Sebastian Uribe Díaz > Recent Status Updates

«Ahora estamos obligados a soñarlos vivos en silencio. La guerra para los padres no es la guerra de los hombres que pelean, es una guerra distinta. Aguardar es nuestra única tarea. Mientras tanto el jardín se desespera y se va muriendo, agotado».

«Las cosas en general van siendo peores según creces, por eso resulta especialmente cruel que te amarguen la vida de pequeño, cuando aún tienes posibilidades. Los hombres se vuelven repugnantes con la edad, van empeorando año tras año hasta convertirse en viejos babosos».

«La imprenta es una tecnología cucaracha. El libro no va a desaparecer».

«Mi poema llega entre estallidos a su solución. Su última palabra tiene que ser en forma de pregunta y dispuesta como a punto de fuga».

«Ciudad de corazón de árbol, humedades temblorosas, juncos que danzan.
La luz golpea mendigos,
divide el mundo en dos memorias.
Mi frente se hunde en la cesta del mediodía.
Soy latido, sonrisa, adoración».

«Sucedió lo que siempre sucede en nuestro país cuando los conservadores quieren vetar algo: le hicieron una cantidad enorme de publicidad gratuita y avivaron el interés del público».

«El sentido del humor no es incompatible con el mal humor. De hecho, contrario a lo que pueda pensarse, suelen ir de la mano, porque de la furia y del enojo nacen no solo las corrientes del pensamiento y las grandes teorías, sino también las mejores obras de arte, incluidos los chistes. Le llaman temperamento».

«Al parecer nadie lo sabe, pero siempre habrá un viejo loco desquiciando la ciudad. Me temo que algún día seré yo».

«En cualquier caso, era una tontada decir eso, una tontada que solo servía para poner de relieve que en realidad carecía de palabras de consuelo. Marion tomó conciencia de su propia incapacidad como ser humano, y le entraron ganas sobre todo de salir corriendo; luego le pareció que ese deseo también era una especie de fracaso, un fracaso bochornoso para más inri».

«Suspendido sobre el aparcamiento había un cielo bajo y plomizo que no proyectaba sombras, por lo que los bordes de todos los objetos se veían afilados y nítidos».

«Uno siempre parecia caer en las maños de un juez que también era su enemigo».

«Tenía tantas ganas de vivir mi vida, quería enfrentarme a ella, sobre todo, quería que algo ocurriera, que este horrible anhelo quedara satisfecho».

«En ocasiones el silencio era un sonido: un rumor, como el de una nevera en una casa vacía por la noche, era tangible, yo lo sentía al igual que lo oía, y sin embargo sabía que lo que sentía y oía era una nada, algo que no estaba ahí».

«Aprendí muy temprano que el dinero podía limpiarte y convertirte en quien quisieras».

«(…) la mansedumbre saca al sádico que hay en cada persona, ese deseo atávico de pisar los talones del animal más pequeño de la camada».

«—¿El abuelo murió pronto?
—Murió joven. Yo acababa de cumplir los catorce años. Son las mujeres las que más aguantan; los hombres por aquí o perecen o se consumen antes».

«También he ido... a ver de nuevo algunos rincones donde todo ha permanecido igual que cuando yo era niño. De viejos nos gusta asegurarnos de que el mundo no ha cambiado del todo».

«Incluso ahora en la isla, aun habiendo estado bien durante todo el día, una vez llegada la noche, volvía a sentir en el pecho el mismo sordo tormento: como un espantoso cangrejo que le hincara sus pinzas en los tejidos y, nutriéndose de sus fibras, aumentase de peso y lo ahogara».

«Y aquel tono, entreverado de pesar, le pareció nuevo y raro al hijo: era la primera vez que percibía en las palabras de su padre como una amargura, una nostalgia de las cosas pasadas y perdidas».

«La unidad nacional no es poca cosa. Es difícil de alcanzar y fácil de perder. Solo alguien que no haya conocido nunca la guerra puede creer que la paz y la justicia son siempre compatibles. Me parece que lo mismo puede afirmarse de la verdad y de la paz».

«El idilio de la memoria histórica es en el mejor de los casos la vela que encendemos para honrar a los muertos y, en el peor, una suerte de equivalente cognitivo del agujero negro astrofísico: una región de la que no pueden escapar razón histórica ni seriedad política algunas».

«Pero sea a escala alta o baja, la convicción de que la memoria es un género de la moralidad es una de los beaterías más inexpugnables de nuestra época».

“Estrategia militar” es terror puro🔥

El cuarto cuento, “Estación Puericoltorio”, es el más macabro, paranoico y eléctrico de los relatos hasta ahora.

«Cuando uno consigue aclimatarse a la tragedia, como una costumbre natural del cuerpo, es dificil recordar que hace unos años las cosas solían ser abismalmente distintas, como si habitáramos en una realidad alternativa».

«La diferencia entre el hombre al que le gusta soñar continuamente que es Napoleón y el hombre que se cree Napoleón es la diferencia que hay entre el soñador dichoso y el esquizofrénico desdichado».

«Daniela me interrumpió: O sea. Yo sé que eres escritor, pero ¿cómo les explico eso a los de finanzas? Tenía razón, cómo se le explica algo así a los de finanzas».

«En medio de las sombras, el mundo de los muertos se metía en sus ojos, sus oídos y sus fosas nasales. Creyó que iba a estar preso toda la vida. Trató de cerrar los ojos, y se quedó ara con dormido»

Qué buena cómo deja sin cabeza a Arturo Fontaine Talavera e ilustra cómo va heredándose esa vileza contra la sociedad de la que forman parte en la cima.

«Y podríamos decir, también, que en materia de narrativa nacional existe ya la tradición de lo nuevo. Nuevos, novísimos, los verdaderos nuevos, los recontra nuevos, los más nuevos que los recontra nuevos, en fin. Cada uno paseándose con aire de haber descubierto la pólvora y con la convicción de que por este aporte pasarán a la historia»