Pablo Poveda's Blog, page 16

July 28, 2020

Genios

woman in red t-shirt and black shorts standing on brown wooden floor


Al fin logro adecentar mi nuevo lugar de trabajo. No necesito mucho, pero tengo que sentirme en sintonía para que las palabras funcionen. Por el balcón, ahora veo otras caras, otros coches, otra luz. Cambiar de aires también me hará cambiar de parecer, absorbiendo otra manera de entender la vida, a la vez que comprendo la idiosincrasia de mis nuevos vecinos. Estos días leo a Camus, pero también a Dicker, y estudio el momento en el que Picasso pasó de ser un pintor a un artista. Cada pieza de contenido que creamos, cada mensaje que publicamos, forma la imagen que damos al mundo. En las redes como en la vida real, somos nuestra propia obra de arte, y sin una base contundente, sin unos pilares que mantengan el resto, es difícil transmitir un mensaje que no sea confuso y vacío. Nacemos únicos, ansiamos pertenecer al grupo y, al final, terminamos adorando a quien destaca entre la multitud. Somos únicos, pero nos cuesta muy poco dejar de serlo. Y es entonces cuando la genialidad se apaga. La autenticidad siempre ha tenido un alto precio porque no todo el mundo se atreve a mirar hacia dentro.


La entrada Genios se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 28, 2020 23:28

July 22, 2020

Grises como cenizas

cars on road during night time


Estos días me cobijo en Davis más que nunca. De repente, tengo demasiadas distracciones a mi alrededor como para concentrarme en algo serio. El calor amodorra las tardes y calienta tanto las aceras que ni el perro quiere salir a pasear. Por las noches, cuando escapo de la rutina, me acompaño de algún ángel dorado de pecas y piel morena y pido un whisky con hielo en una terraza de Las Vistillas, del Madrid castizo, rodeado de gente guapa y joven que sonríe y brinda, a pesar de que las cucharas salgan de las profundidades a causa del calor. Todo parece perfecto hasta que vuelve a amanecer. Todo parece una foto de esas que se publican en Instagram, un momento difuso y fugaz del que me niego a formar parte.


Doblan las campanas, todavía no es mi hora, aunque el momento está a punto de llegar. Lo que antes me producía curiosidad, ahora me aburre, y eso hace la situación aún más divertida. Con el tiempo, me he dado cuenta de que la clave de todo está en la narrativa, en tener un relato que contar en las diferentes áreas de nuestras vidas y no sólo en trescientas páginas de papel. Es incompatible actuar como alguien único y desear ser una persona normal de lunes a domingo. A veces, el talento no es suficiente. Quien no es capaz de despertar el interés de otras personas, su carrera está abocada a la defunción. Y ya sea en el amor, en las artes o en el día a día, eso es lo que nos aterra a la mayoría.

Por esa razón y muchas otras, hay que mantener esa llama viva, para evitar la condena de convertirnos en seres grises y predecibles, como un montón de brasas que ardieron y ahora no son más que ceniza.


La entrada Grises como cenizas se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 22, 2020 02:48

July 20, 2020

Nadar

woman in black swimming goggles in water during daytime


Un verano atípico, lento, pero también fugaz. Un verano madrileño, de cambios, de cierre de capítulos y de desatender ciertas disciplinas para ocuparme de otros asuntos. La vida, en ocasiones, es así y no hay que darle más vueltas, ni sentir frustración por aquello que no somos capaces de hacer. Toca seguir nadando, con rumbo firme, manteniéndonos a flote, aunque parezca que no haya ninguna boya cercana a la que agarrarse. Por todo esto y otras razones, hace un par de semanas lancé un pack con la trilogía de Dana Laine, para que todo el mundo la pudiera disfrutar en verano, del tirón y sin pausa. Estoy contento, aunque un tanto cansado, pero esa es otra historia. El misterio de la familia Fonseca sigue aguantando en el top de los más vendidos, a pie de cañón, encarando la recta final de agosto. Un hecho que ha llevado a plantearme ciertos temas con relación al futuro y a mi escritura. El verano siempre es el mejor momento para reflexionar sobre el cambio de fase, un cierre que veía venir y que he corroborado con este libro. ¿Será que vivo en un eterno estío? Puede ser, y no me importaría hacerlo.


Estoy aquí, aunque nadie me vea. Sigo nadando, aunque el mar sea de asfalto incandescente y las olas se conviertan en bloques de ladrillo rojo.


Mientras tanto, disfrutad de este periodo.


La entrada Nadar se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 20, 2020 23:37

July 6, 2020

De historias y quimeras

white convertible car parked beside palm tree during daytime


Construir un sueño, requiere tiempo. Estos días disfruto del aire húmedo de la Costa Blanca, del paisaje de palmeras y secarrales que pueblan el interior de la provincia. Estos días disfruto, en general, de mi sangre y de un entorno que siempre está conmigo. Pero también hay tiempo para trabajar. Uno nunca llega a desconectar del todo. El comienzo del verano suele recordarme al final del curso académico. Por alguna razón, la repetición de los ciclos se queda arraigada a las costumbres y no encuentro otra forma de sentir la llegada del mes de julio. Desde que me dedico a la escritura, suelo aprovechar este hiato de evasión para plantearme en qué momento de mi carrera estoy y hacia dónde quiero ir. Medir los tiempos, cambiar de marcha y auditar lo que llevamos caminado, es más que necesario si queremos seguir en la senda. Hace dos años (aunque parezca que fue hace una década), me preparaba para encarar el Premio Literario Amazon con la novela El Doble. No lo gané, pero logré ser finalista. Para mí, fue todo un logro. Desde entonces, han cambiado tantas cosas que soy incapaz de enumerarlas de memoria. Dos años de aventuras, de aprendizaje, de fracasos, de experimentar… pero también dos años de diversión y trabajo sin freno.


Los planes han cambiado, como también lo han hecho la tecnología, la vida, el mundo en el que habitamos. Nunca me ha gustado demasiado el término escritor, por todas las connotaciones que arrastra y lo mucho que limita a quien se le etiqueta con éste, aunque entiendo que haya que llamar de algún modo a quienes contamos historias. Disfruto, como el que más, escribiendo y leyendo, pero también lo hago escuchando a Chet Baker, desayunando con en un viejo hotel costero con vistas al mar, comiendo una cazuela de mejillones al vapor con la compañía de un buen amigo y una botella de vino, y perdiéndome en los ojos negros de una bella desconocida al atardecer. Yo a todo esto lo llamo la bona vida, el savoir-vivre que dirían los franceses. Y todo eso, queda entre las páginas, como una mancha de tinto en la camisa, como el gusto amargo de un café a media tarde. Porque sin una cosa, no existiría la otra, al menos para mí.


Sin historias, no habría vida, y sin vida tampoco podría fingir que me invento lo que escribo.


Por eso, construir un sueño lleva tiempo, porque uno nunca sabe si es real o no lo que ve, mientras lucha contra el ruido y las sombras de quienes se rindieron antes de hora; quienes optaron por otros caminos diferentes al nuestro. Lleva tiempo porque nunca sabremos si llegará aquello que tanto anhelamos aunque, al final del camino, esto sea lo que menos importe.


Cada forma de ver la vida es diferente y eso es lo que nos hace únicos. Cada cierto tiempo, la sociedad nos recuerda que la vida es corta, pero todos olvidan que si no cuidamos de nuestras propias quimeras, otros lo harán.


 


La entrada De historias y quimeras se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 06, 2020 00:12

July 1, 2020

Tener un plan

man riding horse statue under blue sky during daytime


Julio, calor a manta y Mediterráneo. Me siento como el protagonista de una de mis propias novelas. El mar, los viñedos, la familia, los arroces… todo está cerca. No son vacaciones, ni tampoco una visita obligada. Más bien, como todos, necesitaba un respiro, un cambio de aires, además de atar algunos cabos que el confinamiento me había impedido gestionar.


Ayer estuve corriendo por el interior de la provincia, entre almendros y con un sol justiciero que me calentaba sin piedad el cuello. Este año, todo está más seco de lo habitual. Me di una vuelta y pensé en los años anteriores, en los meses de cosecha literaria, en cómo sembraba cada tarde los frutos del presente, recordándome a diario todo lo que tenía por delante.


Después de un año, me he dado cuenta de que es el mejor momento para vivir de la escritura. Esto no va de tener seguidores, ni de estar las veinticuatro horas promocionándote, ni tampoco de ganarte la aprobación de una editorial. Ni hablar de la suerte. Esto va de tener un plan grabado a fuego. Por supuesto, has de tener un puñado de buenas historias escritas y otras tantas por escribir, pero antes debes tener un plan que alimente todo lo demás.


Tarde o tempano, la música suena.


Es placentero oír las primeras notas.


 


 


La entrada Tener un plan se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 01, 2020 10:09

June 17, 2020

Luciérnagas

brown concrete building under cloudy sky during daytime

Los faros de los coches brillan en la noche, a lo lejos, como dos luciérnagas. Leo a Ortega y Gasset en una tarde calurosa de junio. Un autobús, casi vacío, cruza con saña la calle de Ferraz. Me tomo la última y me voy, digo en voz alta, aunque lo último que deseo es regresar a casa. La brisa corre en una terraza más concurrida de lo habitual. Todavía no nos atrevemos al cambio, que no es otra cosa que regresar a lo que hacíamos antes. La gente comenta temas a los que ya no pongo atención. Prefiero a los que guardan silencio y leen un libro, o su aparato electrónico, llevándose a la calle esos pequeños placeres que parecían imposibles. No quiero escribir sobre personajes que usan mascarillas. Quiero quedarme en una línea de espacio temporal, paralela, donde las desgracias eran otras y los prejuicios se volvían más turbios. Y quiero que la línea siga de manera interminable, con la certeza de que nos volveremos a cruzar.
Pero, si algo he aprendido es que da igual lo que yo quiera. Lo único que importa es que estamos aquí y que la imaginación es un lugar sagrado, poderoso, pero también fácil de ocupar si no llevamos cuidado. Vivo los días con optimismo, contento porque no he dejado de teclear, pese a los contratiempos y a las ganas que puedan tener muchos por provocarnos un dolor de cabeza. No pasarán, dicen, y eso mismo me repito. Nadie pasará de mi frente hacia dentro. Llevo muchos años forjándome entre el frío y la oscuridad. Así que me encuentro feliz, por estar donde me gusta, entre la primera línea de combate y el último párrafo de acción, cerca del ritmo y lejos de la discusión repetitiva. Feliz por, una vez más, por tener el lujo de observar, aunque prefiera otros paisajes, para empaparme de sensaciones y después trasladarlo a la página.
No soy pintor, pues tan sólo junto palabras y, aunque lo mío no sean cuadros y tal vez no sea capaz de pintar lo que veo, sólo deseo que se vea una parte de lo que escribo.




La entrada Luciérnagas se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 17, 2020 00:54

June 13, 2020

Continuar peleando

people walking on sidewalk near buildings during daytime


Fotografía de Jhosef A. Cardich Palma


Días raros. Caminar en hora punta por el centro de Madrid, me produce una pesadumbre que muy pocos logran entender. La Gran Vía, nuestro Broadway castellano, ha perdido su alma, las sonrisas, el trasiego de los que vienen y van siempre con prisas. Paso por uno de los bares míticos de la calle. El camarero espera en la puerta a que alguien entre, ya que no tiene terraza. Pocos se atreven todavía.


No suena jazz, ni el saxo de Bernard Herrmann en Taxi Driver. Esto sigue pareciéndose más a Abre los Ojos de Amenábar, que al Crack de Garci. Una pena, pienso mientras subo hacia San Bernardo, cruzándome a toda esa gente que cubre sus rostros como yo. Malasaña es otra historia. Una historia peor, supongo. El reino de cada uno por una cerveza en una mesa de aluminio. Las mascarillas desaparecen y, quienes tienen el privilegio de poder sentarse en la plaza del 2 de mayo, beben sonrientes, sin mascarillas, hasta que se pone el sol, rodeados de quienes también lo hacen, y lo habían hecho siempre, en el parque, en los bancos, en el suelo. A escasos metros, en la puerta de la iglesia, se sonríe menos, pero se espera durante un buen rato a que la caridad siga entregando alimentos a quienes los necesitan. Las dos caras de una moneda que ha perdido su valor.


Salgo de allí, atónito y sorprendido por el mogollón de gente que recorre las calles. La ciudad parece un hormiguero hambriento y congestionado: desde adolescentes a ancianos, todos ocupan su espacio. El amor, la pasión y los arrumacos se dejan ver más de lo habitual, como si todo fuera a desaparecer mañana. Los ciclistas se tropiezan con los perros, con los adictos al deporte y con los repartidores de Glovo. Intento no pegarme demasiado a los cuerpos con los que comparto acera y presiento en sus ojos que mirar a otros ya es un acto obsceno.


Finalmente, llego a un bar, de los de antes, de los que aún encienden la televisión y dan los buenos días al entrar. Le pregunto al camarero si puedo entrar y me responde que sí. Se forma un silencio entre los dos y nos miramos, cuestionándonos qué carajo estamos haciendo. Es la primera vez que pregunto antes de entrar en un bar.


La cerveza sigue igual de espumosa, fría y agradable. Las olivas rellenas de anchoa tampoco fallan. Por unos momentos me olvido de todo mientras observo la calle tras el cristal, veo a la gente pasar, tranquila, estática por momentos, hermosa y veraniega, como si fuera una postal previa a todo esto.


Doy otro trago a la cerveza, me río y pienso.


«No importa cómo ni dónde estés. Hay que seguir viviendo, hay que continuar peleando.»


Por suerte, algunas cosas no cambian nunca.


La entrada Continuar peleando se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 13, 2020 02:41

June 10, 2020

Jugando por primera vez

white ceramic teacup on saucer


Rompo el ayuno con un café bien concentrado. Me siento frente a la página en blanco y comienzo a teclear. Es importante mantener las cosas de una forma simple, directa, sin rodeos. Me he divertido lo suficiente desde que salió el último libro, así que es hora de volver al tajo, a la forja. El calor preveraniego no ayuda, ni tampoco las terrazas de los bares o el descoloque hormonal que se palpa en las calles. Distracciones vacías, puro hedonismo sin más, para olvidar rápido los últimos meses vividos. A la botella de escocés que hay en el mueble le queda un culo, un par de tragos, pero no pienso comprar otra hasta que ponga a fin a la próxima novela. Escribir me mantiene cuerdo, atento, en mi carril, y evita que me dé por adelantar por la derecha. ¿Es cosa mía o el confinamiento nos ha dejado sin rocanrol? En fin, no importa mucho. Estos días me siento nuevo, fresco, como si acabara de llegar, como si todo estuviera por hacer. Por eso, es importante mantener las cosas de una forma simple, para no perderse, para seguir firme.


Tengo la sensación de que la partida no ha hecho más que empezar.



La entrada Jugando por primera vez se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 10, 2020 00:45

June 5, 2020

Luna y arena

white boat on sea


Luna y arena se titula uno de mis discos favoritos de Kenny Burell. Hoy ha amanecido con un sol dorado y radiante, y el álbum de Burell suena en casa a todo volumen por los altavoces. Viernes de poner fin a muchas cosas. La primera todas, mi procrastinación extendida. Es hora de regresar al barro, de cerrar la ventanilla y de comenzar a teclear. Tengo las cosquillas en el estómago, la sensación de que la idea está pidiendo a gritos ser escrita. Es parte del ritual. Madrid se ha convertido en un lugar curioso, con tanta terraza y sed. Ganas de beber para celebrar o para olvidar. No lo sé muy bien. Estos días alargo los paseos más de lo habitual, limito las citas y hago caso a la intuición. También termino de leer algunos libros que sirven como cierre de un ciclo extraño, de un mal sueño del que muchos aún no han despertado.


No soy muy dado a las entrevistas. Suelo rechazarlas por diversos motivos, pero esta semana me escribió otro escritor y periodista, Javier Rey, para participar en el canal que está empezando. Me animé por varias razones y el resultado fue una conversación muy entretenida, que pasó volando, y en la que hablamos de muchos temas interesantes que poco tenían que ver con lo habitual. La podéis ver aquí, y así conocer un poco mejor mi historia.


Mientras tanto, en mi imaginación, seguiré siendo un personaje de Edward Hopper, escribiendo por las mañanas en una habitación y convirtiéndome, por las noches, en el acompañante de la pelirroja que escucha al cantinero.


La vida, me la pintaron así.


 


La entrada Luna y arena se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 05, 2020 00:01

June 4, 2020

Estar preparado

white concrete buildings


Estos días no tengo mucho que decir y, lo poco que tengo, prefiero guardármelo para las páginas de una novela. Junio viene con fuerza. Hay que estar preparado para todo, para cuando hablen de ti, para cuando lleguen tarde. Falsa Identidad entra en el catálogo de Amazon Prime, por lo que se puede leer de forma gratuita con suscripción. El misterio de la familia Fonseca se mantiene entre los 50 más vendidos de Amazon, aguantando como un púgil, con dignidad, disfrutando de los momentos altos y peleando en los bajos.


Mientras tanto, sigo cocinando lo que vendrá para el verano. La fiesta continúa.


La entrada Estar preparado se publicó primero en Pablo Poveda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 04, 2020 01:43