigüedad de una mala ley. La educación superior no es un commodity, y tratar de fijar un arancel único para distintos tipos de carreras es inducir una forma predefinida de cómo debe ser cada carrera.

El proyecto propone la definición de precios, cupos, consolida un Cruch como un cartel arbitrario. Pone condiciones de acceso a este último, que por ejemplo no cumplen ni cercano, las dos nuevas universidades estatales y ya pertenecen a éste.


Las universidades son esencialmente jerárquicas, mandan los que saben más, no los que son más. Captura para el gobierno de turno el sistema único de admisión de universidades por la manera en que se designa a quienes lo dirigen. Todo depende en definitiva de un “Plan nacional de educación superior”, al que todo lo anterior se subordina. Por cierto eso lo hará el gobierno en el futuro, y eso domina la ley en sí. La definición de viabilidad de una institución depende de criterios que sean “realistas”. ¿Será un poco discrecional? El gobierno controlará las inversiones, y aunque no lo crea, fija un 1% de los ingresos como máximo de gasto en publicidad. Obviamente no define qué es publicidad. ¿Fijará mañana el gasto en sillas, pintura, transporte, o teléfonos? Se abre el espacio a las denuncias anónimas, con una superintendencia omnímoda, llena de resquicios discrecionales.


En síntesis: le quita poder a la sociedad civil para concentrarlo en el Estado, pero específicamente en el gobierno de turno y la gratuidad como objetivo político. No tiene absolutamente nada de educación propiamente tal. Será una poderosa herramienta de control y limitación de la educación privada.


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Published on July 29, 2017 21:37

Orfandad DC

Finalmente, la Democracia Cristiana (DC) se enfrenta a las consecuencias de sus decisiones: no solamente sumarse al proyecto político encabezado por Michelle Bachelet sin “leer” siquiera el programa, sino más profundamente, dejarse arrastrar por una lógica polarizante que la llevó a demonizar al Chile de la Concertación, para imponer un programa de reformas tan ambicioso como inconsistente. Ingenua e incapaz de vislumbrar los efectos que tendría su participación en este delirio refundacional llamado Nueva Mayoría, termina ahora en un grado de irrelevancia tal que sus (ex) socios pueden excluirla del pacto parlamentario sin pagar ningún costo.


El ritual público de esta marginación ha sido en verdad humillante; un acto de desprecio que solo se explica por la certeza de la izquierda oficialista de que la contienda presidencial está en la práctica perdida, y que la única tabla de salvación son los siempre escasos cupos parlamentarios. A estas alturas, con o sin Carolina Goic de abanderada, la DC simplemente se quedó sin espacio político en los botes salvavidas, por lo que ha sido forzada a tener que nadar sola en busca de una orilla. En rigor, si en el actual escenario es innecesario cuidar la relación con ella, es porque entre las dirigencias partidarias de Alejandro Guillier existe la resignada convicción de que ni sus votos en segunda vuelta podrían alterar lo que hoy parece como algo inevitable.


Así, como un alma en pena a la hora del naufragio, la DC está siendo sacrificada por una izquierda plenamente conciente que, de confirmarse el arribo de Sebastián Piñera al gobierno, lo natural y lógico será la convergencia con las fuerzas que hoy componen el Frente Amplio, un maridaje de oposición radical donde la Falange no tiene cabida. En efecto, para esos sectores el eventual retorno de la derecha al poder será un importante incentivo a la polarización, contexto donde la DC volvería a ser un lastre de ambigüedad y de “matices” como el que, en opinión de muchos, terminó de desfigurar y debilitar el actual programa de reformas.


Al final, la candidatura de Carolina Goic fue la excusa perfecta para poder desprenderse de una alianza hija del oportunismo y ya históricamente derrotada. Incluso más allá del resultado electoral de diciembre, en la izquierda de la Nueva Mayoría se agita la certeza de que, tarde o temprano, el país deberá afrontar sus actuales dilemas con posiciones claras y categóricas, un escenario donde la DC estará condenada a muerte por indefinición.


Obligarla por tanto a competir sola en la próxima elección parlamentaria es, de algún modo, “ayudarla” en este tránsito amargo hacia su escatológica nulidad, un rol menos que mínimo en el escenario por el que ella misma apostó, cuando decidió aceptar el papel de simple comparsa.

Enfrentada a este aciago destino, la Democracia Cristiana no tiene hoy derecho de culpar a nada ni nadie, salvo a su ambiciosa ingenuidad.


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Published on July 29, 2017 21:35

Poco Ocde

Queremos la educación primaria finlandesa. La secundaria danesa. La universitaria alemana. El sistema de transportes japonés. La televisión pública francesa. El sistema de salud inglés. El sistema de pensiones noruego. La infraestructura de Singapur. El sistema político suizo. Y la industria estadounidense. Todo junto AHORA.


Y todo, además, con el PIB per cápita turco, la desigualdad panameña, la productividad mexicana, la concentración de mercados dominicana y un aparato público con niveles de transparencia y eficiencia griegos.


¿Qué ha ocurrido? El desarrollo es desilusionante. Lo que nos parece maravilloso de lejos, una vez que lo alcanzamos, resulta amargo.


Y es que parece maravilloso justamente porque está lejos. Millones aplaudieron a Pinochet cuando prometió en 1980 que pronto, si todo iba bien, “de cada siete chilenos, uno tendrá automóvil; de cada cinco, uno tendrá televisor, y de cada siete, uno dispondrá de teléfono”.


Actualmente hay más teléfonos y televisores que habitantes, y un auto cada cuatro personas. Pero hacemos series de televisión para recordar la felicidad sencilla de las familias que soñaban con esas cosas.


Es como haber trabajado hasta el agotamiento y haberse endeudado por muchos años para entrar al concierto de nuestro grupo musical favorito, para luego darnos cuenta de que todo nuestro sacrificio solamente nos permite pagar la peor ubicación. Lejos, muy lejos de lo que pensamos que sería estar ahí. Aunque ahí estamos.


La masificación de miles de bienes y servicios que antes solamente podían disfrutar minorías privilegiadas ha venido de la mano con una segmentación de la calidad de la oferta y una experiencia mucho menos placentera de ellos una vez que logramos obtenerlos. Y, varias veces, exigiendo una cuota de esfuerzo mucho mayor de la que esas minorías hacían en su momento.


Cuando la universidad y las pensiones eran “gratis”, se aprovechaban de ellas la clase alta, la élite burocrática, y un par de personas más.


Los pobres no iban a la universidad y la mayoría no alcanzaba ni la edad de jubilación (que era igual a la esperanza de vida promedio en 1970: 60 años). ¡Pero la universidad era gratis y las pensiones aseguradas por ley!


Esto es frustrante, aunque la mayoría esté mejor. Además, dada la complejidad de los nuevos problemas, las soluciones y mejoras posibles son lentas, complejas y costosas. Y los que están felices en la primera fila del concierto, las élites políticas y económicas, parecen ni enterarse de la urgencia de darle cauce y conducción a estos desafíos.


Así, los que lo pasan bien se entregan a fantasías cosmopolitas, y los que lo pasan mal a fantasías redistributivas.


Todas auspiciadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Como el oficinista mirando páginas de viajes o el enfermo entregado a la homeopatía. Y cada uno elige al homeópata social que le venda el humo necesario para no tener que mirar de frente nuestra realidad.


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Published on July 29, 2017 21:34

Álvaro Bisama's Blog

Álvaro Bisama
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