Hugo García Michel's Blog, page 191
March 30, 2016
Meaty, Beaty, Big and Bouncy
Una gran recopilación de 1971 de los primeros sencillos de The Who, temas cuyos derechos acababa de recuperar el grupo luego de que el productor norteamericano Shel Talmy las retuviera y les sacara regalías durante cinco largos años. Meaty, Beaty, Big and Bouncy (el título está tomado de un anuncio de carnes) reúne en un solo disco canciones extraordinarias de la primera época del cuarteto, mismas que en su mayoría no habían aparecido en álbum alguno. Reunidas se encuentran aquí piezas clásicas y llenas de frescura como “I Can’t Explain” (la canción más kink de The Who), “Happy Jack”, “I Can See for Miles”, “Substitute”, “Pictures of Lily”, “Magic Bus”, “My Generation” y hasta un tema de Tommy: “Pinball Wizard”. Por alguna razón, los Who habían grabado por un lado sus álbumes y por el otro una serie de sencillos que no formaban parte de los discos de larga duración. De ahí el valor que tuvo en su momento esta compilación (para muchos, la mejor de todas las que existen). Otro rasgo distintivo es que con Meaty, Beaty, Big and Bouncy se daba término (quizá de un modo inconsciente) a toda una época de los Who, ya que otra más compleja y elaborada se iniciaría, ese mismo año, con el extraordinario Who’s Next.(Reseña que publiqué en el Especial No. 18 de La Mosca en la Pared, en marzo de 2008)
Published on March 30, 2016 21:00
March 29, 2016
¿Conoce usted a L.E.J.?
Hacer buenos covers, buenas versiones de las canciones de otros, en ocasiones transformándolas y hasta mejorándolas, no es cosa sencilla. Los grandes coveristas (perdonará el lector la palabreja) no se dan en maceta y gente como Joe Cocker, quizás el mejor hacedor de covers de la historia, suele ser la excepción.Valga la anterior introducción como marco para algo que me sucedió el domingo, mientras cavilaba acerca de cuál sería el tema de mis “Gajes del orificio” de esta semana. Mi muy querida amiga Daniela Talía me envió por Facebook el enlace de un video de un trío vocal femenino llamado L.E.J., originario de Saint Denis, a las afueras de París, de cuya existencia, la verdad, no tenía la menor idea. Mi sorpresa fue mayúscula al escuchar la calidad de las voces y el buen gusto de estas jóvenes galas, capaces de transformar composiciones conocidas, estadounidenses y francesas, relacionadas sobre todo con el hip-hop y el rhythm n’ blues actuales, para darles un giro lleno a la vez de austeridad y finura. Austeridad porque L.E.J. (las iniciales de los nombres de las tres integrantes: Lucie, Élisa y Juliette) consta únicamente de las tres voces, un violoncello y algunas percusiones. Finura, por el excelente gusto para hacer los arreglos, llenos de sutileza, sentimiento y buen humor.
Con una formación académica que se nota en lo educado de las vocalizaciones y la calidad de Juliette como chelista, el trío se formó casi de manera espontánea para entrar en un concurso de aficionados, pero lo que consiguió fue tan bueno que muy pronto L.E.J. empezó a ser conocido en las redes sociales de su país y de Europa, por lo que las tres se dieron a la tarea de arreglar más canciones y finalmente grabaron su primer disco, el estupendo En attendant l’album (Mercury, 2015).
Entre los once temas del plato, destacan “Get Lucky” (de Pharrell Williams), “Jimmy” (de Moriarty), “Survivor” (de Destiny’s Child), “Can’t Hold Us” (de Macklemore y Ryan Lewis) y “Hanging Tree” (de Jennifer Lawrence), a los que dan un giro más que interesante, tal como hacen con tres sensacionales popurríes: “Le Mojo”, “Summer 2015” y “Hip Hop Mash Up”. Hay además un tema original: “La dalle”.
Un muy buen disco.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on March 29, 2016 21:48
March 28, 2016
Una entrevista sorpresiva
Una entrevista con la que me topé y que no recordaba.
Published on March 28, 2016 21:00
March 27, 2016
En mi cumpleaños 61
Ayer cumplí sesenta y un años y aunque pensé que por ser Sábado de Gloria lo pasaría solo en casa, mi preciosa y generosa amiga Paulina me hizo el honor de ir conmigo a ver una obrita de teatro (Es cena, en el Foro El Juglar, en la Guadalupe Inn, con mi amiga Elsi Yamei Salgado) y luego venir a cenar, para lo cual preparó un delicioso platillo árabe a base de lentejas, carne molida y ensalada. Una delicia que combinó de manera esplendorosa con el vino tinto y que permitió una velada verdaderamente inolvidable y entrañable.Un amor y una belleza de amiga cuya compañía me hizo muy feliz.
Published on March 27, 2016 20:01
March 26, 2016
Cruyff
Había planeado escribir acerca de la ridícula, delirante y falsa jugada de AMLO en Oaxaca, al anunciar que había suscrito una alianza con la sección 22 de la CNTE y la manera como el engaño fue olímpicamente desmentido por el mismísimo líder de esa sección, Rubén Núñez.Sin embargo, en lugar de dedicar esta columna a esa u otras mezquindades de las que abundan en nuestra mexican real politik, me referiré mejor a alguien que representa todo lo contrario, es decir, la generosidad, la belleza, la alegría de lo lúdico en su máxima expresión. Me refiero al gran Johan Cruyff, fallecido este jueves 24 de marzo, a sus tempranos 68 años de edad.
Ha muerto uno de los cuatro o cinco futbolistas más grandes de la historia, pero el más revolucionario de todos. El holandés volador que como jugador nos dejó boquiabiertos en los años setenta de la centuria pasada. No pude apreciarlo en el Ajax, porque en ese entonces no se transmitían los partidos de las ligas europeas como hoy, pero sí en el Mundial de Alemania 1974, a mis 19 años, sobre todo cuando Holanda barrió a Argentina 4 a 0 y llegó a la final que dolorosamente perdió con el anfitrión germano, gracias a aquel gol del bombardero Gerd Müller.
Ya para entonces, Cruyff era jugador del Barcelona, a donde llegó en 1973, en plena era franquista, luego de negarse terminantemente a pertenecer al Real Madrid, y logró no sólo que el Barça fuese campeón ese año, sino que humillara a los blancos en su propia casa al son de 5 goles a 0. Cataluña, tan despreciada siempre por Francisco Franco, empezó a partir de entonces –y no invento– a perder el miedo, a sentirse orgullosa y a pensar en la autonomía y la independencia.
En 1978, Cruyff se negó a asistir al Mundial de Argentina, como protesta contra la dictadura militar, en otro hecho que lo enaltece.
Como entrenador del Barça, cambió para siempre la idea del balompié con su futbol total, idea que retomarían Frank Rijkaard, Josep Guardiola y Luis Enrique. Me atrevo a decir que Lionel Messi no sería lo que es si Cruyff no hubiese llegado al equipo blaugrana treinta años antes que él.
Se fue Johan Cruyff. Qué tristeza.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
Published on March 26, 2016 15:41
March 25, 2016
Bob Seger & the Silver Bullet Band / Stranger in Town (1978)
Seger es recordado sobre todo por ser el autor e intérprete de “Old Time Rock & Roll” (contenida en este álbum), un tema mil veces cantado en diversas películas hollywoodenses -como Risky Business- e incluso en series de televisión como Alf (en esta última, en una escena por cierto memorable). Sin embargo, todo el disco vale la pena más allá de la citada canción.Mejor tema: “We’ve Got Tonight”
Published on March 25, 2016 11:47
March 24, 2016
Librerías de viejo
Tienen un halo fascinante, en especial las más tradicionales, es decir, aquellas que están en la antigua calle de Donceles, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México. Hacía muchos años que no incursionaba por ahí y hoy se dio la oportunidad, acompañado por mi mejor amiga (la mujer misteriosa). Nos vimos enfrente del Café de Tacuba y de ahí visitamos un par de librerías que no nos convencieron (una era muy cara y tenía poco que ofrecer, en la otra el ambiente se sentía asfixiante por la cantidad de polvo que se respiraba), hasta que entramos a una llamada "El laberinto" que, en efecto, es laberíntica y llena de libros viejos. Exploramos un buen rato y vi volúmenes fascinantes. Como no llevaba mucho dinero, me decidí por dos libros que no tenía de René Avilés Fabila: Recordanzas y Memorias de un comunista. Me quedé con ganas de sus novelas El gran solitario de palacio y Los juegos que ahí estaban, pero ya no me alcanzaba. Igual regreso un día de estos por ellos.Al salir, las calles estaban inundadas de gente, sobre todo turistas de fuera del DF que aprovecharon Semana Santa para venir. Buscamos dónde comer y todo estaba repleto. Terminamos en el Sanborns que está detrás de Bellas Artes. La comida, bastante regularcita. Nos la pudimos ahorrar. Me despedí de mi amiga misteriosa y cada quién tomó por su lado en el Metro. Regresé a ver el partido en que México venció fácilmente a Canadá, en Vancouver, al son de tres goles a cero.
Published on March 24, 2016 22:30
March 23, 2016
The Who Sings My Generation
Para muchos, se trata del mejor y más representativo álbum de rock mod jamás grabado. No es para menos. The Who Sings My Generation (1965) es un disco debut tan explosivo y rocanrolero como el primer trabajo de los Rolling Stones, con la ventaja de que aquí la mayoría de los temas son originales, con la sola excepción de esos dos enormes cortes souleros que son “I Don’t Mind” -en el cual el grupo por cierto suena muy rollingstoniano- y “Please, Please, Please” de James Brown. Sin embargo, en el resto de la obra se puede apreciar ya el característico sonido Who a plenitud. La feroz guitarra de Pete Townshend está ahí, con sus acordes secos y cortantes. La voz de Roger Daltrey suena espléndida e intencionada, lo mismo que los coros de sus compañeros. El bajo de John Entwistle no sólo apoya la parte rítmica sino que cobra vida por sí solo, como haría a lo largo de la carrera del cuarteto. Por último, los tambores y platillos de Keith Moon parecen tocados por un tipo con ocho brazos (escúchese el sensacional tema instrumental “The Ox”, en el cual también están presentes las distorsiones y el feedback de Townshend) y muestran los niveles de maestría a los que llegaría el lunático baterista. My Generation es un álbum pop de claros tintes sesenteros, aunque con elementos agresivos que parecen aguardar el mejor momento para asaltar al escucha y recordarle que está ante una banda que apuesta por el sentido melódico y armónico, sí, pero que no olvida que el rock proviene de la parte más oscura y grasosa de la música popular: el blues, el soul y el rhythm’n’blues. Así, temas como “Out in the Street”, “The Good’s Gone”, “Much Too Much”, “A Legal Matter” y sobre todo esas joyas que son la finísima “The Kids Are Alright” y, por supuesto, la clásica y restallante “My Generation” enseñan que los Who habían arribado para trascender y convertirse en uno de los grupos más importantes en la historia del rock.(Reseña que publiqué originalmente en el Especial de La Mosca No. 18, dedicado a The Who, en marzo de 2004)
Published on March 23, 2016 15:35
March 22, 2016
Dos discos (porque la vida sigue)
Una vez pasada la euforia rollingstoniana que se vivió la semana anterior y pasado también el luto por las muertes recientes de diversos músicos, tenemos que entender que la vida sigue (y no es que me quiera poner reflexivo debido a estos días “santos”), que las cosas continúan y que la música se renueva día con día, al menos a nivel de oferta discográfica.Entre las más recientes novedades, hay grabaciones para todos los gustos y en diversos géneros. Mencionaré tan sólo dos que recomiendo sin dudar.
Para comenzar, está el nuevo álbum de la gran bajista y cantante de jazz Esperanza Spalding, quien con Emily’s D+Evolution (Concord, 2016) incursiona en géneros tan diversos como el rock progresivo, el soul, el hip-hop y el rhythm n’ blues, en un trabajo conceptual de enorme calidad e inventiva que desconcertará a los seguidores más ortodoxos de la estadounidense, pero fascinará a todo un nuevo sector de escuchas. Con ecos lo mismo de Joni Mitchell que de Frank Zappa y de Janelle Monáe que de Steely Dan, el disco es una delicia de principio a fin, una pequeña joya de esas que con cada escucha devela sus más íntimos y mejores tesoros.
Por otro lado y en un genero tan diferente como el alt-country, está el nuevo larga duración de Richmond Fontaine, un grupo de culto, muy poco conocido, liderado por el cantante, compositor y novelista Willy Vlautin. Originaria de Portland, Oregon, la agrupación lleva muchos años en el camino y este año acaba de sacar a la venta un trabajo en verdad hermoso y profundo, su opus No. 11 intitulado You Can’t Go Back If There’s Nothing To Go Back To (Décor, 2016). Un tanto en la vena de gente como Tom Waits, las canciones escritas por Vlautin son nostálgicas, tristonas, de pronto desgarradas pero al mismo tiempo irónicas y con letras altamente poéticas que narran historias de perdedores, de desposeídos, de gente sin esperanza.
Se trata -según ha anunciado el grupo- de su última incursión discográfica y le juro que no se arrepentirá de escucharla y conocer el muy particular universo musical y literario que ofrece Richmond Fontaine.
Dos discos muy recomendables para quienes están abiertos a lo nuevo y a aceptar que la vida sigue.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
Published on March 22, 2016 16:00
March 21, 2016
Clase de música
No lo había mencionado, pero desde hace dos lunes estoy tomando clases de música con mi querida y talentosa (y bella) amiga Aura Ortiz, una estupenda bajista por cierto. En un principio iban a ser clases de bajo, pero luego decidimos que mejor sean de piano y pues estoy en eso, poco a poco. En retribución, yo le daré clases de redacción. Un buen convenio con una estupenda persona.
Published on March 21, 2016 19:00
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