Andrea Tomé's Blog, page 3

May 24, 2020

Los niños (no) están bien | Lazy Day Rambles

Los niños no están bien. Quizá no lo han estado nunca, no realmente, pero por primera vez es algo tan doloroso y violento que no podemos mirar hacia otro lado.


Por primera vez en mi carrera como escritora (y llevo publicando desde 2014) me encuentro con un panorama en el que prácticamente el 100% de mis compañeros tienen la autoestima por los suelos y se pelean con la ansiedad y con los sentimientos de “no ser suficientes” o “quedarse atrás”. También, por primera vez, veo a los autores noveles queriendo publicar como con un ansia insaciable, con mucha más desesperación que antes, hasta el punto de que me preocupa que puedan firmar contratos injustos o que estén angustiándose por las ventas y por el significado tan huidizo del éxito incluso antes de tener su novela en las librerías.


¿En qué momento hemos dejado que las cosas vayan tan mal? Estoy convencida de que el COVID no es la respuesta. La crisis del COVID ha revelado que, en muchos sentidos, la industria no se sostiene o no funciona de la mejor manera. El COVID fue solo la gota que colmó el vaso, la incertidumbre en una industria en la que las dudas y el miedo nunca desaparecen del todo, tanto para los autores como para los profesionales de la edición.


Empecé 2020 pensando que sería mi año. En primavera publicaría La chica de hielouna novela muy personal en la que había trabajado muchísimo y para la que creé una campaña de marketing digital que me tenía muy ilusionada. Hoy solo sé que la editorial, Planeta, ha decidido moverla a 2021 para evitar una rentré editorial para el segundo semestre de 2020 muy competitiva y, de nuevo, muy incierta. Sé que se publicará el año que viene, pero no sé cuando, y ese signo de interrogación ineludible en mi futuro está repercutiendo muy negativamente en mi salud mental. Quizá habría sido más sencillo si, debido a la situación actual, la noticia no hubiese sido de ultimísima hora (un mes antes de la fecha de publicación original). O si no la hubiese movido ya tanto en redes. O si no me hubiesen llegado mensajes de lectores diciéndome que sería la primera novela que comprarían cuando reabriesen las librerías.


El miedo a decepcionar. El miedo a que se olviden de ti o a caer en la irrelevancia. El miedo de sentir que estás perdiendo la carrera. El miedo a que no vuelvan a pasarte cosas buenas. Todos estos miedos, unidos a los miedos más primales que los autores siempre escondemos en alguna parte de nuestras cabezas: el miedo a no ser lo suficientemente buenos; el miedo a no escribir jamás algo que Signifique Algo (aunque hayas recibido mil mensajes de lectores diciéndote lo contrario sobre lo que ya has escrito); el miedo de que tu carrera se interrumpa.


Pero no es cierto que las carreras literarias sean lineales. Eso es algo que sé aunque no interiorice. Estás a un solo libro de distancia de alcanzar el éxito, sea cual sea tu definición de éxito. Incluso agujeros tan profundos y tan oscuros como en el que nos encontramos actualmente son incapaces de detener el arte. Ningún fracaso, sea cual sea tu definición de fracaso, tiene el poder de matar tu carrera. Tu carrera no es un ser vivo que pueda ser tocado por la muerte; es algo que cuidas y haces crecer, día a día, aunque haya temporadas en las que parezca que se vuelve pequeñito.


Pero hay algo que falla en el sistema, y ojalá pudiese tener más soluciones. Hay algo que falla en el sistema que no podemos atribuir únicamente al COVID y al cierre de las librerías y a la congelación de los calendarios editoriales. Hay algo que falla en el sistema y estoy hablando como autora y como profesional de la edición.


No deberíamos sentirnos así tantas veces, durante tanto tiempo. No debería haber tanta tristeza, tanto miedo. No deberíamos sentir que nos quedamos atrás cuando estamos en la veintena o en la treintena. No deberíamos tener la autoestima tan minada.


Estoy cansada de las veces que nos quedamos despiertas hasta la madrugada, mis amigas y yo, hablando por WhatsApp porque una de nosotras se siente mal con respecto a su arte. Estoy cansada del daño tan profundo que puede hacer la industria a veces. Estoy cansada de leer en mi TL a tantos noveles que ya se sienten fracasados porque tienen X años y aún no han publicado o porque han mandado su manuscrito a X editoriales y han recibido X rechazos o porque han subido su novela a Lektu y solo han recibido X lecturas.


Odio esa palabra. Fracaso. Creo que nadie debería utilizarla jamás, porque su significado es huidizo. ¿Qué significa el fracaso? Todos perdemos a veces. A todos nos hace jugarretas la vida. El fracaso debería de dejar de ser visto como un punto y final en la vida de uno. Es un punto y coma, como mucho. No es una pausa tan larga y terrible para que nos dé a todos tanto miedo.


Estoy cansada de que parezca que el arte y el sufrimiento tengan que ir de la mano siempre. Estoy cansada de tanto dolor y estoy cansada de tantas desilusiones y estoy cansada de tanta ansiedad y estoy cansada de lo cansados que estamos todos siempre.


Publicar y tener la maravillosa plataforma de lectores que tengo hoy son dos de las mejores cosas que me han pasado en la vida, dos de los mayores sueños que se han hecho realidad, y aún así cada vez con más frecuencia, cuando escribo, intento pensar que estamos solas en el mundo las dos, mi novela y yo. Que no han existido las otras novelas, ni las que vendrán. Que no existen las editoriales ni los lectores ni las redes sociales. Que no existen las expectativas ni los planes ni los grandes sueños ambiciosos. Solo mi novela y yo; solo un número infinito de hojas en blanco que llenar con mis palabras. Yo sola con mis personajes y con mis ideas, con ese mundo que solo existe dentro de mí hasta que decido volcarlo sobre el papel.


He estado pensando mucho sobre el talento estos días. Echo de menos los diecisiete, con sus infinitas posibilidades. Echo de menos la universidad, escribir de manera experimental y estar segura de mi talento y del nicho para el que escribo. ¿Es esto más consciencia sobre uno mismo o ansiedad? No podría decirlo. Pero sí he estado pensando sobre el talento y sobre cómo tantos escritores tenemos tantos problemas reconciliándonos con él y sobre, de nuevo, lo mal que estamos todos últimamente.


Solo me gustaría que pudiésemos crear y punto. Crear y disfrutar. Crear y explorar y creernos esa verdad ineludible: el mundo necesita nuestras historias. El mundo se sostiene sobre un cúmulo de voces. Contar historias es una de las experiencias colectivas más antiguas, más arraigadas al ser humano.


Volvamos a eso. Volvamos a creer en los imposibles, sin miedo.


Pero intentar dedicarse al arte es una movida.

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Published on May 24, 2020 06:06

May 20, 2020

Cómo crear cuando tu salud mental está sufriendo |#MentalHealthAwarenessWeek

 


[image error]© warmhealer.tumblr.com

Es la Semana de Concienciación de la Salud Mental y creo que es importante escribir una entrada como esta. Estos días mi salud mental está en uno de los puntos más bajos, y no es casualidad. Es algo que he hablado con muchas compañeras y es algo que, lamentablemente, nos afecta a todas durante estos días tan duros.


La inestabilidad del mercado y la incertidumbre en general sobre nuestro trabajo está calando fuerte en muchas de nosotras y está haciendo que estos días sean a veces un infierno. Podría escribir una entrada hablando más en detalle de cómo es “el meollo” una vez estás dentro y de cómo absolutamente todos vuestros autores favoritos se sienten abrumados o ansiosos a veces. Quizá sea una entrada para otro día, porque sí es cierto que hay mucha desinformación y mucha oscuridad sobre el mundo editorial, pero hoy quería escribir una entrada que ayudase a la gente. De verdad. O, al menos, hablar de cosas que me están ayudando a mí a seguir creando incluso cuando lo veo todo muy negro.


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Published on May 20, 2020 05:28

May 13, 2020

¿Debería ser el mundo editorial más transparente?

[image error]© https://natreadsthings.tumblr.com/

¡Hola! La entrada de hoy es un poco una respuesta a varias preguntas que me han mandado por Curiouscat últimamente y que tenían que ver con las ventas de los libros. En particular, si vender x número de ejemplares por libro al año era normal o “un fracaso” (una expresión que detesto). Ese x número de ejemplares que se barajaba era 1000, y lo menciono porque fueron dos personas más que me preguntaron por esa cifra en especial y no estoy muy segura de dónde la han sacado.


Contesté a ambas preguntas porque siempre intento responder a vuestras dudas sobre escritura y edición, especialmente porque me acuerdo de cuando era novel y toda la info que tenía la sacaba de escritores.org. Ahora con las redes sociales hay más información y más recursos y siempre estaré dispuesta a ayudar a otros escritores.


Sin embargo, en mi cuenta de Twitter (@andreatome_) comenté que me agobiaba un poco recibir preguntas hablando de lo que se vende en específico y de que, en general, me incomoda mucho dar detalles de cosas de ventas y de dinero y de sueldos tanto en lo que concierne a mi faceta como escritora como a lo que concierne a mi vida privada y profesional en general.


A esto me respondieron que “la información es poder” y que la industria editorial debería ser más transparente porque hay mucha desinformación y muchos noveles se sienten muy perdidos al respecto.


¿Y sabéis qué? Que estoy de acuerdo. Al 100%. Pero no creo que deba ser responsabilidad de las autoras dar cierta información, especialmente cuando son cosas tan “sensibles” y personales como las ventas… porque es algo que nos agobia mucho y es algo que podría decidir si seguimos publicando o no.


Además de escribir trabajo en una editorial en Londres. Podría hablaros durante días de ventas y de la industria aquí y de las diferencias entre el mundillo editorial británico y el español. ¿Por qué? Bueno, no son cosas que me afectan a mí directamente. Pero sobre todo porque mi información sobre Ventas viene de una fuente: Nielsen, una empresa que origina reportes de ventas y a partir de la cual puedes buscar cuánto ha vendido cada novela por año. Nielsen es un programa bastante caro (estamos hablando de miles de euros por licencia) y pagas por territorios. Debido a mi trabajo, yo solo puedo ver las ventas en Reino Unido y en Australia.


¿Qué pasa cuando me preguntáis por ventas en España? Aparte de que es algo que me afecta muy personalmente (lo que vendo podría decidir si sigo publicando, como dije, y además es algo con lo que se nos ha “atacado” a las autoras en más de una ocasión… de buenas a primeras sé que tanto a mí como a Clara Cortés nos han mandado anónimos porque supuestamente no vendíamos lo suficiente para esas valientes personas que prefirieron quedar en el anonimato). Por otro lado, no tengo acceso a los datos del territorio español en Nielsen. Esto significa que TODOS los datos de ventas en España que tengo los saco de los reportes de ventas que nos mandan las editoriales cada año (y que solo muestran los libros que hemos publicado nosotras con ellas), de artículos que he leído online (y que están disponibles públicamente para cualquiera que busque estadísticas sobre edición en España) y de oídas. Y, como he dicho, me da mucho palo hablar de ventas y de dinero y de adelantos, así que es un tema que casi nunca he tocado con mis compañeras escritoras.


Así que sí, creo que la industria editorial debería ser más transparente, pero creo que no es justo que nos hagáis ciertas preguntas a las autoras porque a fin de cuentas estamos metidas en el mismo meollo y tenemos también mucha desinformación, en especial sobre el tema “ventas”. Publicar una vez no significa que vayamos a seguir publicando siempre y que una editorial o varias editoriales hayan fichado por nosotras no significa que no nos dé mucha ansiedad la posibilidad de que nuestras novelas no funcionen, de que nuestras plataformas decaigan, de que nuestros libros no gusten… especialmente ahora que, con la pandemia de COVID—19, la industria editorial es tan sumamente incierta (personalmente a mí me avisaron hace una semana que La chica de hielo, que salía en junio, no será publicada hasta 2021 para evitar una rentré editorial muy saturada).


Así que haced preguntas. Desde luego. Pero hacedlas a los profesionales de la edición, y hoy en día con las redes hay muchos a vuestra disposición. Sin ir más lejos, el otro día Alena Pons escribió un hilo magnífico sobre cómo mandar una propuesta editorial en su Twitter. Yo siempre estaré dispuesta a hablar de temas comunes a la industria británica y la española, como el mismo tema de las propuestas editoriales, sin ir más lejos. Pero en cuanto a ventas, lamentablemente, solo tengo cifras de los mercados británico y australiano. De buenas a primeras podría decir que el mercado australiano se parece más al español en cuanto a volumen de ventas debido a su tamaño (por ejemplo, vender 7000 ejemplares de un libro en Australia se considera un EXITAZO, mientras que en Reino Unido no son precisamente buenas noticias…).


Y básicamente eso es lo que quería decir. Demandad información, sí, pero, por favor, no hagáis que la responsabilidad caiga en las autoras, no solo porque no siempre sabemos mucho más sino también porque tenéis que entender que ciertos temas son muy sensibles


No puedo hablar por las demás, pero yo soy una persona que necesita contentar a todo el mundo siempre y que tiene pavor a decepcionar a la gente. También tengo una tendencia muy tóxica al perfeccionismo y a compararme con los demás y a basar mi valor como persona en mis logros profesionales. Una tendencia que, además de tóxica, es patológica y por la cual he recibido tratamiento, y una tendencia que me está dando muchos problemas de nuevo debido a la incertidumbre de la situación actual. Que te publiquen es una apuesta que hace una editorial por ti, y por eso mismo a mí personalmente me da mucha ansiedad “decepcionar” a las editoras que han creído en mí y por eso me agobia muchísimo hablar de ventas. Por eso y porque ya tiendo a compararme con las demás, que es algo que intento evitar a toda costa porque en el pasado ha tenido un efecto bastante nefasto en mi salud mental.


Tengo que aprender día a día, y a pasitos, que mi valor no depende de lo que venda o de las veces que publique o de las reseñas que reciba o los premios que reciba. Y sé que no soy la única en esta situación.


Protect your local writers

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Published on May 13, 2020 04:37

May 2, 2020

En defensa de la novela juvenil

[image error]©️https://alwaysreadingg.tumblr.com

¿Oléis eso? Desprecio a la literatura juvenil. Adoro el olor del desprecio a la literatura juvenil tan temprano por la mañana. ¿Por qué? Porque nos indica que algo, después de todo, estamos haciendo bien.


Periódicamente en Twitter, literatos de boquilla abren el melón de que la literatura juvenil es inferior a la literatura adulta, una apreciación que hoy he leído bajo el calificativo de “novelitas sin importancia”. Rara vez estos distinguidos sujetos que adoran tanto escucharse a sí mismos han leído, de hecho, mucha literatura juvenil. Rara vez saben dar una respuesta a qué entendemos como literatura juvenil en edición, tampoco, por lo que podría ignorarlos sin más, pero no voy a hacerlo. No voy a hacerlo porque creo que menospreciar el trabajo de miles de autoras (y me tomo la libertad de decir autoras porque a las que se nos ataca con paternalismos suele ser a nosotras) es algo despreciable.


¿Por qué escribo juvenil? Ya intenté responderlo en esta entrada, de modo que trataré de ser escueta: escribo juvenil porque me gustan los retos y la experimentación en la escritura, y dentro de la literatura, el marco juvenil (que es una etiqueta de contenido, no un género en sí como podrían serlo la fantasía o el romance) es uno de los que está evolucionando con más rapidez. Coincidentemente, no creo que los adolescentes sean incapaces de tener pensamientos complejos. Todo lo contrario. Hay algo que los adolescentes tienen que los jóvenes adultos estamos empezando a perder: la urgencia.


Se habla mucho de que los adolescentes no son conscientes de lo corta que es la vida o de lo frágil que es la condición humana, y quizá sea verdad, en cierto modo. Pero también hay en ellos un ansia insaciable, un hambre de conocer, de crecer, de experimentar, de cambiar, de sacarle a la vida todo el meollo, como diría John Keating.


Un adolescente no se amedrenta ante una novela compleja. Es más, resulta mucho más difícil convencer y mantener la atención de un adolescente o de un niño que la de un adulto; no se conforman con cualquier cosa. Y por eso me gusta escribir para ellos.


Por eso, y porque me tomo la literatura muy en serio. Quiero ser tan buena como pueda, y nunca he temido que mi público objetivo (los adolescentes) no fuese a entenderme (quizá porque no tengo la soberbia ni la superioridad de pensar que soy más capaz de interpretar textos complejos que ellos o quizá porque no me he olvidado aún, y espero no hacerlo nunca, de lo que se siente al tener quince o diecisiete años). En mis novelas mezclo géneros, como la historia y el realismo mágico. Meto política. Meto personajes complejos y muy grises. Juego muchísimo con los silencios  y no me da miedo aplicar todas las herramientas estilísticas que he aprendido en la carrera y en el máster. Porque no creo que mis lectores sean idiotas.


La literatura escapista tiene su lugar y su mérito, y está presente tanto en la literatura juvenil como en la adulta. La literary fiction; tres cuartos de lo mismo. Desde Salinger hasta Hinton, pasando por Collins y Zusak. En España también tenemos literatura juvenil compleja que juega con los diversos géneros y herramientas estilísticas: Clara Cortés, Alba Quintas, Beatriz Esteban, Victoria Álvarez, Seliria… pero quizá el problema no esté en los lectores ni en los autores ni en el género en sí, si no en esos propios literatos de boquilla de los que hablaba para quienes es más importante alimentar su propio ego que tomarse un segundo para explorar qué es exactamente eso que se sienten con la superioridad de criticar.

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Published on May 02, 2020 07:18

May 1, 2020

Cottagecore tag

¡Hola! Aprovechando que mi próxima novela, La chica de hieloes un poco el lugar donde se encuentran mi lado más dark academia con mi lado más cottagecore, voy a responder este tag que acabo de ver en el canal de youtube de McKenna Kaelin:


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Published on May 01, 2020 09:31

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Published on May 01, 2020 09:31