Sebastian Uribe Díaz > Recent Status Updates

«Recordó que la noche anterior había soñado con ratas. Un centenar, miles, millones; andaban por la casa mientras ellos dormían, trepaban a la cama y se metían debajo de su camisón, recorrían su cuerpo como cientos de manitos de uñas largas».

«La idea de que en adelante solo ibamos a ver crecimiento tecnológico acompañado de un embrutecimiento general. La pérdida del espíritu».

«Y después pensaba que era la fe la que me movía. La simple y vieja fe. La curiosidad, también. La esperanza de que mi vida fuera más intensa o poética de lo que era. Pero sobre todo la fe».

«Hay mucha gente que dice que memorizar poesía está mal, coarta la creatividad y qué sé yo cuántas cosas. Pero después cuando fui docente hice lo mismo, porque es lindo que los chicos aprendan de memoria una poesía. Te queda la música en la cabeza».

«Nos creemos importantes, nos creemos transcendentales,pero somos el programa de televisión de otra especie».

«(…) la mayor parte de los poetas que he conocido son vagos, escriben libros cortos y empiezan a frotarse las manos para ver el rédito, casi siempre sexual…»

«Lo puse en la cuna y le desabroché el conjuntito celeste y entonces lo solté y me alejé unos pasos. Me tapé la boca para no gritar y me quedé un rato así, viéndolo llorar, con una teta afuera, sin atreverme a tocarlo. Lo más terrible fue el modo en que lo solté. Es eso lo que me persigue. Como si mi propio hijo me diera miedo. Después me arrepentí y volví a levantarlo y lloré con él en los brazos»

«Hay gente que dice que nada cambia, que uno sigue siendo el mismo. Yo creo que uno puede sentirse de la misma forma que a los dieciséis, por ejemplo, pero que treinta años pueden cambiarnos bastante, no solo nuestro cuerpo sino también lo que somos, eso que creíamos indestructible. Hasta eso cambia».

«Lo que le sorprende es ver cómo los peregrinos vuelven a arropar con frenético entusiasmo al pequeño vidente a pesar de su fracaso. Ha llegado al final del trayecto esperando el momento del desencanto, solo para comprender que el colapso solo sirve para desencadenar la furia del fanatismo».

«Escuchando todo aquello, Tancredo pensó que la ley no era otra cosa más que una jerga privada que los letrados habían inventado para burlarse del resto de los civiles. Un idioma incomprensible y vacío detrás del cual se escondía la temible verdad de que la ley es, al fin y al cabo, un asunto totalmente arbitrario».

«Se dijo que todo era así: que la vida era un proyecto que los hombres tomaban para gastar el tiempo, para esconder el hecho de que los trabajos de los hombres son inútiles, magníficos pero inútiles como las bellas plumas de un faisán».

“El ajedrez es un juego de futuros”

«Una timidez de genio lo dotaba de un carácter camaleónico. Se podía pasar la tarde sin decir una palabra, pero cuando la pronunciaba parecía como si hubiese estado allí, ha-blando, desde el comienzo».

«La madrugada, pienso, hace temblar las imágenes. Todo gana cierta ambivalencia y cierto toque onírico: como si la falsa luz de los faroles suspendiera el tiempo real y le regalara a la realidad cierta aura de posibilidad»

«Siempre ignoramos que alguien puede estar mirándonos por una ventana. Detrás de esa posibilidad se esconde el origen de la ficción».

«A fuerza de café los tiempos siempre concuerdan».

«A veces me gusta pensar que detrás del insomnio se esconde algo así: una visión lúcida y enorme que los insomnes no pueden olvidar. Cierran los párpados y la ven allí, como un magnífico cuadro repleto de diminutos puntos que palpitan como estrellas».

«Solo aquel que se sabe condenado puede ver con nitidez el camino de la salvación».

«(…) solo aquel que ha perdido la inmediatez y la transparencia del lenguaje es capaz de finalmente verlo en su opacidad, testarudo, exacto y duro como una piedra».

«Pensando en el manuscrito de Aliza, se dijo que precisamente allí se hallaba la valentía de Juvenal Suárez: en su negativa a convertirse en un mero objeto turístico, una entre los miles de piezas de exhibición que configuraban ese museo invisible cada vez más extenso que ahora, con el sol pegando inmisericorde contra la planicie, se desplegaba más allá del horizonte y sus espejismos».

«El placer de los inventarios era ese: encontrar el orden del recuerdo allí donde otros solo verían el caos de lo arbitrario».

«Llevamos vidas más interesantes de lo que creemos. Somos personajes de las tramas, sin compresión ni visos sobrenaturales. Atentamente analizadas en todas sus afinidades y vínculos, nuestras vidas abundan en significados sugerentes, en temas y giros enrevesados que no nos hemos permitido ver en su totalidad».

«Es una sociedad hechizada. Si tienes tendencias criminales, y no digo que esto se aplique a ti o a mí, uno de los sitios donde dejar huellas es en cualquier organismo que se ocupe de hacer cumplir la ley».

« Veía que el problema eslavo se había convertido en uno de esos temas de moda que, cambiando de cuando en cuando, sirven de distracción a la sociedad; veía también que muchos se ocupaban del asunto con fines interesados y por vanidad».

Lo absurdo de la muerte en toda su magnitud.

«Me habla usted de energía. La energía se basa en el amor. Y el amor no se puede adquirir a la fuerza».

«En todo caso, soy tan feliz que no entiendo nada».

«Lievin se sentía aún menos capaz de comprender el significado de la muerte, y se le representaba con más claridad que era inevitable.Sin embargo, gracias a la presencia de su mujer, ese sentimiento no lo desesperaba: pese a la muerte, experimentaba la necesidad de vivir y de amar. Sentía que el amor le salvaba de la desesperación y que bajo aquella amenaza el amor se tornaba más fuerte y más puro».