Pablo Poveda's Blog, page 53

March 26, 2017

Imperfeccciones

[image error]


A menudo, pienso en lo imperfecto que soy y lo aburrido que sería ser de otro modo. Todo habría terminado, no tendría nada que aprender, nada por lo que luchar para mejorar. Sin embargo, nadamos entre nubes buscando la perfección ajena, a la amistad, pareja, familia perfecta. Craso error.


A menudo, puedo ver que soy como uno de esos dibujos que hacen los niños, lleno de trazos torcidos, rayas que salen del contorno y colores mal combinados. Esto no significa que no tenga amor propio, creo que es algo importante en la vida, amarse a uno mismo para poder amar a otros, pero esto no dista de que alcancemos la perfección.


Por eso, cuando la nostalgia te ataque -que lo hace a menudo-, con momentos pasados en los que creías que todo era mejor, dale una buena patada en el trasero hasta que desaparezca. Nunca fuiste una persona perfecta, ni tú, ni nadie, y tampoco existía esa persona perfecta para ti si hoy no sigue a tu lado, ni ese trabajo al que ya no vas, ni ese grupo de amigos que ya no te llaman. Eres lo que eres, hoy. Y si no te satisface lo que ves, ponte en marcha para cambiarlo.


No hay más. Si has llegado hasta aquí es porque en algún momento tomaste una decisión, y si no fuiste tú quien lo hizo, aprende de tus errores para que no vuelva a suceder.


No te molestes en montar castillos de arena porque sólo te harán sentir peor.


Algunas mañanas, miro atrás con recelo, en ocasiones traicionado por mis pensamientos y otras por puro regocijo. Todavía tengo mucho que aprender, pero también he de subrayar que he aprendido mucho en todos estos años. Soy una persona abierta y social aunque complicada para muchos, con mis fallas y temores absurdos, con fortalezas en las que trabajo y aptitudes que aún desconozco. Una persona con la que es tan fácil como difícil convivir, una persona con mucha paciencia para algunas cosas y muy poca para otras; alguien muy práctico y nada democrático con las decisiones de mi vida personal. Lo soy, lo reconozco y trabajo en ello.


Si algo he aprendido en este tiempo es que, para llegar a este punto han hecho falta tres cosas:



Que te importe un carajo lo que piense tu alrededor de ti y de tus ambiciones. Si quieres hacer algo sustancial, vas a tener que lidiar con esto, con tus amigos, con tu trabajo, con tu familia, con todos. Tan rápido como empiece darte igual la opinión de otros, comenzará tu cambio. No es fácil, hay muchas personas que nunca lo logran. Reconozco que me llevó bastante tiempo para que la opinión ajena (carcomida por temores, prejuicios y qué demonios, ignorancia) me resbalara por completo, siempre y cuando tuviera la conciencia tranquila.
Que nadie te haga perder el tiempo. Tu tiempo tiene un valor incalculable y es sólo tuyo, si lo pierdes, nadie te lo va a devolver. Así que no te sumes en conversaciones que no llegan a nada, en reuniones a las que vas para complacer a otros. Que les den, así de claro. NADIE va a complacerte por estar ahí. Demasiadas horas de tu vida has perdido ya para seguir haciéndolo. Mira atrás y analiza. Empieza a pasarlas con quien realmente quieres y se lo merece, con lo que te llena y como tú únicamente desees.
Deja de compararte en el ejemplo de otros. Ver cómo lo han hecho otras personas está bien, pero compararte con lo que tiene, hace o dice el vecino es un error constante en nuestra sociedad. Por mucho que te rebanes los sesos envidiando o comparándote con alguien en una situación mejor/peor que la tuya, lo que está claro es que sigues como estabas. Deja ya de teorizar sobre cómo será o sería y métete en el barro. Hazte un favor y no vuelvas a hablar de lo que tienen otros, de sus estilos de vida y de lo bien que les va. Evita estos temas y céntrate en lo que a ti te concierne.

Ser imperfectos es una virtud para levantarte cada día con ganas de cambiar algo, de mejorarlo, de acercarlo a la perfección. De ser más amables, de dar más, de escribir una novela mejor o de apreciar más las cosas. Tú sabes lo que necesitas, empieza el día con honestidad. Tan pronto como aceptes al resto del mundo como es sin tratar de cambiarlo y dejes tus juicios a un lado, tan pronto como aceptes que jamás podrás alcanzar esa vida ideal que sólo existe en tus pensamientos, empezarás a estar más cerca de la perfección.


 


 

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 26, 2017 04:52

March 19, 2017

Pizza fría y trabajo duro


Hace un rato hablaba con una persona a través de Instagram. Las posibilidades de internet son infinitas si lo comparamos con hace quince años.


Él es escritor y me preguntaba qué podía hacer, qué le aconsejaba y cómo había comenzado.


Sinceramente, no soy quién para dar consejos a nadie. Ni siquiera puedo decir que he logrado el éxito -más bien, pequeños éxitos diarios-, ni he dejado mi trabajo para dedicarme a la escritura -aunque sí he progresado mucho en este aspecto-.


Sin embargo, en diez novelas he aprendido algo básico que una persona que está comenzando puede poner en práctica desde este momento.


Todos los días sin excusa.


Escribir 1000 palabras.


Leer 20–30 páginas de un libro.


Si haces esto durante un año, habrás escrito 365.000 palabras y habrás leído 7.300 páginas.


No está mal.


En cuanto al asunto económico, la verdad es otra. No existen los milagros, ni creo en el éxito repentino, ni en la promoción desmedida. Podrías escribir un largo texto sobre lo que vemos y lo que creemos ver, pero ya hay mucho sobre el tema. En mi experiencia, resumiría lo aprendido en lo siguiente:


Crear una comunidad. Buscar a la gente y encontrarla. Ellos nunca te encuentran a ti cuando estás empezando.


Aprende a usar las redes sociales y sé constante y paciente.


Paga por la información de alguien que ya haya logrado lo que buscas.


Experimenta y arriesga.


Sé lo más profesional que puedas.


No hay otra vía. No, en mi caso.


Tendrás que aprender cómo funciona el mundo hoy, no como tú crees que funciona. Eso te llevará tiempo, porque conocer los engranajes de algo no significa usar Instagram o Facebook para hablar con tus amigos. Habrá cosas que desconozcas, así que no te duela pedir ayuda o pagar a un profesional (que para eso están). Es complicado, pero tendrás que invertir en competir con los que ya triunfan, porque si haces algo mediocre, la gente pensará que eres mediocre.


En internet sólo tienes una bala.


Y mientras tanto, hay un precio que siempre debes pagar. Yo lo pagué con aspectos de mi vida, mis horas de sueño, mis relaciones sociales, mi tiempo libre… No me arrepiento. Es una vida, una pasión. Piensa que peor es sacrificarlo todo en un trabajo que no te importa un carajo.


Pizza fría y trabajo duro, que ya comerás caviar en el futuro.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 19, 2017 14:24

March 10, 2017

No eres quien crees ser

[image error]


Han pasado poco más de ocho años desde que me hicieron esa foto.


No guardo buen recuerdo de ella.


Me encontraba en Valencia viendo las Fallas por primera vez. Mi relación con la chica que hizo la foto terminaría poco después. Y así con la banda en la que tocaba. Y todos mis sueños y mis planes. Un auténtico drama. A pesar de que sonreía, recuerdo que no estaba pasando por un buen momento, en todos los sentidos. Curioso, cualquiera diría lo contrario. Hasta yo.


Miro a la foto y no me reconozco. Sí, soy yo, más joven, con otro peinado -entonces escuchaba mucho northern soul y estaba obsesionado con The Jam, The Specials y Dexy’s Midnight Runners-, tal vez más delgado -o no- y con menos canas. Pero no estoy hablando de eso.


¿Quién era yo en esa foto? Otra persona.


¿Quién era yo hace unos meses? Otra persona.


Tendemos a pensar que todo cambia a nuestro alrededor menos nosotros, que somos estáticos, profundos como las raíces de un árbol y de principios sólidos. Pero no es así. Cambiamos, de forma física, de forma de pensar. Ganamos, perdemos y también dejamos marchar.


En esa foto ni siquiera había empezado a escribir relatos. Ni a ser elocuente. Ni a tomarme a mí mismo en serio. Ni a hablar idiomas. Ni a qué demonios sé yo…


Dos años más tarde, publicaría Sangre de Pepperoni.


Mi autoestima se encontraba minada, un tanto perdida. Tomó tiempo salir del paso, volver a las andadas, despertar el potencial. Han pasado ocho años y no me reconozco ni en el espejo, pero eso ha dejado de importarme. Soy quien soy cada día que me levanto y me acuesto, y eso es lo único que importa. Un día te mueres y se ha terminado todo. A veces, voy a la cama tan cansado que me pregunto si todo lo que hago merece la pena, pero si no lo hiciese, me acostaría arrepentido.


Mi forma de pensar ha cambiado con los años, como posiblemente así lo habrá hecho la tuya. No soy más que alguien que escribe en un rincón de la red mientras trabaja por y para alcanzar un objetivo en vida. Lo que he logrado hasta hoy, es incomparable a doce meses vista. Si me hubiesen contado lo que pasaría en estos últimos cinco años, jamás me lo habría creído, aunque en este momento, no resulta suficiente. Sé que puedo hacer más, sé que puedo hacerlo mejor.


No importa lo que hayas hecho en el pasado que siempre puedes empezar de cero mientras respires. Al cuerno con las opiniones del resto y esto es algo que debes entender para llegar lejos. Que te importe un comino lo que piense el de al lado. No le temas al cambio porque es inevitable. Aprovéchate de él antes de que se aproveche de ti y trata de acostarte con la conciencia tranquila de que estás haciendo lo que realmente quieres.


Te lo dice alguien, después de cuatro años, que se fue bien lejos de su zona de confort sin importarle un bledo. Claro que tuve miedo y dudas, pero siempre hay un precio que pagar. El talento importa, pero tus ganas también. Puede que haya todavía cosas que cambiar, que no esté facturando millones ni tenga miles de seguidores en Instagram, pero duermo tranquilo y feliz cada noche por hacer lo que hago. He ganado. Si lees esto, significa que tienes acceso a internet. Por tanto, tú puedes hacer lo mismo.


Este mensaje va para todas esas personas que siguen sin explotar, calentando una silla a diario sin más expectativas que las de llegar al viernes y volcar en el sofá o entre botellines de cerveza, para despertar el lunes y que todo les parezca una mierda.


Este mensaje tal vez vaya para ti si también eres humano.


Si te ha gustado, por favor, comparte.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 10, 2017 10:22

March 6, 2017

¿No encuentras tu pasión? Haz más

[image error]


Este es un artículo corto porque el potente mensaje que quiero compartir desde mi interior es muy simple.


¿Estás haciendo algo?


No me malinterpretes. No soy una de esas personas que dice no tener tiempo para nada y se queja de ello. No.


La pregunta es sencilla: ¿Estás haciendo algo? ¿ESTÁS CREANDO ALGO DE VALOR?


Después de cuatro años, he encontrado la fuente de inspiración en mi vida. Hacer. Hacer cosas que me gustan. Crear algo que dar a otros. Eso es lo que me hace sentir lleno. Entonces, te lo pregunto de nuevo: ¿Estás haciendo algo? Sí, tal vez estés viendo Netflix, bajando las noticias de tus amigos de Facebook, publicando en Twitter qué tal te ha ido el día o comentando lo mal que lo está haciendo el Gobierno de tu país, pero. Eso está bien, pero… ¿Estás poniendo algo de ti ahí fuera?


No me digas que no sabes cuál es tu pasión. Yo tampoco lo sabía. Mi pasión siempre fue la música, tocar en una banda, grabar un disco y salir en la televisión. Y así hice durante un breve espacio de tiempo, hasta que todo se fue al carajo. Esa era mi pasión. Tenía 19 años y todo estaba acabado. Yo también. Ya no podía tocar, no salían las canciones, no tenía banda. ¿Estaba haciendo algo al respecto? No. Entonces comencé a escribir relatos, me apunté a un breve curso de narrativa y empecé una aventura en la que llevo más de cinco años y nueve novelas escritas. No tuve interés algo en escribir nada hasta los 21, hasta que empecé a hacerlo a diario. Así que, ¿estás haciendo algo?


Piénsalo. No sabes por dónde empezar. Busca tiempo y haz algo que te guste, que te haga sentir bien. Después comparte. Crea algo que puedas dar a otros y ponlo ahí fuera. Hoy gracias a internet es posible llegar más lejos que nunca. Hace veinte años, sólo algunos trabajaban a distancia. Hoy puedes vivir de tu negocio en línea sin tener un espacio físico. Pero también puede ser en tu barrio, en tu comunidad. Date paciencia, es una carrera a largo plazo.


Haz algo que te guste. Hazlo de nuevo. Hazlo más. Hazlo todos los días. Hazlo de por vida.


Hay un tipo en internet llamado Gary Vaynerchuk que ha sido una inspiración para mí en las últimas semanas. Él se dedica a otras cosas, pero tiene el mismo leitmotiv que andaba repitiendo: MÁS. MÁS. MÁS.


Y más no significa que hagas muchas cosas a la vez, sino que hagas una, pero que le dediques más tiempo.


Y cuando te des cuenta. Eso que estás haciendo que tanto te gusta, se habrá convertido en tu pasión y posiblemente te recompensen por ello. Sé optimista. La gente compensa por el trabajo bien hecho.


Piénsalo. Cuatro años no son nada. Diez tampoco. No tires la toalla.


Así que, es simple: ¿Estás haciendo algo?

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 06, 2017 09:07

March 5, 2017

Productividad

[image error]


Este mes de marzo estoy llevando a cabo un entrenamiento intensivo de escritura. Es mi pasión y tengo una misión. Escribir una novela no es una tarea fácil, y más cuando tienes un trabajo al que acudir de lunes a viernes.


Desde que empezó 2017, me he dado cuenta de algunas cosas en cuanto a la forma de trabajar y su productividad. Cosas, por supuesto, que funcionan conmigo, con una persona normal y corriente.


Buscando la manera de exprimir el máximo de mis días, he probado algunas prácticas que funcionan bastante bien -cuidado, requieren esfuerzo-.


Objetivos. Escribas, leas o tengas un proyecto que llevar a cabo, es importante establecer una fecha de entrega -sí, como en la univerisidad- y una rutina diaria. Completar 500-1000-2000 palabras diarias. Tú pones el límite. La mente necesita objetivos para sacar lo mejor de nosotros mismos. Sin una fecha final, no terminaremos el trabajo e iremos posponiendo la tarea todo el tiempo.


La rutina. Concibo el ejercicio de la escritura como cualquier otra práctica creativa sin excepciones. No bebo alcohol cuando escribo y tengo un plan que sigo. Existen muchos escritores que se consideran arquitectos o jardineros, es decir: quienes planean lo que van a escribir -como es el caso de Dan Brown- o se dejan llevar por la página en blanco -Stepehen King, Bukowski, Kerouac o George R.R. Martín-. En mi caso, me considero un híbrido que necesita de ambos para disfrutar las historias.


En lo que todos coinciden es en el hábito. Hay personas que prefieren practicar deporte, escribir, aprender… por las mañanas. Otras, por las noches. No soy un hombre de madrugar y tampoco de acostarme tarde, pero el tiempo es oro y siempre se puede hacer más.


Levantarse con varias horas de antelación y hacer ejercicio. Si entras al trabajo/clases a las 8-9 de la mañana, levántate a las 5-5.30, bebe un vaso de agua y haz siete minutos de ejercicios. Lo más horroroso es despertar, pese a dormir de seis a siete horas. Una vez arriba, realizo ejercicios físicos durante 5-7 minutos -existen aplicaciones que te indican qué hacer para mantenerte en forma en 7 minutos, aunque yo no las uso-. Me ducho, preparo café y escribo. Normalmente no bebo más café en todo el día. Procura dormir siete horas. El cuerpo se resentirá si no lo haces.


Usar la técnica 25/5. Se llama técnica pomodoro, aunque no es más que concentrarse sin distracción en 25 minutos y descansar cinco. Te sorprenderás de lo que eres capaz.


Aprende. No tengas miedo a aprender algo que desconoces. Invierte tiempo en lecciones, manuales. Si quieres vender tus libros, aprende de alguien que ya lo esté haciendo. No inventes la rueda ni pierdas tiempo en probar cosas sin criterio. No juzgues a la gente, aprende y actúa -esto último me ha llevado años para entenderlo-.


Beber té verde. Un hábito que empecé en Polonia ya que aquí las infusiones son muy populares. Cuando escribo, el té verde me mantiene despierto y estoy hidratándome constantemente. Sin embargo, no me afecta tanto como el café y puedo ir a dormir cuando lo considero necesario. Como apunte, decir que reutilizo las hojas para que la intensidad sea más baja.


No beber alcohol. Parece mentira que diga esto. Me gusta beber pero resulta contraproducente cuando escribo. Cada persona es un mundo. En mi caso, beber bloquea mi escritura, me produce somnolencia y me siento cansado a la mañana siguiente. Esto me sucede con un tercio de cerveza. Así que sólo bebo si no tengo trabajo que terminar. Los años no pasan en balde.


Optimizar el tiempo y las tareas. uso una libreta donde escribo cada mañana las cosas que quiero hacer durante el día. Eso me mantiene alerta para valorar el tiempo libre que tengo. También escribo un calendario de horas diario. En poco tiempo, mi cuerpo ha aprendido que de 20 a 22h tiene que escribir. No valen las excusas, ni las llamadas de teléfono. No soy tolerante con esto y así completo los capítulos.


Decir no. A las llamadas de teléfono banales, a las conversaciones que no llevan a nada y a la gente que se aburre. Acéptalo, a nadie le importa un carajo lo que hagas, por tanto, no lo va a entender, te va a robar tu precioso tiempo y eso no va a gustarte. Diferencia entre la gente que merece unos minutos y la que no.


Nada de lo que digo aquí es algo que no se haya dicho ya. No es fácil, pues requiere constancia y compromiso. Es aplicable a cualquier actividad. En internet hay muchos consejos de cómo escribir y unos cuantos libros sobre el asunto. A quienes escribimos, hay ciertas cosas que nos obsesionan. En mi caso, he dejado de leer sobre cómo escribir para, simplemente, escribir. Dedico a leer autores que me gustan para entender lo que hacen, pero como he citado en otros artículos, con leer un par de libros basta. La constancia ayuda a mejorar la creatividad, a ser mejores en lo nuestro.


Y tú, ¿qué haces para sacar el máximo rendimiento a tus días?

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 05, 2017 02:27

February 26, 2017

Treinta días con un escritor

[image error]


Tal vez haya sido recientemente cuando me he dado cuenta del momento en el que vivimos. En los últimos tiempos he sido muy reacio a las redes sociales, buscando la forma de alejarme más y más de ellas. Mi presencia, hasta el momento, es mínima, ya que siempre pensé que no eran más que un obstáculo contra la productividad.


Sin embargo, en los últimos meses he conectado con miles de personas -seguramente tú eres una de ellas- que han leído alguno de mis libros, los han comprado y han decidido escribirme unas líneas. Sólo entonces, he sido consciente del impacto de la red en mí, como persona, y de mi responsabilidad para dar a cambio.


Hace unas semanas lancé gratuitamente a las tiendas Caballero, mi última novela -te animo a que la descargues si no lo has hecho-, pero, cuando salió publicada, ya tenía entre manos lo que sería la última entrega de la primera trilogía de Gabriel Caballero, es decir: la tercera entrega de las islas.


Si no sabes de lo que hablo, no pasa nada. Descarga Caballero y disfruta.


Para esta historia, como persona que escribe historias, quiero experimentar mientras lo hago, devolviendo, de algún modo, el calor que me los lectores me habéis dado estos últimos meses sin pedir nada a cambio.


Para ello, voy a emplear la plataforma Instagram y su nueva funcionalidad Instagram Stories para documentar -por catalogarlo de alguna forma- el proceso de escritura durante treinta días: desde el 1 de marzo hasta el 30. La gente piensa que los escritores somos personas que escribimos cuando nos llega la inspiración. Ni de lejos.


Quiero mostrar abiertamente cómo es mi día a día, dentro y fuera de las historias de Gabriel Caballero; cómo me inspiro y cómo logro terminar las cosas. No sé si en terminado días habré terminado la novela. Tampoco sé cómo terminará toda esta historia.


Por tanto, si usas Instagram y tienes un perfil, te animo a que me sigas, a que me escribas y dejes comentarios cuando lo desees.


Instagram: @elescritorfantasma


Hasta pronto.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 26, 2017 12:26

February 8, 2017

Disfraces

[image error]


Ha pasado casi un mes desde la última entrada. El año entró como un alud de nieve y arrasó todo lo que vio por delante. Enero fue un mes largo, y digo fue porque ya queda lejos para mí. Volví a reencontrarme con Coltrane, con Miles Davis, con la literatura y conmigo mismo.


También tuve tiempo para regresar a Alicante y encontrarme con Gabriel Caballero en su máximo esplendor, hablar de Tony Soprano y beber vermú en una terraza del puerto marítimo. Un viaje heurístico a la creatividad que ha terminado en forma de libro, porque Caballero vuelve a dar guerra para rato.


Gracias a la escritura uno es capaz de viajar por los laberintos de la mente y los recuerdos, con la capacidad de completarlos gracias a los procesos de documentación. El escritor fantasma estuvo allí mientras escribía aquí, o eso quiero pensar.



Últimamente he recibido algunos correos electrónicos en los que me preguntaban si realmente era yo el de la foto, si escribía la correspondencia o si existía una persona llamada así. La primera reacción siempre es humana: ¿Por qué no habría de ser yo? Después, la cuestión toma asiento en la psique y a medida que me pierdo entre autobuses diarios, tranvías y espacios comunes, concluyo que no es una cuestión estúpida, en absoluto. Podría no ser yo, podría ser un amigo, un actor, un conocido. Podría ser un hombre de 60 años, un escritor negro, un mandado. Podría ser Gabriel Caballero haciéndose pasar por Pablo Poveda. Podría ser muchas personas al mismo tiempo y a la vez sólo una. Todos nos creamos nuestro propio disfraz, sólo es cuestión de encontrarse frente al espejo, entre las páginas de un libro, en un perfil de Instagram.


Internet me ha permitido estar en todas partes contigo bajo mis historias, a cualquier hora y eso es lo más alto que uno puede alcanzar escribiéndolas.


No me vas a encontrar en revistas, ni haciendo entrevistas en programas de televisión. Somos más de tres mil personas, pero seré yo quien toque a tu puerta.


Este mes llega algo nuevo, un regalo para ti. Sigue con atención tu bandeja de entrada y no dejes de leer.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on February 08, 2017 09:00

January 15, 2017

El Maestro: ya a la venta

prueba-elmaestro


Ya ha salido a la venta la tercera parte -y última- de El Profesor: EL MAESTRO. El episodio final que da cierre y fin a la saga ambientada en Varsovia.


Parece que fue ayer cuando empezara a escribir El Profesor, sentado en la misma mesa de la fotografía que hay abajo (si estás en mi lista de correo, la conocerás ya). En junio de 2015 salió a la venta la primera parte. No tenía ni la más ligera idea de que iba a ser leída por miles de personas. Un año después vino El Aprendiz, donde León regresaba de vuelta a Varsovia en busca de venganza. Para empezar 2017 llega El Maestro.


Después de diez años escondido, la vida de León se derrumba tras encontrar un mensaje: Komarnicki está vivo y quiere acabar con él.


No puede creerlo.


Está desesperado.


Necesita respuestas.


Desde Londres, Marcin, su hijo, recibe una señal: la espera ha terminado y debe regresar a Varsovia para llevar a cabo el plan de su abuelo.


Sin embargo, alguien ha puesto precio a su cabeza para que no lo haga.


El día del juicio ha llegado


Además de dar cierre a la historia, en esta novela nuestros personajes se mueven entre Varsovia, Breslavia y la Baja Silesia polaca. No quiero dar adelantos, pues las sorpresas se encuentran en el interior del libro. Espero que todos los seguidores de El Profesor terminen con gratitud el final de esta saga que ha marcado un antes y un después en mi trabajo.


a3dd8532-4d64-4b34-937c-d50eea8687ad


El libro, tanto en papel como en formato digital, se puede encontrar por el momento en Amazon. Si lees estoy ahora misma, tal vez estés a tiempo de entrar en el sorteo de un Kindle Fire o un lote de libros gratis. La información se encuentra en el interior del libro.


Enlace de El Maestro


Pasada la resaca del lanzamiento, ahora toca concentrarse y volver al trabajo. La próxima entrega será de Gabriel Caballero.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 15, 2017 07:38

January 9, 2017

La Varsovia de El Profesor

foto: fotopolska.pl

foto: fotopolska.eu


Quien haya leído un poco este blog -no es necesario haber leído mis libros antes- sabrá que El Profesor es la primera novela que escribí ambientada en Varsovia.


Lo puedes descargar gratis desde esta web o desde Amazon.


No pretendo reproducir a Larsson y su ruta por Estocolmo. Tan sólo deseo mostrar algunos de los lugares en los que la acción sucedió -digo en pasado una vez terminado todo- por si algún lector se encuentra perdida entre las calles de la ciudad.


Ya se sabe.

Google y la vida.

Nunca sabes qué acabas visitando.


[OJO, SPOILER]


foto de wawalove.pl


En el primer libro, León tiene una comida con Mateusz, su compañero de trabajo, en la que sucede algo que determina el rumbo de la historia. Ese restaurante cercano a la Plaza de la Constitución se llama U Szwejka y es un típico lugar de precios populares, cervezas de litro y carne, mucha carne.


Hay otros similares como Podwale (también en Cracovia).


 


foto de rp.pl

foto de rp.pl



A las espaldas -en dirección al parque Pole Mokotowskie-, se encuentra la emblemática Plaza Zbawiciela en la que León come rollitos de primavera con Anna en el Tuk tuk, o donde se deja caer -y yo también, cuando tenía su edad- para ir al mítico pub Plan B o la terraza del Bistro Charlotte (recomendado para tomar el desayuno entrada la primavera o el verano).



La Plaza Zbawiciela (o Plac Zbawiciela) se encuentra en el centro de la ciudad y ofrece una gran variedad de bares y cafés. Es de sobra conocida como uno de los centros culturales de la ciudad -y hipster, también-.


foto de wawalove.pl


Cerca de la famosa calle Nowy Swiat y regentado por los dueños de Plan B, se encontraba uno de mis clubes favoritos, Powiększenie (en la foto de arriba), ahora ya cerrado. Como muestra, una foto. Quienes recuerden la novela, entenderán el significado de este lugar.

Sin irnos demasiado lejos del centro y bajo el Palacio de Cultura y Ciencia, se encuentra otro de mis bares favoritos -y a los que voy ya poco-. El Café Kulturalna. Allí tuve la oportunidad de ver a los americanos Bad Sports en directo. Más tarde, decidí incluirlo en la novela.


fisty photography

fisty photography


Finalmente, saliendo del barrio, uno de los lugares a destacar es el Bar Korona, no por atractivo turístico sino por el simbolismo que aporta a la saga. Se trata de un bar de leche -como llamaban en el socialismo a los locales de comida casera a precios populares-.


Foto: pewex.pl Bar de leche o bar mleczny, típico en el Socialismo. Auto-servicio.


Situado en el barrio de Ochota cerca de la iglesia que hay en la calle Grójecka, fui asiduo a este bar durante una temporada que trabajé fuera del centro. El lugar, escueto, regentado por octogenarios de muy buen humor y la gracia de regresar a los 50 sin haber viajado en el tiempo. A lo largo de las tres novelas hago referencia a este tipo de locales que poco a poco, son reemplazados por las cadenas de comida rápida. En la fotografía se puede ver un menú.


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 09, 2017 11:39

January 6, 2017

Minimalismo, labor y escritura

foto de nowahistoria.interia.p

foto de nowahistoria.interia.pl


Escribir una novela en diferentes soportes me ha demostrado, una vez más, la importancia de una actitud minimalista, es decir, de llevar su máxima a todos los aspectos.

Voy a explicar por qué.


En 2010 escribí mi primera historia en MS Word. No fue demasiado duro.

En 2013 escribí mi tercera novela en Scrivener.

En 2015 regresé a LibreOffice y me di por vencido con la sofisticación.


Sé que otras personas usan programas para escribir, tomar notas, hacer fichas…

Cada uno es libre de hacer lo que le resulte más cómodo.

Lo que mejor funciona para mí es la simplicidad: un procesador de palabras, un contador de éstas y agilidad en el formato.

MS Word podría ser una buena opción si no se colgara y si no arrastrar tanta mierda (que no vemos) en su formato.

Pages de Apple es una alternativa de pago.

LibreOffice es una buena opción aunque todavía necesita recorrido.


Como ya he publicado en otras entradas, para escribir uso una tableta Acer con Android, un Macbook (nota: no necesitas un Macbook para escribir) y un cuaderno de notas de papel. Debido a la movilidad, necesito usar un procesador que sea compatible: Google Docs, JotterPad o cualquier aplicación que te permita guardar en texto. ¿Por qué?


Si eres como yo y te gusta tener el control de la edición, al editar la maqueta del libro, todo debe ser convertido a formato de texto plano. Sí. TXT. El de toda la vida.


El texto plano ocupa poco espacio y es fácil de manejar.


Cuando escribo una entrada, abro un documento en el bloc de notas, copio y pego el contenido en la entrada.


Espacio. Claridad. Simplicidad. Cero distracción.


***


Supongo que me convertí minimalista cuando hice mi Erasmus.

Pasé casi un año en Riga, viví en una Kommunalka como muchos otros. Un apartamento soviético, funcionalista, escueto. Aprendí a entender el espacio, reducir mis posesiones y que menos, en muchas ocasiones, era más.


Cuando me mudé a Polonia en 2013, pasé por varios apartamentos minúsculos y aprendí a encontrar espacio en 40 metros cuadrados.


Me costó al principio.


Comencé a deshacerme de cosas que no utilizaba por falta de espacio.


Pronto me adapté.


Quien haya vivido en algún país ex-soviético sabrá de lo que hablo.


Hoy, todos quieren apartamentos más espaciosos -quizá porque los antiguos bloques les recuerden a un pasado trágico, pobre y oscuro-. Entiendo que convivir en familia en un apartamento de 40-50 metros ha de ser duro.


En lo que a mí respecta, me ha cambiado la forma de ver la relación entre felicidad con:



El espacio.
El dinero.
Las necesidades.
La idea de éxito.
El consumo.
Los problemas.
La vida diaria.
El ser humano.

El minimalismo está lejos de ser una moda.


Vivimos en un momento tecnológico donde aparatos, cada vez más pequeños y baratos, permiten hacer más con menos.

De forma remota.

De forma ilimitada.


Entonces, ¿por qué hay todavía problemas de ansiedad?

Tenemos la tecnología, pero no sabemos cómo usarla -hay cosas que yo tampoco- para sentirnos realizados.

La felicidad no reside en un ‘me gusta’, ni en la validación, ni en los amigos de Facebook.


La realización personal reside en ser de utilidad alguna para otros = labor.

Desear, aspirar, alcanzar.

Y repetir el proceso.

Escribo historias para entretener, despertar a otras personas o incluso llevarlas a otras vidas, lugares, experiencias.


No se trata del dinero. Siempre lo he hecho por placer, buscando la forma de encontrar tiempo y espacio para escribir, para hacer llegar mi mensaje más y más lejos.


No comencé a vender miles de libros hasta 2016.


Para ello tuve que sacrificar muchas cosas. Pero todavía me queda mucho camino por delante.


No digas que no sabes qué hacer con tu vida.


Sí que lo sabes, pero estás pensando en el dinero, en las necesidades, en el éxito, en el consumo, en los problemas, en la vida diaria, en la opinión que los otros tendrán de ti.


Pastilla roja o azul.


Decidir siempre depende de ti, siempre.


No puedes culpar a otros: sólo a ti.


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on January 06, 2017 08:52