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La manera en la que el discurso hipócrita del marido del tercer cuento se va descascarando es magistral.

El segundo cuento es tan bueno como cualquiera de Lucia Berlin.

Primer cuento leído y ya creo que es de lo mejor que se ha publicado en lo que va del año por estos lares.

«El presente del futuro es la expectación».

«El frío tiene mil maneras de estar en el mundo; como el viento, como el miedo».

«En dos días he creado el olvido pero también el recuerdo: un inmenso territorio blanco. Esa debe de ser la cara de los muertos».

«Cuando la tierra empieza a oler a perro, esa que busca el cobijo de las sombras, esa que está ahí enredada entre las raíces de los árboles que quiebran la superficie como las venas rojas de unas manos viejas…»

«Mi abuela dice que hay momentos en que una necesita sentir en su piel el tacto de la tierra espesa».

Qué tal arranque, por Dios.

«Una crack. Una máquina. Una genia. Imagina morirte y que todo lo que se le ocurra a otro ser humano sea llamarte «crack».».

«(…) con todos esos amigos que eran hijos de ministros o de dueños de cajas de ahorros, ¿sabes? Personas ignorantes de todos los privilegios que han tenido desde la cuna e ignorantes a secas, porque eran tontísimos, no habían leído un libro en su vida más que la puta biografía de Steve Jobs o algo rollo ¿Quién se ha llevado mi queso?».

«Instagram me parece la red social más insustancial de todas las redes sociales. Es como un escaparate de cosas bonitas y bebés feos».

«Si me muriera mañana, la principal preocupación de la gente de mi oficina sería saber quién se iba a encargar entonces de la campaña de Navidad».

«Ocupar ocho horas de lunes a viernes en una tarea alienante e insatisfactoria,rodeada de gente con la que me veía forzada a tener conversaciones infructuosas y aburridas,con todos aquellos absurdos lugares comunes sobre hipotecas o plazas de garaje o las palabras que dicen mal sus hijos o la última serie que habían visto en Netflix.Todo ese tiempo regalado a otros en vez de estar en mi casa leyendo o dibujando»

«Ahora está de moda que los mandos intermedios y, sobre todo, los jefes no tengan despacho: que estén fuera, con el populacho, haciendo ver que todos somos iguales, aunque unos cobren el salario mínimo interprofesional y otros 50.000, 80.000 o 100.000 euros al año. Están de moda los espacios abiertos, las salas enormes y la falta absoluta de intimidad».

«Sintió un terror que nunca había experimentado en su vida. Una jeringa esparciéndole en las venas un chorro de agua helada».

«Funcione o no, lo que hacemos es apartar un poco la noche que nos aprieta como un puño».

«Supongo que me había ido alejando progresivamente del centro, de Nueva Córdoba, para acercarme a los pobres, porque Jesús estaba en los pobres y, yo lo sabía, no en la Catedral ni en los Capuchinos, ahí no había nada parecido a Jesús, solo viejas con sus joyas y falso clamor, hipocresía de salón».

«El cuerpo al que estaba atada empezó a sacu-dirse. En mitad de la locura ella pensó: eso a lo que estoy atada tiene miedo. Ahora voy a conocer el miedo. Una forma del miedo que nunca vi, y eso y no. la lamparita deprimente será lo último que voy a ver».

El vacío es más pequeño que un naipe
y puede ser grande como el cielo,
pero lo podemos hacer con nuestra uña
en el borde de una taza de café
o en el cielo que cae por nuestro hombro.

Tener cerca de lo que nos rodea
y cerca de nuestro cuerpo,
la idea fija de que nuestra alma
y su envoltura caben
en un pequeño vacío en la pared
o en un papel de seda raspado con la uña.

¿Las espinas del pescado
serán la primera forma en que se hace visible la nada?

De la contradicción de las contradicciones,
la contradicción de la poesía,
borra las letras y después respíralas
al amanecer cuando la luz te borra.

La ciudad dormida evapora su lenguaje,
el incendio rodaba como agua por los peldaños de los brazos.
La nueva ordenanza indescifrable
levantó la cabeza del náufrago que hablaba.
Sólo el incendio espejeaba
el tamaño silencioso del naufragio.

«La potencia está como el granizo en todas partes, pero la resistencia se recobra en el peligro de no estar en tierra ni en granizo».

«Las palizas periódicas también forjan una visión del mundo: no hay sentido, todo es una gran nada, y lo que es peor: una nada trivial, una nada que tiende a borrar todo rastro de poesía en el mundo».

«La sangre es fría cuando desciende y cuando se esparce
circulizada»

«Porque es eso lo que se juega en las grandes batallas: el límite. Se juega hasta dónde puede estirarse ese límite, qué formas toman esos estiramientos, qué podemos extraer de esas formas. Precisamente, lo que no figura en los libros».