Andrés Accorsi's Blog, page 139

November 11, 2014

11/11: LUCIFER Vol.2

[image error] Me bajé en un sólo día este mega-broli de más de 400 páginas y ahí se me fue toda la energía que me quedaba.
Ahora, de lo que menos ganas tengo en la vida es de acomodar ideas y redactar una reseña mínimamente presentable.
La prometo para mañana, sin falta. Hoy, quizás esté bueno repasar la reseña del Vol.1, que apareció acá el 30 de Julio de este año.
Perdón, pero me quedé sin pilas. Me iría a dormir ya, si no fuera porque tengo un compromiso con un amigo al que quiero mucho y hace años que no veo…
Mañana lucifereamos a pleno.
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Published on November 11, 2014 14:11

November 10, 2014

10/11: INSPECTOR BULL

Esta es una historieta originalmente realizada para Italia entre 1989 y 1990, aproximadamente. Algo se había visto en la efímera revista Hora Cero de Ediciones de la Urraca y años más tarde Perfil había reunido seis episodios en un número de 45 Toneladas. Pero esta es la primera vez que se editan todos juntos y en castellano los 13 episodios que componen este clásico del inolvidable Carlos Albiac y el siempre vigente Horacio Lalia, una dupla que para fines de los ´80 estaba muy afianzada, con varios y muy buenos trabajos previos en su haber.
Cada uno de los 13 episodios plantea y resuelve un enigma policial, en el que el Inspector Bull debe aguzar de su ingenio para encontrar e interpretar pistas que lo lleven a resolver los crímenes. No hay demasiado espacio para el desarrollo de Bull como personaje, más allá de algunas sutiles pinceladas que tira Albiac para contraponer a un tipo duro en la profesión con un tipo sensible en su relación con la mujer a la que corteja. Quizás el rasgo más interesante que nos permite separar a Bull de los otros clásicos detectives de la Londres de muy principios del Siglo XX sea que a este policía no le salen todas bien. Casi siempre gana, pero también empata y pierde. Muchas veces no logra impedir un asesinato, o no llega a tiempo a meter en cana al asesino, que muere de alguna manera casi siempre sorprendente.
Los casos están muy bien pensados, son muy distintos entre sí y las pistas no aparecen por milagro. Con el correr de los episodios, uno ya empieza a tomarle el pulso a Albiac y anticiparse a Bull en la resolución de los misterios, lo cual significa que las pistas están puestas desde el principio por el guionista, no las saca de la manga cuando se le acaba el episodio y tiene que cerrar el caso.
Los diálogos son muy formales, muy protocolares, porque estamos hablando de la Inglaterra victoriana y de casos que generalmente involucran a gente de los estratos sociales más altos. Rara vez se filtra en los diálogos algún chascarrillo, aunque la ironía tan típica de los guiones de Albiac suele estar presente, generalmente en los episodios con desenlaces trágicos. Y también hay otro rasgo frecuente en los guiones de Albiac, que son las ideas sumamente visuales, pensadas para que se luzca el dibujante, para que la imagen cargue con el peso de la narración y el el texto resigne preponderancia. Casi todos los episodios tienen secuencias mudas, muy impactantes y además importantes para el desarrollo de las tramas. Eso es algo que Albiac siempre hizo muy bien y que no muchos supieron valorar en su momento, quizás porque estaba de moda una historieta más hablada, con más protagonismo para la palabra, en la que el bloque de texto (a veces farragoso, a veces redundante) era un recurso del cual los guionistas abusaban más que Nik del copy-paste.
Por el lado del dibujo tenemos a un Horacio Lalia inspiradísimo, capaz de darle vida, onda e identidad a muchos personajes distintos, magistral en la reconstrucción de la época, en el manejo de la referencia fotográfica, en las expresiones faciales y en su especialidad de toda la vida, que son los climas ominosos, en los que siempre acechan el horror y la muerte. Pero claro, acá también se ve el problema que tienen todos los trabajos de Lalia: los tropiezos notables en la planificación de la página. No menos de dos veces por episodio, el ritmo del relato se frena porque el lector se pierde en un laberinto del terror, en el que uno nunca sabe cuál es la siguiente viñeta que tiene que leer. A veces Lalia suple esta falencia con el recurso desesperado de la flechita, y otras veces deducir en qué secuencia hay que leer la página es más difícil que resolver los casos que investiga el Inspector Bull. Un globo de diálogo mal ubicado, una viñeta más larga que las dos de al lado, un inset puesto donde no iba, pueden hacer muy complicada la lectura de una secuencia y eso es lo que sucede muchas veces a lo largo de este libro y lo que empaña la encomiable labor de Lalia al frente de la faz gráfica.
Más allá de esto, Lalia y Albiac son palabras mayores cuando hablamos de historieta argentina clásica y acá lo demuestran sobradamente. Las aventuras del Inspector Bull son verosímiles, atrapantes, dramáticas y felizmente no perdieron vigencia con el paso de los años, con lo cual me parece que incluso el lector virgen de Albiac y Lalia las va a poder disfrutar.
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Published on November 10, 2014 17:53

November 7, 2014

07/ 11: LAZARUS Vol.1

Estoy en San Luis, ya palpitando el evento de este finde y con poquísimo tiempo para escribir. Pero vamos a sintetizar a full:
Greg Rucka, maestro absoluto. Acá sorprende con grandes ideas, una excelente construcción de un universo ficticio, muy buenos personajes y una runfla bien espesa, con margen para la acción, pero sobre todo para la intriga y la mala leche. Una genialidad, realmente.
Michael Lark, una pena. Un dibujante superdotado, un monstruo del claroscuro, dueño de un grafismo personal, atractivo, distintivo… reducido a un vil Juan Carlos Flicker. Posta, si no te dicen que dibuja Lark, te comés que dibuja cualquier verdulero de Marvel o DC de los que sólo saben retocar fotos. Acá todo se muy lindo, pero es TODO foto. Por suerte la narrativa es ganchera, dinámica, muy atrapante. Pero yo quiero ver a Lark dibujar en SU estilo, no calcar fotos.
Y una sorpresa rara: Santiago Arcas, te acordás? Ese autor español que empezó como guionista y después se hizo autor integral de sus propias novelas gráficas, acá reaparece… como colorista! Y hace un gran laburo, eh? Andá a saber de qué lo ponen en el próximo partido.
Recomiendo mucho Lazarus a los fans de Greg Rucka y del comic para adultos fuerte, intenso, al límite. Sin dudas es otro de los grandes hallazgos de Image de los últimos tiempos.
Y me despido hasta el lunes, cuando volveré a postear no sé si desde San Luis o desde Buenos Aires.
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Published on November 07, 2014 11:47

November 6, 2014

06/ 11: JAPAN, INC.

En 1988, que alguien publicara manga en EEUU era bastante atípico. Pero que publicara manga la Editorial de la Universidad de California era poco menos que un delirio. Sin embargo se publicó este tomo, que en Japón había aparecido a fines de 1986 con el título Manga Nihon Keizai Nyumon, con la particularidad de que la historieta no había sido serializada en las típicas antologías de manga, sino en el Nihon Kenzai Shimbun, el diario japonés especializado en finanzas y negocios. A años luz de los samurais, los robots justicieros y las adolescentes enamoradizas, el maestro Shotaro Ishinomori tuvo la idea de contar en forma de manga cómo funciona la economía de Japón, y tuvo tanto éxito que a estas seis historias reunidas en este libro le siguieron varias más, lamentablemente inéditas fuera de la islita.
Consciente de que va a llegar a un público distinto, Ishinomori opta por un grafismo muy básico, con personajes simples y muy expresivos, y por supuesto se mata en los fondos, que están invariable y magistralmente copiados de fotos. En esos dos registros transcurren los seis relatos, aunque cada tanto Ishinomori se juega con un super-deformed, o con algún otro tipo de gag visual, más para entendidos. Estamos en una época en la que los editores yankis todavía no se animaban a publicar manga en sentido japonés, ni tampoco estaban tan cancheros en el complejo proceso de “dar vuelta” las viñetas para que puedan ser leídas en sentido occidental, pero por suerte no hay mayores burradas en ese sentido. Lo único realmente nefasto es la tipografía elegida para los diálogos, donde se nota el criterio (en realidad, la falta de criterio) de alguien que tenía menos comic que Le Monde Diplomatique.
De todos modos, más allá de los recursos gráficos, llaman la atención los recursos narrativos, o mejor dicho dramáticos, que pone en juego Shotaro para ahondar en temas a priori bastante áridos, por su elevado nivel de abstracción. Japan, Inc. explica, por ejemplo, como funciona la balanza comercial entre Japón y EEUU, qué pasa cuando el yen sube y el dólar baja (o viceversa), cómo impactan en la economía japonesa la fluctuación en los precios del petróleo, el envejecimiento de la población, el desequilibrio entre industria y agricultura, la globalización de la timba financiera… Claramente no estamos hablando de romances entre chicos del secundario.
Ahí es donde el autor aguza el ingenio y logra que estos tópicos se corporicen en diálogos, debates y hasta confrontaciones a todo o nada entre personajes que asumen distintas posiciones frente a estos temas. Los protagonistas son todos ejecutivos de una empresa que no fabrica nada, sino que estudia y asesora al Estado y a otras empresas en temas relacionados con la economía y los negocios. Así tenemos a Tsugawa, el clásico garca, abanderado del capitalismo salvaje, que justifica cualquier atrocidad mientras dé ganancia, en un Boca-River contra Kudo, el ejecutivo copado que va a buscar siempre la solución que no perjudique demasiado al laburante y a la gente común. Después hay jefes, ministros, sindicalistas, mafiosos que lavan guita en los bancos del Vaticano, aparece Ronald Reagan, y cada uno representa un aspecto de estos “conflictos corporativos” que por momentos se acercan al “thriller financiero” (ese género tan popular en Francia) pero están bastante más orientados a lo macro que a lo micro.
El libro está lleno de notas al pie con data posta acerca de la economía japonesa, gráficos, cifras… que por supuesto hoy, más de 25 años después, deben estar bastante desactualizados. El propio Ishinomori hace bastante hincapié en lo mucho que cambió la economía japonesa entre los ´60 y mediados de los ´80, así que de 1986 hasta ahora, debe ser todo totalmente distinto. De hecho, los ejecutivos re-top no tienen computadoras ni celulares, así que imaginate. Pero hay muchas ideas interesantes, mucho para aprender de la furibunda “cultura corporativa” de Japón, de cómo funciona el capitalismo para adentro y para afuera de un país que abrazó esa teoría económica y jamás evaluó siquiera la posibilidad de que haya otras. Y muchos hallazgos en eso que a priori era lo más difícil: abordar temas complejos desde relatos dinámicos, amenos, con buena interacción entre los personajes y un ritmo que se parece poco al de una cátedra o un texto 100% teórico. Una rareza, no tanto en la carrera de Shotaro Ishinomori (que hizo mangas de toda clase y tenor), sino en el ámbito de la publicación de manga en Occidente. Si lo ves a buen precio, es una buena inversión, diría Kudo.
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Published on November 06, 2014 16:57

November 5, 2014

05/ 11: TALES OF THE GREEN LANTERN CORPS Vol.2

Y vamos con un clásico más, antes de empezar a ponerme al día con el material más reciente. Este es el segundo de dos libros que reúnen historias cortas de los Green Lantern Corps publicadas originalmente entre 1981 y 1986. El Vol.1 trae una miniserie de tres episodios (de cuando editar miniseries era revolucionario), que leí de chico y mucho no me gustó. Era esa contra Krona y Nekron, medio frutera, con lindos dibujos de Joe Staton. Y los primeros unitarios cortitos que aparecían como back-ups de la revista Green Lantern. Este tomo publica los unitarios que faltaban y el Annual 1, que consiste en una única historia más extensa (40 páginas). Veamos qué onda.
Arrancamos con las 14 páginas de “The Lysandra Saga”, con un dibujo de Jerome Moore apenas competente y un guión de Jack C. Harris que no está mal. En pocas páginas hay ciencia-ficción, conceptos jugados, acción, desarrollo de dos personajes. Muy digno. El famoso letrista Todd Klein hacía sus primeras armas como guionista en estas historias cortas. Debuta con un pibe inglés, Dave Gibbons, que deja la vida en un unitario llamado Deeter & Dragons, cuyo guión es bastante pobre. La dupla reincide en un segundo unitario de apenas 6 páginas (Scavenger), en la que Klein mejora y Gibbons sigue allá arriba. Y ya afianzados, el letrista y el prócer británico encaran una historia más larga (12 páginas) en las que presentan personajes y conflictos como para una serie regular, todo muy condensado, sin espacio para desarrollar a fondo cada idea. Zafa por los dibujos, que son magníficos.
El mítico dibujante de Watchmen (un abonado a estas historias cortas) narra con jerarquía de Número Uno las seis páginas mudas de Progress, “escritas” por Joey Cavalieri. Y lo dejamos descansar a Gibbons, porque aparece nada menos que Gil Kane, el primer dibujante de los Green Lantern Corps, que dibuja como los dioses un lindo guión de Len Wein, en el que casi no hay conflicto, pero hay nobleza y heroismo a pleno. Uno de los guiones más flojos es el protagonizado por Ch´p, en la que quizás sea su primera aparición. Excelentes dibujos del malogrado maestro Don Newton para un guión de Paul Kupperberg sobre el cual lo mejor es echar un manto de piedad.
Vuelve Joey Cavalieri con otro dibujante importado de Gran Bretaña: nada menos que Kevin O´Neill. Juntos le dan infinita chapa a Stel (luego muy utilizado por Geoff Johns) en una aventura muy emotiva. Y hay otra cortita de O´Neill, todavía mejor dibujada que la de Stel, protagonizada por Xax, muy enganchada con la saga de la Spider Guild (que se desarrollaba en las páginas de Omega Men) y –coherentemente- escrita por Todd Klein, que era el guionista de Omega Men en esta época. Un grande que hacía sus primeras armas, Kurt Busiek, cuenta una historia sobre la autodeterminación, sobre la libertad de elegir el camino equivocado. Los dibujos de Don Heck acompañan dignamente. Un ícono ochentoso, Mike Baron, propone un “chiste largo” apenas ingenioso, que trata de apoyarse en la magia gráfica de Marshall Rogers, pero se hace mierda contra el piso, porque Rogers se tira a chanta. Y me queda una última historia cortita, de seis páginas, en la que reaparece Dave Gibbons, en equipo nada menos que con Alan Moore. Acá está la famosa Mogo Doesn´t Socialize, muy efectista, muy jugada a la revelación del final, pero brillante casi 30 años después.
Vamos con el Annual, co-escrito por Kupperberg y Wein, y dibujado por Gil Kane. Está bien, es correcto, no desentona con el típico comic de superhéroes de esta época (1985, pre-Crisis). El argumento es interesante, no está ni estirado ni comprimido y por ahí lo que falta es darle más espesor al conflicto, a la caracterización de los héroes y sobre todo a la motivación del villano. El final (con la muerte de uno de los héroes) es bastante jugado y el dibujo de Kane combina dinamismo, polenta y elegancia como sólo él sabía hacerlo. El color, muy estridente para mi gusto, pero bueno, eran otros tiempos.
Resumiendo, más allá del obvio gancho de los nombres (y de la portada de Brian Bolland), este libro hace unos cuantos méritos para ganarse un lugarcito en la biblioteca de los fans de la DC pre-Crisis, o de los GLC. Entre ellos, que el patético Hal Jordan aparece sólo en la portada. Lástima que en el Vol.3 no metieron los otros dos Annuals (que eran antologías de historias cortas), sino los primeros números de la etapa de Steve Englehart y Staton. Si no, me lo re-compraba, porque en esas antologías había papa finísima.
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Published on November 05, 2014 17:34

November 4, 2014

04/ 11: ANGELA DELLA MORTE Vol.2

Este libro salió a fines de Abril o principios de Mayo, para la Feria del Libro. Obvio que me faltan leer TODOS los libros que se publicaron en Argentina después de esa fecha, pero… ¿habrá alguno mejor? La verdad que lo dudo. El Vol.2 de Angela Della Morte (originalmente serializado en Fierro y luego recopilado en una hermosa edición por OVNI) tiene todo para ser la mejor historieta argentina editada en nuestro país en 2014.
Hace tiempo que Salvador Sanz viene en una curva ascendente, subiendo el listón de una obra a la siguiente. Acá la curva se convirtió en un cañón y el autor salió disparado a la estratósfera, paró a echarse un meo en el Arsat-1 y siguió de largo. La calidad de esta historieta no tiene absolutamente nada que envidiarle, por ejemplo, a la encumbrada Saga de Brian Vaughan y Fiona Staples. Y si Sanz sigue por este camino, en unos años se va a hablar de Angela Della Morte como hoy hablamos de La Casta de los Metabarones, o la Trilogía Nikopol. Es decir, como sagas dibujadas como la hiper-concha de Dios que entraron al Olimpo de la ciencia-ficción a fuerza de conceptos originales, grandes ideas, grandes personajes, conflictos fuertes, giros impredecibles y esa sensación alucinante de imaginarse a un autor creando mundos enteros con total libertad.
Ni da para ponerme a explicar el argumento. Esto retoma todo lo grosso que pasó en el Vol.1 y explora a fondo las consecuencias, con revelaciones impactantes y personajes que –de pronto- se ven obligados a replantearse miles de cosas. Hay runfla política a pleno, acción, tiros, explosiones, mechas zarpados, viajes de un planeta a otro, peleas tremendas, todo lo que hace ganchero a un comic de aventura y ciencia-ficción está, y está perfecto. Y sin embargo las escenas más tensas, más atrapantes, tienen que ver con dramas humanos, con personas atrapadas en dilemas en los que se juegan mucho más que un éxito o un fracaso en una misión comando para escupirle el asado al bando de enfrente.
Sanz le permite a Angela crecer muchísimo, evolucionar, cuestionarse un montón de cosas. Felizmente, también dedica muy buenas escenas a trabajar a los personajes secundarios e incluso a los villanos, entre los cuales uno (el Perezoso) junta tanta chapa que ya se está mereciendo su propia novela gráfica. Es cierto: en un montón de aspectos, este tomo es mucho más explícito que el anterior. Cosas que en el Vol.1 había que deducirlas, que se veían más difusas o más ambiguas, acá están más explicadas, más masticadas. Pero creeme que eso le juega a favor a la trama, la hace más heavy, más densa. Apoyado en el hecho de que está todo más explicado, Salvador asume más riesgos y la historia, los diálogos y el desarrollo de los personajes salen ampliamente beneficiados.
El dibujo… bue, a esta altura hablar del dibujo de Sanz es medio al pedo. Si te gusta la estética realista, ya sabés que es un monstruo. Y si venís siguiendo su obra, ya sabés que con blanco, negro y grises, Salva puede crear imágenes de una fuerza expresiva y de una belleza plástica descomunales. La narrativa es impecable, las secuencias mudas son muchas y muy difíciles de olvidar, el diseño de armas, naves y locaciones es excelente…
No se me ocurre qué más decir. Lo único que no me gustó de este tomo es que en un momento se terminó y ahora tengo que esperar quizás varios años para leer más Angela Della Morte. De acá a 6-7-8 meses, calculo que tendré leídos todos los libros que salieron este año y me generaron algún interés. Ahí podré certificar (o no) esto que por ahora es un pálpito. Pero se van a tener que esmerar mucho, muchachos. Este tomo de Angela Della Morte me dejó infinitamente cebado y las chances de bajarlo del podio son –a priori- muy pocas.

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Published on November 04, 2014 17:50

November 3, 2014

03/ 11: S.H.I.E.L.D. BY STERANKO

Che, perdón… No me quiero hacer el guacho desmitificador, pero… ¿no le hemos hecho más bombo del que se merecía al Nick Fury de Steranko? Puesto en el contexto de 1967-68 es muy, pero muy interesante, muy loco. ¿Y leído hoy, qué onda? Veamos.
Jim Steranko hace su entrada a S.H.I.E.L.D. cuando Nick Fury y sus muchachos ocupaban 11 páginas de cada número de Strange Tales, compartiendo revista con el Dr. Strange. Al prometedor pibe del semillero le dan bocetos de Jack Kirby para que los termine, y los primeros episodios son eso: Steranko laburando para que los bocetos de Kirby parezcan páginas dibujadas totalmente por Kirby. Para el cuarto episodio, Kirby se termina de desligar de la serie y ahí sí, lo dejan a Steranko dibujar y entintar él mismo las aventuras de Fury, que pasan a ser escritas por Roy Thomas. Muy de a poquito, Steranko se empieza a soltar, a despegarse del molde de Kirby. Elimina la clásica grilla de seis viñetas iguales, empieza a probar otros recursos en la narrativa y le canta “quiero retruco” al Rey a la hora de meter máquinas imposibles y efectos locos logrados con collages.
Al toque se va Thomas y Steranko se convierte en el primer autor integral de la “era moderna” de Marvel: escribe, dibuja y entinta unas cuantas sagas de S.H.I.E.L.D., con muchísimo texto y muchísimas peleas ridículas de Fury contra Hydra y contra mega-robots e hiper-villanos que parecen pensados para hacerle el aguante a Thor o a Hulk. ¿Cómo les gana el viejo Nick? ¿Cómo zafa de una y mil trampas imposibles? Mejor no preguntes. En el medio, Steranko reemplaza a los personajes secundarios que no le gustaban con otros nuevos, con bastante onda, y hasta arranca con la ilustre tradición de tener al Capi América como aliado recurrente de los espías liderados por Fury. Cuando el ídolo lleva ya varios números al frente de la serie, le empiezan a poner entintadores, algunos buenos y otros realmente desgarradores. Mientras tanto, Steranko sigue experimentando: descompone las viñetas como Bernie Krigstein, diseña los títulos de los episodios como Will Eisner y detona todo a la mierda cuando inventa la cuádruple splash-page. Su último episodio en Strange Tales es psicodelia pura, con un argumento incomprensible, fotos retocadas, efectos limadísimos con el color…
Y finalmente en Junio de 1968, el Tordo se queda solito al frente de Strange Tales y a Nick Fury le dan su propia serie, que arranca desde el número 1, obviamente con Steranko como guionista y dibujante. Esto, que supuestamente es el pico más alto tanto de S.H.I.E.L.D. como de Steranko, dura apenas cuatro números y se puede resumir así:
Número 1: Increíble. Steranko ya no quiere dibujar como Kirby ni aunque le inyecten LSD en el glande. Miles de trucos narrativos alucinantes, un villano nuevo muy atractivo, acción al palo, menos páginas sepultadas de globos y bloques de texto.
Número 2: UNA página brillante en medio de un argumento disparatado, al filo de la bizarreada sin pies ni cabeza. De nuevo bocha de texto y un entintador impresentable (Frank Giacoia) estropeando los lápices de Steranko.
Número 3: Una historia rarísima, que va para el lado del misterio gótico, casi sin acción, con mucho diálogo, un despliegue narrativo impresionante y un Dan Adkins muy inspirado en las tintas.
Número 4: Steranko no llega con la entrega y mandan un reprint.
Número 5: Vuelve el villano del primer número y de las 20 páginas, 15 son acción al palo. Efectos visuales del mega-carajo, recursos narrativos que en 1968 sólo se veían en algunos comics europeos de vanguardia y unas tintas de John Tartaglione que de nuevo deslucen groseramente al dibujo. Ah, el argumento no se llega a resolver. Se acaban las páginas, el villano se escapa y alguien dice “capaz que se muere y no rompe más las pelotas”. Fin. Vienen otros autores, Steranko se queda sólo a dibujar un puñado de portadas majestuosas y la serie se cancela un año después, en el n°18.
¿Por qué esto es un clásico? Porque por primera vez aparece un autor que se hace íntegramente cargo de una serie de la B y logra hacerla interesante. Y en la segunda mitad, al tipo se le ocurre cómo modernizar la estética de Kirby, cómo pegarle un upgrade que la acerca al pop art, a la vanguardia gráfica y pictórica de aquellos años lisérgicos y experimentales. Steranko le impuso a un personaje tercerón una impronta moderna, filosa, por ahí sin grandes logros a nivel de los guiones, pero con un impacto visual mucho más sofisticado que el del resto de los comic-books que se publicaban en ese entonces.
Perdón por la extensión de la reseña, esto ya parece una nota de la Comiqueando. Hay mucho más para desmenuzar, pero lo dejamos ahí…
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Published on November 03, 2014 17:22

November 2, 2014

02/ 11: ANATEMA: LAS SEIS REVELACIONES DEL PADRE ANZUELOS

Vuelvo a internarme en un comic reciente de autores chilenos, y me encuentro con una propuesta sumamente interesante.
Los guionistas de Anatema, Brian Wallis y Francisco Inostroza (este último con bastante participación en las antologías del Dr. Mortis que vimos el año pasado), hacen un truco que a mí me encanta: son seis historias, que a medida que las leés pintan para ser autoconclusivas. Pero la sexta y última revela que no, que las cinco anteriores están puestas en ese orden para lograr un efecto, y sobre el final, todo lo que sucedió resulta ser parte de algo mayor, que se termina por resolver no como se resuelven los unitarios autoconclusivos, sino como se resuelven las novelas gráficas. O sea que resulta ser una especie de “novela gráfica encubierta”, que es algo que no es fácil de estructurar, pero que está tan logrado que te dan ganas de volver a leer el libro, para detectar con más precisión las pistas que van hacia ese “todo tiene que ver con todo”. Podría ser más específico, me queda claro, pero no quiero spoilear.
El protagonista de los seis relatos es el Padre Anzuelos, un cura muy especial, que encara su trabajo y la relación con Dios y con los otros sacerdotes de un modo muy particular, muy audaz. Es un personaje interesante, muy bien construído, en el cual los guionistas indagan bastante y que no hay que ser un genio para deducir que le debe unas cuantas cosas al querido John Constantine. Las historias van para el lado de Hellblazer: posesiones satánicas, rituales ancestrales, un barrio (de Santiago de Chile) que está vivo y esas cosas que durante décadas le vimos hacer a Constantine, pero en Londres. El Padre Anzuelos la juega de pichi, de rebelde que vende humo disfrazado de actitud, pero está claro que la tiene atada en materia de conjuros y runflas con seres sobrenaturales, y generalmente las resoluciones de las historias vienen por ese lado: por la sorpresa que nos da el protagonista cuando revela cómo acostó a su adversario en una “negociación” en la que tenía todo para perder.
El clima es generalmente oscuro, los diálogos son filosos y bastante subidos de tono, y quizás lo más logrado sea el equilibrio entre estos elementos fantásticos zarpados y la mugre urbana, el chiquitaje de acá a la vuelta, algo que también aprendimos a disfrutar a partir de muchos años de leer Hellblazer. Aunque me estoy contradiciendo, porque lo más logrado es lo que dije antes: los volantazos que pegan los guionistas en las últimas 22 páginas para integrar todo lo que nos mostraron hasta ese punto en una única trama que no nos dejaron adivinar previamente, pero que estaba ahí, que latía por atrás de los cinco episodios unitarios.
El dibujante es Rodrigo Vargas (firma como “Rodrigo V.”), un profesor de música convertido en historietista. Me gustó su trabajo, especialmente el manejo del claroscuro, y la multiplicidad de climas y efectos que logra a partir del blanco, el negro y las tramas de gris aplicadas desde la computadora. La línea es en general gruesita, con algunos rasgos que me hicieron acordar a Jason Pearson, y donde lo veo más flojo es en la anatomía, que tiene algunos pifies notables. Pero tampoco es para crucificarlo. La referencia fotográfica está muy bien integrada, la narrativa fluye sin problemas, cuando tiene que pelar estéticas alternativas para narrar secuencias de flashbacks lo logra con mucha categoría… La verdad que es un libro que desde la faz visual no empaña para nada los logros de los guiones, que son unos cuantos.
Sospecho que este libro no se distribuyó ni se va a distribuir nunca en Argentina, pero si tenés amigos que viajan, o si vivís en el país de los flaites y los secos y querés leer un comic cuático (o incluso brígido), conseguite un ejemplar de Anatema y hacete amigo de este cura constantinescamente transgresor.
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Published on November 02, 2014 15:09

November 1, 2014

01/ 11: THE SECRET SOCIETY OF SUPER-VILLAINS Vol.1

Este es el comic que me hubiese encantado leer a los 11 años, cuando me empecé a cebar con los superhéroes, obviamente a través de las inmundas ediciones mexicanas de la editorial Novaro. Pero claro, a los amigos de Novaro jamás se les ocurrió publicar Secret Society of Super-Villains, con lo cual me enteré de que estos comics existían ya de grande. Y si bien siempre supuse que serían una berretada importante, me daban una mezcla entre morbo y curiosidad, como espiar un garche entre tus abuelos. Por eso, cuando DC anunció la reedición en libro de este material dije “Y bueno, me lo compro. Lo peor que me puede pasar es comprobar que esto es tan bizarro y tan frutihortícola como yo suponía”.
Ya con sólo repasar la lista de autores, el hedor a Verdul Age te voltea: Gerry Conway, David Anthony Kraft, Bob Rozakis, Rich Buckler, Vince Colletta, Ric Estrada… por donde mires, hay garantías de mediocridad, o a lo sumo (en el caso de Buckler) de intentos no siempre decorosos de recrear la estética de Neal Adams, que tanto impacto tenía allá por los ´70. Porque –otro dato importante- este libro reúne historietas de 1976 y 1977, cuando DC no publicaba muchas series que superaran la chatura, la intrascendencia y la falta de imaginación que se puede ver en los peores pasajes de SSoSV.
Lo mejor que tiene esta serie es la idea: darle el protagonismo a un grupo de villanos, enemigos de distintos héroes, y ver si logran establecer algún tipo de vínculo solidario para perseguir un fin común. Probablemente haya sido la primera vez que una editorial del mainstream intentaba algo así, por eso es rescatable. Después empiezan los problemas: para que los malos no sean tan malos, tienen que pelear contra alguien más malo que ellos, y así es como Conway y Kraft nos muestran las primeras apariciones de Darkseid post-Jack Kirby, que obviamente no le hacen justicia a la gran creación del Rey. Y la peor idea es la de convertir subrepticiamente a esta revista en la revista de Captain Comet, un héroe genérico, sin onda ni profundidad, pero sumamente poderoso, al que DC decidió manijear desde SSoSV (donde muchas veces eclipsa a los villanos) y desde otra revista muy bizarra (que Novaro sí publicaba, pero como back-up de otros títulos) que era Super-Team Family. En un momento, la saga de Captain Comet se desplaza a STF y te deja medio en bolas si sólo leías SSoSV, pero parece que en el Vol.2 de estos recopilatorios van a incluir los números de STF que hacen falta para entender todo.
Cuando se termina el plot de Darkseid, la cosa no mejora. Vienen un par de unitarios sin ton ni son, y después una saga que pintaba para interesante, pero que se resuelve de modo muy rápido, muy liviano, sin la posibilidad de sacarle verdadero jugo al conflicto que venía armando Conway. Lo más interesante, lo que más gracia me causó, fue el rol que los distintos guionistas le dan a Funky Flashman (otra extraña creación de Kirby, grotesca parodia de Stan Lee), que termina casi al frente de este sindicato de poderosísimos villanos, a los que sistemáticamente les vende humo.
El dibujo, para los standards de los ´70, es casi siempre digno. Hay buenas intenciones por parte de Pablo Marcos y algunos logros por parte de Rich Buckler, aunque siempre muy a la sombra de Neal Adams. Y tapas muy gancheras de Ernie Chua, que siempre suma. Por supuesto, también hay entintadores horribles, dibujantes de fill-ins insostenibles y coloristas de lesa humanidad, cuyos crímenes no sufrimos tanto porque esto está todo recoloreado, con técnicas actuales pero con la paleta estridente de los ´70. Todos luchan contra grandes cantidades de texto, diálogos innecesarios en los que los personajes explican lo que están haciendo y demás vicios heredados de la Silver Age. Y el libro cierra con las páginas en blanco y negro de un”episodio piloto”, que Carmine Infantino (capo de DC en ese entonces) rechazó cuando estaba todo escrito y dibujado, lo cual está bueno como rescate histórico.
No sé bien qué onda el Vol.2, si salió sólo en hardcover (sería raro, porque el Vol.1 salió sólo en softco), o si va a salir. Sé que, en caso de existir, debería incluir los episodios de SSoSV que estaban hechos y no llegaron a editarse porque se canceló la revista y eso le da un cierto atractivo. Si lo veo barato, quizás me lo compre como una especie de tributo a la bóñiga setentosa que, con sus inmensas limitaciones, intentaba un camino un toque distinto al de la gran masa de lo que editaba DC en esa época. La verdad que todo SSoSV en un sólo tomo y en formato Showcase (500 páginas en blanco y negro) hubiese sido casi un golazo.
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Published on November 01, 2014 17:52

October 31, 2014

31/ 10: LOS MAS VENDIDOS DE OCTUBRE

Terminé el mes pasado diciendo que la expectativa de ventas para Octubre era excelente y al final, la realidad superó mis cálculos más optimistas. Octubre fue el mejor mes en la historia de mi mini-distribuidora, y realmente hubo que vender muchos ejemplares para colarse en el ranking de los más vendidos, que quedó así:

1) Zero Point (Agua Negra)
2) Shankar Vol.2 (Loco Rabia)
3) El Número 73304-23-4153-6-96-8 (Loco Rabia/ 2D)
4) Liga del Mal Vol.2 (Llanto de Mudo)
5) Tristeza (Llanto de Mudo)
6) Tortas Fritas de Polenta (La Duendes)
7) Perramus Vol.3 (De la Flor)
8) Evocando Viñetas Vol.2 (La Duendes)
9) Inspector Bull (Loco Rabia)
10) La Estirpe Maralha (Napoleones Sin Batallas/ Entelequia)

De las muchas novedades que salieron este mes, sólo cuatro lograron entrar al Top Ten. Y de las novedades de Septiembre, que fueron muchas y coparon violentamente el ranking del mes pasado, sólo dos lograron mantenerse un mes más entre los más vendidos.
Una de las novedades de Septiembre, Zero Point, se quedó con el primer puesto por segundo mes consecutivo y la verdad es que es muy, muy notable lo que está pasando con esta ópera prima de Agustín Graham Nakamura. La otra novedad de Septiembre que sobrevivió fue La Estirpe Maralha, de Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena.
Y además, después de un tiempo en el que escasearon los ejemplares y la venta se frenó, volvió el Vol.2 de Shankar, que peleó la punta hasta el final y logró un increíble segundo puesto, sobre todo si pensamos que el Vol.1 está agotado y no se sabe cuándo se va a reeditar. Las tres posiciones restantes las coparon sendos éxitos de este 2014 que ya llevan varios meses de rodaje pero no aflojan: el Vol.3 de Perramus, Inspector Bull y Tortas Fritas de Polenta, todos editados en la primera mitad del año.
Veremos qué sucede en Noviembre. Le tengo fe a algunas novedades de Octubre que todavía no se acercaron a su techo de ventas, como Clítoris y Control de Plagas, y me parece que de las cuatro que entraron al ranking hay por lo menos dos con pasta de long-sellers. La competencia en Noviembre va a ser dura, porque se viene el nuevo número de Términus, el Vol.11 de Macanudo, varias antologías nuevas y libros de Diego Cortés y Nico Brondo, Juan Ferreyra, Damián Connelly, Carlos Trillo, Horacio Domingues, y en una de esas nuevos tomos de Escuela de Monstruos y de Teatro en Viñetas. Más alguna paponga de la que me puedo estar olvidando, obviamente.
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Published on October 31, 2014 18:49

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Andrés Accorsi
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
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