Sebastian Uribe Díaz > Recent Status Updates

La aparición del protagonista de ‘Moral’ de Chejfec 10/10

«La memoria, como la cordura, es un terreno de fãcil contaminación. Poco confiable. Basta que logre Tiltrarse una mínima alteración en su materialidad para que todo se huga permeable, poroso. Por eso tanto con la memoria como con la cordura hay que ser muy cuidadoso, Buscar un punto de referencia al cual volver y en ese punto cerrar filas (…) para que la locura no nos gane la partida».

«Siempre le he preguntado a mi madre por qué no quiso meterlo bajo tierra, como en los cementerios americanos, como en Arlington, donde los caídos de múlriples guerras descansan bajo la hierba. Su respuesta fue muy sencilla: «Porque no quería que se empapara de lluvia. No me habría quedado tranquila al imaginarlo bajo tierra en las noches de tormenta».

«Quien lo defendía era Gaetano Pecorella, que entonces estaba especializado en extremistas de izquierdas, y luego se convirtió en abogado (y parlamentario) de Silvio Berlusconi y, más tarde, del neofascista Delfo Zorzi en el juicio por la matanza de piazza Fontana».

«A lo mejor en eso consistía un hogar, pensó. Tener ganas de marcharse de un sitio solo para poder regresar».

«Hubo un tiempo en que el teleférico llegaba hasta Macuto, pero ya no funciona más. Así era el plan original. Este país es hermoso. Al menos en los planes, siempre ha sido hermoso».

«Solo que, cuando tienes todo el tiempo del mundo y las mejores condiciones para escribir, lo último que haces es escribir».

«Una segunda lectura arrojaba una interpretación más profunda: cuando los poderosos hacen fiesta, son los locos, los miserables y los borrachos los que celebran».

«Viajar a Miami es todo lo contrario de viajar. Ir a Miami es regresar al corazón de Venezuela. Todo es culpa del maldito petróleo».

«De día, las personas caminan en Caracas como si estuvieran escapando. De noche, parecen regresar para buscar venganza».

«(…) —lo que más le desagradaba a Silverio del panteón era la cantidad de fanáticos del Club América que estaban inhumados ahí. Tendrían que haberles hecho su propio panteón afuera del Estadio Azteca, en una esquina del estacionamiento».

«Creo que él no sabía muy bien lo que hacía. Sólo quería conducir y conducir y no volver nunca a ningún sitio.El en realidad no era un asesino. Leía muchísimo. Era más bien un poeta».

«¿Por qué de niño temía tanto el momento de sucumbir al sueño y hoy me aterra abandonarlo?»

«(…) se le llenan los ojos de angustias sin certezas que a veces se agrupan como un goterón único, una lágrima redonda, gorda y redonda como las de los recién nacidos, una desazón extraña, remota, venida de los tiempos donde no había verbo pero los sueños hablaban, como le hablan a Paca».

Muy en la onda Lispector🙌🏻

«Los de abajo sabíamos disfrutar de un poema mejor que los principes, porque no nos había llegado como tinta inmóvil, sino como una cancioncilla que danzaba de puerta en puerta hasta llamar a casa».

«Ojos que no se clavan en nada más que en el cielo mismo. A veces perdidos, a veces rabiosos, tristes -lúcidos, las menos-. Como si conversaran en silencio con las nubes.Sin necesidad de palabras o solo de unas pocas que no nos pertenecen a los que estamos de este lado».

«La mayoría de las mentiras fracasan en su intención por el exceso de datos; si uno se fija, la verdad nunca da tantas explicaciones».

«Al fin y al cabo, tampoco puede un hombre conformarse con ser un fantasma, ni siquiera los fantasmas se conforman con eso».

«Envejecer debe de ser esto, pensaba Sebastián, vivir ya para siempre contra las construcciones del pasado».

«Sorprende darse cuenta de cómo el amor alimenta y calma aun en las peores condiciones, o precisamente y con más razón en las peores condiciones».

«Nuestro conductor se detuvo, pero el dueño del agua se puso en pie y le mandó seguir y el conductor obedeció. No sé si el dueño del agua manda algo todavía y aquí dentro, pero hay gente que de tanto mandar tiene una voz que se obedece».

«Según me lo ha explicado ella, o según yo lo he entendido, se obedece porque conviene y se duda porque se piensa. Y si una cosa salva la vida, la otra al parecer salva el alma».

«Cuando se para el ruido de las bombas, crece el rumor de las sospechas».