F. Xavier's Blog, page 15

August 13, 2019

Las Cepas (I): La Vid y sus Variedades

Cabernet Sauvignon by Steve.Hyde
Vitis Vinifera, una vid originaria del Cercano Oriente, es el origen de todas las cepas actuales, y por ende, de todos los vinos...

Imagine usted, querido lector, a aquel hombre primitivo, inacabado y contrahecho, que buscando qué comer y dar de comer hallaba en algún bosque oscuro un racimo de frutas pequeñas, al tacto suaves y de un intenso color morado rojizo, con tonos violáceos, colgando de unas ramas enroscadas en un árbol. Llama su atención su aroma, su abundancia... Un tesoro, el cual, volteando a todos lados prueba con tacto, no sería el primero en fenecer por probar frutos nuevos y prohibidos. Pero su sabor le agrada: es fresco, es dulce y a la vez ligeramente amargo; es suave y fuerte y sabroso. Prueba otra y otra más, y decide por fin y triunfo que es una fruta comestible, y que es buena... El hombre ha tenido contacto por vez primera con la Labrusca, una trepadora viña que aún crece salvaje en los bosques fríos de Europa. Es el primer gran paso a la complejidad humana, a la civilización.
La vid, parra, parrón o videira actual, o el arbusto domesticado y cultivado desde hace siglos por el hombre poco se parece a esa planta salvaje, la cual aún trepa por los árboles de Italia, la península Ibérica y el Cáucaso y que puede llegar a alcanzar los 30 metros. El nuestro alcanza de uno a dos metros como máximo, según su método de poda, pero su antepasado común puede rastrearse a la Vitis Vinifera, una vid originaria del Cercano Oriente, la cual es el origen de todas las cepas actuales, y por ende, de todos los vinos. Sin embargo, Vitis Vinifera es apenas una de las aproximadamente 60 especies del genero Vitis (el descubrimiento de nuestro hombre primitivo toma cierta dimensión ahora...).


Bodegas Comenge / http://blog.comenge.comLa selección, cruzas y la propia mutación natural de las plantas han dado origen a varios miles de variantes de vid a lo largo de los siglos de cultivo humano (se cree que llegan a 5,000, aunque dicho sea de paso, muchas de ellas tienen diferentes nombres según donde se le cultive, como el caso de la uva Sauvignon, la cual cuenta con más de 60 nombres distintos); dichas variantes se conocen como "cepas", aunque en los países de tradición vinicultora se le da un nombre especifico a dichas variantes de cultivo o "cultivares". Así en Castellano se le llama "viduño", en el francés "cépage", en el italiano "vitigno". El término 'varietal' en ocasiones se confunde con el de cepa. Pero siendo la palabra varietal un adjetivo y no un sustantivo, un vino varietal es uno compuesto de un solo viduño, (lo cual sucede en algunas regiones tales como en Bourgogne, y en regiones de Argentina, Chile, México y Estados Unidos, entre otras); de tal manera que un vino no es de "varietal Zinfandel", por ejemplo, sino un vino producido únicamente con cepa Zinfandel.

Desde la crisis de la filoxera en el siglo XIX, plaga de la cual hablaré en otra entrega, las cepas de los viñedos se plantan con un patrón, la raíz, soldado a un injerto. Este ultimo siempre será una Vitis Vinifera, en tanto que la raíz o patrón generalmente es de otra especie resistente a la filoxera.


'Vitis Vinifera' de Franz E. Köhler, 1897
Solo unas docenas de cepas son utilizadas para su aprovechamiento vitícola y cada una de estas tiene características distintas las cuales le dan carácter especial al vino que resulta de ellas. A las diferentes cepas se les ha bautizado con nombres tales como Sangiovese, Merlot, Malbec, Zinfandel, Riesling, Tempranillo, y un largo etcétera, y muchas variedades de cepas se bautizan con diferentes nombres según la región donde se les cultive. Sin embargo algunas como la Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc entre las cepas tintas, y las Chardonnay Chenin entre las blancas, se han vuelto muy conocidas en todo el mundo. 


En sucesivas entregas, hablaré sobre las principales cepas blancas y tintas, su origen, el origen de sus nombres y sus vinos más representativos.

Fuentes:
STRANG Carola et al. "Larousse des Vins",  Paris, Ed. Larousse, MMVII.
DOMINÉ  André, "El Vino", Barcelona, Ed. KÖNEMANN, 2005
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Published on August 13, 2019 11:43

July 19, 2019

Libros: la 'E' Genial


La textura del papel, el levísimo sonido de las hojas de un libro al pasar la página. La perspectiva de arrellanarse en el sillón con un libro nuevo... ese era yo.
El aroma de los libros viejos, de esos libros que ya tienen una vida, anterior a la tuya, que les hace aún más interesantes, como aquellas damas de cierta edad que con una sonrisa parecen revelar todo pero no revelan nada... ¿quien podría saber en qué lugares han reído antes, que ojos han visto todo de ellos? ¿Qué manos los han recorrido con amor? ¿Cuantas vidas han cambiado con su presencia?

O en cambio, el olor del papel nuevo, de la tinta recién estampada, el peso (de las palabras impresas). El tacto de esos libros encuadernados en tafilete, nervios en el lomo y corte de oro. O el del papel de ediciones rústicas pero de diseño esmerado, que no puedes esperar a leer. O el gusto de estampar mi ex-libris en algún libro recién comprado, para hacerlo verdaderamente mío, para ser leído por primera vez...


La perspectiva de arrellenarme en el sillón favorito para sumergirme en la prosa (o el verso) de aquel libro largo tiempo buscado y por fin encontrado, en una tarde lluviosa; café, single malt y un puro a mi lado... Ese lector era yo. Aún mejor, ese lector sigo siendo yo, pero con un pequeño añadido: el libro "e". Pero debo explicarme.

Como lector voraz confeso que soy, la idea de los libros electrónicos siempre me atrajo desde que se les escuchó mentar por primera vez, hace varios años ya. Era la solución moderna a muchos 'problemas lectores.' Sin embargo la idea de que estos sustituyeran a las páginas impresas se me hacía ridícula. Era atentar contra la tradición, contra las bibliotecas, contra la búsqueda de una tarde en una librería, contra los aromas de papel y tinta en estantes de establecimientos modernos o muy antiguos, tal vez de nuestra ciudad o de otra en la que estamos sólo de paso; contra perderse ensimismado en una feria del libro, contra llegar a casa con una bolsa de libros nuevos, contra la felicidad del hallazgo en un librería de viejo, vaya, ¡contra todos los placeres de ser un lector!

Sin embargo, la realidad es que hay ciertas consideraciones prácticas con respecto a los libros, ahora llamados 'impresos' (como si esto fuera algo que pudiera antes cambiarse); yo más que nadie disfruto de cada experiencia que los libros me ofrecen, pero en muchas ocasiones es casi imposible encontrar justo el libro que uno quiere, o la edición que uno quiere, y cuando los hallamos tienen un precio muy elevado (aunque dicen por ahí que si un libro te parece caro no eres un verdadero lector...). En alguna ocasión, por ejemplo, quise comprar las obras completas de Enrique Jardiel Poncela, sublime irónico e hilarante escritor y dramaturgo español de principios del siglo pasado del que ahora se habla poco por sus circunstancias, pero de quien he disfrutado cada libro ('Espérame en Siberia, vida mía', 'La tournée de Dios´, 'Amor se escribe sin hache'). Se lo hice saber a mi entonces librero de cabecera y él hizo las diligencias: me consiguió una edición encuadernada en piel, ilustrada, corte de oro e impresos en papel cebolla que eran una delicia, cuatro tomos en una edición única, pero a un precio que hoy equivaldría a unos 400 euros (!). Ni que decir que los tuve que dejar pasar, con todo el dolor de mi corazoncillo de lector. Mi librero no tuvo problemas en venderlos, claro está: ya había compradores en fila. Y aunque siempre le he dicho a mi propio hijo que en lo que nunca hay que escatimar es en libros y en medicinas, todo, es verdad, tiene su límite.


Otro punto sobre los libros impresos es que a veces no existen ediciones de lo que uno desea leer: en alguna ocasión quise leer las obras completas de Giacomo Casanova (sí, el aventurero veneciano del siglo XVIII, a quien descubrí, más allá de sus lances eróticos, como un excelente narrador de aventuras y descriptor de los tiempos que le tocaron vivir), pero era imposible encontrar una edición en castellano ya que no se han traducido todos los tomos de su autobiografía... pero que al final pude leer en e-book en una muy buena traducción al inglés. En otro caso, me encontré conque las traducciones al español del Moby-Dick que tenía a la mano eran terribles... pero pude hallar la versión original de 1851 digitalizada en libro electrónico. Lo mismo pasó con la bibliografía completa de Ian Fleming: todos los libros de James Bond (lo que me motivó a escribir Huevos revueltos á la James Bond,  basándome en una receta del propio Fleming). Y pasó igualmente con otros muchos libros de los que ya no tengo memoria. El libro electrónico al fin es una maravillosa opción para quien gusta de verdad leer.




También es verdad, siempre se añora un buen libro recién comprado, pero como puede verse en la fotografía anterior, el hecho de tener un libro electrónico, en mi caso, varios de los excelentes Kindle, de Amazon, nunca me ha detenido de comprar libros (impresos), aunque siempre me encuentro con airadas opiniones en contra. Pero hay que mencionar que a lo largo de la historia siempre ha existido controversia y resistencia al cambio ante los formatos y las nuevas tecnologías; en tiempos de Jesús, el hecho de que el Nuevo Testamento se escribiera en pergamino y no en papiro como el Antiguo Testamento fue causa de conflictos, ya que no sólo era un material diferente para escribir, sino también un nuevo formato: los papiros se almacenaban en rollos a diferencia de los pergaminos, que hacían uso de la novísima tecnología romana del códex, el primer libro encuadernado con páginas. En tiempos de Sócrates no se creía en la escritura como manera de preservar el conocimiento: esa era tecnología egipcia y por lo tanto extranjera, lo que los helénicos veían particularmente mal. El mismo caso se dio con el Buda y con Jesús. Y con Confucio. Ninguno de estos maestros escribió nada aunque sabemos que podían hacerlo, y en cambio fueron sus discípulos quienes decidieron utilizar tecnologías de punta (en su momento) para preservar sus enseñanzas.

Por otro lado, los libros electrónicos también tienen lo suyo:  la construcción de muchos de ellos es de alta calidad, hechos para durar y con materiales muy buenos, son dispositivos dedicados a la lectura, es decir, no son un iPad ni una tableta ni sirven para navegar las redes sociales, su llamada tinta electrónica se ve prácticamente como una hoja impresa, su pantallas no reflejan y se pueden leer en la obscuridad, pueden llevar un número enorme de libros en sus memorias, los más nuevos inclusive son resistentes al agua y el polvo, y cuentan con innumerables accesorios para su protección; los míos inclusive han tenido fundas de cuero hechas a mano que les dan un toque ciertamente muy elegante.

Pero lo más importante es la enorme y extensa oferta de títulos a la que se puede acceder a precios muy asequibles: la gran mayoría de las editoriales han reconocido el potencial del libro electrónico y cada día se publican más títulos en ambas versiones, la electrónica y la impresa, sin contar conque se puede descargar gratuitamente, en versión digital, cualquier obra editada antes de 1919 en sitios como Project Gutemberg de manera legal, ya que han vencido sus derechos de autor. Un libro electrónico es una sencilla descarga de datos, y al no utilizar insumos como papel o tinta, no tener que ser impreso ni necesitar de envíos y de tiradas, se pueden bajar sus costos y además contribuir a una menor destrucción del medio ambiente.

Yo mismo, al decidir publicar mi primera novela y entrar pláticas con un par de editoriales, me decidí finalmente a publicar en Amazon por la posibilidad de hacerlo en ambos formatos, el electrónico y el físico, y por el alcance y difusión mundial que la versión electrónica puede llegar a tener. El resultado de estos esfuerzos puede verse en mi página de autor de Amazon o en este enlace para todos los países, si usted desea conocerlos.

Mi punto, querido lector, estimada amiga lectora, es que se puede tener lo mejor de ambos mundos, es decir, la fotografía no sustituyó a la pintura ni las motos a las bicicletas; las innovaciones tecnológicas hacen la vida más fácil, pero es difícil que sustituyan la experiencia, el gozo de las cosas que son perfectas en si mismas, como ya lo anunciaba Umberto Eco con respecto a la invención del propio libro, el original: "Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera." Los libros impresos nunca desaparecerán en tanto parte de nosotros, de nuestros sentimientos y experiencias, vivan en ellos, y puedo decir que una de las cosas en esta vida material de la que me siento más orgulloso es mi biblioteca, la que heredaré a mi hijo como (espero) mi padre me herede la suya.

Pero si no ha probado nunca antes leer en un e-book, se lo recomiendo con toda seguridad. Lo que uno lee es la palabra escrita; el arte, la emoción o la pasión vienen de Shakespeare, de Cervantes o de Leo Tolstoi, y no del medio por el que se lee y para estos fines los libros electrónicos (sí, también libros) son una invención genial.




















Xavier H. Castañeda

Todas las fotografías son del autor.
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Published on July 19, 2019 13:53

July 18, 2019

El Vino Mexicano

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Published on July 18, 2019 08:09

July 1, 2019

June 24, 2019

June 21, 2019

Art du Jour: Leda y el Cisne

Parte de la exhibición que se llevará a cabo este verano en Sotheby's, en Nueva York, Tesoros de Chatsworth , "Leda y el Cisne" es uno de los dibujos más importantes de la carrera de Leonardo y data de 1506. Además, tiene una interesante historia reciente: poco antes de la Segunda Guerra Mundial, este dibujo fue solicitado en préstamo por el gobierno de Mussolini para una exhibición de Leonardo en Milán en 1938. 

El duque de Devonshire de aquel momento era reticente a enviar esta obra a Italia porque sabía que la guerra podría comenzar pronto, pero el Rey Jorge VI dijo que sí enviaría las obras solicitadas a él, por lo que Leda y el Cisne fue enviada a Milán. La guerra entonces escaló en el conflicto mundial que conocemos y pasó la guerra en Italia. Fue hasta 1947 que volvió a la Colección Devonshire de la Casa Chatsworth, aunque con un pequeño daño sufrido durante la guerra: se puede apreciar un punto blanco en el medio del dibujo.

El tema de Leda y el Cisne fue un tema recurrente en el arte clásico, Zeus tomaba forma de animales  y oro para seducir a toda aquella mujer que deseaba. Leonardo realizó una pintura sobre el mismo tema pero lamentablemente se cree fue destruida intencionalmente por su carga erótica, y de la cual se tiene el último registro en el Palacio Real de Fontainebleu, en 1625, aunque se sabe de su existencia por numerosas copias hechas en vista del original, como la de Wilton House (que también cuenta con una importante colección de arte antiguo), realizada muy probablemente por un asistente de estudio del gran maestro, y la "Spiridon Leda", actualmente en exhibición en la Galleria degli Uffizi, en Florencia.

Incluyo aquí un interesante video sobre esta fascinante obra y sobre la admirable Colección Devonshire. 


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Published on June 21, 2019 10:09

June 17, 2019

Museos: Musei Vaticani

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Published on June 17, 2019 10:10

June 14, 2019

June 13, 2019

Opiniones Sobre el Arte de Viajar

"The Wanderer above the Mists" c.1817; Caspar D. Frederich
De la intacta mirada y otras vicisitudes viajeras.

Todavía recuerdo mi primer viaje, y aunque pertenece a ese mundo de brumosa memoria infantil, es aún revelador para mí. Mis padres solían decirme, cuando no me querían merodeando a su alrededor, que le pidiera a tal o cual persona un “Tenemeacá”, mítico y esquivo juguete que aún hace a los niños ir a otro lugar inmediatamente, sin saber qué es en realidad... Yo imaginaba un Tenemeacá como una especie de autómata muy antiguo, pero mis pequeños amigos pensaban diferente. Era todo un misterio.
En aquella ocasión le pregunté a mi abuelo si él acaso tenía uno de esos aparatos en su biblioteca, tenebroso lugar al fondo de un largo y obscuro pasillo. Su respuesta fue simple: “averígualo”. Así es que, después de un buen rato de indecisión (vaya, no era cualquier cosa, ese pasillo realmente imponía), me armé de corazón y caminé con paso lento en la oscuridad, pero, justo al llegar al umbral de la biblioteca, la verdad me cayó encima como la loza... ¡Los Tenemeacás no existen! Con todo lo que eso implicaba, el hecho me dejó impactado. (Aún hoy escribo: “Expedición Tenemeacá, en busca de un dicho o la explicable pérdida de la inocencia”). Lo más interesante de todo fue que la satisfacción que sentí al descubrir que esa verdad de mayores era comparada con la de haber recorrido aquel sombrío pasillo. Fue un instante que viví intensamente, y esto, en mi opinión, es la esencia de un verdadero viaje.
Automaton from The Invention of Hugo CabretQuiero explicarme. Fue sorpresa, descubrimiento, asombro y pensamiento. Fue conocimiento. Fue la mirada de un niño que a cada paso desenvuelve el misterio del mundo al recorrerlo. Yo le llamo “La Mirada Intacta”. Lamentablemente, si hay algo que caracteriza a nuestra época es el apresuramiento. Y aun peor, el desespero. Queremos siempre llegar a algún lado; no sabemos a donde con claridad, pero entre más rápido mejor. Siempre andamos tras el Tenemeacá. Como resultado, perdimos el lujo del tiempo. Tiempo para observar a nuestro alrededor. Tiempo para aquilatar y valorar. Tiempo para sorprenderse. Eso mismo es un viaje. ¿Y que es la vida si no un viaje?
GQ MagazineViajar significa estar siempre de ida; el buen viajero siempre cree en la pureza del tiempo. De sus propios tiempos. De lo que tenga que tardar. No es necesario viajar muy lejos o de practicar turismo gregario, sino de conocer y descubrir. Aún en nuestra propia ciudad. Descubrir la luz en un museo solitario de sobria elegancia; la melancolía de una vieja estatua de cementerio o el fuego en el cielo de una noche de celebración. La mirada virgen a veces descubre el sueño de la vida en un atardecer. Y solo un atardecer justifica un viaje. Casi todo justifica un viaje. Yo he preferido viajar solo, quizás por que el silencio justifica las ideas, el pensamiento. Pero aún así, la música justifica el silencio y esta a su vez una buena conversación; y una buena charla justifica un viaje, razón poderosa para compartir un instante pleno. Y así la memoria de un viajero es una casona con salones llenos de instantes plenos. Olores, vistas, sonidos y tactos de un mundo otro, distinto del nuestro; lo que nos hace verdaderamente humanos sensatos al fin, el despertar a nuestras diferencias.
Sabores... Recuerdo un viaje a Cacaxtla, Tlaxcala; un impresionante lugar de coloridos murales prehispánicos. Me daba por satisfecho. Pero en la salida de la zona arqueológica había un montón de puestos de comida y un amigo y yo disfrutamos de los más deliciosos tacos de flor de calabaza, con queso y carne, en tortilla verde - es decir, los “especiales” - cocinados en una estufa que había visto peores días como barril de petróleo. Hicimos el viaje de hora y media desde Puebla solo por esos tacos en varias ocasiones más.
Cholula, Puebla. (Foto: Contraparte.mx)O ese recuerdo maravilloso que guardo de aquella mía petite amie française de dulce memoria, Silvie, cuando hicimos un picnic improvisado – bueno, no tanto - en el atrio de una hermosa iglesia barroca colonial en Cholula, Puebla. Nos comimos unas perfectas semitas de milanesa con quesillo del “Gordo” - un tipo que sabía su negocio - acompañado con un petite sirah del Valle de Guadalupe (un maridaje que cada vez que puedo, recomiendo). Ese atardecer frío fue un instante inolvidable... O aquella vez que, una torta toluqueña de “La Vaquita Negra” en el zócalo de Toluca, después de una tarde de adorables museillos escondidos, pues, sí... me supo a gloria... O esa enorme Bisteca Fiorentina con Chianti Classico en el Boccadama, en la plaza de Santa Croce en Florencia, con mi hermano... Y así, abundantes memorias más, cientos por sentido, pueblan mis personalísimos salones de recuerdos hechos de sustancia de hacer vida.
¿Y hay algo mejor que vivir nuestras pasiones? Nos ha tocado un tiempo turbulento, de rumbos inciertos, pero no diferente a otros tiempos. Siempre nos queda, sin embargo, el añejo sabor de un gran viaje que nunca hicimos y el dulce aroma de los que ya acabaron. Viajar es un arte en tanto que es una característica humana el fortalecerse y adquirir. Si nos quedamos estáticos, morimos. Viajar abre literalmente nuestros horizontes y un buen viaje purifica nuestros pensamientos. Esto, claro, implica sentir con la mirada intacta, siempre presta al asombro. Y hacer tiempo para vivir, para ejercer nuestro individualismo. Después de todo, nunca se sabe a la vuelta de que esquina se nos revelará el sueño de la vida, el instante pleno...
Xavier H. Castañeda©
Pintura: The Wanderer above the Mists,
por Caspar David FRIEDRICH
1817-18
Oil on canvas, 94,8 x 74,8 cm
Kunsthalle, Hamburg
http://www.wga.hu/index1.html
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Published on June 13, 2019 05:19

June 12, 2019

The Orient Express... 'A Journey of a Lifetime'

No other train in the world evokes romance as the Orient Express does. This glamorous journey is a delicious remembrance of a bygone era, an era of luxury and style. It is truly 'a journey like no other'.
Enjoy this assortment of videos dedicated to the most iconic train in history: a beautiful romantic video by Kalle Gustafsson, a documentary on the legendary train with actor David Suchet (and his alter ego, Agatha Chrsitie's  Belgian detective Hercule Poirot) on the the Venice Simplon Orient Express, a couple of movie trailers of the most recent movie of the most-famous novel Murder on the Orient-Express (again by Agatha Christie) by celebrated actor and director Kenneth Branagh and lastly, a French visite privée to L'Orient-Express... "It's not arriving, it's how you get there." 







En savoir plus:

VENICE - SIMPLON - ORIENT EXPRESS

YouTube VIDEOS

ORIENT - EXPRESS
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Published on June 12, 2019 09:24