Pablo Poveda's Blog, page 30
June 2, 2019
Leer es magia

Este mes de junio será especial por muchas cosas. No me gusta tener expectativas, porque nunca sabemos lo que puede suceder, aunque intento marcarme objetivos.
A primeros de mes, mientras ordeno las facturas y hago balance de lo sucedido, preparo una cafetera, me siento frente al cuaderno de notas y escribo lo que quiero alcanzar. Me hubiese gustado que Invisible (la séptima entrega de Don), hubiera salido en mayo, pero decidí tomarlo con calma, no apresurarme, porque es la novela más larga de toda la serie y un punto y aparte en su historia -como vengo diciendo últimamente-.
Estos días trabajo con intensidad corrigiendo los últimos cabos de la historia, una trama que me ha vuelto -sinceramente- loco mientras la escribía, casi tanto como al personaje principal.
Escribir me evade y me lleva a otros mundos, pero también me hace sentir, empatizar y recordar momentos del pasado. Las historias están llenas de instantes de nuestra vida, de la vida de quien escribe, pero también de quien lee.
Nos gusta leer por vivir otras experiencias a la vez que reflexionamos sobre las que guardamos en el recuerdo. Me siento satisfecho, es domingo y estoy dispuesto a seguir trabajando en la última corrección. Después le diré adiós a los personajes, hasta la próxima vez, como cuando nos despedimos de alguien que solo nos visita por Navidad.
Me muero de ganas por que sea vuestra, por desprenderme de este libro y hacerlo libre para siempre. Durante mayo leí bastante, más de lo habitual, porque soy humano y nutrirme de las obras de otras personas enriquece las mías. Al menos, lo pienso así.
Ha sido un fin de semana casero después de un mes de salidas y nocturnidad. Ayer me decían que debía salir, tomar unas copas y vivir la vida. Sonreí, pues no puedo vivir más -creo-, aunque me quede en casa. Siempre lo hago, dentro y fuera.
Somos tan afortunados por ser capaces de leer, de imaginar, que me abrumo al pensar que hay tanta gente que se está perdiendo tal excelente experiencia. En fin, supongo que todo llega, o tal vez no.
Sin duda, las palabras son magia.
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Pablo Poveda, periodista y escritor de novelas de ficción. Creo en la cultura libre y sin ataduras. Si te ha gustado este artículo, conectemos: te animo a que te suscribas y descargues gratuitamente una de mis novelas.
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May 31, 2019
Saber esperar

Mayo se da por concluido. Celebro el último día del mes como la despedida de algo, el inicio del ecuador del año, el balance que siempre hago cuando llega este momento. Llevo cuatro años seguidos, sin pausa, dándole la bienvenida al verano en cuatro lugares diferentes, en dos países y tres regiones de España. En ninguno de los casos, planeé que fuera así, pero me adapto a los cambios, recibo con gratitud las oportunidades y mi ausente apego por la comodidad siempre me ha empujado a seguir adelante. En cuatro años cambian las caras, los olores de la calle, los atardeceres, los pensamientos y las notas que llenan los cuadernos.
Este mes he llegado a las treinta primaveras, un número redondo que, para muchas personas, significa algo, aunque para mí sólo sirva para darme cuenta de que me han salido un montón de canas, de que el cuerpo ya no tolera ciertos excesos y de que estoy en la carrera adecuada.
Hace unos días, me preguntaban cómo habían sido mis inicios. Eché la vista atrás, recordando como si fuera ayer, y me di cuenta de que llevaba siete años averiguándomelas para entender la alquimia de convertir las palabras en oficio. Estoy en un momento dulce, de esos que se mencionan cuando hay que animar a alguien. Miro al horizonte y siento que me queda mucho por hacer, que ni siquiera he llegado a la casilla de salida, que todo ha sido un entrenamiento duro, pero necesario. Hace siete años, soñaba con esto, pero si me hubiesen contado la verdad, quizá me habría desanimado. Ser tozudo tiene sus ventajas y con el tiempo fui perdiéndole el respeto a lo inmediato, a las comparaciones y a los juicios hirientes que hoy me importan más bien poco. Aguantar los golpes, los tuyos y los de tu entorno, te ayuda a tener más correa, a ser paciente, a prepararte para no perder el rumbo, a ser menos imbécil.
Porque la lección más valiosa es que, aunque todo se fuera al cuerno y tocara mover ficha, lo aprendido no se olvida. Y no hay nada más poderoso que levantarte cada día sabiendo que, si lo has hecho una vez, puedes hacerlo de nuevo.
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May 29, 2019
Relatos de vida
Los días pasan sin darme cuenta y cuando salgo a la calle siento que el verano ya está aquí. Aunque el mar no esté cerca, la brisa tiene ese olor típico de los días calurosos, anochece a horas indebidas y el perro saca la lengua más de lo habitual. Días que pasan mientras recorro Madrid de punta a punta, guiado por las indicaciones de mi hermano, por las anécdotas -suyas- que hay detrás de cada esquina, pero también por lo que me cuentan mis amigos, por lo que leo en libros del pasado o por los afortunados descubrimientos del azar. Pronto haré un año que llegué a la ciudad, aunque tengo la sensación de que han sido un puñado de semanas largas. La conversación se traslada a las vacaciones, término que hace tiempo que desconozco, quizá porque sea incapaz de desconectar del todo o porque he transformado el trabajo en labor, en un calendario idílico. A veces, no sé a dónde ir porque estoy donde quiero.
Las buenas noticias se suman, aunque poco pueda decir de ellas por cuestiones legales, así que me limito a seguir escribiendo, a tomar café en la barra de un bar del casco antiguo, en un clásico de Ibiza o Chamberí, en la mesita brillante del Hesperia o en una de esas franquicias con terraza que sólo valen para eso. Me deleito con los detalles, con las fotos de quienes ya estuvieron antes. Después de las seis, cambio de hábito, me dejo llevar, la conversación fluye aunque las piernas flaqueen y me quedo con frases, ideas que recuerdo más tarde y que anoto en ese cuaderno de tapa negra que releo cuando la autoestima está en horas bajas.
Llegamos a la conclusión de que la privacidad es el nuevo lujo, que no hay que contarlo todo, porque nunca a nadie le ha interesado el todo, sino lo justo para llenar con la imaginación el vacío que nos queda.
De repente, me veo en una foto y pienso en las pocas que hago, que hice y que haré. En ocasiones, una instantánea es suficiente para contar una historia llena de relatos cortos.
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May 23, 2019
Sumar y restar

Soy una persona agradecida. No me puedo quejar por nada, ni ahora, ni antes. De hecho, siempre he pensado que quejarse sin hacer nada al respecto, es una pérdida de tiempo. Para mí, la vida es mente, al menos, la que nos formamos.
Me viene a la mente la imagen de Matrix 2, en el oráculo, cuando el niño le dice que es él quien se dobla, no la cuchara. Pero hay quien no logra entender esto en toda una existencia.
Hace unos días, tras la tercera taza de café y el repentino parpadeo en el ojo izquierdo, producto de la cafeína, di con un artículo del New York Times que me llevó a suscribirme a un programa para desintoxicarme del teléfono. Lo primero que pensé era que no iba a funcionar conmigo, pero lo que yo me había impuesto tampoco lo había hecho. Después de todo, mi problema no es el teléfono, sino el tiempo que pierdo dentro del agujero negro llamado internet.
Desde un tiempo atrás, intento deshacerme de todo aquello que pueda contaminar mis pensamientos. Alejar el teléfono de la mesilla de noche y sustituirlo por un despertador ha sido una gran mejora. Ya no digiero la bilis de las redes sociales antes del desayuno. Ya no leo las noticias que me ponen de mal humor antes de empezar el día. Lo que sí llevo haciendo un tiempo es madrugar lo suficiente sin que suene la alarma, ejercitarme durante unos minutos para poner en funcionamiento el organismo, dejar mis primeros pensamientos de la mañana por escrito, leer una hora el libro que llevo entre manos mientras sale el café y dar un paseo antes de sentarme a escribir.
Después, mi objetivo es dedicar el resto del día a escribir. Y, cuando termino, tomar café, pasear por la ciudad, verme con quien quiero emplear mi tiempo y, por qué no, procrastinar en la red. Lo llamo prioridades.
Esta es mi rutina y cada persona tiene (o debería) la suya, una que funcione, una que le haga feliz. Parece que se suponga que debamos resolver nuestra vida a los 29 o 33 años, cuando me temo que a los 40 o 50 tampoco se tiene claro.
Puede que haya llegado a los treinta con otros aires, que sea verdad que lo de cumplir años nos cambia. No lo sé, no trasciende demasiado.
Pero sí sé es que deseo centrarme en lo importante, en lo que para mí es relevante y me nutre a diario. Dedicar tiempo a eso y dejar a un lado lo demás, pese a que tengamos la sensación de que nos estamos perdiendo algo. Porque no es así.
Entender lo que suma y resta. Porque no somos parte de la operación matemática, sino el resultado de ésta.
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May 22, 2019
La importancia de los básicos

Vuelta a lo básico, a la pantalla de diez pulgadas y al teclado que no ocupa más espacio que mis dos manos juntas. Café recién hecho sobre la mesa. Es el tercero del día, pero parece que hoy la cafeína no hace efecto. Leo, por enésima vez, ‘El juego del escondite’ de Patricia Highsmith y aprovecho para fijarme en aquello que pasó desapercibido la última vez. La imagino escribiendo a máquina, golpeando con fuerza cada letra. Intento colarme en su mente, pero para eso ya está su otro libro, el de ‘Suspense’, el manual infravalorado (u olvidado) que supera, en mi opinión, con creces al de Stephen King.
El polvo se acumula en la mesa, así como las horas que llevo sin escribir una maldita palabra. Pero hoy terminará esa racha, la mala, porque la buena sólo acaba de empezar. De vez en cuando es importante regresar a los inicios, a los básicos, a recordar los días en los que la fuerza no se iba por la boca.
Pienso en el pasado, en los logros e intento buscar la imagen que me devuelva ese momento de excelencia infinita. Después me pregunto si de verdad existió tal cosa, si no me sentía como hoy.
No importa. Lo hice, lo vuelvo y lo volveré a hacer. Es mi naturaleza.
La mayoría de gente se relaja cuando todo marcha como esperaba, cuando la bonanza llega a sus vidas. Se aburguesa poniendo la atención en otras cosas livianas, mundanas, banales, y se vuelven débiles, frágiles y superables. Entonces, ¿cuándo se descansa? ¿Realmente existe esa pregunta? Demasiadas fotos de yates en Ibiza, de piñas coladas en Mikonos. ¿Acaso el perro que duerme a mi lado descansa? Siempre en guardia, aunque suspire con los ojos cerrados. Siempre atento al menor ruido, dispuesto a defender lo que es suyo. Y no somos tan diferentes, aunque hayamos inventado un sofá y una manta para protegernos en invierno. Hay que moverse más rápido, no somos árboles.
Como decía uno de los hermanos McDonald’s, la velocidad es el juego.
Siento la cafeína recorrer los dedos, el tic en el párpado izquierdo y el picor en la barba.
Cientos de metáforas, de símiles, de frases hechas se cruzan en mi cabeza. Me quedo con una: ataca mientras puedas, pero ataca el doble cuando puedas.
Hasta final de mes, tenéis Odio (la primera de Don) a 0,99$ en Amazon y La Isla del Silencio (Caballero #1) a 1,99$. Por supuesto, todas también en Kindle Unlimited.
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May 21, 2019
No soy un optimista, sólo aprecio

Hoy me he despertado antes de que sonara el despertador con la voz de PJ Harvey cantando para mí, esa mujer que convierte en rock cada sílaba que sale por su boca. Estos días me siento como Han Solo pilotando el Halcón Milenario a través de una galaxia que no parece tener fin. Algunas mañanas, la jaqueca se apodera de mí sin razón alguna, pero no le doy tregua y me siento frente al teclado.
Cada día que pasa soy consciente de lo importante que es ser y estar agradecido. A menudo perdemos el enfoque y nos centramos en lo ilusorio, lo banal, olvidándonos de lo que realmente prima o debería hacerlo. El tiempo nos ha hecho inmunes al pasado que escribieron otros, pero seguimos sufriendo cuando no podemos sentarnos en la terraza de ese lugar de moda.
Cada mañana, antes de sentarme a escribir, me deleito en este océano de información llamado internet. Recuerdo los días, a principios de 2000, cuando me conecté por primera vez. Casi veinte años después, sigo haciendo lo mismo.
Después del café, de la lectura matinal del libro que toque y del paseo del perro, me pierdo un par de horas en busca de algo nuevo, de sonidos que nunca llegué a disfrutar, de anécdotas históricas a golpe de ratón.
Me nutro, tomo aire, tiro del hilo y pienso en lo mucho que me gustaría viajar a esos lugares para ver, tocar, sentir y llevarme un trozo conmigo. No me atrae viajar porque sí, para contarlo. Prefiero que me lo cuenten otros. Escuchar está infravalorado.
Caigo en la cuenta de que nunca debemos dar nada por sentado, ni lo bueno, ni lo malo. En el fondo, la mayoría de cosas que nos acontecen poco tienen que ver con lo que decimos o hacemos, pero siempre nos queda lo que pensemos de ellas y cómo actuemos en consecuencia.
Duermo bien, digamos que mejor que nunca, y eso es de agradecer porque no siempre fue así.
Yo soy de los que prefiere ver la copa llena. Si es de tinto, mejor que mejor. La gente está más bella cuando sonríe.
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May 20, 2019
Mis libros en orden
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Hoy sólo escribiré una entrada informativa. Dado que Amazon.com ya no permite agregar libros a las series que están escritas en español (y en Amazon España no se pueden crear series), he estado recibiendo algunos correos donde me preguntaban cuál era el orden a seguir a la hora de leer mis novelas. Aunque están todos en la sección libros, no pierdo nada poniendo aquí los enlaces ordenados.
Espero que sirva de ayuda. Gracias por seguir leyéndome.
Serie Gabriel Caballero
Serie Don
Invisible (Próximamente)
Serie Rojo
Trilogía El Profesor
Otros:
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May 19, 2019
Muescas

Domingo de preparación para lo que viene por delante.
Hoy me puedo permitir el lujo de darle rienda al ocio, al placer de hacer clic aquí y allá. Internet es una ventana al mundo, a los deseos de nuestro subconsciente.
Encuentro lugares bellos, perfectos para mí; sitios que nunca habría imaginado si no fuera porque alguien se molestó en fotografiarlos. Prefiero pensar que gracias a ello, ahora sé que existen, en lugar de deprimirme por no estar allí.
Prefiero pensar que, ahora que tengo la imagen en mi cabeza, me puedo acercar más a lo que deseo. No me importa si no es real, si sólo se trata de una fantasía para vender interiores. Todos las fantasías son ficciones hasta que las hacemos realidad.
Domingo de cansancio físico, que no mental; de enfrentarse a un lunes con fuerza y no con desidia.
Hoy cocinaré para mí, porque también lo merezco. Hoy intentaré dejar otra muesca en esta larga madera llamada tiempo.
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May 17, 2019
Respiros que da la vida

En ocasiones, la vida te da un respiro y estos días me lo está dando a mí. Bajan las temperaturas, la brisa helada se cuela por la ventana y me doy cuenta que llevo unos días atascado con esa historia que sale, pero no como me gustaría.
Conozco esta sensación, así que separo las manos del teclado y preparo café, me doy un respiro. Volveré más tarde a por ti, me digo, como quien va a la oficina de alguien y le dicen que ha salido a almorzar.
Sin embargo, no me siento del todo relajado, y eso lo noto en mi estómago, que es el mayor foco de preocupaciones. Una persona, a la que sigo desde hace años, suele decir que hay que atacar con más fuerza cuando estás en tu mejor momento. Es muy sencillo dormirse en los laureles, dejarse atrapar por la vorágine de la felicidad y flotar por un momento mientras tu alrededor sigue trabajando.
Me ocurrió en el pasado y supongo que lo volverá a hacer, pero este no es el momento y lo tengo más que claro.
Ayer leía una columna que hacía mención a las series, a Juego de Tronos y cómo una persona podía quedarse fuera de la conversación si no estaba al día.
Reflexioné y pensé en los temas que suelo hablar con quien me rodea. Rara vez entran las series y mucho menos las de actualidad. A veces, alguna película, discos, un libro que estamos leyendo… Por mi parte, me temo que vi todo lo que creí necesario cuando estudiaba en la universidad, pero después perdí el interés. De cuando en cuando veo alguna que otra película concreta y normalmente repito series que ya he visto o que me interesan por algo en concreto, como quien juega al Super Mario después de muchos años.
Por supuesto, tanto quien las ve como que no, desde mi punto de vista, hace lo correcto. Internet posibilita encontrar a gente que quiera hablar de lo mismo.
Esa no es la cuestión.
Lo importante es dar espacio a la persona, sin excluirla por la válvula de escape que haya elegido, sin darle lecciones de moral por lo que consume y disfruta.
Desde mi punto de vista, es más importante valorar qué clase de persona es, su pensamiento, lo que tiene que decir (si es que posee algún discurso); preocuparse por su felicidad porque, en realidad, el resto nos importa un carajo.
Aquí todos libramos mil batallas cuando se apaga la pantalla. Unas más duras que otras, pero ninguna exenta de sufrimiento. Cuando me abrumo, salgo a la calle, respiro aire fresco y me doy una bofetada de realidad. Los problemas se esfuman, la conciencia colectiva es otra y la conversación deja a un lado el despotismo de quienes se esconden en perfiles anónimos.
Por eso, cuando la vida te da un respiro, hay que seguir caminando, agradecido, pero caminando.
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May 16, 2019
Paradigmas
Hoy tengo la intención de ser breve y derrochar algo de honestidad, como siempre, aunque un poco más de lo habitual. Esta mañana he quedado con un buen amigo que conocí gracias a este mundo de los libros y con el que me reúno cuando la vida nos deja. Conducir por Madrid todavía se me hace raro. A pesar de haber cruzado las carreteras europeas (unas mejores que otras), siento la frescura de perderme en cualquier momento. Hemos tomado algo en su barrio, he lavado el coche (al fin) y me ha hecho una pregunta que me ha hecho reflexionar durante el camino de vuelta.
Últimamente estoy viendo de nuevo Los Soprano, una gran serie de la que nunca me canso y con la que me identifico en muchas cosas. Sin embargo, esta vez resuena en mí un mensaje: la importancia que le damos a ser alguien dentro del grupo. No recuerdo dónde, leí que los escritores somos personas con un gran ego que necesitamos de la aprobación de otros para no perder la cabeza. Bien, puede ser, aunque debo decir al respecto que en este mundo todos morimos del mismo modo.
Hace unos años (fue progresivo) tuve que lidiar con la basura psicológica que conscientemente o no, me metí en la cabeza, poco a poco, idealizando mundos que poco se ajustaban a la realidad. Por suerte y tras varios topetazos, caí del burro y comencé a ver las cosas de otra manera, a entender el éxito como otra palabra del vocabulario que usamos para marcar los límites de nuestras referencias.
En 2019 está ocurriendo un cambio de paradigma en todos los ámbitos y, quien no quiera verlo, es su problema. Desde 2015 estoy escribiendo en este blog acerca de ello, de mis pensamientos, de mi experiencia, de mis victorias y derrotas acumuladas. Sigo diciendo que es el mejor momento para convertirla en un modo de vida, no voy a mentir. Otra cosa es que estemos dispuestos a lidiar con nuestros propios demonios, a aceptar la cara menos simpática de este ámbito y a tomar la pastilla roja o la azul.
La roja duele al principio, pero sabe mejor al final.
Por ello, para quien tenga curiosidad en la escritura, en la publicación 2.0 y en los tejemanejes del mundo virtual, ya ha salido la segunda parte de la entrevista que hice con Ana Nieto en su podcast. Aquí abajo están los enlaces:
Parte 1
Parte 2
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