Álvaro Bisama's Blog, page 113
August 6, 2017
Goic y DC: última encrucijada
La DC está en una encrucijada, esto es: (i) un lugar en donde se cruzan dos o más caminos; (ii) una ocasión que se aprovecha para hacer daño a alguien, emboscada, asechanza; (iii) una situación difícil en que no se sabe qué conducta seguir (RAE).
El más gravitante de estos significados es el primero; punto de encuentro de diversos caminos entre los cuales hay que optar.
¿Mantenerse como miembro de la Nueva Mayoría (NM) o definidamente seguir por fuera de dicho conglomerado? ¿Dentro del gobierno como parte del pacto original o, por cambio de las circunstancias, solo apoyándolo en el parlamento o a través de algunos técnicos en cargos de responsabilidad sectorial?
La actual situación resulta insostenible; estar dentro y fuera de la coalición al mismo tiempo. Ser parte del gobierno a la cabeza de su comité político, cuya estrategia de continuidad sin embargo se busca derrotar. Contradicciones como éstas tornan incomprensible el mensaje que la DC pretende transmitir.
Más al fondo: ¿Qué alternativa de futuro ofrece la DC a la sociedad y sus diversos estratos medios? ¿Un pacto con la misma NM cuyo programa y equipos han hostilizado a esos grupos, de los cuales desconfían y cuyas demandas y cultura menosprecian? A su turno, ¿qué racionalidad y coherencia posee el acuerdo buscado con dos agrupaciones marginales del lado izquierdo de la NM? En suma, ¿hacia dónde apunta la DC? ¿Hacia un “camino propio”, pero alineado con cuál de sus corrientes internas? ¿Hacia el “centro”, pero entre cuáles extremos, ahora que la vieja cartografía está por irse al desván de los recuerdos?
Encrucijada puede ser también una emboscada o maquinación, como han existido en abundancia a lo largo del equívoco camino elegido por la DC. La más seria asechanza son sus propias vacilaciones e indefiniciones nacidas de conflictos entre caudillos, fracciones, corrientes, familias, posiciones e ideologías. No se sabe quién conduce ni hacia qué lugar. ¿Partido de cuadros o de masas? ¿Rupturista o reformista? ¿De renovación política o de cruzada moral? ¿De proyecto intelectual o de redes clientelares?
Por último, la DC y su candidata presidencial -a quien respaldo con la esperanza de superar el actual binominalismo ideológico de tipo blanco o negro, izquierda estatista o derecha neoliberal- se encuentran en una situación difícil en que no saben qué conducta seguir (tercer sentido de encrucijada). Goic dedica más tiempo a las escaramuzas internas que a comunicar una propuesta. Aún no levanta vuelo, pues un pesado lastre -las divisiones y resistencias de su propio partido- la mantiene atrapada en la ambigüedad.
Lo más notable es la escasa conciencia que la DC parece tener de que ésta es probablemente la última encrucijada que enfrenta antes de ser expulsada hacia los libros de historia.
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Movilidad eléctrica
Preocupante realidad para los eléctrico dependientes luego de los últimos sucesos de apagones. Dependencia eléctrica que irá cada vez más en aumento. Aumento fundamentalmente ligado a un consumo libre de emisiones, pero aún con cierta polémica en lo que respecta a su generación limpia. Las matrices de generación eléctrica ligadas al carbón y el diesel al menos anulan el efecto de la no emisión del consumo eléctrico.
Uno de los ámbitos donde la dependencia eléctrica ha avanzado más lento es la movilidad. Aviones, buques y automóviles siguen siendo mayoritariamente en base a combustión de combustibles fósiles. Sin embargo, en lo que se refiere a la movilidad eléctrica urbana, la revolución se viene muy fuerte. Ella no solo requerirá de readecuación de los puntos y cobertura del suministro, sino además regalará una oportunidad para transformar el espacio público. Móviles más compactos, eficientes y cero-contaminación prometen una renovación total de las urbes.
La empresa de autos eléctricos TESLA, produjo el año pasado unos 75 mil autos, y superó en valor bursátil a las tradicionales Ford y General Motors. La fábrica VOLVO anunció que todos sus modelos a partir del 2019 serán híbridos o 100% eléctricos. Otros anuncios de ese estilo se escuchan desde Volkswagen y Mercedes Benz con un porcentaje de producción eléctrica del orden de un 20% al 25% del total de sus unidades para el 2025. Las más tradicionales americanas como Ford también se ponen al día afirmando en 15 años producirán más autos eléctricos que de combustión.
En Chile la movilidad eléctrica es muy reducida, con una venta anual en torno a los 100 autos por año. Por otro lado, los puntos de recarga eléctrica son escasos. Parte de la baja penetración se explica por costo de las unidades y la pobre red de suministro. Sin embargo,
Chile tiene todas las posibilidades para generar más electricidad limpia no solo en su consumo sino en su origen. Plantas solares, eólicas e hidroeléctricas de pasada o con embalses de bajo impacto, debiesen ser empujadas con prioridad por la autoridad, no sólo por el afán de una matriz de generación eléctrica más diversificada y no contaminante, sino para contar con más energía eléctrica, y más barata. Solo un mercado mejor provisto y más competitivo, permitirá la penetración masiva de la movilidad eléctrica.
Los transportes eléctricos, no solo no contaminan, sino que además son bajos en emisiones de ruido y así mismo tienden a ser más compactos en tamaño. Esto hace pensar en la gran cantidad de oportunidades que se presentarán el futuro cercano respecto de cómo se reasignará el espacio público a los distintos modos de transporte y cómo se diseñarán esos espacios para las personas. La movilidad eléctrica es un gatillante para contar con mejores espacios públicos y así mismo volver a escuchar sonidos que hoy son acallados por el ruido de los motores.
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Chile, nuestra vocación al Asia-Pacífico y el BAII
Las proyecciones indican que para 2050 la mitad del producto mundial provendrá del Asia. Ya hoy, Asia es el continente más poblado, el más dinámico y el con la mayor tasa de crecimiento. Parte de la razón por la cual Chile ha crecido como lo ha hecho en el último cuarto de siglo es porque se dio cuenta temprano de ello, y actuó acorde. Hoy en día, la mitad de nuestras exportaciones van al Asia y la cuarta parte a China, la proporción más alta de la región, llevándonos a ser calificados como “el país más asiático” de la misma.
Dicho esto, la competencia por los mercados asiáticos es brutal, y todo el mundo quiere expandir sus cuotas de mercado -especialmente en China. Los TLC nos han dado ventajas, pero competidores como Australia y Nueva Zelandia han seguido nuestros pasos y el arancel cero para exportar a China pronto lo tendrán varios. Cada vez más, el desafío en competitividad radica en la logística y los costos de transporte, para los cuales la infraestructura es clave. En América Latina y el Caribe, los costos logísticos varían entre el 18 y el 35% del valor final del producto, versus un 8% en los países miembros de la Ocde.
Chile tiene la mejor infraestructura de la región, pero aún nos falta mucho. Y allí entra a terciar el flamante Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (BAII), del cual Chile ya es un miembro prospectivo, y con cuya visita a la sede del mismo en Beijing en mayo la Presidenta Bachelet pasó a ser el primer Jefe de Estado en hacerlo.
Con un capital de US$ 100,000 millones y 80 miembros, en sus cortos dos años de existencia el BAII ya ha prestado 2,5 mil millones de dólares y Moody´s le acaba de dar una calificación de Aaaa. La meta del Banco es remontar el déficit de infraestructura en Asia, estimado en unos 8 billones de dólares. Para Chile, país exportador que depende de los mercados del Asia-Pacífico, es clave ser parte de una entidad como ésta, con la mitad del capital del Banco Mundial.
Y el BAII no excluye la posibilidad de financiar proyectos en otras regiones que sean relevantes para Asia, como podría serlo, en Chile, el tan dilatado mega puerto en el Litoral Central . Los corredores bioceánicos también caen en esta categoría, algo que facilitaría y abarataría el transporte de los cada vez mayores volúmenes de alimentos que exportamos desde el Cono Sur al Asia. Ídem para el proyectado cable trans-Pacífico de fibra óptica entre Chile y China.
En adición a Chile, Argentina, Bolivia, Brasil, Perú y Venezuela ya están entre los miembros prospectivos del Banco, demostrando la creciente conciencia en el vecindario acerca de la necesidad de apuntalar la infraestructura y conectividad con Asia. Como dijo el presidente del BAII, Jin Liqun, en la II Reunión Anual del mismo en Jeju, República de Corea, hace algunas semanas: “Conectividad en infraestructura significa conectividad con la prosperidad, y desconexión de la pobreza”.
En el nuevo siglo, que muchos dicen será el siglo del Asia, es algo a tener presente si queremos sentar las bases de un Chile que dé el gran salto al desarrollo.
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Diseño de salud inteligente
*Esta columna fue escrita junto a Pablo González, académicos de Ingenieria Industrial de la Universidad de Chile.
Hay pocos hechos que pueden afectar más la vida de las personas que un deterioro de su salud y, si bien no siempre es posible impedir el dolor crónico, la invalidez o la muerte, es lamentable que estos ocurran por malos diseños, falta de creatividad o decisiones políticas erradas. Los problemas que han aparecido recientemente en la prensa son de esta naturaleza y tienen enormes costos humanos que podrían haberse evitado si se hubiesen aplicado las herramientas adecuadas.
En muchos sistemas complejos donde se entregan servicios -como en el área de la salud- no se han hecho diseños explícitos de aspectos tales como la definición de los objetivos, diseños alternativos estructurales o configuraciones para alcanzarlos, evaluación de desempeño en varias dimensiones utilizando modelos apropiados y aseguramiento que el diseño seleccionado se detalla e implementa con buena planificación. Tales diseños son indispensables para asegurar un buen servicio al menor costo posible, lo cual requiere una ingeniería con herramientas apropiadas para realizarlos. Esto es lo que han permitido enfoques como Systems Engineering, Ingeniería de Negocios e Ingeniería de Servicios. El primero ha sido utilizado, entre otros, en el diseño de sistemas nacionales de telecomunicaciones, sistemas relacionados con proyectos de la NASA, transporte y salud, línea en la cual el Consejo en Ciencia y Tecnología de EE.UU. hizo una propuesta al ex Presidente Obama para mejorar el sistema de salud norteamericano.
En Chile también existen casos de aplicación de esta ingeniería, por ejemplo, en sistemas de planificación urbana y de trasporte, y de combate de incendios, ambos realizados en Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile. Estos enfoques han tenido aplicación en diseño de empresas de servicios, en la transformación de empresas tradicionales en empresas de servicios y en el diseño de servicios públicos, incluido salud, lo que acumula una experiencia considerable en Ingeniería Industrial en estos temas, la cual es resumida en tres libros publicados en EE.UU.
El factor común de estas propuestas es la integración de disciplinas como Economía, Ciencias de Gestión, Analítica-Data Mining, Machine Learning, Optimización Matemática, Simulación y TI. La idea clave es que los sistemas complejos requieren el concurso de tales disciplinas de manera armónica y sinérgica para generar diseños, modelarlos y evaluarlos antes de su construcción. Así se asegura que cumplan con las funcionalidades deseadas optimizando, por medio de Analítica, la productividad de los recursos para así dotarlos de dispositivos de aprendizaje inteligentes que faciliten la adaptación permanente.
Los sistemas de salud son particularmente complejos, dado que el servicio que se presta a un paciente no está determinado a priori y se debe generar según sus necesidades. Esto requiere diseños que puedan adaptarse dinámicamente a requerimientos cambiantes y aplicar las prestaciones estrictamente necesarias, prontamente y evitando excesos de reevaluaciones, exámenes y procedimientos. Un aspecto fundamental de tales diseños es la producción del servicio médico, lo cual implica que deben estructurarse los flujos de pacientes -por ejemplo, urgencia, hospitalización y cirugía- estableciendo las prácticas médicas de acuerdo con las características de los pacientes y las patologías que los afectan. Esto requiere diseño de protocolos formales, con prioridad para los casos más frecuentes, los cuales pueden ser apoyados por tecnología computacional y estado del arte, por ejemplo, con apoyo de Machine Learning al diagnóstico médico. Esto no es un sueño, en Chile tenemos casos en que esta posibilidad es una realidad. Si tales diseños no existen o son precarios se generan situaciones caóticas como las que a menudo ocurren en la salud pública en Chile.
Otro aspecto importante que requiere diseño al nivel del Ministerio de Salud y de sus Servicios de Salud es la expansión de la red. Esto, dada la existencia de un sistema actual en operación que necesita modelos para diseñar alternativas de estructura y relaciones, y simulación para evaluar desempeño. Una opción de diseño en esta línea es mejorar la eficiencia de los actuales hospitales, medida en nuestras investigaciones y que evidencian que se puede incrementar significativamente, lo cual entregaría capacidad adicional disminuyendo la necesidad de nuevas construcciones. En cuanto a nuevos hospitales hay que abordar integradamente aspectos tales como el diseño conceptual, infraestructura necesaria para implementarlo, configuración de los servicios y sus flujos -urgencia, servicio ambulatorio, hospitalización, cirugía y especialidades, entre otros-, todo lo cual incluye diseño de capacidad, con modelamiento y simulación para asegurar un buen funcionamiento ante distintos escenarios de demanda, procesos detallados de operación para cada uno de los servicios y sistemas de información de apoyo a las operaciones. Es difícil que licitaciones de construcción basadas en estos diseños fracasen por problemas técnicos.
Aplicar estos enfoques de ingeniería es un imperativo ético y económico. No se trata de un problema de recursos, sino de falta de capacidades y herramientas para hacer el uso más adecuado de ellos. Hacemos un llamado a las autoridades para que utilicen apropiadamente y en forma masiva estas herramientas. Hoy los equipos de salud luchan por salvar vidas con un gran esfuerzo y desgaste personal, pero la política no los dota de las mejores condiciones para ganar la batalla con el menor número de bajas posible.
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El “valor” de la vida moderna
Uno de los efectos más perniciosos de la agitada vida moderna está configurado por el perfil psicológico de los individuos, que a pesar de vivir integrados al planeta a través de una compleja red digital, se han convertido, paradójicamente, en seres desarraigados, confundidos, angustiados y frecuentemente enajenados. Estas características afectan cada vez más a niños y jóvenes, situación que pone en riesgo el futuro de la humanidad, y de manera muy particular el de nuestro país donde una alta proporción de la población sufre problemas mentales y depresivos.
Los humanos están siendo inducidos a aceptar pasivamente determinados conjuntos de ideas, pautas y paradigmas – casi todos con un marcado acento materialista y extremadamente simplista -, mientras rechazan otros, a menudo con la irracionalidad que caracteriza a los reflejos condicionados (por ejemplo, la negación del valor de la vida humana en general y de los seres que luchan por nacer desde el vientre materno, en particular). Este fenómeno se ha visto aumentado y asistido en el mundo actual por el ocaso de los temas espirituales en vastas regiones de occidente y aún de oriente, lo cual ha debilitado aquellos mecanismos psicológicos con los que el hombre tradicionalmente se ha relacionado con lo trascendente. Cuando se pierden estos valores, tenemos a seres profundamente confundidos y solitarios, que son presa fácil de las corrientes degradantes de la vida que hoy circulan en los medios de comunicación y las redes sociales.
Así, la gente va perdiendo la fe, no simplemente en un “Ser Superior” sino que en muchos aspectos del sistema propiamente tal; se duda de las personas y hasta la familia ya no es del todo confiable. Se ha perdido la compostura y ahora no se tiene que probar nada a nadie. Se falsea la verdad abiertamente y el orden moral está sujeto simplemente al ser humano como individuo, a la voluntad de cada cual. Somos libres para disponer de nuestro cuerpo, así por lo menos argumentan los auto-denominados progresistas, y acto seguido nos proponen terminar con un embarazo por tres motivos “especiales”. Pero lo que no se menciona es que en todos los lugares del mundo donde se han implementado estas medidas, más temprano que tarde ha sido imposible parar el caudal de nuevas y muy variadas razones para abortar una vida. Sin embargo, de abstinencia, cuidado, disciplina y respeto…ni una sola palabra.
A pesar de que estamos siendo bombardeados con mensajes “libertarios” centrados en la dignidad de las personas, particularmente de las mujeres, como si no tuviéramos un conocimiento acabado de estas materias y no identificáramos claramente el trasfondo de su contenido; a pesar de que estamos en un país donde muchos piensan sólo en su propio bienestar, en una vida placentera ajena a los sacrificios y la abnegación; a pesar de que demasiadas “organizaciones de vanguardia” intentan convencernos sobre su visión, más que limitada, acerca de la modernidad; justamente por ello, y algo más, no se hace pesado afirmar que mantenemos las antiguas tradiciones de respeto a la vida, que resplandecen aún en medio de la oscuridad.
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¿Un nuevo comienzo?
La montaña rusa que ha vivido la Democracia Cristiana en los últimos días ha dejado perplejos a muchos. Pero no debiera sorprender tanto si se recuerda el origen del proceso que ahora agita al partido de la flecha cruzada. La candidatura de Carolina Goic y la decisión de no ir a primarias no sucedieron por error, ni fueron una casualidad. El partido vio que estaba siendo acorralado desde hace mucho por la izquierda dentro del conglomerado oficialista. De ser el principal partido, pasó a convertirse en el vagón de cola. Era un imperativo recuperar la identidad y el centro político. Así, en una junta que despertó algo de la mística perdida se lanzó la candidatura de su presidenta.
Pero el dato es que Goic no ha sido capaz de despegar en las encuestas. Concretamente, no concitó siquiera el apoyo de lo que ha sido la base votante de la DC, pues está lejos del resultado de la reciente elección municipal. Si lo tuviera, se erigiría en una alternativa para la cada vez más alicaída campaña de Alejandro Guillier, un candidato presidencial que no tuvo el valor de asumir una posición en la votación del Senado sobre los sucesos de Venezuela, sino que prefirió escabullirse de la sala para no votar.
Con las encuestas en contra de Goic, algunos en la DC decidieron desembarcarse, lo que se materializó en la Junta Nacional del fin de semana pasado. El pretexto fue que la presidenta habría cometido el error de “rinconizar” la junta, al oponerse a que el diputado Ricardo Rincón fuera a la reelección. Ningún error, pues si hay que recuperar la identidad y cambiar el modo de hacer política, es menester jugarse por los principios y hacer efectivos los cambios.
Dejo constancia que no estoy seguro de la culpabilidad del diputado, cuando existen resoluciones judiciales contradictorias. Pero ella sí lo está y actuó en consecuencia; y lo cierto es que los que ratificaron la candidatura de Rincón no lo hicieron por estimar que fuera inocente, sino porque pensaron que bajando a su candidata presidencial salvarían su pellejo electoral.
Nadie imaginó que la candidata tendría la valentía de desafiar a los que la abandonaron. Una actitud del tipo que es indispensable para corregir el rumbo en tiempo difíciles. Al final éstos tuvieron que ceder y el partido retoma el camino que se había fijado a comienzos de año; y ella ha salido fortalecida. Pero no todo estuvo bien: difícil entender que en la búsqueda de la identidad y del centro la Junta DC haya aprobado integrar una lista electoral con la IC y el MAS, partidos marginales de izquierda que miran con simpatía el chavismo y que ni siquiera son aporte sustantivo de votos. Y Goic no se opuso a eso, quizás para no tensionar más la junta, pero la incoherencia es total.
¿Tendrá la candidata un nuevo comienzo? Las próximas encuestas dirán si la gente valoró su desplante y coherencia. Si es así, mucho puede cambiar para noviembre.
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August 5, 2017
Irse y quedarse
El diputado Sergio Espejo renunció a su militancia de casi tr30 años en la DC y lo hizo también a competir para la reelección de su cargo en el Congreso. Es un gesto destacable, más todavía cuando en nuestro país escasean estas conductas; siendo muchos presa de la inercia, el interés o la comodidad, retrasando esa necesaria introspección que cada cierto tiempo deberíamos hacer sobre nuestros anhelos y convicciones, y los medios e instrumentos para alcanzarlos.
La renuncia es muchas veces también una decisión difícil, cuando no dolorosa. Especialmente para quién, como es el caso de Espejo, en que la pertenencia y el significado de la comunidad política, fue justamente lo que le daba sentido a su vocación pública. Se trata además de un proceso íntimo, donde mediante una reflexión preferentemente personal se ponderan diferentes consideraciones antes de arribar a una decisión. No hay, por lo mismo, conclusiones necesariamente correctas e incorrectas. Si el ejercicio se hace de manera honesta, resulta tan legítima la opción de dar un paso al costado, como también el quedarse o perseverar. Entonces, en cualquiera de los casos, no existe una pretensión de superioridad moral sobre el resto de los miembros de la comunidad. Quienes así lo reprochan, evidencian el sentirse interpelados por esta decisión, lo cual dice menos de Espejo y más de quienes lo juzgan.
Por lo mismo, confieso que me sentí violentado por la crítica que el día jueves le escuché a Ignacio Walker, quien acusó a su ya excamarada de no asumir sus responsabilidades como dirigente, de ser inconsistente, y que su abandono sería castigado por la ciudadanía. Quemantes afirmaciones para quién, en su calidad de presidente de la DC, concurrió a la formación de la Nueva Mayoría (incluido el Partido Comunista) y suscribió el total apoyo a la administración de Bachelet, para después decir que no había leído el programa de gobierno. Si de inconsistencias se trata, el mismo senador que hace dos años dijo que por la misma puerta que entrara el PRO a la Nueva Mayoría, por ahí saldría la DC, no pareció escandalizarse cuando hace pocas semanas se presentaba a ese mismo partido como una alternativa para el pacto parlamentario con la Falange; y tampoco, después de su reiterado reproche a la izquierdización de la coalición y su partido, se ha quejado amargamente por el inminente acuerdo con el MAS y la Izquierda Ciudadana. Y sobre el castigo ciudadano, no podremos saberlo en el caso de Espejo, pero sí en el del senador. Solo espero que si lo resultados son adversos, esta vez no diga que tampoco leyó el pacto electoral.
Celebro el coraje de Espejo y los otros que han renunciado por estos días y meses, como también valoro la honesta decisión de esos muchos que han decidido permanecer y dar la pelea por su partido.
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El lamentable ocaso de la DC
Lo que ha ocurrido esta semana en la DC es apenas un síntoma de la enfermedad que padece el partido. Han aplicado algunos medicamentos y así ha disminuido el síntoma, pero el problema sigue intacto. El resumen es simple: la adicción al poder. Es justo señalar que esa enfermedad está ampliamente diseminada en nuestra política, en casi todos los sectores.
Los grandes principios y valores que inspiraron a este partido, simplemente se disolvieron en el tiempo. De una postura fuertemente anti allendista y de apoyo al golpe militar, pasaron a convivir en la intimidad con el PC y el PS apoyando la retroexcavadora. Ahora en medio de la crisis se asocian con la IC y el MAS que son quienes más defienden a Maduro. Pasaron del respeto consciente y claro a su religión a apoyar el aborto de alguna forma y el matrimonio igualitario, y siguieron llamándose políticamente de apellido cristiano. El resultado es que perdieron identidad y junto con ello más o menos un millón doscientos mil votos. Pasaron de ser el principal partido del país, a uno del montón. Hoy algunos dirigentes, parlamentarios o ministros son poderosos pero no así el partido, una curiosa paradoja, cuyos resultados han sido los acontecimientos vergonzosos de esta semana.
No pudieron ir a primarias de la NM porque el partido ahora ya pesa poco y serían arrasados en ella. Levantan una candidatura “reguleque”, a sabiendas sin perspectiva alguna, y que; o lo era o se interpreta como una estrategia de negociación para los parlamentarios, que por ende no les resulta. Quedan así entrampados con un candidato que el partido de verdad no apoya y fuera de los acuerdos parlamentarios. Entonces le quitan el piso a Goic, lo que se aprecia con nitidez en las encuestas – donde no logra superar el 2%-, en un partido que supuestamente tiene el 13%. Más aun, ella en su doble condición de presidente de partido y candidata presidencial de éste, como mujer, pide no renovar a un diputado por enredos inaceptables en temas de violencia familiar y el partido le responde con una bofetada. Entonces la bajan de la presidencia, y le aprueban al candidato vetado. El diputado y ese sector del partido, ganan el primer round y este celebra su éxtasis de triunfo elocuente frente a las cámaras como si fuese un partido de futbol.
La candidata, severamente golpeada por su partido, acusa recibo del bofetón, y entra en reflexión, generando así un caos sin precedentes en el partido. Quizás ya no tienen candidato, tampoco están en los acuerdos parlamentarios relevantes, empiezan las renuncias públicas al partido, y las diversas pugnas internas aparecen abiertamente por los medios. La crisis parece terminal, y pronto se enciende la adicción al poder, y así bajan ahora a Rincón y suben nuevamente a Goic, con amplias potestades. Segundo round lo gana Goic. Pero lamentablemente este es un torneo a 15 rounds. “Príncipes”, “colorines”, “chascones”, “guatones”, disidentes, bacheletistas, G35, “gutistas”, falangistas, “los cardumen”, etc. ya no son capaces de ponerse de acuerdo en serio. La adicción ya los contagió a casi todos. Por cierto aún quedan inmunes pero cada día menos.
Ahora Goic subirá un poco en las encuestas, pero el Titanic, como dijo Mariana Aylwin en la televisión, ya chocó con el iceberg. Seguirán los rounds internos, las heridas que han quedado en estos enfrentamientos son muy grandes. Se acabó históricamente el tiempo relevante para la DC. La única y pequeña luz de salida es apoyar de verdad a Goic e ir en lista propia, señalando que son los únicos que realmente creen en el cambio del binominal.
Se habían jubilado y ahora tienen que volver a trabajar… es muy duro y no es culpa de las AFP.
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Quiebre final
Como en una paradoja matemática, el desenlace fue exactamente opuesto al esperado; así, lo que partió como un “golpe blanco” orquestado en la junta DC con el objeto de desbancar la candidatura de Carolina Goic, terminó al final con los conspiradores implorando su continuidad. El veto a la repostulación del diputado Rincón se transformó entonces en la excusa perfecta para sortear una tensión hábilmente acotada, que sirvió para sublimar el mar de fondo que desde hace tiempo socaba a la Falange.
De algún modo, el súbito debate instalado en la DC sobre los “límites éticos” de sus postulantes al Congreso, logró postergar la controversia mucho más sustantiva sobre su permanencia en la Nueva Mayoría y sobre su rol en el futuro de la centroizquierda. Pero al menos en lo inmediato, si alguna duda existía todavía sobre la continuidad de la opción presidencial de Goic, ella quedó despejada, cerrando de paso toda posibilidad de arribar a un acuerdo parlamentario con los partidos que sustentan la candidatura de Alejandro Guillier.
El incidente desplegado a partir de la Junta Nacional había sido precedido por la arriesgada afirmación de la presidenta del partido respecto a que “evidentemente la DC se encuentra ya fuera de la Nueva Mayoría”. Y el resultado de lo que ocurrió después solo vino a reafirmar dicha evaluación: dos candidaturas presidenciales y listas separadas para la elección parlamentaria, precisamente el escenario que intentaron evitar las fuerzas que se jugaron sus cartas en la junta, y que concluyó más bien profundizando la distancia de la Falange con la coalición oficialista.
Sin duda es muy temprano para evaluar los efectos electorales que este capítulo tendrá sobre el débil posicionamiento mostrado hasta ahora por Carolina Goic. Su ofensiva en contra del diputado Rincón puede significar un punto de inflexión positivo, pero no es claro que vaya a ser lo suficientemente relevante como para sacarla del cuadro de precariedad en que se encuentra. Dependerá de cómo se administre hacia delante este acierto circunstancial y, sobre todo, de la capacidad de la candidata y del partido para asumir las definiciones que el presente demanda. El tema de los límites éticos sirvió en este contexto para encausar la crisis, pero está claro que los problemas políticos que arrastra la DC son otros. En ese sentido, mucho más relevante es la insólita decisión de concretar un pacto parlamentario con fuerzas políticas que miran con abierta simpatía a la dictadura venezolana.
En definitiva, las tensiones de la semana se cierran, de momento, con la posibilidad de que Carolina Goic pueda empezar a mejorar su rendimiento electoral, en un escenario que vino a consolidar la fractura entre la DC y la izquierda oficialista. Los avatares generados en la última Junta Nacional quedarán así inscritos en las postrimerías de un largo ciclo histórico, aquel iniciado a medios de los ’80 y que consiguió hacer de la convergencia entre el centro y la izquierda, el eje de la gobernabilidad por casi 30 años.
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Todo o nada
La resurrección de Carolina Goic -luego de una semana marcada por presiones, declaraciones inflamadas y el eterno fantasma de la traición interna- es quizás la última oportunidad que la historia le brinda a la Democracia Cristiana para darle un giro a su dilatado proceso de disolución política. La senadora por Magallanes puso todo su capital político en juego para preservar una convicción: exigir de sus candidatos al parlamento un estándar ético mínimo. Más allá de las maniobras (que no faltaron de lado y lado) es un hecho lo suficientemente llamativo como para ser destacado.
Con todo, si Carolina Goic quiere tomarse en serio la situación que ella misma creó, debe asumir que este es solo el comienzo de un camino tan largo como tortuoso. La primera dificultad guarda relación con la fragilidad de su partido, cruzado por divisiones políticas y personales. En ese contexto, se hace indispensable un trabajo doctrinario de fondo, capaz de dar cuenta de los profundos desafíos que enfrenta el país (y no bastan los llamados a una moderación sin contenido). La Democracia Cristiana se inscribe en una tradición intelectual y política que tiene mucho que decirle al país actual, y resulta absurdo que lleve tantos años silenciada en función de intereses pequeños y acomodos pasajeros (y la misma Goic no ha sido ajena a ellos). Para recuperar su identidad y su peso específico, la DC debe abandonar esa extraña tentación de inclinarse sistemáticamente hacia su izquierda; tentación que, a fin de cuentas, la condena a ser estéril políticamente. Un centro vigoroso no puede, por ejemplo, tener un alianza de gobierno con el Partido Comunista sin perder buena parte de su coherencia, ni asumir acríticamente las tesis individualistas del socialismo liberal, ni menos defender programas de izquierda alegando luego no haberlos leído. Si este trabajo es realizado seriamente, no es descabellado pensar que Ricardo Rincón puede ser sólo el primero de los caídos en la batalla.
Por otro lado, la senadora -y con ella el partido- debe hacerse el firme propósito de dejar de mirar obsesivamente las encuestas, pues su proyecto sólo cobra sentido en el largo plazo. No se trata de ganar las elecciones de este año, y ni siquiera se trata de conservar la bancada parlamentaria: se trata de tener algo que decirle al país en los próximos lustros. Mientras la izquierda más dura se articula en el Frente Amplio, y el oficialismo duerme la siesta con Guillier, la Falange tiene la oportunidad de sembrar para el futuro. Para lograrlo, Carolina Goic cuenta con una ventaja: la Democracia Cristiana parece haber quemado las naves. Ya no será posible negociar por detrás su bajada, ni volver a un pacto parlamentario con la Nueva Mayoría. La Falange está condenada a enfrentar su propio destino, después de haberlo eludido durante muchos, demasiados años. Al fin y al cabo no es una mala noticia: la apuesta existencial siempre tendrá más valor que la intrascendencia gelatinosa. Aunque dé vértigo.
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