Hugo García Michel's Blog, page 230
March 3, 2015
Zaz en México
Hace tres años, escribía en esta misma columna sobre los orígenes, como música callejera, de la cantante francesa Isabelle Geoffroy, hoy mundialmente conocida como Zaz. En estos tres años, la talentosa artista que se iniciara cantando en el metro de París y en diversos cafés y plazas de Montmartre, ha recorrido el mundo y ha logrado difundir su espléndida voz y su peculiar estilo.El año pasado grabó un disco realmente hermoso y emotivo, llamado sencillamente Paris (WEA 2014) y es con ese disco que llega a nuestro país, para presentarse esta noche en el teatro Diana de Guadalajara y mañana miércoles en el Plaza Condesa del Distrito Federal.
En aquel artículo que refiero, preguntaba yo si Zaz era la Adelle francesa. Sin embargo, la nacida en Tours, en 1980, ha mostrado que es muy otra cosa y su sonido ha logrado decantarse y pulirse hasta convertirse en algo propio y muy suyo.
París es un álbum estupendo, muy francés, un homenaje a la canción gala y, más específicamente, a la canción parisina, pero con un sentido ajeno a la nostalgia y mucho más adaptado a la música del nuevo siglo. No se trata de retrotraer estilísticamente a Edith Piaf o a Jacques Brel, ni siquiera a Françoise Hardy o a Sheila, sino de retomar varias piezas clásicas del cancionero francés para proponer algo fresco y novedoso, lo que la vocalista consigue en su flamante grabación.
Con una producción impecable, a la vez que con un sentimiento genuino y luminoso, Zas entusiasma con temas como “Champs Elysées”, “Sous le ciel de Paris”, “La parisienne” y “Paris sera toujours Paris” entre otros. Arreglos jazzeros, blueseros, souleros, pero elegantemente franceses en un trabajo delicioso y con colaboraciones de gente como la joven cantante canadiense Nikki Yanofsky, el cantor galo Thomas Dutronc y el legendario Charles Aznavour (con “J’aime Paris au mois de mai”) que hacen de Paris un disco imperdible para todo aquel que ame las canciones más emblemáticas de la ciudad luz, un disco que se podrán escuchar en México, en directo, hoy y mañana.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)[image error]
Published on March 03, 2015 21:00
March 2, 2015
No me quiero enamorar de ti
Por la madrugada compuse esta canción, una tonada folky que habla sobre los inconvenientes del enamoramiento y los beneficios del amor. Este es tan sólo el demo.No me quiero enamorar de ti
No sé en qué momento fue que en tu mundo me quedé.
No sé cuándo, no sé cómo, pero encontré acomodo.
Qué bien me siento a tu lado, qué feliz y qué ufano.
Todo es paz y quietud cuando me acompañas tú.
Contigo podría hacer tantas cosas a la vez, lo sé
Contigo podría estar del comienzo hasta el final, lo sé.
Quiero amarte sin cesar, amarte a profundidad.
Por eso no me quiero enamorar de ti.
No te quiero incomodar; no lo quiero, de verdad.
No quiero que por mis sandeces, temerosa tú te alejes.
Contigo podría intentar lo que solo no me atrevo ya.
Contigo podría viajar del planeta a cualquier lugar.
Quiero amarte, amarte bien, amarte como debe ser.
Por eso no me quiero enamorar de ti.
No existe contradicción cuando canto esta canción.
Sé muy bien lo que te digo y cuál es el mejor camino.
Quiero amarte de verdad, así que no me quiero enamorar.
No te deseo en exclusiva, sólo deseo ser parte de tu vida.
Quiero amarte sin afán de que seas mi propiedad.
Por eso no me quiero enamorar.
Quiero amarte y respetar tu bendita libertad.
Por eso no me quiero enamorar de ti.
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Published on March 02, 2015 19:14
March 1, 2015
Naomi
Hay madres legendarias en el cine. La figura de la progenitora es mítica en el cine mexicano, con Sara García como primerísima presencia. Recuerdo también a la madre de Cody Jarrett, el gángster que personifica el enorme James Cagney en la clásica de Raoul Walsh White Heat (1949). Sin embargo, nunca había visto a una madre tan singular y humorísticamente oscurísima como la mamá del personaje masculino principal de Naomi, la película israelí de 2010, dirigida por Eitan Tzur. La manera como la mujer de ochenta años reacciona ante las desventuras y las estupideces de su hijo Anton (nada menos que un profesor de filosofía sesentón), cuando este se entera de que su treintañera y hermosa mujer lo engaña, es de antología.Historia de celos llevados al máximo -como Él de Luis Buñuel (1952) o El infierno de Claude Chabrol (1994)-, Noemi tiene más elementos de los que la sola trama cuenta y su desenlace en tan sorprendente como satisfactorio, en especial para quienes odiamos los finales convencionales y moralistas.
Cuento de amor, odio, celos, sexo, pasión, muerte y mucho humor negro, Noemi es una cinta muy grata con sus elementos de thriller judío crítico y no resulta en absoluto autocomplaciente.
Búsquenla, se las recomiendo.[image error]
Published on March 01, 2015 16:50
February 28, 2015
¿Un México venezolizado?
Héctor Aguilar Camín dedicó sus cinco columnas de esta semana a desmenuzar la situación caótica, dramática y delirante de la Venezuela actual, gobernada (es un decir) por ese personaje impresentable que es Nicolás Maduro. Recomiendo la lectura de esos textos y de la columna de Jorge G. Castañeda del lunes pasado, referida al mismo tema. He ahí un panorama más que ilustrativo de lo que se vive en dicho páis sudamericano.Conocer la situación de los venezolanos debería llevarnos a meditar profundamente y a aplicar el antiguo y sabio refrán popular que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar”…, etcétera y aquí las barbas tienen mucho que ver, porque aparte de la tragedia venezolana, está también la tragedia cubana, impulsada alegremente (es otro decir) por el viejo y barbudo Fidel Castro.
A lo que voy es a que en México hay muchos (demasiados) admiradores de “la revolución bolivariana” que se inventó ese loco surreal y pintoresco que fue (Stalin lo tenga en su roja gloria) Hugo Chávez y de quien Nico Maduro es fatal y tragicómico heredero.
Buena parte de la izquierda mexicana no sólo simpatiza con las inmadureces de Maduro, sino que ve lo que sucede en Venezuela como un ejemplo de lo que quisieran para nuestro país. Con esa idea disparatada de que todo lo que se diga socialista o antiimperialista debe ser apoyado irrestricta y acríticamente, los chavistas-maduristas mexicanos (entre quienes hay admiradores abiertos, como la senadora Dolores Padierna, y seguidores embozados, como el líder de Morena) anhelan un México venezolizado, a pesar de la terrible realidad que se vive en el país de Rómulo Gallegos (y vuelvo a remitir al lector a los artículos de Aguilar Camín y Castañeda).
Hugo Chávez llegó al poder por su carisma, su demagogia y su populismo y convirtió a su nación en un infierno de carestía, violencia y autoritarismo generalizados. ¿Podría suceder lo mismo en el México de 2018, con otro líder de esas características? El riesgo existe, pero aún creo en la racionalidad y el sentido común de la mayoría de los votantes mexicanos.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
Published on February 28, 2015 12:00
February 27, 2015
Loey Nelson / Venus Kissed the Moon (1989)
Hay discos absolutamente maravillosos que jamás salen a la superficie. Esta cantautora de Milwaukee sólo grabó un álbum y con eso le bastó para dejar un precioso legado a la humanidad, si es que algún día alguien lo saca de la cueva del tesoro en que se halla enterrado.Mejor tema: “Morning Glory”
Published on February 27, 2015 18:30
February 26, 2015
Documentar a Eliseo Subiela
Entrevista con la cineasta Jimena Colunga Gascón
Para muchos, el argentino Eliseo Subiela (Buenos Aires, 1944) es un cineasta de culto. Películas suyas como Hombre mirando al sudeste (1988), Últimas imágenes del naufragio (1989) o la archiconocida y reconocida El lado oscuro del corazón (1993) cuentan con una legión de apasionados seguidores, aunque también de ácidos detractores. Sin embargo, ¿qué tanto se habla de Subiela, para bien o para mal, sin conocerlo realmente, dejándose llevar más por las impresiones subjetivas de sus trabajos cinematográficos que por lo que hay detrás de los mismos?
Esta y otras preguntas surgieron en la mente de la joven realizadora mexicana Jimena Colunga Gascón (México, DF, 1986), quien desde la cálida ciudad de Tepic, Nayarit, donde vivía hasta hace poco, tuvo la idea de filmar un documental sobre el director rioplatense, idea que poco a poco fue cristalizando hasta concretarse en una realidad llamada Subiela, el mago, largometraje de 2014 que Colunga Gascón presentó urbi et orbi en noviembre pasado, en la capital nayarita, con la presencia del propio Eliseo Subiela y su esposa Mora, quienes viajaron desde Buenos Aires para estar presentes en el estreno.
En la siguiente entrevista, la directora nos cuenta los pormenores de esta su opera prima.
–¿Cómo surgió la idea de la película?
–Desde muy joven, yo tenía la intención de ingresar al curso regular de la Escuela de Cine de Cuba, en San Antonio de los Baños, pero tras de varios intentos y por diversas circunstancias no lo lograba; hasta que me enfoqué en un apartado del temario que daban para ser admitida en la escuela. El apartado era sobre cine latinoamericano y comencé a prepararme en el tema. Así, fui conociendo a muchos realizadores del continente y terminé dando con el cine de Eliseo Subiela. En ese entonces, yo tenía catorce o quince años, estudiaba la preparatoria en Oaxaca y mi primer encuentro con su obra fue con El lado oscuro del corazón. La encontré en un cine club de la ciudad que se llamaba “El pochote”, la alquilé, la vi y me impactó de una manera al mismo tiempo terrible y maravillosa. Su trama me sacó lágrimas todo el tiempo. Fue muy impactante para mí y se me quedó en la mente muchos días. Después vi Hombre mirando al sudeste y Pequeños milagros que aunque no fue muy exitosa, la tengo entre mis películas preferidas no sólo de Subiela sino de todo el cine. A partir de ahí, ya lo tuve como mi realizador iberoamericano favorito. Tiempo después, surgió la posibilidad de efectuar una propuesta para un proyecto cinematográfico y supe que era mi oportunidad. Me fue claro que Subiela debía ser el tema y presenté mi propuesta para beca en el Programa de Residencias Artísticas en el Extranjero del FONCA y Conacyt… y la gané.
–¿Lo pensaste como un documental desde un principio?
–Sí, desde un principio. Todo fue muy curioso, porque investigando un poco di con el blog de Subiela y vi que tenía una dirección de correo electrónico. Le escribí entonces para plantearle el tema del documental. Le expliqué cómo lo iba a hacer y que me había postulado para una beca. La primer sorpresa es que me contestó a los dos días y me dijo: “Hola, mucho gusto. Sí, claro, estaría encantado de colaborar. Cuenta conmigo para lo que necesites”. Casi me da un infarto, jaja. No lo podía creer, fue muy impactante. Para empezar le pedí que me mandara una carta de aceptación que dijera que él estaba de acuerdo con el proyecto. Me pidió que se la escribiera yo y se la enviara para que él sólo tuviese que firmarla. Así lo hice y me la devolvió escaneada y firmada. Cuando gané la convocatoria, volví a escribirle para decirle que iría a Buenos Aires, lo cual le pareció muy bien. Pero yo necesitaba un crew de producción y no podía llevarlo desde México, ya que el dinero de la beca me permitía viajar sólo a mí. Únicamente tenía un contacto en Argentina, Jeremías Martínez, un compañero que había tenido en la escuela de cine de Cuba, y le escribí para que me echara la mano. En cuanto supo que se trataba de una película sobre Eliseo Subiela, accedió de inmediato. Para los argentinos, Subiela es un cineasta histórico, un clásico viviente, junto con Leonardo Favio.
–¿Leonardo Favio, el cantante?
–¡Sí, el mismo! Leonardo Favio cantaba, componía, escribía, hacía películas.
–Vaya cosa. Pero sigamos con tu historia.
–Bueno, mi amigo argentino se emocionó y me dijo que conseguiría el equipo humano necesario para filmar el documental. Cuando llegué a Buenos Aires (era el año 2011), nos dimos a la tarea de gestionar un crew local. El monto de la beca era para que lo resolviera yo todo: el costo del traslado, el costo de la estancia, el costo de mi alimentación. Jeremías haría gran parte de la fotografía y la producción y además me conectó con Buenos Aires Comunicación, que es una escuela de cine y televisión de la ciudad. Les propuse el proyecto y les gustó mucho. También la gente de la escuela de cine de Eliseo Subiela nos ayudó en todo lo que le fue posible. Fue así que se formó un equipo con gente que se mostró muy estusiasmada con la idea de hacer un documental acerca de Subiela. Yo no tenía dinero para pagarles, pero trabajaron de manera voluntaria, con la emoción que les dio el proyecto.
-¿Imaginabas esa respuesta?
–La verdad es que a pesar de que Eliseo se había mostrado muy amable desde que le escribí de México, yo realmente no sabía qué esperar de él como persona. Pero una de las cosas más gratificantes de la experiencia fue que un tipo como él, con la fama y el prestigio que tiene en Iberoamérica y en el mundo entero, se haya portado tan bien conmigo. Pudo haber sido el mamonazo que hubiera querido. Sin embargo, lo que yo encontré fue a un hombre muy abierto, muy sencillo, muy carismático y generoso. Generoso en el sentido de que contribuyó de todas las formas que pudo para la realización del documental. Siempre estuvo muy dispuesto, siempre pudimos hablar de lo que fuera. Es una gran persona y yo intenté que eso se reflejara en la película.
–¿Tu idea desde el principio fue hacer un largometraje?
–Inicialmente, el proyecto era hacer un cortometraje documental de no más de treinta minutos. Pero con todo el trabajo que hicimos, me traje tanto material filmado que me dije: ¿por qué no hacer un largo? Entonces quedó una película de una hora con veinte minutos.
–¿Se trata del clásico documental biográfico?
–Al contrario, desde el principio me propuse alejarme lo más posible de hacer un filme biográfico. No quería narrar su nacimiento ni su infancia o su formación. Me plantee una estructura en la que, a partir de sus películas, identifiqué temas universales que Subiela aborda siempre en sus cintas: el amor, la locura, la poesía, el sexo, la muerte, el paso del tiempo… Me interesaba más saber cómo el creador, el autor de esas cintas, llega a las interpretaciones personales de esos temas. Las intervenciones del cineasta en el filme abordan mucho de su concepción estética, filosófica, teórica, acerca de dichos temas universales. La parte técnica la dan las entrevistas con sus actores, su equipo de trabajo, su mujer –quien también sale en la película.
–¿Cómo elegiste las locaciones y cuánto duró la filmación?
–Las intervenciones de Subiela las ubiqué en las locaciones donde filmó sus películas. A cada tema universal lo empaté con una cinta suya y realicé la entrevista en una locación de esa misma cinta, representativa de Buenos Aires, para que hablara él ahí. Sobre esas estructura va el documental. La filmación duró diez semanas, durante el verano de 2011. Luego la postproducción fue más tardada: el documental quedó terminado hasta el invierno de 2014. Tardamos tres años y medio en hacerlo.
–¿Cuáles de sus actores más representativos aparecen?
–Pues está, por ejemplo, Darío Grandinetti, el “Oliverio” de El lado oscuro del corazón, junto con Sandra Ballesteros que es la mujer que vuela. También hay actores de la nueva generación, de sus películas más recientes, como Matías Marmorato y Guillermo Pfening, y hay una intervención muy interesante de la veterana actriz Sandra Sandrini, quien siempre ha tenido participaciones secundarias pero recurrentes en los filmes de Eliseo Subiela. Si alguien ha salido en la mayoría de sus películas es ella.
–¿Qué me puedes decir del estreno de Subiela, el mago y cómo será su distribución?
–Desde que se inició el proyecto, me comprometí a que el estreno tendría lugar con el auspicio del Consejo Estatal de Cultura de Nayarit. Por eso la premiere fue durante el Festival de Cultura del estado, en Tepic, en noviembre del año pasado, y asistieron el propio Eliseo Subiela y su esposa, la actriz Mora Moglia. Luego hubo una segunda premiere en el Distrito Federal, en el centro cultural Bajo Circuito. Ahora mi plan es enviarla, primeramente, a recorrer el circuito de festivales que hay en México (Guadalajara, Morelia, Guanajuato, Monterrey…). Presentarla en los festivales grandes y en los no tan grandes. En Argentina también, claro, y que esté girando en la mayor cantidad de lugares posibles: Sudamérica, España, en fin. Me importa que se vea mucho, cerrar el círculo con ella y emprender mi segundo proyecto: un largometraje de ficción en el que ya estoy trabajando.
–Para terminar, ¿qué me puedes decir de tu relación con Subiela? ¿Cuál es el balance final entre Eliseo Subiela y Jimena Colunga Gascón?
–Conocerlo fue en sí una experiencia mágica y surrealista. Conocerlo es una gran lección para cualquiera que quiera ser creador. Estamos en una época difícil para la creación. La creación en sí misma está perdiendo valor y hoy se ponderan otras cosas: el protagonismo, la vacuidad, el blof… y justamente conocerlo a él, como el creador consolidado que es, y ver la personalidad que tiene, tan accesible, tan actualizada (en las nuevas tendencias del arte, en la tecnología), es algo ejemplar y muy motivante. Una de las cosas que más me inquietaban era pensar qué iba a pensar Subiela de la película que yo había hecho sobre él.
–¿Y cuál fue su veredicto?
–Me dijo dos cosas en privado: primero que no podía opinar de un filme acerca de su persona, porque eso sería un acto de narcisismo asqueroso; pero también me dijo que se acordaba del primer correo que le mandé: “Yo lo vi y leí lo que me estaba proponiendo una niña desde el otro lado del mundo y me dije sí, por qué no, le voy a decir que sí. Vamos a ver si se hace”. Entonces, cuando le volví a escribir para decirle que sí se iba a hacer y que sí iba yo a ir a Argentina, él pensó: “Y bueno, está bien, ya le dije que sí, yo la voy a esperar a ver si es cierto que llega” y cuando se filmó y se hizo toda la producción, me dijo que pensó: “Bueno, ahora falta que la acabe”. Por eso fue muy significativo para él estar presente en el estreno de la cinta en México. A Subiela le gusta mucho trabajar con gente joven y al ser yo una persona joven, fue muy alentador para mí su recibimiento de la película y lo que me hizo sentir mejor de todo es que, muchas veces, me habló como a una colega. Algo debí haber hecho bien para que un tipo como Eliseo Subiela me dijera: “Buen trabajo”. Sus palabras fueron una gran recompensa, aunque pienso que la mejor recompensa que puedo recibir de esta película es que me haga el camino más corto para hacer la que sigue.
(Esta entrevista me fue publicada este mes en el sitio "Cultura y vida cotidiana" de la revista nexos)[image error]
Published on February 26, 2015 12:20
February 25, 2015
Raquel Tibol y la crítica
Entrevista con la crítica de arte Raquel Tibol
Nacida en Argentina, Raquel Tibol llegó a México en 1953, invitada por el pintor Diego Rivera. Durante algunas semanas, se instaló con la mujer de éste, la pintora Frida Kahlo, en su casa de Coyoacán, tiempo en el cual pudo realizar una larga entrevista que sería la base de su libro Frida Kahlo. Una vida abierta, recientemente reeditado por la Universidad Nacional Autónoma de México. Nacionalizada mexicana en 1961, Tibol ha ejercido la crítica de artes plásticas, así como la crítica de danza, con tan enorme rigor que en ocasiones sus posiciones han resultado altamente polémicas. Con programas en Radio Universidad (como el célebre Museos en el aire) y algunos canales de televisión –La plástica y la crítica duró diez años en Canal Once- y una producción que sobrepasa los treinta libros y millares de artículos –sólo en la revista Proceso publicó más de mil doscientos-, actualmente se encuentra dedicada a recopilar el amplísimo acervo de su archivo escritural.
¿Por qué debe haber crítica?
La crítica es un modo de comunicación, un modo de enseñanza, un modo de confrontación y análisis. De modo que al tener todos estos atributos, se convierte en una especie de puente, de enlace, entre un tipo de producción y un público que quiere tener mayor información o dialogar respecto a una producción determinada. La crítica tiene siempre mucho de diálogo con un tácito escucha.
En un país como México, ¿qué tan importante es la crítica?
Tan importante que en México ha existido crítica de arte desde el siglo XIX. Guillermo Prieto fue un escritor de artes plásticas. José Martí, en su tiempo mexicano, hizo una crítica verdaderamente interesante. Francisco Zarco e Ignacio Ramírez escribieron crítica de arte. Hacían comentarios, porque las exposiciones que se presentaban anualmente en la Escuela Nacional de Bellas Artes tenían enorme importancia para la vida cultural mexicana. Gracias a estas crónicas, podemos tener noticia de que había mujeres que exponían. De modo que sí hubo crítica de arte y más después del estallido de la revolución de 1910. Con el asomo del siglo XX se dio un quehacer crítico más dinámico, con un sentido más actualizado. José Juan Tablada es un precursor de la crítica del siglo XX. En 1913 escribió unos textos sobre José Clemente Orozco que hasta hoy tienen validez.
¿Cuál ha sido su experiencia como crítica?
Yo empecé a hacer comentarios de carácter cultural prácticamente desde 1952, en revistas y en una estación de radio de Santiago de Chile. Cuando entrevisté a Diego Rivera para La Prensa de Buenos Aires, éste me habló de Frida Kahlo y me invitó a venir a México, donde estoy desde 1953. Aquí me adentré y me apasioné por el arte mexicano. La obra mural del primer cuadro del Distrito Federal la conocí del brazo y por la calle con el propio Rivera. Diego era una persona de cultura, de humor, de ironía, de modo que visitar con él los murales de la Secretaría de Educación, la Suprema Corte, el Palacio Nacional, el Palacio de Bellas Artes y otros más era una lección verdaderamente formidable. Siempre he dicho que uno de mis principales maestros en crítica de arte fue Diego Rivera, porque cada acercamiento a una pieza artística era una verdadera lección. Después de vivir un tiempo con Frida, me mudé al estudio de Diego y verlo pintar, verlo discutir con la gente, hablar de arte -tenía una cultura verdaderamente enciclopédica al respecto-, fue toda una escuela para mí. Cuando me salí del estudio de Rivera me reincorporé a mi tarea periodística y empecé a hacer exclusivamente crítica de arte. El primer artículo que publiqué fue sobre Luis Buñuel, una entrevista en la cual él tomaba una posición muy clara con respecto al surrealismo.
¿Tiene fórmulas para hacer una crítica, emplea alguna metodología?
No me gusta encorsetarme en una metodología. El asunto es no escribir de algo que no investigue yo misma; eso sí lo tengo casi como una autoimposición, inclusive para las notas periodísticas. Rara es la nota para la que no haya hecho previamente una investigación.
¿Cree que hay tolerancia hacia el crítico de artes plásticas por parte de los criticados?
Depende. Hay gente que se siente muy tocada si uno la critica mucho. También existen colegas a quienes, no sé si por envidia o porque tienen ideas muy diferentes, les molesta lo que una escribe. Por ahí incluso hay algunos que reaccionan con insultos muy duros o algunos artistas que se enojan mucho por una crítica y a veces lanzan ofensas y hasta amenazas por teléfono. Pero esas son cosas pintorescas, momentáneas. Creo que en general en el gremio más o menos la relación ha sido mutuamente respetuosa. No escribo de lo que no me interesa; no pongo por delante la crítica fácil, en el sentido de la degradación del trabajo del personaje. Prefiero escribir de algo que me entusiasma. No ando buscando cosas para hincharme el hígado.
¿Cree que el crítico es un artista frustrado?
No, para nada. Primero que yo no he querido pintar, no he querido danzar. Lo que considero es que la crítica de arte todavía no está muy bien calificada como género literario. Se piensa que es una especie de colguije o de cola que tienen las artes visuales. No, no es una cola, es un género literario que toma como sujeto a la producción artística.
También se dice que los críticos son amargados…
Bueno, yo diría que ésas son concepciones vulgares. En la escritura de crítica de arte, para mencionar gente viva y en activo, España tiene uno de los grandes críticos en lengua española, Simón Marchantis. Se trata de una persona notable, formada en la filosofía alemana avanzada, un hombre de mente progresista a quien es un lujo leer. De modo que esa clase de opiniones es como quedarse en lo vulgar, en lo chiquito, y mí no me gusta quedarme en lo chiquito cuando hago periodismo o cuando hago libros.
¿Puede haber una crítica objetiva o siempre hay una carga de subjetividad?
Bueno, está la carga de subjetividad que no es la subjetividad momentánea. Depende de cuánta cultura acumuló uno, cuanta capacidad de análisis tiene uno, cuánta información tiene uno, cuántos museos, galerías y estudios ha visitado en su vida uno, cuánto ha andado uno. Y claro, todo eso acumulado hace una subjetividad. Pero no es la subjetividad de ombligo, no es la de mirarse las tripitas. No, no es por ahí.
¿Puede ser la crítica una actividad creativa?
Lo es. Por eso digo que la crítica de arte, en cualquiera de sus especialidades, hecha con seriedad, entrega y vocación, es un género literario al cual todavía no se le da su lugar.
¿Cómo se imagina un mundo en donde no existiera la crítica?
Sería un mundo demasiado quieto. Un mundo sin crítica sería como un mundo sin espejos.
(Publicado el día de hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario. La entrevista a doña Raquel -quien falleció el 22 de este mes- la realicé en 2002 y presento aquí la versión completa, ya que por razones de espacio en el periódico tuve que editarla un tanto)[image error]
Published on February 25, 2015 21:30
February 24, 2015
El pop fino de Mon Laferte
Los músicos nativos de esta monstruosa y fascinante ciudad que es el Distrito Federal suelen quejarse, desde hace décadas, de la falta de espacios y oportunidades para tocar. Llevo largos años de escuchar ese lamento que tiene mucho de cierto y que he padecido en carne propia.¿Cómo explicar entonces que tantos músicos del resto de la república e incluso de otros países de habla hispana vean a nuestra amada urbe como una meca en la que hay que estar porque es aquí donde todo sucede?
Diversos grupos y solistas de Guadalajara, Monterrey, Morelia, Tijuana y otras ciudades de México, así como de países como Chile, Argentina, Perú y España, han visto en el DF el mejor lugar para darse a conocer y se han venido a radicar aquí. Es el caso de la cantautora chilena Mon Laferte, quien con su música mezcla de pop rock, pop setentero, blues, bolero y folclor sudamericano ha logrado una buena aceptación entre el público nacional y quien acaba de poner en circulación su tercer álbum, curiosamente intitulado Volumen I.
Con una voz intensa y sensual –de timbre sugerente y feelin’ intencionado–, con buenas letras, Laferte logró un disco muy interesante, con un dejo melodramático que no cae en lo ridículo cursi de algunas cantantes poperas mexicanas que quieren cantar boleros y lo hacen de manera más bien penosa. Gracias a su versatilidad interpretativa (puede ir de una canción a la She & Him a otra a la Ángelica María y de un ska a un tema de aires andinos –algo metalero no hubiera desentonado, si tomamos en cuenta que Mon es, además, la cantante del grupo femenino defeño de heavy rock Mystica Girls), Volumen I jamás cae en la monotonía y sus diez cortes (destaquemos “Tormento”, “Amor completo” y “Malagradecido”) son realmente buenos. Escúchelo, le gustará.
(Mon Laferte se presenta mañana miércoles 25 de febrero, al lado de Sol Pereyra y Laura Gibson, en el Foro IndieRocks de la colonia Condesa).
PD: Con esta entrega, “Gajes del orificio” cumple tres años de aparecer cada martes en ¡hey! de Milenio Diario. Muchas gracias a Susana Moscatel y a todos los compañeros de sección. Aquí seguimos.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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Published on February 24, 2015 21:46
February 23, 2015
Laura Vázquez
Caminaba yo esta tarde por Insurgentes Sur, a la altura de Liverpool, cuando una voz de mujer a mis espaldas exclamó: "¡mosco, mosco!". Me volví y de la ventanilla de un carro surgieron una mano que se agitaba y una sonrisa franca. Era Laura Vázquez, la tecladista argentina que vivió muchos años en México y a quien conocí hace más de diez años, cuando María José la entrevistó para La Mosca en El Péndulo de la colonia Condesa y yo la acompañé.Me dio mucho gusto verla, después de unos dos o tres años de no hacerlo. Se bajó del coche para darme un abrazo. Me dijo que venía acompañada por su hijo y sus sobrinas, que habían venido desde Buenos Aires para estar sólo una semana en el DF y presentar su nuevo disco. Me comentó de una fiesta que habría mañana en casa de Fernando y de algún modo me invitó, pero sé que no puedo ir ahí. Nos despedimos con afecto. Es una música talentosísima, a quien Monocordio le debe buena parte de su sonido.[image error]
Published on February 23, 2015 20:30
February 22, 2015
Nicky Hopkins: dedos mágicos
Los músicos de sesión suelen ser héroes desconocidos. Resultan tan brillantes y hacen tanto o más que las renombradas figuras para quienes trabajan en los estudios de grabación, pero sus nombres permanecen en el anonimato o en la letra pequeña –esa que nadie lee– de los créditos de los discos. Ahí está el caso de los músicos de Muscle Shoals, cuyos apelativos muy pocos recuerdan, o de gente como el gran saxofonista Bobby Keys, la esplendorosa cantante Merry Clayton o el impecable tecladista Nicky Hopkins, quienes trabajaron para hacer más grande la obra de muchas súper estrellas del rock.Hopkins merece un lugar muy especial en el santoral de los músicos de sesión, aunque también fue integrante –así fuese efímero– de agrupaciones como la legendaria Quicksilver Messenger Service. Nacido en Londres, Inglaterra, en 1944, Nicholas Christian Hopkins había empezado a tocar el piano a los tres años de edad y su virtuosismo lo hizo entrar con facilidad en el circuito del rock británico sesentero. Sin embargo, una enfermedad crónica intestinal (el mal de Crohn) que padecía desde niño y le exigía constantes tratamientos médicos y operaciones quirúrgicas, le impidió ser parte fija de algún grupo y lo condenó a conformarse con la posición de sedentario músico de sesión durante casi toda su vida.
Aun así, su actividad fue constante en los estudios de grabación londinenses y su piano estuvo presente en el primer álbum de The Who, My Generation, en 1965. Su prestigio como extraordinario tecladista creció como la espuma y en la segunda parte de los sesenta y la primera mitad de los setenta colaboró en discos de los Kinks, los Pretty Things, The Move y Jeff Beck, pero también de Led Zeppelin, los Rolling Stones y los cuatro Beatles como solistas. Su inconfundible piano puede escucharse, así, en temas clásicos como “She’s a Rainbow” de los Stones, “Sunny Afternoon” de los Kinks, “The Song Is Over” de The Who, “Revolution” de los Beatles, “Jealous Guy” de John Lennon, “You Are So Beautiful” de Joe Cocker o “Barabajagal” de Donovan, entre muchísimos otros.
En los Estados Unidos trabajó en álbumes de Jefferson Airplane, Jerry García y el ya mencionado Quicksilver Messenger Service, al cual de hecho llegó a integrarse por un tiempo.
Sin embargo, también realizó algunos discos como solista, entre ellos el excelente The Tin Man Was a Dreamer de 1972 (en el que George Harrison estuvo como invitado), y antes participó en el legendario Jamming with Edward (1971), al lado de Mick Jagger, Ry Cooder, Bill Wyman y Charlie Watts (grabado durante las ausencias de Keith Richards, dentro de las sesiones del Exile on Main Street). Edward era un sobrenombre de Nicky.
Enamorado de San Francisco, Hopkins emigró a California a fines de los setenta, donde siguió trabajando hasta el día de su muerte. Falleció en Nashville, Tennessee, en 1994, debido a complicaciones en una cirugía intestinal, su eterno mal. Al morir tenía tan sólo cincuenta años. Aún le quedaba mucho que dar a la música.
(Publicado el día de ayer en el suplemento cultural Laberinto de Milenio Diario)
Published on February 22, 2015 09:44
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