F. Xavier's Blog, page 18

April 24, 2019

A Propósito del Día del Libro: la 'E' Genial


La textura del papel, el levísimo sonido de las hojas de un libro al pasar la página. La perspectiva de arrellanarse en el sillón con un libro nuevo... ese era yo.
El aroma de los libros viejos, de esos libros que ya tienen una vida, anterior a la tuya, que les hace aún más interesantes, como aquellas damas de cierta edad que con una sonrisa parecen revelar todo pero no revelan nada... ¿quien podría saber en qué lugares han reído antes, que ojos han visto todo de ellos? ¿Qué manos los han recorrido con amor? ¿Cuantas vidas han cambiado con su presencia?

O en cambio, el olor del papel nuevo, de la tinta recién estampada, el peso (de las palabras impresas). El tacto de esos libros encuadernados en tafilete, nervios en el lomo y corte de oro. O el del papel de ediciones rústicas pero de diseño esmerado, que no puedes esperar a leer. O el gusto de estampar mi ex-libris en algún libro recién comprado, para hacerlo verdaderamente mío, para ser leído por primera vez...


La perspectiva de arrellenarme en el sillón favorito para sumergirme en la prosa (o el verso) de aquel libro largo tiempo buscado y por fin encontrado, en una tarde lluviosa; café, single malt y un puro a mi lado... Ese lector era yo. Aún mejor, ese lector sigo siendo yo, pero con una pequeño añadido: el libro "e".

Como lector voraz confeso que soy, la idea de los libros electrónicos siempre me atrajo desde que se les escuchó mentar por primera vez, hace ya muchos años. Era la solución moderna a muchos 'problemas lectores.' Sin embargo la idea de que estos sustituyeran a las páginas impresas se me hacía ridícula. Era atentar contra la tradición, contra las bibliotecas, contra la búsqueda de una tarde en una librería, contra los aromas de papel y tinta en esas librerías, modernas o muy antiguas, contra perderse ensimismado en una feria del libro, contra llegar a casa con una bolsa de libros nuevos, contra la felicidad del hallazgo en un librería de viejo, vaya, ¡contra todos los placeres de ser un lector! Pero debo explicarme.

La realidad es que hay ciertas consideraciones prácticas con respecto a los libros, ahora llamados 'impresos' (como si esto fuera algo que pudiera antes cambiarse); yo más que nadie disfruto de cada experiencia que los libros me ofrecen, pero en muchas ocasiones es casi imposible encontrar justo el libro que uno quiere, o la edición que uno quiere, y cuando los hallamos tienen un precio muy elevado (aunque dicen por ahí que si un libro te parece caro no eres un verdadero lector..). En alguna ocasión, por ejemplo, quise comprar las obras completas de Enrique Jardiel Poncela, hilarante escritor español del que se habla poco por sus circunstancias, pero del que he disfrutado cada libro. Se lo hice saber a mi entonces librero de cabecera y él hizo las diligencias: me consiguió una edición estampada en piel, corte de oro e impresos en papel cebolla que eran una delicia, cuatro tomos en una edición única, pero a un precio que hoy equivaldría a unos 400 euros (!). Ni que decir que los tuve que dejar pasar, con todo el dolor de mi corazoncillo de lector. Mi librero no tuvo problemas en venderlos, claro está: ya había compradores en fila. Y aunque siempre le he dicho a mi propio hijo que en lo que nunca hay que escatimar es en libros y en medicinas, todo, es verdad, tiene su límite.


Otro punto sobre los libros impresos es que a veces no existen ediciones de lo que uno desea leer: en alguna ocasión quise leer las obras completas de Giacomo Casanova (sí, el aventurero veneciano del siglo XVIII, a quien descubrí, más allá de sus lances eróticos, como un excelente narrador de aventuras y descriptor de los tiempos que le tocaron vivir), pero era imposible encontrar una edición en castellano ya que no se han traducido todos los tomos de su autobiografía... pero que al final pude leer en e-book en una muy buena traducción al inglés. En otro caso, me encontré conque las traducciones al español del Moby-Dick que tenía a la mano eran terribles... pero pude hallar la versión original de 1851 digitalizada en libro electrónico. Lo mismo pasó con la bibliografía completa de Ian Fleming, todos los libros de James Bond. Y con otros muchos libros de los que ya no tengo memoria. El libro electrónico al fin es una maravillosa opción para quien gusta de verdad leer.




También es verdad, siempre se añora un buen libro recién comprado, pero como puede verse en la fotografía anterior, el hecho de tener un libro electrónico, en mi caso, varios de los excelentes Kindle, de Amazon, nunca me ha detenido de comprar libros (impresos), aunque siempre me encuentro con airadas opiniones en contra. Pero hay que mencionar que a lo largo de la historia siempre ha existido controversia ante los formatos y las nuevas tecnologías; en tiempos de Jesús, el hecho de que el Nuevo Testamento se escribiera en pergamino y no en papiro fue causa de conflictos. En tiempos de Sócrates no se creía en la escritura como manera de preservar el conocimiento: esa era tecnología egipcia y por lo tanto extranjera. El mismo caso se dio con el Buda. Ninguno de estos maestros escribió nada aunque sabemos que podían hacerlo, y en cambio fueron sus discípulos quienes decidieron utilizar tecnologías de punta (en su momento) para preservar sus enseñanzas.

Por otro lado, los libros electrónicos también tienen lo suyo:  la construcción de muchos de ellos es de alta calidad, hechos para durar y con materiales muy buenos, son dispositivos dedicados a la lectura, es decir, no son un iPad ni una tableta ni sirven para navegar las redes sociales, su llamada tinta electrónica se ve prácticamente como una hoja impresa, su pantallas no reflejan y se pueden leer en la obscuridad, pueden llevar un número enorme de libros en sus memorias, los más nuevos inclusive son resistentes al agua y el polvo, y cuentan con innumerables accesorios para su protección; los míos inclusive han tenido fundas de cuero hechas a mano que les dan un toque ciertamente muy elegante.

Pero lo más importante es la enorme y extensa oferta de títulos a la que se puede acceder: la gran mayoría de las editoriales han reconocido el potencial del libro electrónico y cada día se publican más títulos en ambas versiones, la electrónica y la impresa, sin contar conque se puede descargar, en versión digital, cualquier obra editada antes de 1919 en sitios como Project Gutemberg.

Mi punto, querido lector, estimada amiga lectora, es que se puede tener lo mejor de ambos mundos, es decir, la fotografía no sustituyó a la pintura ni las motos a las bicicletas; las innovaciones hacen la vida más fácil, pero es difícil que sustituyan la experiencia, el gozo de las cosas que son perfectas en si mismas como ya lo anunciaba Umberto Eco con respecto a la invención del propio libro, el original: "Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera." Los libros impresos nunca desaparecerán en tanto parte de nosotros, de nuestros sentimientos, vivan en ellos, y puedo decir que una de las cosas en esta vida material de la que me siento más orgulloso es de mi biblioteca, la que heredaré a mi hijo como (espero) mi padre me herede la suya.

Pero si no ha probado nunca antes leer en un e-book, se lo recomiendo con toda seguridad. Lo que uno lee es la palabra escrita; el arte, la emoción o la pasión vienen de Shakespeare o de Leo Tolstoi, y no el medio por el que se lee y para estos fines los libros electrónicos (sí, también libros) son una invención genial.




















Xavier H. Castañeda

Todas las fotografías son del autor.
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Published on April 24, 2019 13:53

April 23, 2019

April 21, 2019

Laguiole, Sacacorchos de Conocedor



Laguiole, sacacorchos de connaisseur, es el "no va más" de la ingeniería francesa aplicada al savoir-faire en los nobles caldos...
-¿Se dedica usted al servicio? - Preguntó la amable señora, ante lo cual mi hermano casi se desternillaba de risa. La señora que me atendía en aquel Nicolas, muy cerca de La Madeleine, pareció no entender cual era la gracia. Después de todo, ser confundido por sommelier cerca de los vecinos Fauchon y Hediard, una tarde fría en París, era más bien un elogio que algo risible...
Permítame explicarme, querido lector. La razón por la cual me encontraba a punto de adquirir una navaja de sommelier, una Laguiole (nombre que se pronuncia 'layol'), se remontaba a ciertos años de la infancia cuando mi abuelo Ernesto me obsequió una navaja, una Buck de caza, ajada por el tiempo. -"Una navaja es un objeto de precisión", me dijo, mientras sostenía yo el pesado objeto. "Todo caballero debe portar una navaja consigo, por si la llegara a necesitar; claro, algo más ligera que esta." concluyó . A partir de aquel momento comencé a apreciar los finos aceros, objetos cargados de historia, y más tarde a portar esa 'navaja de caballero' que mi abuelo me recomendó (y de la cual hablaré en un próximo artículo). De aquel momento muchos años han pasado, y mi gusto por estas piezas es muy particular... Lo que me lleva nuevamente a aquella tarde parisina...

Por aquellos días que me encontraba viajando con mi hermano por Europa, y aunque no acostumbro ese elusivo, y azaroso, placer del shopping durante travesías, dos cosas me interesaba comprar en aquel viaje: una navaja tradicional, tal vez italiana, tal vez española, y un sacacorchos Laguiole... sacacorchos que sabía yo desde hacía varios años que es el accesorio a tener para cualquier aficionado a los vinos que se respete....
El azar (o la agencia de viajes) nos había llevado a París, y tras un día de Museo d'Orsay y Les Invalides, decidí buscar el objeto de mi deseo en la antigua Lutecia... Largo fue el caminar hasta cruzar a la ribera derecha del Sena y adentrarnos en el barrio de la Opera, y en dirección la iglesia de La Madeleine. Sabía que en algún lado entre esta y la Opera misma existía un tienda exclusiva de Forge de Laguiole, una de las marcas consagradas, aunque en ese momento desconocía yo ese pequeño detalle... (más de ello adelante), pero ¿quien puede resistirse a la tentación de esos templos gastronómicos, Fauchon y Hediard, y el más grande Nicolas de París (de las muchas que hay), con sus vinos de ensueño?

Tarde fría, París y señora amable ante mi. Entré a Nicolas quitándome los guantes y apresurado tras haber visto mi Laguiole en el aparador... expliqué de inmediato a quien me atendió que mi francés era limitado, pero que quería aquel sacacorchos de la entrada. '¡No hay problema!' recibí como respuesta y mientras tomaba entre mis manos aquel frío acero y madera de palisandro, comenté que prácticamente abría botellas todos los días.-¿Se dedica usted al servicio?- (risas de mi hermano)- No, pero soy amante de los vinos.- contesté mientras comprobaba que aquel sacacorchos contaba con todos los elementos tradicionales; la figura de una abeja forjada, el sacacorchos estriado para permitir el paso del aíre mientras se introduce en el corcho, la navaja para cortar el capuchón de la botella...- Va usted a comprar un artículo que durará toda la vida. - me dijo la señora ante mí. Y tras eso me limité a sacar mi tarjeta y pagar mi nuevo sacacorchos sin agregar nada más...
Un Poco de Historia

De entrada, la historia del sacacorchos Laguiole en sí es muy reciente. Otra es la historia de la navaja Laguiole, la cual data de principios del siglo diecinueve, y cuyos ancestros fueron diseños inspirados por precisamente la Navaja española de origen (hispano) árabe, y la cual muy probablemente traían entre sus pertenencias aquellos hombres provenzales que regresaban de trabajar en la península ibérica. Para los 1830's, un fabricante de cuchillería de nombre Jean-Pierre Calmels diseñó lo que con propiedad sería la famosa navaja Laguiole de nuestros días, misma que ya incorporaba sus ahora tradicionales elementos: la figurilla de abeja forjada(que ciertas fuentes mencionan fue el emblema que el gran Napoleón I otorgó a los habitantes de la región de Laguiole por su bravura en combate, siendo la abeja el emblema mismo del emperador; mientras que otros dicen que simplemente es una mosca de fruta...), un punzón y su diseño curvo. Más tarde, por allá de 1880, se agregó un sacacorchos debido a la demanda local de gente que se dedicaba a la mesa en el norte de Aveyron, además de irse refinando en sus formas hasta ser un artículo de verdadero lujo.
Por esa misma época algunos de estos mesoneros y meseros emigraron a París en busca de nuevos aires, y su diseño fue poco a poco dándose a conocer hasta llegar a ser muy popular en el mundo de la mesa; y en el mismo París, naturalmente, fue pronto adoptada por cualquiera que se preciara de ser francés y como emblema de la fabricación francesa.

Sin embargo al parecer M. Calmels no tenía ambiciones de grandeza comercial y de a poco su diseño fue sucesivamente copiado, y por ende, la calidad del producto fue haciéndose muy diversa y su lustre fue menguando poco a poco hasta finales del siglo XX. Y a pesar de ser un artículo de lujo y de mucha demanda, la palabra "Laguiole" en sí, además de ser el nombre de un pueblo en la región de Aveyron y de un queso, no designa a ningún fabricante en particular, y debido a que jamás fue patentado ni protegido por derechos, llegó simplemente a designar a un tipo de cuchillo plegable, algo así como el nombre 'navaja', dentro de Francia (solo en Thiers, capital cuchillera francesa, existen unas 80 fabricas que manufacturan este tipo de piezas... y los hay de fabricación china, ¿¡de donde más!?).
A pesar de todo ello, ciertos fabricantes tradicionales del pueblo de Laguiole siempre contaron con un amplio reconocimiento entre los conocedores, con nombres como, además de los Calmels, Pages, Glandierés o Salettes. Esta fabricación tradicional de dichas navajas siempre rivalizó con la fabricación masiva de Thiers.
El Laguiole Actual Sin embargo, para la década de los ochenta del siglo pasado la producción local de Laguiole se relanzaba y su éxito fue fulgurante. Para 1985 se creaba una asociación para proteger los artículos locales y más tarde se creaba el sacacorchos Laguiole objeto de este escrito, pero...
La Controversia Yo mismo participaba de esta controversia anunciada, cuando después de París arribamos a Venecia, y naturalmente yo aún tenía una misión por cumplir, la búsqueda de una navaja tradicional. Se me había comentado que en Venecia se fabrica una navaja tradicional de pescadores, la Marinera de Venezia, y me encontraba en búsqueda de una casa cuchillera en aquella bellisima ciudad. Y justamente al entrar en una de ellas y encontrarme inspeccionando la mencionada Marinera (que por cierto me pareció un poco rústica para mi gusto), noté un sacacorchos Laguiole pero de formas un poco más estilizadas que el que había comprado en París. Al preguntar por esta diferencia, la persona que me atendía, una señora italiana de maneras muy elegantes, me dijo de forma vehemente que el sacacorchos que yo tenía en mis manos era el único y original, fabricado en el mismísimo pueblo de Laguiole por la manufactura Forge de Laguiole... y tuve la sensación de que algo andaba mal...
Sucede que existe cierta controversia en cuanto al origen del sacacorchos en particular. Ya estando al tanto de la historia de la navaja Laguiole y de sus avatares, conviene saber que el diseño del sacacorchos actual data de mediados de los años ochenta del siglo pasado, y fue creación del Chef y diseñador Guy Vialis (segunda y tercera imágenes de este articulo), el cual está en relación directa con la fabrica Chateau Laguiole y cuyas forjas se encuentran en Thiers (ciudad que nada menos cuenta con una historia de 700 años en materia cuchillera). Así que a toda ley puede decirse que ese es el origen del sacacorchos original, pero...

Para 1987 tres inversionistas con amplios recursos decidieron que el nombre que nos ocupa era una excelente oportunidad de negocios, y también decidieron establecer una forja con la más alta calidad en las afueras del pueblo de Laguiole (que dicho sea de paso, dichas 'afueras' están como a cuatro calles del centro de la misma). La arquitectura del mismo edificio la firmó nada menos que el grande Phillipe Starck . Su gran visión, combinando diseño y tradición, los llevó a crear tanto las navajas tradicionales Laguiole, como rediseños de la misma realizados por diseñadores de nombres tan conocidos como Andrée Putman, Jean-Michel Wilmotte, Olivier Gagnere o el mismo Phillipe Starck, conjuntando también la manufactura precisa de reputados maestros cuchilleros, logrando productos de altísimo nivel y calidad.



Adicionalmente, su versión del sacacorchos Laguiole cuenta con elementos que vienen de diferentes épocas, así su versión de la abeja napoleónica es muy estilizada, mientras que sus cachas cuentan con la tradicional 'Cruz de los Pastores' (también llamada 'Cruz de los Tres Obispos'), con las cuales se cuenta que los pastores rezaban antes de consumir sus alimentos clavando su navaja en una pieza de pan y postrándose ante ella...

Una tercera forja cuenta con amplio reconocimiento también, la forja Laguiole En Aubrac. Dicha forja fabrica también el mencionado sacacorchos así como la tradicional navaja, y su diseño, el cual puede verse a un lado de estas líneas, es aún más estilizado.

La Elección Personal. Aunque no existe ninguna duda en cuanto a la calidad de los tres fabricantes mencionados, quien decida adquirir alguna de estas piezas lo hará únicamente bajo el cariz de una elección puramente personal, ya que cada una de estas manufacturas tienen algo que ofrecer a su fiel consumidor.

Así, los Chateau Laguiole, además de ser el primer fabricante del sacacorchos a como lo conocemos (forjados en Thiers por la manufactura S.C.I.P, en activo desde 1850), ofrece varios modelos con acabados extraordinarios, entre los que se cuentan cuerno de ganado de Aubrac, maderas finas, corian, además de maderas extraídas del fondo de los grandes lagos y congeladas desde hace más cien años, maderas de arboles del parque del palacio de Versalles, e inclusive de la madera del roble donde la mismísima María Antonieta solía sentarse a leer... how cool is that! Además son creadores de una linea llamada Sommelier Series, con hermosamente terminados sacacorchos que llevan el nombre de los ganadores del prestigioso premio 'Mejor Sommelier del Mundo', tales como Enrico Bernardo, Poussier, Hendrik Thoma o Giussepe Vaccarini, además de una versión Gran Cru que incluye el famoso Clef du Vin, una aleación de metales que hace evolucionar a un vino un año de guarda por segundo de inmersión.

Por su parte Laguiole en Aubrac, con fabricas en la región que lleva en su nombre, ofrece sacacorchos de materiales como cuerno de ganado de Aubrac, maderas nobles (que como pueden observar es el estándar mínimo), además de fabricaciones en acero perteneciente a los celeberrimos Jets Concorde, o proveniente del famoso puente Golden Gate de San Francisco, California, o de acero Paquebot, de los celebres también Yates France Boat.

Por ultimo, y si no se decanta por una fabricación enteramente artesanal, se encuentran los Forge de Laguiole, que cuentan con una terminación y acabado de excelencia, y que cuentan con su mayor atractivo el provenir de la única forja que realmente se encuentra en el pueblo de Laguiole. Esta casa es la que a ultimas fechas a tenido un reconocimiento sin precedentes debido a sus hechuras de alto diseño y belleza, venidos de la imaginación tanto de grandes diseñadores como de grandes maestros del arte de la forja de cuchillería.
Así es que, querido lector, ¿cual es su elección? Cualquiera de las opciones puede muy bien ser el Laguiole único y original, pero las razones para serlo o no quedan a decidirse por su parte... Sin embargo la posesión de un sacacorchos de este tipo es un must para cualquier amante de los vinos, un verdadero artículo de Connoiseur, Le Best, y quien sabe abrir una botella con propiedad con esta fina herramienta (dicho sea de paso, todo un ritual...) demuestra de muy discreta manera su savoir-faire al más puro estilo francés; cuestión que pronto abordaré en un próximo post, estimado lector, aunque puede usted visitar este video donde se aprecia la correcta forma de abrir una botella de vino. À votre santé!

En Savoir Plus:
http://www.forge-de-laguiole.com/default.asphttp://en.wikipedia.org/wiki/Laguiole_knifehttp://www.laguiole-knife-corkscrew.com/index.htmlhttp://www.laguiole.com/http://www.corkscrew.com/salespage-chateau-laguiole.htmlhttp://www.onthefly.com/brand/laguiole/about-forge-de-laguiole
NOTA: Todas las imágenes provienen de los websites de los fabricantes.
Por Xavier H. Castañeda
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Published on April 21, 2019 17:09

April 19, 2019

Abrir una Botella de Vino


Entonces, ¿como se debe abrir una botella de vino con propiedad?

De entrada querido lector, necesita usted de un sacacorchos Laguiole, del cual puede usted saber más leyendo el artículo de este blog Laguiole, sacacorchos de conocedor ; en segunda instancia, el ritual exige calma y serenidad, que una botella ha esperado meses y años, a veces muchos, hasta este momento preciso en el cual usted disfrutará de sus delicias... Por último, debe usted contar con la técnica adecuada.
Por ello, siendo un video algo mucho más práctico que muchas explicaciones teóricas, a continuación le ofrezco uno con la técnica correcta para tan delicada operación.
Preste usted atención a todos los detalles:


La música de violines no es requisito (puede usted muy bien escuchar jazz), ni tampoco tener la botella inclinada, ya que es posible tenerla en posición vertical.
Un punto importante a destacar es que se debe limpiar la boca de la botella justo después de retirar el capuchón (a como se ve en el anterior video), ya que hay que recordar que ciertas añadas de guarda aún llevan dicho capuchón de plomo - metal que debemos evitar consumir por obvias razones - además de retirar cualquier otro residuo de polvo o humedad.
No espere más, que la práctica hace al maestro.
À votre santé!
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Published on April 19, 2019 22:04

April 15, 2019

Notre-Dame de París

"Notre-Dame de París", C.1909; Diego Rivera





































"Los grandes edificios como las grandes montañas son obra de los siglos. Con frecuencia el arte se transforma cuando están en plena construcción: opera interrupta pendiente, y continúan tranquilamente siguiendo las normas de la nueva moda. El nuevo arte toma el monumento como lo encuentra, se incrusta en él, lo asimila, lo desarrolla según su fantasía y lo termina si puede hacerlo; pero todo ello sin molestias, sin esfuerzos, sin reacciones, siguiendo una ley natural y tranquila; es como un injerto que se hace, una savia nueva que circula, una vegetación que renace. Es verdad que, en las sucesivas soldaduras de dos artes, en las diferentes plantas de un mismo edificio, existe materia suficiente para buen número de gruesos volúmenes e incluso para una historia natural de la humanidad. El hombre, el artista, el individuo desaparecen por completo ante esas grandes masas sin nombre de autor en las que la inteligencia humana toda queda resumida y simplificada; es como si el tiempo fuese el arquitecto y el pueblo el albañil."
- Victor Hugo, "El Jorobado de Nuestra Señora", 1831.

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Published on April 15, 2019 20:50

Sobre la Futilidad de la Existencia: Vanitas

The Danaides, C.1903 John Waterhouse (1849-1917) 
En la mitología griega, las Danaides, las 50 hijas de Dánao, hermano de Egipto, fueron condenadas en el Hades a verter eternamente agua dentro de una vasija agujereada, una empresa por siempre fútil. 

Mientras veo las terribles imágenes del incendio de la catedral de Notre-Dame en París, a esta hora aún no controlado, no puede uno dejar de preguntarse si hay  algo en este mundo que verdaderamente sea inamovible, perenne, intocable.

Al observar este icono de la ciudad de París destruirse en tiempo real, un monumento que data del siglo XI y que sobrevivió innumerables eventos de la historia, incluyendo la revolución francesa, el sitio y posterior ocupación de París por las tropas del Reino de Prusia, y más recientemente dos espantosas Guerras Mundiales en el siglo pasado, incluyendo la ocupación de las tropas Nazis de la capital, un monumento que uno creía que siempre estaría ahí, el sentimiento es de tristeza, primero, al ver destruirse a esa vieja amiga, pero también de soledad: vemos cómo la historia se desarrolla frente a nuestros ojos y nuestra propia insignificancia se revela. Nada es seguro, nada es sagrado, lo podemos perder todo en minutos, y aún así nos empecinamos en vivir una vida superficial, a veces inútil como humanidad.


Este sentimiento de zozobra, de futilidad de la existencia, no es nuevo, claro está. A nuestra generación, sin embargo (a la mayor parte de la humanidad pretendo decir, no quiero pecar de fatuo ni de insensible), no nos ha tocado la mala suerte de vernos inmersos en conflictos mundiales que nos afecten a todos en general, pero sin duda todos tenemos nuestra parte de afectación por vernos ante sucesos que nos chocan emocionalmente en nuestra vida diaria, ya sea por la inseguridad o por desastres naturales o por las enfermedades. Tal era el sentimiento de vacuidad, de inutilidad de vivir, que los hombres de los siglos posteriores al Renacimiento sentían sin lugar a dudas.

Consagración del Emperador Napoleón en la Catedral de Notre-Dame de París. Oleo de Jacques-Louis David, C. 1805

Si durante el siglo XVI  el sentimiento era de apertura ante lo que la vida y el pasado podía ofrecer en el desarrollo personal, la expansión de la ciencia y del conocimiento, de extroversión, este pronto se vería reemplazado por sentimientos de inseguridad y miedo ante las crisis que se desarrollaron en esa época posterior, ante el derrumbe de su concepción del mundo.  A este periodo de inestabilidad y de conflicto general que caracterizaría a Europa primero y al mundo entero después (la Guerra de los Treinta Años, la caída del Imperio Español, la inflación rampante causada por la explotación y posterior exportación de los recursos del Nuevo Mundo a Europa y el terrible sufrimiento humano que esto causó) varios historiadores han nombrado como el periodo de la Crisis General, o el de Crisis del Siglo XVII.

"In Ictu Oculi", C.1670, Juan de Valdés LealDesde el punto de vista histórico pareciera que solo afectaría al continente europeo, pero debido a la influencia que este ejercía a nivel global, esta crisis llegó hasta los puntos más alejados de su geografía.  En el contexto cultural, ese sentimiento de zozobra se puede palpar en el genero pictórico de Vanitas , a  su vez una categoría particular del género del Bodegón, ambos géneros característicos del periodo histórico del Barroco, que afectó a todas las expresiones del arte. El término en latín Vanitas tienen aquí un significado dual: es tanto vanidad como vacuidad, al mismo tiempo tanto vano como inútil.

"El Sueño del Caballero" (o "Desengaño del Mundo"), C. 1650; Antonio de Pereda
Este genero sombrío y ciertamente moralizante muestra elementos altamente simbólicos que representan la fragilidad de la vida ante la muerte como certeza, es decir, la vacuidad de los objetos, los logros materiales y los logros personales, cuando nos volcamos hacia ellos, aun sabiendo que a largo plazo es inútil vivir pensando en lo que no tenemos y queremos conseguir cuando sabemos que en algún momento dejaremos de existir, desde mi punto de vista, en lugar de disfrutar lo que tenemos: de lo único que podemos estar ciertos, lo único que realmente tenemos, es el ahora y lo que podemos tocar con nuestras manos y sentir en este momento. El pasado no existe, tampoco el futuro. Es aquí y ahora.

"Naturaleza Muerta con Vanitas", C.1663. Pieter Boel.





En estas piezas pictóricas altamente alcanzadas se muestran elementos de riqueza, sabiduría, belleza o ciencia, alturas de una humanidad sujetas al tiempo y la muerte, y entre las influencias simbólicas podemos destacar tres: el pasaje bíblico de Eclesiastés Vanitas vanitatum omnia vanitas, el concepto de Memento Mori, y el de  Tempus Fugit . Los tres conceptos, "vanidad de vanidades, todo es vanidad", "recuerda que vas a morir" y "el tiempo vuela", nos remiten a la idea de la relatividad de la existencia del hombre. 
"Soldado Muerto", C.1630, Escuela Napolitana 










Yo no, querido lector, lectora, he deseado agregar pesar a los eventos de nuestros tiempos, más bien he querido mostrar que los símbolos de antaño parecen ser los mismos de hoy; sin embargo hoy, a más de 300 años de distancia y cuando asistimos a catástrofes culturales e históricas como el incendio de la Catedral de Nuestra Señora de París, podemos usar estas imágenes como recordatorio de nuestra existencia temporal, y tratar de vivir una vida más plena aún cuando nada parece ser sagrado; sirva este recordatorio para tratar de vivir una vida tal vez menos superficial y más enfocada en lo realmente importante. 
Xavier H. Castañeda
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Published on April 15, 2019 14:02

April 12, 2019

Alfa Romeo y los 1000 Grandes Premios


El 14 de abril pasado tuvo lugar el Grand Premio de Formula 1 número 1000, y Alfa Romeo lanzó el anterior video para celebrarlo: en efecto, Alfa Romeo estaba ahí, en el Royal Automobile Club Grand Prix d'Europe de 1950 en Silverston, U.K., el primero del actual Campeonato Mundial de Pilotos de la FIA, con sus cuatro Alfettas (las ALFA 158 construidas antes de las Segunda Guerra Mundial y escondidas en graneros bajo pilas de madera para sobrevivir los bombardeos sobre Milán), con el doctor Emilio Giuseppe "Nino" Farina, Luigi Cristiano Fagioli "el ladrón de Abruzzi"; el británico Reg Parnell y el posteriormente 5 veces Campeón del Mundo Juan Manuel Fangio, a los mandos. Alfa Romeo logró el 1-2-3 en dicha carrera y Nino Farina después ganaría el Gran Premio de Suiza y el Gran Premio de Italia, es decir, 3 de 7 carreras, convirtiéndose en el Primer Campeón del mundo de Formula 1 de la historia. Agrego, querido lector, otros dos videos en celebración de este histórico momento, el Gran Premio número 1000. 




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Published on April 12, 2019 08:30

April 10, 2019

April 7, 2019

Intenciones o ¿de qué va este blog?

Cercle de la Rue Royale, por Tissot

¿De qué va este blog? La respuesta rápida es que The Gentleman's Pursuits se trata sobre vivir bien... Toda una declaración de intenciones.
¿Qué significa para usted, mi único y sincero lector, "vivir bien"? ¿No es, quizás, vivir en paz y con la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades plenas? 
"Amarga es ya mi vida, ¿para qué quiero amargo mi café?"
Era una señora rocosa, sencilla, un poco hosca, nuestra nana, doña Andrea, pero nos transmitió a mis hermanos y a mí cierta alegría de vivir, de comer bien y sabroso, y también, claro, nos enseñó a tomar café. Sin embargo los cafés que ella preparaba eran extremadamente dulces, lo cual a mí realmente no me gustaba; pero al preguntarle porqué le ponía tal cantidad de azúcar ella respondía justo eso: "amarga es mi vida, ¿para qué quiero amargo mi café?", con una sonrisa a medias. Muchos años después caí en la cuenta de que en cierta forma, a pesar de haber tenido una vida difícil, ella creía que valía la pena disfrutar las cosas que le gustaba hacer, cosas sencillas de todos los días, pero que le daban felicidad... Bastantes cosas, solía decir ella, nos amargan la vida como para vivir amargados en privado también.

Y nada más cierto en este siglo, el de la información. Cómo ya lo escribí antes, el (evitable) embate de las redes sociales y de los medios en general, debo decir, nos hace vivir mil vidas trágicas al hacernos sufrir diariamente con todo lo terrible que le pasa al mundo desde nuestras pantallas, ya sea las del televisor o las de los dispositivos móviles. Con todo, vivir bien no se trata de vivir aislado, en una burbuja, o en nuestra columna de marfil: como ya lo decía Gustave Flaubert en la carta a su amigo Iván Turguéniev, con su celebre frase al respecto ("Siempre he procurado vivir en mi torre de marfil. Pero una marea de mierda bate ahora sus muros hasta el punto de derrumbarla."), las tragedias de la realidad, la corrupción, la miseria, la violencia o la vulgaridad han estado ahí siempre y en cualquier época.

El problema de nuestro tiempo es la inmediatez de su presencia y la constante exposición al ciclo de noticias negativas 24/7, lo que ya llegó a un grado exasperante. Esto sin duda nos afecta en nuestro bienestar emocional, acorralándonos en un estado continuo de ansiedad y zozobra: de hecho, de acuerdo a algunos psicólogos, la exposición continua a noticias negativas y violentas puede causar efectos psicológicos a largo plazo, más allá de sentimientos simples de desaprobación o pesimismo.

En defensa del ideal del caballero (o la dama) cultos.
Hoy en día, querido lector, lectora, los valores de la cultura, la belleza, la filosofía, la sabiduría, y del conocimiento de la historia parecen estar bajo ataque. En esta era de apariencias de Instagram lo banal y lo superficial parecen ser el ideal a alcanzar. Hombres y mujeres también parecen menguar en carácter y peso intelectual, y escribo "parecen" porque existen notables excepciones, pero es, como mínimo, interesante desde el punto de vista sociológico observar la levedad de espíritu que marca nuestro siglo; en una época donde ahora como nunca antes tenemos acceso gratuito e irrestricto a todo tipo de información, la mayor parte de la humanidad tiende a la estupidez, a lo vulgar. No consideren lo que digo, mis amigos, como algo elitista, todo lo contrario: cómo uno de tantos ejemplos, existen bibliotecas y universidades públicas, es decir, conocimiento accesible a todos, desde hace varios siglos; es sabido que quién desee superarse puede hacerlo a través del esfuerzo y el estudio, pero para eso hace falta voluntad.

En cambio, un hombre o una mujer con conocimientos, ideas, espíritu, voluntad, carácter, cultura y sobre todo, sana ambición y propósito de vida, de mentalidad superior, es capaz de aportar a sus semejantes valor real y tangible, humanidad al fin, cosas nada baladís para la sociedad. Solo una persona que está consciente de los altos vuelos intelectuales que ha alcanzado el hombre a lo largo de al menos 5,000 años de historia puede darse cuenta de la inutilidad de una vida sin propósito e inmersa en la mediocridad.

Sobre el contenido de este blog. 
Entonces, ¿de que se trata este blog? Pues de todo aquello que nos hace hombres y mujeres elegantes, elegantes de ambiciones, alcances, conocimientos, comportamientos y gustos; elegantes de pensamiento. Este objetivo es del todo idealista, del tipo de idealismo del que habla José Ingenieros  en su celebre obra El Hombre Mediocre , lo se, pero creo que una mente cultivada es el complemento ideal de un estilo de vida elegante... Este blog se trata de todo aquello que nos causa, siguiendo a Epicuro,  fina conmoción intelectual. Aunque tampoco se engañe al público, el camino del refinamiento personal es difícil, pero las recompensas son vastas y desconocidas para quien no se atreve.

No se dejará de lado el aspecto físico, mens sana in corpore sano, reza el antiguo dicho en latín; todas las sociedades (aristocráticas o no) que hayan aportado valor a la humanidad también han sido sociedades deportistas. Existen paralelismos innegables entre los valores del esfuerzo personal del deporte y del mejoramiento de la propia persona en los ámbitos intelectuales, culturales y en lo social.

El Sueño del Caballero, de Antonio de PeredaSe trata también de objetos, por supuesto. ¿A quién no le gusta tenerlo todo? Pero sirva de advertencia: siempre he pensado que la buena vida tiene que ver más con la cultura que con el dinero. Tener muchos recursos económicos no nos harán damas o caballeros de importancia, señores, al fin, eso solo lo aporta el valor de nuestro propio esfuerzo.

Muchas otras cosas también serán incluidas: artículos que he publicado, avances de mi última novela (en turno), algunos cuentos, crónicas de viajes, humildes consejos gastronómicos, maridajes, buenos momentos, tradiciones elegantes, escritos sobre las artes y pensamientos filosóficos, además de los llamados gentlemen´s pursuits, todo lo que un caballero elegante debe saber, sin olvidar brindar nuestros respetos a la belleza, la belleza de la forma, del objeto, de un gesto, de un pensamiento.

Sobre los vinos
Hablaré de vinos porque  tengo una liason personalísima y añeja con los buenos caldos; me traen recuerdos de mi padre cuando era yo apenas un joven, de la familia, de momentos sublimes, de viajes... Sobre esta cuestión, no soy ni connoisseur ni sommelier, solo un viajero en busca de la pureza: me gustan los buenos vinos y compartir lo poco o mucho que he aprendido sobre ellos (básicos para maridar, cómo leer una etiqueta, algunas recomendaciones, etc.), todo muy down to earth y sin esnobismos ni pretensiones y asequible a precios razonables.

Vanitas, por Pietr Boel, C. 1663También, y al fin buen miembro de la piara de Epicuro (y emulando a Horacio), escribiré algo sobre habanos y café, entre otros placeres sibaritas; es decir, algo sobre la buena vida de la que antes hablé. Por último debo decir que The Gentleman's Pursuits está escrito desde el punto de vista de un hombre, tal es la razón de su título en masculino, pero cualquier persona puede encontrar mis artículos de utilidad si así le parece.

Les invito a navegar, estimado amigo, amiga, todo lo que este blog tiene para ofrecerle en el menú de etiquetas localizado en la parte superior derecha de esta página, esperando que lo disfrute.

En algún lugar del mundo les envía un saludo cordial,
Xavier H. Castañeda

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Published on April 07, 2019 23:19