Pablo Poveda's Blog, page 54
January 5, 2017
Documentación de la novela: Varsovia
Los copos de nieve corren en el aire como moscas sin rumbo. En la calle hay -8ºC y de sólo pensarlo, me entra el frío. Así y todo, aprovecho la coyuntura para seguir con las tareas de documentación. Corregir una novela es un proceso tedioso, exigente y aburrido -para qué mentir-, pero parte del proceso. Estos días estoy dejando todo preparado para la salida de El Maestro -uff, sí, la tercera y última parte de El Profesor, quién lo iba a decir, ¿eh?-. Jamás pensé que llegaría tan lejos y, mucho menos, que diría adiós de esta forma a mis personajes.
Varsovia -Polonia en general- me ha servido de atractivo y de escenario para dar vida a esta novela de ficción. Cuando comencé a escribir, tampoco pensé que terminaría escribiendo sobre una ciudad que quedaba tan lejos en el mapa, pero así es la vida, llena de sorpresas.
Muchos me preguntan sobre Varsovia. No soy el más adecuado para hablar de ella ya que es una ciudad a la que le guardo mucho respeto, por su historia, su cultura y su forma de ser. Varsovia se hizo a sí misma varias veces, algo complejo de entender cuando se vive en ella varios años.
De lo que sí puedo hablar es de mis lugares favoritos, de los escenarios que he querido que aparecieran -con total libertad- en mi novela.
En El Profesor -primer tomo-, los personajes se dejan arrastrar principalmente por el centro de la ciudad. Entonces vivía allí y todo me servía de inspiración: el Palacio de Cultura y Ciencia (una construcción soviética en toda regla), el Parque Real Lazienki y la calle Marzalkowska. A medida que el libro avanza, León viaja a Sopot y Gdansk, dos ciudades costeras que visité hace años y que recomiendo visitar.
En El Aprendiz, di un giro y regresé a Varsovia, entrando en los barrios más alejados del centro. [CUIDADO SPOILER]
Cuando León visita a su contacto, todo ocurre en la calle Plocka, una famosa calle del distrito de Wola en el que, por desgracia, sucedieron una de las masacres más importantes de la IIGM en la que los nazis masacraron a miles de polacos.
Otro de los escenarios importantes, es la base militar en el bosque de Kabaty -todavía existente-, donde los polacos desarrollaron Enigma, la máquina que descifraba los mensajes secretos del ejército alemán nazi.
Para El Maestro, además de Varsovia, también he contado con algunas localizaciones en Breslavia, donde estuve el pasado agosto. Una ciudad bonita con una interesante arquitectura. No obstante, la acción de la novela se centra, una vez más, en la capital del país, sacando a la luz lugares emblemáticos hasta entonces ignorados como la calle Nowy Swiat, la Plaza de Segismundo, la Plaza de las Tres Cruces o la Ciudad Vieja. En uno de los bares actuales de la Ciudad Vieja, León tendrá una importante reunión. Hace unos días, tomé algunas fotos para ilustrarlo.
Además de tomar notas visuales, documentar una novela ayuda a entender mejor el escenario, las cuestiones de los personajes, el contexto de la historia. No sé si volveré a escribir otra novela ambientada en Varsovia, aunque sí recomiendo visitar la ciudad una vez leídas las tres partes.
December 31, 2016
Abriendo ciclos
Hace un año escribía una nota en este blog como muchas otras personas hacían en los suyos. La escribía desde la misma mesa en la que me encuentro. El día 31 sirve de jornada de reflexión, de recuento y balance, de promesas que tal vez no cumplamos. No voy a ser menos y aprovecho la coyuntura para felicitarte el año que entra y actualizar esta bitácora.
A nivel personal, he de decir que no iba mal encaminado cuando escribí estos tres artículos:
Cómo vivir de la escritura con humildad y otros sueños posibles de esta vida
ABC para ser escritor: guía para empezar a escribir
Cuando tu libro cuesta como una porción de pizza
Y añado éste:
Resoluciones de un escritor y una persona
Digamos que 2016 ha sido un punto de inflexión para mi carrera. Siento desanimar a todos los agoreros que intentan derrumbar los sueños que ellos no logran alcanzar. La gente sí compra libros digitales, de hecho compra muchos. Este año se ha centrado en la búsqueda de esa gente. Simplemente te digo: no te rindas.
Si hace un año hablaba de cerrar ciclos, este lo comenzaré abriendo nuevos.
En la entrada que escribí en 2015 -ya tan lejos-, hablaba del drama que supuso que hubieran pirateado La Isla del Silencio apenas 24 horas después de su salida. Fue un golpe, pero supe mantenerme de pie y continuar. Un año después, la novela (y su segunda parte) ha logrado situarse en lo más alto de Amazon -gracias a gente como tú- y termina el año siendo un libro superventas.
El año 2016 ha sido -con subidas y bajadas- más productivo que el anterior. He publicado sólo dos títulos (El Aprendiz y La Maldición del Cangrejo) aunque he escrito cuatro novelas. A principios de este año que entra -sí, en un par de semanas- verá la luz El Maestro, la tercera y última parte de El Profesor. Con esto cierro una saga que me ha dado bastante pena terminar.
Sin duda, si tengo que elegir lo mejor del año, me quedo con todos los que os habéis unido a la fiesta (sí, en la lista de correo) y nos hemos escrito, intercambiando impresiones, fotografías, momentos y sonrisas. Haciendo de esto algo mágico y único (gracias por existir, internet). Así pues, espero que seamos una familia todavía más numerosa para el año que entra.
Para terminar, he querido compartir una pequeña lista de libros, artículos y canciones que me han aportado algo durante el año, que he vuelto a releer, escuchar. No esperéis demasiada profundidad, pues hay de todo.
Feliz año nuevo, con lo que ello conlleva. Espero que dentro de doce meses volvamos a vernos de nuevo, aquí, juntos, otra vez, con las promesas cumplidas. Que siga la fiesta.
ARTÍCULOS
How Minimalism Brought Me Freedom and Joy – James Altucher
Cómo dejar de ser un yonki de internet – Juan Soto Ivars
El silencio os sienta tan bien – Jot Down Magazine
Así son los espías de verdad, contado por agentes en activo – El Confidencial
Why I’m buying nothing for a year – no clothes, no holidays, no coffee – The Guardian
Stop Comparing Your Life. Start Living It – Becoming Minimalist
How I live on $7,000 per year – Early retirement extreme
LIBROS
Para escritores y emprendedores:
Choose Yourself – James Altucher
Lanzamiento Exitoso – Checko Martínez
The One Thing – Gary Keller
Te van a Oír – Andrés Pérez Ortega
Take Off Your Pants! – Libbie Hawker
Para el estilo de vida:
Ego is The Enemy – Ryan Holiday
El Discreto – Baltasar Gracián
The Slight Edge – Jeff Olson
Essential: Essays – The Minimalists
Para disfrutar:
El día del Watusi – Francisco Casavella
La estrella del diablo – Jo Nesbo
Paul Auster – La trilogía de Nueva York
Thomas Pynchon – Vicio Propio
MÚSICA (enlaces Spotify)
Metallica – Hardwired to Self-Destruct
Pink Floyd – The Dark Side of the Moon
Mac Demarco – Salad Days
(Lista Spotify) This is: Chopin
Paco de Lucía – La búsqueda
John Coltrane – Blue Train
December 14, 2016
El espíritu navideño
En una semana, llega la Navidad. Las calles rebosan rebosantes de gente, de luces de colores, de olores dulces y bebidas calientes. Por estas fechas nos armamos de buena voluntad para reunirnos y regalar.
Este año, he decidido hacer algo especial.
La Navidad es una ocasión para conectar de nuevo con nuestras raíces, sentarnos a dialogar y compartir, además de un buen rato, lo que nos ha enriquecido durante el año.
Hace unos días, mientras daba una vuelta por un centro comercial, vi algo que me hizo reflexionar: la importancia de compartir. Recuerdo que las primeras bandas de rock que escuché, llegaron a mí por los casetes de mi hermano.
Años más tarde, siempre regalaba discos a mis familiares y amigos; discos de mi banda o de otros grupos que me gustaban. Lo mismo hacía con los libros de autores que no tenían acceso a las tiendas. Era como entregar un trocito de mí a otra persona. Con el tiempo, siempre recibía esa llamada o mensaje de alguien que se acordaba o me decía “gracias por descubrirme algo así”.
Esa era la parte más satisfactoria.
El espíritu navideño.
Hoy todavía lo hago, comparto listas de música personalizadas, presto o recomiendo películas que he visto, libros que he leído…
En una época materialista en la que la cultura se cae lentamente en el abismo, lo abstracto, lo sensorial, si se goza, se vuelve inmortal. Conectarte con otros, con los tuyos; compartir el mensaje, hacer que ellos conecten con parte de tu mundo personal.
Por eso, todo el mes de diciembre, he bajado los precios de todos mis libros en papel a 9.20$ (mínimo que Amazon me permite) para que los podáis regalar a quienes deseen disfrutarlos. Todos en papel, bonitos, coloridos; con su portada y su edición de bolsillo para que se puedan llevar a todas partes. No se trata de regalar un objeto material, sino de compartir una historia que ayude o cambie algo en esa persona para siempre -o al menos, durante un buen rato-.
Enlaces:
La Isla del Silencio
La Maldición del Cangrejo
El Aprendiz
El Profesor
Motel Malibu
Sangre de Pepperoni
La Chica de las canciones
December 11, 2016
Resoluciones de un escritor y una persona

Diciembre llega a su ecuador y muy pronto, todo el mundo hablará de listas y resoluciones. Como escritor -persona que escribe-, ha sido un año bueno, un año de sorpresas. Reviso mis cuadernos de notas comprados en Tiger y esbozo una mueca al comprobar que he cumplido casi todas mis metas -tan pobres ahora, ambiciosas entonces… no sé en qué carajo pensaba-. Escribo estas resoluciones porque la memoria olvida pero internet no. A diferencia de 2015, este año me ha atravesado el plexo solar con el grosor y la largura de una lanza romana. Estas son algunas de las cosas que he encontrado entre mis notas -y que llevaban razón-.
Simplifica: tu vida, tus gastos, tus relaciones. Termino el año cogiéndole fobia a todo lo innecesario, ya sean objetos o personas que no tienen valor alguno. Hay cosas más importantes que poseer un iPhone 7 o comprobar tu Instagram. Leer historias escritas por otros, aprender cosas nuevas, buscar una forma de expresión si todavía no hemos encontrado la nuestra. La sociedad está enferma, obsesionada con el dinero, el estatus y un ideal que termina en desastre. El tiempo, como lo conocemos, es finito, y es mejor escuchar un disco de música en soledad que con alguien que detestamos.
Edúcate: me arrepiento de no haber tenido una educación financiera. No nos confundamos. No hablo de estudiar una carrera de números. La escuela -junto a la universidad, la gran estafa-, jamás me enseñó nada. De adulto, he tenido que aprender conceptos que me podrían haber ahorrado dinero y tiempo. Sí, hay libros que explican todo lo que necesitamos para los que tenemos problemas con las matemáticas. En fin, es lo que hay, nunca es tarde, sólo hay que querer.
Usa tu tiempo para hacer dinero: caminas por la calle y ves que todo el mundo camina cabizbajo mirando en la pantalla, probablemente, algún contenido conectado a la red. Además de estar enfermos -esto iría en otro punto-, la sociedad está cambiando. Lo que sea que hagas, busca la forma de hacer negocio de ello. Vuelve al punto 2 y usa una parte de tu tiempo para hacer dinero. En nuestra sociedad, esto está mal visto, pero a fin de cuentas, tu tiempo es únicamente tuyo. Mañana puedes perder el trabajo -si lo tienes-. Tú decides en que lo gastas o en qué lo inviertes.
Ahorra tiempo: está conectado con el punto primero. Gastamos mucho tiempo hablando de otros, sobre política, sobre [añade aquí tema banal]. Termina con eso. Escucha una canción, lee un libro o relaja tu mente.
Ten fe en lo que hagas: cada uno tiene su religión, hasta los ateos.
Medita: no hace falta que compres un Buda y lo pongas en casa. Meditar no es más que el ejercicio de acallar tu mente. No requiere creer en nada. En mis peores momentos, esto es lo que me ha ayudado a reducir el estrés y estar más atento en el presente. Prueba con una aplicación como Calm o Headspace. Hazlo todos los días, al menos diez minutos. Vuelve en un mes y deja un comentario.
A la mayor parte de la gente le importa bien poco a lo que te dedicas: lo siento, es así. Si escribes -como yo-, pintas, juegas al tenis o haces ganchillo, a la mayor parte de la gente le importa una gran mierda lo que hagas y cómo lo hagas. No trates de convencerlos, les va a seguir importando lo mismo, y está bien. No pasa nada. No es personal. Por tanto, haz lo que realmente quieras, no escuches sus comentarios y céntrate en aquellos a los que SÍ les importa lo que haces. Por lo general, a esa mayor parte a la que le importa un zurullo lo que haces, comienza a interesarse por ti cuando alcanzas la fama o el éxito -es decir, cuando creen que tienes mucho dinero o reconocimiento público-, pero para entonces, a ti, su opinión, te debe importar un mojón. No lo trates como algo personal, no lo es. Vivimos en un momento lleno de estímulos y actividades a elegir. También las opiniones. A mí no me importa en absoluto la opinión de la mayoría de actores, artistas, políticos, músicos, escritores, gente de a pie, perfiles de Twitter… y mucho menos, la de una persona que opina sobre mi obra. En esta categoría pueden entrar amigos, familiares, parejas… Reflexiona sobre esto, seguramente a ti tampoco te importe lo que ellos hagan, digan o piensen, ¿verdad? Por eso, piensa en ti, y punto.
La mayoría de los escritores somos un coñazo: así es, entre ellos, yo. Nos viene de serie, pero nos olvidamos que el resto de la gente no lo es, y en muchas ocasiones, no consideran la figura del escritor como algo de interés -salvo si tus libros están en las tiendas-. Y tienen razón, el escritor es un ser muy aburrido que debe limitarse a escribir, que es lo que sabe hacer -y no siempre-. Si tienes un libro, no te molestes en promocionar a porrillo porque nadie te lo va a comprar, tus amigos no lo van a leer y poca gente te tomará en serio. Lo siento, llevo cuatro años a las espaldas y en el quinto he visto la luz. Podría haberme ahorrado esto, pero es la curva de aprendizaje. Por el contrario, vas a tener que escribir algo que merezca la pena leer para algunos -y que van a olvidar pronto-, poner pasta y pagar a gente para que te diseñe una portada, te edite el libro y corrija tus errores -no, tú escribes, tú no diseñas, paga a alguien que sepa de eso-, y sobre todo, que sepa algo de comercializar un libro -no, eso no significa tuitear y meter a tus contactos con cuchara tu anuncio-. Si no tienes a nadie, compra libros, paga por el conocimiento, haz un curso, prepárate. Si vas a poner algo en internet, haz que merezca la pena. En contraste, hay mucha gente ahí fuera esperando leer tus historias, no te desanimes.
Ten ambición: márcate metas altas, hazte un plan, cíñete a él. Si no sabes cómo, aprende de alguien que ya lo haya hecho. El éxito no se mide sólo en dinero -aunque cierta parte, sí, para qué engañarte-.
La felicidad es momentánea: recuerdo que me marqué metas de vender 10 libros al día y lo logré, alcancé mi momento de felicidad. Después vendía 30, y volvía a estar feliz; después 50, y los 30 ya me parecían pocos, después 100… Una cosa es ser feliz y otra, estar feliz. Procura mantener las dos en equilibrio, porque si falla la primera, siempre quedará la segunda. Ser, te ayuda a no olvidar lo que haces y por qué lo haces. Estar, a que te mantengas a flote cuando no puedas ser feliz.
Las cosas no siempre salen como deseas y no pasa nada: cuando las decisiones y los acontecimientos no dependen al cien por cien de ti, esto puede pasar y está bien. Laméntate por lo que no hayas hecho y quisiste y pudiste hacer. El resto es una fórmula matemática que nunca llegamos a entender. Vive con ello. Tu mundo es tuyo, pero no el de los demás. Si las cosas no salen como deseas pues sintoniza otra frecuencia, pero no te fustigues.
Regala emociones, no razones: la gente necesita más de lo primero porque de lo segundo hay demasiado. No regales abrazos, por favor.
No eres lo que piensas, aunque puedes llegar a convertirte en tus pensamientos: la mente no es tu amiga. La razón no siempre está en lo cierto. Usa tu instinto así como tu lógica, pero déjate llevar por tu corazón. Vuelve al punto cinco, aprende a escucharte -sólo nos enseñan a escuchar a los demás, pero no a nosotros mismos-. Si tu vida no te gusta, cámbiala, vete a otro país, aprende otro idioma, toma riesgos. Recuerda, si no lo haces, otros lo harán por ti.
Lo material es mentira: este año he comprado muy pocas cosas. Menos todavía, que no necesitaba. No pienso comprar un teléfono nuevo, no, no lo necesito. Ni una casa más grande, ni un reloj más caro. Piensa en la cantidad de cosas que compras y no usas desde hace meses. Piensa en el espacio que ocupan, en cómo te hacen sentir.
Lee 10 páginas al día de un libro: diez páginas no es un gran esfuerzo. Empecé tomando este reto como algo personal. Primero fue un libro al mes, después dos, y así… Escribe en una lista cada libro que completes. A lo largo de un año, haz recuento y verás la de cosas que has aprendido.
Escucha la radio: ¿Cuándo fue la última vez que dejaste a un ser humano poner elegir la música por ti?
November 13, 2016
Winter is coming…
Una vez pasada la resaca promocional -son bastante sacrificadas, aunque gratas-, debo regresar a la normalidad y dejar a un lado la emoción regada de botellas de vino y aceitunas rellenas. El otoño casi se ha marchado y las primeras nevadas llegan con timidez a la ciudad. Varsovia se viste de un blanco grisáceo dando los últimos coletazos y me recuerda que hay trabajo por hacer, leña que cortar y una historia por terminar. Sí, la misma que nació aquí: El Maestro.
Recordad que podéis haceros con La Maldición del Cangrejo, ahora que se encuentra en su máximo esplendor. Posiblemente, mi mejor novela, aunque en los gustos está la diversión -¿no es así?-. Por supuesto que habrá Gabriel Caballero para rato, pero no quiero adelantar nada, quiero que lo leáis por vuestra cuenta. Es un gran tipo, y el oficial Rojo, y Blanca Desastres. Un elenco de personajes que pertenecen a mi vida, a mi entorno y noches en el Mediterráneo.
Hazte con tu copia de La Maldición del Cangrejo aquí
Antes de que os lo cuenten, haceos con una copia, ya sea en papel o en digital, y disfrutad.
Mientras tanto, uno sigue calentando agua, haciendo té, dándole a la tecla hasta que la cabeza deje de funcionar.
November 9, 2016
Lanzamiento: La Maldición del Cangrejo
Esta breve entrada es para anunciar que -en unas horas- se encontrará La Maldición del Cangrejo a la venta en Amazon. Se trata de la segunda parte de La Isla del Silencio (Serie Gabriel Caballero) y que recomiendo a los que me sigáis y hayáis leído mis libros anteriores, que os hagáis con ella. De verdad.
Dejo el enlace. El libro aparecerá a la venta en cuanto las bases de datos se actualicen. Si no estás en mi lista de correo, puedes ir al enlace de compra de Amazon directamente haciendo clic aquí.
Enlace a La Maldición del Cangrejo.
November 1, 2016
Nueva novela 10 de noviembre
Gabriel Caballero regresa. Esta vez, debe sobrevivir. La segunda parte de una novela convertida en best seller de Amazon, La Isla del Silencio. El próximo día 10 de noviembre verá la luz a nivel mundial. Investigación, sexo, acción, mediterráneo y rocanrol.
Si te haces hoy con La Isla del Silencio te llevarás incluidas las primeras 37 páginas de esta nueva entrega. Por sólo 0.99$. Aprovecha que no durará para siempre.
El piso, un coqueto estudio con suelo de mármol, escueto balcón y vistas al mar, era propiedad de su amante. Ella no dijo nada y yo preferí no preguntarle, aunque cabía la posibilidad de que el susodicho apareciera tarde o temprano y con cara de pocos amigos.
—Vuelve a la cama —ordenó—. Todavía es pronto…
Tenía un mal presentimiento. Algo no encajaba.
—Voy a dar una vuelta —contesté—. ¿Café y cruasán?
Valentina se dio la vuelta cuando un claxon sonó desde el exterior. Levantó la cabeza y me miró.
Me puse los pantalones, me abotoné la camisa y recogí mis pertenencias. ¿Cómo lo hizo? Todavía me lo pregunto.
Al abrir la puerta apareció un hombre con el cabello engominado hacia atrás, con polo de color amarillo y cuello levantado, pantalones cortos de color caqui y Rayban antiguas. Un hombre con cara de desencanto, de dolor en el pecho y corazón roto. La arteria de su cuello, abultada, enrojecida.
—¿Tú quién coño eres? —dijo guardándose las llaves del apartamento. No se había equivocado —: ¿Valentina?
Ella se cubrió con la sábana.
—¡Rodrigo! —contestó—. Te lo puedo explicar.
Ya conocía la historia, sabía cómo terminaba y, después de todo, estaba de vacaciones.
—¡Serás guarra! —gritó.
Intenté despedirme a la francesa, pero me cerró el paso —: Tú no vas a ninguna parte.
Y sacó una navaja de su bolsillo.
—Cálmate, Rodrigo —rogó Valentina, pero él ya no escuchaba.
—A ti —me volvió a gritar—. Sí, a ti. No sé quién eres, pero te voy a cortar las pelotas.
A veces dialogar está de más. Dicen que la violencia es el último de los recursos, que todo se puede solucionar con la palabra y la razón. Rodrigo no parecía una de esas personas a las que les gusta sentarse en una mesa y discutir el por qué me había acostado con su chica, fuese como fuese. Rodrigo llevaba tanta gomina en el pelo como odio dentro de sí, y no iba a dudar en cortarme los testículos con su navaja manchega.
October 28, 2016
¿Quieres conocerme? Empieza
Los tranvías de la ciudad siguen funcionando pese a un otoño lluvioso que no da tregua, la vida sigue y yo publico nuevo libro el próximo día 10 de noviembre. Su nombre es La Maldición del Cangrejo y es la segunda parte de la trilogía de La Isla del Silencio, protagonizada por Gabriel Caballero, el periodista más canalla del panorama actual mediterráneo y el oficial Rojo. Esta vez, la historia se desarrolla entre las Baleares y la Costa Blanca alicantina: una cruzada entre narcos, una nueva droga que ha corrompido el mercado, asesinatos misteriosos y una mujer desaparecida.
Si leíste la primera parte, puede que esta segunda te guste más: más páginas, más kiss-kiss-bang-bang, más caradurismo y sobre todo, más Gabriel Caballero.
Pero antes de eso, durante estas semanas de reclusión y preparación psicológica he estado contestando a muchos de los correos de apoyo que me habéis enviado. Muchos de los que llegáis a través de El Profesor, Sangre de Pepperoni o La Isla del Silencio, me preguntáis qué libro es el mejor de todos -de los míos, claro-, para conocerme mejor. Dándole vueltas esta tarde mientras el té silbaba, me he propuesto escribir un pequeño resumen que tal vez ayude a resolver más de una duda.
No estoy seguro si soy el más indicado para hablar de ello, aunque algo puedo aportar. Para entender mejor mis historias, nos tendríamos que remontar a los tres bloques temporales que forman mis historias.
La trilogía millenial
En un principio la llamé así porque se asemejaba a las incógnitas que fueron apareciendo hasta los veinticinco. La sed insaciable por conocer más, las crisis existenciales en el lugar donde vivía, el amor propio y el amor hacia el sexo opuesto. La vida, el futuro inexistente, correr riesgos durante el día y la noche, sin mirar atrás, sin preguntar al otro. Dejarse llevar por los pequeños errores y dejar su final a manos del libre albedrío. Cuestiones que fueron plasmadas en tres libros principalmente.
Sangre de Pepperoni: una novela de iniciación. Mi ópera prima. Un joven que regresa a casa sin pena ni gloria y con más dudas en la cabeza de las que tenía antes de marchar. Familias desestructuradas, amistades peligrosas. El interés por lo prohibido y el inmediato aburrimiento por todo. El deseo de recuperar el pasado para evitar construir el presente. Una historia gris y dramática, plagada de detalles de un entorno no muy lejano.
Motel Malibú: redención. Un chico desesperado que se aloja en un misterioso y apestoso motel de carretera, como los muchos que hay en España. La novela está concebida como una historia borrosa entre alguien que intenta recordar el mal que ha hecho. Posiblemente es la novela más real que he escrito, desde las tripas. Ahí dejé toda mi bilis, una disculpa por escrito a más de una persona y logré plasmar una relación de amor con la vida que terminó como el protagonista. La conclusión final da lugar a diferentes significados.
La Chica de las Canciones: el vuelo de Ícaro y el renacer del Fénix. La historia de mi vida, pintada con acuarelas pero sin dejar a un lado los hechos. El manual de uso de un joven que quiere ser estrella del rock, burlarse del statu quo y formar su propio camino. Escribir la novela fue un ejercicio terapéutico y rejuvenecedor. No es una novela juvenil ni romántica, aunque haya quien lo crea así. Es el reflejo de una época de mi vida y de la de muchos. Porque no todo lo que sucede en este mundo se encuentra en Youtube. Siempre la recomendaré. Final de ciclo de la trilogía post-adolescente.
Trilogía Varsovia
El Profesor : cambio de género. Dos años sin escribir y un montón de historias sobre Polonia y Europa del Este en mi mochila. La empecé a escribir en el tercer apartamento varsoviano -en el que todavía sigo- con la intención de desoxidarme y empezar a desgranar lo que realmente me había tocado de lleno. Llevaba tiempo frustrado por la imposibilidad de escribir algo. El Profesor es una novela de suspense con toques de romanticismo y carga social, con una historia aparentemente conocida, aunque más trágica que a lo que nos han acostumbrado. En ella seguí manteniendo el tono descarado y directo. En ella trabajé por primera vez la narración en tercera persona. Sin embargo, aunque no se trate de una novela política y muchas escenas sean algo fantasiosas, la realidad del libro no se encuentra muy lejos de los hechos actuales. Sólo hay que darle un vistazo a los periódicos para encontrar similitudes. La historia de León, un mujeriego que se enamora de una alumna menor de edad que es la hija de un cargo político del partido conservador. Cuando la chica se queda embarazada, se disparan las alarmas, y la valentía ciega y, a veces, absurda de ese carácter ibérico, no hace más que meterlo en una cruzada que le saldrá bastante cara.
El libro se encuentra gratuito desde su lanzamiento y ha sido leído por miles de lectores de todo el mundo. Actualmente está en Amazon, iBooks, Google Play, Kobo…
Su segunda parte se llama El Aprendiz y también se encuentra a la venta en todas las tiendas virtuales.
La tercera y última parte, El Maestro, verá la luz en 2017 y será el más largo de los tres tomos.
Saga Gabriel Caballero
La Isla del Silencio : una novela de policías, detectives y periodistas. Gabriel Caballero tiene mucho de mí a la vez que su propia personalidad. Regresé a la primera persona para sumergirme en un mundo único, propio, que conozco al detalle y por el que pasé parte de mi vida. La Isla del Silencio se desarrolla en la Costa Blanca alicantina y en la Isla de Tabarca, así como en otros lugares de la comarca. La idea es que el lector recorra los rincones como yo lo hice en su día, dejándose llevar por un paraíso eterno que huele a sal marina y arena de playa.
Su segunda parte estará disponible a la venta el próximo día 10 de noviembre en todas las plataformas.
Por el momento, se puede ver un booktrailer en este enlace y acceder a las primeras 37 páginas al comprar una copia de La Isla del Silencio.
October 13, 2016
Siembra, riega, disfruta, ama
No hay mayor satisfacción para un jardinero que ver sus plantas crecer. Estos días, entiendo esa sensación. Ver la luz de uno de mis proyectos personales -por no decir, el único -, no tiene precio. Sembrar y sembrar, durante años, haciéndolo mal, o tal vez bien, quién sabe. De pronto, se enciende una bombilla en el cuarto, todo cobra sentido, tu fuerza resucita y continúas. El hilo de fe en el que creías sólo tú, se refuerza. Si antes necesitabas que alguien te comprendiese, ahora ya no es necesario. Estás más fuerte que nunca, has empezado a derribar los ladrillos con tus propios puños. El muro está cerca, y después, el resto.
Me levanto con la sensación de que cada segundo de mi tiempo equivale a un millón de euros. Hace tiempo que no sé lo que es aburrirme. Maldita sea, he cambiado demasiado en diez años. Me miro al espejo y mi cabello está lleno de canas.
Todavía no he logrado nada, aunque desde un yo lejano, esto era lograrlo todo. Sin embargo, tengo presente mis cambios, lo aprendido, lo devastado.
Desde que escribo, he aprendido algunas cosas que han cambiado mi vida y me han ayudado a comprenderme mejor. Funcionarán para muchos, y para otros muchos no.
Si quieres ganar dinero, no te dediques a la escritura. No es la primera vez que alguien dice esto, pero es cierto. Si escribes por dinero, invierte tu tiempo en otra cosa. Te frustrarás y no lograrás escribir algo decente. Si te gusta escribir y quieres ganar dinero con tus historias, el precio a pagar es muy alto. No lo pongo yo, sino los millones de usuarios. No esperes que te juzguen, porque serás ignorado. Sacar beneficio de tu propio trabajo requiere constancia, formación y esfuerzo, mucho esfuerzo -ah, y escribir, tomar café y dormir poco -. Yo disfruto como un loco escribiendo, es un proceso hipnótico. Para ti debe ser similar.
Agradece. Da las gracias por tener vida, un plato en la mesa, tiempo libre, salud, amigos, la oportunidad de respirar aire y practicar deporte. Agradece lo que hay a tu alrededor y te sentirás mucho mejor y más fuerte para afrontar los días.
Perdona. El perdón es sencillo y complicado. Tu ego te lo arrebatará, pero has de ser fuerte. Perdona y déjalo marchar. No importa qué te haya pasado, deja de cargar con eso y céntrate en lo importante. Tus pensamientos y emociones son energías que te consumen o te revitalizan. Tú eliges.
Sé constante. Esto no significa que dejes de dormir o de comer por dedicarte a algo. Ser constante, a veces, casi no requiere esfuerzo. Haz algo, por diez minutos, veinte, pero hazlo, todos los días, durante siete semanas. Que nada ni nadie te lo impida, y notarás el progreso.
Haz de lo importante, lo más importante. Desde que despiertas, tu cuerpo empieza a consumir. Dedícate a una cosa. No seas multitarea. Una cosa, la más importante, después el resto. Fundamental.
Vive tu vida. Quiérete. Valórate, hazte un plan y acepta quién eres y quién quieres ser.
Medita. Diez minutos, todos los días. Usa una aplicación -yo uso Calm, es gratis y también se encuentra en la web-. Yo lo hago, y aprende a escuchar a tu cuerpo, a recordad de dónde procedes. Conecta con tu yo interior.
October 8, 2016
Quien da, recibe
Me gusta el frío del otoño, su timidez, el cambio. Días que se encogen dando lugar a una noche infinita; lluvia que agota. Árboles rojizos y amarillentos, sobre un cielo nuboso y blanquecino, me abanican al pasar. Los otoños comenzaron a ser así desde hace unos años. Resulta imposible no sentir la muerte a nuestro alrededor, al menos, para mí.
El otoño es el final de una novela, donde dices adiós a tus personajes para siempre y das paso a la corrección, a la página en blanco, al qué será lo siguiente… el invierno.
Estos días tengo la misma sensación. He perdido el momentum, como muchas veces ocurre, y deambulo por las calles buscando una pizca de algo que me inspire, me emborrache de historias nuevas que contar.
Hace unas semanas, descubrí que comer pizza en soledad carecía de gracia alguna. Los momentos especiales son para compartirlos con otros. Cada día, intento regalar una sonrisa, un poco de simpatía, esperanza y calma, en una ciudad infestada de vidas anónimas. Por ellos y por mí. Soy quien da, pero también recibo. Contar historias es algo parecido. A veces, las contamos para nuestro propio desahogo y así, sentirnos mejor. Otras, para encender una vela en el corazón de alguien, ya sea llevando a esa persona a otra parte o llenándola de intención. Cuando termino una historia, siento que ya no me pertenece, que entonces es para quien la desee tomar. Sé que no puedo gustarle a todo el mundo -y de hecho, no lo hago-, así que trato de encontrar a quien sí puede disfrutar con lo que hago.
En los negocios dicen que la clave del éxito es de dar soluciones a los problemas de otros. Esta frase tiene mucho que enseñar, en los negocios, en la vida, en la literatura.
En estos años, he aprendido que quien da, recibe, aunque hay que tener en cuenta algo: no siempre a quien se le da, es la persona que lo necesita.