Fernando Ariel García's Blog, page 35

January 11, 2020

LA SEGUNDA TEMPORADA DE TITANES LLEGA A NETFLIX

Hoy, Netflix estrena en América Latina la segunda temporada de Titanes (Titans), la serie sobre el clásico supergrupo de DC Comics. 


Y hoy te lo cuento en esta nota para el diario La Nación (versiones física y online).

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Published on January 11, 2020 04:43

January 9, 2020

EL ACOSO: NO ES NO

El acoso. Directora: Michal Aviad. Protagonistas: Liron Ben Shlush, Menashe Noy, Oshri Cohen, Irit Sheleg y Dorit Lev-Ari, entre otros. Guion: Sharon Azulay Eyal, Michal Vinik, Michal Aviad. Lama Films. Israel, 2018. Estreno en la Argentina: 9 de enero de 2020. 
El título argentino de la película de Michal Aviad no deja espacio a la interpretación. El acoso. Directo y sin medias tintas, sincronizado con los tiempos que corren y las demandas que se plantean, cada vez con más fuerza y más voces. De hecho, hasta resulta adecuado si lo pensamos desde la estrategia de supervivencia necesaria para convivir al lado de tanto tanque parido para comerse horas de exhibición y espacio en salas. Pero el título original de El acoso (Isha ovedet, o Mujer trabajadora), no mata la sorpresa ni aminora el impacto de lo que vamos a ver, simplemente porque no pone sobre aviso al espectador. 

Porque lo más interesante de El acoso no es la crítica social, dura y condenatoria, a una cultura patriarcal devenida práctica machista de violencia contra la mujer. Violencia sexual, por supuesto, pero también laboral, familiar, verbal, simbólica, que Aviad hace carne en los personajes masculinos y femeninos que protagonizan la trama. Orna (Liron Ben Shlush) es una mujer de clase media, joven y capaz, madre de tres hijos y esposa de un hombre que la viene luchando con un restaurante que acaba de abrir. El proyecto familiar la lleva a buscar trabajo y encontrarlo en una empresa de bienes raíces. Con un jefe poderoso, influyente y exigente, carismático y respetado, que parece un tipo copado y abierto al crecimiento profesional de Orna. Pero no lo es, sólo lo parece. 

Y así, de a poco, in crescendo, El acoso construye lo más interesante que tiene para ofrecer: La mirada abierta al detalle sobre el tablero real e ideal en que empiezan a moverse todas las fichas. La forma sutil y brutal con que este hombre en particular ejerce la explotación y el abuso de sus subordinados. El comentario (sardónico y cruel, galante y caballeresco) con que va tiñendo la relación laboral de implicancias sexuales. La confluencia de situaciones personales que atraviesan a Orna y provocan su comportamiento valiente y sometido, decidido y contradictorio a la vez. Principalmente porque en su cuerpo empiezan a mezclarse los históricos mandatos culposos, el peso de la mirada externa, la necesidad del sustento económico, el mantenimiento del empleo, las demandas de su familia. Una bola de nieve que crece y arrasa con la autoestima, revictimizándola en su condición de víctima. 

No soy un experto en violencia de género ni sé el estado de situación del tema en Israel. Sí me llamó la atención la ausencia institucional de la Justicia en el entramado narrativo del film. No hay instancias formales de denuncia en El acoso y, por ende, todo lo que allí sucede, acontece y se resuelve en ámbitos privados y particulares. Como si no existiera solución colectiva posible; y la única salida dependiera de un empoderamiento tan impulsivo como individual. Fernando Ariel García
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Published on January 09, 2020 05:35

CATS: ¿QUIÉN LE PONE EL CASACABEL AL GATO?

Cats. Director: Tom Hooper. Protagonistas: James Corden, Judi Dench, Jason Derulo, Idris Elba, Jennifer Hudson, Ian McKellen, Taylor Swift, Rebel Wilson, Francesca Hayward, Laurie Davidson, Robbie Fairchild, Mette Towley, Steven McRae, Danny Collins, Naoimh Morgan, Ray Winstone, Les Twins (Larry Bourgeois y Laurent Bourgeois), Jaih Betote, Jonadette Carpio, Daniela Norman, Bluey Robinson, Freya Rowley, Ida Saki, Zizi Strallen y Eric Underwood. Guion: Lee Hall y Tom Hooper, basado en el musical Cats (1981) de Andrew Lloyd Webber, adaptación de El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum (1939), de T. S. Eliot. Música: Andrew Lloyd Webber. Canciones: T.S. Eliot (poemas originales), Trevor Nunny, Taylor Swift (letras). Tema de cierre: Beautiful Ghosts, de Taylor Swift y Andrew Lloyd Webber, interpretado por Taylor Swift. Coreografías: Andy Blankenbuehler. Productores ejecutivos: Andrew Lloyd Webber, Steven Spielberg, Angela Morrison, Jo Burn. Working Title Films / Amblin Entertainment / Monumental Pictures / The Really Useful Group / Perfect World Pictures. EE.UU. / Reino Unido, 2019. Estreno en la Argentina: 9 de enero de 2020. 

Empiezo aclarando lo de siempre: No me gustan las comedias musicales. Me parece antinatural que las personas dejen de hablar para ponerse a cantar sus cuitas como si eso fuera lo más normal del mundo. No puedo conectar con eso. No sé conectar con eso. Y mucho menos si se trata de personas disfrazadas de gatos, moviéndose y comportándose como vemos que se mueven y comportan los gatos de verdad, mientras componen felinos antropomórficos que parecen escapados de un capítulo de Don Gato y su pandilla

Dicho esto, la versión fílmica de Cats deja bien en claro por qué el musical de Andrew Lloyd Webber es uno de los cinco más importantes de la historia del género, ganador de tantos premios y merecedor de todo el piripipí que le gira alrededor. La puesta en escena es fastuosa, visualmente impactante por la impronta onírica y majestuosa que descarga sobre techos, callejones y monumentos de esa Londres fantasmal, en icónico estado de duermevela. Detalle que representa el mundo poético, complejo y oscuro de T.S. Eliot, autor del libro en el que se basa la obra; capaz de hacer frente a los procesos de desintegración social con una fuerte dosis de mitología, misterio y belleza. Algunas coreografías quitan el aliento, aunque se note que los pasos de baile llegan tuneados por distintas intervenciones tecnológicas. Pero crear una identidad propia, compacta y coherente, apoyándose en las particularidades inherentes a los diferentes estilos (del ballet clásico al contemporáneo, del hip-hop al jazz, del Street Dance al tap), no debe ser tarea sencilla. Y el coreógrafo Andy Blankenbuehler lo hizo. 

Es que uno de los principales méritos del director Tom Hooper es haber trabajado para el lucimiento profesional de los artistas convocados. Judy Dench y Ian McKellen como sostén dramático del andamiaje actoral. Francesca Hayward y Steven McRae (figuras principales del Royal Ballet de Londres), Robbie Fairchild (estrella indiscutida del Ballet de New York) y el grupo Les Twins (popes del hip-hop francés), para la excelencia en el arte de la danza. Taylor Swift, a la hora de cantar y componer, junto con el propio Lloyd Weber, un nuevo tema para el musical. 

Vista así, por partes, la experiencia cinematográfica de Cats debería ser abrumadoramente regocijante, cosa que no es. O lo es sólo cuando se la ve así, por partes. En conjunto, Cats pierde brillo, se pone ridícula, se hace larga, aburre y provoca algún que otro bostezo. Hasta que le llega el momento del cierre a Memory, la canción insignia del musical, a cargo aquí de Jennifer Hudson (salida del cascarón gracias a American Idol). Paradita en el medio de la escena, a fuerza de talento, verdad y un vozarrón que rompe el tiempo y desgarra el alma, Hudson borra de un plumazo todo lo bueno y todo lo malo que el film había amontonado hasta ese instante. Porque lo suyo es de otra categoría, capaz de demostrar por qué el arte puede hacer mejor este mundo y transformarnos como personas. Sin necesidad de disfraces ni de ninguna otra pelotudez que nos distraiga de lo importante.Fernando Ariel García
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Published on January 09, 2020 05:26

December 30, 2019

MARVEL STUDIOS ESTRENA "WHAT IF...?", SU PRIMERA SERIE ANIMADA, EN 2021

¿Qué pasaría si Marvel decidiera reinventar todas las películas que lleva estrenadas hasta el día de hoy? What If...?, la primera serie de dibujos animados del Universo Cinematográfico Marvel, dará todas las respuestas (via streaming) a partir del 2021. 



Si querés saber más, entrá a esta nota que me publicó La Nación y enterate de todo. Y de yapa, acá abajo, el primer trailer de la serie, exhibido durante la última convención D23 Expo.
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Published on December 30, 2019 03:45

December 28, 2019

FROZEN 2: LIBRES SON

Frozen 2. Directores: Chris Buck y Jennifer Lee. Voces (en inglés): Kristen Bell (Anna), Idina Menzel (Elsa), Josh Gad (Olaf), Jonathan Groff (Kristoff y el reno Sven), Sterling K. Brown (Teniente Mattias), Evan Rachel Wood (Iduna, madre de Anna y Elsa), Hadley Gannaway (joven Iduna), Alfred Molina (Agnarr, padre de Anna y Elsa), Jackson Stein (joven Agnarr), Martha Plimpton (Yelena), Jason Ritter (Ryder) y Jeremy Sisto (Rey Runeard, abuelo de Anna y Elsa), entre otros. Participación especial de Aurora (La Voz). Voces (en castellano): Romina Marroquín Payró (Anna), Carmen Sarahí (Elsa), David Filio (Olaf), José Gilberto Vilchis (Kristoff), Salvador Reyes (Teniente Mattias), María Inés Guerra (Iduna, madre de Anna y Elsa), Regina Tiscareño (joven Iduna), Raúl Anaya (Agnarr, padre de Anna y Elsa), José Luis Pérez Piedra (joven Agnarr), Rebeca Patiño (Yelena), Arturo Castañeda Mendoza (Ryder) y Oscar Bonfiglio (Rey Runeard, abuelo de Anna y Elsa), entre otros. Guion: Jennifer Lee, Chris Buck, Marc E. Smith, Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez, basado en personajes y situaciones del cuento La Reina de las nieves, escrito por Hans Christian Andersen (1844). Canciones: Robert Lopez y Kristen Anderson-Lopez (letras); y Christophe Beck (músicas). Tema de cierre (en inglés): Into the Unknown, interpretado por la banda Panic! At the Disco. Tema de cierre (en castellano): Mucho más allá, interpretado por David Bisbal. Walt Disney Pictures. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 2 de enero de 2020. 

Varios años después del apabullante éxito de Frozen: Una aventura congelada (2013), la esperada secuela del moderno clásico disneyano enfrenta (dentro y fuera de la pantalla) su reto más importante: Estar a la altura de su predecesora, evitando repetir las fórmulas que la impusieron en el gusto popular de las preadolescentes del mundo entero. Una tarea titánica de la cual Anna y Elsa salen victoriosas, pero no tan enteras cómo le hubiera gustado al Tío Walt. 

La película se propone (y lo logra) reescribir la historia que conocíamos, echando luz sobre el pasado oscuro de Arendelle y su relación con el matrimonio real de Agnarr e Iduna, padres de Anna y Elsa. Algo que terminará produciendo un efecto dominó sobre los misterios que hoy parecen aquejar al reino: La Voz que viene del cercano bosque encantado, la verdadera naturaleza de los poderes de Elsa; y la forma en que el Reino elija expiar sus pecados. 

El camino (interno y externo) será largo y accidentado. Y en ese trayecto de arrobadora belleza visual, la película apuesta por lo seguro, se vuelve predecible y algo reiterativa. Lo justo y necesario, de acuerdo con la reacción de las hijas que acompañaron a los periodistas en la función de prensa. La aceptación de los tramos más forzados de la trama, la empatía con los momentos de ternura y las lágrimas por los infaltables golpes bajos, hacen de Frozen 2 un producto logrado y preciso, hecho por y para su público destinatario.

“Sólo la verdad los hará libres”, asevera un famoso pasaje de La Biblia. Y más allá de cualquier profesión explícita de fe, Frozen 2 valida el peso de esas palabras al hacer que las hermanas protagonistas elijan sujetarse a los hechos reales antes que validar el relato repetido por boca de ganso. Aunque eso les implique dinamitar lo que daban por cierto sobre ellas mismas para poder cantar el estribillo más repetido de la saga. Ese que dice: Libre soy… Libre soy. Fernando Ariel García
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Published on December 28, 2019 05:35

EL ARO – CAPÍTULO FINAL: EL ANILLO SIN FIN

El aro – Capítulo final. Director: Hideo Nakata. Protagonistas: Eliza Ikeda, Himeka Himejima, Ren Kiriyama, Hiroya Shimizu, Rie Tomosaka y Takashi Tsukamoto, entre otros. Guion: Noriaki Sugihara y Kôji Suzuki, basado en personajes y situaciones creados por Kôji Suzuki para la novela Ringu (1991). Kadokawa. Japón, 2019. Estreno en la Argentina: 2 de enero de 2020. 
Hagamos algo de historia. Todo arranca en Japón en 1991. Kôji Suzuki publica la novela Ringu; y la idea de una maldición espectral impresa en la cinta de un videocasete, lo coloca en el número uno de los más vendidos y leídos de la isla. Siete años después llega la versión fílmica, que instala como icono del terror contemporáneo la famosa imagen de Sadako, esa chica descalza, en batón y con una larga melena negra que le cubre la cara. Ringu (la película) revienta todos los récords, dispara cinco secuelas y una precuela, una larga lista de mangas y hasta una serie de TV. Su máximo logro: Exportar al J-Horror al resto del mundo, logrando remakes en los EE.UU. y Corea del Sur. 

Aquí en la Argentina, a la saga de Ringu (El anillo) se la difundió bajo el título genérico de La llamada. ¿Por qué cambiarla ahora por El aro? No lo sé. ¿Y por qué agregarle capítulo final al título de una película que, claramente, termina con una secuencia más abierta a la continuidad que al cierre? Vaya uno a saber. Lo cierto es que El aro – Capítulo final (Sadako a secas, en el original) recupera al director inicial de la saga, Hideo Nakata, para insuflar nuevos aires a una franquicia que se viene cayendo a pedazos. 

Algo que, lamentablemente, no logra. Hay un principio muy prometedor, donde se instala una atmósfera de trágica incomodidad, de desamparo ante el avasallamiento del más allá, de entrega irredenta a los vaivenes de lo inexplicado y lo incomprensible. Un principio que aggiorna los disparadores narrativos con la incorporación del mundo de los youtubers, pero que al ir avanzando, cae en todos los clichés que no debería caer. 

El problema más grande, sin embargo, radica en la melenuda que sale del aljibe antes de salir de la pantalla. Si bien es la marca registrada de la licencia y, como tal, debe estar dentro de cada instancia, ya no causa sorpresa. Y, mucho menos, miedo. A esta altura, su presencia es tan natural y neutra como la del Hombre-Araña balanceándose entre los tejados de Manhattan. Tiene que aparecer, obvio, pero con un contenido alrededor que justifique su representación, que ponga en valor su peso identitario, que la vuelva relevante para el espectador. Y eso no está. Si se bancan la canción J-Pop de los títulos de cierre, verán una escena mínima que no agrega nada, pero si llegaron hasta ahí… Fernando Ariel García
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Published on December 28, 2019 05:20

December 19, 2019

STAR WARS – EL ASCENSO DE SKYWALKER: FIN DE FIESTA

Star Wars - El ascenso de Skywalker. Director: J.J. Abrams. Protagonistas: Carrie Fisher (Leia Organa), Adam Driver (Ben Solo / Kylo Ren), Daisy Ridley (Rey), John Boyega (Finn), Oscar Isaac (Poe Dameron), Anthony Daniels (C-3PO), Joonas Suotamo (Chewbacca), Kelly Marie Tran (Rose Tico), Ian McDiarmid (Palpatine / Darth Sidious), Billy Dee Williams (Lando Calrissian), Brian Herring (titiritero de BB-8), Jimmy Vee (R2-D2), Naomi Ackie (Jannah), Domhnall Gleeson (General Hux), Lupita Nyong'o (Maz Kanata) y Keri Russell (Zorri Bliss), entre otros. Participación especial de Mark Hamill (Luke Skywalker). Guion: J. J. Abrams, Chris Terrio, Derek Connolly y Colin Trevorrow, basado en personajes y situaciones creadas por George Lucas. Música: John Williams. Lucasfilm Ltd. / Bad Robot Productions. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 19 de diciembre de 2019. 

Todo llega a su fin. Hasta esta saga familiar iniciada hace más de 40 años. Porque Star Wars - El ascenso de Skywalker (Star Wars - The Rise of Skywalker) está aquí para cerrar la historia del clan Skywalker, no para poner punto final a una de las franquicias más lucrativas de la industria del entretenimiento. Es cierto, no va a haber más trilogías, pero sí una película cada tanto. Y dibujos animados, series para Disney +, cómics y demás cuentas de este rosario de productos interconectados e interdependientes hasta el infinito. 

Lo importante pasa por saber si El ascenso de Skywalker está a la altura de las expectativas que generó. Y la respuesta, en realidad, son dos respuestas. A nivel cinematográfico, J.J. Abrams apela a la mística original pero no logra traducirla en personajes con carisma. Abusa de las subtramas y las vueltas de tuerca simplistas. Revela lo que tiene que revelar. Y entretiene a fuerza de adrenalina más que de inteligencia y creatividad argumentativa, sobrevalorando la carga épica de la misión final. 

A nivel emotivo es otra cosa. La película se toma su tiempo para recuperar y resignificar escenarios, relaciones, criaturas que han cimentado el fanatismo religioso de la saga. Están los homenajes esperados, los golpes bajos infaltables y un par de sorpresas que terminarán obnubilando cualquier atisbo de razón. J.J. Abrams responde a la pasión con más pasión. Y, ya sabemos, la pasión conoce razones que la razón desconoce o no entiende. 

Lejos de ser la película perfecta para un cierre redondo, Star Wars - El ascenso de Skywalker es la celebración que una ocasión así ameritaba. A sufrirla y a gozarla, que para eso está hecha. Fin de fiesta y gracias por los servicios prestados. Fernando Ariel García
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Published on December 19, 2019 05:14

LA BOTERA: CRUZAR EL RUBICÓN

La botera. Directora: Sabrina Blanco. Protagonistas: Nicole Rivadero, Alan Gómez, Sergio Prina y Gabriela Saidon, entre otros. Guion: Sabrina Blanco. Murillo Cine / Vulcana Cinema. Argentina / Brasil, 2019. Estreno en la Argentina: 19 de diciembre de 2019. 
El Rubicón es un corto río torrencial del norte de Italia. De color entre rojizo y amarronado, saltó a la fama gracias al derecho romano, ya que a partir del 59 a.C. quedó establecido como frontera infranqueable entre las provincias romanas y la Galia Cisalpina, buscando proteger a Roma de cualquier amenaza interna y externa. Hasta que un Julio César atormentado por las dudas, desoyó la prohibición de cruzar sus aguas y las cruzó, entrando a Italia con sus tropas. Sin saberlo, el político y militar que llegaría a encarnar la idea del poder absoluto, estaba forjando una frase popular destinada a definir la decisión íntima e irreversible de lanzarse a una empresa de arriesgadas e imprevisibles consecuencias.

Hagamos de cuenta, entonces, que la adolescente Tati es nuestra Julio César de baja intensidad; y que el Riachuelo es el Rubicón que deberá cruzar (en viaje de ida y vuelta) durante este íntimo e intenso relato de iniciación que es La botera, opera prima de Sabrina Blanco que, sin rodeos, llega para instalarse como uno de los grandes estrenos argentinos del año. Filmada y ambientada en la Isla Maciel, la película sigue el despertar sexual de Tati mientras Tati sigue con sus rutinas cotidianas, marcadas por un aislamiento naturalizado por el ambiente y una situación de vulnerabilidad social y económica que no la define pero sí le estipula márgenes de maniobra. 

Alejada de la estética y la ideología comúnmente asociadas al romanticismo teenager, La botera camina los senderos de un realismo empático y crudo, veraz y honesto a la hora de poner en escena el tránsito de los personajes y plantear el empoderamiento posible de esa niña en particular. La pobreza, el bullying, la violencia de género, los problemas vinculares con las personas que conforman su microclima (casa, barrio, escuela, merendero) ocupan un lugar protagónico sin cargar el estigma con que suelen aparecer representados en el séptimo arte contemporáneo. En el mientras tanto, Tati buscará realizar su deseo de convertirse en botera, aprendiendo los secretos de ese oficio masculino y en peligro de extinción, como metáfora identitaria que le permita navegar entre las costas de la isla y el continente; y de la mano de su amigo infantil a los brazos de su interés amoroso. 

Lo mejor que tiene el film, para mí, es el alto compromiso político con las situaciones que aborda. Prescindiendo de pirotecnias partidarias, sabe ser sensible y ecuánime, comprensible y crítico con los mundos internos y externos que están en pugna. Es capaz de no juzgar a sus personajes, porque les ha entregado la confianza necesaria para dejarlos ser, hacer y elegir. Por eso, intuyo, huye de cualquier tentación discursiva para abrazar los recursos narrativos que cuentan mejor que mil palabras. Complejo y sutil maridaje entre la ficción y el documental, La botera cohesiona la síntesis de ambas orillas para amarrar en el puerto del cine con mayúsculas. Esa experiencia que nos acompaña por la vida, no sólo en la oscuridad de una sala. Fernando Ariel García
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Published on December 19, 2019 04:34

LA DOLCE VITA: EL ENCANTO DE LA DECADENCIA

La dolce vita. Director: Federico Fellini. Protagonistas: Marcello Mastroianni, Anita Ekberg, Anouk Aimée, Yvonne Furneaux, Alain Cuny, Nadia Gray, Annibale Ninchi, Magali Noël, Lex Barker, Jacques Sernas e Ida Galli, entre otros. Participación especial de Adriano Celentano. Guion: Federico Fellini, Tullio Pinelli, Ennio Flaiano, Brunello Rondi y Pier Paolo Pasolini (no acreditado). Música: Nino Rota. Riama Film / Pathé Consortium Cinéma / Gray Films. Italia, 1960. Estreno en la Argentina de la versión remasterizada: 19 de diciembre de 2019. 
Tres minutos dentro de la Fontana di Trevi le bastaron a La dolce vita para meterse en la historia grande del cine internacional. Pero la verdad es que, aun sin esa escena icónica, las casi tres horas de esta obra maestra de Fellini tienen méritos y espaldas suficientes para ganarse y bancarse el sitial de privilegio que ocupa porque le corresponde.

Rompiendo la estructura tradicional de la narrativa cinematográfica, el film en donde Fellini inoculó grandes dosis de simbolismo al neorrealismo italiano, sigue tan moderno, irreverente, contestatario y vigente como en aquel lejano 1960 que le granjeó prohibiciones y sambenitos de blasfemia y pornografía, entre otros epítetos. Sobre todo por atreverse a mostrar (mejor que nadie antes) el auténtico encanto de la decadencia aristocrática como motor aspiracional de una clase trabajadora anclada en la individualidad más autodestructiva y la hipnótica valoración de un exhibicionismo hueco. 

Desde su privilegiado palco en la mítica Via Veneto de Roma, el escritor de crónicas sociales Marcello Rubino (un enorme Marcello Mastroianni, agigantado todavía más por el paso del tiempo) y su fotógrafo Paparazzo (nombre que en su plural italiano pasaría a definir una profesión, la del paparazzi), cubren física y emocionalmente los vaivenes existenciales de una clase que ejercía el pecado como libre expresión de un nuevo contrato moral. El aburrimiento de quien lo tiene todo resuelto, devenido entretenimiento costumbrista del permanente necesitado, alimentado por el poder re-presentativo de la prensa sensacionalista. Otra forma de anestesiar el dolor que latía en las aún vigentes carencias de posguerra, gracias al ansiolítico insensible que servía en bandejas de plata el accionar de la burguesía acomodada. Producto que vendía y compraba el Marcello atrapado en una relación tóxica, signada por el amor y el espanto. 

Al compás de los excesos y los desbordes, los sueños y las frustraciones, las verdades y las mentiras, las realidades y las simulaciones, el placer y el sexo, las búsquedas particulares y colectivas, La dolce vita sigue escarbando en la naturaleza del vacío desencantado de una generación en estado de construcción. Incapaz de oír al otro en medio del ruido ambiente, porque sólo le interesa hacerse escuchar. Fernando Ariel García
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Published on December 19, 2019 04:16

December 12, 2019

LA SABIDURÍA: VERDE PROFUNDO (VERO GIALLO PAMPEANO)

La Sabiduría. Director: Eduardo Pinto. Protagonistas: Sofía Gala Castiglione, Daniel Fanego, Analía Couceyro, Paloma Contreras, Lautaro Delgado Tymruk, Diego Cremonesi, Luis Ziembrowski, Pablo Pinto. Participación especial de Leonor Manso y Juan Palomino. Guion: Diego Andrés Fleischer, María Eugenia Marazzi y Eduardo Pinto. No Problem cine / Eusebia en la Higuera. Argentina, 2019. Estreno en la Argentina: 12 de diciembre de 2019. 
En la Italia de posguerra, una de las colecciones de literatura popular más consumida era Il Giallo Mondadori, dedicada exclusivamente a las novelas de enigma. Tan grande fue su penetración cultural que la sociedad pasó a denominar giallo (amarillo) al género policial. Con este antecedente, a partir de los años ‘60, el término sirvió para acuñar la identidad cinematográfica de todo thriller que supiera combinar el suspenso con el terror psicológico, los crímenes violentos, alguna dosis de explotación sexual y un toque de misterio sobrenatural. 

No sé si la intención de Eduardo Pinto fue la de hacer un giallo local, pero después de ver (y pensar y repensar) La Sabiduría, no encuentro otra forma mejor para definir el efecto intelectual y emotivo que me produjo la película. Visualmente impactante, dueña de una elegancia siniestra que incomoda desde el primer minuto, con una densidad envolvente que nos lleva de las narices hasta el último sótano de ese infierno personal, social e histórico que habita en la perdida soledad de la llanura pampeana. 

De manera formal y figurada, La Sabiduría aprovecha las riquezas que encuentra en el entramado fronterizo. Entre la ciudad y el campo, la tradición y la modernidad, el mundo blanco y la cosmovisión indígena que aparecen signados y contaminados por el mito del malón. Además, logra plantarse con firmeza en el terreno indefinido de la vigilia, esa zona que deambula entre lo concreto y lo inasible, lo real y lo onírico, ampliando nuestras capacidades de recepción cognoscitiva para percibir el abanico completo de sensaciones que cabe en las experiencias alucinadas de los protagonistas. 

Apoyada en soberbias actuaciones de Sofía Gala Castiglione, Daniel Fanego y Analía Couceyro, al frente de un elenco que se saca chispas, La Sabiduría aborda desde un costado ficcional muy poco transitado por nuestro cine, una de las transformaciones epocales que nos atraviesa con más fuerza: El feminismo. Y al hacerlo desde las entrañas de un género que naturalizaba ciertas expresiones de la violencia contra las mujeres, provoca el debate desde la misma resignificación simbólica. Lástima que para enarbolar este planteo haya caído en la cosificación malévola del hombre, pintando a todos los personajes masculinos como seres oscuros, abyectos e irredimibles. Una película tan bella e inteligente no necesitaba echar amarras en ese lugar común. Fernando Ariel García
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Published on December 12, 2019 03:27

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