Hugo García Michel's Blog, page 228

March 23, 2015

"Matar por Ángela" a la venta

Pues a partir de hoy ya está a la venta la nueva edición de Matar por Ángela, en las tiendas Sanborns de todo el país, además de en las librerías Gandhi y El Sótano. Es una situación que me pone muy feliz, espero que se venda bien y que mucha gente lo lea.
  La campaña de difusión en medios comenzará una vez pasada la Semana Santa y la presentación oficial será a principios de mayo.
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Published on March 23, 2015 16:29

March 22, 2015

Dylan y sus huellas de sangre

“We always did feel the same,We just saw it from a different point of view,Tangled up in blue”.
Cuando hace tres años Jack White grabó su primer álbum como solista, el magnífico Blunderbuss (2012), mucha gente comentó con cierta admiración que se  trataba de un disco conceptual alrededor del tema del divorcio, de la separación de pareja, y para algunos resultó una verdadera novedad.
  Sin embargo, dicha temática tiene un grandioso antecedente, un disco fuera de serie grabado hace exactamente cuarenta años por uno de los músicos y compositores más importantes del siglo pasado y lo que llevamos de este: Bob Dylan.
  En efecto, a principios de 1975 apareció Blood on the Tracks, uno de los mejores trabajos de Dylan no sólo hasta ese momento, sino de su discografía toda. Se trata de una obra del mismo tamaño de clásicos como The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), Highway 61 Revisited (1965), Blonde on Blonde (1966) o Nashville Skyline (1969) y, al igual que estos, contiene composiciones hoy legendarias, con el extra de que son piezas cuyas letras se refieren a un solo asunto: el rompimiento conyugal. Porque una cosa es escribir canciones acerca de los fracasos amorosos (hay millones de melodías que hablan de ello) y muy otra es referirse concreta y pormenorizadamente al deterioro, los conflictos, las heridas de guerra de dos personas que estuvieron legalmente casadas. De eso reflexiona Blood on the Tracks, más que de los temas sociales, políticos o cotidianos en los cuales se había inspirado el autor hasta entonces para escribir sus letras. Ya no se refería a cuestiones que observaba y cuestionaba desde cierta distancia, para transformarlas en largas crónicas poéticas y musicales, sino de inquietudes y dolores que provenían de su propio interior, de su yo más íntimo y de su entorno inmediato.
  En este cambio de enfoque como creador mucho tuvo que ver Norman Raeben, un inmigrante ruso de 73 años con el que Dylan comenzó a tomar clases de pintura en 1974 y quien le enseñó la importancia de saber externar, en toda manifestación artística, los sentimientos más profundos, en lugar de mantenerlos guardados. Bob aprendió entonces a enfocar su creatividad de una manera consciente y esto lo trasladó a sus composiciones que se volvieron de inmediato más personales.
  En esos días, el músico estaba pasando por una difícil situación sentimental con su esposa Sara Lownds. Su matrimonio se encontraba a la deriva y él se enamoró de Ellen Bernstein, una atractiva ejecutiva de Columbia Records, su antigua casa discográfica, a la que había abandonado para hacer dos discos con la disquera Asylum (el Planet Waves y el Before the Flood, ambos de 1974). Ellen lo convenció no sólo de regresar a Columbia, sino que lo enamoró y él ya no pudo separarse de ella. Fue esta la gota que derramó el vaso de la relación con Sara, quien no sólo no entendía que su marido la dejara por una mujer más joven, sino también los cambios que estaba sufriendo en su forma de ver la vida y de hacer sus canciones. Sobra decir que tampoco comprendió el sentido de las letras de Blood on the Tracks: “Jamás supo de qué hablaba yo, qué era lo que pensaba, y no supe explicárselo de modo alguno”, confesaría tiempo después Dylan en una entrevista para The Dallas Morning News.
  Blood on the Tracks es un álbum triste, melancólico, de una belleza calma pero engañosa. Hay mucho dolor en esas letras y aunque la música no es necesariamente atribulada, no deja de haber en ella un dejo de pesadumbre.
 Inicialmente, Dylan grabó el disco en apenas tres días. En Columbia estaban felices y se aprestaban a imprimir medio millón de copias para que apareciera a principios de 1975. Pero sucedió algo inesperado: Bob le mostró las grabaciones a su hermano, David Zimmerman, y éste las escuchó con ojo clínico y oído crítico. Le dijo que no podía sacar el LP así y que varias de las piezas deberían ser regrabadas. Robert asintió y detuvo todo el proceso, para escándalo de los ejecutivos de la disquera. Se encerró entonces con tres músicos prácticamente desconocidos de su natal Minnesota, amigos de su hermano, y volvió a grabar cinco de los temas. La decisión valió la pena: si uno escucha las versiones originales (están en la serie The Basement Tapes) y las compara con las que regrabó, éstas salen ganando por mucho. Los nuevos músicos no aparecen en los créditos de portada, pero vale la pena mencionarlos: Kevin Odegard, Billy Peterson y Bill Berg.
  Las diez cortes que conforman a este Sangre en las huellas son de una perfección artística asombrosa. Joyas como “Tangled Up in Blue”, “Idiot Wind”, “Meet Me in the Morning”, “Shelter from the Storm” o “Simple Twist of Fate” son absolutas maravillas, clásicos imperecederos de la obra dylaniana.
  Cuarenta años de un disco que no ha envejecido un ápice.

(Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario)[image error]
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Published on March 22, 2015 13:00

March 21, 2015

¿Aristegui presidenta?

Buena parte de la opinión pública tiende a la absolutización de los acontecimientos. Lejos de reconocer que todo hecho es relativo en el tiempo y que una nueva noticia suele tapar y reemplazar a otra que en su momento fue estelar, se suele considerar que el presente siempre será presente y nunca se convertirá en pasado, a pesar de la fatal demostración práctica de que eso es falso.
  Valga el anterior galimatías (creo que ni yo me entendí) para mostrar que una nota, como el actual affaire Aristegui, opaca a una inmediatamente anterior, como el affaire Ayotzinapa. Basta con mirar a los medios de comunicación y asomarse a las redes sociales, tan amantes del trending topic: en el ánimo de quienes siguen las noticias (una minoría, comparada con el grueso de la población nacional), doña Carmen ha borrado (quién iba a decirlo) a los normalistas desaparecidos.
  Hace no mucho tiempo, el movimiento #YoSoy132 parecía destinado a una trascendencia revolucionaria y hoy es apenas un vago y anecdótico recuerdo. Eso para no irnos más hacia el pasado.
  En fin, el caso es que lo de hoy es el asunto de Carmen Aristegui contra MVS, con todas las percepciones, opiniones, intereses y chismes que lo rodean. No simpatizo con el estilo periodístico de la conductora (demasiado parcial y tan obviamente militante), pero tampoco me parece bien que haya sido privada de su espacio en los medios. Sin embargo, lo que de plano parece un disparate demencial es la propuesta de algunos de sus simpatizantes para lanzarla como candidata independiente a nada más y nada menos que la presidencia de la república.
  Ya existen una página en facebook y una petición en Change.org para tal efecto y aunque parezca una broma delirante, para muchos la cuestión va muy en serio.
  Lo que me encantaría saber es qué piensa Andrés Manuel López Obrador (tan protegido siempre por Aristegui) de dicha propuesta. ¿Se convertirá Carmen en la principal rival de don Peje para obtener la candidatura presidencial de Morena? Estaría de antología y le pondría un sabroso sabor a la carrera por el 2018. Es una cosa de locos, lo sé, pero ojalá que ella se atreva.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)[image error]
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Published on March 21, 2015 21:42

March 20, 2015

Bram Tchaikovsky / Strange Man, Changed Man (1979)

He aquí el caso de un disco estupendo del cual nadie tiene la menor noticia, a pesar de contener algo del mejor rock post punk, enriquecido con finas armonías vocales. Bram Tchaikovsky es, para decirlo en una palabra, el padre de Green Day, pero con mucho mayor nivel y autenticidad.

Mejor tema: “Strange Man, Changed Man”

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Published on March 20, 2015 16:56

March 19, 2015

Jan in Japan

Una foto publicada por Jan Hellion (@janhellion) el 13 de Mar de 2015 a la(s) 7:51 PDT

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Published on March 19, 2015 16:00

March 18, 2015

La nueva edición de "Matar por Ángela"

Hoy desayuné con mi editor de Lectorum, el buen Porfirio Romo, en el restaurante Matisse de la colonia Del Valle y me llevó el primer ejemplar de la nueva edición de Matar por Ángela. Aunque ya había visto la portada por medio de internet, tener el libro en mis manos fue como cuando tuve la primera edición, de Sansores y Aljure, en 1998, una emoción que no se puede describir con palabras.
  El libro quedó en verdad muy bonito, la edición está muy cuidada y elegante y la distribución será mucho más amplia que la del volumen primigenio.
  Fue un desayuno muy ameno y divertido, hablamos de muchas cosas, incluido uno que otro chismillo del medio.
  Pues ya está lista la reedición de Matar por Ángela, esa por la que tanto luché a lo largo de tres lustros. A partir del lunes 23 a la venta en Sanborns, Gandhi y El Sótano.[image error]
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Published on March 18, 2015 18:08

March 17, 2015

La “rebeldía” de Madonna

Nunca he sido un seguidor de Madonna. Su música me dice muy poco y no es algo que me entusiasme particularmente. Si acaso, en su momento sus viejos videos noventeros llegaron a llamarme un poco la atención (aunque prefería mil veces las divertidísimas parodias que de ellos hacía “Weird Al” Yankovic).
  Tampoco creí jamás en la supuesta actitud irreverente y contestataria de Madonna Louise Verónica Ciccone y en sus fallidos afanes por (como dicen los franceses) épater les bourgeois. Sólo algunos persignados se asustaban en verdad con los escándalos y atrevimientos madonnianos. Nunca vi en ella una nueva versión de Patti Smith, como tampoco veo hoy que pueda acercarse al genio de una Janelle Monáe, por ejemplo.
  Rebel Heart se llama el nuevo álbum de Madonna y el solo título llama a sospecha. ¿Corazón rebelde el de esta mujer, con treinta y tantos años de carrera y casi sesenta de edad? Digamos que esa es la imagen que ha manejado y sigue manejando, aunque su rebeldía jamás haya roto con los esquemas de lo establecido.
  Me puse a escuchar el disco sin embargo y si bien no es una obra que vaya a convertirse en un clásico, se trata de un trabajo perfectamente producido (como siempre lo son los álbumes de la intérprete de “Like a Virgin” y “Ray of Light”) y, debo decirlo, bastante aceptable. Variado en sus temas, Rebel Heart se deja escuchar con su propuesta de pop fino con toques de soul, neo rhythm ‘n’ blues, hip hop, dance y electrónica.
  Con algunas letras “fuertes” (de ahí el sello de “Parental advisory” en la portada, algo que casi siempre funciona como mórbido gancho comercial), el plato (con catorce cortes) tiene piezas realmente atractivas, como “Living for Love”, “Illuminati”, “Body Shop”, “Hold Tight” y la muy bella (y mi favorita) “Devil Pray”.
  Madonna no es una rebelde, aunque juegue a serlo. Tampoco es una genio o una de las grandes voces contemporáneas. Es, eso sí, una intérprete que ha sabido manejar su carrera de manera muy inteligente y una mujer que posee un talento mercadológico impresionante. Rebel Heart es un buen disco suyo… y nada más.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)[image error]
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Published on March 17, 2015 21:42

March 16, 2015

Desayuno en Tiffany's (la película)

Nunca había visto la versión cinematográfica de la novela Breakfast at Tiffany's de Truman Capote (leer aquí mi reseña) y aunque me divirtió y me pareció buena, creo que su leyenda le debe más a la presencia de Audrey Hepburn en el papel de Holly Golightly que a otra cosa.
  Muy bien dirigida por Blake Edwards en 1961, la cinta toma parte del humor del relato original, pero pierde mucho de su mordacidad, sobre todo al convertir al narrador del libro, un homosexual, el alter ego del propio Capote, en un galán hollywoodense (por supuesto) heterosexual. Esto convierte al filme en una comedia romántica, muy agradable si se quiere, pero bastante inocua. En esto influye también la personalidad otorgada a la Golightly de Hepburn: sofisticada, elegante y jamás mostrada como una dama de compañía de muchos hombres, como la Holly de la novela. No en vano, el propio Truman Capote estuvo en desacuerdo con que la bella Audrey interpretara a su anti heroína y empujó para que el papel le fuese otorgado a Marilyn Monroe.
  Con todo, una peli que se deja ver con agrado, aun con su cursi final "romántico".[image error]
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Published on March 16, 2015 22:28

March 15, 2015

Playera

Me topé por ahí con esta imagen y me sacó una sonrisa.[image error]
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Published on March 15, 2015 22:11

March 14, 2015

Mexican House of Cards

A lo largo de los meses más recientes, parece ser que estamos descubriendo que tenemos una clase política de la peor ralea. Como si se tratara de un fenómeno tan nuevo como sorprendente, de pronto resulta que nuestros políticos todos son el súmmum de la corrupción, la ineficiencia y la desfachatez.
  Con la carta blanca que nos da nuestro puritanismo, nos mostramos escandalizados y queremos llevar a la hoguera a esos malditos que no son como nosotros y que tienen al país hundido en la ignominia. Nos damos golpes de pecho para librarnos de toda culpa y mantener tranquila a esa (doble) moral que nos permite dormir tranquilos y sentirnos ajenos a esos monstruos.
  Llevo un tiempo diciendo que quienes pretendan estudiar la política real y mundana no deben hacerlo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, sino ver y analizar con atención la serie televisiva House of Cards. Ahí está lo que es verdaderamente la polaca cotidiana, con sus intrigas, sus negociaciones en lo oscurito (¿hay otra manera de hacerlas?), sus puntos finos, sus lealtades y sus traiciones. Porque esa es la real politik: ese tragar sapos y moverse en el lodo sin hacerle el feo. Lo demás son pasteurizadas teorías de salón de clases que nada tienen que ver con la realidad.
  La clase política es así y así ha sido a lo largo de la historia, no sólo en México sino en cualquier otra parte del mundo. No se trata de disculparla o de querer lavarle la cara, sino de verla como es y no como quisiéramos que fuese. Si alguien cree que con la llegada de otro partido al poder las cosas van a cambiar, es mejor que no se ilusione. Ya se vio en la más reciente historia del país que no es así: dos sexenios panistas o dieciocho años de perredismo en la capital de la república sirven como perfecto ejemplo de que en la política todo cambia para seguir igual. Si llegan Morena o algún otro, tampoco variará la cosa.
  Si no partimos de esa verdad, jamás llegaremos a cosa alguna. Desengañémonos: la política es como es y no va a cambiar. Pregúntenle a Frank Underwood.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)[image error]
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Published on March 14, 2015 19:00

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Hugo García Michel
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